Re: Novela LevyRron "Un libertino enamorado" de Gail Ranstrom

por SuenoLR Sáb Feb 18, 2017 3:14 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Sáb Feb 18, 2017 2:59 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Manana sigo mi Tonia

por asturabril Sáb Feb 18, 2017 3:00 pm

Me encanta. Sigue mi Kat❤❤

por SuenoLR Dom Feb 19, 2017 3:54 am

Ok mi Kat

por EsperanzaLR Dom Feb 19, 2017 2:10 pm

Capítulo 5
Mai ajustó el corpiño y miró a su hermana.
—Mantener ocupadas a mamá y a Lilly es más importante de lo que imaginas, Gina. Pero, si hay algo de lo que no puedo encargarme sola, te juro que te lo diré. Te lo juro.
Gina frunció el ceño con suspicacia.
—Hazlo, o actuaré por mi cuenta.
—¿Pero qué crees que te estoy ocultando?
—Muchas cosas,Mai. Por ejemplo, ¿quién era ese hombre? Al que has llamado señor Hunter y que ha intentado que nos presentáramos. No creo que hayas olvidado a un hombre tan guapo.
—¿Cómo podría haberte presentado sin delatarme ante Lilly? Nadie conoce mi nombre.
—¿De verdad? —preguntó Gina—. ¿Y cómo te llaman entonces?
—Lady Maite —ignoró la risa de Gina mientras metía un pañuelo en el bolso—. Y no estoy segura de que el señor Hunter sea el tipo de hombre al que una debería presentar a sus hermanas.
—Ya me lo imaginaba —dijo Gina—. Pero creo que no me importaría. Es tan guapo. Y los demás también. ¿Por qué ocultas tu nombre, Mai? Pensé que no te importaba en absoluto tu reputación ahora que Cora ha muerto.
—No me importa en lo más mínimo, pero pensé que sería mejor que nadie supiera dónde encontrarme. Lo último que deseo es que mamá se entere de lo que estoy haciendo. Sería embarazoso que un hombre se presentara en nuestra casa pidiendo una audiencia.
Gina se sentó en la cama y fingió angustia.
—¡Oh! Eso sería horrible, sí. Horrible incluso en las mejores circunstancias. Mamá se basta ella sola para asustar al pretendiente más insistente.
—En cualquier caso, Gina, cuando regresemos a Belfast y termine nuestro luto, Lilly y tú podréis encontrar marido allí.
—Tú también, Mai.
—Eso es imposible. Ahora me conocen en Londres. ¿Cómo podría explicarle a mi marido que no me puede sacar de Belfast por miedo a que me reconozcan como a una…? —se encogió de hombros y se rió amargamente mientras se pellizcaba las mejillas para darles color—. Yo tengo parte de culpa. He besado ya a más hombres que todas mis amigas juntas.
—En cuanto a eso, Mai, ¿el señor Hunter es uno de los que has besado?
—¡En serio, Gina! No sé qué importa eso.

por EsperanzaLR Dom Feb 19, 2017 2:11 pm

asturabril escribió:Me encanta. Sigue mi Kat❤❤

Ahora sigo mi Abril

por EsperanzaLR Dom Feb 19, 2017 2:15 pm

—Bueno, si no vas tras él, alguien debería hacerlo.
—Sí. Razón de más para que os mantengáis alejadas.
—¿Tan horrible fue?
¡No! De hecho había sido el mejor de todos.
—Temo que pueda pensar que Lilly y tú sois… fáciles. Tendría razón para creerlo, dado que estábamos juntas. ¿Realmente querrías tener que defenderte de un hombre ardiente?
—Sí, si se pareciera a lord Humphries o a cualquiera de los hermanos Hunter. Supongo que ya has descartado que alguno de ellos pudiera haber matado a nuestra Cora.
—De ese grupo sólo he besado al señor William Hunter.
—¿Y lo has descartado?
—No del todo.
—¿No del todo? ¿Cómo es posible?
—Fue… bastante precipitado y se dio la vuelta inmediatamente, así que creo que tendré que volver a hacerlo antes de eliminarlo.
—Ah, entiendo —dijo Gina con una sonrisa—. Sí, supongo que tendrás que hacerlo. ¿Y luego te irás a por los demás Hunter y a por lord Humphries?
—Supongo —admitió Mai—. Si no encuentro al asesino primero.
—¿Pero esta noche?
Mai se puso la capa y se dirigió hacia la puerta.
—Esta noche no creo que los vea. Recuerda que voy donde van las sabandijas y los canallas.
William se inclinó sobre el hombro de Charlie y dijo:
—¿Ya has visto suficiente?
—Si acabamos de empezar —contestó su hermano—. ¿Crees que es así?
—No tengo ni idea, Charlie. También es mi primera visita.
Al llegar al hospital de Bedlam y tras pagar al guardia para entrar, William no había sabido qué esperar, aunque tenía la sensación de que no le resultaría interesante. Hasta el momento, no se había equivocado.
Habían pasado frente a varias celdas donde se encontraban los internos acurrucados en las esquinas o recitando palabras sin sentido. En una un hombre jugaba con su propia porquería, en otra una mujer enseñaba los pechos y se reía. Un hombre gritaba y maldecía, golpeando la puerta que separaba a los pacientes de los visitantes. Y por todas partes el olor a cuerpos sucios y a comida rancia.

por EsperanzaLR Dom Feb 19, 2017 2:19 pm

El guardia, su guía, les contaba historias sobre cómo uno había sido abandonado por una amante, o de cómo otro había perdido a toda su familia en un incendio. Pero William seguía sin entender cómo tanta tristeza podía resultar entretenida. ¿Sería sólo una cuestión de gusto? Por mucho que quisiera marcharse, también quería averiguar cuál era el propósito de Dash para aquella salida, pues no era propio de su amigo organizar algo así sin razón.
Charlie se encogió de hombros y dijo:
—No le veo el propósito a todo esto, Will. No me interesa. No me divierte ni me entretiene. Tendrá que haber algo más.
—Observación de la naturaleza humana, según dijo Dash —susurró William en respuesta.
—Y ahora, caballeros, estamos en las comunas, o la galería, como algunos la llaman —dijo el guardia—. Estos internos son inofensivos. Pueden pasárselo bien con ello si lo desean. Aunque les costará más.
Otro grupo de visitantes había llegado antes que ellos y se encontraba en la otra esquina, riéndose y señalando con el dedo. William miró hacia donde señalaban y vio a un grupo de hombres revolviéndose sobre lo que parecía ser un pedazo de carne cruda. La escena le recordó a un jauría de perros frente a una carnicería.
Dash, que había seguido caminando con Henley, Jamie y Throckmorton, lo miró por encima del hombro, esperando una reacción, sin duda. Pero William no tenía ninguna reacción que ofrecerle. Había visto demasiadas cosas en la guerra como para inmunizarle frente al sufrimiento humano y para darse cuenta de que la maldad del hombre no tenía límites. Volvió a mirar a los internos, que seguían siendo incitados por los «visitantes».
El dinero cambió de manos y entonces uno de los pacientes se aproximó a una mujer vestida con una capa con capucha. El enfermo le susurró algo al oído y ella miró hacia el grupo que le había enviado. Sonrió, dejando ver los huecos en su dentadura, y comenzó a levantarse la falda. ¿Acaso los visitantes eran tan inmaduros que disfrutaban viendo a una enferma mental exponiéndose ante sus ojos?
Pero no paró ahí. El dinero era para otra cosa. Allí mismo, el interno que le había susurrado al oído se bajó los pantalones y ambos comenzaron a copular para regocijo de la audiencia. William se dio cuenta de que contemplar esas actividades podía resultar excitante para un buen número de personas. Sabía que había cortesanas que organizaban ese tipo de actuaciones con los dueños de los clubs privados. Pero allí, a costa de aquéllos que no comprendían lo que hacían, le parecía repugnante.
—¿No te parece increíble lo que uno puede llegar a hacer por dinero? —preguntó Dash—. Me atrevería a decir que podríamos conseguir que hicieran cualquier cosa que quisiéramos.
William parpadeó y se giró hacia su amigo.
—¿Por un pedazo de pan o de carne?
—¿Acaso te recuerda a la guerra, Will?

por EsperanzaLR Dom Feb 19, 2017 2:24 pm

Al oír sus pensamientos expresados en voz alta, se le puso el vello de punta. ¿Por eso Dash lo había llevado allí?
—¿La locura? ¿La depravación?
—Ambas cosas —contestó su amigo—. Bedlam es lo más parecido al Valle del Fuego que he encontrado desde que regresamos.
¡Aquel pueblo dejado de la mano de Dios!
—¿Por qué ibas a querer recordarlo, Dash? Dios iba que he pasado años tratando de olvidarlo.
—Sí, pero había algo ahí… algo que faltaba en Londres. Una especie de chispa primitiva. Tienes que sentirlo. Algo tan… tan fundamental que no tiene nombre.
Dash estaba intentando decirle algo más, algo que no podía expresar con palabras y que esperaba que él comprendiera.
—Algo incivilizado —admitió.
—¡Eso es! —la expresión de Dash se tornó sombría—. Es tentador, ¿verdad?
William miró de nuevo a la pareja de enfermos copulando. Sí, era tentador acabar con cualquier cosa civilizada. Eso era lo que le gustaba a Dash de Bedlam; el hombre primitivo, desprovisto de moral y de ley.
Sintió un escalofrío por la espalda y un nudo en la garganta. Quería volver a sentir. Cualquier cosa. ¿Qué haría falta para eso? La necesidad se hizo más fuerte, casi imposible de resistir. Lo deseaba, pero aun así se aferró a la poca decencia que le quedaba.
—Necesito un trago —dijo dándose la vuelta.
Belmonde's. Por fin el libertinaje de siempre. William alivió la tensión después del segundo brandy. Esa noche se había acercado peligrosamente al abismo. Había flirteado con él durante tanto tiempo que le sorprendía haber sido capaz de distinguir la línea. Y sin embargo una parte fatalista de su cerebro sabía que se acercaba, que llegaría el día en que ya no podría resistir la tentación. El día en que cruzaría esa línea.
Iba camino del salón tras haber cambiado algunas monedas por fichas cuando pasó por el vestíbulo. La noche estaba llena de sorpresas. Allí estaba Mai, más adorable que de costumbre, hablando amistosamente con el portero. Y él sabía por qué. No tenía entrada.
Se acercó a ellos y dijo:
—Oh, aquí estás, querida. No te retrases —le quitó la capa y se la entregó al portero—. Biddle, asegúrate de que pueda entrar sin problemas en el futuro, ¿entendido?
—Sí, señor. Lo habría hecho, pero ella no ha mencionado su nombre.

por SuenoLR Lun Feb 20, 2017 2:35 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Lun Feb 20, 2017 3:04 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tona

por EsperanzaLR Lun Feb 20, 2017 3:06 pm

—Es tímida —agregó William mientras tomaba a Mai del brazo—. Muy tímida. Pero a partir de ahora utilizará mi nombre, ¿verdad, querida?
Mai se quedó estupefacta y simplemente asintió.
—Me alegra volver a verte, Mai. Apuesto a que has venido aquí buscándome.
—Puede apostar a que no, señor. No tenía ni idea de que estaría aquí —dijo ella—. Imaginé que usted y sus amigos estarían en alguna reunión aristocrática.
—Es más probable que me encuentres aquí o en cualquier otra taberna que en una reunión social. Pero dime qué haces aquí.
—Estaba buscando…
—Sí. Al hombre adecuado, creo que dijiste la otra noche. Pero creo que has venido al lugar equivocado, Mai. Los únicos hombres aquí son los hombres inadecuados.
—¿Usted incluido?
—Yo el primero.
—Entiendo. Bien, entonces supongo que al menos debería darle las gracias por no delatarme esta tarde.
—Mis acompañantes se quedaron perplejos ante tu desaire. Creo que me debes una por eso. Soy capaz de soportar respuestas impertinentes, y lo habría hecho de haber conocido el motivo.
Mai no contestó, y él agarró una copa de vino de una de las bandejas.
—Imagino que aún querrás convertirte en una borrachina —dijo mientras le ofrecía la copa.
Mai pareció confusa durante un segundo, pero luego se rió.
—No tanto como la otra noche, pero sí. Me he convertido en admiradora del coraje embotellado.
—¿Has quedado con alguien aquí, Mai? ¿O estás sola?
—Sola.
—Ya no, querida.
—En cuanto a mi nombre, señor.
—Si prefiere que me dirija formalmente, madame, tendrá que darme su nombre completo.
—No he tenido que darlo hasta ahora, señor.
—¿Entonces cómo quiere que me dirija a usted?
—¿Por qué no lo olvidamos? Con «madame» servirá. En cualquier caso, ya no creo que importe mucho.
—¿Entonces debo suponer que está a punto de tomar una decisión?

por EsperanzaLR Lun Feb 20, 2017 3:09 pm

—No hay ninguna decisión que tomar, señor Hunter. Aún tengo que encontrar…
—Al hombre adecuado, sí. Ya me lo imaginaba. Y también imagino que yo no cumplo sus requisitos.
—Creo que… eso sería algo bueno —dijo ella.
—¿Entonces cuál es su objetivo aquí esta noche? Ha dicho que no ha quedado con nadie, así que…
—Pensé que vería a alguien conocido.
—Y así ha ocurrido, madame. Me ha visto a mí.
—Oh, cielos —dijo ella.
—No es la respuesta que esperaba, pero al menos es sincera.
—De hecho pensé que éste sería un establecimiento frecuentado por hombres que no asisten a menudo a las reuniones de la alta sociedad.
—¿Buscando nuevos terrenos de caza, mi querida Mai?
—No. Sí —Mai negó con la cabeza y lo miró. La mirada en aquellos ojos avellana le advirtió que estaba a punto de mentir—. Quería aprender a jugar.
Interesante. Tenía más inventiva de lo que pensaba. Lástima que no supiera con quién estaba hablando.
—Permítame. Yo le sugeriría empezar con el rojo y negro o el blackjack. Las reglas son más similares que en los demás juegos populares, y es más fácil seguir la partida.
La condujo a una mesa de rojo y negro y le explicó cómo jugar. Cuando ella asintió, él le éntrelo una ficha.
—Inténtelo, madame. No hay nada como el riesgo para sentir la excitación.
—Yo no estoy arriesgando nada —dijo ella levantando la ficha con una sonrisa—. ¿A usted le resulta excitante?
William se carcajeó. Bella resultaba arrebatadora cuando sonreía. Ojalá lo hiciera más a menudo.
—Siento la excitación incluso ahora —dijo-
Mai se giró hacia la mesa y le entregó su copa, pero no antes de que William advirtiera su rubor. Mai observó la partida y, tras tres rondas, colocó la ficha sobre el rojo y se apartó.
Salió rojo, y ella le agarró la manga entusiasmada.
—¿Y ahora qué hago?
—Apuesta otra vez o recoge tu ganancia y abandona la mesa.
—¿Qué cree que debo hacer?
—Si no apuestas, no ganas, Mai.

por EsperanzaLR Lun Feb 20, 2017 3:13 pm

Mai dejó las fichas donde estaban y, de nuevo, salió rojo. Se volvió hacia él y dijo:
—¿Otra vez?
—Y otra, y otra más, si lo deseas.
Tras meditarlo unos instantes, Mai asintió con la cabeza hacia el crupier para que dejase la apuesta donde estaba. Andrew se acercó a su oído.
—¿Cómo te sientes viendo que tu fortuna depende de una carta, Mai?
—Su fortuna —le recordó ella—. Y hace que me sienta excitada.
William gimió sólo con pensarlo. Lo que daría él por hacerle sentir esa excitación. Mai se giró al oír el sonido y lo miró extrañada.
—Oh, debería haberle devuelto el dinero, ¿verdad?
—¡Negro! —gritó el crupier.
—Demasiado tarde —dijo William—. Hemos perdido. ¿Y ahora cómo te sientes?
—Decidida a ganarlo de nuevo.
—Creo que no te he hecho un gran favor, Mai. Tienes la actitud de una jugadora incorregible. Pronto estarás sin blanca y será culpa mía.
—¿De verdad?
—Sí, pero podría enseñarte otras formas de arriesgar. Formas de encontrar esa misma excitación y más.
—¿Podría?
Oh, qué revelador. Si fuese realmente una cortesana, habría sabido interpretar esa insinuación. Tal vez fuera una aventurera, o estuviera buscando realmente un protector. Una vez más, sintió curiosidad. ¿Quién sería realmente? ¿Y cuál sería su juego? Le tomó la mano y la condujo hacia el otro extremo del salón, donde se encontraba una de las alcobas privadas.
Tras entrar en la alcoba, corrió las cortinas y la oscuridad los envolvió. Palpó su cintura esbelta y la presionó contra su pecho. El instinto le condujo a sus labios y, nada más rozarlos, Mai emitió un suspiro de sorpresa. William se detuvo para mordisquearle el labio inferior y deslizar la mano por su espalda, pegándola más a él. Bella le rodeó el cuello con los brazos e intentó buscar más intimidad. Sí, unos segundos más y sería suya.
Le besó la mandíbula hasta llegar al lóbulo de la oreja, donde se detuvo y deslizó la lengua sobre su piel hasta que ella se estremeció.
—¿Qué precio, dulce Mai? —susurró—. Di tus condiciones.
Mai gimió y él se perdió. Tendría cualquier cosa que deseara. Él no era un colegial, pero le hacía sentir como si lo fuera, atrapado en su primer beso.

por EsperanzaLR Lun Feb 20, 2017 3:14 pm

Regresó a sus labios y se mantuvo allí. Mai tendría que ponerse de puntillas para lograr el contacto final. La elección sería suya. Pero William conocía bien a las mujeres, y efectivamente se elevó hacia él. ¿Podría poseerla allí, sobre el banco situado en la pequeña alcoba? ¿Debería llevársela a la cama? ¿O acaso ella preferiría ir a otro sitio? ¿A sus aposentos, tal vez?
La cortina se descorrió y el hechizo se rompió.

por SuenoLR Mar Feb 21, 2017 3:18 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Mar Feb 21, 2017 4:22 pm

por SuenoLR Miér Feb 22, 2017 6:30 am

Sique mi Kat

por asturabril Miér Feb 22, 2017 4:54 pm

❤❤

por EsperanzaLR Jue Feb 23, 2017 2:25 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Jue Feb 23, 2017 2:25 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Jue Feb 23, 2017 2:30 pm

Capítulo 6
—¡Maldición! —Mai oyó decir a alguien.
Parpadeó y volvió en sí con un respingo. William Hunter la estabilizó colocándole un brazo alrededor de la cintura mientras sus hermanos, lord Humphries, el señor McPherson y un hombre rubio al que no conocía los contemplaban con un interés descarado.
El señor McPherson frunció el ceño y dijo:
—¿Qué diablos crees que estás haciendo, Hunter?
El señor Hunter suspiró y la soltó.
—Pensé que era evidente, McPherson. La pregunta sería qué diablos estás haciendo tú aquí.
—Vamos, chicos, ¿no podemos ser todos amigos otra vez? —dijo lord Humphries—. No es como si fuera la esposa de alguno.
—Y tampoco es la amante de nadie —dijo el señor Hunter—. Por lo tanto, está abierta a proposiciones de cualquier tipo.
—Yo doblo la cantidad que él haya ofrecido —dijo el señor McPherson.
Entonces Mai se dio cuenta de que estaban pujando por ella como si fuese un caballo en una subasta. Pensaban que estaba en venta. ¿Y por qué no? Su comportamiento había fomentado semejante especulación. Sintió cómo se le calentaban las mejillas.
—Señor McPherson, no tiene usted dinero suficiente para comprarme, y tampoco usted, señor Hunter. Se lo habría dicho si me lo hubiera preguntado. Absténgase de dirigirse a mí en el futuro.
Y, sin más, levantó la barbilla y se alejó de ellos con lo que esperó fuese la mayor dignidad posible.
Y se encontró cara a cara con la realidad de su posición. Estaba sola. En un salón de juego. Con dos hombres dispuestos a tenerla. El señor McPherson era tosco en sus maneras, pero el señor Hunter era incluso más peligroso a su modo. Había estado a punto de seducirla nada más que con un beso.
Pero lo peor era que ella seguía sin saber la verdad. El beso de Hunter había resultado confuso. Había jugado con ella, rozando sus labios, mordisqueándola, besándole el lóbulo. Al volver a su boca, su aliento era cálido y húmedo. En algún momento se había humedecido los labios, ¿pero cuándo? Y entonces habían sido interrumpidos.
Si William Hunter era el asesino de Cora, ¿su hermana no habría mencionado algún rasgo más? Su seducción era lo suficientemente trascendente para haber cegado a Cora, pero, de todas las cosas que podría haber dicho sobre él, ¿habría mencionado su sabor amargo y cómo se humedecía los labios? ¿Qué había de sus ojos enigmáticos e insondables? ¿Y su sonrisa burlona o su inteligencia?

por EsperanzaLR Jue Feb 23, 2017 2:35 pm

Se estremeció y volvió a la realidad. ¡Qué tonta! Aquel momento no había significado nada para William Hunter, y menos para ella; además, tenía cosas más importantes por las que preocuparse. La próxima vez que estuvieran juntos, lo besaría directamente. Observó a la multitud de jugadores, de pie junto a las mesas, sentados frente a los crupiers, hablando en grupos, y se dio cuenta de que no podía soportar la idea de besar a alguien más esa noche. Ni nunca. El estómago le dio un vuelco y se tambaleó. Estuvo a punto de doblarse por el dolor. «Véngame, Bella».
El señor Hunter se colocó a su lado, la estabilizó y la condujo hacia el vestíbulo.
—¿Necesita ayuda, madame?
—¡No! Creo que ya ha hecho suficiente, señor. Vuelva con sus amigos.
—Si no puedo acompañarla, permita al menos que Biddle le consiga un carruaje.
Con un chasquido de sus dedos, su capa apareció frente a ella y el señor Hunter se la puso sobre los hombros. Inmediatamente, Biddle salió a la calle y levantó la mano para parar un carruaje. Antes de que Bella pudiera protestar, Andrew estaba subiéndola al carruaje y preguntándole la dirección. Ella abrió la boca para responder cuando se dio cuenta de lo que había hecho.
—Dígale al cochero que gire a la derecha en Whitehall y yo le indicaré dónde parar.
—Ha merecido la pena intentarlo,Mai —dijo William con una sonrisa.
Maite se ahorró tener que contestar cuando el carruaje empezó a moverse.
Edwards se aclaró la garganta por tercera vez y William se dio cuenta de que el mayordomo no se iba. Se incorporó y se pasó los dedos por el pelo revuelto; señal de una noche inquieta.
—¿Qué pasa, Edwards?
—Una nota, señor. Es urgente.
William descorrió las cortinas de la cama y contempló la luz del sol de media mañana. Luego sacó los pies de la cama y tomó la nota de Edwards. Reconoció la letra y el sello. Bryon Daschel, lord Humphries. ¿Qué diablos le pasaría a esas horas de la mañana? Rompió el sello y leyó la carta.
Se puso en pie y fue a lavarse la cara al lavabo.
—Dile a lord Humphries que bajaré cuando me haya vestido, Edwards. Dile a la cocinera que prepare café.
—¿Café, señor?
—Sí, café —por una vez, era demasiado pronto para empezar a beber. Y demasiado importante.
Edwards hizo una reverencia y cerró la puerta tras él.

por EsperanzaLR Jue Feb 23, 2017 2:40 pm

William se secó la cara con la toalla de algodón y se contempló asqueado en el espejo. No había tiempo de afeitarse. Se peinó rápidamente y se puso los pantalones que Edwards le había dejado preparados la noche antes. Se vistió en un santiamén y bajó a la biblioteca.
—Dime que estás bromeando, Dash —dijo mientras se acercaba a la cafetera para servir dos tazas. Llevó su taza al escritorio y se sentó.
—No bromeo, William —dijo Dash sentándose frente a él—. Y creo que ya se lo he dicho a todos nuestros amigos.
—¿Qué ha ocurrido?
—Después de que te marcharas anoche, Jamie y Charlie decidieron ir a Thackery's y ver qué mujeres estaban disponibles. McPherson y yo fuimos a buscar amigos a los muelles. Sabes la predilección de McPherson por los fumaderos de opio.
—Creí que lo había dejado.
—Sí, bueno, parece que no del todo. Al menos no anoche. Quería ir a uno de sus sitios habituales y pedir una pipa. Yo lo observé, dejé que fumara un poco y luego lo llevé a casa. Conseguí meterlo en su habitación y, de camino a la salida, me detuve a tomar un brandy en su sala. Y entonces… entonces, cuando estaba en la puerta, oí el disparo.
—¿Pero cómo sabes que ha sido un suicidio? Pudo ser alguien que entró a robar. Pudo ser un accidente.
—Dejó una nota, Will. Y la pistola estaba a su lado.
La mente de William se negaba a asimilar la idea. ¿Muerto? ¿Conrad McPherson? Habían sido amigos desde Eton. Habían jugado en el mismo equipo de cricket. Se habían alistado juntos en el ejército, aunque no habían estado en la misma unidad. Habían salido de situaciones difíciles y habían cubierto las indiscreciones del otro. Y, hasta que lady Lace apareciera en escena, apenas habían discutido.
—¿Por qué? —preguntó, más para sí mismo que para Dash.
—Algo sobre estar cansado de esta vida, y de no poder tener las cosas que más deseaba.
—Eso es una tontería. Ninguno consigue todo lo que quiere. McPherson lo sabía.
Dash buscó en el bolsillo interior de su chaqueta y sacó una hoja sellada, que dejó sobre el escritorio.
—Tú la verás antes que yo —dijo.
En la carta, McPherson había escrito: Para aquélla que ha embrujado mi corazón.
—¿Piensas que va dirigida a…?
—Lady Mai —confirmó Dash—. Estaba obsesionado con ella. Decía que no podía pensar más que en ella, que la buscaba siempre que salía de casa. Quedó hechizado cuando la besó.

por SuenoLR Sáb Feb 25, 2017 6:11 am

Sique mi Kat

por Contenido patrocinado