Re: WEBNOVELA"Mundos separados DE LINDSAY ARMSTRONG"

por Joanita Miér Dic 09, 2015 3:20 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!

Quiero saber lo que va a pasar. ..

por asturabril Miér Dic 09, 2015 4:56 pm

por SuenoLR Jue Dic 10, 2015 4:47 am

Sique mi Kat

por tamalevyrroni Jue Dic 10, 2015 11:52 am

Hay Haber Si Empiezo A Leerla,Que No Tengo Mucho Tiempo.

por Joanita Jue Dic 10, 2015 1:02 pm

Siguelaaaaaaaaa por favor! !!!

Quiero saber lo que va a pasar......

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:07 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!

Quiero saber lo que va a pasar. ..

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:08 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:09 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:10 pm

tamalevyrroni escribió:
Hay Haber Si Empiezo A Leerla,Que No Tengo Mucho Tiempo.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:17 pm

Capítulo 8 Desde la bahía de Byron volvieron directamente a Eastwood porque William tenía una reunión muy importante en Rockhampton, al norte de Brisbane. William le aseguró que tenían que tratar temas relacionados con la ganadería y los pastos, que haría mucho calor allí y que no tendría tiempo para ella. En pocas palabras, le dejó muy claro a Maite que prefería que no lo acompañase en ese viaje. De mala gana, aceptó no ir con él. Recordó que además tenía algunos asuntos pendientes que necesitaban su atención. Y William sólo estaría fuera un par de días. Por otro lado, tenía que prepararse para la boda de Dakota. La primera noche que pasaron juntos en Eastwood, William le presentó al servicio de la casa y le dijo que cambiara lo que quisiera o que lo dejara todo en manos de Walt. —Creo que eso es lo que haré —repuso ella. —Muy bien. No hagas nada que yo no haría —le dijo él a modo de despedida en la terraza. —Nunca lo haría —prometió ella después de besarlo—. Y tú cuida tu pierna, no quiero que vuelvas a ser mi paciente. Por cierto, que no se te olvide que el sábado es la boda de Dakota. —Lo tengo presente. Y eso me recuerda que tenemos una cena formal la noche de mi regreso. Es el décimo aniversario de una empresa que formé con un amigo. Tendrás ocasión de conocer a Marcus y a su esposa, Liz. —¿Una cena formal? ¿Debería llevar traje largo? —Sí, ¿por qué? ¿Hay algún problema? —No, no es eso. Pero no sabría que no ponerme. Estoy pensando en la ropa que tengo… —A mí siempre me parece que estás guapa. Sobre todo sin ropa —añadió él con picardía. —Gracias —repuso ella con rubor—. Pero es que no tengo demasiada ropa. Pero bueno, supongo que eso es algo que puede remediarse con un buen día de compras. Será un placer hacerlo. —Buena idea. Se despidieron y se quedó allí viendo como se alejaba el coche. La invadió de repente una extraña sensación de ansiedad. Temía que su matrimonio fuera a ser siempre así, unos cuantos encuentros apasionados, pero también mucho tiempo sola. William ya le había advertido que iba a tener mucho trabajo, pero sólo llevaban cinco días casados. Las mismas dudas de siempre la asaltaron entonces.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:22 pm

Maite volvió a entrar en la casa y paseó por ella. Todo estaba en silencio. No podía creer que viviera allí. Seis semanas antes, había sido una empleada más. Ahora tenía un juego de llaves de esa mansión y derecho a cambiar lo que quisiera. Pero creía que a nadie en su sano juicio se le ocurriría querer cambiar nada. Le encantaban sus antigüedades y su elegancia, las grandes ventanas y los pesados cortinajes. Las vistas del río y los jardines eran espectaculares y no se cansaba de mirarlos. La zona más privada de la casa era además la más cómoda e informal. El dormitorio principal tenía su propia salita, una pequeña cocina y un patio privado lleno de plantas y flores. Había llegado el momento de ponerse a hacer algo y empezaría por deshacer las maletas, algo que no había podido hacer la noche anterior. Se preparó una taza de café y fue al dormitorio. El ama de llaves se había ofrecido a deshacer su equipaje, pero ella se negó. No se acostumbraba a tener gente a su servicio. El ama de llaves también hacía las veces de cocinera. Había además dos asistentas que trabajaban allí a diario y un jardinero que se encargaba asimismo del mantenimiento de la piscina. Dos veces por semana, se acercaba la persona que hacía la colada y la plancha. Y luego estaba Walt, que lo controlaba todo. Le pareció demasiada gente para sólo una persona, pero se dio cuenta de que era una casa muy grande que necesitaba muchos cuidados. —Toda la vajilla y la cristalería de la casa se limpian una vez a la semana, aunque no se hayan usado. Hay muchas antigüedades valiosas que hay que cuidar para que el polvo no las dañe. Es mucho trabajo. Por otro lado, se celebran cenas y veladas en la casa que también requieren mucha preparación —le había explicado Walt—. La señora Lawson, el ama de llaves, puede ayudarla con su ropa, pero si prefiere a otra persona… Estuvo a punto de decirle que su ropa no necesitaba apenas cuidados, pero no quería escandalizar al pobre mayordomo. Además, se dio cuenta de que quizás había llegado el momento de ampliarlo. Le encantaba el dormitorio principal. No se cansaba de mirar los suelos de madera, las lujosas alfombras y la enorme cama con dosel. Y el resto de los muebles eran auténticas joyas esculpidas en madera. Y tenían además dos cuartos de baño. Uno para Finn y otro para ella. El vestidor estaba perfectamente organizado con multitud de cajones y estanterías. Comprobó mientras guardaba su ropa que la madera parecía estar perfumada. Tenía que traer aún más cosas de su piso y decidir qué iba a hacer con los muebles. Estaba colgando la última prenda, un vestido con cinturón, cuando éste se cayó tras los estantes de los zapatos.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:25 pm

Se agachó para intentar rescatar el cinturón, pero no podía ver nada. Se dio cuenta entonces de que los estantes donde estaba el calzado se podían separar de la pared en una sola pieza. Lo arrastró un poco hacia delante y sacó su cinturón y un papel. Lo abrió y vio que no era la letra de William Lo leyó y se quedó con la boca abierta. No pienses que puedes hacerme esto, William, no voy a permitir que me des de lado. Laura se rió de tu padre durante años. ¿Quieres ver esa historia en los periódicos? Pues tengo más aún. La nota la firmaba Holly. Se puso en pie y salió del vestidor con el papel en la mano. Se dejó caer sobre la cama y volvió a leerla. No le encontraba el sentido. Lo único que pudo sacar en claro era que quizás William y Holly no hubieran sido la pareja perfecta que ella se había imaginado. No podía creer que ella lo hubiera chantajeado de esa manera. Laura había sido la madre de Declan. Se preguntó si aquello tendría algo que ver con el hermanastro de William. Había pensando a menudo en la pareja queWilliam había formado con Holly, pero nunca se le había pasado por la cabeza que no fueran felices. Recordó entonces una conversación que había tenido con él cuando William intentaba convencerla para que se fuera a Waterford. Le había dicho que no temía enamorarse de su fisioterapeuta porque él había tenido lo mejor y lo había perdido. William no había esperado volver a tener nunca esa suerte. Pero lo que mejor recordaba de ese instante era su tono de voz; había habido algo que no había sabido interpretar entonces. Se acordó también de que a William no pareció afectarle que lo invitara a la boda de su hermana cuando él podía estar aún sufriendo después de que su boda con Holly tuviera que anularse. Tampoco le había preocupado que lo relacionaran con ella en la prensa del corazón si los periodistas se enteraban de que habían asistido juntos a la boda de Dakota. Y, por encima de todo, no le había importado casarse poco después del accidente. No entendía por qué William no le había contado la verdad. No sabía qué era peor, ver que Holly no había sido el amor de su vida o que William no hubiera confiado en ella para contárselo. El teléfono sonó entonces a su lado. —¿Sí? —La señorita McLeod ha venido a verla, señorita… señora McLeod —le anunció Walt. —Gracias, ahora mismo bajo.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:30 pm

Se levantó y metió la nota en su bolsillo. Después fue corriendo al baño a arreglarse.
Alice la esperaba cómodamente instalada en el salón. Se levantó al verla entrar para darle un abrazo. Después frunció el ceño. —¿Cómo estás? Pareces un poco pálida —le dijo la mujer. —Estoy bien —repuso Maite—. Tú tienes un aspecto estupendo. Alice llevaba un traje azul claro que le sentaba muy bien. —Tengo una comida con gente de una asociación benéfica. Pero me enteré de que estabas sola y decidí pasarme un rato para charlar. Además, tengo fotos de la boda. Disfrutaron viéndolas y recordando ese día hasta que llegaron a una de Declan con Tara. —Ojalá Declan encontrara a alguien tan bueno como tú —le confesó la mujer. —Gracias —repuso ella—. La verdad es que Tara me gustó. Parecían hacer buena pareja. —Pero no tiene demasiada clase, ¿no te parece? —comentó Alice—. Me da la impresión de que Declan tiene un acusado complejo de inferioridad. No es fácil estar a la sombra de William. Nunca ha tenido que asumir las responsabilidades de su hermano mayor y cuando le hemos dado un voto de confianza… Bueno, será mejor no comentarlo. Se quedó mirándola con la boca abierta. —Por otro lado, su madre era preciosa. Tenía una belleza llamativa, pero poco más. A pesar de lo que te digo, no creo que los hijos hereden los pecados de los padres. De creerlo, no habría acogido a Declan como lo hice. A veces pienso que lleva la vida que lleva sólo para escandalizar a William. —Pero ellos no se llevan mal, ¿no? —Cariño, me temo que siempre habrá un abismo entre ellos. Puede que mantengan las apariencias, pero las diferencias siguen ahí. Por supuesto, nunca hablaría de esto con alguien ajeno a la familia, pero tú eres ahora un miembro más de la familia y esta mujer… —Tara. —Sí, me da igual como se llame, pero no me gusta en absoluto. —Alice, creo que deberías dejarlo estar. Si Declan lo hace para molestaros a ti y a William, dejará de hacerlo si ve que no os inmutáis. La señora hizo una mueca de desagrado. —Supongo que tienes razón —repuso mientras guardaba el álbum de fotos y miraba a su alrededor—. ¿Has decidido hacer algún cambio? Yo crecí en esta casa, ¿lo sabías?

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:35 pm

—No, no tengo nada en mente. Creo que es preciosa tal y como está. —Holly habría… Alice se detuvo sin terminar la frase. —¿Ella habría hecho cambios? —preguntó sin poder controlar su curiosidad. —A Holly le gustaba dejar su huella en todo. No le gustaban las ideas de otras personas. La verdad es que siempre me llamó la atención esa pareja. William no es el tipo de hombre que deje que otra persona lo domine, pero hay que tener en cuenta que es un hombre rico, eso cambia las cosas. ¿Está bien William? —le preguntó de repente. —Sí —repuso ella sin perder la calma. —No tengas en cuenta lo que digo. Sólo soy una vieja solterona, pero tengo algo de experiencia y no estoy ciega. Sé que no está siendo fácil para ti, pero no pienses ni por un segundo que estás viviendo a la sombra de Holly porque tú eres mucho mejor para William de lo que ella nunca fue. Bueno, será mejor que me vaya ya. Dame un beso.
Sienna volvió a una de las salitas después de despedirse de Alice. No podía dejar de dar vueltas a todo lo que estaba descubriendo ese día. Estaba claro que Holly no había sido del agrado de Alice. Hasta había sugerido que era algo manipuladora. Lo que no le había quedado tan claro era si Alice creía queWilliam iba a ser capaz de superar lo de Holly. Pensó que por eso le había preguntado cómo estaba. Recordó de nuevo la nota. Le hubiera encantado saber qué papel había jugado Declan en el chantaje y si era la causa del abismo que había entre los dos hombres. A pesar de todo, tenía que estar contenta al saber que William no podía seguir queriendo a Holly. No lo creía posible después de enterarse de que ésta lo había estado chantajeando. Se miró las manos, le temblaban y no podía hacer nada para controlarlo. William le importaba demasiado como para pensar en perderlo. Sabía que eso sería más de lo que podría soportar. Lo que no comprendía era por qué no se lo había contado, por qué no había confiado en ella.
Hablaron por teléfono esa noche. Cuando colgó, lo hizo con la seguridad de que todo seguía igual entre ellos. Se fue a la cama con la convicción de que debía olvidarse de todo aquello y esperar a que William estuviera listo algún día para contarle la verdad sobre Holly.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:38 pm

Capítulo 9
—Tiene visita, señora McLeod. Maite se sobresaltó al oír esa voz. Estaba en el patio privado de su dormitorio, disfrutando del sol antes de que hiciera demasiado calor. William tenía que volver esa misma tarde. Habían hablado de nuevo esa mañana y ella le había estado contando todo lo que había hecho con su piso de soltera. Se dio la vuelta y se encontró con la señora Lawson detrás de ella. —Gracias. ¿Quién es? —Un tal señor Haig. —¿Haig? —repitió con incredulidad. —Sí, la espera en el salón. Me ha dicho que es urgente. Se levantó de golpe, pensando que algo le había pasado a Dakota o a sus padres. Fue deprisa al salón y se encontró con James Haig. No sabía qué pensar. —James, ¿qué ha pasado? ¿Por qué estás aquí? Estaba tan guapo como lo recordaba, con su pelo castaño algo rizado y sus ojos color avellana. Llevaba un elegante traje que le recordó el éxito que tenía como corredor de bolsa. Todo era perfecto y normal, menos su expresión. Parecía muy alterado. —¡Maite! Tu hermana quiere suspender la boda. No pudo contener una exclamación de sorpresa. —Pero ¿por qué? —Me ha dicho que tú le hiciste comprender que nosotros no teníamos lo necesario como pareja para dar ese importante paso. ¿Qué es lo que le dijiste? Se quedó sin palabras durante unos segundos. —No… Nada. Le dije que se casara contigo con la conciencia tranquila. —No me lo creo, tiene que haber algo más. Bueno, da igual, el caso es que tienes que hablar con ella, Maite. Sólo quedan unos días para la boda, ¿qué va a pensar la gente? ¿Cómo puede hacerme esto? —¿Es eso todo lo que te preocupa? —¿No te parece suficiente? Maite… —le dijo mientras se acercaba a ella y la agarraba por los hombros—. Tienes que hablar con ella, por favor. —Pero… —Hazlo por mí, si es que aún me quieres. Y me imagino que sí, de otro modo no te habrías casado tan rápidamente con William McLeod.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:46 pm

Fue en ese momento cuando supo por fin cómo era James Haig. No entendía cómo no había visto lo superficial que era y cómo había podido sufrir tanto por él. —¡Por favor, Maite! —insistió él mientras la abrazaba. —¿Por favor qué? —preguntó alguien desde la puerta. Era William. James la soltó y los dos miraron al recién llegado. —¡William, no te esperaba hasta esta tarde! —exclamó ella nerviosa—. Dakota quiere suspender la boda y James pretende que hable con ella para… Éste es James Haig. James, te presento a William McLeod. Los dos hombres se miraron a los ojos. —Vaya… —comentó William mientras se acercaba a ella—. Veo que existe justicia después de todo. —¿Qué quieres decir? —preguntó James con el ceño fruncido. —¿No es obvio? Tú dejaste a Sienna por Dakota y ahora Dakota te deja a ti. Por cierto, tengo que decirte que no me agrada en absoluto cómo estabas molestado a mi esposa, así que será mejor que dejes que Dakota hable por sí misma. Te acompañaré a la puerta. Se quedó helada al ver que James parecía estar a punto de lanzarse contra William, pero éste lo miro de manera tan formidable que el primero se lo pensó mejor y salió del salón. —No querías que se quedara, ¿no? —le preguntó William con ira en sus ojos. —No. Claro que no, pero… No sabía cómo continuar. —Lo que no entiendo es por qué ha venido a verte a ti. —Bueno, se trata de mi hermana. Y… —explicó con dificultad—. Y al parecer Dakota le dijo a James que yo le había dado a entender que las cosas no iban a funcionar entre ellos dos. —¿Hiciste tal cosa? —¡No, claro que no! ¿Por qué me hablas así? —No sé, pero parece que se está haciendo justicia después de todo. ¿No será que le guardas más rencor a James de lo que confiesas? Conseguir que suspendan la boda cuatro días antes de celebrarse me parece un acto de infinita venganza. Inspiró profundamente y le dio una bofetada. William la agarró por la muñeca y, durante un aterrador segundo, pensó que iba a pegarla, pero no lo hizo. —No vuelvas a hacer eso, te lo advierto. Parece que te he dado donde más te duele, ¿no? Eres la última persona a la que me habría imaginado reaccionando así. Estaba avergonzada, pero no había podido contener su ira.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:52 pm

—¿Cómo has podido decir algo así? ¿Cómo puedes pensar eso de mí? — preguntó ella con lágrimas en los ojos. Finn se encogió de hombros y le soltó la muñeca. —Es que todo esto me hizo cuestionarme si de verdad eres sincera, Sienna. Se quedó sin palabras. —Entonces, ¿sigue adelante la boda o no? —Ya veremos —repuso ella—. ¿Tienes algún teléfono con altavoz en la casa? —Por supuesto. —Entonces puedes escuchar mientras hago una llamada.
Unos minutos más tarde, Sienna colgó el teléfono después de hablar con su madre. Su hermana no se había limitado a suspender la boda, sino que además se había ido de viaje. —Pero ¿por qué? Mamá, por favor, deja de llorar. Esto es importante. —No lo sé —había contestado su madre llorando—. Lo único que dijo fue que tú le habías abierto los ojos. —Pero no lo hice, todo lo contrario. ¿Adónde se ha ido? Su madre no lo sabía. Y tampoco sabía cómo había ocurrido algo así, cómo avisar a los invitados, cómo salir de aquella situación… Su madre parecía desesperada y ella prometió llamarla más tarde. Miró a Finn llena de frustración. Estaban en su despacho. —¿Qué le dijiste a tu hermana, Maite? —Le dije que siguiera adelante con la boda y que se casara con James con la conciencia muy tranquila. Eso fue todo, William, puedes creerme o no —repuso con un nudo en la garganta. No entendía cómo podían haberse estropeado tanto las cosas entre ellos en tan poco tiempo. —Si volvieras a casa y me vieras en brazos de otra mujer, ¿qué pensarías? —le contestó William con una sonrisa amarga—. ¿No creerías que está pasando algo extraño? —No, William las cosas no cambian así de repente… —Oí como James decía que estaba seguro de que aún lo querías. ¿Por qué iba a decirte algo así, Sienna? —le preguntó William con hostilidad y sin esperar a que le contestara—. Por cierto, las cosas pueden cambiar de repente, ya me ha pasado antes. —¡William, no puedo creer que nos esté pasando esto! ¡Por favor, no…! Pero él la interrumpió de nuevo.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:54 pm

—¿Sabes qué? Hasta se me llegó a pasar por la cabeza que podías tener tus propios demonios, secretos que no me contabas. Siempre me extrañó que me hicieras ese planteamiento y condicionaras tu estancia en Waterford a cambio de que yo fuera a la boda de tu hermana. Y luego lo de la noche de bodas, me pareció muy sospechoso que te derrumbaras como lo hiciste. —¡Eso no tiene nada que ver con James ni con Dakota! —exclamó ella. —¿No? —preguntó William con sarcasmo—. ¿No te derrumbaste por culpa de los remordimientos? ¿No será que te arrepentiste de haberte casado conmigo porque ni siquiera así conseguiste olvidarte de James? ¿Qué te pasó entonces? Abrió la boca para contarle la verdad, para decirle que era el fantasma de Holly quien le quitaba el sueño, pero no lo hizo. —Estaba agotada. —¿Tú? ¿Agotada? Tienes más energía que nadie, Maite. —No te quejaste entonces, ¿a qué viene eso ahora? —¿No te dice eso algo? Sus palabras fueron una bofetada que la llenó de ira. Empujó hacia atrás la silla en la que estaba sentada y se puso en pie. —¡Ya basta, William! Piensa lo que quieras, pero no te acerques a mí hasta que te tranquilices. —No pensaba hacerlo —repuso él—. Pero no olvides que estamos casados y seguiremos así hasta que yo lo diga. Así que no pienses en irte hasta que arreglemos la situación. Por cierto, recuerda que tenemos una cena esta noche. William salió del despacho y la dejó con la boca abierta. Decidió que tenía que hacer justo lo que le había prohibido. No iba a dejar que nadie la tratara así, tenía que salir de esa casa. Pero recordó entonces que todas sus cosas habían sido empaquetadas y metidas en un trastero de la casa. Sus muebles los había vendido a una tienda de segunda mano y se imaginó que ya estaría vacío su piso. Para colmo de males, ni siquiera era suyo, se lo había alquilado a otra persona el día anterior. Se dio cuenta entonces de que no tenía por qué irse, eso sería como admitir su derrota o declararse culpable. Y no había hecho nada para merecerlo. Escuchó el coche de William alejándose de la casa y se sentó de nuevo en la silla. Temblaba tanto que sus rodillas apenas la sostenían. Decidió entonces volver a llamar a su madre tal y como le había prometido, pero fue su padre quien contestó. Había conseguido que su madre se acostara un rato a descansar y parecía tan perdido como ella. Una vez más, contó su conversación con Dakota. —Eso fue todo, papá, lo juro. Ahora que lo pienso, es verdad que la noté bastante nerviosa y emocionada, pero pensé que estaba feliz por mí y por su boda con James. Durante el banquete recuerdo verla algo distante…

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 1:58 pm

—Supongo que Dakota siempre ha sido un enigma. Se guía por sus instintos sin pensar en nada más. Pero no te preocupes, que estoy aquí para arreglar las cosas. ¿Cómo estás tú, cariño? —Bien —mintió ella—. Muy bien, papá. Colgó el teléfono con un nudo en la garganta. Recogió las llaves, su bolso y se metió en su coche. No tenía adonde ir, pero quería alejarse de Eastwood. Bajó por Hamilton Hill hasta el río y se detuvo cerca del muelle. Nunca había estado en esa parte de Brisbane. Dejó que los impulsos la guiaran, aparcó y fue a tomarse un café allí. No había barcos en el muelle, pero el puerto estaba lleno de gente y turistas que visitaban las tiendas y restaurantes de la zona. Pero no consiguió distraerse. Estaba demasiado dolida. Y no sólo eso, también se sentía impotente y en un ambiente que le era extraño. Le parecía que nada tenía sentido. Y no entendía por qué el hombre que amaba se había convertido en alguien que no podía reconocer. Estaba decidida a encontrar la verdad, pero no sabía por dónde empezar. Algo le decía, no obstante, que la nota de Holly que había encontrado podía estar en el origen de todo aquello.
Maite pasó una hora reflexionando y cavilando, pero no llegó a ninguna conclusión. Seguía teniendo la seguridad de que esa nota de Holly podía explicar muchas cosas. Salió entonces del café y comenzó a pasear mientras miraba los escaparates. Fue un vestido color turquesa el que la sacó de su ensimismamiento. Lo miró y decidió que tenía que ponérselo para la cena de esa noche. No entendía cómo podía estar pensando en ropa en un momento así, pero decidió que necesitaba estar guapa esa noche si iba a salir con William. Sabía que un vestido como ése podía darle la seguridad que necesitaba. Porque estaba decidida a descubrir esa misma noche por qué Holly Pearson había estado chantajeando a William.
William volvió a casa media hora antes de que tuvieran que salir para asistir a la cena. Maite estaba aún terminando de arreglarse en su cuarto de baño cuando lo oyó entrar y como se cerraba después la puerta del otro aseo. Se aplicó otra capa de pintalabios y se miró una última vez en el espejo. Estaba satisfecha con el resultado. Decidió esperar a William en el salón. Recogió su bolsito plateado y salió del dormitorio.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:03 pm

Maite estaba observando el río desde los ventanales del salón cuando oyó a William acercándose a ella por detrás. Inspiró despacio y se dio la vuelta con cuidado. Pero se quedó sin aliento al verlo. Con su esmoquin y pajarita, William estaba más apuesto que nunca. Parecía más alto con ese traje. Vio como levantaba una ceja al verla y la miraba de arriba abajo, fijándose en cada detalle. Sabía que el vestido había sido un acierto. Uno de esos diseños que no pasan de moda. Mostraba lo mejor de su escote y esculpía su figura. El encaje turquesa resaltaba su color de piel y el gris de sus ojos. El pelo lo llevaba recogido a un lado con una peineta de brillantes. En otras circunstancias, se habría sentido feliz con su aspecto, pero esa noche era un manojo de nervios. —Y yo que pensaba que ni siquiera ibas a aparecer por aquí —le dijo William—. No sólo estás lista para la cena, si no que te has arreglado especialmente para ella. Estás guapísima, Miate. —Gracias —repuso ella apartando la vista. —¿Eso es todo? ¿No vas a decir nada más? —De momento, no. —Puedes decírmelo ahora —comentó él mirando el reloj—. Tenemos cinco minutos. Apretó los dientes y contó hasta diez antes de contestar. —No, William. Esto ya va a ser demasiado duro sin tener que agregar nada más. —Me sorprende que no hayas salido huyendo. Como asegurabas estar tan dolida… —Lo estoy, pero yo no soy ese tipo de persona. No salgo huyendo —espetó ella con los ojos encendidos en sangre. William se quedó en silencio un momento, después se encogió de hombros y le hizo un galante gesto para que lo precediera hacia la puerta de la casa. —Detrás de usted, señora McLeod.
Maite pensó varias veces durante la noche que, a pesar de ser una velada complicada, no podrían haber estado en un sitio más bello. Marcus y Liz Hawthorn vivían frente a las costas de la bahía de Moretón, en una mansión que estaba iluminada como un árbol de Navidad. Y el jardín estaba lleno de luces y antorchas. Para culminar la belleza de la noche, la luna llena se reflejaba en las aguas de la bahía y hacía una temperatura estupenda. Había al menos cincuenta invitados y las mujeres llevaban preciosos vestidos de noche. La cena se sirvió en la terraza, en mesas iluminadas con velas. Después de

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:06 pm

la comida llegaron los discursos y una gran tarta en forma de número diez. Todos aplaudieron y brindaron con champán. La velada fue agradable y los anfitriones la recibieron con cariño, pero era demasiado duro fingir ser una feliz recién casada.William hizo bien su papel y no se apartó ni un minuto de su lado, pero sabía que no podrían haber engañado a quien los hubiera visto antes juntos. Alice, Declan y Tara también estaban en la fiesta. Declan parecía estar de mal humor. Le dio la impresión de que los dos hermanos McLeod estaban teniendo problemas con su vida sentimental. Pero la parte más complicada de la velada llegó cuando la banda comenzó a tocar. —¿Bailamos? —le sugirió William tendiéndole la mano. —¿Puedes hacerlo? —replicó ella. Se sintió culpable al recordarle su lesión. —Creo que podré. Además, si vamos a seguir con la farsa, será mejor que bailemos. Había tanta dureza en sus ojos que no soportaba mirarlos. —De acuerdo —repuso ella mientras se levantaba. Bailaron lentamente al ritmo de la suave música. —Puede que no quieras bailar conmigo, pero no tienes por qué mostrarte tan rígida en mis brazos —le susurró William al oído. Sus palabras hicieron que tropezara y perdiera el paso, pero él la sujetó a tiempo. —Teniendo en cuenta la intimidad que hemos compartido… —prosiguió él—. Sólo hace unos días, te derretías si te tocaba en cierta parte de tu cuerpo, reaccionabas como si estuvieras sintiendo una explosión en tu interior. ¿Qué te pasa ahora? ¿Ya no puedes seguir actuando como lo has hecho todo este tiempo? —añadió con dureza mientras le acariciaba el hombro—. Al menos he tenido éxito consiguiendo lo que James Haig no pudo tener. ¿Te estuviste reservando para él hasta que viste que no tenía sentido hacerlo? —¿Qué…? ¿Por qué me estás diciendo esto? —le preguntó con angustia. —Me limito a analizar lo que ha pasado —repuso él con una sonrisa. —No, lo que estás haciendo es torturarme mientras bailamos entre la gente. —¿Crees que soy un canalla? ¿No te has parado a pensar que puede que esté así porque he visto a mi esposa en los brazos de otro hombre? Es culpa mía, no te dije que esperaba que me fueras fiel —añadió con ironía mientras ella intentaba apartarse de él—. Nos iremos pronto de la fiesta, Maite. Pero lo haremos juntos y con dignidad. Recoge tu bolso y despídete de todos.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:09 pm

No hablaron durante todo el camino de vuelta a casa. Metieron el coche en el garaje y él la acompañó dentro como si fuera su guardia y estuviera a punto de llegar a su celda. Quería subir directamente al dormitorio, pero él la llevó al salón. —Siéntate —le ordenó él. William sirvió dos copas de coñac y le entregó una. Tomó un sorbo del licor, lo necesitaba más que nada en esos momentos. Pero dejó la copa sobre la mesa y respiró profundamente. —William… —comenzó con calma—. ¿Era Holly el amor de tu vida? Él no se había sentado aún. Fue hasta los ventanales y se quedó con la vista perdida en el río. Después se giró hacia ella con el ceño fruncido. —¿Qué demonios…? ¿Qué tiene eso que ver con nada de esto? —No lo sé, pero es que está pasando algo que no logro comprender y acabo pensando que tiene algo que ver con esto… Abrió su bolsito y sacó la nota de Holly. —No entiendo cómo puedes desconfiar tanto de mí cuando yo no controlo las circunstancias. —Maite, tú fuiste la que se desmoronó en tu noche de bodas como si tuvieras algo que ocultar, como si te arrepintieras de lo que acababas de hacer. Por otro lado, según James y tu propia madre, tú fuiste la que convenciste a Dakota para que no siguiera adelante con su boda. —Y tú eres el que ha elegido creerlos a ellos en vez de a mí —repuso ella con un nudo en la garganta—. Y, después de ver esta nota, me di cuenta de que no es la primera vez que te pasa. Le entregó el papel y le dijo donde lo había encontrado. William se quedó de piedra al leer la nota. Apretó los dientes con fuerza. La miró después con hielo en los ojos. —Sí, Maite, lo has adivinado. Esto ya me había pasado. Por eso tengo un bajo nivel de tolerancia cuando me enfrento a mujeres a las que les gusta manipular. A ella se le daba muy bien. —Cuéntamelo —le pidió entonces. William dudó un segundo, después se sentó frente a ella. —Conseguía engañar a cualquiera, incluyéndome a mí. Pero engañó antes a Declan. Conseguía ocultar muy bien que no tenía principios y era capaz de chantajear a la gente para cubrirse después las espaldas. Tuvo una aventura con Declan antes de que yo la conociera y no lo supe hasta tiempo después. —Le pareció que Declan no serviría sus propósitos tan bien como tú, ¿no? — sugirió ella.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:16 pm

William asintió con la cabeza. —Pero Declan no pudo soportar que lo dejara por mí y la amenazó con contarme que habían tenido una aventura porque sabía que entonces yo no querría nada con ella. Fue entonces cuando ella empezó a chantajearlo. —¿Cómo? —La madre de Declan no tenía buena reputación —repuso él después de tomar un largo trago de coñac—. Algo de lo que mi padre no sabía nada. Laura y la madre de Holly habían sido amigas y ésta conocía bien su pasado. La gente creía incluso que Declan no era hijo de mi padre. Holly fue más allá y le aseguró que no era hijo de Michael McLeod, pero le prometió que no diría nada si él no me contaba lo de su aventura. —¿Declan la creyó? —preguntó atónita. William suspiró con frustración. —Al principio, sí. Siempre hemos sido rivales. A mí no me gustaba Laura. No quería una madrastra ni otro hermano, sufría mucho por mi madre. Aún hoy, sigue sin gustarme la vida que lleva Declan, pero reconozco que sería duro para él que lo compararan siempre conmigo. —Ya había pensado en eso… —Por otro lado, somos muy distintos físicamente, así que me no me extraña que la creyera. Le asustaba perder el apellido y los beneficios que conlleva esta familia. De un modo u otro, Holly consiguió mantenerlo callado un tiempo… Se quedó con la vista perdida en el dorado licor. —Pero Declan se enfadó mucho al saber que nos habíamos prometido. Una noche se emborrachó y me dijo algo sobre Holly que sólo podía saber un hombre que se hubiera acostado con ella… Peleamos y se acabó sabiendo toda la verdad. —¿Te diste cuenta enseguida de qué era lo que pasaba? —Sabía que tenía que ser cierto. De otro modo, Declan no habría reconocido que no era realmente un McLeod. Holly lo negó todo, por supuesto. Aseguró que Declan había intentado algo con ella después de que nosotros empezáramos a salir y que ella lo había rechazado. Fue entonces cuando vi algo en ella que no me gustó en absoluto. Era rápida, demasiado rápida inventando excusas, como si tuviera mucha experiencia y muy pocos escrúpulos —le dijo con amargura—. Se hicieron unos análisis enseguida y supimos que Declan era realmente mi heredero. Así que anulé el compromiso y ella cayó en su propia trampa. Intentó chantajearme, fue entonces cuando me envió esta nota. Decidí quedar con ella una última vez para dejarle claro que estaba perdiendo el tiempo. Fue entonces cuando tuvimos el accidente… —No me lo puedo creer. ¡Qué mujer tan diabólica…! ¿Cómo has podido compararme con ella? William no la miró a los ojos.

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:22 pm

—Lo que no he entendido nunca es cómo pude estar tan ciego con ella como para no darme cuenta de cómo era en realidad. Mi tía me avisó y no le hice caso. Era muy buena manipulando a la gente y me engañó por completo… —Entonces… Entonces, ¿nunca vas a confiar en mí por culpa de Holly? ¡Es una locura! —exclamó ella poniéndose en pie. —¿Eso crees? Yo creo que no estoy dispuesto a caer dos veces en la misma piedra —repuso él. —¿Así que vas sospechar siempre de mí usando los pretextos más absurdos? —¿Absurdos? —repitió William con voz cansina—. ¿Por qué te casaste conmigo, Maite? Abrió la boca, pero no pudo decir nada. —¿Somos los dos iguales? —se preguntó William en voz alta—. ¿Estamos los dos viviendo una mentira? No puedes perdonar a James, pero tampoco puedes olvidarte de él. Yo nunca pude perdonarla, pero he mentido sobre lo que pasó. Intentó pensar y contestarle, pero estaba demasiado confusa. —¿Por qué te casaste tú conmigo, William? —preguntó entonces. La pregunta quedó suspendida en el silencio unos segundos. —Me pareciste la antítesis de Holly y creí que era importante encontrar a alguien que no me recordara en nada a esa mujer —confesó William después. Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. —Pero ahora piensas que no soy tan distinta, que yo también tengo los pies de barro… William se terminó su copa de coñac y la dejó sobre la mesa. —¿Qué le dijiste a Dakota para que no se casara, Maite? ¿Por qué cambiaste de opinión en el último momento y decidiste invitarla? Querías que la boda fuera íntima, ¿qué te hizo cambiar de opinión? Sus palabras terminaron de hundirla. —Nada —repuso llorando—. Pero como no me crees, te diré lo que sugiero. Voy a hacer las maletas y me iré mañana. De hecho, no es una sugerencia, es lo que voy a hacer. —¿Por qué no te quedas y luchas? ¿Por qué no intentas encontrar a Dakota y…? —¿Por qué no lo haces tú? Tú eres el que no me cree. —Muy bien —repuso él levantándose del sillón—. La buscaré con una condición, que no te muevas de aquí mientras lo hago. —¿Cómo vamos a vivir bajo el mismo techo cuando sé que eres mi enemigo? — le preguntó ella llorando. —¿Acaso te da miedo que Dakota me diga la verdad? —No, yo

por EsperanzaLR Jue Dic 10, 2015 2:29 pm

—Entonces, quédate, Maite. Es mi última oferta. Además, yo no voy a estar aquí. Tenía un viaje de negocios a Perth que había pospuesto para poder ir a la boda, pero ahora no hay motivo para demorarlo más. Me voy mañana. No podía hablar, no podía decir nada. —Además, tú no tienes adonde ir, ya has alquilado tu piso. —Así es. Pero ¿cómo vas a encontrar a Dakota desde Perth? —No pensaba buscarla personalmente. —¡No! No quiero que la persiga ningún detective. Debe de estar muy mal después de lo que ha pasado y no quiero que la molesten. —Lo que pasa es que no quieres que la encuentre, ¿verdad? Tenía ganas de gritar. Se sentía muy frustrada. —Lo único que quiero es que no se sienta presionada —le dijo entre dientes. —Muestras mucho interés por una hermana que no te ha dado más que problemas —contestó William—. Pero no te preocupes, no la molestarán, lo prometo. Bueno, deberías irte ya a la cama. Lo miró con la boca abierta. —¿Sola? —Creo que será mejor así, dadas las circunstancias —replicó él con ironía—. Yo haré lo correcto y dormiré en otro cuarto. Cerró un instante los ojos. Era como darse contra una pared, contra las paredes que ese hombre herido había levantado a su alrededor. No sabía cómo derrumbarlas y ya ni siquiera tenía claro si eso era lo que quería. —Gracias —repuso ella antes de darse la vuelta y salir del salón.

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