Re: WEB NOVELA LEVYRRONI "Placer imprevisto" De Lean Banks

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 11:38 am

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 11:40 am

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!!!!

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 11:46 am

Capítulo 7

—No deberías haber comprado el cochecito —insistió Maite—. Es carísimo.
—Al niño le gustará —dijo Will.
Maite giró la cara para mirarlo mientras entraban en casa.
—Le habría gustado igual uno más barato.
—No, imposible. El diseño aerodinámico, las ruedas alineadas… todo eso marca la diferencia.
—Bueno, de acuerdo, nos quedamos con el cochecito. Pero no puedo aceptar el collar.
—Si es sólo plata de ley…
—Sí, pero diseñado por David Yurman. No entiendo por qué lo has comprado. Ya te dije que no quería nada para mí.
—Supongo que en parte sería por eso.
—¿Quieres decir que me lo has regalado sólo porque eres un cabezota?
—Eso ha contribuido, sí. Además, como la anfitriona no paraba de decir que era para una buena causa…
Maite tuvo que sonreír.
—Pero tú no te crees nada. No te crees lo que el fabricante dijo sobre el cochecito y te parece estúpido organizar una subasta benéfica.
—Es más fácil hacer que la gente se sienta culpable por correo —respondió él.
—Pero para algunas personas es divertido asistir a una subasta.
—Depende de la gente que sea.
Maite se mordió los labios.
—Es posible. Aunque sigo sin entender por qué me has comprado el collar.
—El topacio me recordaba el color de tus ojos.
—Ah, ya.
De repente, Will tuvo que controlar el deseo de tomarla entre sus brazos, de besarla, de hacerla suya…
—Bueno, pues no deberías. Pero ha sido un detalle por tu parte.
—Te he sorprendido, ¿eh? Pensabas que era tan tacaño como el señor Scrooge.
—Yo nunca he pensado eso —se rió Maite—. En fin, gracias otra vez, pero debo irme a la cama. Es muy tarde.
—Muy bien.
—Una cosa, Will…

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 11:48 am

—¿Qué?
—En realidad, no es asunto mío.
—No lo sabré hasta que me lo digas.
—¿De verdad tienes ahijados?
—¿Por qué lo preguntas? ¿Alguien te lo ha contado esta noche?
—¿En la subasta? No, claro que no.
Will tiró del nudo de su corbata.
—La verdad es que tengo cinco ahijados.
—¿Cinco?
—Pero no soy un padrino de verdad. Los padres sólo quieren que estén bajo mi tutela en caso de que les ocurra algo… y dinero, claro. Cuentan conmigo para pagar todos los gastos hasta que hayan terminado la carrera.
—¿Para cinco niños? ¿No es demasiado?
—No, puedo permitírmelo. Pero no creo que tener más de cinco ahijados fuera sensato.
Maite levantó una ceja.
—Ahora entiendo que seas tan cínico.
—Vara, no hace falta que me halagues —se rió Will.
—No, en serio. Es muy generoso por tu parte aceptar esa responsabilidad.
—Económica, nada más.
—¿Y qué pasaría si, por alguna extraña razón, tuvieras que convertirte en el tutor de esos cinco niños?
—Los enriaría a un internado.
—Ah, claro. Por eso nunca firmaré el acuerdo para que seas el tutor de mí hijo.
—¿De verdad no tienes a nadie en mente como tutor?
—Estoy pensándolo.
Will tocó su brazo.
—Maite, dime la verdad.
—La verdad es que no lo sé. La persona más cercana que tengo es mí amiga Dee. Es una chica encantadora y adora a los niños, pero también es un espíritu libre y le encanta viajar. No sé, a lo mejor debería poner un anuncio en el periódico.
—Eso nunca.
—Eso es lo que yo digo del internado —replicó ella.
Los dos se quedaron en silencio, mirándose—. En fin, tengo que irme a dormir. Gracias otra vez por la cena. Buenas noches.

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 11:56 am

Will sintió el mismo cosquilleo que había sentido el día que la conoció. El mismo que sentía justo antes de tomar una decisión profesional importante. Nunca lo había sentido con una mujer, pensó, sacudiendo la cabeza.
Soltándose el nudo de la corbata, se sirvió una copa de vino y salió al jardín para respirar el aroma de las flores, que su jardinero mantenía en perfecto estado durante todo el año, y escuchar el relajante silencio de la noche.
Se preguntaba qué habría ocurrido entre Maite y él si se hubieran conocido en otras circunstancias.
Sí ella nunca hubiera conocido a su hermano, si no estuviese embarazada. La habría seducido inmediatamente, pensó. La habría convencido para que viajase con él a todas partes…
La imagen de su pálido cuerpo desnudo, dispuesto para él en todo momento, lo excitó. Maite era una mujer apasionada y le gustaría conocer todos sus secretos. Descubrir qué la hacía gemir, qué la hacía sudar, qué la hacía despertar a la vida entre sus brazos.
Aunque nunca había imitado a una mujer a vivir en su casa, Maite McCall podría ser la primera.
Claro que, antes tendría que pedirle que firmase un acuerdo económico que los protegiera a los dos cuando terminase la relación. Todas las cosas buenas terminaban tarde o temprano y él lo sabía. Pero sospechaba que Maite se habría negado a firmar tal acuerdo… y habrían tenido una aventura de todas maneras.
Will sacudió la cabeza, sorprendido por tales pensamientos. Allí había mucho más en juego que su libido. Aunque se sentía animado por la seriedad con la que Maite se tomaba su papel de futura madre, sabía que eso podía cambiar por multitud de razones.
El tutor de su hermano había empezado haciendo bien su trabajo, pero durante la adolescencia le había dado demasiada libertad. Y Will estaba convencido de que la falta de influencia paterna era la razón por la que Tony había vivido una vida caótica y la razón también de su trágica muerte.
Pero él no iba a dejar que le ocurriera eso a otro miembro de su familia. Si Maite seguía negándose a firmar el acuerdo, había otras maneras. Más drásticas, más costosas, pero necesarias.
Dos días después, Maite salió del trabajo un poco antes porque Will la había invitado a cenar en el restaurante del Trillion Resort. Pero no sabía por qué la había invitado. Desde la subasta, Will trabajaba tantas horas que apenas se habían visto.
No sabía qué ponerse y, al final, eligió un pantalón de seda y un top de corte imperio en varios tonos de azul.
También se puso el collar de plata que Will le había comprado en la subasta. Incluso se atrevió un poco más con el maquillaje.

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 12:03 pm

Aunque no le gustaba admitirlo, quería estar guapa para él. No, era más que eso. La verdad era que Will DeLuca hacía que le diese vueltas la cabeza.
El chófer de Will la llevó al lujoso hotel y, cuando detuvo el coche, un hombre uniformado le abrió amablemente la puerta.
—Buenas noches. El señor DeLuca la está esperando arriba.
—¿Cómo sabe…?
—Conocemos todos los coches del señor DeLuca —sonrió el portero.
—Ah, claro —Maite se volvió hacia el chófer—. Gracias por traerme, Ricardo.
—De nada, señorita McCall. Que disfrute de la cena.
Maite subió en el ascensor de cristal hasta la terraza, donde estaba situado el restaurante. Y cuando vio a Will, no pudo ver ni oír otra cosa. Cuando él se levantó, no podía respirar. ¿Por qué aquel hombre la afectaba de esa forma?
—Estás preciosa.
—Gracias. Este sitio sí que es precioso.
—He pensado que te gustaría salir a cenar —Will sonrió, alargando una mano para tocar el zafiro—. Me gusta que te lo hayas puesto.
Ese tono tan posesivo la hizo sentir un sorprendente escalofrió. No sabía por qué, el deseo quizá, la emoción de lo prohibido…
¿Qué le pasaba? Ella no era así.
—Siéntate. He pedido un zumo de naranja para ti.
—Gracias.
Las interrupciones de los camareros eran discretísimas y, aunque mucha gente los miraba, nadie se atrevió a molestarlos.
—Le dije al maître que no quería interrupciones esta noche —le explicó él, como si le hubiera leído el pensamiento.
—No podía dejar de comparar esta cena con la de la subasta.
—Ahora comprenderás por qué no suelo asistir a esos eventos sociales. Aunque debo reconocer que lo pasé bien… porque tú estabas allí.
—Fue divertido. Además, hice una nuera amiga —sonrío Maite.
—¿Quién?
—Mallory James, la chica que estaba sentada a mi lado. Vamos a comer juntas el sábado.
—Estupendo, así estarás ocupada.
—¿Ocupada para qué?
—Yo estaré fuera de la ciudad durante tres semanas.
—Ah, ya —Maite tuvo que disimular su desilusión—. Es un viaje muy largo, ¿no?

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 12:08 pm

—Sí, me temo que sí.
—El problema de ser el jefe.
—Estaré fuera del país, pero no me siento cómodo dejándote sola… en tu estado. La verdad es que el viaje se organizó antes de que nos conociéramos. Sí no, lo habría pospuesto.
Esa confesión la hizo sentir como si hubiera salido el sol.
—Aún faltan seis semanas hasta que salga de cuentas y por ahora todo ha ido bien. No hay razón para pensar que ocurra nada.
—De todas formas… es mejor estar preparado para cualquier eventualidad. Dame tu móvil.
—¿Qué?
—Quiero programar mis números de contacto.
—No creo que tenga que llamarte mientras estás fuera del país…
—¿Por qué no? Podemos hablar todos los días, para ver cómo van las cosas. Y sí hay alguna urgencia, puedes llamar a mí ayudante, Grace. Le he dicho que tenga el teléfono encendido las veinticuatro horas del día.
—Pero eso es absurdo —protestó Maite—. No voy a llamar a tu ayudante. No la conozco siquiera.
—Si no te encuentras cómoda, puedo presentártela…
—No será necesario. Estoy bien —insistió ella.
—Mi obligación es encargarme de que sigas bien.
—¿Por qué? Tú no eres mi… —Maite no terminó la frase.
De repente, se le había ocurrido una posibilidad prohibida, algo en lo que no había querido pensar.
¿Y si Will fuera su marido?
—No, déjalo, no he dicho nada. Estamos hablando del niño. Te sientes responsable porque eres su tío. No tiene nada que ver conmigo.
Will se aclaró la garganta.
—Todo está conectado. El niño, tú, yo. Y como pronto saldrás de cuentas, debes tomar una decisión sobre la tutela —le recordó, sacando un sobre del bolsillo—. Le he pedido a mi abogado que redactase un acuerdo que tú quisieras firmar. Mientras estoy fuera quiero que lo leas… y que lo lleves a tu abogado si así te sientes más cómoda.
Maite apretó los labios. Aquella cena era una trampa. Will quería una sola cosa de ella: controlar a su hijo. Y aunque le hubiese gustado tirarle el papel a la cara, se obligó a sí misma a guardarlo educadamente en el bolso.
Will pareció notar su cambio de actitud y, después de pedir la cuenta, se levantó.

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 3:54 pm

Bajar juntos en el ascensor resultó incómodo, pero compartir espacio en el pequeño Ferrari fue una tortura. Cada vez que cambiaba de marcha la rozaba con la mano y Maite no podía dejar de mirar sus largas piernas flexionándose cada vez que pisaba el acelerador o el embrague. A pesar de la hostilidad, no podía dejar de admirar su forma de conducir. Seria un amante exigente, poderoso, pensó.
Pero sabría cómo darle placer a una mujer. De hecho, sospechaba que una mujer no volvería a ser la misma después de compartir cama con Will DeLuca.
En cuanto llegaron al garaje, Lilli se volvió para abrir la puerta, pero Will la sujetó del brazo.
—¿Qué haces?
—No has leído la propuesta de mi abogado, así que no puedes estar molesta por eso —respondió él—. Pero no has dicho una palabra desde que salimos del restaurante, ¿por qué?
—¿Es que no lo entiendes? Mi hijo no está en venta.
—No puedes creer que yo quiera comprar a tu hijo…
—¿Por qué iba a creer otra cosa? Desde que nos conocimos estás intentando convencerme para que acepte dinero, pero no pareces entender que da igual lo que me ofrezcas. No voy a entregarte a mi hijo.
Will la miró, perplejo.
—¿De verdad crees eso? ¿Crees que en este nuevo acuerdo te ofrezco más dinero?
—¿Qué si no?
—No es eso, Maite Este acuerdo te otorga más derechos que el anterior. ¿De verdad crees que soy un ogro?
Ella se mordió los labios, confusa.
—No sabía qué pensar. Me invitas a cenar y actúas como si disfrutases de mi compañía para luego ofrecerme ese nuevo acuerdo…
—Pues claro que he disfrutado de tu compañía. De no ser así, le habría pedido a Jim que te enviase el contrato por mensajero. Y quiero que tengas mis números de contacto —insistió Will—. Esta será mi última noche en la ciudad hasta dentro de tres semanas y quería pasarla contigo.
El corazón de Maite latía con tanta fuerza que casi le hacía daño.
—No sé qué quieres de mí. Además de que firme el acuerdo, claro.
Él la miró a los ojos y en ellos pudo ver un deseo que no se molestaba en disimular.
—¿Quieres saber lo que quiero de ti? —preguntó en voz baja, tomando su cara entre las manos.
Y entonces devoró sus labios con un beso que la mareaba, que la hacía desear hacer todo lo que él quisiera. Will siguió besándola mientras deslizaba los dedos por

por EsperanzaLR Dom Ene 24, 2016 3:57 pm

su escote, rozando el nacimiento de sus pechos. Maite sintió que sus pezones se endurecían, rozando la tela del sujetador, y cuando él metió la mano bajo la blusa para tocarlos, tuvo que apretar las piernas.
Pero Will se echó hacia atrás.
—Te deseo —dijo sobre su boca—. Te deseo de todas las maneras posibles y unas cuantas que no te imaginas. Pero ahora no es el momento. Prométeme que te cuidarás mientras yo estoy fuera. No te arriesgues, Y llámame sí me necesitas.
Maite cerró los ojos. Sentía el poder de su deseo.
Lo que la asustaba era que también ella lo deseaba.
Y lo que la asustaba aún más era la posibilidad de que pudiera desear a Will como nunca había soñado con desear a un hombre.

por Joanita Dom Ene 24, 2016 5:18 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

por asturabril Dom Ene 24, 2016 8:10 pm

por EsperanzaLR Lun Ene 25, 2016 5:26 pm

Mis lindas lectoras seguira manana

por SuenoLR Mar Ene 26, 2016 4:03 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 3:51 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 3:59 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:07 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:19 pm

Capítulo 8

Dos semanas y media después, Maite salía del coche y subía los escalones del garaje llevándose una mano a la espalda. Durante todo el día había estado soportando un horrible dolor en los riñones y en las piernas. Estaba cansada, molesta y, lo peor de todo, echaba de menos a Will. Aunque él llamaba frecuentemente y con cada llamada la tensión se aliviaba un poco.
Había pasado más de una noche coqueteando con la fantasía prohibida de que Will fuera el padre de su hijo, pero en aquel momento lo único que quería era un sándwich, darse una ducha e irse a la cama…
—¡Sorpresa! —gritó un coro de voces cuando abrió la puerta.
Maite soltó el bolso, atónita, y sus amigas empezaron a aplaudir.
—¡Lo hemos conseguido! —exclamó Dee—. ¡Te hemos dado una sorpresa!
—Desde luego que sí. ¿Cómo habéis podido organizarlo?
—Porque somos listísimas —se rió su amiga—. Además, creo que Mallory tiene una varita mágica. Y ya verás la tarta que ha traído.
—¿Tarta? —repitió Maite—. Pero bueno…
Había comido varias veces con Mallory esa semana y la adoraba. Era una amiga encantadora.
—Me alegro de formar parte de todo esto. Venga, siéntate. Vamos a abrir los regalos.
Como era costumbre, las amigas organizaban una fiesta para la futura mamá en la que le entregaban regalos para el niño. Y después de abrirlos, Mallory le presentó una tarta decorada con un cochecito de bebé y una velita.
—Pide un deseo y sopla la vela.
—Pero si no es mí cumpleaños…
—Pero es tu primer niño. Ya añadirás velitas cuando tengas más hijos.
—¿Mas hijos?
—Bueno, por ahora vamos a concentrarnos en éste. Venga, pide un deseo.
Maite cerró los ojos y deseó que el parto fuese fácil y que el niño naciera sano. Y, secretamente, deseó también un padre para su hijo…
La imagen del hombre que elegiría para ese papel la hizo parpadear, atónita. Absurdo, imposible, pensó. Debían de ser las hormonas.
Pero cuando estaba abriendo el último regalo, la puerta del salón se abrió…
—¡Will! ¿Qué haces aquí?
—He vuelto hace medía hora. No me habías dicho que hubieras organizado una fiesta.

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:32 pm

—No, ha sido una sorpresa —sonrió ella, tan contenta de verlo que no podía disimular.
—Estás más gordita —dijo Will entonces—. Y más guapa —añadió, dándole una cajita envuelta en papel de regalo—. Myrtle me dejó un mensaje sobre la fiesta. Espero que te venga bien.
Le temblaban las manos mientras rasgaba el papel. No se habían visto en más de dos semanas y le encantaría sentarse para charlar con él. Pero consiguió abrir la caja y dentro encontró una tarjeta regalo de la empresa Atención Familiar Las Vegas para contratar los servicios de una niñera durante un año.
Mallory asintió con la cabeza.
—Es la mejor empresa de la ciudad para esas cosas.
—¿Una niñera? Will, yo no había pensado…
—Oh, no —la interrumpió Dee—. No puedes negarte. Es un regalo perfecto. Muchas gracias, Will —luego se volvió hacia Maite—. Si te cansas de verla, puedes enviarla a mi casa. Me encantaría tener a alguien que me hiciera sándwiches de mantequilla de cacahuete y galletas de chocolate.
—¿También haría la colada? —preguntó otra de sus amigas.
—¿Iría a la compra?
—Hará lo que Lilli quiera —sonrió Will—. ¿Podemos hablar un momento en privado?
—Sí, claro.
—Pregúntale por Alex —le susurró Mallory—. Le presenté a mi padre y no he vuelto a saber nada de él desde entonces. Pregúntale dónde suele ir por las noches.
—Veré lo que puedo hacer —sonrió Maite.
Una vez solos en la entrada, notó ciertos cambios en su aspecto. Llevaba el pelo un poco más largo, más ondulado. Y sus ojos parecían cansados.
—Ha sido una sorpresa verte. No sabía que volverías hoy.
—¿Estás bien? No habrán vuelto a molestarte los amigos de Tony, ¿verdad?
—Estoy bien y no he visto a ninguno de los amigos de Tony.
—Estupendo. Esta noche tengo que acudir a un evento, pero mañana tenemos que hablar. ¿Has leído el acuerdo que te dejé?
—Sí, lo he leído.
—Estupendo —repitió Will. Su mirada parecía decir mucho más, pero Maite pensó que eran imaginaciones suyas—. En fin, vuelve con tus amigas. No quiero molestar.
Ella se sintió decepcionada. Nada de «me alegro mucho de verte» o «sigo deseándote»
—Buenas noches —dijo él por fin, volviéndose hacia la puerta.

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:37 pm

Y ella siguió mirándolo, sintiéndose como una tonta.
—Espera.
—¿Sí?
—Yo… —Maite tragó saliva, sin saber qué decir—. Mallory me ha pedido que te preguntase por Alex.
—¿Alex Megalos?
—Sí, creo que le gusta. Le presentó a su padre, pero aún está esperando que la llame…
—Podría preguntarle a mi ayudante dónde suele ir Alex después del trabajo.
—Sí, gracias. Oye, ¿estás bien?
—Sí, sí, un poco cansado. He tenido que sufrir viajes más largos, pero éste me ha parecido interminable.
—Ya, claro… —Maite no terminó la frase—. ¿Por qué te ha parecido tan interminable? —se atrevió a preguntar por fin.
—Porque no he dejado de pensar en ti.
—Quieres que firme el acuerdo.
—No sólo por eso —Will se acercó un poco más, pero se contuvo para no tocarla como había soñado hacer durante esas semanas porque sabía que, sí empezaba, no podría parar—. El viernes hablaremos. Me temo que mañana tendré mucho trabajo en la oficina.
—Muy bien. Gracias por el regalo —sonrió Maite.
—De nada.
Will le sostuvo la mirada un momento antes de salir.
Al día siguiente, después de un largo día de trabajo, Maite estaba leyendo el periódico con las piernas colocadas sobre varios almohadones. Después de echar un vistazo a las páginas de Nacional e Internacional se detuvo en las de Sociedad. En la primera había fotografías de un evento benéfico patrocinado por la empresa de Will. En una de las fotos, Kiki lo tenía agarrado del brazo. Y Will no parecía estar sufriendo en absoluto.
En ese momento sintió una oleada de algo oscuro envolviendo su corazón y, cuando se dio cuenta de lo que era, se sintió más tonta que nunca. Estaba celosa. No, debían de ser las hormonas, se dijo. En fin, eso esperaba.
Inquieta después de leer el artículo, se preparó una tila, intentando no pensar en Will y Kiki.

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:44 pm

Pero no pudo pegar ojo esa noche. Cuando se levantó de la cama, se sentía exhausta y notó que su abdomen estaba más duro que nunca. Y mientras se vestía para ir a trabajar la sensación no desapareció. ¿Serian contracciones?
Aunque aún faltaban unas semanas para la fecha llamó a su médico y, después de contarle los síntomas, él le indicó que fuera al hospital, por si acaso.
Maite tomó su bolso y bajó a la cocina.
—Buenos días —la saludó Will—. ¿Cómo estás?
Como respuesta, ella se puso a llorar.
—¿Qué ocurre? ¿Por qué lloras?
—El médico me ha dicho que vaya al hospital porque podría estar de parto. Will, tengo el abdomen muy duro… es una sensación muy rara.
—No te preocupes, yo te llevo al hospital —Will dejó la taza de café sobre la encímera y la tomó por la cintura—. Puedes ir en el asiento de atrás y estirarte para estar más cómoda. No te preocupes, todo va a salir bien.
—¿Estás seguro?
—Pues claro que estoy seguro.
Cuando llegaron al hospital, un enfermero sentó a Maite en una silla de ruedas.
—Yo volveré enseguida…
—¿Te vas? —preguntó Maite, apretando su mano.
—Voy a aparcar el coche, vuelvo enseguida.
Estaba consumido de preocupación por Maite y por el niño. Buscaría al mejor médico de Las Vegas, haría lo que tuviese que hacer para que ella y su hijo tuvieran los mejores cuidados…
—Perdone, no puede entrar ahí a menos que sea pariente cercano de algún enfermo —le advirtió una enfermera cuando iba a entrar en Urgencias.
Will suspiró, frustrado. Quería estar al lado de Maite, pero no era su marido, ni siquiera eran parientes…
En ese momento tomó una decisión drástica. Era algo en lo que no había pensado hasta entonces, pero así nadie podría evitar que estuviera con ella.
Se casaría con Maite.
—Acaba de entrar una mujer embarazada y yo soy el padre del niño —le dijo a la enfermera.
Tres horas después, una mortificada Maite salía del hospital con Will a su lado.
—Lo siento mucho… creí que estaba de parto.

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:50 pm

—No le preocupes. Según el médico, estas cosas ocurren a menudo —sonrió él, abriendo la puerta del coche.
—Pero te he hecho perder medio día de trabajo… ¿Seguro que no estás enfadado?
—Pues claro que no. El médico ha dicho que es normal en las primerizas. Pero… la verdad es que estoy preocupado, Maite.
—Lo sé, lo sé. Voy a cambiar mi testamento hoy mismo. Sí me ocurriera algo… tú te harías cargo de la tutela del niño.
Max se aclaró la garganta.
—Es un buen principio, pero creo que podríamos hacer algo más.
—¿A qué te refieres?
—He estado pensando… ¿qué te parece que el apellido del niño sea DeLuca?
—Pensé que estábamos de acuerdo en no decirle a nadie que el niño es hijo de Tony. Esa es la razón por la que voy a irme de Las Vegas.
—¿Y sí no te fueras? ¿Y si tu apellido fuera también DeLuca? —preguntó Will entonces.
Ella lo miró, confusa.
—¿Cómo?
—Sí te casaras conmigo, tu apellido sería DeLuca.
—¿Casarme contigo? Pero si no estás enamorado de mí.
—Estar enamorado no es un seguro para que un matrimonio funcione.
Maite no podía dejar de mirarlo.
—No lo entiendo… tú no quieres casarte.
—Pero quiero cuidar de ese niño —suspiró Will—. Me siento responsable de él… y de ti —añadió, aunque no entendía sus sentimientos del todo.
—No creo que ésa sea una buena base para un matrimonio.
—Las hay peores.
—Yo no quiero ser una responsabilidad para ti, Will. Y no quiero que el niño lo sea tampoco.
—No sería sólo eso. Yo creo que… en fin, que podríamos hacer que ese matrimonio funcionase —insistió él, levantándole barbilla con un dedo—. Además, tú sabes que te deseo. Y tú me deseas a mí, no lo niegues.
—Empezaba a pensar que eso había cambiado.
—No, no ha cambiado.
—¿Y qué pasará cuando dejes de desearme?
—¿Por qué iba a dejar de hacerlo? —murmuró Will, mirándola a los ojos.

por EsperanzaLR Mar Ene 26, 2016 4:52 pm

Maite sintió que se hundía en aquella deliciosa y prohibida esperanza.
—No lo sé.
—Creo que tú sabes tan bien como yo que podríamos entendernos. En todos los sentidos.
Cierto. Pero eso no significaba que tuvieran que casarse. Maite apartó la mirada para poder pensar con claridad. Casarse con Will DeLuca no sería un sacrificio para ella, al contrario. Pero era una decisión muy importante.
—¿Podrías darme algún tiempo para pensarlo?
—Sí, claro. Pero enseguida te darás cuenta de que es lo mejor para todos. ¿Quieres hacerme alguna pregunta?
Maite inclinó a un lado la cabeza.
—Si tú criases al niño… ¿harías burbujas con él en el baño?
—Sí.
—¿Le leerías cuentos por la noche?
—Sí.
—¿Le dirías lo estupendo y lo listo que es?
—Siempre.
—¿Lo abrazarías cuando llorase?
—Sí —contestó Will—. Y también te abrazaría a ti, Maite. Estuvieses llorando o no.
Su corazón se puso a dar saltos. ¿Cómo iba a pensar las cosas con frialdad

por Joanita Mar Ene 26, 2016 6:53 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!

por asturabril Mar Ene 26, 2016 7:48 pm

por SuenoLR Miér Ene 27, 2016 4:59 am

Sique mi Kat

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