WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
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Foro Maite Perroni & William Levy (LevyRroni) :: Tu primera categoría :: William & Maite (levyrroni)
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Miér Oct 07, 2015 10:42 am
‐Quiero lo que me quitó, Clide, eso es todo.
‐De acuerdo ‐Clide levantó las manos en un gesto comprensivo‐. ¿Pero no puedes esperar
hasta que atrapes al asesino de Mickey? Este es un caso importante, Will. Los medios de
comunicación están esperando a que nos equivoquemos para que puedan echarles nuestros
despojos a esos canallas de arriba. No podemos permitirnos ningún fallo en este momento.
Necesito toda tu atención en este caso. Necesito que estés con la mente despejada y con tus cinco
sentidos. Te has mantenido alejado de Maite durante dos años, ¿qué pueden importar unas
semanas más, un mes..., dos, como mucho?
Will se volvió hacia Clide.
‐Eso sería lo más lógico, pero creo que tengo un testigo ocular en el caso Burelly.
‐¿Lo tienes? ¿Por qué demonios no lo has dicho...? ‐Clide soltó una palabrota‐. Espera un
momento. Has dicho que has visto a Maite. ¿Quiere decir eso que...? ¿Es que ella...? Oh, maldita
sea. No me digas que tu testigo ocular es Maite duFray.
‐De acuerdo, no té diré que es Maite.
Clide se puso pálido.
‐Voy a tener que quitarte del caso, Will. Lo sabes.
‐ ¡Este caso es mío, maldita sea! ‐Will se enfureció al instante‐. Mío, Clide. Si se lo das a otra
persona, perderás días, semanas. Peor aún, todo lo que he adelantado hasta ahora desaparecería.
‐¡Chantaje! Crees que puedes hacer chantaje a este departamento. ¡A mí!
Will se sacó la placa del bolsillo.
‐¿La quieres?
Clide soltó un juramento.
‐Ves, ya te estás comportando como un idiota. ¿Qué demonios se supone que debo hacer?
Eres mi mejor detective cuando piensas razonablemente, pero ambos sabemos que te cuesta
mucho hacerlo cuando esa señorita se mete en medio de tus asuntos.
‐Eso no es justo, Clide.
‐La vida no es justa, hijo.
‐Estás en deuda conmigo, Clide. No tenía por qué decirte que Maite era mi testigo ocular.
No tenía por qué decirte nada.
‐No, es cierto ‐Clide suspiró‐. De acuerdo, lo haremos de la siguiente manera. Ve a buscar el
informe de laboratorio de Archie y pásate por mi despacho. Discutiremos sobre todo lo que has
averiguado hasta ahora; después, dependiendo de cómo contestes a mis preguntas, tomaré una
decisión. Te espero en mi despacho dentro de quince minutos.
Había pasado casi una hora cuando Will abría la puerta del despacho de su jefe, y encontró a
Clide hablando por teléfono.
‐ ¡Otro cuerpo! ‐Clide abrió el frasco de antiácidos mientras Ry se sentaba frente a él‐.
¡Santo Dios! ¿Dónde? Enviaré enseguida a un hombre.
Cuando Clide colgó, destapó el frasco de pastillas y echó la cabeza hacia atrás. Ry no sabría
decir cuántas se tomó.
‐¿Otro cuerpo? ‐preguntó.
‐Alguien encontró un cuerpo flotando. Un pescador de Algiers avisó. La víctima es un varón,
lo encontró a medio camino entre el River Bay y el muelle de DuBay. ¿Crees que tiene algo que ver
con tu caso?
‐¿Sigue siendo mi caso? ‐preguntó Will.
‐Harvey estaba esperando en mi despacho cuando volví después de hablar contigo. Los de
arriba quieren cerrar el caso. No puedo asignárselo a otra persona, sobre todo porque no
cumpliría el plazo que me han dado.
‐¿Cuál es ese plazo?
‐De acuerdo ‐Clide levantó las manos en un gesto comprensivo‐. ¿Pero no puedes esperar
hasta que atrapes al asesino de Mickey? Este es un caso importante, Will. Los medios de
comunicación están esperando a que nos equivoquemos para que puedan echarles nuestros
despojos a esos canallas de arriba. No podemos permitirnos ningún fallo en este momento.
Necesito toda tu atención en este caso. Necesito que estés con la mente despejada y con tus cinco
sentidos. Te has mantenido alejado de Maite durante dos años, ¿qué pueden importar unas
semanas más, un mes..., dos, como mucho?
Will se volvió hacia Clide.
‐Eso sería lo más lógico, pero creo que tengo un testigo ocular en el caso Burelly.
‐¿Lo tienes? ¿Por qué demonios no lo has dicho...? ‐Clide soltó una palabrota‐. Espera un
momento. Has dicho que has visto a Maite. ¿Quiere decir eso que...? ¿Es que ella...? Oh, maldita
sea. No me digas que tu testigo ocular es Maite duFray.
‐De acuerdo, no té diré que es Maite.
Clide se puso pálido.
‐Voy a tener que quitarte del caso, Will. Lo sabes.
‐ ¡Este caso es mío, maldita sea! ‐Will se enfureció al instante‐. Mío, Clide. Si se lo das a otra
persona, perderás días, semanas. Peor aún, todo lo que he adelantado hasta ahora desaparecería.
‐¡Chantaje! Crees que puedes hacer chantaje a este departamento. ¡A mí!
Will se sacó la placa del bolsillo.
‐¿La quieres?
Clide soltó un juramento.
‐Ves, ya te estás comportando como un idiota. ¿Qué demonios se supone que debo hacer?
Eres mi mejor detective cuando piensas razonablemente, pero ambos sabemos que te cuesta
mucho hacerlo cuando esa señorita se mete en medio de tus asuntos.
‐Eso no es justo, Clide.
‐La vida no es justa, hijo.
‐Estás en deuda conmigo, Clide. No tenía por qué decirte que Maite era mi testigo ocular.
No tenía por qué decirte nada.
‐No, es cierto ‐Clide suspiró‐. De acuerdo, lo haremos de la siguiente manera. Ve a buscar el
informe de laboratorio de Archie y pásate por mi despacho. Discutiremos sobre todo lo que has
averiguado hasta ahora; después, dependiendo de cómo contestes a mis preguntas, tomaré una
decisión. Te espero en mi despacho dentro de quince minutos.
Había pasado casi una hora cuando Will abría la puerta del despacho de su jefe, y encontró a
Clide hablando por teléfono.
‐ ¡Otro cuerpo! ‐Clide abrió el frasco de antiácidos mientras Ry se sentaba frente a él‐.
¡Santo Dios! ¿Dónde? Enviaré enseguida a un hombre.
Cuando Clide colgó, destapó el frasco de pastillas y echó la cabeza hacia atrás. Ry no sabría
decir cuántas se tomó.
‐¿Otro cuerpo? ‐preguntó.
‐Alguien encontró un cuerpo flotando. Un pescador de Algiers avisó. La víctima es un varón,
lo encontró a medio camino entre el River Bay y el muelle de DuBay. ¿Crees que tiene algo que ver
con tu caso?
‐¿Sigue siendo mi caso? ‐preguntó Will.
‐Harvey estaba esperando en mi despacho cuando volví después de hablar contigo. Los de
arriba quieren cerrar el caso. No puedo asignárselo a otra persona, sobre todo porque no
cumpliría el plazo que me han dado.
‐¿Cuál es ese plazo?
EsperanzaLR- Mensajes : 17168
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Miér Oct 07, 2015 10:45 am
‐Tienes cuatro días para descubrir algo.
‐De acuerdo. ¿Te han dado la edad aproximada del cadáver del río? ¿Es blanco o negro?
‐Blanco. La edad no la sé.
Will se puso de pie, ansioso por llegar al muelle.
‐Gracias, Clide. No te arrepentirás ‐dijo antes de salir.
‐Si lo hago, te veré limpiando retretes en la morgue.
Will jamás se había sentido aliviado en su vida al ver un cadáver. Ese día, sin embargo, al ver
que no era nadie conocido, suspiró con alivio.
Dejó caer la sábana sobre el muerto y se puso de pie. Sacó una libreta del bolsillo y se
aproximó al pescador que lo había encontrado. El hombre, un lugareño que se dedicaba a pescar
por afición, no pudo decirle mucho. Había salido con su barca temprano y había visto el cuerpo
flotando boca abajo. Tras unas cuantas preguntas más, Will apuntó el nombre del pescador y su
dirección y se despidió de él. Después volvió al cuerpo. Se arrodilló y lo examinó. El hombre tenía
la cara abultada y distorsionada y el cuerpo abotargado, pero no en exceso. Por el aspecto, no
parecía que hubiera estado demasiado tiempo en el agua. Will se figuró que unas diez o doce horas
a lo sumo. Un tiro había sido la causa de la muerte; un solo disparo con una bala de bajo calibre
que le había entrado por encima del ojo derecho. Llevaba traje y corbata, zapatos bastante nuevos
y un reloj caro en la muñeca. Aparte de los moretones en la cara tenía también hematomas en los
nudillos, señal de que había estado implicado en una pelea en algún momento antes de morir. Era
un hombre alto y fuerte, un hombre que no caería fácilmente.
Después de que Will hiciera un inventario de la apariencia del hombre, añadió un número de
preguntas como siempre hacía en la parte de abajo de la hoja. Minutos después, se volvió hacia el
grupo de personas que había acudido a ver lo que pasaba. Estudió los rostros, esperando tener
suerte y que Blu duFray se encontrara entre ellos. Cuando vio que no estaba, Will empezó a buscar
al tipo grande, a Brodie Hewitt. Mientras lo buscaba, se dio cuenta de que había un número poco
habitual de Diablos de duFray alrededor.
Will miró el reloj y vio que eran más de las ocho. El negocio de la pesca empezaba temprano;
algunas barcas se ponían en marcha antes del amanecer. Los Diablos de duFray, la tripulación de
Blu, eran los primeros en salir al amanecer para cruzar el canal hacia el Golfo. Pero ese día no.
¿Por qué?
Ry se acercó al grupo.
‐¿Puede decirme alguien dónde puedo encontrar a Blu duFray o a Brodie Hewitt esta
mañana?
La tripulación se miró, se encogieron de hombros y negaron con la cabeza. Finalmente, un
hombre delgado de unos sesenta años, un hombre desdentado que a Ry le resultó conocido se
adelantó.
‐Me llamó Pike, detective. No sabemos dónde está Blu, pero Brodie lleva los dos últimos
días en el crucero de Blu. Hace ya mucho rato que deberíamos estar en el agua, pero Brodie aún
no ha aparecido.
Nada más decirle su nombre, Ry supo por qué le había resultado familiar. Pike duFray era el
tío de Maite.
‐Tal vez esté durmiendo la mona en algún sitio ‐dijo Will, recordando el gusto de Hewitt por la
bebida.
‐No duerme hasta tan tarde. Al menos, no en el crucero. Fui a ver. Por un momento,
mientras sacaban ese cuerpo, pensé que era...
‐¿Hewitt? ‐Will arqueó una ceja‐. ¿Qué le hizo pensar eso?
Pike vaciló un momento.
‐Ese tipo era grande. Grande como Brodie. Eso y lo tarde que es. Nunca salimos del puerto
‐De acuerdo. ¿Te han dado la edad aproximada del cadáver del río? ¿Es blanco o negro?
‐Blanco. La edad no la sé.
Will se puso de pie, ansioso por llegar al muelle.
‐Gracias, Clide. No te arrepentirás ‐dijo antes de salir.
‐Si lo hago, te veré limpiando retretes en la morgue.
Will jamás se había sentido aliviado en su vida al ver un cadáver. Ese día, sin embargo, al ver
que no era nadie conocido, suspiró con alivio.
Dejó caer la sábana sobre el muerto y se puso de pie. Sacó una libreta del bolsillo y se
aproximó al pescador que lo había encontrado. El hombre, un lugareño que se dedicaba a pescar
por afición, no pudo decirle mucho. Había salido con su barca temprano y había visto el cuerpo
flotando boca abajo. Tras unas cuantas preguntas más, Will apuntó el nombre del pescador y su
dirección y se despidió de él. Después volvió al cuerpo. Se arrodilló y lo examinó. El hombre tenía
la cara abultada y distorsionada y el cuerpo abotargado, pero no en exceso. Por el aspecto, no
parecía que hubiera estado demasiado tiempo en el agua. Will se figuró que unas diez o doce horas
a lo sumo. Un tiro había sido la causa de la muerte; un solo disparo con una bala de bajo calibre
que le había entrado por encima del ojo derecho. Llevaba traje y corbata, zapatos bastante nuevos
y un reloj caro en la muñeca. Aparte de los moretones en la cara tenía también hematomas en los
nudillos, señal de que había estado implicado en una pelea en algún momento antes de morir. Era
un hombre alto y fuerte, un hombre que no caería fácilmente.
Después de que Will hiciera un inventario de la apariencia del hombre, añadió un número de
preguntas como siempre hacía en la parte de abajo de la hoja. Minutos después, se volvió hacia el
grupo de personas que había acudido a ver lo que pasaba. Estudió los rostros, esperando tener
suerte y que Blu duFray se encontrara entre ellos. Cuando vio que no estaba, Will empezó a buscar
al tipo grande, a Brodie Hewitt. Mientras lo buscaba, se dio cuenta de que había un número poco
habitual de Diablos de duFray alrededor.
Will miró el reloj y vio que eran más de las ocho. El negocio de la pesca empezaba temprano;
algunas barcas se ponían en marcha antes del amanecer. Los Diablos de duFray, la tripulación de
Blu, eran los primeros en salir al amanecer para cruzar el canal hacia el Golfo. Pero ese día no.
¿Por qué?
Ry se acercó al grupo.
‐¿Puede decirme alguien dónde puedo encontrar a Blu duFray o a Brodie Hewitt esta
mañana?
La tripulación se miró, se encogieron de hombros y negaron con la cabeza. Finalmente, un
hombre delgado de unos sesenta años, un hombre desdentado que a Ry le resultó conocido se
adelantó.
‐Me llamó Pike, detective. No sabemos dónde está Blu, pero Brodie lleva los dos últimos
días en el crucero de Blu. Hace ya mucho rato que deberíamos estar en el agua, pero Brodie aún
no ha aparecido.
Nada más decirle su nombre, Ry supo por qué le había resultado familiar. Pike duFray era el
tío de Maite.
‐Tal vez esté durmiendo la mona en algún sitio ‐dijo Will, recordando el gusto de Hewitt por la
bebida.
‐No duerme hasta tan tarde. Al menos, no en el crucero. Fui a ver. Por un momento,
mientras sacaban ese cuerpo, pensé que era...
‐¿Hewitt? ‐Will arqueó una ceja‐. ¿Qué le hizo pensar eso?
Pike vaciló un momento.
‐Ese tipo era grande. Grande como Brodie. Eso y lo tarde que es. Nunca salimos del puerto
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Miér Oct 07, 2015 10:49 am
tan tarde.
‐Tal vez Hewitt decidiera tomarse el día libre ‐sugirió Will.
El hombre sacudió la cabeza.
‐Brodie no es ningún vago. Ni siquiera cuando no está Blu. Trabajamos igual que los demás
días. A veces más.
‐¿Y Blu está fuera?
‐Ayer no trabajó.
‐¿Sabe dónde puedo encontrarlo? Pike se encogió de hombros.
‐No puedo decirle.
‐¿No puede?
‐No lo sé ‐se enmendó.
Will paseó la mirada por el montón de rostros curtidos.
‐¿Alguno de vosotros sabe algo, o tiene algo que añadir?
Por respuesta solo obtuvo negativas con la cabeza y miradas perplejas.
Will dejó a los Diablos de duFray en el muelle y caminó unas cuantas manzanas hasta donde
el Nightwing se balanceaba suavemente en River Bay. Estaba a punto de subir a bordo cuando oyó
pasos detrás de él. Se volvió y vio a Pike.
‐He venido a decirle una cosa, detective.
‐¿Se ha olvidado de algo? ‐le preguntó Will.
Pike se metió las manos en los bolsillos de sus amplios pantalones.
‐ Yo subí abordo hará cosa de una hora. Pensé que Brodie estaría enfermo o algo así. No
hay rastro de él, pero parece que ha tenido una visita no deseada antes de la mañana. Encontré
sangre junto a la popa. Mucha. No quería mencionarlo delante de los chicos. Ya están bastante
preocupados con recibir puntualmente su jornal. No me importa usted mucho, e imagino que sabe
por qué, así que no estoy haciendo esto para ayudarlo. Brodie es amigo mío. Blu es de mi familia. Y
Maite es la única sobrina que tengo.
Will asintió.
‐Necesitaré que venga a la ciudad y haga una declaración. Si este es el escenario del crimen,
estoy autorizado a incautar el barco.
‐Eso no va a gustarle a Blu ‐Pike se encogió de hombros‐. Pero si con ello aparece Brodie,
estoy seguro de que a Blu no le importará dejárselo durante uno o dos días. Mientras que lo trate
como si fuera suyo.
Pasada una hora, Will había precintado el Nightwing; después le había pedido a Pike que
fuera con él al centro. En la comisaría grabó las respuestas de Pike a sus preguntas, la mayoría de
ellas repeticiones de las que le había hecho en el puerto y, cuando terminaron le pasó la copia
mecanografiada a Pike y le hizo leer la declaración.
‐Si eso es lo que ha dicho, fírmelo.
El tío de Maite releyó el papel, después lo firmó. Luego se levantó, listo para marcharse.
‐Le agradezco que haya venido, Pike.
‐No lo hice por usted. Aún me duele lo que le hizo a nuestra pequeña. Maite es especial.
Merecía más de lo que le dio.
‐Estoy de acuerdo ‐reconoció Will‐. Por eso la dejé entonces.
Pike frunció el ceño al oírlo, después fue hacia la puerta. A los dos pasos se volvió y dijo:
‐Debe de tener algo que ver con ser tejano. Nunca he conseguido entender a ninguno.
Llegado el mediodía, Will llamó a Jackson para ponerlo al día de lo que había encontrado en
Algiers y para ver cómo estaba Maite. Jackson le dijo que se había enterado del cuerpo que había
aparecido en el agua cerca del muelle de DuBay, y que Maite también. Lo habían oído juntos
mientras comían a la mesa de la cocina. También le comentó que desde ese momento había
‐Tal vez Hewitt decidiera tomarse el día libre ‐sugirió Will.
El hombre sacudió la cabeza.
‐Brodie no es ningún vago. Ni siquiera cuando no está Blu. Trabajamos igual que los demás
días. A veces más.
‐¿Y Blu está fuera?
‐Ayer no trabajó.
‐¿Sabe dónde puedo encontrarlo? Pike se encogió de hombros.
‐No puedo decirle.
‐¿No puede?
‐No lo sé ‐se enmendó.
Will paseó la mirada por el montón de rostros curtidos.
‐¿Alguno de vosotros sabe algo, o tiene algo que añadir?
Por respuesta solo obtuvo negativas con la cabeza y miradas perplejas.
Will dejó a los Diablos de duFray en el muelle y caminó unas cuantas manzanas hasta donde
el Nightwing se balanceaba suavemente en River Bay. Estaba a punto de subir a bordo cuando oyó
pasos detrás de él. Se volvió y vio a Pike.
‐He venido a decirle una cosa, detective.
‐¿Se ha olvidado de algo? ‐le preguntó Will.
Pike se metió las manos en los bolsillos de sus amplios pantalones.
‐ Yo subí abordo hará cosa de una hora. Pensé que Brodie estaría enfermo o algo así. No
hay rastro de él, pero parece que ha tenido una visita no deseada antes de la mañana. Encontré
sangre junto a la popa. Mucha. No quería mencionarlo delante de los chicos. Ya están bastante
preocupados con recibir puntualmente su jornal. No me importa usted mucho, e imagino que sabe
por qué, así que no estoy haciendo esto para ayudarlo. Brodie es amigo mío. Blu es de mi familia. Y
Maite es la única sobrina que tengo.
Will asintió.
‐Necesitaré que venga a la ciudad y haga una declaración. Si este es el escenario del crimen,
estoy autorizado a incautar el barco.
‐Eso no va a gustarle a Blu ‐Pike se encogió de hombros‐. Pero si con ello aparece Brodie,
estoy seguro de que a Blu no le importará dejárselo durante uno o dos días. Mientras que lo trate
como si fuera suyo.
Pasada una hora, Will había precintado el Nightwing; después le había pedido a Pike que
fuera con él al centro. En la comisaría grabó las respuestas de Pike a sus preguntas, la mayoría de
ellas repeticiones de las que le había hecho en el puerto y, cuando terminaron le pasó la copia
mecanografiada a Pike y le hizo leer la declaración.
‐Si eso es lo que ha dicho, fírmelo.
El tío de Maite releyó el papel, después lo firmó. Luego se levantó, listo para marcharse.
‐Le agradezco que haya venido, Pike.
‐No lo hice por usted. Aún me duele lo que le hizo a nuestra pequeña. Maite es especial.
Merecía más de lo que le dio.
‐Estoy de acuerdo ‐reconoció Will‐. Por eso la dejé entonces.
Pike frunció el ceño al oírlo, después fue hacia la puerta. A los dos pasos se volvió y dijo:
‐Debe de tener algo que ver con ser tejano. Nunca he conseguido entender a ninguno.
Llegado el mediodía, Will llamó a Jackson para ponerlo al día de lo que había encontrado en
Algiers y para ver cómo estaba Maite. Jackson le dijo que se había enterado del cuerpo que había
aparecido en el agua cerca del muelle de DuBay, y que Maite también. Lo habían oído juntos
mientras comían a la mesa de la cocina. También le comentó que desde ese momento había
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Miér Oct 07, 2015 10:50 am
estado nerviosísima y que había intentado escaparse dos veces.
‐No la pierdas de vista ‐insistió Will‐. Seguramente intentará escapar de nuevo. No puedo
volver hasta dentro de un par de horas, de modo que pégate a ella. No le digas que he llamado y
no le hables del muerto. ¿Ha utilizado el teléfono?
‐Sí, llamó a Hewitt media docena de veces, pero él no contestó.
Will colgó y echó la silla hacia atrás. Normalmente era un hombre paciente cuando se trataba
de analizar un caso. Sabía que el tiempo siempre añadía perspectiva a cualquier asunto, y que a
veces resultaba contraproducente darle demasiadas vueltas a las cosas. Pero ese día no se sentía
tan paciente como de costumbre. Quería respuestas, y tal vez Maite no las tuviera todas, pero
sospechaba que sabía lo suficiente como para dar la vuelta al asunto.
A lo mejor después de lo de la noche anterior estuviera dispuesta a confiar en él. ¿Qué
estaba diciendo? ¿Acaso pensaba que una noche en su cama borraría la humillación que le había
infligido y la empujaría a pasar página? No, no era tan ingenuo. Aun así, si pudiera ganarse su
confianza y convencerla de que podía depender de él, como cuando estaban juntos... Y si pudiera
encontrar un modo de contarle la verdad sobre Koch sin empeorar las cosas...
Sí, y a lo mejor también se le aparecería un hada madrina.
‐No la pierdas de vista ‐insistió Will‐. Seguramente intentará escapar de nuevo. No puedo
volver hasta dentro de un par de horas, de modo que pégate a ella. No le digas que he llamado y
no le hables del muerto. ¿Ha utilizado el teléfono?
‐Sí, llamó a Hewitt media docena de veces, pero él no contestó.
Will colgó y echó la silla hacia atrás. Normalmente era un hombre paciente cuando se trataba
de analizar un caso. Sabía que el tiempo siempre añadía perspectiva a cualquier asunto, y que a
veces resultaba contraproducente darle demasiadas vueltas a las cosas. Pero ese día no se sentía
tan paciente como de costumbre. Quería respuestas, y tal vez Maite no las tuviera todas, pero
sospechaba que sabía lo suficiente como para dar la vuelta al asunto.
A lo mejor después de lo de la noche anterior estuviera dispuesta a confiar en él. ¿Qué
estaba diciendo? ¿Acaso pensaba que una noche en su cama borraría la humillación que le había
infligido y la empujaría a pasar página? No, no era tan ingenuo. Aun así, si pudiera ganarse su
confianza y convencerla de que podía depender de él, como cuando estaban juntos... Y si pudiera
encontrar un modo de contarle la verdad sobre Koch sin empeorar las cosas...
Sí, y a lo mejor también se le aparecería un hada madrina.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por SuenoLR Jue Oct 08, 2015 4:07 am
Sique mi Kat
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:25 am
SuenoLR escribió:Sique mi Kat
Ahora sigo mi Tonia
EsperanzaLR- Mensajes : 17168
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:29 am
Capítulo 8
UN HOMBRE había muerto y su cuerpo había sido encontrado en el río cerca del muelle
DuBay. Cuando Maite oyó aquello estaba sentada en la cocina con Jackson. Le había dicho que
sabía cocinar y ella le había dejado que le preparara la comida. Oyó la noticia por segunda vez
cuando paseaba de un lado a otro de la habitación de Will, mordiéndose el labio.
El parte había dicho que lo habían encontrado muy de mañana, un hombre blanco de unos
veintitantos años. Maite había intentado llamar a Brodie sin suerte, y después se había tragado el
orgullo y había llamado a la comisaría para hablar con el detective Archard. Cuando no había
logrado dar con Will, se había echado a llorar. Minutos después había intentado una escapada que
resultó ser inútil; Jackson Ward era tan sagaz como Will y había adivinado su plan, incluso la puerta
que iba a utilizar y la dirección que había decidido tomar. Había hecho una segunda intentona un
par de horas después, pero cuando se coló por el agujero del seto se topó de bruces con Jackson.
En ese momento, horas después, Maite estaba deshecha. Tenía los ojos hinchados de tanto
llorar y parecía que tenía un reloj en la cabeza. Le dolían los pies de tanto caminar y el labio le
sangraba. Además, tenía un terrible dolor de estómago. Estaba enferma.
No podía entender por qué Will no la había llamado o vuelto a casa. Le había dejado una
docena de mensajes en la comisaría. Sin duda habría recibido alguno.
En ese momento oyó el ruido del Blazer de Will. Maite corrió y estuvo a punto de tirar a
Jackson al suelo al pasar hecha una exhalación junto a la hamaca donde estaba tumbado. Will
estaba saliendo de su coche cuando Maite, con los nervios de punta, le gritó:
‐¿Dónde demonios has estado? ‐no le dio tiempo a responder‐. ¿Es que no has recibido mis
mensajes?
Fue entonces cuando vio lo serio que estaba y cerró la boca.
‐Recibí los mensajes ‐dijo mientras avanzaba por el patio‐. Quería verte en persona. A
Maite se le revolvió el estómago.
‐Dímelo, maldita sea. Dime quién es.
Will subió las escaleras pausadamente.
‐No te vayas, Jackson. Hay un par de cosas de las que quiero que hablemos. Pero más tarde,
UN HOMBRE había muerto y su cuerpo había sido encontrado en el río cerca del muelle
DuBay. Cuando Maite oyó aquello estaba sentada en la cocina con Jackson. Le había dicho que
sabía cocinar y ella le había dejado que le preparara la comida. Oyó la noticia por segunda vez
cuando paseaba de un lado a otro de la habitación de Will, mordiéndose el labio.
El parte había dicho que lo habían encontrado muy de mañana, un hombre blanco de unos
veintitantos años. Maite había intentado llamar a Brodie sin suerte, y después se había tragado el
orgullo y había llamado a la comisaría para hablar con el detective Archard. Cuando no había
logrado dar con Will, se había echado a llorar. Minutos después había intentado una escapada que
resultó ser inútil; Jackson Ward era tan sagaz como Will y había adivinado su plan, incluso la puerta
que iba a utilizar y la dirección que había decidido tomar. Había hecho una segunda intentona un
par de horas después, pero cuando se coló por el agujero del seto se topó de bruces con Jackson.
En ese momento, horas después, Maite estaba deshecha. Tenía los ojos hinchados de tanto
llorar y parecía que tenía un reloj en la cabeza. Le dolían los pies de tanto caminar y el labio le
sangraba. Además, tenía un terrible dolor de estómago. Estaba enferma.
No podía entender por qué Will no la había llamado o vuelto a casa. Le había dejado una
docena de mensajes en la comisaría. Sin duda habría recibido alguno.
En ese momento oyó el ruido del Blazer de Will. Maite corrió y estuvo a punto de tirar a
Jackson al suelo al pasar hecha una exhalación junto a la hamaca donde estaba tumbado. Will
estaba saliendo de su coche cuando Maite, con los nervios de punta, le gritó:
‐¿Dónde demonios has estado? ‐no le dio tiempo a responder‐. ¿Es que no has recibido mis
mensajes?
Fue entonces cuando vio lo serio que estaba y cerró la boca.
‐Recibí los mensajes ‐dijo mientras avanzaba por el patio‐. Quería verte en persona. A
Maite se le revolvió el estómago.
‐Dímelo, maldita sea. Dime quién es.
Will subió las escaleras pausadamente.
‐No te vayas, Jackson. Hay un par de cosas de las que quiero que hablemos. Pero más tarde,
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:38 am
de acuerdo?
‐Es Blu, ¿verdad? ‐el pánico se apoderó de ella y empezó a imaginar cosas horribles‐.
Dímelo, dímelo. ¡Maldito seas!
Maite era vagamente consciente de que Jackson había bajado las escaleras y había
desaparecido. La garganta se le cerró y la lengua se le quedó inmóvil mientras Will ocupaba el lugar
de Jackson en el porche. Sacudió la cabeza e intentó hablar. Cuando no le salieron las palabras,
agarró a Will de la camisa con fuerza.
‐Estoy harta de esperar. Quiero saber qué le ha pasado a mi hermano.
Él le echó el brazo por los hombros y la abrazó, cosa que a Maite le heló la sangre en las
venas; tenía algo horrible que decirle. Tenía razón, el cuerpo que habían encontrado en el agua era
el de Blu. ¡Oh, Dios!
En ese momento Maite perdió toda la fuerza y se dejó caer sobre Will. Él le echó el brazo por
los hombros y la condujo hacia la casa.
‐Vamos, cielo, siéntate ‐la sentó suavemente en una silla de la cocina y se colocó de rodillas
delante de ella.
Maite sintió que perdía la razón. Empezó a llorar otra vez.
‐Por favor, que no sea Blu. Dime que no lo han matado, Will. Dime que todo ha sido un error.
Se echó a temblar violentamente y se abrazó para calmarse. Todo el día había temido lo que
Will iba a decirle, pero también había estado intentando convencerse a sí misma de que Blu era
demasiado listo para dejar que ocurriera algo así. Su hermano era duro como una suela de cuero y
el doble de duradero. No podía estar muerto.
Will la agarró de los brazos y la zarandeó un poco.
‐¿Me has oído? Te he dicho que me cuentes lo que sabes, cariño. Dime quiénes son y por
qué iban detrás de Blu. Si voy a servirte de ayuda, tengo que saber lo que ocurrió en Algiers la otra
noche. Blu querría que me lo contaras, cielo. No está aquí para ayudar, de modo que tú vas a tener
que hacerlo por él.
Maite se echó a llorar otra vez.
‐Sé que es duro para ti, cielo, pero inténtalo. Cuanto antes sepa a lo que me enfrento,
mejor.
Sabía que Will tenía razón. Y estaba de acuerdo, Blu querría que le contara a la policía lo que
sabía. No había razón para no hacerlo. Debería haberle contado todo a Ry mucho antes. Quizá, de
haberlo hecho...
Otra vez se puso a llorar.
‐Blu me llamó hace unas cuantas noches y me pidió que me reuniera con él. Me dijo que
necesitaba que tomara unas fotos ‐sollozó y se frotó los ojos‐. Él lo llamó un intercambio. Me dijo:
«Quiero fotos del intercambio, Chili» ‐Margo empezó a llorar a lágrima viva‐. Le encantaba
llamarme así. Es la razón por la que decidí usarlo como nombre artístico.
‐Lo sé, cielo. Continúa.
‐No sé lo que iban a intercambiar. No pregunté. Pero debió de ser la llave que encontraste
en mi bolsillo. Blu me la dio justo antes de saltar al río.
‐Vuelve atrás y explícame dónde estabas cuando ocurrió todo.
‐Estaba en el callejón, detrás del bar de Cruger, tomando fotos cuando oí los primeros
disparos ‐Margo cerró un momento los ojos.
‐Maite... Vamos, cielo. Necesito saberlo todo.
Ella abrió los ojos y pestañeó.
‐Los tiros me asustaron, se me cayó la cámara al suelo y se rompió. El hombre que estaba
con Blu yacía en el suelo del muelle. Al momento se oyó otro tiro ‐Maite siguió llorando‐. Fue
entonces cuando me entró el pánico y eché a correr.
‐Es Blu, ¿verdad? ‐el pánico se apoderó de ella y empezó a imaginar cosas horribles‐.
Dímelo, dímelo. ¡Maldito seas!
Maite era vagamente consciente de que Jackson había bajado las escaleras y había
desaparecido. La garganta se le cerró y la lengua se le quedó inmóvil mientras Will ocupaba el lugar
de Jackson en el porche. Sacudió la cabeza e intentó hablar. Cuando no le salieron las palabras,
agarró a Will de la camisa con fuerza.
‐Estoy harta de esperar. Quiero saber qué le ha pasado a mi hermano.
Él le echó el brazo por los hombros y la abrazó, cosa que a Maite le heló la sangre en las
venas; tenía algo horrible que decirle. Tenía razón, el cuerpo que habían encontrado en el agua era
el de Blu. ¡Oh, Dios!
En ese momento Maite perdió toda la fuerza y se dejó caer sobre Will. Él le echó el brazo por
los hombros y la condujo hacia la casa.
‐Vamos, cielo, siéntate ‐la sentó suavemente en una silla de la cocina y se colocó de rodillas
delante de ella.
Maite sintió que perdía la razón. Empezó a llorar otra vez.
‐Por favor, que no sea Blu. Dime que no lo han matado, Will. Dime que todo ha sido un error.
Se echó a temblar violentamente y se abrazó para calmarse. Todo el día había temido lo que
Will iba a decirle, pero también había estado intentando convencerse a sí misma de que Blu era
demasiado listo para dejar que ocurriera algo así. Su hermano era duro como una suela de cuero y
el doble de duradero. No podía estar muerto.
Will la agarró de los brazos y la zarandeó un poco.
‐¿Me has oído? Te he dicho que me cuentes lo que sabes, cariño. Dime quiénes son y por
qué iban detrás de Blu. Si voy a servirte de ayuda, tengo que saber lo que ocurrió en Algiers la otra
noche. Blu querría que me lo contaras, cielo. No está aquí para ayudar, de modo que tú vas a tener
que hacerlo por él.
Maite se echó a llorar otra vez.
‐Sé que es duro para ti, cielo, pero inténtalo. Cuanto antes sepa a lo que me enfrento,
mejor.
Sabía que Will tenía razón. Y estaba de acuerdo, Blu querría que le contara a la policía lo que
sabía. No había razón para no hacerlo. Debería haberle contado todo a Ry mucho antes. Quizá, de
haberlo hecho...
Otra vez se puso a llorar.
‐Blu me llamó hace unas cuantas noches y me pidió que me reuniera con él. Me dijo que
necesitaba que tomara unas fotos ‐sollozó y se frotó los ojos‐. Él lo llamó un intercambio. Me dijo:
«Quiero fotos del intercambio, Chili» ‐Margo empezó a llorar a lágrima viva‐. Le encantaba
llamarme así. Es la razón por la que decidí usarlo como nombre artístico.
‐Lo sé, cielo. Continúa.
‐No sé lo que iban a intercambiar. No pregunté. Pero debió de ser la llave que encontraste
en mi bolsillo. Blu me la dio justo antes de saltar al río.
‐Vuelve atrás y explícame dónde estabas cuando ocurrió todo.
‐Estaba en el callejón, detrás del bar de Cruger, tomando fotos cuando oí los primeros
disparos ‐Margo cerró un momento los ojos.
‐Maite... Vamos, cielo. Necesito saberlo todo.
Ella abrió los ojos y pestañeó.
‐Los tiros me asustaron, se me cayó la cámara al suelo y se rompió. El hombre que estaba
con Blu yacía en el suelo del muelle. Al momento se oyó otro tiro ‐Maite siguió llorando‐. Fue
entonces cuando me entró el pánico y eché a correr.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:44 am
‐¿A correr?
‐Sí, para decirle a Blu que huyera.
‐¿Que tú... te pusiste a tiro? ‐le preguntó Ry en tono brusco.
Maite levantó la cabeza confundida y vio que se ponía de pie.
‐¡No puedo creer que hicieras algo tan estúpido! ¡Una locura así podría haberte costado la
vida! ‐se puso rojo de rabia, levantó la mano con furia y le dio un puñetazo a la pared amarilla; el
reloj que había un poco más arriba cayó al suelo y se hizo pedazos‐. ¿Cómo se atreve Blu a ponerte
en una situación semejante? ¡Cuando encuentre al canalla de tu hermanito lo voy a matar de
verdad! ‐rugió.
Maite estuvo segura de que le había entendido mal. Lentamente se puso de pie.
‐Will, acabas de...
La mirada que le echó lo dijo todo. Maite sintió un alivio tremendo, seguido de una rabia
colosal.
‐¡Canalla mentiroso! ¡Rata! ¡Gusano! Levantó el puño.
Will le agarró el brazo.
‐Tranquila, cariño. Escúchame.
‐¡Cómo te atreves! ‐intentó soltarse, pero él no la dejó.
‐Cálmate, Maite. Vas a abrirte los puntos si no tienes cuidado.
‐¡Al cuerno los puntos! ¡Y al cuerno tú!
Le había hecho pensar que Blu estaba muerto deliberadamente, para sacarle información.
¿Cómo podía haber hecho algo tan ruin, tan cruel... ?
‐Estoy intentando ayudarte, maldita sea. Y también a Blu. Tal vez ahora no te lo parezca,
pero...
‐Desde luego que no ‐Maite continuó forcejeando con él.
Consiguió soltarse por fin, entonces se echó hacia atrás y le dio una sonora bofetada en la
mejilla. La marca que le dejó fue un hiriente recordatorio de la fuerza de su rabia.
En segundos la tenía de nuevo entre sus brazos, esa vez aprisionándola contra su cuerpo.
‐De acuerdo, me lo he merecido. Pero tienes que confiar ahora en mí.
‐¡Ja!
‐Escúchame, maldita sea. Tenemos que dejar de jugar el uno con el otro. No merezco tu
confianza, pero en este momento la necesito. Sí, maldita sea, mentí. Fingí que el muerto era Blu.
Era lo mejor que podía hacer. Se me está acabando el tiempo y, francamente, a Blu también.
Maite se sintió enferma y vacía. Jamás perdonaría a Will por su calculado engaño. Era la
traición peor de todas.
‐Suéltame. No quiero que me toques. No quiero estar en la misma habitación que tú. Él la
soltó y ella retrocedió un paso. ‐Maite...
‐Vete al infierno.
‐No antes de resolver este caso. Lo creas o no, tú me importas. Estás metida en mi caso, sí,
pero no se trata de eso. Se trata de protegerte y de encontrar a Blu con vida.
‐¿Y se supone que debo tragarme eso? ‐ Maite alzó la mano, pues no quería escuchar otra
mentira‐. Basta. No quiero oír nada más.
‐Ahí es dónde te equivocas, cielo. Vas a oír mucho más.
‐¡Te odio! ‐gritó, y entonces tiró con mucha rabia la docena de rosas al suelo.
‐Puedes odiarme todo lo que quieras ‐le dijo mientras se colocaba delante de ella‐, pero aún
vas a tener que escuchar lo que voy a decirte ‐se acercó más a Maite‐. Dos hombres han muerto y
Brodie Hewitt está desaparecido. Si crees que me voy a sentar a ver cómo eres tú la víctima
siguiente estás equivocada.
Arrinconada, sin saber a dónde ir, Maite tuvo que escucharlo.
‐Sí, para decirle a Blu que huyera.
‐¿Que tú... te pusiste a tiro? ‐le preguntó Ry en tono brusco.
Maite levantó la cabeza confundida y vio que se ponía de pie.
‐¡No puedo creer que hicieras algo tan estúpido! ¡Una locura así podría haberte costado la
vida! ‐se puso rojo de rabia, levantó la mano con furia y le dio un puñetazo a la pared amarilla; el
reloj que había un poco más arriba cayó al suelo y se hizo pedazos‐. ¿Cómo se atreve Blu a ponerte
en una situación semejante? ¡Cuando encuentre al canalla de tu hermanito lo voy a matar de
verdad! ‐rugió.
Maite estuvo segura de que le había entendido mal. Lentamente se puso de pie.
‐Will, acabas de...
La mirada que le echó lo dijo todo. Maite sintió un alivio tremendo, seguido de una rabia
colosal.
‐¡Canalla mentiroso! ¡Rata! ¡Gusano! Levantó el puño.
Will le agarró el brazo.
‐Tranquila, cariño. Escúchame.
‐¡Cómo te atreves! ‐intentó soltarse, pero él no la dejó.
‐Cálmate, Maite. Vas a abrirte los puntos si no tienes cuidado.
‐¡Al cuerno los puntos! ¡Y al cuerno tú!
Le había hecho pensar que Blu estaba muerto deliberadamente, para sacarle información.
¿Cómo podía haber hecho algo tan ruin, tan cruel... ?
‐Estoy intentando ayudarte, maldita sea. Y también a Blu. Tal vez ahora no te lo parezca,
pero...
‐Desde luego que no ‐Maite continuó forcejeando con él.
Consiguió soltarse por fin, entonces se echó hacia atrás y le dio una sonora bofetada en la
mejilla. La marca que le dejó fue un hiriente recordatorio de la fuerza de su rabia.
En segundos la tenía de nuevo entre sus brazos, esa vez aprisionándola contra su cuerpo.
‐De acuerdo, me lo he merecido. Pero tienes que confiar ahora en mí.
‐¡Ja!
‐Escúchame, maldita sea. Tenemos que dejar de jugar el uno con el otro. No merezco tu
confianza, pero en este momento la necesito. Sí, maldita sea, mentí. Fingí que el muerto era Blu.
Era lo mejor que podía hacer. Se me está acabando el tiempo y, francamente, a Blu también.
Maite se sintió enferma y vacía. Jamás perdonaría a Will por su calculado engaño. Era la
traición peor de todas.
‐Suéltame. No quiero que me toques. No quiero estar en la misma habitación que tú. Él la
soltó y ella retrocedió un paso. ‐Maite...
‐Vete al infierno.
‐No antes de resolver este caso. Lo creas o no, tú me importas. Estás metida en mi caso, sí,
pero no se trata de eso. Se trata de protegerte y de encontrar a Blu con vida.
‐¿Y se supone que debo tragarme eso? ‐ Maite alzó la mano, pues no quería escuchar otra
mentira‐. Basta. No quiero oír nada más.
‐Ahí es dónde te equivocas, cielo. Vas a oír mucho más.
‐¡Te odio! ‐gritó, y entonces tiró con mucha rabia la docena de rosas al suelo.
‐Puedes odiarme todo lo que quieras ‐le dijo mientras se colocaba delante de ella‐, pero aún
vas a tener que escuchar lo que voy a decirte ‐se acercó más a Maite‐. Dos hombres han muerto y
Brodie Hewitt está desaparecido. Si crees que me voy a sentar a ver cómo eres tú la víctima
siguiente estás equivocada.
Arrinconada, sin saber a dónde ir, Maite tuvo que escucharlo.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:50 am
‐¿Brodie ha desaparecido? ‐el mundo se le tambaleó de nuevo‐. ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo
puedo creerte?
‐Pike. Vino a la comisaría e hizo una declaración. Puedes leerla si quieres convencerte. Yo
creo que tanto Blu como Brodie están hasta el cuello, y el único a quien parece importarle en este
momento es a mí.
‐¡A mí me importa!
‐Entonces te sugiero que te serenes y que dejes de verme como si fuera el enemigo. ¿O me
odias más de lo que quieres a Blu?
Will pensó que Margo tenía razón, que era una. Rata, un egoísta, un miserable que... que
haría cualquier cosa para que nadie la tocara. ¿No lo había demostrado dos años atrás? Maite no
sabía con quién estaba tratando; él era el hombre que la amaba, maldita fuera. El hombre que lo
había sacrificado todo para que ella siguiera sana y salva. Solo que ella no lo sabía. No tenía ni idea
de lo que sentía por ella, ni de la razón por la que la había abandonado dos años atrás.
Al ver a Maite histérica y llorosa se le había partido el corazón. Jamás sabría lo mucho que
le había costado fingir que Blu estaba muerto. Pero lo que le había dicho después era la pura
verdad: Blu y Brodie estaban en medio de un buen lío y podrían ser asesinados fácilmente si acaso
aún seguían con vida.
Lo único que necesitaba era otro maldito cuerpo flotando en el río y...
Sí, le había mentido, pero no había sido algo planeado. En ese momento había sido la única
manera de hacerla hablar; después de todo, Maite se preocupaba de Blu con una pasión que
pocos hermanos experimentaban. Sí, estaba celoso de la lealtad que Maite sentía hacia su
hermano, pero en ese caso Ry había utilizado esa lealtad en provecho propio. La debilidad de
Maite se había convertido en su talón de Aquiles. Una debilidad que podía utilizar porque sabía
que le garantizaría un buen resultado.
Will miró el reloj. Margo llevaba ya más de una hora arriba. En ese tiempo, él había in‐formado
a Jackson de la situación y después había enviado a su compañero a buscar a Goddard
Reese.
Sus pensamientos volvieron a Maite y Will se preguntó si se habría tranquilizado. Si subía,
¿hablarían como dos adultos civilizados, o le tiraría algo a la cara y le pediría que se largara?
Will se puso de pie y atravesó la cocina despacio. Al pie de las escaleras se detuvo. ¿Estaría
loco por pensar que, después de todo lo que había pasado, aún tenían una oportunidad?
Subió las escaleras y se detuvo de nuevo delante de la puerta de su dormitorio. Antes de
salir de la cocina, ella le había echado una última mirada. El odio que ardía en sus bonitos ojos
oscuros le había atravesado el alma. ¿Seguiría ese odio allí?
Tal vez él pudiera vivir con ese odio, con tal de que al final ella saliera ilesa de todo aquello.
Will abrió la puerta y encontró a Margo de pie junto a la ventana. La luna plateada acariciaba
sus celestiales curvas y al verla, la sangre empezó a correrle por las venas a toda velocidad. El calor
del día no había cedido, y en el dormitorio hacía una temperatura agobiante. Se acercó al aparato
de aire acondicionado y lo encendió. El ruido hizo que Maite se diera la vuelta.
Sabía que él debía iniciar la conversación.
‐¿Entonces qué va a pasar, cariño? ¿Somos compañeros, o te detengo bajo protección
policial hasta que termine este caso?
Al oír su radical solución, Maite alzó un poco la cabeza.
‐¿Protección policial? ¿Por qué?
‐Porque no puedo hacer mi trabajo y preocuparme de dónde estás en cada momento del dia
puedo creerte?
‐Pike. Vino a la comisaría e hizo una declaración. Puedes leerla si quieres convencerte. Yo
creo que tanto Blu como Brodie están hasta el cuello, y el único a quien parece importarle en este
momento es a mí.
‐¡A mí me importa!
‐Entonces te sugiero que te serenes y que dejes de verme como si fuera el enemigo. ¿O me
odias más de lo que quieres a Blu?
Will pensó que Margo tenía razón, que era una. Rata, un egoísta, un miserable que... que
haría cualquier cosa para que nadie la tocara. ¿No lo había demostrado dos años atrás? Maite no
sabía con quién estaba tratando; él era el hombre que la amaba, maldita fuera. El hombre que lo
había sacrificado todo para que ella siguiera sana y salva. Solo que ella no lo sabía. No tenía ni idea
de lo que sentía por ella, ni de la razón por la que la había abandonado dos años atrás.
Al ver a Maite histérica y llorosa se le había partido el corazón. Jamás sabría lo mucho que
le había costado fingir que Blu estaba muerto. Pero lo que le había dicho después era la pura
verdad: Blu y Brodie estaban en medio de un buen lío y podrían ser asesinados fácilmente si acaso
aún seguían con vida.
Lo único que necesitaba era otro maldito cuerpo flotando en el río y...
Sí, le había mentido, pero no había sido algo planeado. En ese momento había sido la única
manera de hacerla hablar; después de todo, Maite se preocupaba de Blu con una pasión que
pocos hermanos experimentaban. Sí, estaba celoso de la lealtad que Maite sentía hacia su
hermano, pero en ese caso Ry había utilizado esa lealtad en provecho propio. La debilidad de
Maite se había convertido en su talón de Aquiles. Una debilidad que podía utilizar porque sabía
que le garantizaría un buen resultado.
Will miró el reloj. Margo llevaba ya más de una hora arriba. En ese tiempo, él había in‐formado
a Jackson de la situación y después había enviado a su compañero a buscar a Goddard
Reese.
Sus pensamientos volvieron a Maite y Will se preguntó si se habría tranquilizado. Si subía,
¿hablarían como dos adultos civilizados, o le tiraría algo a la cara y le pediría que se largara?
Will se puso de pie y atravesó la cocina despacio. Al pie de las escaleras se detuvo. ¿Estaría
loco por pensar que, después de todo lo que había pasado, aún tenían una oportunidad?
Subió las escaleras y se detuvo de nuevo delante de la puerta de su dormitorio. Antes de
salir de la cocina, ella le había echado una última mirada. El odio que ardía en sus bonitos ojos
oscuros le había atravesado el alma. ¿Seguiría ese odio allí?
Tal vez él pudiera vivir con ese odio, con tal de que al final ella saliera ilesa de todo aquello.
Will abrió la puerta y encontró a Margo de pie junto a la ventana. La luna plateada acariciaba
sus celestiales curvas y al verla, la sangre empezó a correrle por las venas a toda velocidad. El calor
del día no había cedido, y en el dormitorio hacía una temperatura agobiante. Se acercó al aparato
de aire acondicionado y lo encendió. El ruido hizo que Maite se diera la vuelta.
Sabía que él debía iniciar la conversación.
‐¿Entonces qué va a pasar, cariño? ¿Somos compañeros, o te detengo bajo protección
policial hasta que termine este caso?
Al oír su radical solución, Maite alzó un poco la cabeza.
‐¿Protección policial? ¿Por qué?
‐Porque no puedo hacer mi trabajo y preocuparme de dónde estás en cada momento del dia
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:56 am
‐¿Y si te digo que sí y te cuento lo que sé, me podré ir a casa?
‐No tienes casa, ¿recuerdas?
‐Sí que la tengo ‐resopló, muy enfadada.
‐La respuesta es no. No permitiré que te marches de aquí. Tengo sitio suficiente. En cuanto
pillemos a los asesinos, entonces podremos...
‐No hables en plural, detective Archard. Will empezó de nuevo.
‐De acuerdo, una vez que haya pillado a los responsables, podrás irte adonde quieras. ¿Qué
te parece?
‐Yo no tengo miedo. Todo esto no tiene nada que ver conmigo.
‐En eso te equivocas ‐Will dio un paso hacia ella‐. Esto implica a cualquiera que sepa algo de
esa noche. Y tú estuviste allí. No creo que seas el objetivo principal, pero no quiero que te pongas
en medio y que acabes recibiendo un disparo.
‐No creo que eso sea asunto tuyo, detective Archard. Si estoy dispuesta a ponerme delante
de una bala por Blu, eso es cosa mía.
‐Estás loca si piensas que voy a dejar que eso ocurra. Anoche...
‐Solo fue sexo. Ambos nos pusimos de acuerdo.
‐Anoche fue mucho más que sexo, y los dos lo sabemos. Si fueras sincera, reconocerías al
menos eso.
‐Oh, por favor. Me estás reprendiendo por no ser sincera,
‐Me importas.
‐Está bien claro lo que a ti te importa, Will, y no tiene nada que ver conmigo y todo que ver
con ese maldito trabajo tuyo.
‐Eso no es justo. Me han asignado este caso, pero...
Ella lo interrumpió.
‐Hice mal viniendo aquí la otra noche, y lo siento. No sabes cuánto. Pero jamás habría
venido si Blu no me hubiera insistido tanto. ¿Entiendes?, no fue idea mía. En realidad, yo me
negué al principio, pero después...
‐Espera un momento. ¿Fue idea de Blu que vinieras aquí? ¿Cuándo te lo sugirió?
Ella vaciló.
‐Maite, si esperas salir de esta casa antes de Navidad, será mejor que empieces a hablar ‐Will
ia inmovilizó con una mirada dura‐. Lo digo en serio. No vas a salir de aquí según están las cosas.
Cuanto antes cierre el caso, antes te verás libre. Pero ni un minuto antes.
Pasó un rato antes de que Maite cediera.
‐Estábamos en el muelle, Blu y yo. El policía estaba muerto. Por cierto, yo no supe que era
un policía hasta después, cuando tú me lo dijiste. Bueno, los hombres que le dispararon salieron
de dónde habían estado escondidos y echaron a andar hacia nosotros. Blu dijo que teníamos que
tirarnos al río para escapar. Yo no quería. A él le habían disparado en el muslo; a mí, en el brazo.
Ya sabes lo poco que me gusta el agua. No soy muy buena nadadora. Empecé a discutir, pero Blu
no me hizo caso. Me ordenó que nadara hasta el Nightwing y que Brodie me trajera aquí. Dijo que
a nadie se le ocurriría buscarme en tu casa. Al principio rechacé la idea, pero después decidí que
tenía razón.
Will se quedó reflexionando un momento. No tenía sentido que Blu le sugiriera a Maite el ir
a su casa a no ser que... A no ser que Blu supiera que Maite estaba en peligro y que no iba a poder
protegerla. Y Will sospechaba que Blu sabía también algo más. Sabía que el incidente del muelle era
tan solo el principio; el principio de algo más gordo.
Una cosa de la que Will jamás había dudado era del amor que Blu sentía hacia su hermana.
Después de la muerte de Carl, y a pesar de ser un imprudente a veces, Blu había adoptado el papel
‐No tienes casa, ¿recuerdas?
‐Sí que la tengo ‐resopló, muy enfadada.
‐La respuesta es no. No permitiré que te marches de aquí. Tengo sitio suficiente. En cuanto
pillemos a los asesinos, entonces podremos...
‐No hables en plural, detective Archard. Will empezó de nuevo.
‐De acuerdo, una vez que haya pillado a los responsables, podrás irte adonde quieras. ¿Qué
te parece?
‐Yo no tengo miedo. Todo esto no tiene nada que ver conmigo.
‐En eso te equivocas ‐Will dio un paso hacia ella‐. Esto implica a cualquiera que sepa algo de
esa noche. Y tú estuviste allí. No creo que seas el objetivo principal, pero no quiero que te pongas
en medio y que acabes recibiendo un disparo.
‐No creo que eso sea asunto tuyo, detective Archard. Si estoy dispuesta a ponerme delante
de una bala por Blu, eso es cosa mía.
‐Estás loca si piensas que voy a dejar que eso ocurra. Anoche...
‐Solo fue sexo. Ambos nos pusimos de acuerdo.
‐Anoche fue mucho más que sexo, y los dos lo sabemos. Si fueras sincera, reconocerías al
menos eso.
‐Oh, por favor. Me estás reprendiendo por no ser sincera,
‐Me importas.
‐Está bien claro lo que a ti te importa, Will, y no tiene nada que ver conmigo y todo que ver
con ese maldito trabajo tuyo.
‐Eso no es justo. Me han asignado este caso, pero...
Ella lo interrumpió.
‐Hice mal viniendo aquí la otra noche, y lo siento. No sabes cuánto. Pero jamás habría
venido si Blu no me hubiera insistido tanto. ¿Entiendes?, no fue idea mía. En realidad, yo me
negué al principio, pero después...
‐Espera un momento. ¿Fue idea de Blu que vinieras aquí? ¿Cuándo te lo sugirió?
Ella vaciló.
‐Maite, si esperas salir de esta casa antes de Navidad, será mejor que empieces a hablar ‐Will
ia inmovilizó con una mirada dura‐. Lo digo en serio. No vas a salir de aquí según están las cosas.
Cuanto antes cierre el caso, antes te verás libre. Pero ni un minuto antes.
Pasó un rato antes de que Maite cediera.
‐Estábamos en el muelle, Blu y yo. El policía estaba muerto. Por cierto, yo no supe que era
un policía hasta después, cuando tú me lo dijiste. Bueno, los hombres que le dispararon salieron
de dónde habían estado escondidos y echaron a andar hacia nosotros. Blu dijo que teníamos que
tirarnos al río para escapar. Yo no quería. A él le habían disparado en el muslo; a mí, en el brazo.
Ya sabes lo poco que me gusta el agua. No soy muy buena nadadora. Empecé a discutir, pero Blu
no me hizo caso. Me ordenó que nadara hasta el Nightwing y que Brodie me trajera aquí. Dijo que
a nadie se le ocurriría buscarme en tu casa. Al principio rechacé la idea, pero después decidí que
tenía razón.
Will se quedó reflexionando un momento. No tenía sentido que Blu le sugiriera a Maite el ir
a su casa a no ser que... A no ser que Blu supiera que Maite estaba en peligro y que no iba a poder
protegerla. Y Will sospechaba que Blu sabía también algo más. Sabía que el incidente del muelle era
tan solo el principio; el principio de algo más gordo.
Una cosa de la que Will jamás había dudado era del amor que Blu sentía hacia su hermana.
Después de la muerte de Carl, y a pesar de ser un imprudente a veces, Blu había adoptado el papel
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 10:58 am
de jefe de la familia duFray. Vigilaba a Maite como un padre posesivo, y se había asegurado de
que el mercado de pescado tuviera una base sólida para mantener a su madre ocupada y
económicamente independiente.
Entonces ¿qué estaba intentando decirle Blu?Will quería saberlo. ¿Qué tenía delante que
aún no era capaz de ver? ,
‐¿Y la llave que encontré en tu bolsillo? ¿Dijo algo Blu de esa llave?
Ella sacudió la cabeza.
‐¿Te ha presentado últimamente Blu a alguien? ¿Alguna nueva cara, a algún amigo especial?
¿Has visto a alguien nuevo acompañando a Blu? Piensa, Maite. ¿Te ha comentado quizá la buena
oportunidad con la que se había topado?
‐¡No! Ya te lo he dicho, no lo sé. No hay nada que pueda decirte.
‐¿Estás segura?
‐¡Sí, maldita sea! Blu nunca habla de negocios conmigo, excepto para asegurarme que no va
a dejar que la flota de papá se venga abajo. Tiene más de treinta hombre trabajando para él y
debe pagarlos regularmente. Cada semana hay que reparar algún barco. Y también hay que tener
en cuenta a mamá. Su seguro médico se lleva la mitad de las ganancias del mercado de pescado
‐aspiró hondo‐.No necesito continuar, ¿verdad? Jamás he ocultado cuánto amo y admiro a mi
hermano. Él no hace una cosa y después hace otra. Lo que uno ve es lo que hay, como se suele
decir.
Lo que le estaba diciendo era que Blu era todo lo que no era él. Le costó tragarlo, pero la
verdad a veces era dura, sobre todo cuando te estaban diciendo a uno que no había nada peor
que él.
Will sacó la llave del bolsillo de su pantalón.
‐¿Entonces Blu no dijo nada específico sobre esta llave?
‐¡No! Bromeó que tenía algo que ver con el mapa de un tesoro, pero... ‐de pronto abrió los
ojos como platos‐. Y me dijo que te la diera si no se presentaba en un par de días. ¡Oh, Dios!
¿Cómo he podido olvidarme de eso?
Bueno, parecía que la cosa avanzaba.
‐¿Un mapa de un tesoro? ¿Estás segura de que dijo «mapa»?.
‐Sí ‐se hundió pensativamente en la butaca‐. No creo que dijera nada más. Pero, Dios mío,
¿y si me olvido de algo? ¿Y si se me ha pasado algo muy importante?
‐Tómatelo con calma ‐Will se acercó a la cama y se sentó en el borde, de frente a ella‐. ¿Dijo
Brodie algo esa noche? ¿Dio a entender que sabía lo que estaba pasando?
‐Creo que debía de saber algo, porque Blu dijo que Brodie habría oído sin duda el disparo y
sabría que las cosas se habían ido al traste. Entonces, cuando estaba ya en el Nightwing y le conté
lo que había pasado y dónde había decidido Blu que debía ir, él no discutió. No quería dejarme,
pero también parecía ansioso por encontrar a Blu. Casi como si supiera dónde podría haber ido, o
quizá estuviera tan preocupado como yo.
‐¿Cómo sabes eso?
‐No estoy segura del todo. Brodie estaba disgustado por lo de mi brazo, pero parecía estar
más centrado esa noche, casi como si hubiera esperado que algo saliera mal y supiera qué hacer
en ese caso.
‐¿No había bebido?
‐No. Le gusta beber, pero esa noche no había bebido.
Will no lo dijo, pero se preguntó si Hewitt estaría más metido en el asunto de lo que él se
había figurado en un principio. Se suponía que era amigo de Blu, el amor de Maite. ¿Sería Brodie
sincero, o tendría sus propios asuntos?
‐Dijiste que viniste aquí en taxi; ahora dices que te trajo Brodie. ¿Cómo viniste?
que el mercado de pescado tuviera una base sólida para mantener a su madre ocupada y
económicamente independiente.
Entonces ¿qué estaba intentando decirle Blu?Will quería saberlo. ¿Qué tenía delante que
aún no era capaz de ver? ,
‐¿Y la llave que encontré en tu bolsillo? ¿Dijo algo Blu de esa llave?
Ella sacudió la cabeza.
‐¿Te ha presentado últimamente Blu a alguien? ¿Alguna nueva cara, a algún amigo especial?
¿Has visto a alguien nuevo acompañando a Blu? Piensa, Maite. ¿Te ha comentado quizá la buena
oportunidad con la que se había topado?
‐¡No! Ya te lo he dicho, no lo sé. No hay nada que pueda decirte.
‐¿Estás segura?
‐¡Sí, maldita sea! Blu nunca habla de negocios conmigo, excepto para asegurarme que no va
a dejar que la flota de papá se venga abajo. Tiene más de treinta hombre trabajando para él y
debe pagarlos regularmente. Cada semana hay que reparar algún barco. Y también hay que tener
en cuenta a mamá. Su seguro médico se lleva la mitad de las ganancias del mercado de pescado
‐aspiró hondo‐.No necesito continuar, ¿verdad? Jamás he ocultado cuánto amo y admiro a mi
hermano. Él no hace una cosa y después hace otra. Lo que uno ve es lo que hay, como se suele
decir.
Lo que le estaba diciendo era que Blu era todo lo que no era él. Le costó tragarlo, pero la
verdad a veces era dura, sobre todo cuando te estaban diciendo a uno que no había nada peor
que él.
Will sacó la llave del bolsillo de su pantalón.
‐¿Entonces Blu no dijo nada específico sobre esta llave?
‐¡No! Bromeó que tenía algo que ver con el mapa de un tesoro, pero... ‐de pronto abrió los
ojos como platos‐. Y me dijo que te la diera si no se presentaba en un par de días. ¡Oh, Dios!
¿Cómo he podido olvidarme de eso?
Bueno, parecía que la cosa avanzaba.
‐¿Un mapa de un tesoro? ¿Estás segura de que dijo «mapa»?.
‐Sí ‐se hundió pensativamente en la butaca‐. No creo que dijera nada más. Pero, Dios mío,
¿y si me olvido de algo? ¿Y si se me ha pasado algo muy importante?
‐Tómatelo con calma ‐Will se acercó a la cama y se sentó en el borde, de frente a ella‐. ¿Dijo
Brodie algo esa noche? ¿Dio a entender que sabía lo que estaba pasando?
‐Creo que debía de saber algo, porque Blu dijo que Brodie habría oído sin duda el disparo y
sabría que las cosas se habían ido al traste. Entonces, cuando estaba ya en el Nightwing y le conté
lo que había pasado y dónde había decidido Blu que debía ir, él no discutió. No quería dejarme,
pero también parecía ansioso por encontrar a Blu. Casi como si supiera dónde podría haber ido, o
quizá estuviera tan preocupado como yo.
‐¿Cómo sabes eso?
‐No estoy segura del todo. Brodie estaba disgustado por lo de mi brazo, pero parecía estar
más centrado esa noche, casi como si hubiera esperado que algo saliera mal y supiera qué hacer
en ese caso.
‐¿No había bebido?
‐No. Le gusta beber, pero esa noche no había bebido.
Will no lo dijo, pero se preguntó si Hewitt estaría más metido en el asunto de lo que él se
había figurado en un principio. Se suponía que era amigo de Blu, el amor de Maite. ¿Sería Brodie
sincero, o tendría sus propios asuntos?
‐Dijiste que viniste aquí en taxi; ahora dices que te trajo Brodie. ¿Cómo viniste?
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 11:00 am
Brodie me trajo.
‐¿Y después qué hizo?, ¿volvió a Algiers en busca de Blu?
‐Sí.
Will sacudió la cabeza.
‐Aún no puedo creer que te dejara con una bala en el brazo.
‐Los dos estábamos muy preocupados por Blu ‐le espetó Maite‐. Yo sabía que me pondría
bien, que la herida no era seria. Él también lo sabía. No te atrevas a sacarle faltas a Brodie.
Will no quería fastidiarla. Si se ponía a la defensiva, seguramente dejaría de hablar. Estaban
progresando, de modo que no había necesidad de provocarla para que acabara cerrando el pico.
‐¿Para qué supones que quería Blu las fotos?
‐No tengo ni idea ‐bajó la vista y se miró las manos, que tenía en el regazo‐. Quiero mucho a
mi hermano pero no soy ninguna tonta, Will. Sé que juega para mantener el dinero en movimiento.
Sé que ha hecho también otras cosas. Cosas por las que algunas personas lo condenarían ‐lo miró
con rabia, como queriendo decirle que él era una de esas personas.
‐Sé que está en la cuerda floja, cielo.
‐Jamás mataría a un poli. ¡No iría tan lejos por dinero!
‐No, yo tampoco creo que sea capaz de hacer eso. Pero ha trabajado para hombres que son
capaces de hacer eso y más.
Will no estaba seguro de cuánto contarle a Margo, de lo que aceptaría de él. No quería abrir
una brecha mayor entre ellos; ya era bastante grande. Pero tal vez la verdad fuera el único camino
para llegar a ella.
‐Maite, escucha...
‐Sé lo que vas a decir. No te molestes.
‐Tengo que hacerlo. Blu podrá ser tu hermano, pero sé que trabaja de matón para al menos
un prestamista de la ciudad. Patch Pollaro le paga a Blu para que sus clientes no se retrasen y no lo
engallen. Tal vez haya otros.
Will notó cómo se ponía tensa, entonces desvió la mirada.
‐Pensé que sería algo así. Le he visto las manos, a menudo tiene los nudillos llenos de
hematomas e inflamados. Le he preguntado un par de veces, pero él le echó la culpa al trabajo en
los barcos.
‐No lo estoy condenando, Maite.
‐¿No? ‐lo miró a los ojos‐. Nunca te ha gustado mi hermano.
‐Hemos tenido nuestras diferencias ‐ concedió Will‐, pero nunca he ido tras él. De verdad,
cielo, no creo que esté en el lado oscuro de este asunto.
‐Claro, y yo me lo tengo que creer, ¿no?
Will se puso de pie, sabiendo que cualquier cosa que dijera para justificarse sería inútil. Se
colocó en el mismo sitio donde la había encontrado, junto a la ventana.
‐Podría ser que Blu viera algo que no de ría haber visto. Podría ser una víctima en todo esto.
‐No crees eso de verdad.
No, no lo creía, pero había cierta esperanza. Volvió la cabeza y vio que se había puesto de
pie.
‐Me parece poco probable que Blu sea una víctima. Tu hermano es un chico de recursos.
Pero cosas más raras han ocurrido.
‐¿Y Brodie? ¿Dónde crees que está en este momento?
La preocupación que vio en su mirada, que oyó en su voz, era de esperar, pero Will se puso
celoso.
‐Pike dijo que Brodie estaba en el Nightwing. Encontramos sangre y pruebas de que hubo
algún tipo de pelea.
‐¿Y después qué hizo?, ¿volvió a Algiers en busca de Blu?
‐Sí.
Will sacudió la cabeza.
‐Aún no puedo creer que te dejara con una bala en el brazo.
‐Los dos estábamos muy preocupados por Blu ‐le espetó Maite‐. Yo sabía que me pondría
bien, que la herida no era seria. Él también lo sabía. No te atrevas a sacarle faltas a Brodie.
Will no quería fastidiarla. Si se ponía a la defensiva, seguramente dejaría de hablar. Estaban
progresando, de modo que no había necesidad de provocarla para que acabara cerrando el pico.
‐¿Para qué supones que quería Blu las fotos?
‐No tengo ni idea ‐bajó la vista y se miró las manos, que tenía en el regazo‐. Quiero mucho a
mi hermano pero no soy ninguna tonta, Will. Sé que juega para mantener el dinero en movimiento.
Sé que ha hecho también otras cosas. Cosas por las que algunas personas lo condenarían ‐lo miró
con rabia, como queriendo decirle que él era una de esas personas.
‐Sé que está en la cuerda floja, cielo.
‐Jamás mataría a un poli. ¡No iría tan lejos por dinero!
‐No, yo tampoco creo que sea capaz de hacer eso. Pero ha trabajado para hombres que son
capaces de hacer eso y más.
Will no estaba seguro de cuánto contarle a Margo, de lo que aceptaría de él. No quería abrir
una brecha mayor entre ellos; ya era bastante grande. Pero tal vez la verdad fuera el único camino
para llegar a ella.
‐Maite, escucha...
‐Sé lo que vas a decir. No te molestes.
‐Tengo que hacerlo. Blu podrá ser tu hermano, pero sé que trabaja de matón para al menos
un prestamista de la ciudad. Patch Pollaro le paga a Blu para que sus clientes no se retrasen y no lo
engallen. Tal vez haya otros.
Will notó cómo se ponía tensa, entonces desvió la mirada.
‐Pensé que sería algo así. Le he visto las manos, a menudo tiene los nudillos llenos de
hematomas e inflamados. Le he preguntado un par de veces, pero él le echó la culpa al trabajo en
los barcos.
‐No lo estoy condenando, Maite.
‐¿No? ‐lo miró a los ojos‐. Nunca te ha gustado mi hermano.
‐Hemos tenido nuestras diferencias ‐ concedió Will‐, pero nunca he ido tras él. De verdad,
cielo, no creo que esté en el lado oscuro de este asunto.
‐Claro, y yo me lo tengo que creer, ¿no?
Will se puso de pie, sabiendo que cualquier cosa que dijera para justificarse sería inútil. Se
colocó en el mismo sitio donde la había encontrado, junto a la ventana.
‐Podría ser que Blu viera algo que no de ría haber visto. Podría ser una víctima en todo esto.
‐No crees eso de verdad.
No, no lo creía, pero había cierta esperanza. Volvió la cabeza y vio que se había puesto de
pie.
‐Me parece poco probable que Blu sea una víctima. Tu hermano es un chico de recursos.
Pero cosas más raras han ocurrido.
‐¿Y Brodie? ¿Dónde crees que está en este momento?
La preocupación que vio en su mirada, que oyó en su voz, era de esperar, pero Will se puso
celoso.
‐Pike dijo que Brodie estaba en el Nightwing. Encontramos sangre y pruebas de que hubo
algún tipo de pelea.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 11:03 am
‐¡Sangre en el Nightwing! ¿Por qué no me lo has dicho antes?
‐Porque no me has dado la oportunidad. Yo creo que es sangre del cadáver que sacamos del
agua, pero el laboratorio me lo confirmará. He precintado el Nightwing por esa razón. Pienso que
quienquiera que esté detrás de esto fue ayer al Nightwing con la intención de obtener algunas
respuestas de Brodie. Pelea y Brodie le voló la cabeza.
‐¡Ni hablar! Brodie no mataría a nadie.
‐¿Ni siquiera para salvar la vida?
‐Si eso fue lo que ocurrió, ¿Dónde está ahora)
Empezó a morderse el labio, y Will no pudo hacer nada mientras veía cómo se preocupaba
por otro hombre. Durante mucho tiempo había visto a Hewitt entrando y saliendo del Toucan,
pero jamás había querido creer los rumores. Tan solo eran amigos, se había dicho para sus
adentros.
«No te pongas celoso», se advirtió a sí mismo.
No debía permitir que esos sentimientos se interpusieran en su camino. Y menos en ese
momento.
‐Hewitt podría haberse fugado ‐sugirió‐. O tal vez haya ido donde está Blu. Elige tú. Podría
haber ocurrido de diez maneras distintas. Quizá el tipo muerto no tenga nada que ver con todo
esto. Tal vez lo tirara allí otra persona. Vio que escondía la cara entre las manos.
‐No puedo soportar esta espera. Tenemos que hacer algo.
‐Lo estamos haciendo. Y si quieres ayudarme, cuéntamelo todo otra vez, tal y como ocurrió.
Desde que escuchaste los disparos y corriste hacia el muelle. Cuéntamelo paso a paso. Tal vez se
te haya pasado algo.
‐No me gusta recordar esa noche. Oí los disparos, vi que el hombre con el que estaba
hablando Blu caía muerto, y corrí.
‐Al muelle ‐dijo enfurecido.
‐Sí. ¡Sí, al muelle! Allí era donde estaba Blu, y allí era donde yo quería estar en ese
momento.
Will se imaginó a Maite corriendo hacia el muelle. La bala que había matado a Mickey
provenía de una AK 47, por amor de Dios. Margo podría haber muerto fácilmente. Cada vez
que lo pensaba se le revolvía el estómago.
‐Antes de que llegara, él cayó al suelo ‐ dijo Maite‐. Pensé que estaba muerto, y
yo... Entonces Blu empezó a soltar palabrotas, y cuando lo oí me alegré tanto... Terminé de
acercarme a él, y entonces fue cuando me vio y empezó a gritar, ordenándome que me lanzara al
agua. Oí otro disparo, y luego otro. No recuerdo mucho después de que me dieran el tiro. Blu me
arrastró sobre el poli muerto y me cubrió con su cuerpo. Fue entonces cuando me golpeé las
costillas. Me miró el brazo para ver la gravedad de la herida, y después me dio la llave. Minutos
más tarde estaba en el agua nadando hacia el Nightwing. Y Blu... ‐empezó a llorar‐. No recuerdo el
momento en que se soltó de mi mano. Oí más disparos. El ruido del agua. Creo que los intentó
despistar para darme tiempo a alejarme. El río estaba tan negro y tan frío...
De nuevo Will se la imaginó corriendo por el muelle, con las balas volando, y después nadando
sola en el río en mitad de la noche. Se sintió físicamente mal, como si lo estuvieran
pinchando por dentro. Apretó los dientes, deseando abrazarla y consolarla. Quería prometerle que
nada de eso volvería a ocurrir.
Pero sería una promesa falsa. Sí, podría hacer lo posible para que estuviera sana y salva y
feliz, pero no era Dios. Y eso era lo que Clide llevaba dos años diciéndole.
‐Tengo que hacer algo ‐dijo ella de repente‐. Tal vez si me utilizaras de anzuelo de alguna
manera. Si volviéramos a mi apartamento y se presentaran y...
‐¡No! Ni siquiera sé quiénes son estas personas, pero estoy muy seguro de lo que son
‐Porque no me has dado la oportunidad. Yo creo que es sangre del cadáver que sacamos del
agua, pero el laboratorio me lo confirmará. He precintado el Nightwing por esa razón. Pienso que
quienquiera que esté detrás de esto fue ayer al Nightwing con la intención de obtener algunas
respuestas de Brodie. Pelea y Brodie le voló la cabeza.
‐¡Ni hablar! Brodie no mataría a nadie.
‐¿Ni siquiera para salvar la vida?
‐Si eso fue lo que ocurrió, ¿Dónde está ahora)
Empezó a morderse el labio, y Will no pudo hacer nada mientras veía cómo se preocupaba
por otro hombre. Durante mucho tiempo había visto a Hewitt entrando y saliendo del Toucan,
pero jamás había querido creer los rumores. Tan solo eran amigos, se había dicho para sus
adentros.
«No te pongas celoso», se advirtió a sí mismo.
No debía permitir que esos sentimientos se interpusieran en su camino. Y menos en ese
momento.
‐Hewitt podría haberse fugado ‐sugirió‐. O tal vez haya ido donde está Blu. Elige tú. Podría
haber ocurrido de diez maneras distintas. Quizá el tipo muerto no tenga nada que ver con todo
esto. Tal vez lo tirara allí otra persona. Vio que escondía la cara entre las manos.
‐No puedo soportar esta espera. Tenemos que hacer algo.
‐Lo estamos haciendo. Y si quieres ayudarme, cuéntamelo todo otra vez, tal y como ocurrió.
Desde que escuchaste los disparos y corriste hacia el muelle. Cuéntamelo paso a paso. Tal vez se
te haya pasado algo.
‐No me gusta recordar esa noche. Oí los disparos, vi que el hombre con el que estaba
hablando Blu caía muerto, y corrí.
‐Al muelle ‐dijo enfurecido.
‐Sí. ¡Sí, al muelle! Allí era donde estaba Blu, y allí era donde yo quería estar en ese
momento.
Will se imaginó a Maite corriendo hacia el muelle. La bala que había matado a Mickey
provenía de una AK 47, por amor de Dios. Margo podría haber muerto fácilmente. Cada vez
que lo pensaba se le revolvía el estómago.
‐Antes de que llegara, él cayó al suelo ‐ dijo Maite‐. Pensé que estaba muerto, y
yo... Entonces Blu empezó a soltar palabrotas, y cuando lo oí me alegré tanto... Terminé de
acercarme a él, y entonces fue cuando me vio y empezó a gritar, ordenándome que me lanzara al
agua. Oí otro disparo, y luego otro. No recuerdo mucho después de que me dieran el tiro. Blu me
arrastró sobre el poli muerto y me cubrió con su cuerpo. Fue entonces cuando me golpeé las
costillas. Me miró el brazo para ver la gravedad de la herida, y después me dio la llave. Minutos
más tarde estaba en el agua nadando hacia el Nightwing. Y Blu... ‐empezó a llorar‐. No recuerdo el
momento en que se soltó de mi mano. Oí más disparos. El ruido del agua. Creo que los intentó
despistar para darme tiempo a alejarme. El río estaba tan negro y tan frío...
De nuevo Will se la imaginó corriendo por el muelle, con las balas volando, y después nadando
sola en el río en mitad de la noche. Se sintió físicamente mal, como si lo estuvieran
pinchando por dentro. Apretó los dientes, deseando abrazarla y consolarla. Quería prometerle que
nada de eso volvería a ocurrir.
Pero sería una promesa falsa. Sí, podría hacer lo posible para que estuviera sana y salva y
feliz, pero no era Dios. Y eso era lo que Clide llevaba dos años diciéndole.
‐Tengo que hacer algo ‐dijo ella de repente‐. Tal vez si me utilizaras de anzuelo de alguna
manera. Si volviéramos a mi apartamento y se presentaran y...
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Jue Oct 08, 2015 11:05 am
capaces. Lo que acabas de proponerme es totalmente imposible. Estarás aquí con Jackson durante
el día y conmigo por la noche hasta que se resuelva el caso ‐Will zanjó la discusión poniéndose de
pie‐. Voy abajo a preparar algo para cenar.
‐No tengo hambre.
‐Necesitas comer.
‐¡Necesito a Blu!
Will soltó una palabrota, pero siguió caminando hacia la puerta.
‐Bueno, soy el único que está aquí ahora, cielo, así que vas a tener que conformarte con
menos, supongo.
Acababa de salir al pasillo cuando, oyó que alguien llamaba a la puerta de atrás. Se quedó
quieto y se volvió a mirar a Maite. Sin duda ella habría oído también los golpes a la puerta, de
modo que se llevó el dedo a los labios para que no hablara.
Los golpes se repitieron.
Will se movió con rapidez. Cruzó la habitación, agarró a Maite del brazo y la empujó hacia la
cama.
‐¿Qué estás haciendo?
‐Ese no es Jackson. Él no llamaría. Hasta que sepa quién es, quiero que te quedes aquí para
que nadie te vea ‐le soltó la mano entonces‐. Lo siento, pero voy a tener que encerrarte.
‐¿Encerrarme? ¿Qué quiere decir eso?
Del bolsillo sacó las esposas.
‐Entiéndelo, necesito saber que vas a estar aquí cuando vuelva. Según están las cosas entre
nosotros, tu palabra no me basta.
‐¿Te extraña?
‐No, por eso es necesario esto.
‐¿Me vas a esposar a... a la cama?
Will siguió su mirada.
‐A la cama... Buena idea ‐rápidamente Will la esposó a la cama‐. No tardaré ‐le prometió, y
seguidamente se apresuró hacia la puerta; a mitad de camino se detuvo, agarró la almohada de
seda azul, tiró de la funda e hizo jirones esta última; con uno de ellos la amordazó‐. No hagas ruido
‐dijo para justificar sus actos y, seguidamente, fue a ver quién llamaba a la puerta con tanta
persistencia.
el día y conmigo por la noche hasta que se resuelva el caso ‐Will zanjó la discusión poniéndose de
pie‐. Voy abajo a preparar algo para cenar.
‐No tengo hambre.
‐Necesitas comer.
‐¡Necesito a Blu!
Will soltó una palabrota, pero siguió caminando hacia la puerta.
‐Bueno, soy el único que está aquí ahora, cielo, así que vas a tener que conformarte con
menos, supongo.
Acababa de salir al pasillo cuando, oyó que alguien llamaba a la puerta de atrás. Se quedó
quieto y se volvió a mirar a Maite. Sin duda ella habría oído también los golpes a la puerta, de
modo que se llevó el dedo a los labios para que no hablara.
Los golpes se repitieron.
Will se movió con rapidez. Cruzó la habitación, agarró a Maite del brazo y la empujó hacia la
cama.
‐¿Qué estás haciendo?
‐Ese no es Jackson. Él no llamaría. Hasta que sepa quién es, quiero que te quedes aquí para
que nadie te vea ‐le soltó la mano entonces‐. Lo siento, pero voy a tener que encerrarte.
‐¿Encerrarme? ¿Qué quiere decir eso?
Del bolsillo sacó las esposas.
‐Entiéndelo, necesito saber que vas a estar aquí cuando vuelva. Según están las cosas entre
nosotros, tu palabra no me basta.
‐¿Te extraña?
‐No, por eso es necesario esto.
‐¿Me vas a esposar a... a la cama?
Will siguió su mirada.
‐A la cama... Buena idea ‐rápidamente Will la esposó a la cama‐. No tardaré ‐le prometió, y
seguidamente se apresuró hacia la puerta; a mitad de camino se detuvo, agarró la almohada de
seda azul, tiró de la funda e hizo jirones esta última; con uno de ellos la amordazó‐. No hagas ruido
‐dijo para justificar sus actos y, seguidamente, fue a ver quién llamaba a la puerta con tanta
persistencia.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por SuenoLR Vie Oct 09, 2015 5:18 am
Sique mi Kat
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 9:48 am
SuenoLR escribió:Sique mi Kat
Ahora sigo mi Tonia
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 9:49 am
Capítulo 9
AL ENTRAR en la cocina, Will oyó que volvían a llamar. Sacó su 38 Especial, el que guardaba
en la panera, y luego abrió la puerta y apuntó a la cara de Rose duFray.
Rose soltó una exclamación entrecortada y retrocedió.
‐ ¡Dios mío!
‐Lo siento ‐Will maldijo entre dientes y bajó el arma.
‐Santo Cielo, Ryland. Si es así como recibes a todos tus invitados, no me extraña que no
tengas compañía.
Will se metió la pistola en la cinturilla de los pantalones.
‐Pensé que era otra persona. Pensaba que era... Bueno, qué más da lo que pensara. ¿Qué
puedo hacer por usted, señora duFray?
AL ENTRAR en la cocina, Will oyó que volvían a llamar. Sacó su 38 Especial, el que guardaba
en la panera, y luego abrió la puerta y apuntó a la cara de Rose duFray.
Rose soltó una exclamación entrecortada y retrocedió.
‐ ¡Dios mío!
‐Lo siento ‐Will maldijo entre dientes y bajó el arma.
‐Santo Cielo, Ryland. Si es así como recibes a todos tus invitados, no me extraña que no
tengas compañía.
Will se metió la pistola en la cinturilla de los pantalones.
‐Pensé que era otra persona. Pensaba que era... Bueno, qué más da lo que pensara. ¿Qué
puedo hacer por usted, señora duFray?
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 9:58 am
‐Sé que es tarde, y me disculpo por venir a estas horas. Es que no sabía a quién acudir,
William. ¿Te importa si paso un momento?
Rose no le dio la oportunidad de contestar. Pasó junto a él y entró en la cocina.
‐Dios mío, vaya, vaya. Cuánto espacio y qué alegre. Debe de gustarte el amarillo. No he visto
tanto amarillo en una habitación en mi vida. Mira, si incluso tienes el fregadero amarillo.
Will miró alrededor, fijándose en todo lo amarillo. Había una muy buena razón para tener
tantas cosas en amarillo: era el color favorito de Maite.
‐Aquí cabrían mi cocina, mi salón y mi cuarto de baño juntos ‐se volvió y miró a Will con un
montón de preguntas asomándole a los ojos‐. ¿Vives solo aquí?
‐ Sí.
‐¿Todo esto para una persona? ‐lo miró con incredulidad‐. A la mayoría de los hombres les
gustan las cosas sencillas. Sobre todo si viven solos y trabajan tanto como tú. ¿Tienes muchas
visitas?
‐No.
‐¿Te visita a menudo tu familia?
‐No. A mis padres no les gusta demasiado viajar, y mi único hermano está muy ocupado con
su rancho de Texas.
Rose se fijó en lo limpio que estaba todo.
‐¿Tienes una... señora de la limpieza?
Will sonrió. Rose duFray no estaba pensando en ninguna señora de la limpieza; lo que quería
saber era si Will tenía compañía femenina.
‐Sí, la tengo. Viene una vez por semana.
Rose miró hacia el salón, como si sintiera curiosidad por ver el resto de la casa. Pero Will no
tenía intención de enseñársela. ¿Qué le diría cuando llegaran a su dormitorio y viera a su hija allí
amordazada y esposada a la cama?
Wil se estremeció al pensar en Maite. Miró hacia el salón, casi esperando a que Maite
apareciera arrastrando la cama. Agarró a Rose del brazo antes de que la mujer se pusiera cómoda.
‐¿Por qué no nos sentamos fuera? Hace calor en casa hoy.
‐Tonterías, yo estoy perfectamente.
Rose le miró la mano con la que le agarraba el brazo y Will la retiró inmediatamente. Observó
a la esbelta mujer mientras se sentaba en una de las sillas; Rose se colocó el bolso en el regazo y lo
miró fijamente.
‐William, pareces cansado: necesitas dormir más.
Dormir. Sí, no le iría mal dormir un poco. En los últimos dos días había dormido menos de
seis horas en total.
‐¿Le apetece algo? ¿Limonada? ¿Té helado?
‐No, nada, gracias.
Will se sentó frente a ella y estudió a la madre de Maite. Tenía el mismo aspecto de siempre,
vestida de manera sencilla y práctica. Su estilo era sencillo, al igual que sus maneras, y sin
embargo no podía ocultar su belleza natural. A sus cincuenta y pocos años, Rose había sobrevivido
a la muerte de su marido y a las cargas y deudas que le había dejado Carl al morir. Trabajaba duro
y tenía mucha fe en sus hijos.
‐¿De qué quería hablarme? ‐le preguntó Will, queriendo abreviar lo más posible.
‐Se trata de Maite ‐confesó‐. Me llamó esta mañana. Solo hablamos unos minutos. No me
importó, está muy ocupada, sabes. Pero después me acordé de que no le había contado que tenía
una cita con el médico mañana. Maite insiste en conocer todos los detalles, así que intenté
llamarla. Estaba en casa de una amiga, o al menos eso me dijo ella, pero cuando llame a Angie, su
amiga, me dijo que Maite no estaba allí. En realidad, me dijo que llevaba días sin ver a mi hija.
William. ¿Te importa si paso un momento?
Rose no le dio la oportunidad de contestar. Pasó junto a él y entró en la cocina.
‐Dios mío, vaya, vaya. Cuánto espacio y qué alegre. Debe de gustarte el amarillo. No he visto
tanto amarillo en una habitación en mi vida. Mira, si incluso tienes el fregadero amarillo.
Will miró alrededor, fijándose en todo lo amarillo. Había una muy buena razón para tener
tantas cosas en amarillo: era el color favorito de Maite.
‐Aquí cabrían mi cocina, mi salón y mi cuarto de baño juntos ‐se volvió y miró a Will con un
montón de preguntas asomándole a los ojos‐. ¿Vives solo aquí?
‐ Sí.
‐¿Todo esto para una persona? ‐lo miró con incredulidad‐. A la mayoría de los hombres les
gustan las cosas sencillas. Sobre todo si viven solos y trabajan tanto como tú. ¿Tienes muchas
visitas?
‐No.
‐¿Te visita a menudo tu familia?
‐No. A mis padres no les gusta demasiado viajar, y mi único hermano está muy ocupado con
su rancho de Texas.
Rose se fijó en lo limpio que estaba todo.
‐¿Tienes una... señora de la limpieza?
Will sonrió. Rose duFray no estaba pensando en ninguna señora de la limpieza; lo que quería
saber era si Will tenía compañía femenina.
‐Sí, la tengo. Viene una vez por semana.
Rose miró hacia el salón, como si sintiera curiosidad por ver el resto de la casa. Pero Will no
tenía intención de enseñársela. ¿Qué le diría cuando llegaran a su dormitorio y viera a su hija allí
amordazada y esposada a la cama?
Wil se estremeció al pensar en Maite. Miró hacia el salón, casi esperando a que Maite
apareciera arrastrando la cama. Agarró a Rose del brazo antes de que la mujer se pusiera cómoda.
‐¿Por qué no nos sentamos fuera? Hace calor en casa hoy.
‐Tonterías, yo estoy perfectamente.
Rose le miró la mano con la que le agarraba el brazo y Will la retiró inmediatamente. Observó
a la esbelta mujer mientras se sentaba en una de las sillas; Rose se colocó el bolso en el regazo y lo
miró fijamente.
‐William, pareces cansado: necesitas dormir más.
Dormir. Sí, no le iría mal dormir un poco. En los últimos dos días había dormido menos de
seis horas en total.
‐¿Le apetece algo? ¿Limonada? ¿Té helado?
‐No, nada, gracias.
Will se sentó frente a ella y estudió a la madre de Maite. Tenía el mismo aspecto de siempre,
vestida de manera sencilla y práctica. Su estilo era sencillo, al igual que sus maneras, y sin
embargo no podía ocultar su belleza natural. A sus cincuenta y pocos años, Rose había sobrevivido
a la muerte de su marido y a las cargas y deudas que le había dejado Carl al morir. Trabajaba duro
y tenía mucha fe en sus hijos.
‐¿De qué quería hablarme? ‐le preguntó Will, queriendo abreviar lo más posible.
‐Se trata de Maite ‐confesó‐. Me llamó esta mañana. Solo hablamos unos minutos. No me
importó, está muy ocupada, sabes. Pero después me acordé de que no le había contado que tenía
una cita con el médico mañana. Maite insiste en conocer todos los detalles, así que intenté
llamarla. Estaba en casa de una amiga, o al menos eso me dijo ella, pero cuando llame a Angie, su
amiga, me dijo que Maite no estaba allí. En realidad, me dijo que llevaba días sin ver a mi hija.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 10:08 am
Llamé al Toucan y hablé con el‐agradable señor Bichon. Dijo que Maite seguía enferma y que
había planeado tomarse unos días más libres. Ahora ninguna de las dos historias tiene sentido,
William. He ido a casa de Maite y no me ha contestado.
‐Estoy seguro de que hay una explicación simple, señora duFray.
Miró a Will de un modo extraño, como si intentara adivinar lo que él estaba pensando.
‐¿Y cuál podría ser, William? Margo dijo que estaba ayudando a una amiga y la amiga en
cuestión no lo sabe. ¿Tiene esto sentido para ti?
No, no tenía sentido, pero a Will no le pareció que la verdad fuera a tener sentido para Rose.
Ni a irle demasiado bien para la tensión.
‐No parecía enferma por teléfono. El señor Bichon dijo que estaba enferma ‐Rose hizo una
pausa‐. Tal vez algo cansada, ahora que lo pienso, pero de haber estado enferma se lo habría
notado ‐frunció el ceño‐. Mi Maite nunca miente, William, de modo que sé que está pasando algo
grave. ¿Tengo razón?
Rose creía que Maite y él seguían distanciados. Probablemente ni siquiera tuviera idea de
que él iba tres veces a la semana al Toucan. Si se mostraba demasiado ansioso por ayudarla, Rose
podría sospechar.
‐Señora duFray, no sé si puedo contestar a eso. Maite y yo no...
‐Habéis hablado en una temporada. Sí, lo sé ‐estiró la mano y le dio una palmada en el
brazo‐. Sé que esto es un poco difícil para ti, William. En realidad, de haber podido encontrar a Blu
esto no habría sido necesario. Naturalmente, primero pensé en él, solo que cuando fui al puerto
su barco había desaparecido. Brodie también ha desaparecido. Te lo digo, William, por que sé que
no es así, si no diría que está pasando algo muy raro. Y después de sacar a ese pobre hombre del
río esta mañana... Bueno, solo necesito oír la voz de mi hija.
‐Estoy seguro de que Maite está bien, señora duFray. Y Blu también ‐Will miró hacia el salón.
‐¿He interrumpido algo? Pareces un poco nervioso. Sé que es tarde. Supuse que estabas
solo, pero eso es lo que piensa una mujer mayor, ¿verdad? Eres demasiado joven para pasar tus
noches con Mickey Spillane ‐se rió de su propia broma.
‐No, estoy solo. Solo estaba... estaba trabajando un poco en el despacho. Sí, en un caso.
Estaba repasando un caso y... ‐Dios, pensó Will, estaba tartamudeando como un ladrón al que
hubieran pillado con las manos en la masa.
‐Eres un chico encantador, Ryland ‐otra palmada en el brazo‐. Siempre pensé que Maite y
tú hacíais una bonita pareja. Bueno, no importa lo que yo pensara. Lo importante es lo que
pensarais vosotros. Tú y Maite –se quedó callada un momento‐. Pero cambiaste de opinión tan
deprisa...
‐Nunca tuve la intención de hacerle daño ‐dijo Will, seguro de que sus palabras llegaban
demasiado tarde.
‐Nunca creí lo que dijo Pike de que te habías aprovechado de mi Maite. Quiero que lo
sepas, William. Maite sabía muy bien lo que podía pasarle con un hombre más mayor ‐ Rose
suspiró‐. Bueno, no tiene sentido lamentarse ya. Lo hecho, hecho está. Me gusta bastante Brodie.
Lo que pasa es que no veo amor ahí, pero...
El silencio que siguió se hizo muy incómodo. Will se levantó, esperando que Rose duFray
pillara la indirecta. Pero en el mismo momento en que la mujer se puso de pie, se oyó un
tremendo estruendo en el piso de arriba.
‐Por amor de Dios, ¿qué ha sido eso?
‐Nada por lo que haya que preocuparse ‐Will se mordió la lengua sin querer‐. Estoy cuidando
del gato del vecino. Debe de haber tirado algo arriba.
Will vio que Rose dejaba el bolso sobre la mesa.
‐Ve por la escoba, William. Te echaré una mano antes de irme.
había planeado tomarse unos días más libres. Ahora ninguna de las dos historias tiene sentido,
William. He ido a casa de Maite y no me ha contestado.
‐Estoy seguro de que hay una explicación simple, señora duFray.
Miró a Will de un modo extraño, como si intentara adivinar lo que él estaba pensando.
‐¿Y cuál podría ser, William? Margo dijo que estaba ayudando a una amiga y la amiga en
cuestión no lo sabe. ¿Tiene esto sentido para ti?
No, no tenía sentido, pero a Will no le pareció que la verdad fuera a tener sentido para Rose.
Ni a irle demasiado bien para la tensión.
‐No parecía enferma por teléfono. El señor Bichon dijo que estaba enferma ‐Rose hizo una
pausa‐. Tal vez algo cansada, ahora que lo pienso, pero de haber estado enferma se lo habría
notado ‐frunció el ceño‐. Mi Maite nunca miente, William, de modo que sé que está pasando algo
grave. ¿Tengo razón?
Rose creía que Maite y él seguían distanciados. Probablemente ni siquiera tuviera idea de
que él iba tres veces a la semana al Toucan. Si se mostraba demasiado ansioso por ayudarla, Rose
podría sospechar.
‐Señora duFray, no sé si puedo contestar a eso. Maite y yo no...
‐Habéis hablado en una temporada. Sí, lo sé ‐estiró la mano y le dio una palmada en el
brazo‐. Sé que esto es un poco difícil para ti, William. En realidad, de haber podido encontrar a Blu
esto no habría sido necesario. Naturalmente, primero pensé en él, solo que cuando fui al puerto
su barco había desaparecido. Brodie también ha desaparecido. Te lo digo, William, por que sé que
no es así, si no diría que está pasando algo muy raro. Y después de sacar a ese pobre hombre del
río esta mañana... Bueno, solo necesito oír la voz de mi hija.
‐Estoy seguro de que Maite está bien, señora duFray. Y Blu también ‐Will miró hacia el salón.
‐¿He interrumpido algo? Pareces un poco nervioso. Sé que es tarde. Supuse que estabas
solo, pero eso es lo que piensa una mujer mayor, ¿verdad? Eres demasiado joven para pasar tus
noches con Mickey Spillane ‐se rió de su propia broma.
‐No, estoy solo. Solo estaba... estaba trabajando un poco en el despacho. Sí, en un caso.
Estaba repasando un caso y... ‐Dios, pensó Will, estaba tartamudeando como un ladrón al que
hubieran pillado con las manos en la masa.
‐Eres un chico encantador, Ryland ‐otra palmada en el brazo‐. Siempre pensé que Maite y
tú hacíais una bonita pareja. Bueno, no importa lo que yo pensara. Lo importante es lo que
pensarais vosotros. Tú y Maite –se quedó callada un momento‐. Pero cambiaste de opinión tan
deprisa...
‐Nunca tuve la intención de hacerle daño ‐dijo Will, seguro de que sus palabras llegaban
demasiado tarde.
‐Nunca creí lo que dijo Pike de que te habías aprovechado de mi Maite. Quiero que lo
sepas, William. Maite sabía muy bien lo que podía pasarle con un hombre más mayor ‐ Rose
suspiró‐. Bueno, no tiene sentido lamentarse ya. Lo hecho, hecho está. Me gusta bastante Brodie.
Lo que pasa es que no veo amor ahí, pero...
El silencio que siguió se hizo muy incómodo. Will se levantó, esperando que Rose duFray
pillara la indirecta. Pero en el mismo momento en que la mujer se puso de pie, se oyó un
tremendo estruendo en el piso de arriba.
‐Por amor de Dios, ¿qué ha sido eso?
‐Nada por lo que haya que preocuparse ‐Will se mordió la lengua sin querer‐. Estoy cuidando
del gato del vecino. Debe de haber tirado algo arriba.
Will vio que Rose dejaba el bolso sobre la mesa.
‐Ve por la escoba, William. Te echaré una mano antes de irme.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 10:17 am
‐¡No! Quiero decir, no es necesario. Yo lo recogeré ‐Will agarró el bolso de la mesa y se lo
puso a Rose en las manos; acto seguido, le puso la mano en la espalda y la condujo hacia la
puerta‐. Estoy acostumbrado a hacer cosas en la casa; un cristal roto no es nada.
Rose se detuvo a la puerta y lo miró.
‐Si eso es cierto, es una pena que un hombre tan apuesto como tú no se casara nunca. Hoy
en día, cualquier mujer valoraría a un hombre a quien no le importe agacharse y recoger su ropa
sucia.
Will asintió, esbozó una sonrisa y abrió la puerta.
‐Encontraré a Maite y le diré que la llame. ¿Puede volver a casa sin problema?
‐Por supuesto. Llevo un spray antivioladores ‐declaró Rose‐. Maite se empeña. Y siempre
tomo un taxi. Me está esperando uno en la calle. ¿Estás seguro de que no necesitas que te eche
una mano con la escoba?
‐No. Yo me ocuparé de todo. Buenas noches, señora duFray.
‐No creo que pueda dormir hasta que me llame mi chica, de modo que dile a Maite que no
se preocupe por la hora. Solo necesito oír su voz.
‐Se lo diré ‐le prometió Will.
‐Gracias William. Eres un buen chico.
‐No fue mi intención romper la lámpara ‐dijo Maite en cuanto Will le quitó la mordaza‐.
Estaba intentando deslizar esto por el poste de la cama cuando perdí el equilibrio. Es culpa tuya. Si
no hubieras...
‐¿No te has cortado, no?
Maite vio que miraba los cristales rotos junto a sus pies descalzos.
‐Si me he cortado, también será tu culpa.
Will sacó las llaves del bolsillo y la soltó. Antes de que Maite pudiera moverse, la levantó del
suelo y la colocó sobre la cama.
‐Déjame ver.
‐ ¡No! ‐Maite intentó alejarse pero él le puso la mano en el estómago y la inmovilizó‐. Voy a
mirarte los pies de un modo u otro. ¿Cómo lo prefieres?
Maite se relajó y miró al techo.
‐Date prisa y hazlo ya ‐lo soltó.
Cuando él no se movió, ella lo miró y vio que estaba sonriendo.
‐Eres un vicioso, Will. Me refería a mis pies.
Cuando Will vio que no se había cortado, la dejó; luego fue por una escoba y empezó a barrer
los trozos de cristal.
Maite se incorporó despacio y apoyó la espalda contra el cabecero. Aún enfadada porque
Will la hubiera encadenado como a un animal, dijo:
‐Qué eficiente. ¿También sabes hacerte la cama?
Echó los cristales en una papelera.
‐Vivo solo, ¿recuerdas? Si quiero que me hagan la cama más de una vez por semana, me la
tengo que hacer yo.
Maite se puso tensa y se frotó las muñecas.
‐¿Quién era? ¿Alguien que yo conozca?
‐Sí, la conoces.
Dejó la escoba en el pasillo y volvió para sentarse en la butaca floreada.
¿Sería la mujer que lo había llamado el día anterior la que había llamado a su puerta? Maite
se negaba a sentir celos.
puso a Rose en las manos; acto seguido, le puso la mano en la espalda y la condujo hacia la
puerta‐. Estoy acostumbrado a hacer cosas en la casa; un cristal roto no es nada.
Rose se detuvo a la puerta y lo miró.
‐Si eso es cierto, es una pena que un hombre tan apuesto como tú no se casara nunca. Hoy
en día, cualquier mujer valoraría a un hombre a quien no le importe agacharse y recoger su ropa
sucia.
Will asintió, esbozó una sonrisa y abrió la puerta.
‐Encontraré a Maite y le diré que la llame. ¿Puede volver a casa sin problema?
‐Por supuesto. Llevo un spray antivioladores ‐declaró Rose‐. Maite se empeña. Y siempre
tomo un taxi. Me está esperando uno en la calle. ¿Estás seguro de que no necesitas que te eche
una mano con la escoba?
‐No. Yo me ocuparé de todo. Buenas noches, señora duFray.
‐No creo que pueda dormir hasta que me llame mi chica, de modo que dile a Maite que no
se preocupe por la hora. Solo necesito oír su voz.
‐Se lo diré ‐le prometió Will.
‐Gracias William. Eres un buen chico.
‐No fue mi intención romper la lámpara ‐dijo Maite en cuanto Will le quitó la mordaza‐.
Estaba intentando deslizar esto por el poste de la cama cuando perdí el equilibrio. Es culpa tuya. Si
no hubieras...
‐¿No te has cortado, no?
Maite vio que miraba los cristales rotos junto a sus pies descalzos.
‐Si me he cortado, también será tu culpa.
Will sacó las llaves del bolsillo y la soltó. Antes de que Maite pudiera moverse, la levantó del
suelo y la colocó sobre la cama.
‐Déjame ver.
‐ ¡No! ‐Maite intentó alejarse pero él le puso la mano en el estómago y la inmovilizó‐. Voy a
mirarte los pies de un modo u otro. ¿Cómo lo prefieres?
Maite se relajó y miró al techo.
‐Date prisa y hazlo ya ‐lo soltó.
Cuando él no se movió, ella lo miró y vio que estaba sonriendo.
‐Eres un vicioso, Will. Me refería a mis pies.
Cuando Will vio que no se había cortado, la dejó; luego fue por una escoba y empezó a barrer
los trozos de cristal.
Maite se incorporó despacio y apoyó la espalda contra el cabecero. Aún enfadada porque
Will la hubiera encadenado como a un animal, dijo:
‐Qué eficiente. ¿También sabes hacerte la cama?
Echó los cristales en una papelera.
‐Vivo solo, ¿recuerdas? Si quiero que me hagan la cama más de una vez por semana, me la
tengo que hacer yo.
Maite se puso tensa y se frotó las muñecas.
‐¿Quién era? ¿Alguien que yo conozca?
‐Sí, la conoces.
Dejó la escoba en el pasillo y volvió para sentarse en la butaca floreada.
¿Sería la mujer que lo había llamado el día anterior la que había llamado a su puerta? Maite
se negaba a sentir celos.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 10:22 am
‐¿Vas a decirme quién era o vamos a seguir jugando?
‐El juego de anoche tuvo final feliz.
Maite lo miró con rabia.
‐Nunca más.
‐Nunca digas «de esta agua no beberé», cielo.
‐Si no vas a decirme quién estaba a la puerta, no tiene sentido estar en la misma habitación
contigo ‐se deslizó hasta el borde de la cama en un intento de salir, pero él estiró el brazo y le
plantó la mano en la rodilla.
‐Tu madre.
‐Mi madre... ¡Mi madre! ‐Maite le apartó la mano de la rodilla y se puso de pie de un salto‐.
¿Qué estaba haciendo mi madre aquí? ¿Sabe que estoy aquí? ‐se volvió, pensativa‐. No, por
supuesto que no lo sabe. Si lo supiera estaría aquí conmigo ahora ‐se volvió hacia Will‐. ¿Qué
quería? Dime todo lo que le dijiste.
‐Vino a pedirme un favor.
‐¿Un favor? ¿De ti? Cuando las ranas críen pelo.
‐Es cierto. Me pidió que intentara dar contigo. Parece ser que llamó al apartamento de tu
amiga, y tu mentira se desmoronó. Está preocupada. Pensé en traerla aquí para tranquilizarla,
pero...
Maite empezó a preocuparse. Jamás debería haberse inventado esa historia. No había sido
una mentira necesaria, como le había enseñado Blu.
‐Nunca me dijiste que yo le gustara a tu madre.
Maite lo observó mientras se quitaba la camisa y la tiraba en dirección al canasto de la ropa
que había junto a la puerta.
‐Tú no le gustas a mi madre.
‐Desde luego que sí. Ella me lo dijo.
‐Sigues siendo un engreído ‐Maite ocupó en el sillón que Will acababa de dejar‐. ¿Entonces
qué le dijiste?
Desapareció tras la puerta del ropero y volvió vestido con una camiseta que le ceñía los
amplios pectorales.
‐Le dije que, en cuanto te encontrara, te diría que la llamaras. Tony le dijo que estabas
enferma; ahora no sabe qué pensar.
‐¿Entonces se supone que tengo que volver a mentirle?
‐Pasó por tu casa. Tenemos suerte de que no se le ocurriera entrar. Cuando no contestaste,
se marchó.
La situación se complicaba cada vez más.
‐Intentó dar con Blu ‐añadió Will.
‐Sin suerte ‐terminó de decir Maite‐. Supongo que Brodie fue el siguiente en su lista.
‐Bingo. Parece que vas a tener que contarle otra historia, o estar preparada para confesarlo
todo. Lo cual no pienso que sea muy mala idea. Tu madre no es tonta. Y es más fuerte de lo que
crees.
‐No puedo decirle que Blu ha desaparecido. Y Brodie. En este momento no puedo contarle
nada esperanzador. Odio mentir ‐Maite suspiró‐. Siempre empeora las cosas.
‐Yo también odio mentir.
Lo dijo en tono suave, débilmente, pero sus palabras la fastidiaron igual.
‐Pero lo haces bien, detective Archard. Eso me trae recuerdos de otro momento y otro
lugar, ¿verdad? ‐comentó con sarcasmo.
‐Tú tampoco te quedas corta, cielo. ¿Cuántas mentiras has dicho en los tres últimos días?
Su pregunta la hizo pensar. Sí, había contado una docena de mentiras. ¿Eran esas mentiras
‐El juego de anoche tuvo final feliz.
Maite lo miró con rabia.
‐Nunca más.
‐Nunca digas «de esta agua no beberé», cielo.
‐Si no vas a decirme quién estaba a la puerta, no tiene sentido estar en la misma habitación
contigo ‐se deslizó hasta el borde de la cama en un intento de salir, pero él estiró el brazo y le
plantó la mano en la rodilla.
‐Tu madre.
‐Mi madre... ¡Mi madre! ‐Maite le apartó la mano de la rodilla y se puso de pie de un salto‐.
¿Qué estaba haciendo mi madre aquí? ¿Sabe que estoy aquí? ‐se volvió, pensativa‐. No, por
supuesto que no lo sabe. Si lo supiera estaría aquí conmigo ahora ‐se volvió hacia Will‐. ¿Qué
quería? Dime todo lo que le dijiste.
‐Vino a pedirme un favor.
‐¿Un favor? ¿De ti? Cuando las ranas críen pelo.
‐Es cierto. Me pidió que intentara dar contigo. Parece ser que llamó al apartamento de tu
amiga, y tu mentira se desmoronó. Está preocupada. Pensé en traerla aquí para tranquilizarla,
pero...
Maite empezó a preocuparse. Jamás debería haberse inventado esa historia. No había sido
una mentira necesaria, como le había enseñado Blu.
‐Nunca me dijiste que yo le gustara a tu madre.
Maite lo observó mientras se quitaba la camisa y la tiraba en dirección al canasto de la ropa
que había junto a la puerta.
‐Tú no le gustas a mi madre.
‐Desde luego que sí. Ella me lo dijo.
‐Sigues siendo un engreído ‐Maite ocupó en el sillón que Will acababa de dejar‐. ¿Entonces
qué le dijiste?
Desapareció tras la puerta del ropero y volvió vestido con una camiseta que le ceñía los
amplios pectorales.
‐Le dije que, en cuanto te encontrara, te diría que la llamaras. Tony le dijo que estabas
enferma; ahora no sabe qué pensar.
‐¿Entonces se supone que tengo que volver a mentirle?
‐Pasó por tu casa. Tenemos suerte de que no se le ocurriera entrar. Cuando no contestaste,
se marchó.
La situación se complicaba cada vez más.
‐Intentó dar con Blu ‐añadió Will.
‐Sin suerte ‐terminó de decir Maite‐. Supongo que Brodie fue el siguiente en su lista.
‐Bingo. Parece que vas a tener que contarle otra historia, o estar preparada para confesarlo
todo. Lo cual no pienso que sea muy mala idea. Tu madre no es tonta. Y es más fuerte de lo que
crees.
‐No puedo decirle que Blu ha desaparecido. Y Brodie. En este momento no puedo contarle
nada esperanzador. Odio mentir ‐Maite suspiró‐. Siempre empeora las cosas.
‐Yo también odio mentir.
Lo dijo en tono suave, débilmente, pero sus palabras la fastidiaron igual.
‐Pero lo haces bien, detective Archard. Eso me trae recuerdos de otro momento y otro
lugar, ¿verdad? ‐comentó con sarcasmo.
‐Tú tampoco te quedas corta, cielo. ¿Cuántas mentiras has dicho en los tres últimos días?
Su pregunta la hizo pensar. Sí, había contado una docena de mentiras. ¿Eran esas mentiras
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Vie Oct 09, 2015 10:24 am
más justificadas que las de Will? No lo sabía, pero tampoco tenía la intención de disculparse por
ninguna de ellas.
‐No peleemos, cariño. No va a servir de nada ‐concluyó Will.
Su aterciopelada voz le resultó tranquilizadora. Maite se sentía molesta porque quería
odiarlo pero no podía.
‐¿Y qué podemos hacer, Will? ‐le preguntó con rabia‐. Tú me dijiste que mintiera a mamá. Es
culpa tuya que tenga que contarle ahora otra mentira.
‐No. Tú dijiste que no podrías contarle la verdad. Yo simplemente te dije que ella te había
dejado un mensaje pidiéndote que la llamaras.
‐¿Y qué se supone que debía decirle? «Lo siento, no oí tu llamada, mamá. Ah, por cierto,
anoche me pegaron un tiro, me han destrozado el apartamento, Blu y Brodie han desaparecido y
William Archard me tiene arrestada en su dormitorio».
‐Cuando lo pones así, voto por otra mentira.
Margo se dejó caer en la silla y enterró la cabeza entre las manos.
‐Sé que esto es duro, cielo, pero hasta que averigüemos quién está detrás de Blu, vamos a
tener que trabajar en equipo.
Maite alzó la cabeza y lo encontró arrodillado junto a ella. En ese momento necesitaba un
par de brazos fuertes entre los que acurrucarse, pero no se atrevía a permitirse esa debilidad.
Necesitaba seguir enfadada, recordar de lo que era capaz Will. Se levantó y se apartó de él.
‐Tal vez tengamos que trabajar juntos, pero eso será lo único que hagamos juntos, Will.
¿Entendido?
De pronto, a Maite le rugió el estómago.
‐Tienes hambre. Probablemente no habrás comido en todo el día.
Era cierto. ¿Pero quién podía pensar en comer en un momento así?
‐No quiero comer.
Él se puso de pie.
‐Tienes que comer. Bajemos y veré lo que puedo encontrar. Después podrás llamar a tu
madre.
Maite vio que se estiraba, bostezaba y volvía bostezar, y fue entonces cuando en su mente
se empezó a forjar una idea fabulosa.
‐Baja. Yo iré dentro de un momento.
‐Si no vienes, volveré a buscarte –le advirtió.
‐No será necesario. Bajaré ‐le prometió Maite‐. Y hoy me encargo yo de la cena. Me
ayudará a relajarme.
Maite vio que se apoyaba contra la puerta y bostezaba por décima vez desde que se habían
levantado de la mesa. Estaban arriba, de nuevo en el dormitorio. Él de un humor de perros. Ella,
sin embargo, se encontraba mejor de lo que se había encontrado en varios días. Tenía la libertad al
alcance de la mano; lo único que debía hacer era esperar un poco, tan solo un poco más.
‐Date prisa, quitémonos la ropa ‐le ordenó mientras se quitaba la camiseta y la tiraba sobre
la silla; bostezó una vez más y al darse la vuelta vio que Margo no se había movido‐. He dicho que
te desvistas. ¿A qué estás esperando?
Estaba esperando a que cayera redondo, pero no lo dijo.
‐No voy a dormir en la misma cama que tú.
‐Anoche lo hiciste, e incluso te gustó. ‐Eso fue antes de recordarme lo mucho que te odio.
Él pestañeó. Le estaba costando mantener los ojos abiertos.
‐No te voy a forzar. No creo que pudiera aunque quisiera. Lo que necesito ahora es dormir.
ninguna de ellas.
‐No peleemos, cariño. No va a servir de nada ‐concluyó Will.
Su aterciopelada voz le resultó tranquilizadora. Maite se sentía molesta porque quería
odiarlo pero no podía.
‐¿Y qué podemos hacer, Will? ‐le preguntó con rabia‐. Tú me dijiste que mintiera a mamá. Es
culpa tuya que tenga que contarle ahora otra mentira.
‐No. Tú dijiste que no podrías contarle la verdad. Yo simplemente te dije que ella te había
dejado un mensaje pidiéndote que la llamaras.
‐¿Y qué se supone que debía decirle? «Lo siento, no oí tu llamada, mamá. Ah, por cierto,
anoche me pegaron un tiro, me han destrozado el apartamento, Blu y Brodie han desaparecido y
William Archard me tiene arrestada en su dormitorio».
‐Cuando lo pones así, voto por otra mentira.
Margo se dejó caer en la silla y enterró la cabeza entre las manos.
‐Sé que esto es duro, cielo, pero hasta que averigüemos quién está detrás de Blu, vamos a
tener que trabajar en equipo.
Maite alzó la cabeza y lo encontró arrodillado junto a ella. En ese momento necesitaba un
par de brazos fuertes entre los que acurrucarse, pero no se atrevía a permitirse esa debilidad.
Necesitaba seguir enfadada, recordar de lo que era capaz Will. Se levantó y se apartó de él.
‐Tal vez tengamos que trabajar juntos, pero eso será lo único que hagamos juntos, Will.
¿Entendido?
De pronto, a Maite le rugió el estómago.
‐Tienes hambre. Probablemente no habrás comido en todo el día.
Era cierto. ¿Pero quién podía pensar en comer en un momento así?
‐No quiero comer.
Él se puso de pie.
‐Tienes que comer. Bajemos y veré lo que puedo encontrar. Después podrás llamar a tu
madre.
Maite vio que se estiraba, bostezaba y volvía bostezar, y fue entonces cuando en su mente
se empezó a forjar una idea fabulosa.
‐Baja. Yo iré dentro de un momento.
‐Si no vienes, volveré a buscarte –le advirtió.
‐No será necesario. Bajaré ‐le prometió Maite‐. Y hoy me encargo yo de la cena. Me
ayudará a relajarme.
Maite vio que se apoyaba contra la puerta y bostezaba por décima vez desde que se habían
levantado de la mesa. Estaban arriba, de nuevo en el dormitorio. Él de un humor de perros. Ella,
sin embargo, se encontraba mejor de lo que se había encontrado en varios días. Tenía la libertad al
alcance de la mano; lo único que debía hacer era esperar un poco, tan solo un poco más.
‐Date prisa, quitémonos la ropa ‐le ordenó mientras se quitaba la camiseta y la tiraba sobre
la silla; bostezó una vez más y al darse la vuelta vio que Margo no se había movido‐. He dicho que
te desvistas. ¿A qué estás esperando?
Estaba esperando a que cayera redondo, pero no lo dijo.
‐No voy a dormir en la misma cama que tú.
‐Anoche lo hiciste, e incluso te gustó. ‐Eso fue antes de recordarme lo mucho que te odio.
Él pestañeó. Le estaba costando mantener los ojos abiertos.
‐No te voy a forzar. No creo que pudiera aunque quisiera. Lo que necesito ahora es dormir.
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
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Sique mi Kat
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Re: WEB NOVELA "Reencuentro con la tentación" DE WENDY ROSNAU
por EsperanzaLR Sáb Oct 10, 2015 9:36 am
SuenoLR escribió:Sique mi Kat
Ahora sigo mi Tonia
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