Re: Novela LevyRron "Un libertino enamorado" de Gail Ranstrom

por EsperanzaLR Dom Feb 26, 2017 4:58 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Dom Feb 26, 2017 5:08 pm

—No… no sabía que fuese tan grave.
—Yo pensaba que no. Y dudo que hubiera importado. Tú tienes tus propios planes para la dama.
—Si hubiera sabido…
—¿Qué? ¿Habrías renunciado a ella a favor de McPherson?
A William se le nubló la visión durante unos segundos. ¿Renunciar a ella? No. Por mucho que se avergonzara, no habría renunciado a ella por nada del mundo, y aquella certeza resultaba desconcertante. ¿En qué momento había pasado a ser algo más que un interés pasajero?
—¿Qué dices, Dash?
—Lee la carta. Yo lo he hecho, y no me disculparé.
William contempló la carta. Las letras apenas eran legibles. McPherson debía de estar semi inconsciente cuando la escribió. No quería violar la privacidad de su amigo, pero aun así tenía que saber si había algo que debería haber visto. Algo que él pudiera haber hecho para impedirlo. Desdobló la carta y leyó las pocas líneas en las que McPherson confesaba su amor eterno y rogaba perdón por su comportamiento. Juraba que la amaría mejor en la otra vida que en aquélla.
Levantó la cabeza y miró a Dash.
—¿Crees…?
—No podía tenerla, así que no quiso seguir viviendo.
—¿Por ella?
—Tal vez no fuera todo culpa suya, pero desde luego tuvo algo que ver.
—¿Qué ha dicho la policía?
—Les he mentido —confesó Dash—. No han visto la nota. Les dije que Conrad estaba borracho y que la pistola debió de dispararse por accidente cuando la estaba guardando. La nota no puede cambiar nada. Lo que ella ha hecho no puede castigarse por la ley.
—Todo esto es inconcebible. No puedo entender que McPherson se enamorase de ella tanto sin recibir ningún tipo de respuesta por su parte. Que yo sepa, ella nunca lo alentó.
—Oh, por el amor de Dios, Drew. Lo besó. ¿Cuántas mujeres conoces que vayan a un hombre y lo besen sin más?
No había respuesta a aquello. Por poco que fuera, había servido para hechizar a Conrad McPherson.
—Entregaré esta carta, Dash. Cuenta con ello.

por EsperanzaLR Dom Feb 26, 2017 5:22 pm

Mai regresó a Belmonde's con la esperanza de no volver a encontrarse con William Hunter. A pesar del desastre de la noche anterior, sabía que tenía entrada libre en el local. Tendría que encontrar la manera de entrar en otros salones de juego de la ciudad, pero, mientras tanto, se conformaría con ése.
Biddle le dirigió una sonrisa y le permitió pasar. Una vez dentro, comenzó a buscar un lugar donde poder cambiar dinero por fichas.
—Buenas noches, madame —dijo una voz familiar detrás de ella.
Se dio la vuelta y se encontró con lord Humphries, que la miraba de forma desafiante.
—Lord Humphries. Me alegra volver a veros esta noche.
—¿De verdad?
Al ver su sonrisa, Mai se dio cuenta de que no lo había besado a él. Tenía el pelo y los ojos oscuros. Tal vez pudiera eliminarlo como sospechoso esa misma noche.
—Claro que sí. A pesar de los acontecimientos de anoche, no os culparía a vos por el comportamiento indebido de vuestros amigos.
—¿Entonces no ha hablado con el señor Hunter esta noche?
—No lo he visto. ¿Por qué?
—Oh, por nada, madame —le tomó el codo y la condujo hacia el medio del salón.
—¿Qué juego prefiere?
—Sólo he jugado al rojo y negro, aunque el señor Hunter me enseñó a jugar también al Blackjack.
Humphries le entregó varias fichas y Mai se preguntó si acaso las mujeres no compraban sus propias fichas, o si se trataba de un mero acto de cortesía.
—Deseo pagar mis fichas, milord. ¿Cuánto cuestan éstas? Para poder devolvérselo.
—Cinco libras cada una, aunque no hace falta que se preocupe. Puedo permitírmelo.
Aun así, a Mai no le gustaba la idea de estar en deuda con lord Humphries. Abrió su bolso y comprobó con angustia que sólo tenía diez libras, y eso significaría que tendría que caminar hasta casa. Le entregó a lord Humphries sus diez libras y dos de las fichas.
—¿Juega con un presupuesto, madame?
—Estoy segura de que apostaré más cuando esté familiarizada con los juegos. Siendo novata…
—Es mejor ser sensata —concluyó él—. Se me ocurre, madame, que estamos en desventaja. No nos han presentado formalmente y no sé cómo dirigirme a usted correctamente.

por EsperanzaLR Dom Feb 26, 2017 5:27 pm

—Con «madame» bastará —contestó ella con una sonrisa. Se preguntó si podría simplemente llevarlo a una alcoba, besarlo y marcharse—. No me importaría tomar una copa de vino, lord Humphries.
—Sí, creo que le vendría bien, querida. La necesitará.
Qué frase tan extraña. Caminó con él hacia una ponchera situada junto a las alcobas. Le sirvió una taza mientras ella contemplaba sus alrededores. Había más gente esa noche, y hacía más ruido.
—No he visto que hubiera vino —dijo lord Humphries cuando le entregó la taza—. Pero el ponche de ron es muy bueno aquí. Beba, querida.
Tenía razón. El ponche estaba delicioso, aunque un poco fuerte. Tras dar un segundo trago, Mai miró hacia las alcobas. ¿Sería ése un buen momento para eliminar a lord Humphries como sospechoso? Él pareció leerle el pensamiento cuando la agarró del brazo y la condujo hacia una cortina abierta.
—Parece cansada, querida. ¿Nos sentamos mientras esperamos?
¿Esperar? ¿A qué?
—Os comportáis de forma muy misteriosa, lord Humphries. No es la primera vez que alude a algo inminente.
—Will Hunter debería llegar en cualquier momento. ¿No había quedado con él?
—No. No teníamos planes. De hecho, preferiría no verlo esta noche.
—¿De verdad? —Humphries pareció sorprendido con su respuesta. Se sentó junto a ella y le guiñó un ojo—. No creo que Will se detenga ante sus preferencias.
—Sin embargo, vos sí podríais detenerlo, milord —dijo ella con una sonrisa mientras le colocaba una mano en el brazo.
—Si me sonríe así otra vez, estaré tentado. ¿Pero está intentando ponerme en contra de mi amigo? No funcionará, madame. El último hombre que se enfrentó a Will, cometió suicidio.
—Estoy segura de que sois lo suficientemente fuerte para soportar la voluntad del señor Hunter.
—Sin duda, madame, pero no quiero tenerlo como enemigo.
Mai inclinó la cabeza y le dirigió la más dulce de sus sonrisas.
Si no la besaba él, tendría que tomar la iniciativa.
Humphries parpadeó, separó los labios y se inclinó ante ella.
—Y aquí viene, madame —dijo en tono confidencial. Se puso en pie y le hizo una reverencia antes de saludar al señor Hunter y alejarse en dirección a las mesas.
—Buenas noches, señor Hunter —dijo Mai poniéndose en pie.
William Hunter le puso una mano en el hombro y la condujo de nuevo al interior de la alcoba.

por EsperanzaLR Dom Feb 26, 2017 5:34 pm

—Hasta ahora, quizá, pero me temo que no irá a mejor, madame.
—¿Ocurre algo?
—¿Algo? Sí. Podría decirse que sí.
—¿Hay algo que yo pueda hacer?
—Puede regresar con el demonio que la engendró.
—¿Qué?
—Ya me ha oído, madame. Por fin la he entendido —apenas podía creer su duplicidad.
¿Cómo podía tener ese aspecto tan inocente y a la vez ser una sirena que llevaba a los hombres a la muerte?
—¿Qué… qué le he hecho yo, señor Hunter?
—Lo mismo que a muchos más hombres, madame. Burlarse, flirtear y hacerles perder la razón.
—¿Yo? ¿Le he llevado a algún lugar donde no quisiera ir, señor Hunter? Porque habría jurado que eras usted el que…
William miró a su alrededor, consciente por primera vez de que estaban llamando la atención. La sentó en el banco y cerró las cortinas.
—Si cree que va a dejarme por tonto, se equivoca. De hecho, madame, pienso delatarla.
—¿Por tonto? ¿Delatarme? Explíquese, señor Hunter.
—¿Quién es realmente Mai, la que se hace llamar lady Maite? ¿Cuál es su juego, si no es el de dejar por tontos a todos los hombres de Londres?
—No necesitan mi ayuda para eso, señor Hunter. La mayoría son tontos de por sí.
—¿McPherson era uno de ésos, madame? ¿Se ha propuesto que yo sea el próximo?
—¿El señor McPherson? ¿Qué tiene que ver él en esto?
William sacó la nota del bolsillo y se la entregó.
—Léala, madame, y mire si puede descifrarla.
Se controló mientras ella desdoblaba la nota y la leía. Su mano empezó a temblar y su cara se volvió pálida.
—¿Qué ha hecho, señor Hunter?
—Se ha suicidado. Por desearla.
Sus ojos se llenaron de lágrimas, pero pronto las controló. Era una mujer muy dura si lograba manejar sus emociones con esa rapidez. Le quitó la nota y volvió a guardársela en el bolsillo.

por SuenoLR Lun Feb 27, 2017 4:31 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Mar Feb 28, 2017 5:06 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Mar Feb 28, 2017 5:08 pm

—Siento su muerte, pero yo no hice nada para alentarlo. Sabe que intenté en varias ocasiones…
—Lo besó, madame. Y no fue un beso en la mejilla, según me han dicho. Si no llama a eso alentar, ¿entonces qué es? ¿Tiene que abrirse de piernas ante un hombre? ¿Es eso?
—¿Qué puedo decir salvo que lo siento? —preguntó ella.
—Me resarciré, madame. A mi manera.
—¿Y cómo es eso?
—Dejaré al descubierto su juego. Sea quien sea, sea cual sea su propósito, se lo mostraré a todo Londres. Cuando haya terminado, no será bien recibida en ninguna parte, salvo el burdel del que haya salido. Las mujeres que juegan con hombres tienen un nombre, y usted lo lleva bien.
—Esto es la guerra —murmuro ella—. Entonces béseme. Un beso de verdad. Sólo una vez, a modo de despedida. Luego podrá irse con mi bendición.
—¿Quiere un beso? —tenía razón. No era mejor que una prostituta cualquiera. Se inclinó hacia ella como si realmente fuera a besarla—. Ni lo sueñes, Mai —susurró—. No obtendrás eso de mí.

por EsperanzaLR Mar Feb 28, 2017 5:10 pm

Capítulo 7
La tarde se alargaba mientras Mai contemplaba su reflejo en el espejo de su tocador. Seguía con la camisola. Tenía ojeras y el pelo suelto. Gina le había llevado té y una tostada, y continuaba yendo a su habitación para verla cada quince minutos.
Estaba hecha un desastre. Había pasado toda la noche con un intenso dolor de estómago, y no podía pensar con claridad. Fue al armario y se probó un vestido tras otro.
Nada le quedaba bien. Pero los vestidos nuevos de madame Marie llegarían al día siguiente y por fin tendría algo apropiado. Finalmente se decidió por un vestido gris oscuro y llamó a Nancy para que la ayudara a vestirse.
—Gracias a Dios que va a bajar por fin, señorita Mai —dijo la doncella—. Lady Vandecamp ha llegado hecha una furia. Ha estado hablando con su madre desde que llegó, diciendo que quiere verlas a ustedes. No me extrañaría que la sacase a rastras de la cama si no bajara.
¡Maldición! Era lo último que necesitaba; más interferencias con sus planes.
—¡Y mírese! ¿Qué le ocurre, señorita Mai? Está en los huesos. No podemos ponerle un corsé, o parecerá un palo.
Mai se quedó quieta mientras Nancy le pasaba el vestido por encima de la cabeza y le ataba los cordones en la espalda. Luego se sentó para que pudiera cepillarle el pelo. Apenas escuchaba las palabras de la doncella.
No podía dejar de pensar en la terrible escena en Belmonde's la noche anterior. William Hunter había pasado de ser pretendiente a adversario en un abrir y cerrar de ojos. La hacía a ella responsable del suicidio del señor McPherson. ¿Tendría razón? ¿Era culpa suya? Había estado casi toda la noche despierta, tratando de pensar en qué había dicho o hecho para provocar esa reacción. ¿El beso? ¿Algo tan insignificante?
Y aun así un beso era lo que había encandilado a Cora; algo tan significativo que era lo único que había podido decirle para identificar al asesino. ¿Acaso su beso había resultado ser tan letal como el del asesino? ¿Se habría convertido ella en aquello que perseguía?
Pero igual de horrible era la promesa del señor Hunter de exponerla ante todo Londres. Había pensado que no le importaría, pero se daba cuenta de su error.
La vergüenza que haría pasar a su madre y hermanas sería monumental. Y ella se vería obligada a sentir la reprimenda de su madre durante toda la eternidad.
Tenía que hacer algo al respecto. Tenía que impedir que el señor Hunter descubriera quién era. Obviamente, lo mejor para eso era desaparecer por completo del panorama social londinense. No podría encontrarla si no salía de casa o iba allí donde pudiera seguirla.

por EsperanzaLR Mar Feb 28, 2017 5:14 pm

Simplemente tendría que valorar las cosas; vengar a Cora por un lado, asegurar el futuro de sus hermanas por el otro. Y eso significaría encontrar la manera de evitar al señor Hunter a toda costa, así como a sus amigos y hermanos.
—¡Ya está! —anunció Nancy—. Está perfecta, señorita Mai. Corra a la sala. Lady Vandecamp ha dicho que se reunirá con ustedes cuando termine de hablar con la señora O'Rourke.
Y, fiel a su palabra, Mai apenas había llegado a la sala cuando lady Vandecamp hizo su aparición.
—¡Oh, queridas! Acabo de enterarme de todo. ¡Vuestra pobre madre! Bueno, no importa. Ahora estoy aquí y me encargaré de sus tareas.
—Gracias, madame, pero hay poco que hacer.
Lady Vandecamp miró a Mai con desconfianza.
—Maite, ¿verdad? Erais unas niñas la última vez que Martha os llevó de visita. A todas. Bien, tenéis buen aspecto —aseguró tras examinarlas de arriba abajo—. Eso hará que mi tarea sea más fácil.
—Madame, estamos de luto —dijo Mai—. Y mi madre ha dicho que partiremos hacia Belfast cuando se encuentre con fuerzas.
—Eso ha cambiado, Maite. La he hecho entrar en razón. Sería aún más escandaloso desperdiciar este viaje. Y un error huir. El tiempo pasa, queridas, y ya no sois tan jóvenes.
—De luto —repitió Mai.
—Queridas, han pasado casi seis semanas. En Londres, el luto por una hermana dura tres meses, pero el luto riguroso acaba a las seis semanas. Podéis olvidaros del negro. Esta tarde, iremos a mi modista y encargaremos más vestidos.
—Pero… —comenzó Gina.
—No, ya está decidido. Vuestra madre se muestra insistente —la mujer se sentó en el sofá entre Gina y Lilly y se hizo cargo de la tetera, al igual que se había hecho cargo de todo lo demás. Tras servirse una taza, miró a las tres hermanas por orden.
—Maite, tú vestirás de verde ciruela oscuro. Eugenia, tú de malva grisáceo. Y Lillian, tú vestirás con… color castaño rojizo, creo. Sí, los colores oscuros resaltarán tu piel y tus rizos rubios.
—¿Pero de qué servirá, lady Vandecamp, si no vamos a salir en sociedad?
—Bueno, sí. Eso no sería apropiado. Pero, en esta etapa del luto, sí podéis asistir a reuniones privadas; pequeñas cenas y musicales. Nada de bailes, por supuesto, ni teatros. Y no podéis ser presentadas en la corte estando de luto, así que para eso habrá que esperar otras seis semanas. Pero insisto en que no podemos permitirnos perder esta oportunidad. Es hora de que seáis presentadas en sociedad, aunque de manera discreta. Debéis hacer contactos y comenzar a crear una «presencia» en los círculos apropiados, lo cual os será de utilidad en el futuro. No podéis regresar

por EsperanzaLR Mar Feb 28, 2017 5:18 pm

corriendo a Belfast. El año que viene será demasiado tarde. Alguna de vosotras —hizo una pausa y miró a Mai—, ya estará demasiado mayor.
—¡Oh, sí! —exclamó Lilly—. Sería una pena haber venido hasta Londres y no conocer a nadie. Y creo que ya estamos lo suficientemente recuperadas para asistir a pequeñas reuniones, ¿verdad, Mai?
—Bueno, yo…
—Tu madre también lo cree, querida —dijo lady Vandecamp.
Mai miró a Gina en busca de apoyo, pero no lo encontró. Sus hermanas estaban aburridas, y Gina ya había expresado su intención de ayudarla en su investigación.
—Reuniones muy pequeñas, por favor —convino con un suspiro de resignación—. ¿Mi madre ha dicho si nos acompañará?
—Está demasiado devastada para salir en público.Maite—dijo lady Vandecamp con el ceño fruncido—. ¿Ahora podemos empezar a hacer planes?
Mai les sirvió el té a sus hermanas y se sentó mientras la amiga de su madre tomaba las riendas. Les dijo que tendrían que elegir un vestido cada una para que ella se lo llevase a su lavandera y que ésta los tíñese en un tono apropiado para la segunda etapa del luto. Dijo también que al día siguiente iría a buscarlas para llevarlas a la modista, para que les tomaran las medidas y que seleccionaran los tejidos y estilos del catálogo. Por la noche, organizaría una pequeña cena en su casa para que fueran presentadas en sociedad. Después tendrían que esperar las invitaciones pertinentes, cuya adecuación se encargaría ella misma de determinar. Con su tutela y consejo, estaba segura de que podrían salvar la temporada. Para cuando llegara septiembre, concluirían con el luto y podrían salir libremente en sociedad.
Y lo único en lo que Mai podía pensar era que las cosas se complicaban más a cada instante. Y se volvían más peligrosas. ¿Y si Andrew Hunter o uno de sus amigos estaba invitado a la cena de lady Vandecamp?
—Me alegro de verte, Hunter —dijo lord Wycliffe desde detrás de su escritorio—. Siéntate.
—Sé por qué me has hecho venir aquí —dijo William.
—¿Entonces lo has oído?
—¿Conrad McPherson? Sí, lo he oído. El funeral es mañana. Acabo de llegar de presentar mis condolencias a sus padres.
—¿Qué? ¿McPherson ha muerto? No puedo creerlo. Sus padres son amigos míos. La semana pasada estuve cenando en su casa. Conrad estaba allí y parecía estar bien. ¿Qué ha ocurrido?

por SuenoLR Miér Mar 01, 2017 3:25 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Miér Mar 01, 2017 2:18 pm

por SuenoLR Vie Mar 03, 2017 5:25 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Sáb Mar 04, 2017 4:22 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Sáb Mar 04, 2017 4:24 pm

—No… no sabía que fuese tan grave.
—Yo pensaba que no. Y dudo que hubiera importado. Tú tienes tus propios planes para la dama.
—Si hubiera sabido…
—¿Qué? ¿Habrías renunciado a ella a favor de McPherson?
A William se le nubló la visión durante unos segundos. ¿Renunciar a ella? No. Por mucho que se avergonzara, no habría renunciado a ella por nada del mundo, y aquella certeza resultaba desconcertante. ¿En qué momento había pasado a ser algo más que un interés pasajero?
—¿Qué dices, Dash?
—Lee la carta. Yo lo he hecho, y no me disculparé.
William contempló la carta. Las letras apenas eran legibles. McPherson debía de estar semi inconsciente cuando la escribió. No quería violar la privacidad de su amigo, pero aun así tenía que saber si había algo que debería haber visto. Algo que él pudiera haber hecho para impedirlo. Desdobló la carta y leyó las pocas líneas en las que McPherson confesaba su amor eterno y rogaba perdón por su comportamiento. Juraba que la amaría mejor en la otra vida que en aquélla.
Levantó la cabeza y miró a Dash.
—¿Crees…?
—No podía tenerla, así que no quiso seguir viviendo.
—¿Por ella?
—Tal vez no fuera todo culpa suya, pero desde luego tuvo algo que ver.
—¿Qué ha dicho la policía?
—Les he mentido —confesó Dash—. No han visto la nota. Les dije que Conrad estaba borracho y que la pistola debió de dispararse por accidente cuando la estaba guardando. La nota no puede cambiar nada. Lo que ella ha hecho no puede castigarse por la ley.
—Todo esto es inconcebible. No puedo entender que McPherson se enamorase de ella tanto sin recibir ningún tipo de respuesta por su parte. Que yo sepa, ella nunca lo alentó.
—Oh, por el amor de Dios, Drew. Lo besó. ¿Cuántas mujeres conoces que vayan a un hombre y lo besen sin más?
No había respuesta a aquello. Por poco que fuera, había servido para hechizar a Conrad McPherson.
—Entregaré esta carta, Dash. Cuenta con ello.
* * *

por EsperanzaLR Sáb Mar 04, 2017 4:31 pm

Mai regresó a Belmonde's con la esperanza de no volver a encontrarse con William Hunter. A pesar del desastre de la noche anterior, sabía que tenía entrada libre en el local. Tendría que encontrar la manera de entrar en otros salones de juego de la ciudad, pero, mientras tanto, se conformaría con ése.
Biddle le dirigió una sonrisa y le permitió pasar. Una vez dentro, comenzó a buscar un lugar donde poder cambiar dinero por fichas.
—Buenas noches, madame —dijo una voz familiar detrás de ella.
Se dio la vuelta y se encontró con lord Humphries, que la miraba de forma desafiante.
—Lord Humphries. Me alegra volver a veros esta noche.
—¿De verdad?
Al ver su sonrisa, Mai se dio cuenta de que no lo había besado a él. Tenía el pelo y los ojos oscuros. Tal vez pudiera eliminarlo como sospechoso esa misma noche.
—Claro que sí. A pesar de los acontecimientos de anoche, no os culparía a vos por el comportamiento indebido de vuestros amigos.
—¿Entonces no ha hablado con el señor Hunter esta noche?
—No lo he visto. ¿Por qué?
—Oh, por nada, madame —le tomó el codo y la condujo hacia el medio del salón.
—¿Qué juego prefiere?
—Sólo he jugado al rojo y negro, aunque el señor Hunter me enseñó a jugar también al Blackjack.
Humphries le entregó varias fichas y Bella se preguntó si acaso las mujeres no compraban sus propias fichas, o si se trataba de un mero acto de cortesía.
—Deseo pagar mis fichas, milord. ¿Cuánto cuestan éstas? Para poder devolvérselo.
—Cinco libras cada una, aunque no hace falta que se preocupe. Puedo permitírmelo.
Aun así, a Mai no le gustaba la idea de estar en deuda con lord Humphries. Abrió su bolso y comprobó con angustia que sólo tenía diez libras, y eso significaría que tendría que caminar hasta casa. Le entregó a lord Humphries sus diez libras y dos de las fichas.
—¿Juega con un presupuesto, madame?
—Estoy segura de que apostaré más cuando esté familiarizada con los juegos. Siendo novata…
—Es mejor ser sensata —concluyó él—. Se me ocurre, madame, que estamos en desventaja. No nos han presentado formalmente y no sé cómo dirigirme a usted correctamente.

por EsperanzaLR Sáb Mar 04, 2017 4:35 pm

—Con «madame» bastará —contestó ella con una sonrisa. Se preguntó si podría simplemente llevarlo a una alcoba, besarlo y marcharse—. No me importaría tomar una copa de vino, lord Humphries.
—Sí, creo que le vendría bien, querida. La necesitará.
Qué frase tan extraña. Caminó con él hacia una ponchera situada junto a las alcobas. Le sirvió una taza mientras ella contemplaba sus alrededores. Había más gente esa noche, y hacía más ruido.
—No he visto que hubiera vino —dijo lord Humphries cuando le entregó la taza—. Pero el ponche de ron es muy bueno aquí. Beba, querida.
Tenía razón. El ponche estaba delicioso, aunque un poco fuerte. Tras dar un segundo trago, Mai miró hacia las alcobas. ¿Sería ése un buen momento para eliminar a lord Humphries como sospechoso? Él pareció leerle el pensamiento cuando la agarró del brazo y la condujo hacia una cortina abierta.
—Parece cansada, querida. ¿Nos sentamos mientras esperamos?
¿Esperar? ¿A qué?
—Os comportáis de forma muy misteriosa, lord Humphries. No es la primera vez que alude a algo inminente.
—Will Hunter debería llegar en cualquier momento. ¿No había quedado con él?
—No. No teníamos planes. De hecho, preferiría no verlo esta noche.
—¿De verdad? —Humphries pareció sorprendido con su respuesta. Se sentó junto a ella y le guiñó un ojo—. No creo que Will se detenga ante sus preferencias.
—Sin embargo, vos sí podríais detenerlo, milord —dijo ella con una sonrisa mientras le colocaba una mano en el brazo.
—Si me sonríe así otra vez, estaré tentado. ¿Pero está intentando ponerme en contra de mi amigo? No funcionará, madame. El último hombre que se enfrentó a Will, cometió suicidio.
—Estoy segura de que sois lo suficientemente fuerte para soportar la voluntad del señor Hunter.
—Sin duda, madame, pero no quiero tenerlo como enemigo.
Mai inclinó la cabeza y le dirigió la más dulce de sus sonrisas.
Si no la besaba él, tendría que tomar la iniciativa.
Humphries parpadeó, separó los labios y se inclinó ante ella.
—Y aquí viene, madame —dijo en tono confidencial. Se puso en pie y le hizo una reverencia antes de saludar al señor Hunter y alejarse en dirección a las mesas.
—Buenas noches, señor Hunter —dijo Mai poniéndose en pie.
William Hunter le puso una mano en el hombro y la condujo de nuevo al interior de la alcoba.

por SuenoLR Dom Mar 05, 2017 4:32 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Dom Mar 05, 2017 4:25 pm

Mis lindas lectoras seguira manana

por SuenoLR Lun Mar 06, 2017 5:42 am

por asturabril Lun Mar 06, 2017 4:05 pm

❤❤❤❤

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 1:52 pm

SuenoLR escribió:

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 1:57 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 2:04 pm

William pensó en la nota que llevaba guardada en el bolsillo. ¿La verdad, o la versión alterada?
—Un accidente. Había bebido. Al parecer la pistola se disparó mientras se desvestía. Una tragedia.
—¡Dios mío! Entre tú y yo, nunca pensé que Conrad fuese especialmente… digamos brillante. Pero jamás imaginé que acabaría así.
—Si no era por McPherson, ¿para qué me has llamado?
—Me preguntaba si tendrías algo que contarme. ¿Algún progreso? —preguntó Wycliffe.
—Me temo que no. No es el tipo de cosas que uno oye en un baile, y dijiste que querías que fuese discreto. He estado husmeando, pero de momento no tengo nada.
—Hubo otro incidente antes de anoche. Otra joven, las mismas marcas. Murió antes de que la encontraran. Con ésta van cinco, Hunter. Y cada vez menos espaciadas.
—Ojalá tuviera noticias, pero no las tengo —murmuró William—. Pero tarde o temprano me enteraré de algo.
—Nunca había tenido un caso que me preocupara tanto como éste —dijo Wycliffe—. Tengo a mis mejores hombres trabajando en ello, pero seguimos atorados. Pensé que, llamándote a ti, contaríamos con una fuente nueva para nosotros. Ahora, me tono que no me queda más remedio que pedirte que arriesgues más. ¿Considerarías la idea de adoptar un papel más activo? Sea quien sea el que esté haciendo esto, es condenadamente listo.
William quiso negarse. No era un cobarde, y por otro lado no quería que nadie dependiese de él. Pero el sacrificio de mujeres tenía que cesar.
—He estado algo distraído los últimos días, pero ahora tengo la cabeza más despejada. Créeme, si hay algo que encontrar, lo encontraré.
—Ten cuidado. Esos monstruos no tienen conciencia. No reconocen las reglas de la sociedad. Si se enteran de que alguien está haciendo preguntas… no dudarían en acabar contigo.
—Tendré cuidado.
—Hunter, si no quieres hacer esto, dímelo ahora y buscaré a otro. Pero no puedo quedarme sentado ignorando esto.
—He dicho que lo haría y lo haré. Te traeré algo durante la semana.
—Cuento con ello —Wycliffe suspiró profundamente—. Y el ministerio también —susurró mientras devolvía la atención a sus papeles.
Mai no se atrevía a volver a Belmonde's. Sospechaba que William Hunter estaría esperándola allí. Pero la noche anterior había oído una conversación sobre un

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