Re: WEB NOVELA LEVYRRONI "Placer imprevisto" De Lean Banks

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:32 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:32 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:33 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:35 pm

Capítulo 9

—Me gusta la idea, Alex —estaba diciendo William—. Cuando hablaste de Virginia, pensé que un hotel de lujo como ése no podría atraer clientes, pero…
—Está muy cerca de Washington D.C., de modo que los medios de transporte son fantásticos. Los residentes de Washington podrían ir allí los fines de semana.
—El problema es… ¿quién va a ir a Virginia durante la semana? El consejo de administración pondrá pegas…
En ese momento sonó el intercomunicador, interrumpiendo la conversación.
—Señor DeLuca, acaban de llamar los de seguridad. Por lo visto, una mujer embarazada insiste en hablar con usted.
Sólo había una mujer embarazada en su vida.
Preocupado. Will frunció el ceño.
—¿Se encuentra bien?
—A mí me parece que sí —contestó Grace—. Pero está decidida a verlo. Los de seguridad no sabían qué hacer con ella.
—Por favor, dile que pase inmediatamente.
Alex se levantó, sonriendo.
—¿Esto significa que la reunión ha terminado?
—Seguiremos hablando más tarde, sí no te importa.
Cuando iba a salir del despacho, Maite entró como una tromba con las mejillas coloradas y una enorme caja de cartón en las manos.
—¿Entrenas a los de seguridad para que traten a todas las mujeres embarazadas como si fueran unas psicópatas o ha sido una casualidad?
Will soltó una carcajada.
—No volverá a ocurrir, te lo aseguro.
Alex le quitó la caja de las manos.
—Permíteme… tú no debes cargar con tanto peso. Por cierto, estás guapísima.
—Parezco una ballena, pero gracias por el cumplido. ¿Te importaría hacerme un favor y llamar a alguno de vuestros ayudantes… o secretarias?
—¿Para qué? —preguntó Will.
—Sólo serán cinco minutos. Luego podéis seguir haciendo lo que estuvierais haciendo.
—¿Para qué quieres que los llamemos?
—Es una cosa que… quiero hacer

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:42 pm

Alex volvió unos segundos después con varios miembros del equipo, todos mirándola con curiosidad.
—Gracias —sonrió Maite—. Sólo necesito que me presten sus voces un momento. Hoy es el cumpleaños de Will, así que espero que se unan a mí para cantarle Cumpleaños Feliz —luego abrió el recipiente para mostrar una docena de pasteles—. Siento que no puedas soplar las velas, pero los de seguridad me han quitado las cerillas. Bueno, venga, vamos a empezar…
Will la miraba, incrédulo, mientras se colocaba frente al pequeño grupo como un director de orquesta para cantar Cumpleaños Feliz.
Cuando terminaron, Maite se volvió con una sonrisa en los labios.
—Feliz cumpleaños, Will.
—¿Cómo has sabido que era hoy?
—Es un secreto. Y como no sabía qué pasteles te gustaban, he traído de nata, de fresa, de crema, de chocolate…
—Yo quiero uno de chocolate —dijo Alex.
—Es el cumpleaños de Will, así que primero elige él —lo regañó Maite.
Will se aclaró la garganta, emocionado por primera vez en muchos años.
—Yo también quiero el de chocolate.
—Estupendo. Para tu información, mi cumpleaños es el día dieciséis de noviembre y me encantan las tartas de limón.
—Eres un hombre afortunado —se rió Alex—. ¡Feliz cumpleaños!
Cuando todos salieron del despacho, Will cerró la puerta y se volvió, sin poder disimular una sonrisa.
—¿Cómo se te ha ocurrido venir aquí?
—No estarás enfadado, ¿verdad?
—No, al contrario. Pero me has pillado por sorpresa.
—Se me ocurrió que seguramente no celebrarías tus cumpleaños cuando estabas en el internado y he pensado que para compensar…
—¿Por qué?
—Porque creo que eres un hombre estupendo. Y había que celebrar el día que naciste.
Esa sencilla explicación era lo más sincero, lo más seductor que nadie le había dicho nunca. Maite McCall, embarazada o no, lo volvía loco.
—Cásate conmigo —dijo, tomándola por la cintura.
—Will…
—Es lo mejor. Para todos.
—¿Cómo puedes estar tan seguro?

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:46 pm

—Sé sincera contigo misma, Maite. Tú también lo deseas.
Ella cerró los ojos un momento, pensativa.
—Sí, de acuerdo, me casaré contigo —dijo por fin.
Will se encargó de todo con tal rapidez, que Maite apenas tuvo tiempo de volver a pensárselo. Tres días antes de la boda, estaban charlando en el jardín.
—He comprado esto hoy. Dime si te gusta —sonrió Will, colocando una cajita de terciopelo sobre la mesa.
Curiosa, Maite abrió la caja… y se quedó atónita al ver un anillo de diamantes.
—Es precioso… pero yo no esperaba un anillo de compromiso. ¡Y el diamante es enorme!
Will soltó una carcajada.
—¿Te parece mal?
—No, no… es que no lo esperaba. Cuando pienso en nuestra boda… La verdad, no había pensado en anillos ni en alianzas.
—¿Y en qué habías pensado entonces?
Maite se mordió los labios para no decirle que aún no estaba segura de que casarse fuera lo más sensato.
—Más bien en cómo vamos a acostumbrarnos a la vida familiar. Y cómo vamos a acostumbrarnos tú y yo a… estar casados.
—Yo creo que ya hemos demostrado que podemos llevarnos muy bien —sonrió él, deslizando un dedo por su garganta.
—Pero la cama…—empezó a decir ella, con una voz que no sonaba como la suya.
—¿Qué quieres decir?
—Bueno, puede que no sea verdad, pero… he oído que las parejas casadas tienden a pasar más tiempo fuera de la cama que en ella.
—¡Maldición! —bromeó Will—. Si es así, entonces puede que tengas que acompañarme a cenas, que tengamos que hacer cosas juntos… Suena horrible, pero creo que podremos soportarlo. ¿No te parece?
—Probablemente.
—Pero te molesta.
—Debes admitir que ésta no será una típica boda romántica. Ni siquiera hemos planeado una luna de miel…
—Puedes protestar todo lo que quieras, pero yo sé que el sexo disipará muchas dudas.

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 2:59 pm

Esa idea la llenó de ansiedad. ¿Su última experiencia con Tony sería una barrera entre los dos?
Por el momento, Will parecía hacerla olvidar todo lo malo.
—Ponte el anillo. A lo mejor te gusta más cuando lo veas en tu dedo —dijo él, sacándolo de la cajita.
Le quedaba perfectamente y brillaba como una estrella.
—Es precioso —Maite sonrió, intentando mover el dedo—. ¿Viene con una grúa?
Maite se despertó a la mañana siguiente llena de anticipación y esperanza. Sólo faltaban dos semanas para el parto, dos semanas hasta que pudiera tener a su hijo en brazos. Y la emoción parecía crecer con cada hora que pasaba. Además, iba a casarse en dos días.
Cuando miró el anillo de diamantes, intuyó que estaba a punto de enamorarse de Will. ¿Y si se pasaba la vida entera esperando que él la amase? ¿Y si Will dejaba de desearla y la dejaba plantada? O peor, ¿y si no la amaba nunca y su vida juntos era terriblemente desgraciada?
Maite sacudió la cabeza. No quería pensar eso.
Además, tenía razones para creer que todo iba a salir bien.
Como hacía un día soleado, decidió salir a dar un paseo. El aire fresco le aclaró las ideas y la hizo sentir más optimista, pero cuando volvió a casa vio un coche desconocido en la puerta. Era un jaguar, de modo que no podía ser de ninguna de sus amigas. Mallory tenía un BMW y Dee… uno tan viejo como el suyo.
Maite entró en casa y oyó a una mujer hablando con Ada.
—Dejé algunas cosas mías aquí hace un par de meses. Sólo he venido a buscarlas.
Kiki. Maite se puso tensa.
—Oh, mira, la dulce mamaíta. No salgas corriendo, Maite Hace tiempo que no hablamos.
—Hola, Kiki —la saludó ella, con desgana.
—Pero bueno, si parece que estás a punto de dar a luz. Estás radiante… ¿no es eso lo que se dice de todas las embarazadas? Los niños son increíbles. Hacen que lo imposible sea posible. Fíjate en cómo ha cambiado tu vida.
—Yo sólo quiero lo mejor para mi hijo.
—Pues claro que sí —asintió Kiki, sarcástica—. Me sorprendió que no me llamaras después de la subasta. ¿Perdiste mi tarjeta?
—Sí, creo que sí.

por EsperanzaLR Miér Ene 27, 2016 3:03 pm

—Pareces una chica lista y pensé que aceptarías mi oferta. Pero dicen por ahí que has apostado por algo mejor.
Maite y Will no habían anunciado su decisión de casarse, de modo que se negó a decir nada.
—Lo siento, pero tengo que irme. Tengo cita con el médico esta tarde.
—Por lo menos podrías enseñarme la habitación del niño —insistió la otra mujer—. Subiré contigo. De todas formas, tengo que recoger algunas cosas que me dejé arriba.
—Lo siento, señorita Lane —intervino Ada entonces—, pero no sé si al señor DeLuca le gustaría que subiera a sus habitaciones. Sí no le importa esperar un momento, lo llamaré a la oficina.
—No hace falta, lo llamaré yo misma. Da un poco de vergüenza pedirle a un hombre que te devuelva tu ropa interior, pero es un conjunto de La Perla, uno de mis favoritos —sonrió Kiki, con la peor intención—. En fin, encantada de haberte visto otra vez. Si cambias de opinión, no dudes en llamarme… pero no esperes demasiado.
Kiki estaba desesperada y haría cualquier cosa por recuperar a Will eso estaba claro. Y ella no debía permitir que generase dudas sobre su decisión de casarse, pero no dejaba de pensar en el conjunto de ropa interior que se había dejado en la habitación de Will… y en la fotografía de los dos que había visto recientemente en el periódico.
Quizá no le hubiera dado a esa relación la importancia que tenía.

por Joanita Miér Ene 27, 2016 6:23 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

por asturabril Miér Ene 27, 2016 7:46 pm

por Joanita Jue Ene 28, 2016 4:31 am

Siguelaaaaaâaa por favor!!!!

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:31 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:31 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:38 pm

Capítulo 10
El día empeoró cuando Max le presentó un acuerdo de separación de bienes. Aunque, con la excepción de la cláusula que le daba la custodia de su hijo sí se separaban o si ella se convertía en una influencia nociva para el niño, el acuerdo era muy generoso. Económicamente.
Lilli lo pensó mientras estaba en la cama, intentando tomárselo con calma. Pero al día siguiente se quitó el enorme anillo de diamantes y con voz tranquila, en total contraste con lo que sentía por dentro, llamó a Max y le pidió que se reuniera con ella en casa lo antes posible.
Él llegó una hora después.
—No voy a firmar ese acuerdo —anunció, dejando el anillo sobre la mesa.
—¿Por qué? ¿Quieres más dinero?
—No tiene nada que ver con el dinero. No voy a dejar que un juez que puede ser manipulado o comprado decida si estoy capacitada para cuidar de mi hijo.
—¿Estás segura de que esto no tiene nada que ver con la oferta de Kiki?
Maite lo miró, sorprendida.
—¿Cómo sabes que…?
—Ada me contó que había estado aquí. Por lo visto, te había hecho una oferta, y supongo que sería una oferta económica.
—Aparentemente, vino a recoger un conjunto de ropa interior que se había dejado en tu habitación —respondió ella.
—Eso es mentira. Kiki nunca ha estado en mi dormitorio. ¿Por qué no me contaste que intentó comprarte?
—Porque no sabía si estabas enamorado de ella.
Will hizo una mueca.
—Ya te dije que, en mi opinión, el amor romántico no dura mucho. Y también te dije que Kiki no era la mujer para mí.
—Sí, bueno, la verdad es que no me sentía cómoda contándote algo así. Además, podía enfrentarme a ello por mí cuenta.
—O quizá estabas esperando que te hiciera una oferta mejor que la mía.
—Si de verdad crees eso, no deberíamos casarnos —replicó ella, indignada.
—¿Qué es lo que quieres, Maite?
—Que quites esa cláusula del acuerdo.
—Hecho —suspiró Will—. Y si Kiki vuelve a ponerse en contacto contigo, debes decírmelo.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:47 pm

—Lo haré —asintió ella—. Pero… ¿estás seguro de que no sientes nada por ella? Es una mujer muy atractiva… mucho más que yo.
Él la miró, sorprendido.
—No estoy de acuerdo.
Aunque el cumplido debería haberla convencido, sus inseguridades afloraron a la superficie.
—Ella sabe cómo moverse en sociedad.
—Y es una manipuladora. ¿De verdad crees que querría casarme con una mujer como Kiki?
Maite supo entonces que necesitaba respuestas o viviría siempre presa de las dudas.
—Necesito saber lo que piensas sobre la fidelidad. Como el nuestro no será un matrimonio por amor, ¿te consideras libre para… en fin, para tener aventuras con otras mujeres?
El rostro de Will se volvió de piedra.
—No, en absoluto. Cuando nos casemos, tú serás la única mujer en mí vida y yo seré el único hombre en la tuya. Yo me tomo las cosas muy en serio, Maite. Si tú no puedes llegar al mismo tipo de compromiso, será mejor que lo dejemos, porque espero la misma fidelidad por tu parte.
Su fiera respuesta la dejó sin aliento. Aunque debería haberlo imaginado. Un hombre como Will no sólo daría, sino que esperaría completa lealtad por parte de su esposa.
—No me puedo imaginar siéndote infiel —dijo por fin.
¿Qué mujer querría serlo?
—Entonces, no hará falta que vuelvas a quitarte este anillo —murmuró él, volviendo a ponerlo en su dedo—. Nuestro matrimonio funcionará. Yo he decidido que va a funcionar. ¿Estamos de acuerdo?
Aunque allí no había un sacerdote ni un juez de paz, Maite sintió como si estuvieran intercambiando las promesas del matrimonio.
—Sí, estamos de acuerdo.
Al día siguiente, después de que Jim redactase un nuevo acuerdo, Maite lo firmó, convencida de que estaba haciendo lo mejor para su hijo. Y luego se puso un vestido de color crema con una voluminosa cantidad de tela para disimular el avanzado embarazo.
Pero estaba nerviosísima. Se decía a sí misma que debía dejar a un lado sus miedos, pero aunque sabía que Will se tomaría el compromiso en serio, temía que no pudiese amarla nunca.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:50 pm

Sin embargo, como estaba decidida a ser una novia guapa, se arregló todo lo posible y se puso una rosa recién cortada en el pelo.
La ceremonia fue absolutamente íntima, sólo con el juez de paz y Jim Gregory y Myrtle haciendo de testigos. Y el tiempo era tan bueno como de costumbre mientras Will y ella hacían sus promesas en el jardín, donde habían cenado la primera noche. Había algo premonitorio en eso, algo bueno en saber que compartirían más cenas en el sitio en el que se habían hecho la promesa de pasar el resto de su vida juntos.
Maite se decía a sí misma que no debía preocuparse por nada, pero le temblaban las manos.
—Yo os declaro marido y mujer —dijo el juez de paz—. Puede besar a la novia.
Will la atrajo hacia él para darle un beso que era un eco de las promesas que acababan de hacerse.
Después, comieron juntos en el jardín, los dos solos, brindando por el futuro con agua mineral.
—Por nosotros y por nuestra vida juntos.
—Por nosotros —Maite tomó un sorbo de agua, nerviosa. No dejaba de pensar que acababa de casarse con un hombre que no la quería.
—Estás muy callada.
—Es un día muy importante para mí. Hay un millón de cosas dándome vueltas en la cabeza.
—Puedes relajarte. Tendremos más cosas en qué pensar cuando nazca el niño. Y cuando te hayas recuperado.
Estaba hablando de sexo, se dio cuenta Maite No habría noche de bodas para ellos. Otra cosa más que no cuadraba en aquella escena.
—El médico me ha dicho que la recuperación dura de cuatro a seis semanas —murmuró, poniéndose colorada.
Will le apretó la mano.
—¿Dónde te gustaría pasar la luna de miel? Podemos ir donde quieras.
—La verdad es que no lo había pensado.
—Pues deberías. Porque para cuando podamos ir de luna de miel, los dos nos la habremos merecido, ¿no crees?
—Sí, supongo que tienes razón.
—Dime dónde te gustaría ir.
—No sé, a alguna playa bonita…
—Mi empresa tiene hoteles de lujo en las mejores playas del mundo, pero yo tengo acceso a sitios privados. Habrá gente para atendernos, pero nadie nos molestará.
—Eso suena bien. Ojalá pudiéramos irnos ahora mismo…

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 3:56 pm

Will sonrió.
—A mí también me gustaría, cariño. La anticipación nos matará o hará que la experiencia sea explosiva.
—O las dos cosas.
Él soltó una carcajada.
—Deberíamos comer.
Maite lo intentó, pero tenía el estómago cerrado. Y le dolía mucho la espalda.
—¿Te ocurre algo?
—No me gusta quejarme, pero la verdad es que me duele la espalda… no sé, a lo mejor han sido las emociones. Y la verdad es que no tengo apetito… —de repente sintió algo entre las piernas y levantó la mirada, asustada.
—¿Qué?
—Creo que acabo de romper aguas, Will…
—Tranquila, tranquila.
Will se levantó de inmediato para decirle a su chófer que tuviese el coche preparado y luego subió a la habitación de Lilli para buscar la maleta que habían hecho después de la falsa alarma. Luego, nervioso, llamó al teléfono que les había dado el médico, pero saltó un contestador.
—Maite McCall se ha puesto de parto. Nos vamos al hospital ahora mismo y espero ver al doctor Roberts allí en diez minutos. Mí nombre es Will DeLuca, soy su marido.
Cuando entró en el salón, Maite lo miraba con cara de enfado.
—No puedes hablarle así a un médico.
—¿Cómo que no?
—No va a estar pendiente de una llamada. Si una paciente se pone de parto durante un fin de semana o en algún momento en el que no esté disponible…
—Para mi mujer tiene que estar disponible —la interrumpió él.
Maite dejó escapar un suspiro.
—Creo que no estoy acostumbrada a la idea de ser tu mujer.
—Ya te acostumbrarás —bromeó Will—. ¿Quieres tumbarte?
—No, estoy demasiado incómoda como para tumbarme. Las contracciones son más fuertes de lo que yo esperaba —Maite apretó su mano—.Will, voy a tener un hijo. Y quiero que todo salga bien.
—Todo va a salir bien —le aseguró él, abrazándola.
Dos horas después de llegar al hospital, Wii se dio cuenta de que Maite estaba sufriendo de verdad.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 4:01 pm

Hacia las respiraciones que había aprendido en las clases de preparación al parto, pero el dolor la obligaba a apretar los puños. Verla así lo horrorizaba.
Él no sabía que dar a luz pudiera ser tan bárbaro y sintió por ella un nuevo respeto.
—Quiero que me pongan la epidural —le dijo, sin aliento, después de una contracción particularmente dolorosa.
Aliviado, Will llamó inmediatamente a la enfermera.
Después de lo que le pareció una eternidad, el ginecólogo comprobó los progresos y sacudió la cabeza.
—Es demasiado tarde para una epidural.
—¿Cómo que es demasiado tarde? —exclamó él, indignado—. Mí mujer está sufriendo. Necesita que le pongan algo inmediatamente…
El médico lo miró, intentando mostrarse paciente.
—Señor DeLuca, el niño está a punto de nacer. Su mujer está a punto de dar a luz.
Su mujer. Su hijo. De repente, Will sintió que algo estallaba dentro de su pecho.
En treinta minutos, el niño, un amasijo de carne rosada, hizo su entrada en el mundo.
—Aquí estás —murmuró Maite, tocando sus deditos—. Estás aquí de verdad —luego miró a Will, con los ojos llenos de lágrimas—. Mira, lo hemos conseguido.
—Tú lo has conseguido. Yo no he hecho nada.
—Sí lo has hecho. Has estado a mi lado, me has ayudado mucho. Y quiero que lo tomes en brazos.
Will tomó al niño en brazos y miró su carita.
—Bonito sombrero —murmuró, tocando el gorrito de lana azul que le había puesto la enfermera—. Tiene la piel… rosa.
Maite sonrió.
—Eso está bien. Significa que ha nacido sano.
—Qué manos tan pequeñitas. Y qué piel tan suave. ¿Cómo vamos a llamarte? ¿Sabes qué nombre vas a ponerle?
Maite tuvo que tragar saliva. Ver a Will con su hijo en brazos la emocionaba.
—Creo que se llamará David.
—Ah, bonito nombre. Un nombre serio. Así no tendrá que pelearse con nadie en el patio del colegio.
—Tú puedes elegir el segundo nombre. Yo estaba pensando en William.
Will la miró durante largo rato, en silencio.
—Si no te importa, claro. Si no te gusta, podemos.......

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 4:03 pm

—Sí, me gusta. Es que me he quedado sorprendido. Pensé que querrías llamarlo Tony.
—No, tú eres mucho más padre de lo que tu hermano podría haberlo sido nunca.
El siguiente mes fue un lío de biberones, pañales e interrupciones nocturnas. Maite estaba enamorada de su hijo, pero en cuanto mostraba el menor signo de cansancio, Will insistía en que contratase a una niñera. Y, aunque al principio no le gustaba la idea, no podía negar que dormir de un tirón la hacía sentirse como nuera.
Will seguía durmiendo en su habitación y estaba todo el día en la oficina. Al principio estaba demasiado cansada como para darse cuenta, pero empezaba a ponerse nerviosa. Cuanto más lo pensaba, más se daba cuenta de que apenas la había tocado en las últimas semanas. ¿Ahora que se había convertido en madre ya no le parecía tan sexy? Esa idea la torturaba.
Incapaz de soportar la situación, lo esperó despierta una noche. Se sentó en el sofá, tomando su primera copa de vino en diez meses, y ensayó la conversación en su cabeza una y otra vez. Aunque no sabía si seria capaz de hacerlo. Para darse valor, había elegido una camisola de seda y una falda azul que le daban un aspecto muy femenino. Incluso se maquilló un poco.
Suspirando, empezó a hojear una revista de arquitectura.
Dieron las nueve, las nueve y media, las diez, pero estaba decidida a esperarlo.
Eran casi las diez y medía cuando Will llegó a casa, pasándose una mano por el pelo. Trabajar hasta tan tarde lo estaba matando.
Pero no tenía elección. No podía estar en casa ahora que Lilli había tenido el niño y ya no tenía delante un obvio impedimento para no acostarse con ella.
Sería un canalla desconsiderado si la tomase antes de que se hubiera recuperado del todo, pensó. De modo que la única opción era quedarse en la oficina, trabajando.
Cuando iba a subir a su dormitorio, vio luz en el salón y, al entrar, se encontró a Maite dormida, con los brazos alrededor de un cojín de terciopelo. Por increíble que pudiera parecer, Will sintió celos de ese cojín…
La falda se había levantado un poco, mostrando sus bonitas piernas, y un mechón de pelo caía sobre su cara.
Era tan imitadora que tuvo que contenerse para no tomarla en sus brazos y llevarla a la habitación. En lugar de eso, apartó el pelo de su cara intentando no despertarla… pero el roce la despertó.
—Ah, hola, Will, he debido de quedarme dormida.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 4:06 pm

—Estás vestida. ¿Pensabas ir a algún sitio?
—No, estaba esperándote —contestó ella.
—¿Por qué? ¿Se ha puesto malo el niño?
—No, no…
—¿Has tenido algún problema con la niñera?
—No, María es estupenda. Pero es que… me gustaría verte más a menudo con David.
Él asintió con la cabeza.
—Tienes razón. Sólo quería darte tiempo para que te acostumbrases.
—¿Por eso has estado evitándome?
—Cuidar de un recién nacido es agotador, Maite.
Además, tienes que recuperarte —Will se sentó a su lado en el sofá.
—¿Seguro que es sólo por eso?
—¿Por qué lo dices?
—No lo sé. Pensaba que… a lo mejor te habías arrepentido de haberte casado conmigo.
—Lo dirás en broma —murmuró Will.
—No, lo digo en serio. No me has tocado desde que nació el niño, siempre estás fuera de casa. ¿Qué otra cosa podía pensar?
—Que no quiero aprovecharme de ti. Que no confío en estar contigo bajo el mismo techo durante más de cinco minutos sin tomarte entre mis brazos…
Maite abrió mucho los ojos, sorprendida.
—Pero pareces tan distante…
—Llevo mucho tiempo deseando hacer el amor contigo. Tanto que no sé si podría contenerme.
—Pintonees, me sigues deseando.
—Sí —asintió Will, con voz ronca—. Más que nunca.
Dejando escapar un suspiro de alivio, Maite pasó un dedo por sus labios y él abrió la boca para morderlo suavemente.
—No me provoques, cariño.
Ella lo miró a los ojos.
—Tengo que ir al médico el viernes.
—¿Para qué?
—Para que me haga el último chequeo. Y creo que me dirá que puedo volver a mi actividad normal.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 4:10 pm

—¿Y eso qué incluye?
—Todo —contestó Maite, bajando la voz—. Incluso el sexo.
Will se excitó de inmediato. Viernes. Dos días.
—Me gustaría que me llamases después de ir al médico.
—Acabas de decir que no te provoque, pero… —Maite se acercó un poco más—. ¿Puedo besarte?
Will supo que iba a tener que darse una ducha fría esa noche.
—Ven aquí —contestó, sentándola sobre sus rodillas.
Sus labios eran como pétalos de rosa y, su cuerpo, deliciosamente sumiso. Quería tocarla por todas partes y tomarla de todas las maneras en las que un hombre podía tomar a una mujer. Cuando metió la lengua en su boca, creyó que iba a explotar.
Un simple beso, pensó, y se sentía como un maníaco. Quería arrancarle el vestido, quitarse la camisa y sentir sus pezones rozando su piel. Quería sentirla temblar bajo sus dedos.
Sabía que debía parar, pero no podía hacerlo.
118Y cuando metió las manos bajo la blusa, se sorprendió al descubrir que no llevaba sujetador. Will no sabía que pudiera excitarse aún más, especialmente sabiendo que no podrían terminar lo que empezasen esa noche…
—¿Quieres que pare? —le preguntó con voz ronca.
—No. Ha pasado tanto tiempo… pensé que nunca volvería a sentir nada.
—No puedes haberlo olvidado por completo —murmuró él, mordisqueándole el labio inferior.
—Yo creía que sí —musitó Maite, mientras le desabrochaba los botones de la camisa.
Will tuvo que hacer un esfuerzo sobrehumano para apartarse y ella sacudió la cabeza, incrédula.
—Después de lo que pasó la última noche con Tony… pensé que nunca volvería a desear a un hombre.
De repente, la erección de Will decayó.
—No me lo habías contado. ¿Qué ocurrió esa noche?
—No me gusta recordarlo, pero… es que todo es diferente contigo.
—¿Qué pasó con Tony?
—Es tu hermano, no quiero ensuciar su recuerdo.
—Maite… yo conocía los problemas de Tony. Sabía que bebía demasiado, que tomaba drogas. La verdad es que no nos llevábamos bien. Además, ahora soy tu marido y no debes ocultarme nada.

por EsperanzaLR Jue Ene 28, 2016 4:18 pm

Maite se mordió los labios.
—Ya había roto una vez con él —empezó a decir en voz baja—. Pero me prometió que las cosas serian diferentes, así que volvimos a salir una noche. Creí que había cambiado, de verdad.
—¿Qué pasó? —insistió Will.
—Fuimos a una discoteca y empezó a beber como siempre. Yo le dije que quería marcharme y Tony me suplicó que me quedase sólo un rato más, una copa más. Yo pedí un refresco… y él me puso algo en la copa. Desperté horas después y…
Will sintió náuseas. No podía creer que su propio hermano hubiera caído tan bajo.
—¿Se aprovechó de ti?
Maite cerró los ojos mientras asentía con la cabeza.
—Le había dicho que no quería volver a acostarme con él, que teníamos que ir despacio si queríamos que aquella relación funcionase. Pero después de esa noche rompí con él para siempre. Me di cuenta de que nunca podría confiar en un hombre así.
Will estaba tan furioso que sentía el deseo de romper algo, de destrozar algo con sus propias manos. Y la fuerza de ese sentimiento lo pilló desprevenido.
—Lo siento, Maite. Siento muchísimo lo que te hizo mi hermano. Yo intenté ayudarlo muchas veces, pero… se negaba a escuchar —Will le levantó la barbilla con un dedo—. Te juro que yo nunca haría algo así.
—No tienes que jurármelo. Lo sé.
Will se dio cuenta entonces de que tendría que seducirla. Había pasado mucho tiempo para ella y sería un placer recordarle, en todos los sentidos, que era una mujer deseable. Y ahora que era su marido, se aseguraría de que nadie volviese a hacerle daño nunca más.

por Joanita Jue Ene 28, 2016 6:02 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

por asturabril Jue Ene 28, 2016 6:46 pm

por EsperanzaLR Vie Ene 29, 2016 2:06 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

Ahora sigo Joanita

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