Foro Maite Perroni & William Levy (LevyRroni)
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

3 participantes

Página 2 de 5. Precedente  1, 2, 3, 4, 5  Siguiente

Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:14 pm

24

Maite

Si pero no estoy segura de cuando papá estará en casa. No podemos entrar ahí —replique, sin poder contener la risa de él.



—Dulce Mai, si no consigo entrar en ti malditamente rápido más que tu padre va a saber que estamos teniendo sexo. Esa pequeña mesa de la cocina se ve realmente bien en este momento.


Me estremecí con anticipación mientras me empujó en el cuarto inferior.


—Solo una cama —dijo mientras miro el cuarto pequeño. —Demonios, sí.



Me metí en la cama deshecha y me siguió antes de volverse a cerrar la puerta corrediza y bloquearla. Su charla sucia y mi estado caliente me tenían trabajando tanto que no va a tomarme mucho para correrme. Estaba temblando con la necesidad de que me tocara.


—Quítatelo. —dijo, mirando fijamente a mi vestido.



Cogí el dobladillo y lo saque por mi cabeza antes de tirarlo a un lado del colchón. No me había molestado con un sujetador pero estaba usando bragas. Sus ojos brillaron con pasión mientras miraba mis pechos. Me encantó saber que los signos de mi estómago hinchado no lo hicieron quererme menos.


Él se quitó la camisa luego arrastró las rodillas delante de mí. Sus grandes manos ahuecaron mis pechos y burló mis pezones haciéndome gemir y presionándome aún más en sus manos. Dejó a sus manos moverse hacia el sur hasta que cubrió mi estómago con las dos manos y me acaricio con suavidad.



—Mío. —dijo simplemente con asombro y admiración en su voz.


Entonces sus manos se deslizaron entre mis piernas y en las bragas que todavía llevaba puesta. Se dio cuenta de lo exactamente excitada que estaba.



—Mmmmm, mi dulce Mai me necesita. Me gusta eso. Jodidamente me encanta. —gimió y me puso de nuevo en el colchón antes de tirar mis bragas. Él paso el pulgar sobre la almohadilla de mis pies y luego envolvió una mano alrededor de cada uno de mis tobillos y los empujo sobre sus hombros.



—William. —Trate de detenerlo antes de que empezara solo porque lo quería dentro de mí. Pero su lengua se movió a lo largo de mis pliegues y lamió todo el camino hasta mi clítoris causando que todo pensamiento razonable volara lejos. Agarre un puñado de sabanas y me sacudí contra su cara mientras gritaba su nombre. No me importaba quien escuchara. El suave metal en su boca atormentó mi clítoris sin descanso mientras corría hacia atrás y adelante sobre mi sexo hinchado.



—Tan jodidamente dulce —Murmuro contra mí y me desplomé. Mi cuerpo convulsionó y estaba segura que grite su nombre lo suficientemente alto para nuestros vecinos lo escucharan. Cuando conseguí abrir mis ojos de nuevo él estaba desnudo y subiendo entre mis piernas.



Me levante para encontrarme con su empujé y ame ver la retorcedura de su cara con placer mientras susurraba mi nombre esta vez.



William se agachó y tiro de mis caderas para encontrarse con sus embestidas mientras se deslizaba dentro y fuera de mí en un ritmo constante. Sentí el placer construirse y me volví más frenética de sentirlo otra vez. Empecé levantando mis caderas más alto mientras agarraba sus brazos para tirar de mí más rápido.



William se detuvo y me echo hacia atrás, reduciendo el ritmo a medida que avanzaba sobre mí. Su boca cubrió la mía y empezó a besarme como si tuviera todo el tiempo del mundo, cuando en realidad estaba a pocas embestidas de distancia de otro orgasmo. Su lengua corrió por la mía, enredándose con ella y luego lamiendo mis labios antes de presionar besos castos en las esquinas de mi boca y chupar mi labio inferior.



—No me dejes de nuevo. No puedo perderte. —suplicó.



Sus caderas se mueven y presionan profundamente en mí una vez más mientras deja escapar un gemido. Voy volando a pedazos, aferrándome a él y prometiéndole todo lo que quiera. Su grito de liberación me envió de nuevo.


Cuando por fin logre respirar William me estaba abrazando en sus brazos y metiendo su cabeza en el hueco de mi cuello. Su cálido aliento me hizo cosquillas y tranquilizo al mismo tiempo.



—Te amo. Tan jodidamente mucho. —dijo en un susurro ronco.



—Te amo también. Tan jodidamente mucho. —le respondí con una sonrisa feliz.



Él se rio entre dientes, pero no me miro. Mantuvo su cara enterrada contra mí.



—Voy a necesitarte de nuevo. Lo siento. —dijo.


Confundida, fruncí el ceño y retrocedo de modo que pueda ver su cara.


—¿Por qué lo sientes?



—Debido a que puedo ser insaciable esta noche. Han sido unas largas veinticuatro horas.


—¿Quieres decir que quieres más ahora? —Pregunté.



William deslizó sus manos entre mis piernas. —Sí, nena, lo hago.



***



William estaba durmiendo cuando escuche a papá meter el bote. Estaba agradecida de que él se había perdido en toda la acción. William por fin se había dormido por el cansancio. Estaba completamente satisfecha sin embargo. Luché contra el sueño, porque quería esperar a que mi papá regresara a casa. Cogí mi vestido y salí de los brazos de William luego lo deslice por encima de mi cabeza. Necesitaba ir a decirle sobre William estando aquí. No le había dicho nada de nada por lo que él necesitaba una explicación.



Desbloqueando la puerta, volví la mirada a William quien aún estaba durmiendo plácidamente. Suavice la cama y salí de la habitación de puntillas por la escalera. Papá estaba sentado en la mesa de la cocina arreglándose a sí mismo un vaso de leche. Él me miró y sonrió.


—No quise despertarte. —dijo.



—No lo hiciste. Estaba despierta. —le contesté. Asentí hacia la parte delantera del bote, en las afueras donde nuestras voces no llevaría a la planta baja en voz alta. —¿Podemos hablar?



Papá miró hacia las escaleras y frunció el ceño luego asintió y se puso de pie para caminar de regreso afuera de la cabina.


Cerré la puerta de la cabina para ahogar todo lo que dijimos antes de volver a ver a mi padre. —William esta aquí —expliqué. —. Él esta durmiendo.



La comprensión amaneció en la cara de mi padre y asintió. —Bien. Me alegro de que el chico es lo suficientemente listo para venir a buscarte.



Le gustaba William. Él me había lanzado delante de William para empezar. Me alegró que lo aprobara. Eso hacia las cosas mucho más fáciles. Quería mantener una relación con mi padre y William no había sido un fan de él por un largo tiempo.



—Me fui debido a su familia. Nan en su mayoría. Ella es.. demasiado a veces.



—Ella es una pesadilla. Ella no es mi hija, puedes ser directa. Pasé suficiente tiempo con ella para saber que esta en necesidad de una seria atención de un padre.



Asentí y me senté en el banco a lo largo del costado del bote luego escondí mis piernas debajo de mí.



—No quiero odiarla porque William la ama. Es difícil sin embargo. Ella esta determinada a alejarlo de mí.



A veces creo que ella solo podría ganar.



Papá se sentó en una silla de jardín de color arco iris. —Él chico te ama más. Él siempre te amara más. Cualquiera puede ver eso, nena. Solo tienes que aprender a no dejar que Nan te intimide.



—Lo trato. Pero entonces cuando ella lo necesita él esta ahí. La mayoría del tiempo a expensas de mis necesidades. Ella siempre gana. Sé que suena tonto y estoy siendo egoísta pero lo necesito para recogerme. Lo necesito para que nos elija a mí y nuestro bebé sobre todos los demás. Yo no... No sé si alguna vez lo hará. —decirlo en voz alta hizo que mi garganta se contrajera. Admitir tu mayor temor era difícil. Pero necesitaba que alguien me escuchara.



—Tú mereces ser el numero uno. Has pasado por mucha mier*da, gracias a mí, y es hora de que un hombre te haga sentir como si fueras la persona más importante en su mundo. No es egoísta. Es normal. Esa hermana de él utiliza el hecho de que fue privada de un padre como su excusa para ser una rabiosa perra mimada. Fuiste entregada a un trato incluso de más mier*da. Perdiste a tu hermana, tu padre, y tu madre. Has tenido más dolor de lo que esa chica pueda entender sin embargo tu aún amas. Aún perdonas y eres fuerte. Serás una increíble madre y esposa —Papá dejo escapar un profundo suspiro. —.Toda la vida de William ha pensado en Nan como su hija. Él la crió. Ella es una adulta ahora y es hora de que la deje ir. Él esta pensando como hacer eso y creo que lo encontrara. Te ama. Sé que lo hace. Cualquier tonto puede verlo en su rostro.



Esperaba que tuviera razón. —Lo amo lo suficiente que tengo miedo de que incluso si el siempre la elige siempre lo voy a perdonar.



Papá asintió y se inclino hacia adelante para descansar los codos en sus rodillas. —Opino que si eso ocurre voy a tener que volar de nuevo a Rosemary para golpear la mier*da fuera del chico. Solo llámame. Siempre voy a buscarte.


Sonreí al ver la expresión sincera en su rostro cuando amenazó con golpear a William por mí. Este era el hombre que había crecido amando. Este era el hombre que había amenazado a Cain con su rifle de caza en nuestra primera cita. Me acerque a él y envolví mis brazos alrededor de su cuello.



—Te amo. —susurré.



—Te amo también, osa Maite.



Una tos fuerte me sobresaltó y miré atrás para ver al chico de antes, de pie una vez más viéndonos desde su bote. Empezaba a ponerme los pelos de pun*ta. Al menos esta vez llevaba una camisa, aunque estaba desabrochada y abierta.



—Buenas noche, capitán. —Papá grito y el hombre levanto su cerveza en saludo.



—Buenas noches. —respondió. Pero no se fue. Él se quedo allí.



—Esta es Maite. Mi hija. —Papá dijo.



—Nos conocimos más temprano hoy. —Le dijo a Abe y me guiño de nuevo. Inmediatamente me sentí incomoda. A William no le gustaría que me guiñara. Tal vez no deberíamos quedarnos unos días. Estaba embarazada. ¿No podía ver eso? ¿Por qué iba a estar coqueteando con una mujer embarazada?



—Ah, bueno entonces, bien. Me alegro de que se conocieran. —Papá parecía nervioso. Algo estaba fuera de lugar. ¿Era este hombre peligroso?



La puerta de la cabina se abrió y un durmiente agitado William salio afuera. Esta vez estaba sin camisa y sus pantalones estaban desabrochados. Dudaba incluso que se hubiera puesto su ropa interior. Se veía como si acabara de despertarse y se diera cuenta de que estaba ausente y se puso sus pantalones para venir a buscarme. Sus ojos se movieron de mí al capitán y regresó. El gruñido de enojo en su rostro me sorprendió. No había visto al hombre guiñarme ¿o sí?



—Hola Abe —dijo con voz soñolienta mientras se acercaba y me atrajo hacia él. Sí, definitivamente estaba afirmando su propiedad. ¿Por qué se siente amenazado? ¿Acaso el hombre no entiende que yo estaba completamente obsesionada con él?



—William. A pesar de que este completamente feliz de ver a Maite me alegro de que fueras lo suficientemente inteligente para venir a buscarla. —Abe replicó. La advertencia en su voz era inconfundible. Estaba dejándole saber a William que no le gustaba que me sintiera segunda.



William asintió y presiono sus labios a mi cabeza. —No va a suceder de nuevo. —le dijo a mi padre.



Papá asintió. —Bien. La próxima vez no seré tan comprensivo. —le dijo.



—¿Recién casados?—Pregunto el capitán, aún de pie mirándonos.


William se tensó y me acerque más a él para calmarlo. Él quería ser un recién casado. Tener a otro hombre preguntando nuestra relación lo molestaba.


—Ellos están comprometidos. —Papá explico.


El capitán señaló con su cerveza hacia mí como si estuviera señalando mi estomago.



Tienes las cosas un poco retrasadas ¿Verdad? —La acusación en su voz causo que William se moviera antes de que pudiera detenerlo. Inmediatamente estaba alrededor de mí y moviéndose a través del barco. Extendí la mano y agarre su brazo mientras su pie golpeo el paso que llevaba a cabo.


—Esta bien, espera. —Papá dijo en una fuerte voz de mando que no estaba acostumbrada a oírle usar. —Iba a esperar y explicarle esto a Maite sin una jodida audiencia pero parece que necesito hacerlo ahora. Desde que no te has ido e hiciste enojar a William. —Le estaba disparando al capitán una mirada molesta.



¿De que estaba hablando? ¿Que tipo de explicación?



William dejo de moverse y miró atrás a mi padre. —Nadie le habla a Maite así. No doy una mier*da de quien es.


—No estaba hablándole a Maite. Estaba hablándote a ti. —El capitán arrastró las palabras en un tono aburrido y tomo otro trago de su cerveza.


Envolví ambas manos alrededor del brazo de William y lo sostuve con fuerza.



—Es suficiente, chico. —Papá le espetó al capitán. Me gustaría argumentar que él no era un niño, sino un hombre quien podría muy probablemente dañar a mi padre sin romper a sudar. Prefería que permaneciera amigable con sus vecinos.



El capitán levanto ambas manos y se encogió de hombros. —Bien. —respondió. Estaba sorprendida de que retrocediera tan fácilmente.



Papá suspiró y miro de regreso a mí. —Es posible que quieras volver a sentarte. —dijo.



No estaba segura de que quisiera escuchar esto. ¿Por qué podría necesitar sentarme? William tomo mi asiento luego me empujo a su regazo y envolvió sus brazos alrededor de mi cintura.



Papá miro al capitán y frunció el ceño. No quería decirme lo que sea que estaba apunto de decirme. Eso me puso nerviosa.



—Cuando tenía dieciséis años embarace a mi novia de secundaria —él comenzó y agarre los brazos de William y los sostuve con fuerza. —. Becca Lynn no estaba lista para ser mamá y seguro como el infierno que no estaba listo para ser padre. Acordamos poner al bebé en adopción. Los padres de Becca Lynn manejaron encontrar a los padres adecuados para el bebé y entonces ella lo tenía y eso era todo. No nos quedamos juntos. Rompimos por la realidad de su embarazo y lo que había pasado. Después de la graduación se fue a la universidad de la costa oeste y me fui a Georgia. Nunca la vi de nuevo. —Papá dijo y suspiró y me estudio un momento antes de seguir adelante. Los brazos de William estaban tan apretados a mi alrededor y estaba sosteniéndome en él. No estaba segura de a donde exactamente iba esto, pero tenía una idea.



—Después de que tú y Valeria nacieron me dí cuenta de lo preciosas que eran. Las ame tan condenadamente que me quebré una noche y le dije a tu madre el bebé que había tenido con Becca Lynn y renunciado ocho años antes. Por primera vez estaba roto por perder a un niño que había pensado que no quería. Tu madre hizo su objetivo encontrar a mi hijo. Buscó por años. Toda pista siempre condujo a otro callejón sin salida. Finalmente me dí por vencido. Ella nunca lo hizo. —Papá dejo escapar una risa triste. —. El año pasado fui contactado por el investigador que tu madre había contratado y tenía una pista. No lo había esperado. No sabía que hacer con esa información. Ese niño era un adulto ahora. Estaba seguro de que era inútil. Luego tuve otra llamada. Mi hijo quería conocerme.



Me volví en los brazos de William para ver al capitán. Estaba apoyado contra su barco viendo el agua pero estaba escuchando. Su cuerpo estaba tenso. Estaba esperando. Era él... ¿tenía un hermano?



—Todo lo que pasó contigo y vine limpio. Tenía que empezar de nuevo. Trate de vivir el resto de mi vida de la manera correcta porque lo único que había hecho era joderlo completamente. Lo único bueno que hice fue amar a tu madre y ser bendecido contigo y Valeria. Así que, llame a mi hijo y me vine al sur para encontrarme con él. —hizo una pausa y asintió al capitán. —River Joshua Kipling también conocido como capitán, es tu hermano.



—Joder. —William susurró y sentí como que lo dije también. ¿Los secretos de mi padre nunca acaban?


—El capitán fue el último regalo de tu madre para mí. Si ella no hubiera estado tan determinada a encontrarlo entonces nunca habría llegado a conocerlo.



Mi padre no estaba tan solo como había pensado. No estaba enojada o herida. Estaba... Feliz. Me sentí aliviada. Tenía mucho de la vida para repararlo. Sabía que estaba reparándolo por no ser el hombre que debería haber sido, por tener una relación con su hijo. Mi bebé pateo contra las manos de su padre y no podía imaginar entregar este bebé. Nunca conocerlo o sostenerlo. Eso tenía que ser como perder una parte de sí mismo. Mi padre no era un hombre completo desde que tenía dieciséis años. Desde que había perdido una parte de sí mismo. Mi corazón se rompió por él y me libere de los brazos de William y me acerque a mi padre.



Envolví ambos brazos alrededor de su cintura y lo abrace. No tenía las palabras por el momento para decirle que estaba feliz por él. No estaba segura de sí esas palabras serían precisas. Estaba más que feliz. Estaba agradecida. Era hora de que se curara. Esto era parte de eso.



—¿Estas bien con esto, Osa Maite? —Preguntó apretándome en un abrazo.


—Me alegro de que lo encontraras. —respondí honestamente. Por ahora eso fue lo único que pude decir.


—Gracias. —La emoción en su voz era gruesa.



—Realmente me alegra no tener que patear tu trasero por mirar a mi mujer. —Oí decir a William y sonreí contra el pecho de mi padre.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:17 pm

25

William

Nos quedamos por cinco días más y dejé que Maite conociera a su hermano. Capitán era mucho más fácil de tolerar una vez que me di cuenta de que no se fijaba en Maite de manera sexual. Sólo estaba interesado en su hermana. Entendía eso. Pero también estaba feliz de empacar e ir a casa. Sólo faltaban tres semanas para Navidad y quería pasarlo en Rosemary con Maite. En nuestra casa. Y también quería pegar mi apellido en ella y golpear mi pecho como un jodido hombre loco.



Maite había ido directamente a la cama cuando llegamos a Rosemary. Sonrió alegremente cuando entramos, luego me miró y me dijo que a no ser que sólo quisiera abrazarla, o dejarla sola, tomaría una siesta.



Estaba verdaderamente seguro de que no sería capaz de sólo abrazarla, así que sólo me quedé en la planta baja y disfruté estar en casa. Cogí un refresco del refrigerador y salí para sentarme en la plataforma y disfrutar el golfo. Lo había extrañado. Ni siquiera me había acomodado cuando oí la puerta detrás de mí abrirse.



Grant salió y asintió hacia mí antes de sentarse a mi lado. No habíamos hablado desde el día antes de Acción de Gracias, cuando lo llamé por Nan. Había estado ocupado y estaba seguro de que estaba evitándome. Aparentemente, el radar de Rosemary estaba funcionando, porque no habíamos llegado hace más de treinta minutos y ya estaba en mi casa. Ni siquiera me había dado cuenta de que Grant estaba en el pueblo. Normalmente pasaba sus inviernos esquiando. La última vez le oí decir que estaba dirigiéndose a Vail.



—¿Cómo está? —fueron las primeras palabras que salieron de su boca.



No estaba preguntando por Maite. Sabía por el tono triste en su voz que esto era sobre Nan.



—Jodidamente mal. Ya sabes.



Grant dejó salir un suspiro y cruzó sus tobillos. —Sí, lo sé. Pero la llamé anoche porque estaba borracho, débil y comportándome como un idio*ta. Tu madre respondió. Dijo que Nan estaba consiguiendo ayuda.



—Trató de meterse una sobredosis. La encontré y la llevé al hospital a tiempo. Estaba bien físicamente, pero mentalmente, está rota. Kiro es una mier*da como padre y Harlow lo sabe, pero Nan no lo aceptaría de la manera en que Harlow lo hacía.



—¿Quién es Harlow? —preguntó Grant y me di cuenta de que había partes de mi vida que ni siquiera Grant conocía. Había mantenido mi vida en Rosemary separada de mi vida con mi padre.


—La otra hija de Kiro. La única de la que se ocupó. Bueno, por lo menos la dejó con su abuela quien la amó lejos de su jodido mundo. Harlow era su brillante juguete que va a buscar de vez en cuando y luego la devuelve a su abuela cuando papá se interponía.
Funciona para él porque Harlow es tranquila, educada, y permanece fuera de su camino. Nan no es ninguna de esas cosas. Así que, no tiene ningún uso para ella.



Grant soltó un profundo suspiro. —Maldito.



Maldito no estaba incluso rasguñando la superficie.



Nos sentamos en silencio durante un tiempo, mirando hacia el agua. No estaba seguro de cuán enamorado estaba de Nan, pero esperaba que pudiera alejarse. Ella no era estable. Nunca lo sería. No lo suficiente para hacer a Grant feliz.



—¿Vas a casarte pronto? —preguntó Grant finalmente.



Sonriendo, pensé en Maite acurrucada en mi cama en el piso de arriba… nuestra cama. —Sí. Cuando despierte de su siesta le dejaré saber que tiene una semana para planearlo. No puedo esperar más tiempo. Ya he esperado suficiente.



Grant se rió entre dientes. —Voy a ser el padrino, ¿cierto?



—Por supuesto. Temo que estarás atascado con Bethy como compañera, por lo que tendrás que estar listo para tener a Jace respirando en tu cuello como un loco hijo de pu*ta. No tengo ninguna duda de que Bethy será su dama de honor. La otra opción sería Jimmy y dudo que quieras que manosee tu cu*lo.



—Puedo tratar con Bethy y Jace —respondió Grant entretenido—. Pero, ¿Jimmy va a ser realmente una dama de honor?



Sonreí y asentí. —Sí. Ella le preguntó la primera vez que comenzamos a planear esta boda.



Había dejado pasajes de avión con Abe y Capitán antes de irnos. Maite quería a su padre aquí y después de observarla a ella y a Capitán conocerse el uno al otro, sabía que quería a su hermano también. Ambos estuvieron de acuerdo en venir en una semana. Maite aún no sabía sobre eso. No estaba de humor para discutir con ella en caso de que tuviera una razón para posponerla.


—¿Nan vendrá a la boda? —preguntó Grant.



Nunca imaginé que me casaría sin mi madre y mi hermana en la lista. De cualquier manera, no quería que nada arruinara nuestros recuerdos de boda para Maite y sabía que ellas de alguna manera se las arreglarían para hacer exactamente eso. No lo permitiría.



—No. No puedo tenerla aquí. Aún odia a Maite —contesté.



Grant asintió y sus hombros se relajaron. No quería verla. Eso era demasiado obvio. No podía culparlo.



—Sabes que el idio*ta de Woods se va a casar con esa chica de Nueva York con la que sus padres quieren que se case. No está comprometido aún, pero lo estará pronto. Me confesó, borracho, que si quería el club, luego tenía que casarse con ella. Su padre está forzándolo. Va a ser miserable con esa mujer estirada.



Odiaba eso para Woods. Sabía lo que se sentía anticipar tu boda y el resto de tu vida con la mujer que amabas. Todos deberían conocer ese sentimiento. Casarse con arrepentimiento y amargura no era la mejor forma de hacerlo.


—Su elección, supongo. Podría siempre decir no.


—¿Y salir corriendo como Tripp? Ese tampoco es un gran plan —respondió Grant.



Tripp era unos pocos años mayor que nosotros. Era el primo de Jace y todos lo admirábamos. Luego sus padres lo presionaron a encabezar la vida que ellos querían y él salió huyendo. Dejando sus millones atrás y jodidamente corriendo. Se convirtió en inmortal ante nuestros ojos de jóvenes porque tuvo las pelotas para decir: ¡Vete a la mier*da! E irse. Ahora éramos adultos, entendíamos más sobre el sacrificio que hizo. Sólo esperaba que fuera feliz.



—Una mejor elección que casarse con una mimada perra —dije.



—Cierto. —Se detuvo y alcanzó mi refresco para tomar un trago. El imbé*cil sabía que no bebería después de él ahora—. ¿Cómo está tu padre?



—Igual. Bebe y fuma demasiado. Tiene sexo con desconocidas mujeres de mi edad. Conoces la rutina.


Grant sonrió. —Sí. Pero qué vida.



No era vida en absoluto, pero sabía que Grant no estaría de acuerdo conmigo así que lo dejé pasar. Él no había encontrado a alguien como Maite así que no tenía una idea de cuán superficial era la vida de mi padre. Cuán solitaria era.



—Todos saben que regresaron al pueblo. ¿Tienes ganas de compañía esta noche?



No. Quería a Maite toda para mí mismo. Habíamos estado compartiendo un bote con su padre por cinco días demasiados largos.



—No esta noche.Maite necesita dormir.


—O tú sólo necesitas a Maite. Se honesto, hermano.



—Sí, necesito a Maite —respondí con una sonrisa.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:19 pm

26

Maite

William puso fecha a nuestra boda. Me dio una semana. No pude ni siquiera tratar de argumentar. La determinación en sus ojos me lo habían dicho que no había salida. Estaba más que lista para casarme con ese hombre pero sentía que él estaba preocupado de que yo me eche para atrás. Especialmente después de lo que sucedió entre su papá y Nan.



Nos vamos a casar doce días después de Navidad. El plan era pasar Navidad y Año nuevo en casa juntos entonces irnos en Año Nuevo a disfrutar de nuestra luna de miel. Él se debatía entre esperando tomarme frente a todo el mundo y no queriendo hacerme viajar mucho. Estaba preocupado por mantenerme en reposo. Lo cual hacía los preparativos de la boda difíciles. Al final, tenía que convencerlo de que permanecer en el penthouse de Manhattan era lo yo que quería hacer. Nunca había estado en Nueva York así que eso podía ser una aventura para mí. Además teníamos la comodidad de esta casa y mi obstetra estaba buscando otro allí para poder chequearme ya que estaba muy lejos.



Afortunadamente, William tenía el dinero suficiente para hacer que esta boda suceda rápidamente y aún así ser hermosa. Esperaba que sea simple y yo quería casarme aquí en nuestra casa. Sorprendentemente, la simplicidad tomaba muchos preparativos también. No podía mover nada de esto sin la ayuda de Bethy. Jimmy tuvo que hacer muchas cosas para ayudar también pero él y Bethy seguían casi matándose de vez en cuando. Ellos pelaban por saber quien tenía el control.



William había contratado a Henrietta para que esté con nosotros durante la semana entera antes de la boda. Al ver a Henrietta entrar a la despensa cada noche al ir a su dormitorio debajo de las escaleras siempre me hacía sonreír. Tenía lindos recuerdos de ese dormitorio.


Cuando el timbre sonó después del desayuno salté y me apresuré a atender. Estaba esperando a mi papá y Capitán. Esta noche era el ensayo de la boda y necesitaba que mi papá este aquí para practicar la caminata hacia el altar. Tomando la puerta para abrirla fui sorprendida al encontrar a Dean y Harlow ahí. No los esperaba a ellos hasta mañana.



—Sorpresa, llegamos un día antes. No quería perderme ninguna celebración—dijo Dean con una sonrisa socarrona y camino hacia el interior de la casa trayendo sus maletas y dejando a Harlow llevar las suyas cuando ella camino tranquilamente detrás de él. —. ¿Dónde esta mi chico? —me preguntó Dean viendo a los alrededores.



—William salió esta mañana a hacer algunos encargos con Grant —expliqué—. Ellos regresarán pronto. Sube y te muestro tu dormitorio Harlow. Dean, asumo que sabes donde esta el tuyo.



—Sí, ya subo en un rato. Necesito una bebida y algo de sol.



Sonreí a Harlow —Dejé mi cuarto favorito para ti. Tiene la mejor vista. Solía ser mi dormitorio—le dije.



—Gracias. Odiaría tomar uno de los mejores dormitorios. Me encantaría tomar el más pequeño. Sé que tu familia vendrá también—dijo ella y dejó de caminar.


—Mi papá y mi… um… mi hermano viven en un viejo bote de pesca. Confía en mi cuando te digo que el dormitorio más pequeño que tenemos aquí va a ser el más cotizado. Quiero que disfrutes de este dormitorio. Esta alejado de todos también. Así que tendrás más privacidad.



Harlow sonrió brillantemente y asintió. Reposé la espalda en la pared del cuarto pues estaba híper ventilada después de subir las escaleras.



—¿Estuvo bien el viaje? —pregunté cuando realmente quería preguntarle algunas cosas de la casa.



—Estuvo bien. Vi Orgullo y Prejuicio nuevamente. Hizo que el viaje sea más rápido.



—Me encanta esa película—admití—. Así que, ¿Cómo están las cosas en la casa? ¿Con la ida de Nan? —William no pudo traerla una vez que regresamos a casa. Sabía que ella no estaba invitada a la boda y eso me hacía sentirme culpable. Pero el miedo de que ella pudiera hacer una escena y arruinar nuestra boda era real.



—Tranquilo otra vez. Papá hace sus cosas. Yo las mías. Dean hace lo suyo. Ellos se irán de tour en un par de meses y eso dejará el ambiente realmente silencioso.



Sentía pena por ella. Ella no tenía a nadie realmente. Vivir en una casa grande con un papa como Kiro debe ser solitario. Entonces con él fuera era solo ella estando ahí. Eso no era vida para nada. El dinero no puede comprarlo todo. Harlow era la prueba de eso.



—¿Por qué no le dices a Kiro que compre una casa aquí? Es hermoso aquí y hay gente de nuestra edad por doquier. Chicos lindos—la destellé con una sonrisa burlona. Tan perfecta que cuando Harlow mirara mi apariencia sensata no podía imaginármela con un chico. Ella era tan tímida. ¿Cómo podía ella abrirse a alguien y conocerlo?



—No puedo preguntarle eso a papá. Estoy en la UCLA con una beca completa en escolaridad. Él tendrá que pagar por mis clases si me voy a otro lugar. Y yo hago el mantenimiento y voy a mis clases—se alejó. Sabía desde el inicio que aunque ella iba a sus clases, no tenía amigos



—Pensé que él podía permitirse eso—le aseguré.



Ella se encogió de hombros pero no respondió. No quería importunarla ahora. Tal vez después.



—Necesito ir a vestirme. Tengo una cita en el salón para la manicura y pedicura en una hora. ¿Quieres venir?


Ella sacudió su cabeza—No, gracias. Pensaba tomar una siesta. Salimos muy temprano y no pude dormir en el avión.


Asentí, tomé eso como mi pista para dejarla sola.



***



En la tarde cuando mi papá y Capitán llegaron. Estaba terminando de prepararme para el ensayo y la fiesta después de este. Nosotros teníamos una fiesta por la boda en el salón de baile del Club. No me esperaba una despedida de soltera y William no quería que tuviera una tampoco. Él estaba preocupado sobre lo que Bethy tenía preparado para mí. Entonces Grant quiso hacer una despedida de soltero pero William desechó rápidamente esa idea. Esta fue nuestra decisión. Convenimos en hacer la fiesta juntos con todos nuestros amigos. Woods nos dio amablemente el salón de baile para nosotros y su equipo de cocina para el servicio.



El repaso era en treinta minutos y las personas estaban comenzando a llegar. William bajó las escaleras en un par de pantalones y una camisa de lino blanca y mi corazón quería más que una probadita. Él era hermoso. Su cabello tenía estilo en su desordenado aspecto. La camisa blanca hacía que sus ojos plateados sean más brillantes y su piel más bronceada.


—Eres precioso—susurré sin aliento cuando él vino y se detuvo a un paso de distancia de mí.



—Hey, esa es mi línea—sonrió burlonamente alzándome hacia él y presionando un beso en mis labios—. Me dejas sin aliento—replicó.



—Mmm, al igual que tú a mí—murmuré de nuevo en sus labios.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:22 pm

27

Grant(Sí, has leído bien)

Mi hermano realmente se casaba. Sabía que iba a suceder la primera vez que lo vi ponerse como una bestia por Maite, pero, maldita sea, realmente verlos ensayar había sido real. Maldita sea, demasiado real. Me sentía como que lo estaba perdiendo un poco. No era que no estuviera feliz por él, porque lo estaba. Sólo que había sido mi compañero del crimen durante tanto tiempo como podía recordar. Ahora sería el de Maite.



Tomé una copa de champán de la bandeja mientras el mesero caminaba a mi lado. Podría tomar la mier*da burbujeante hasta que pudiera conseguir algo real en el bar dentro de unos minutos.



Escaneando a la gente pensaba en Nan y cuán jodida había dejado que llegara a ser toda esta mier*da. Necesitaba algo que me ayude a olvidarla. No es que no estuviera enamorado de ella, porque lo estaba. Ella se había asegurado de ello. Perra loca.



Un par de los ojos más sensuales que jamás había visto bloquearon los míos y me congelé y la estudie. No la había visto antes. Nunca. Nunca olvidaría esos malditos ojos. No era el color lo que me atrajo porque desde aquí no podía decir cuál era el color. Era la inclinación a ellos y las pesadas pestañas que se desplegaban sobre ellos. Las mujeres pagan un buen dinero por pestañas postizas que nunca podrían verse tan bien. Arrastré mis ojos por la cara hasta que aterrizaron en una gran boca. MIER*DA. Mi pene se agitó a la vida. Era amplia y sus labios eran tan condenadamente llenos. Una chica con una boca como esa era la fantasía de todo hombre.



Casi tenía miedo de que mi mirada viajara más lejos. Si seguía siendo mejor iba a jodidamente correrme en mis malditos pantalones. No tuve tiempo de pensar en ello, porque ella se dio la vuelta y, como una brizna de aire se había ido. Pelo castaño largo que se balanceaba mientras se movía, rozando por encima de la cintura. Santa madre de Jesús tenía el pelo hasta su perfecto pequeño cu*lo. Aparte la mirada después de ella. No sabía quién demonios era, pero ella no se escaparía de mí. Necesitaba tener una probadita de esa boca y ver sus ojos encenderse con el placer mientras retiraba ese cabello largo y la follaba.


Hablando de una pu*ta distracción. Ella era la única maldita distracción que cualquier hombre necesitaba para algo. Demonios, ella podía hacerme olvidar mi maldito nombre. Salió de la sala de baile hacia el pasillo. Camino rápidamente, pero en voz tan baja que nadie a su alrededor parecía darse cuenta. ¿Cómo las personas no la notaban? ¿Estaba alucinando? ¿Que hombre con una polla no ponía los ojos en ella y no estaba pendiente de cada movimiento que hacia?



Entré en el pasillo segundos después que ella y miré alrededor. Al principio pensé que la había perdido, pero luego me di cuenta del movimiento hacia la derecha y el pelo largo y castaño que se asomaba por la esquina. No me vio, seguro como el infierno de que vi ese cabello. Caminé tan silenciosamente como pude en su dirección.



—Cálmate. Era sólo un chico. Uno muy, muy caliente, pero sólo un chico —escuche lo que decía en voz baja mientras me acercaba a ella.



¿Qué cara*jo?


—Respira hondo. Eres una gran chica. Puedes manejar a un chico que te mira —dijo en el mismo susurro.



Me detuve antes de llegar lo suficientemente cerca para que me viera. Estaba hablando consigo misma. La había puesto nerviosa. ¿Cómo? Cuando una mujer que parecía que tenía que estar acostumbrada a chicos malditamente mirándola desde el otro lado de la habitación. Empezó a decir de nuevo que sólo era un chico y no pude evitar la sonrisa de mi cara.


Esto era sólo adorable.



—Él podría ser un extraterrestre de Krypton. Entonces tendrías que estar preocupada. Tal vez deberíamos ir a comprobar y asegurarnos —dije casualmente.



Todo su cuerpo se tensó y no movió un músculo. Tampoco giro y me miró. Mantuvo la espalda apoyada contra la pared de la que había estado escondida detrás. Lo único que se movía era su mano. Parecía que la había usado para cubrir su boca.



Solo seguía haciéndose más linda.


—Probablemente William y Maite no sienten mucho cariño por la especie alienígena. Son prejuicios de esa manera —continué, esperando que mi ridícula conversación la hiciera sonreír y relajarse. Porque la quería relajada. Por lo menos lo suficiente para que pudiera tener una probadita.



Todavía no se movía. Su mano permaneció firmemente sobre su boca y se congeló en su lugar. Me acerqué a la esquina y en el pequeño cubículo que había encontrado entre los dos pilares en la pared. Incluso con mi espalda apoyada contra la otra pared nuestros cuerpos casi se tocaban. Sus ojos se abrieron con sorpresa mientras me deslicé en su escondite con ella.



—Supongo que no puedes hablar mucho con la mano sobre tu boca de esa manera. ¿Cómo exactamente planeas hablar conmigo? —Le pregunté y sonreí alentadoramente. No quiero que piense que era peligroso.



Lentamente movió su mano y la dejó caer a su lado, pero se mantuvo pegada a la otra pared como si quisiera estar lo más lejos posible de mí.


—Eso está mejor. Me gusta ver esa boca tuya. Estabas obstaculizando la vista —le dije , entonces le guiñe un ojo. Se aplastó aún más contra la pared. Esto tenía que ser la experiencia más extraña que jamás había tenido con una mujer. La mayoría de ellas se lanzaban hacia mí y era fácil. Me gustaba eso. Menos trabajo. Pero maldita sea si no estaba disfrutando de este y su comportamiento voluble. Era refrescante y único.



—Soy Grant. El hermano del novio —le expliqué, esperando a calmarla un poco. Funcionó. Frunció el ceño y una arruga entre sus cejas apareció, haciendo su cara perfecta más humana. Más accesible. Me gustó mucho. Mucho. Tal vez podría hacerle fruncir el ceño más.


—William no tiene un hermano —respondió con total naturalidad.



Así que conocía William. Interesante. Nunca la había visto o de seguro que la habría recordado. Había asumido que ella estaba con un invitado o de alguna manera conocía a Maite. Había algunas personas aquí que no conocía.



—Bueno, ahí es donde te equivocas, hermosa. William y yo nos convertimos en hermanastros cuando éramos niños. Sólo porque nuestros padres no lograron salir adelante, no significa que nosotros no lo hiciéramos.



Sus ojos parpadearon con reconocimiento. Sabía quién era yo. Tiempo de juego limpio. Quería saber quién era.



—¿Quieres decirme quién eres? Dado que obviamente has descubierto quien soy.



Sus ojos se retiraron de los míos para estudiar el suelo.



— Creo que tengo que volver a entrar —susurró. Su voz ya suave era incluso más suave cuando susurró.



Me pregunté si era tan tranquila y educada cuando se corría. Por el momento eso era todo lo que podía pensar. Todo lo que quería saber.



—No puedes irte ahora. Si regresas ahí voy a perseguirte toda la noche —le advertí, esperando que no me haga sonar como un psicópata.



Esa boca suya hizo una "O" y mi imaginación se volvió loca. No era de los que se sentía atraído por una chica nerviosa pero esta actitud formal y correcta estaba empezando a construir una fantasía sexual en mí.



—¿Por qué? —preguntó. El sonido musical de su voz me recordó las campanillas que tintinean a menudo pasadas por alto en las canciones por su belleza simple.



—¿Quieres la verdad? —Le pregunté, acercándome a ella e invadiendo el espacio personal que estaba tratando tan difícil de proteger.



— Por favor —respondió, en voz tan baja que casi no la oí.



—Porque todo lo que puedo pensar es en la forma en que esos ojos tuyos parecían intermitentes con necesidad y la forma en que esa boca asombrosa se vería mientras gritas de placer. Y este cabello —conteste deslizando mis manos en él y tirando suavemente—. No me jodas bebé, este cabello debe ser ilegal —Me había metido demasiado cerca y su respiración era corta y rápida. Y maldita sea, olía increíble. Como fresas y crema.



—Oh —respondió, mirándome con unos ojos que ahora podía decir que eran un avellana claro. Tan únicos como ella. También no había una gota de rimel en sus pestañas. Esto era natural. Completamente natural.



—¿Quién eres tú? —Le pregunté con asombro a la visión de la perfección presionada contra mí.



Parpadeó varias veces, como si no pudiera entender mis palabras. Estaba casi dispuesto a recogerla y arrastrarla afuera a mi camioneta con o sin nombre.


—Harlow —respondió.


Lentamente la comprensión cayó sobre mí como un balde de agua helada. ¡JODEME! Esta era la hermana de Nan.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:23 pm

28

William

Estaba viendo como Maite bailaba con su papá cuando vi a Grant en el salón de baile cómo un hombre huyendo de un demonio. ¿Qué diablos le pasaba? Miré hacia atrás a Maite y ella estaba sonriendo felizmente a su padre. Así que me fui de la mesa para ir a ver a Grant. Él era normalmente un tipo estable de chico. Este comportamiento no era normal.



Lo encontré mientras tomaba directamente el whisky que el camarero depositó frente a él. Se colgó de nuevo luego le entregó la copa al camarero y pidió otra. Algo se había metido definitivamente en su cu*lo.



— ¿Por qué mier*da no me dijiste?—Grant gruñó sin mirarme.



— ¿De qué estás hablando?— Le pregunté, mirándolo tragar y pedir otro trago más.



Volvió la mirada hacia mí —Harlow. Conocí a la maldita Harlow. Podrías haber mencionado que la hermana de Nan es una diosa caminante. Preparándome mentalmente para que no me importe, demonios, de todas las formas imaginables y convencí a mi polla de que iba a conseguir alguna de esa acción antes de que se enterara de que es imposible—Tomó otro trago y estrelló la copa en el bar—.Eso está mejor— suspiró.



—¿Así que conociste a Harlow?— Le pregunté, todavía no lo seguía. ¿Por qué estaba tan enojado? Yo le hablé de Harlow.



—Sí, conocí a Harlow. Jesús, William, es necesario advertir a un hombre primero.



Todavía estaba completamente confundido. Aún no tenía sentido. —Voy a ser honesto. No sé qué demonios te molesta.



Grant dejó escapar una risa dura. Mier*da, realmente estás atado firmemente por las pelotas— murmuró—. Ya que parece que no puedes quitarle los ojos de encima a Maite y ver a otras mujeres, permíteme darte una pista. Harlow es jodidamente perfecta. William, Maldita sea, su boca —se estremeció y sacudió la cabeza—. Dios, lo qué podría hacer con esa boca. Y sus ojos. Juro que nunca he visto nada igual.



Así que estaba hablando sin parar sobre cómo se veía Harlow?



—Está bien. ¿Y esto te enojó por qué?— Le pregunté, pensando que tal vez yo necesitaba un trago de esta conversación.



—Porque no puedo tocarla y me molesta. Quiero tocarla tan mal. En muchas, muchas maneras. Nunca he estado así de encendido tan malditamente rápido en mi vida. Y para saber que no puedo tocar eso jamás. Jodidamente apesta— gruñó de nuevo.



Ah. Asi que Harlow era el juguete que Grant no podía jugar. Grande. Me alegré de que se fuera de casa en dos días. Yo no necesito este drama. Harlow no era el material de Grant. Ella era demasiado inocente para los gustos de mi hermano.


—Sí, bueno, eso es una buena cosa porque Harlow no lleva tu ritmo. La romperías.



Grant me frunció el ceño. — ¿Qué se supone que significa eso?



—Eso significa que es tranquila y tímida. Ella no sale. No hace nada más que ir a la escuela. No ha tocado nada del mundo Kiro. Ella es amable y no quiere volver sus pelos de pun*ta!. Incluso con Nan gritándole y diciéndole cosas que no son verdad lo toma y se va. No es tu tipo. Es posible que tengas algo por la boca, pero no sabría cómo usarlo de la manera que quieres. Ella tampoco iba a quererlo. No es así.



Maite terminó su baile con su padre y sus ojos se abrieron al instante a mi asiento vacío. Ella me estaba buscando. Tuve que ir. Grant me dio una palmada en la espalda.



—Ve a buscar a algún gatito aquí esta noche, que no sea más virginal que una monja— pedí y me dirigí de nuevo a Maite.



Ella me vio y sonrió mientras me dirigía a ella. La música cambió y la canción Bruno Mars "I Will Wait For You" comenzó a jugar a través de los altavoces. La atraje hacia mí y me sonrió. Me encantó esta canción. Entendí cada palabra de ella, ya que era exactamente lo que sentía. Nunca había cantado para Maite antes y tuve la tentación de cantar en su oído, pero quería esperar. Todavía no. Me gustaría cantar con ella... pero todavía no.



— ¿Te gustó hablar con tu papá?— le pregunté, sólo para poder escuchar su voz.



—Sí. Hablamos de mamá. Le habría gustado estar aquí. Lo habría amado. Ella siempre me dijo que Caín no era para mí. Estaba demasiado débil. Que un día alguien iba a luchar por mí y que él me querría más que cualquier otra cosa. La habrías hecho muy feliz.



Mi pecho se sintió apretado. Nunca me había dicho una mujer que su madre me amaría. Saber que Maite sintió como su madre me aprobaría, no decía más de lo que sabía. Me acordé de su madre. No claramente, pero me acordaba de ella. Me acordé de su sonrisa y su risa. Ella solía hacerme sentir feliz como un niño pequeño. El olor de sus panqueques me hacía sentir seguro. Conociendo que mi hijo iba a tener una madre, trajo lágrimas a mis ojos. Tendría lo que yo no tuve. Algo que no había tenido el gusto.



— ¿Qué te dije?— Maite hizo una pausa al notar las lágrimas contenidas en mis ojos, parecía que no podía controlarme. Maldición.



—Estaba pensando que mi hijo iba a tener a la madre que nunca tuve la oportunidad de tener. Tu madre era lo suficientemente especial que su recuerdo me quedó grabado— admití.



Los ojos de Maite se llenaron de lágrimas y ella agarró mi cara y me besó. Sus suaves labios se abrieron y su lengua se deslizó en mi boca hambrienta. Aquí mismo, en frente de todos. Esto no era como ella, pero lo tomaría. Empecé a besarla de nuevo con la misma pasión cuando ella se apartó lo suficiente para que pudiera mirarme. Sus manos todavía mantenían mi cara.



—Te amo, William Finlay. Vas a ser el mejor esposo y padre que el mundo haya conocido. Un día, la esposa de nuestro hijo estará agradecida de que su marido haya tenido un modelo a seguir. Ella tendrá suerte por tu culpa. Planteándole a nuestro hijo ser el hombre que ahora eres. Él la amará completamente, porque sabrá cómo hacerlo. —Se atragantó con un sollozo y apretó sus labios contra los míos de nuevo, acunándome en sus brazos, disfrutando de tenerla tan decidida a tranquilizarme de que yo era un buen hombre. Nada en la vida era tan preciosa como esta mujer. Nunca lo sería. Había encontrado mi felicidad.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:27 pm

29

Maite

Bethy me dio un beso en la mejilla, luego sacó algo de detrás de su espalda. Un pequeño paquete plateado con garabatos familiares de William en la nota estaba sostenido adelante mío. —William quería darte tu algo antiguo —explicó.



No había tratado de conseguir ninguna de esas cosas. Me había olvidado de esa tradición. Sonriendo, tomé el paquete y lo abrí. Dentro había un anillo con una perla que parecía muy cara. La banda de plata era elegante y estaba grabada. Lo levanté para ver el grabado. Decía: "Mi amor" en el. Eso también era viejo. No es algo que William habría hecho.



Una pequeña nota estaba escondida al lado de él. La tomé y la abrí.



Maite:



Esto perteneció a mi abuela. La madre de mi padre. Ella me vino a visitar antes de morir. Tengo muy buenos recuerdos de sus visitas y cuando pasó, me quedé con este anillo. En su testamento me dijo que se lo diera a la mujer que me completara. Dijo que se lo dio mi abuelo, que murió cuando mi padre era sólo un bebé, pero que nunca había amado a otro como lo había amado a él. Él era su corazón. Tu eres el mío.



Esto es tu algo antiguo.


Te amo,



William.



Sollocé y Bethy también. La miré y ella estaba a mi lado, leyendo la nota. — Maldita sea, quien diría que William Finlay podría ser tan romántico —dijo, y volvió sollozar.


Yo lo sabía. Me lo demostró más de una vez. Me puse el anillo en la mano derecha y encajaba perfectamente. Pensaba que no era una coincidencia. Sonreí, mirando a Bethy.



—Gracias por todo —le dije.


Ella me abrazó y asintió. —Yo debería agradecerte. Eres la mejor amiga que he tenido. —Antes de que pudiera decir nada más se escabulló de la habitación con un saludo final.



Me volví a mirar en el espejo para estudiarme. El raso de color perla reunido sobre mis pechos permanecía en su lugar, sin tirantes gracias al tamaño de la taza de embarazada. La cintura era alta y justo debajo de mis pechos, cubierta con un millón de pequeñas perlas. Sobre el raso había una capa de gasa que colgaba en una línea recta llegando hasta unos centímetros por encima de las rodillas. Había elegido ir descalza ya que tenía que caminar sobre la arena. Mis uñas estaban pintadas de un rosa pálido para que coincidiera con los pétalos de rosa esparcidos por el pasillo.



Un golpe en la puerta me sorprendió y me volví para ver entrar a Harlow en la habitación. Llevaba una pequeña caja. —Te ves como una princesa —dijo sonriendo.


—Gracias—le contesté. Me sentía como una.



—Tengo algo de William. Quería ser el que te diera tu algo nuevo —dijo, y me entregó el pequeño regalo—. Me iría, pero creo que necesitarás mi ayuda.



Tomé la caja y la abrí rápidamente, emocionada por ver lo que había enviado para mí esta vez. Ubicado en el interior había una delicada cadena de oro con varios diamantes cortados en la forma exacta de mi anillo, pero mucho más pequeños. Sostuve la tobillera y el sol que entraba por las ventanas atrapó los diamantes y bailó alrededor de la habitación.



—La pondré por ti —dijo Harlow y puso la tobillera en su mano, luego la ató alrededor de mi tobillo.


Le había dicho a William que sentía que necesitaba algo en mis pies, pero que no me podía imaginar caminando por la arena en zapatos. Esta fue su respuesta.



Sonreí y le agradecí a Harlow.



—No hay de qué. Luce hermosa en ti —dijo antes de salir de la habitación tan silenciosamente como había entrado.


Miré mi tobillo en el espejo para admirarlo cuando llegó otro golpe en la puerta. Una cara familiar que no había esperado en absoluto me sonrió y corrí a abrazar a Granny Q. No había invitado Granny Q porque me preocupaba que William se molestara porque Cain estuviera aquí. Sabía que iba a ser el que trajera a su abuela y no podía dejar de invitar a Cain también. Las lágrimas escocían mis ojos mientras me apretaba.



—No puedo creer que estés aquí. No puedo creer que condujeras hasta aquí —dije efusivamente.



Me palmeó la espalda y se echó a reír. —Bueno, yo no conduzco. Ese hombre tuyo envió para mí y Cain billetes de avión. Primera clase. Nunca he estado tan mimada en mi vida. Fue toda una experiencia, ya te lo digo. —Si no amara a William Finlay con cada fibra de mi ser, entonces lo amaría más por esto.



Pero tenía todo de mí.



—Ahora, no vas a lloriquear sobre mí y estropear el maquillaje. Te pareces a tu madre. Justo igual que ella. No creo que tu padre pudiera ser más feliz de lo que lo es ahora. No tengo que venir aquí y hacerte llorar. Vine para darte algo de William. Él quería ser el que te diera tu algo prestado.



No pude evitar la sonrisa tonta en mi cara. Él me enviaba otro regalo. Ella me entregó una pequeña caja envuelta como la que Harlow había traído. Lo tomé y lo desenvolví rápidamente.



Ubicado en una caja de raso había una pequeña nota. Lo recogí y debajo de ella estaba una vieja muestra de satén rosa. Estaba bastante gastada y obviamente había sido cortada de otra cosa. Abrí la nota.



Maite:



He esperado hasta hoy para mostrarte esto. No ha sido fácil no decir nada al respecto. Pero cuando recordé quién era tu madre, también recordé este pedazo de tela. Había olvidado de dónde venía hace mucho tiempo, pero sabía que era especial, así que lo guardé conmigo. Todo el tiempo. Al crecer, cuando estaba asustado y solo, lo sostenía en mis manos y lo frotaba en mi cara. Era un secreto que no quería que nadie conociera. Pero me tranquilizaba. Cuando tu padre me recordó los panqueques con forma de Mickey Mouse, mis recuerdos de tu madre regresaron. Con ellos me acordé del día que conseguí este pedazo de tela.



Tu madre siempre llevaba un pijama de raso rosa a la hora de dormir. A menudo me ayudaba a dormir porque era difícil conseguir calmarse lo suficiente como para cerrar los ojos. Me encantaba cuando me abrazaba. Mi propia madre no lo hacía. Me gustaba ir a dormir por la noche frotando la nariz a través de su brazo y los pijamas de raso rosa. El día que se fue, recuerdo que me asusté. No quería que me dejaran con mi madre. Tu madre me abrazó fuertemente y luego guardó esta pieza de raso cortado de su pijama en mi mano y me dijo que lo usara en la noche cuando me iba a la cama.



Me encantaría decir que este recuerdo volvió a mí por mi cuenta, pero no fue así. Simplemente supe que la tela tenía que ver con la mujer que me hizo panqueques. Entonces, le pregunté a tu padre. Él me contó la historia y me di cuenta de que el sueño recurrente con el que había crecido, de la mujer con el pijama de raso rosa, era real. No era un sueño. Esto es mío y no puedes tenerlo (a menos que realmente lo quieras y entonces es tuyo).


Esto es tu algo prestado.



Te amo,



William.



—Espero que no estés usando un montón de maquillaje porque te quitaste la mitad llorando —se quejó Granny Q.



Le sonreí y tomé el pañuelo que sostenía y me limpié las lágrimas de la cara. No llevaba mucho maquillaje, para consternación de Bethy. La máscara de pestañas que tenía era resistente al agua lo que era una algo bueno. Froté el raso en mi mejilla y pensé en mi dulce mamá dejándole esto a William. Entonces me doblé y lo metí en mi sujetador sin tirantes. Puse la nota en la cómoda. Quería eso también. Por siempre.



—Bueno, tengo que ir abajo e ir a mi asiento. Nos vemos pronto —dijo Granny Q y me lanzó un beso antes de dirigirse a la puerta.


Me acerqué al espejo para comprobar mi maquillaje cuando otro golpe rápido llegó a la puerta. Mi padre entró con una sonrisa en su rostro. —Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida. Es un hombre afortunado el que está allá abajo. Será mejor que lo recuerde.



—Gracias, papá —le contesté.



Metió la mano en el bolsillo y sacó otra pequeña caja de regalo similar a las que los demás habían traído aquí.



—Tengo algo para ti de William. Él quería ser el que te diera tu algo azul.


No pude evitar la sonrisa tonta en mi cara. Ya me había dado cuenta de que esa era la razón de por qué estaba allí. Papá me lo entregó. —Me quedaré. Vas a necesitar mi ayuda.



Abrí la caja, emocionada por conseguir algo más de William. Una delicada cadena de oro, que hacía juego con la tobillera que me había enviado, se encontraba en el raso. La saqué y colgando de ella había un topacio en forma de lágrima. Al lado había otra nota. La agarré de forma rápida y la desdoblé.


Maite:



Esta lágrima representa muchas cosas. Las lágrimas que sé que has derramado sobre la pieza de raso de tu madre. Las lágrimas que has derramado sobre cada pérdida que has experimentado. Pero también representa las lágrimas que ambos hemos derramado cuando hemos sentido la pequeña vida dentro de ti empezar a moverse. Las lágrimas que he derramado por el hecho de que me han dado a alguien como tú. Nunca me imaginé alguien como tú, Maite. Pero cada vez que lo pienso en estar contigo para siempre, me siento honrado de que me eligieras.



Esto es tu algo azul.


Te amo,



William.



Me limpié otra lágrima y reí. Estaba en lo cierto. Habíamos tenido lágrimas tristes y felices. Quería este recuerdo de ambos mientras decíamos nuestros votos.



Mi padre la tomó de mis manos y me la sujetó al cuello. Me moví para que se apoyara contra mi pecho. Estaba completa. Yo tenía algo viejo, algo nuevo, algo prestado y algo azul.



—Es hora de que bajemos —dijo a papá antes de caminar para abrir la puerta. Lo seguí y me llevó por las escaleras y salió por la puerta principal. Tenía que pasar por debajo de la casa y a través de un arco de rosas de color rosa y luces parpadeantes blancas.


Deslizando la mano en el hueco del brazo de mi padre, dejé que me guiara.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:29 pm

30

William

Había estado esperando en la parte inferior de la escalera a que bajara cada persona que había enviado después de dar los regalos.



Cuando su padre había subido supe que no podría esperar más tiempo. Tenía que salir. Quería ser yo el que le diera los regalos, pero ella había estado convencida de que no podía verla antes de la boda.



De pie bajo la pérgola cubierta de hiedra y rosas blancas sobre la arena entre mi casa y el golfo, esperé con el ministro en un lado y Grant en el otro.



—¿Estas nervioso? —preguntó él.



—¿De que ella decida no caminar por ese pasillo? Sí —le contesté.



Grant rió y negó con la cabeza. —Eso no es lo que quise decir.


—Un día lo comprenderás. Y cuando lo hagas, me reiré como la mier*da.


—No hay tales oportunidades ni en el infierno —respondió.



Bethy apareció bajo las rosas de color rosa, lo que significaba que Maite estaba esperando detrás de ella. Cogí el micrófono inalámbrico oculto que me consiguió el tipo de sonido, colocándolo estratégicamente para mí, y lo puse en mi solapa. Entonces busqué detrás de las flores y cogí mi guitarra. Hacía años que nadie me había visto tocar esto. Sólo podía imaginar lo que pasaba por sus cabezas. Sólo mi padre sabía lo que estaba pasando, porque él me ayudó con los acordes.



—¿Qué estás haciendo? —susurró Grant. La incredulidad en su voz en cuanto adivinó la respuesta fue obvia. No necesitaba decirle. Tan pronto como Bethy estuvo en su lugar me puse delante del ministro y miré directamente hacia el pasillo. Cuando apareciera Maite, comenzaría la música. Ya había revisado todo con el equipo de sonido de fondo.



Cuando ella dio un paso adelante en el brazo de su padre, sus ojos se encontraron con los míos y luego se abrieron con sorpresa. Ella había supuesto que caminaría por el pasillo con "I Won't Give Up" de Jason Mraz. Pero yo no había querido a otro hombre cantando para ella. Hoy no. Quería que caminara por el pasillo mientras cantaba las palabras escritas sólo para ella, que caminara por el pasillo mientras le regalaba mi mundo.



—Bueno, eh, no he sido de los que cantan... bueno, ya sabes, delante de la gente… pero pensé que después de todo lo que hemos pasado... este sería un buen momento para decir lo que siempre he querido decir. Maite, te amo, nena, hasta la luna y de vuelta. —Vi como ella quedó paralizada mirándome. Todo el lugar se desvaneció y todo lo que pude ver era a Maite.



Escuchar Cancion



Cuando me miraste por primera vez
Me olvidé de respirar
Ese momento marcó mi endurecido corazón
Y prometí jamás alejarme.
Y el tacto de tu piel
Sanó algo muy profundo
Que me dejó queriendo más de ti
Cuanto menos tenía, más crecía.
Oh, no pude evitar enamorarme, enamorarme de ti.
Así que estoy aquí parado, oh, nena, sabes
Que después de todo lo que hemos pasado no podríamos dejarlo ir
Y mientras esté vivo, miraré en tus ojos
Sosteniéndote muy cerca, juraré solenmente
Que me he enamorado demasiado
Que me he enamorado demasiado, demasiado de ti.
De ti.


Cuando finalmente te encontré
Al fin me encontré a mí
Ese día que no olvidaré pronto
La razón de todo.
Te daré un nuevo nombre
Nada en la vida será lo mismo
La historia ahora está completa
Nuestra vida y amor es todo lo que necesitamos.
Porque no pude evitar enamorarme, enamorarme de ti.
Así que estoy aquí parado, oh, nena, sabes
Que después de todo lo que hemos pasado no podríamos dejarlo ir
Y mientras esté vivo, miraré en tus ojos
Sosteniéndote muy cerca, juraré solenmente
Que me he enamorado demasiado
Que me he enamorado demasiado, demasiado de ti.
Mi corazón está latiendo
Rogando por ti
Esta noche será
Un sueño hecho realidad
Así que ven, ven, ven a mis brazos.
Así que estoy aquí parado, oh, nena, sabes
Que después de todo lo que hemos pasado no podríamos dejarlo ir
Que me he enamorado demasiado
Que me he enamorado demasiado, demasiado de ti.
De ti.



Cuando toqué la última línea, rápidamente saqué la correa de la guitarra sobre mi cabeza y se la entregué a Grant. Maite no esperó a cualquier indicación del ministro antes de arrojarse a mis brazos con un sollozo.



—Eso fue hermoso —dijo contra mi pecho.



—No tan hermoso como tú —le contesté, sujetándola contra mí.



Ella dejó escapar una pequeña risa. —No sabía que podías hacer eso —dijo, moviéndose hacia atrás para mirarme.



—Estoy lleno de todo tipo de sorpresas emocionantes —le aseguré, y guiñé un ojo.



—De acuerdo, ustedes dos. Permítanme entregar a la chica en primer lugar —dijo Abe, cogiendo el brazo de Maite y tirando de ella a su lado con una sonrisa divertida.


Abe besó la mejilla de su hija y luego me miró. —Te diría lo especial que es ella, pero ya lo sabes. Y esa es la única razón por la que puedo entregártela. Te pedí que fueras el hombre que no pude ser, e hiciste como te pedí. No por mí, sino por ella. No podría estar más orgulloso de la mujer en la que se ha convertido y el hombre que ha elegido para pasar el resto de su vida. —Tomó la mano de Maite y la puso en la mía. Luego se volvió para ocupar su asiento.


Metí su mano en el hueco de mi brazo mientras nos dábamos la vuelta para hacer frente al ministro. Ella saltó a mi lado y miró su estómago con una sonrisa.



Puse mi brazo alrededor de su cintura y mi otra mano sobre su estómago mientras nuestro bebé se movía. Esto era mío.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:31 pm

31

Harlow (Sí, también leíste bien)

Podía sentirlo mirándome otra vez. Desearía que parara. Desde que se marchó maldiciendo hasta por los codos y me dejó en mi escondite en el ensayo de boda, todo lo que ha hecho es mirarme.



Odio que me miren fijamente. Estaba lista para regresar a casa, pero sabía que Dean se estaba divirtiendo. Iba a ver si podía conseguir un vuelo temprano. No quería quedarme hasta mañana. Crucé mis piernas de nuevo y estudié mis manos. Nadie me hablaba y no podía culparlos. Yo era aburrida. Nunca sabía qué decir. Tenía miedo de decir cualquier cosa. Siempre lo he tenido. He aprendido que es mejor quedarme callada que decir algo estú*pido.



Era más fácil mezclarse con el fondo cuando chicos como Ryan Butller no te miraban constantemente. No podía imaginar por qué estaba mirándome. Esa era la cosa más loca. Sabía por qué estaba molesto. Cuando eres callada, las personas olvidan que estás cerca y hablan de cosas que realmente no son tu asunto. Había oído a Nan hablando con Grant por teléfono varias veces. También sabía que por tan agradable que fuera William, ese no era el caso de su hermanastro. Cualquier chico que saliera con alguien como Nan tenía que estar igual de jodido.



Sólo desearía que no fuera tan malditamente caliente. Eso era algo para lo que tenía que haber estado preparada. Nan era hermosa y aunque era una pu*ta furiosa, atraía a todos los hombres. Cualquier chico con el que ella tuviera una relación tenía que ser igual de hermoso. Y, oh, Dios, él lo era. Mucho. Sus penetrantes ojos también lo eran. Le había tomado sólo dos palabras convertirme en un caos balbuceante. Lo que no era difícil de conseguir. Me pasaba seguido. La silla a mi lado raspó contra el piso y levanté la mirada para ver a Ryan sentarse totalmente demasiado cerca de mí. Nada bueno. Para nada bueno. ¿Cuál era su problema?



—Lamento lo de la otra noche —espetó. Me tensé y me las arreglé para asentir con mi cabeza.



De acuerdo, así que lo sentía. Bien. Ahora podía irse y dejar de mirarme.



—Vamos, Harlow, di algo. Dame algo más que un asentimiento —dijo, sonando exasperado.



No estaba segura de por qué lo exasperaba. No le había hecho nada. Traté de mantenerme lejos de él e ignorar sus constantes miradas. Incluso durante la boda él me había encontrado entre los otros invitados y no había apartado la mirada de mí en todo ese tiempo.



—¿Es sólo conmigo o no hablas con nadie? No te he visto conversar con ninguno de los invitados.



A pesar de que él no me gustaba, y seguro que no me agradaba su gusto en mujeres, tampoco quería que pensara que era una idio*ta. Iría a contárselo a Nan y ella tendría algo más para burlarse de mí.



—No soy buena con las multitudes — expliqué.



Pareció relajarse un poco cuando hablé. —Este grupo es abrumador. No puedo decir que te culpo.



Forcé una sonrisa. No fue una grande, pero fue lo mejor que pude hacer. No se me daba bien fingir. Nunca se me dio.



—No te agrado ¿cierto? —Obviamente, él también era muy observador.



Podría mentir para ser cortés. Mi abuela me había enseñado que si no podía decir nada agradable era mejor no decir nada en absoluto.



—No me agrada Nan —respondí honestamente. Eso no era cortés, pero era la verdad.



En lugar de ponerse a la defensiva, Grant se echó a reír. No una risa tranquila sino una plena carcajada como si yo fuera una gran comediante. Lo miré y lo odié todavía más por ser atractivo cuando se reía. No era justo. No quería pensar en nada de él siendo atractivo.


—Lo siento —dijo, secándose sus ojos y sonriéndome—. Pero eso no era lo que esperaba que saliera de esa dulce boca tuya. Maldita sea, fue divertido.



No creía que fuera gracioso en absoluto. ¿Pensaba que estaba bromeando?



—No creo que estés sola en eso, hermosa. La mayoría de las personas estarían de acuerdo contigo, especialmente los asistentes a esta boda.



No respondí. A él obviamente le agradaba.



—Puesto que tú no vas a entrar en detalles, voy a asumir que no me estás hablando porque salí con Nan y no te agrada ella.


Me encogí de hombros. No exactamente. Era más que eso. Decírselo era grosero y no debería ser grosera. Pero era eso o dejarle pensar que era muda. No quería que se burlara de mí con Nan. Ya tenía suficiente de eso con ella.



—Cualquiera que salga con Nan no puede tener cualidades que lo rediman. O cualquier cualidad que me interesaría conocer mejor. No me gusta desperdiciar mi tiempo con aquellos con los que no volveré a hablar. —Eso había sonado más duro de lo que quería. Maldita honestidad.



Grant hizo una mueca. Estaba actuando como una perra. Acusé a Nan de ser una y me estaba comportando igual de mal. No podía hacer eso. No quería ser así.



—Mira, eso no salió bien. Lo siento. Lo que quería decir es que no me gusta Nan. Para nada. No puedo ver por qué alguien que no está relacionado con ella podría siquiera aguantarla. El hecho de que no sólo la aguantaste sino que saliste con ella, me dice que tú y yo nunca podríamos ser amigos. Lo siento. No quiero sonar como una perra porque en realidad soy una buena persona. Sólo trato de mantenerme alejada de gente malvada. Nan es el epítome de maldad, así que eso me lleva a creer que eres igual. Las personas malas se juntan. —Me detuve porque lo estaba empeorando. Parándome, le di una sonrisa de disculpa que no tuve que forzar esta vez porque realmente me sentía mal por todo lo que salió de mi boca. Solía a hacer eso cuando hablaba demasiado. Antes de que él pudiera decir nada salí corriendo.



Iba despedirme de William y Maite e ir al aeropuerto y esperar por un vuelo que saliera antes. Me quedaría en el aeropuerto si tenía que hacerlo. Al menos así, Grant Carter no podría encontrarme.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:33 pm

32

Maite

—Todavía no puedo asimilar que me cantaste una canción y tocaste la guitarra. Simplemente, guau, William. Guau. —Estaba todavía aturdida de haber visto a William esperándome con una guitarra en sus brazos. Entonces, en lugar de Jason Mraz, él había cantado una canción que había escrito para mí. Después de los diversos regalos y cartas enviadas a mi habitación me pareció que no podría superarse a sí mismo. Me había equivocado.



—Dejé de cantar cuando estaba en la universidad. Decidí que estaba cansado de las chicas estuvieran interesadas en mí por Dean. Si cantaba, sólo empeoraba mi conexión con Slacker Demon. Así que lo dejé. Pero para ti… Quería que caminaras por el pasillo hacia mí con mis palabras y mi voz cantando algo escrito para ti. No un tema genérico que se pone en un millón de otras bodas. — William besó el lugar justo debajo de mi oreja—. No hay otras bodas como ésta y nunca las habrán —susurró en mi oído.


Me acurruqué más cerca de él mientras bailábamos la versión de nuestra banda en vivo de la canción de Ed Sheeran, "Kiss Me". Dean se había ofrecido a conseguir una "banda de verdad", pero yo no quería eso. No quería que nuestra boda fuese más que una pequeña reunión íntima. No quería hacerla un concierto para la banda. William había acordado conmigo y habíamos encontrado la mejor banda de covers que el dinero podía comprar.



—Me gustaría que no tengamos la casa llena de gente esta noche —dije en su pecho.



—Eso no importa. No vamos a estar ahí —respondió William.



Me aparté y lo miré a los ojos. —¿Qué quieres decir?



Él sonrió. —¿De verdad crees que voy a compartir una casa con todas esas personas en mi noche de bodas? Por supuesto que no. Tenemos el apartamento pent-house en el club esperando por nosotros cuando nos vayamos de aquí.


Me alegré de que hubiera pensado en eso. No quería pensar en su padre y mi padre en la misma casa que nosotros esta noche.



—Bueno —contesté.


Su pecho vibró por su risa. Miré por encima a los otros huéspedes. Todos nuestros amigos estaban aquí. Todo el mundo nos felicitó. Excepto su hermana… y su madre. Pero no lo habrían aprobado. Ambas me odiaban. Aún así, me sentí mal de que se hubiesen perdido este día por el bien de William. Sólo esperaba que algún día fueran a ser parte de nuestras vidas, por William. Sabía que, a pesar de que no las mencionó, las extrañaba.



—¿Dónde pusiste el satén? —preguntó.



Sonreí mordiéndome el labio inferior. —No tenía bolsillos —respondí.



—Lo sé. Entonces, ¿dónde está?



—Escondido en mi sujetador —admití.



—Supongo que tendrá un nuevo significado para mí de ahora en adelante —dijo, tocando el frente de mis pechos con los pulgares.



—Gracias por todo. El collar, la pulsera para el tobillo, el anillo, y voy a dejar que te quedes con el satén. Aunque me encantó tenerlo allí con nosotros. Sabiendo que había tocado la vida de ambos. Fue perfecto.



William apretó sus brazos alrededor de mí. —Sí, lo fue. —El momento en que su cuerpo se puso tenso, lo sentí. Mirando hacia él vi sus ojos enfocados en algo por encima de mi hombro. Miré hacia atrás para ver a Cain de pie mirándonos—. Probablemente debería dejarlo bailar contigo —dijo William, aún sosteniéndome firmemente.


Le sonreí y su expresión se suavizó. —Si no quieres que baile con Cain, entonces yo tampoco quiero. Necesito ir a hablar con él y, si quieres ir conmigo y aferrarte a mí cuando haga eso, puedes hacerlo. Relájate. Soy Maite Finlay ahora. La chica a la que él amaba era Maite Wynn.



Al usar mi nuevo nombre todo su cuerpo se relajó y me abrazó más fuerte.



—Dilo de nuevo. Al menos la parte en que dices tu nombre —dijo con voz ronca.



—Maite Finlay —repetí.



—Maldita sea, eso suena bien —dijo, dándome un beso en la frente—. Ve a hablar con él. Pero si no te importa… nada de baile. No quiero sus manos sobre ti.



—¿Así que tampoco abrazos? —pregunté antes de caminar hacia Cain.



William frunció el ceño y sacudió la cabeza. —No, si quiere mantener los brazos atados a su cuerpo —respondió, haciéndome reír. Mi hombre posesivo.



Me acerqué a Cain, que estaba allí esperando por mí, con las manos metidas en los bolsillos y una expresión de dolor en su rostro. Esto no podía ser fácil para él. En su mente habíamos sido algo eterno. Realmente no había pensado que William estaría allí para mí al final. Se había equivocado.


—Me alegro de que hayas venido —le dije mientras me detenía a pocos metros de él, manteniendo una distancia suficientemente cómoda.



—No voy a mentir. No quería hacerlo. Granny Q me obligó —respondió—. Pero te ves hermosa. Tan impresionante que duele mirarte.



—Gracias. No sabía que William te había enviado las entradas e invitaciones hasta que Granny Q entró en mi cuarto hoy.


Caín asintió. —Sí, me lo imaginé, un poco. Ya que fue William el que nos invitó y no tú. Granny Q estuvo decidida en que vendríamos una vez que la recibió.



—Estoy feliz, Cain.



Él me dio una sonrisa triste y asintió. —Puedo ver eso. Es difícil pasarlo por alto. Él está malditamente gritando de alegría.



No había mucho más que decir. Nuestro tiempo estaba en el pasado. Había sido mi mejor amigo una vez, pero ahora William era mi todo.



—Cuídate —le dije, sabiendo que tenía que volver a William antes de que decidiera que habíamos hablado mucho tiempo.


—Tú también, Maite. Envía fotos del bebé. Granny Q querrá verlas — respondió.



Di media vuelta y me dirigí a William, que estaba de pie en el borde de la pista de baile, con los ojos fijos en mí.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:33 pm

33

William

Normalmente pasaba la Navidad borracho en una estación de esquí con cualquier chica con la que estuviera saliendo en ese momento y algunos amigos. Era mi sitio al que ir para las fiestas. Al crecer, mi mamá no decoraba un árbol u horneaba galletas. Sólo había visto ese tipo de cosas en televisión.



El olor de árboles de pino, manzana con canela, y galletas llenaba nuestra casa. El árbol de Navidad más ridículamente grande que pude encontrar en Rosemary cubría nuestra sala de estar, y estaba decorado con adornos de colores brillantes y luces parpadeantes. Teníamos vivas guirnaldas y bayas en nuestra repisa de la chimenea y tres calcetines con monogramas de la letra B colgados en ella. Dos grandes coronas de flores con lazos de terciopelo rojo decoraban nuestra puerta principal y la casa estaba llena de villancicos mientras sonaban a través del sistema de sonido. Maite había encontrado una estación de Navidad en la radio satélite y me amenazaba si la tocaba.


Regalos con papeles de colores vivos y lazos brillantes estaban amontonados bajo nuestro árbol y no podía sacarme de encima a mis amigos. Estaban siempre aquí. Comiéndose los dulces que Maite seguía haciendo y bebiendo la sidra de manzana que nunca dejaba que se acabara. Era como si Santa Claus hubiera vomitado en nuestra casa. Hace un año, esto hubiera sonado como el infierno para mí. Ahora, no podía imaginar hacer nunca la Navidad de cualquier otra manera. Esta era la Navidad hecha al modo de Maite y me gustaba. No, jodidamente me encantaba. Ella cantaba fuera de tono los villancicos mientras sacaba galletas del horno y rodaba esas bolas de mantequilla de maní en azúcar en polvo mientras yo esperaba que pusiera uno en mi boca.



Así iba ser como mis hijos crecerían, creyendo que la Navidad era todo esto, y me encantaba. Acurrucarme en el sofá viendo películas navideñas, tomar chocolate caliente mientras ponía mi mano en el estómago de Maite y disfrutaba sintiendo a mi chico patear. Esto era algo que el dinero no podía comprar. No este tipo de felicidad.



—¿Crees que veremos a tu papá antes de Navidad? —preguntó Maite, entrando a la sala de estar donde estaba disfrutando del árbol mientras escuchaba cantar a Maite “We Wish You a Merry Christmas”.



—Lo dudo. Se acaba de ir la semana pasada —le recordé.



Frunció el ceño y luego asintió. —Está bien. Supongo que tenemos que enviar su regalo, entonces. Tengo algo que enviarle a Harlow también. Esperaba que me ayudaras a pensar en algo para tu mamá y Nan. No sé qué comprarles. Nunca he pasado tiempo con ellas.



¿Mi madre y Nan? ¿Le había comprado a mi papá un regalo? ¿Y a Harlow? Demonios. Todo lo que yo había hecho era comprar cosas para ella y el bebé. No había pensado comprarle algo a alguien más.



—Eh, si, em, supongo. Pero ellas no estarán esperando nada. Nosotros en realidad no intercambiamos regalos. No es realmente una fiesta que celebremos como una familia.



El rostro de Maite cayó y me miró con ojos tristes. No me gustaba verla triste. Me gustaba el canto fuera de tono y feliz que había estado haciendo minutos antes.



—Pero es Navidad. Le compras cosas a la gente que quieres en Navidad. No tiene que ser mucho. Sólo algo. Es divertido dar cosas.



Si quería darle a mi malvada madre y a mi hermana algo, entonces, jodidamente iría a comprarles lo que demonios ella quisiera que les comprara y se los enviaríamos con una sonrisa.



—Está bien, nena. Les encontraré algo y podemos enviarlos con las otras cosas.



Eso pareció calmarla y asintió —Oh, bueno. Está bien. —Empezó a dar la vuelta y se detuvo—. También tengo algo para Kiro. Tenemos que enviarlo por correo cuando enviemos las otras cosas a LA.



No pude evitar reír. Le había comprado algo a Kiro. Todos iban a pensar que me había vuelto loco cuando recibieran paquetes de mi parte.



—Kiro también. Lo tengo —contesté.



Lo único bueno de las compras interminables de Maite era que eso me daba tiempo para prepararle su sorpresa. Ella no paraba de decir que después de Navidad necesitábamos pensar en el cuarto del bebé. Me mantenía en acuerdo con ella. Pero también mantenía la última habitación de la izquierda, la que tenía la vista que a ella le encantaba, cerrada con llave.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:37 pm

34

Maite

El año pasado dejé a mi madre dormir bastante, porque había estado despierta hasta tarde y enferma la noche anterior. Me había levantado temprano y había hecho su desayuno favorito, waffles de fresa con crema batida y encendí las luces del árbol. Sería mi última Navidad con ella y lo había sabido. Me aseguré de que todo fuera perfecto. Cuando había entrado en la sala de estar había sido recibida con fuego en la chimenea, una media llena de sus artículos derrochados favoritos, música de Navidad y yo. Ella se rió, después lloró y me abrazó mientras nos sentábamos y comíamos nuestros desayunos antes de abrir los regalos. Había querido comprarle muchas cosas, pero el dinero había estado escaso, y usando mis habilidades creativas dispersas le había hecho un álbum de Valeria y yo creciendo. Mamá había sido sepultada con él en sus manos. Ese año había hecho todo lo posible para que mi madre estuviera orgullosa de mí. Había momentos en el que su villancico favorito sonaba y tenía que reprimir el impulso de ir a acurrucarme en posición fetal y llorar. Pero ella me hizo prometerle algo el año pasado, también sabía que era su última Navidad y me pidió que le hiciera un favor; la siguiente Navidad yo celebraría lo suficiente por las dos. Había hecho mi mejor esfuerzo.


Mis ojos se abrieron antes del amanecer esta mañana y me las había arreglado para salir de la cama sin despertar a William. Necesitaba tiempo para estar sola. Para recordar. Sabía que si mi madre me pudiera ver ahora, estaría muy feliz por mí. Estaba casada con el hombre que amaba. Iba a ser madre y había perdonado a mi papá. Sostuve mi café cerca y puse mis piernas debajo de mí cuando me senté en el sofá, frente al árbol decorado de colores. Esta foto de mi vida habría sido la que mi mamá quería para mí. No me sequé las lágrimas de mi cara, porque no todas eran tristes, algunas eran felices. Algunas eran agradecidas y otras eran recuerdos.



Disfruté el silencio y miré el amanecer por la ventana. William me querría en la cama para cuando despertara. Tendría que colarme de nuevo después de que terminara mi café y me lavara los dientes. Este año quería que la Navidad fuera perfecta para él, era nuestra primera y esta era yo colocando un precedente para los años siguientes.



—Despertarte en Navidad sin tu regalo favorito en la cama apesta. —La somnolienta voz de William me sorprendió y miré hacia atrás para verlo entrar a la sala de estar. Se había puesto un par de pantalones de chándal, pero eso era todo. Su pelo estaba desordenado por dormir y sus ojos seguían entrecerrados.



—Lo siento, me iba a colar de nuevo en la cama después de ver la salida del sol —le dije, mientras se sentaba en el sofá junto a mí y me ponía a su lado.



—Me habría levantado y observado contigo si lo hubieses pedido —dijo, con la barbilla apoyada en la parte superior de mi cabeza.



Estaba casi segura que hubiera hecho cualquier cosa que le hubiese pedido, y es por eso que lo dejé dormir.



—Lo sé —le contesté.



William pasó su mano de arriba abajo por mi brazo izquierdo. —¿Necesitabas un tiempo a solas? —preguntó. La comprensión de su pregunta me dijo que no necesitaba detalles. Él lo sabía.



—Sí —le contesté.


—¿Necesitas un poco más?



—No —dije sonriéndole.



—Bien, porque no iba a desaparecer tan fácilmente.



Me reí y puse la cabeza contra su pecho. —Es una hermosa mañana.



—Sí, lo es —Estuvo de acuerdo e inclinó su cabeza hacia abajo, a mi oído—. ¿Puedo darte uno de tus regalos ahora? —preguntó.



—¿Requiere que estemos desnudos? —pregunté en broma.


—Eh, no… pero si deseas desnudarte, nena, siempre estoy a favor de eso —respondió.


Sorprendida, me di la vuelta en sus brazos y lo miré. —¿Quieres decir que quieres abrir los regalos ahora? —pregunté.


Pensé que íbamos a hacer el amor primero.



—No abrirlos, exactamente. Tengo que mostrártelo —dijo, poniéndose de pie y tirando de mí con él.



Esto no era lo que yo esperaba. Asentí y dejé que me llevara de vuelta a través de la casa y de la escalera. Tal vez sí nos íbamos arriba a tener sexo, después de todo.



William se detuvo en la habitación que una vez había elegido como mía. No había estado ahí desde que se la había mostrado a Harlow antes de la boda. La puerta estaba cerrada y William dio un paso atrás y me hizo señas para que la abriera. Estaba realmente confundida ahora.


Di un paso adelante para girar la cerradura y dejar que la puerta se abriera lentamente. Lo primero que vi fue una cuna de madera de cerezo colocada en el medio de la habitación y un móvil elaborado con animales marinos exóticos colgados de él.



William metió la mano y prendió el interruptor. En lugar de la luz que venía del techo, el móvil se iluminó y comenzó a tocar. Pero no era una canción de cuna, era la canción que William había cantado para mí el día de nuestra boda. El móvil entero iluminaba el camino hacia el techo. Todo lo que pude hacer fue cubrir mi boca en total asombro y shock, mientras entraba más en la habitación. Luces giraban a través de las paredes mientras el móvil giraba lentamente tocando nuestra canción.



Una mecedora estaba colocada en la esquina con una manta hecha a mano encima. Una mesa para cambiar pañales, un armario y hasta una pequeña cama de día adornaban la habitación. La pintura azul suave en las paredes era perfecta, considerando que una pared era casi ventanas que daban al cielo ahora azul, y al océano.



Finalmente encontré mi voz, pero lo único que salió fue un sollozo antes de que me arrojara en los brazos de William y llorara. Esto era perfecto, y él lo había hecho. Él había elegido la habitación perfecta para nuestro hijo.



—Realmente espero que esas sean lágrimas de felicidad, porque voy a ser honesto. Estaba preocupado de que estuvieras enojada. Bethy mencionó que posiblemente querías hacerlo tú misma y no había pensado en eso —dijo en un susurro bajo.



Bethy no sabía nada. Quizás a Bethy le gustaría hacer esto sola pero sabiendo que William se había tomado todo el tiempo y pensado en el cuarto del niño, hizo que mi corazón se hinchara hasta que pensé que iba a estallar.



—Esto es perfecto. Es precioso… oh, William, a él le va a encantar. A mí me encanta —le aseguré, y después agarré su cabeza y la tiré hacia a mí para poder besarlo. Una fabulosa habitación de niños digna de revista hace que una mujer embarazada se caliente. ¿Quién iba a saberlo?



Tres meses después…



Yo era una chica del sur. Eso era evidente. Aunque me había encantado nuestro tiempo en Nueva York, estaba contenta de estar de vuelta en casa, donde podía encontrar té helado dulce cuando quería. William también había extrañado Rosemary. Podía decirlo. Desempacamos, luego llevamos toda la ropa y los juguetes que habíamos comprado para el bebé, que todavía no habíamos nombrado, y los pusimos en su cuarto. Había sido divertido colgar su ropa en el armario, doblar las mantas y alinear todos sus zapatitos. Nos habíamos ido un poco por la borda con la compra de ropa.



Grant había pasado para llevarse a William a un tiempo de chicos en el golf poco después de nuestra llegada, así que decidí ir a hacer algunas visitas. No había nada para comer aquí y me estaba muriendo de hambre. Ir a ver si Jimmy estaba en el club trabajando y conseguir algo de comer mataría dos pájaros de un tiro.



Cogí las llaves y salí en busca de mi coche... o camioneta... o lo que fuera. No la había conducido todavía. William la había tenido allí estacionada, esperando por mí, cuando llegamos a casa.



Todo lo que sabía era que la idea era un Mercedes Benz como vehículo utilitario. Yo estaba contenta de que no me había conseguido una minivan. Al parecer, este es uno de los coches más seguros en la carretera. Él me dio un argumento de venta muy largo sobre él y luego me dijo que si no me gustaba podía regresarlo y conseguir lo que quería.


Era un Mercedes, por amor de Dios. No iba a meter mi nariz en eso. Por supuesto que estaba contenta con él. Sólo tenía que encontrar la manera de conducirlo. Bajé la mirada hacia la llave que me había dejado. Había indicaciones que me dio. Se suponía que sólo debía apegarme a esta cosa que sin duda NO era una llave y llevarla en el bolso conmigo. Cuando tocara el pomo de la puerta se desbloquearía automáticamente, siempre y cuando la llave estuviera en mi cuerpo.



Luego tendría que poner mi pie en el freno y presionar el botón "prender" para girar el volante del coche. Todo lo demás debería ser bastante fácil. Sí, claro. Hice lo que me dijo y me metí en el coche, lo que no es fácil cuando tu estómago es enorme. Después de empujarme, me las arreglé para poner en marcha el auto sin la llave que era tan extraña. Ni siquiera traté de tocar las cosas del tablero. Se veía como algo de un avión. No entendía nada de eso. Abrí mi bolso, saqué mi pistola y luego la deslicé debajo de mi asiento. No había estado llevándola conmigo ya que siempre estaba con William. Pero ahora que tenía mi propio coche nuevo y que saldría sola, y luego con mi bebé, quería saber que había una cierta protección escondida en algún lugar. Una vez que el bebé fuera más grande, iba a tener que encontrar otro lugar para guardarla. No quería que estuviera en ninguna parte donde pudiera tocarla. Eso era algo que tenía que hablar con William.



Llegar al club era bastante fácil. El coche se apagó con sólo pulsar un botón y cerré las puertas con la cosa a la que William llamaba llave, luego me dirigí hacia el interior.



Justo cuando llegaba al comedor, Jimmy salió de la cocina y sus ojos se encontraron con los míos. Una lenta sonrisa se dibujó en su rostro.



—Mírate, ardiente mamá. Puedes hacer que un vientre embarazado del tamaño de una pelota de playa se vea sexy. Ve a la cocina y espérame. Ya vuelvo —dijo Jimmy, con un gesto de la cabeza. Sólo llevaba dos vasos de agua por lo que iba a ser rápido.



Abrí la puerta de la cocina y entré. Varios de los cocineros me saludaron y yo se les devolví con un movimiento de mano tratando de recordar tantos nombres como podía.


—Por favor, dime que estás de vuelta en Rosemary para bien. No más correr por todo el mundo. Te he echado de menos —gimió Jimmy, tirando de mí en un abrazo.


—No hay planes para ir a cualquier parte en el futuro cercano —aseguré.



—Dios, Maite, tu estómago es enorme. ¿Cuándo viene el bebé? —Preguntó Jimmy y empezó a frotar mi barriga—. No puedes quedarte ahí para siempre, pequeñito. Es hora de que salgas. Tú mamá no es tan grande, no podrá soportar mucho más.



La puerta de la cocina se abrió y levanté mis ojos para ver una nueva cara. Ella tenía el pelo castaño oscuro y una excelente estructura ósea. Estaba observando a Jimmy hablar con mi estómago con una curiosa sonrisa.



—Hola —dije, y sus ojos se movieron de mi estómago para mirarme a los ojos. Tenía hermosos ojos, también. ¿Dónde la había encontrado Woods y, la había contratado por su belleza? Porque conociendo a Woods, él se habría dado cuenta.


—Hola —respondió ella con un acento sureño grueso que me sorprendió. La chica no era de Rosemery.



Jimmy se puso de pie y le sonrió a la chica. A él le agradaba. Eso era una buena señal.



—Me alegro de que hayas vuelto, chica. Ayer fue una mier*da sin ti — le dijo él y luego me miró—. Della, ella es Maite. Es mi mejor amiga, que salió corriendo y me dejó por otro hombre. Uno por el que no puedo culparla, porque es un caliente pedazo de cu*lo.Maite, ella es Della. Puede ser o no el cuchi-cuchi del jefe.



No pude esconder la sonrisa de mi cara. Sí, Woods se había fijado en ella.



—¡Jimmy! —dije, cuando su cara se puso roja como un tomate y me di cuenta de que también le había reclamado. Me gustaba esta chica. Puede que acabara de encontrar material nuevo para una amiga.


—¿Woods, verdad? ¿Ese jefe? —pregunté sonriendo, porque sabía que no había manera de que ella estuviera metiéndose con el papá de Woods.



—Por supuesto, Woods. La muchacha tiene buen gusto. Ella no va hacer cuchi-cuchi con el anciano —respondió Jimmy rodando sus ojos.



—¿Podrías dejar de decir cuchi-cuchi? —preguntó ella, todavía ruborizada.



Necesitaba aliviar su vergüenza porque Jimmy sólo estaba empeorando las cosas.



—Jimmy no debería haberme dicho eso, pero ya que lo hizo, puedo decirte, Woods es un gran tipo. Si estás de hecho... em... haciendo el "cuchi-cuchi" con él, entonces escogiste a uno bueno.



—Gracias —dijo, reprimiendo una sonrisa. Realmente esperaba que Woods tuviera sentimientos por ella. Tenía la sensación de que Bethy también la amaría.



—Si no tengo a este bebé esta semana tal vez podamos juntarnos a almorzar —sugerí. Llamaría a Bethy para que viniera también. Ella bajó la mirada hacia mi estómago y me di cuenta de que pensaba que era muy poco probable que fuera a salir por la puerta sin tener a este bebé, y mucho menos hasta la próxima semana.



Probablemente tenía razón.



—Está bien. Eso suena bien —contestó.



No podía esperar para contarle a William. Tal vez deberíamos invitarla a ella y a Woods a cenar una noche. Eso sería divertido.



—Della Sloane. —Un gruñido enojado interrumpió mis pensamientos y retiré mi mirada de ella para el oficial de policía de pie en la puerta.



—Sí, señor —respondió. Vi como su cara se ponía blanca y miré a mí alrededor para detectar cualquier signo de Woods. ¿Dónde estaba cuando lo necesitaba? Siempre había interrumpido en el momento equivocado cuando yo trabajaba aquí. Ahora sería un buen momento para que interrumpiera.



—Tiene que venir conmigo, señorita Sloane —dijo el oficial mientras sostenía abierta la puerta esperando a que Della saliera—. Señorita Sloane, si no viene voluntariamente voy a tener que ir en contra de los deseos del señor Kerrington y arrestarla en los terrenos del club.



¿Qué acaba de decir? ¿Arresto? ¿Señor Kerrington? Woods no haría esto. Si lo hubiera hecho, habría al menos aparecido y sido parte de ello. Además, yo era una buena lectora de gente y Jimmy igual. A ambos nos agradaba Della. Algo estaba mal.



—¿Por qué la va a arrestar? Seguro como el infierno que no creo que Woods sepa de esto —demandó Jimmy mientras permanecía de pie frente a Della, como para protegerla. Lo amé aún más por eso. Ella parecía que estaba a punto de desmayarse.



—El señor Kerrington lo sabe. Él es quien me envió aquí para escoltar a una Della Sloane fuera del edificio y luego detenerla una vez que la tuviera en el estacionamiento. Sin embargo, si ella no viene de buena gana, tendré que arrestarla y a todo aquel que se interponga en mi camino.


Woods no lo sabía. Yo no le creía. Algo estaba mal.



—Está bien, Jimmy —dijo Della, y caminó alrededor de él. Observé impotente mientras se dirigía hacia la puerta.



—Tienes que encontrar a Woods —dijo Jimmy, mirando hacia atrás, a mí—. No creo eso. Creo que hay más en esto y que todos los dedos apuntan al anciano.



Asentí con la cabeza. Estaba de acuerdo. —No tengo el número de Woods en mi teléfono. A William le molestaba, así que lo saqué —admití, mirando a Jimmy tímidamente.



Jimmy sacudió la cabeza y luego sonrió, tomó mi teléfono de las manos y marcó el número de Woods.



—Llámalo. Si no responde, ve a buscarlo. No puedo ayudar. Estoy solo en este turno, y tengo que poner mi cu*lo en marcha.



Asentí con la cabeza y me dirigí hacia la puerta para ver cómo Della era puesta en el coche de policía con mucha más fuerza de la necesaria.



El teléfono de Woods fue directamente al correo de voz. Lo intenté de nuevo, pero pasó lo mismo otra vez. Corriendo por el pasillo, o más bien como trotando rápidamente, fui a su oficina y llamé, pero nada. Traté de abrirla, pero estaba cerrada firmemente. Mier*da.


Corrí fuera mientras marcaba el teléfono de William. Él sabría qué hacer y Woods podría muy probablemente estar con él. Mientras mi pie golpeaba el camino de piedra, sentí un calambre seguido de un chorro de agua entre mis piernas. Me quedé helada.



Acababa de romper aguas.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:39 pm

35

William

—Te ves bien para ser un hombre casado —bromeó Grant mientras yo regresaba al carrito para buscar mi palo.



—Por supuesto que sí. Estoy casado con Maite. Soy el bastardo más afortunado del planeta —contesté, sin caer en su trampa. Quería hacerme enojar porque Grant pensaba que enfadarme era gracioso.


—Maite es caliente. Incluso embarazada de nueve meses —dijo arrastrando las palabras, echándose hacia atrás y apoyando sus piernas sobre el tablero del carrito.



—Si quieres que tu jodida nariz fracturada entonces sigue así, hermano — gruñí, mirándolo de mala gana.



Comenzó a reír y supe que había conseguido lo que quería. Rodé los ojos. Mi teléfono comenzó a vibrar y sonar en mi bolsillo. Ese era el timbre de Maite. Dejé caer mi palo y metí la mano en el bolsillo para sacar el celular. Ella no me llamaba al azar. Si lo estaba haciendo, entonces me necesitaba. Empecé a caminar hacia el carrito esperando a que respondiera.



—Hola —dije al momento en que lo hizo. Respiró hondo, entonces puse el carrito en reversa y conduje a toda velocidad hacia la casa club.



—Rompí aguas —dijo tratando de parecer tranquila.



—Estoy en camino. Quédate justo ahí. No te muevas. No conduzcas. Sólo espérame.



—Estoy en el estacionamiento del club. Iba a buscarte cuando sucedió — contestó.



—Estoy casi ahí, nena, aguanta. Menos de un minuto, te lo juro —le aseguré.


Emitió un gruñido y luego tomó unas cuantas respiraciones profundas. —Bien —respondió y colgó.



—Mier*da —gruñí y pedí a Dios que el estú*pido carrito fuera más rápido.


—Supongo que está de parto —respondió Grant desde el asiento a mi lado.



—Sí —espeté. No quería hablar. Sólo tenía que llegar a ella rápidamente.



—Supongo que eso significa que no te importa que acabas de dejar tu palo allí —respondió Grant.



—Joder, no, no me importa el maldito palo.



Grant cruzó los brazos sobre su pecho. —Está bien, sólo comprobaba.



—Necesito que tomes mi teléfono. Busca el número de Abe y llámalo.



Grant agarró el teléfono e hizo lo que le pedí mientras dejaba el carro en el parque y echaba a correr por el césped hacia el estacionamiento.



Maite estaba de pie al lado del Mercedes que le había comprado, con una mano en el coche y la otra en su estómago. Se veía más relajada de lo que imaginé.



—Eso fue rápido. —Sonrió cuando sus ojos se encontraron con los míos.



—¿Estás bien? —pregunté, envolviendo mi brazo alrededor de ella y llevándola al lado del pasajero.



—Estoy bien ahora. Los calambres se han aliviado. Pero William, no debería entrar a este auto. Es completamente nuevo y tengo... bueno... estoy mojada —dijo, tropezando con sus palabras.



—Me importa una Oops! este auto. Entra. Voy a llevarte al hospital.



Me dejó ayudarla a entrar al auto, aunque pude ver la reticencia en su rostro. No quería arruinar su auto nuevo. Le di un beso en la frente.



—Te juro que voy a tenerlo completamente arreglado antes de que salgas del hospital —le aseguré antes de cerrar la puerta.



Corrí alrededor de la parte delantera del auto y Grant estaba parado allí con una expresión nerviosa.



—¿Está bien?


—Está de parto —indiqué lo obvio y abrí la puerta del conductor.


—Llamé a Abe. ¿Qué más puedo hacer?


—Llama a Dean. Querrá saber —le dije antes de cerrar la puerta del auto.



No me dejé considerar el hecho de que no iba a llamar a mi mamá o hermana. No tenía sentido. No podía confiar en ellas con Maite.


—¿Crees que tal vez debería llamar a tu mamá? ¿O crees que preferiría no saber?



La miré de reojo mientras salía a la calle y corría a Destin, donde estaba el hospital más cercano.



—No quiero que sean parte de esto. No se lo merecen — contesté, y luego me incliné y apreté la mano de Maite—. Ahora ésta es nuestra familia. Mía y tuya. Nosotros decidimos a quién dejamos entrar en ella.



Maite asintió y apoyó la cabeza en el reposacabezas. Me di cuenta que estaba un poco dolorida por cómo apretujaba el rostro a pesar de que estaba manteniéndose en silencio al respecto.



—¿Cómo puedo ayudar? —pregunté, ansioso por hacer algo para que esto se detuviera.


—Conduce —respondió con una sonrisa forzada.



Me apretó la mano y dejó escapar un profundo suspiro de alivio. —Esa se ha acabado. No son muy largas o seguidas, así que estamos bien de tiempo. — Sonaba sin aliento.


Apretó mi mano de nuevo. —¡William!



Casi me salí de la carretera. —¿Qué, nena? ¿Estás bien? —Mi corazón golpeaba contra mi pecho.



—Me olvidé de Della. Tienes que llamar a Woods. Necesita saber que llegaron unos policías y se la llevaron.



¿Quién diablos era Della? ¿Estaba alucinando?



—Cariño, no conozco a Della —contesté con cuidado en caso de que esta cosa de alucinación pudiera enloquecerla. No había leído acerca de esto en ninguno de los libros que ella había mantenido junto a la cama.



—Della es con quien está saliendo Woods. Jimmy piensa que están haciendo el “cuchi cuchi”. Ella era muy dulce y me agradó. Se veía tan asustada. Woods tiene que ayudarla.



Ella había ido al club para visitar a Jimmy. Es por eso que estaba allí. No porque había estado de parto. Esto tenía sentido ahora.



—Grant tiene mi teléfono. ¿Dónde está el tuyo? —Si esto no significara mucho para ella, no estaría preocupado sobre la vida amorosa de Woods y su supuesta novia siendo arrestada por los policías. Debido a que esa mier*da no sonaba prometedora y no quería a Maite cerca de alguien peligrosa. Pero ella no necesitaba más estrés, así que haría todo lo posible para que se sintiera mejor.



No contesta su teléfono. Va directamente al correo de voz. ¿A quién más podemos llamar? —preguntó.



Alcancé el teléfono y marqué el número de Grant. —Llamé a Dean y está tomando el siguiente vuelo —fue lo que dijo al responder.



—Gracias. Escucha, Woods no contesta su teléfono. Llama a su padre. Dile que Della… —Hice una pausa y miré a Maite quien asintió ya que había recordado bien el nombre—. Que Della fue detenida y necesita ayuda.



—¡MIER*DA! ¿Cuándo fue arrestada Della? ¿Qué demonios pasó? —rugió Grant en mi oído. Supongo que él sabía quién era Della.



—No lo sé. Mi esposa está de parto. Sólo llama a su papá. Él lo puede encontrar. Me tengo que ir.


—Le diré —respondió Grant, y colgué.



—El papá de Woods sabrá cómo encontrarlo —le aseguré a Maite. Ella estaba frunciendo el ceño.


—No estoy segura de ello, pero tal vez entendí mal. —Dejó de hablar y apretó mi mano de nuevo. Otra contracción.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:41 pm

36

Maite

Le tenía miedo a la agujas. Había decidido meses atrás que no me iban a clavar una gran aguja en mi espalda. En este momento, estaba pensando que podría haber sido una mala decisión. Porque sentía como si mis entrañas estuvieran siendo desgarradas.



No ayudaba el hecho de que cada vez que necesitaba gritar, William enloquecía completamente. Necesitaba calmarse como la mier*da. Tenía que gritar para lidiar con esto. Nunca más me quejaría por el dolor menstrual. Esos eran una caminata en el parque comparado con esto.



Otra ola me golpeó y agarré con mi puño las sábanas y dejé salir otro grito de dolor. La última vez que la enfermera me comprobó, tenía siete centímetros de dilatación. Necesitaba llegar a diez, maldición.



—¿Necesito llamar a la enfermera? ¿Puedo conseguirte un poco de hielo? ¿Quieres apretar mi mano? —William seguía haciéndome preguntas. Sabía que sus intenciones eran buenas, pero por el momento no me importaba. Me levanté, tomé su camiseta y bajé su cara hacia la mía.



—Alégrate de que no tengo mi arma porque ahora mismo estoy pensando en las diferentes maneras en que puedo conseguir que te calles. Déjame gritar y retrocede —le espeté y agarré mi estómago mientras otra contracción llegaba.



—Hora de comprobarte de nuevo —dijo la alegre enfermera con el cabello rojo brillante recogido en coletas mientras rebotaba en la habitación. Ella también necesitaba alegrarse de que no tuviera mi arma. Porque sería la siguiente en mi lista.



Cerré mis ojos, esperando no tener una contracción mientras ella estaba allá abajo porque podría patearla en la cara.



—¡Oh! Ya estamos en diez y listos para rodar. Déjame llamar al doctor. No pujes —me dijo una vez más. Me habían dicho que no pujara durante la última hora. Todo lo que mi cuerpo quería hacer era pujar. El doctor necesitaba apurar su cu*lo.



William estaba anormalmente callado. Levanté la mirada hacia él y, en este momento, su rostro me recordó al de un niño pequeño. Lucía asustado y nervioso. Me sentí mal por gritarle pero el sentimiento no duró mucho cuando otra contracción me golpeó y esta vez fue peor. No me había dado cuenta que podía ser peor.



El médico calvo entró y me sonrió como si esto fuera algo bueno. —Es hora de sacar a ese pequeño niño de allí y traerlo al mundo. —Sonaba tan alegre como mi enfermera. Bastardo.


—Puedes o venir aquí y observar, siempre y cuando no estés mareado, o puedes permanecer ahí mientras ella puja —dijo el doctor a William.



William dio un paso hacia la cabecera, se agachó y puso mi mano en la suya. — Me quedaré con ella —dijo y le dio un suave apretón a mi mano.



El estímulo hizo que me dieran ganas de llorar. Había trabajado tan duro en hacer que las cosas fueran más fáciles para mí, y lo había amenazado con dispararle. Era una esposa horrible. Sollocé y él instantáneamente estaba a mi lado.



—No llores. Está bien. Puedes hacer esto —dijo, luciendo decidido y listo para entrar en batalla.


—Fui mala. Lo siento —dije conmovida.



Él sonrió y besó mi cabeza. —Estás pasando por un increíble dolor y si golpearme te hace sentir mejor, dejaría que lo hagas.


Quería besarlo pero entonces otra contracción llegó.



—¡Puja! —ordenó el doctor e hice lo que me dijeron.



***


Varias maldiciones y empujes después oí el sonido más hermoso en el mundo. Un llanto. El llanto de mi bebé.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:42 pm

37

William

Él era perfecto. Conté los diez dedos de sus pies y manos, mientras que Maite besaba cada uno. También era tan condenadamente pequeño. No me había dado cuenta de lo pequeños que eran los bebés.



—Tenemos que decidir el nombre ahora —dijo Maite, mirándome después de que finalmente se las arregló para sostener a nuestro hijo con cuidado.



Habíamos lanzado varias ideas en torno a los últimos tres meses, pero nada había parecido bien. Maite había dicho que era difícil nombrar a alguien que nunca habías visto por lo que accedimos a esperar hasta que él naciera para nombrarlo.



—Lo sé. Ahora que lo vimos, tenemos que darle un nombre. ¿En qué piensas? —pregunté, rezándole a Dios que ella no sugiriera Abraham Dean otra vez. Amaba a mi padre, pero no iba a nombrar a mi hijo como él.



—Creo que luce como Colton —dijo, sonriéndole. Yo no era un fan de ese nombre.



—¿Aún estas en contra de River? —Pregunté.



Sonrió. —Quiero poner William en su nombre, pero si lo nombramos River, no podremos hacerlo. River William o William River suena tonto.



Me había olvidado que estaba tratando de usar mi nombre también. No iba a discutir con ella. Me gustaba la idea de que mi hijo tuviera mi nombre. —¿Qué hay de Cash? ¡Cash William! —bromeé y ella se mordió el labio para no reírse y asustarlo.



—¿Qué tal Nathan? ¿Podríamos llamarlo Nate? —preguntó. Él dejó de ma*mar y la miró como si lo hubiese llamado por su nombre. Supongo que habíamos tomado a una decisión..



—Nathan William Finlay suena bien —concordé.



Ella sonrió hacia mí con alegría y bajó la cabeza para darle un beso en la nariz al bebé.—Hola, Nate. Bienvenido al mundo.



Quería abrazarlo, pero parecía que había decidido ir a dormir en vez de socializar.Maite lo levantó y lo puso sobre su hombro y le palmeó la espalda suavemente. Me quedé allí y observé con asombro. Esto era mío. Mi familia. Y eran perfectos.



Cuando Maite estuvo satisfecha con su intento de que eructara, lo envolvió apretadamente en su manta y me miró.



—Es tu turno, papi. Necesito descansar. Mis ojos se sienten pesados.



Estiré las manos y tomé a mi hijo de los brazos de su madre. Lo sostuve firmemente apoyado sobre mi pecho y aspiré su dulce olor a bebé.



—Ven, pequeño. Vamos a ponernos cómodos allí y ver si podemos encontrar algo de baloncesto para ver en la televisión.



***



Nate durmió contento en mis brazos y Maite se había dormido muy rápidamente después de que me lo entregara. Podría quedarme en esta habitación con ellos dos así para siempre. El solo hecho de que estuvieran cerca de mí y sabiendo que estaban seguros hacia todo perfecto.



Un suave golpe en la puerta interrumpió mis pensamientos. Me volví hacia ella para verla abierta, y entraron varios globos azules antes de ver la cabeza de Bethy detrás de ellos. Se había quedado el mayor tiempo que pudo.



—Está bien, papá, me doy cuenta de que lo estás pasando genial, pero tienes que compartir. Ambos abuelos están en la sala de espera aguardando pacientemente —susurró después de ver a Maite dormir.



—No quiero molestar a Maite. Está exhausta. Llevare al bebé al ventanal en el cuarto de enfermeras. Haz que todos nos vean allí.



Bethy miró al bebé con nostalgia. Sabía que quería abrazarlo, pero todavía no estaba listo. No estaba tan seguro de que no lo dejaría caer. No estaba tan seguro de poder confiar en nadie para sostenerlo. Acurrucándolo más cerca de mí me pregunté cómo diablos se suponía que debía dejar que la gente viniera a mi casa y sostuviera a mi hijo.



—La enfermera me dijo que lo llamaron Nathan William. Me gusta —dijo.



—Le vamos a decir Nate.



Asintió y luego se dirigió de nuevo a decirle a todo el mundo dónde ir. No me importaba mostrarles a Nate a través de la seguridad de una ventana, pero no iba a dejar que todos respiraran sobre él y lo tocaran. Demasiados gérmenes. Era demasiado pequeño para esa mier*da. Él necesitaba un poco más de carne antes de que tuviera que hacer frente a los microbios.



Entré en el cuarto de niños y nos registramos con una enfermera. Le expliqué que estaba allí para mostrar al bebé a sus familiares a través del cristal. Cuando se dio la vuelta y vio a Dean de pie en la ventana quedó boquiabierta.



—Oh, Dios mío. ¿El bebé Finlay es familiar de Dean Finlay? Dean Finlay de Slacker Demon?


Asentí. —Sí. Es su nieto y realmente necesito mostrarle a Nate a su abuelo.



Ella se apresuró a hacer un camino para mí y me siguió hasta la ventana para mirar boquiabierta a mi padre. Dean, sin embargo, se centró por completo en Nate. Levantó el pulgar y me guiñó un ojo. Abe tenía lágrimas en los ojos y asintió.



Grant estaba justo allí al lado de mi padre sonriéndole a Nate. Bethy estaba efusiva acerca de mi niño y Jace estaba asintiendo en acuerdo. Jimmy se abrió paso entre la multitud para conseguir una mirada de él y puso su mano en su cadera y sonrió a Nate. Entonces me miró y me dio el visto bueno como aprobación. Esta era nuestra gran familia. Puede que no tuviéramos hermanos o madres aquí con nosotros, pero había gente que nos amaba y que amaría a Nate.



—¿Crees que podría conseguir un autógrafo de Dean? —preguntó la enfermera a mi lado.



—Ve ahí y pregúntale. Lo estás atrapando en un muy buen estado de ánimo —dije antes de girar y llevar a Nate de vuelta con su mamá.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:44 pm

38

Maite

Necesitaba salir de la casa. William no quería llevar a Nate a ningún lugar y como yo era su fuente de alimento, entonces no podíamos estar tanto tiempo separados. Todavía se negaba a tomar del biberón. Había tratado de bombear la leche y alimentarlo, pero no estaba funcionando. Él sólo me quería a mí. Lo que era dulce, pero su padre era tan sobreprotector que se enojaba si la gente se acercaba y quería sostenerlo.



Estaba preocupada de que en el momento en el que mis seis semanas se terminaran y estuviera bien que tuviéramos sexo otra vez, él no fuera capaz de soportarlo. Tenía que hacer algo para llegar al límite o iba a explotar. La primera semana fue fácil quedarse en casa. Estaba cansada y Nate no dormía mucho por la noche, así que no era físicamente capaz de salir durante el día. Me había sentido mal por no ir al funeral del señor Kerrington. Woods era mi amigo y yo odiaba que hubiera perdió a su padre de forma tan inesperada. William me aseguró que Woods estaría bien después de que me puse a llorar cuando me enteré de la noticia. Yo no conocía al señor Kerrington, así que mi única excusa para llorar era que estaba teniendo problemas hormonales llamados melancolía de la maternidad. O al menos eso es lo que mi médico me dijo.


La necesidad incontrolable de llorar se fue el día en que fui capaz de abrochar mis vaqueros pre-bebé sin ningún problema. Había entrado al cuarto de Nate y lo había arrullado durante una hora mientras dormía, que era algo que su pediatra me había dicho que no hiciera. Lo iba a malcriar. Era tan difícil a veces.



Quería recordar estos días. Él estaría corriendo alrededor de la casa muy pronto. Cuando Nate tenía un mes puse mi pie en el suelo y le dije a William que era hora de que fuéramos a algún lugar con él. William acordó que tenía que superarlo, pasamos más de una hora juntando todos sus suministros sólo para ir a cenar al club. En el momento en que llegamos a casa estaba tan cansada que pensé que tal vez no iba a funcionar. Podríamos quedarnos en casa hasta que fuera destetado.


Entonces con ese pensamiento rápidamente me eché a llorar porque era una madre horrible. William tomó a Nate y lo puso en la cama mientras yo iba a tomar una ducha. Tenía el sueño atrasado. Tenía que dejar de amamantar a Nate en la noche al igual que su pediatra sugirió, pero había sido débil y seguía haciéndolo. Tenía que detener esto.


Salí de la ducha y me paré frente al espejo. Mis caderas eran más anchas ahora. Estaba segura de que siempre sería así. Había estado utilizando toda mi ropa de antes del embarazo pero no me veía como solía. Mi cuerpo ahora era un cuerpo madre.



—Demonios. He estado tratando de no mirarte desnuda porque estoy esforzándome para no recurrir a tomar el asunto en mis propias manos, pero joder... eres hermosa.



Oír el deseo en su voz hizo maravillas en mi autoestima. Quería sentirme atractiva de nuevo. Quería tener sexo de nuevo. Teníamos dos semanas más hasta la cita con el doctor. No estaba segura de poder durar tanto tiempo.



Me di la vuelta y caminé hacia él. El sexo podría estar fuera de los límites, pero asegurar que mi hombre fuera feliz no lo estaba. Me apoyé en la puntas de mis pies y presioné mis labios a los suyos y luego mordí su labio inferior. Estaba cansada de ser dulce y romántica. Quería ser mala.


Tiré de su camisa y besé su pecho sonriendo para mis adentros mientras su respiración se detenía y tomaba un mechón de mi cabello. Le desabroché los vaqueros y los empujé hacia abajo, alrededor de sus tobillos, junto con sus bóxers. Su erección se levantó con orgullo y mi boca se hizo agua. Él era tan hermoso. Incluso esta parte de él lo era. Pasando una mano alrededor de la base de su pene, me deslicé la punta en la boca y presioné hasta que la cabeza golpeó la parte posterior de mi garganta.


—Santa jodida mier*da, Maite —gimió, cayendo contra el marco por apoyo.



Enterró sus dos manos en mi pelo y me mantuvo allí. Me aparté dejando su polla libre de mi boca con un sonido pop y luego tenté su cabeza con la lengua. Sus maldiciones y gemidos sólo me excitaron más.



—Chúpalo, Dios, por favor, nena, chúpalo profundamente otra vez — suplicó, empujando mi cabeza hacia abajo sobre él hasta que la punta una vez más se deslizó en mi garganta. Me atraganté y disfruté del gemido de placer que salió de William. Estaba disfrutando escuchándome engullirlo. Me estaba excitando a mí misma.



Dejé caer mi mano para deslizarla entre mis piernas y dejar controlar a William cuánto de su polla entraba en mi boca con su agarre en mi cabello.



—Joder, ¿te estás tocando a ti misma? —preguntó, jadeando mientras se retiraba de mi boca.



Saqué la lengua y la dejé deslizarse por su cabeza antes de asentir. Entonces abrí la boca y lo miré fijamente mientras la dirigía de nuevo adentro.



—Yo quiero jugar con ese co*ño —gruñó William—. No te corras.



Estaba muy cerca de venirme, así que no estaba segura de que pudiera prometer eso. Él comenzó a moverse dentro y fuera de mi boca más rápido. Su respiración se aceleró y su maldecir empeoró. Estaba a punto de explotar.



—Necesito correrme —dijo, tirando de mi boca. Me agarré de la parte posterior de sus muslos y lo mantuve allí dentro—.Maite, nena, voy a venirme jodidamente en tu boca si no me dejas ir.



Aspiré con fuerza sobre él y lo bombeé dentro y fuera de mi boca. Lo sentí apretarse en contra de mi lengua y sus dos manos agarraron la parte posterior de mi cabeza. Oí el rugido construyéndose dentro de él justo antes de que la primera ráfaga caliente golpeara la parte trasera de mi garganta.



—Mier*da, nena. Chúpalo, tómalo... sí, tómalo... dios eso es increíble — cantaba mientras su cuerpo se contraía bajo mis manos y mi boca. Mis muslos estaban empapados de mi excitación. Empecé a deslizar una mano por allí cuando William sacó su pene, me recogió y me llevó a la cama, tirándome hacia abajo. Sabía que no se suponía que tuviéramos sexo todavía, pero ahora mismo no me importaba. Me sentía curada allí abajo. Nada se sentía diferente.



William empujó mis piernas y luego su cabeza bajó, su lengua salió a lamer la humedad en el interior de mis muslos. Yo temblaba mientras se acercaba a mi calor.


—Voy a comerme este dulce co*ño hasta que estés pidiendo que me detenga —amenazó justo antes de deslizar la lengua entre mis pliegues y luego movió su piercing por encima de mi clítoris. Me encantaba la forma en que lo hacía. Había pasado un tiempo. Agarré su cabello y lo sostuve sobre mi clítoris. Él se rió y la vibración me hizo gritar de placer.


—Mi codiciosa niña —murmuró presionando besos cerca de mi entrada, antes de deslizar su lengua dentro de mí y frotar mi clítoris con la yema de su pulgar. Mi primer orgasmo me golpeó duro y tiré de su cabello, lo que hizo que gruñera hambriento y siguiera lamiéndome.



—Quiero más —susurró, sonriéndome con malicia. Mis piernas se sentían como fideos mientras las dejaba caer abiertas—. Así es. Abre —me elogió. Dios, haría cualquier cosa que este hombre quisiera.



En mi estado relajado y satisfecho, su pulgar se deslizó dentro y fuera de mí. Luego lo dejó correr hacia atrás hasta que encontró otro agujero. Uno que no estaba segura de querer que tocara.


—No te tenses. No voy a hacerte daño. Sólo quiero hacerte sentir bien — prometió. Me relajé, confiando en él mientras deslizaba la punta de su dedo en mi interior, mientras que se burlaba de mi clítoris con la lengua. Me sorprendí a mí misma empujando hacia el pulgar tratando de tenerlo más profundo y William gimió en señal de aprobación mientras seguía trabajando con el pulgar dentro y fuera de mi cu*lo mientras me hacia el amor con la lengua.


Hubo un nuevo tipo de orgasmo construyéndose. No lo entendía, pero era más fuerte. Lo quería.



—William, necesito… —rogué, no estaba segura de lo que necesitaba.



Deslizó el pulgar de nuevo en mi calor húmedo, luego lo llevó hacia atrás para meterlo en el agujero apretado que me estaba volviendo loca.



—Sé lo que necesitas, dulce Maite, y te lo voy a dar —dijo antes que lamer mi clítoris, volviendo al pequeño agujero con el que estaba tan decidido a jugar. Su lengua lo rodeó antes de volver a mi clítoris y tirando de él en su boca mientras deslizaba el pulgar dentro de mí.



Exploté. Fuegos artificiales aparecieron en mi interior y grité el nombre de William una y otra vez mientras mi cuerpo convulsionaba debido al placer puro que corría a través de mí. Nunca había sentido nada igual. No había palabras para describirlo. Cuando por fin regresé a la Tierra y logré abrir los ojos, William se estaba arrastrando encima de mi cuerpo, acostándose a mi lado, y apretándome contra él.


—Necesito follarte, Maite. Lo necesito tan condenadamente mal —susurró.


Lo quería dentro de mí. No estaba segura de sí lo quería dentro de mí... ahí atrás. Su pulgar era mucho más pequeño que su polla.


—Quiero entrar en tu co*ño, nena. Deja de preocuparte por lo otro. Eso fue sólo para ti. Sabía que te ibas a sentir bien —me aseguró, y luego nos arropó a ambos con la colcha y rápidamente me quedé dormida contra su cuerpo caliente.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:46 pm

39

William

Me incliné y apagué el monitor en cuanto escuché a Nate empezar a moverse. Esta noche Maite iba a dormir aunque tuviera que pasarme toda la noche paseando por la casa con el pequeñín para distraerlo de comer.



Bajé de la cama y me puse los boxers y una camiseta y me apresuré escaleras abajo antes de que empezara a llorar. Incluso con el monitor apagado, Maite sería capaz de escucharlo. Esperaba haberla agotado lo suficiente como para que durmiera a pesar del ruido.


Encendí el móvil de la cuna cuando entré en el cuarto y dejó de quejarse. Le gustaba escucharme cantar. Maite decía que siempre paraba de chupar cuando me oía hablar y se quedaba inmóvil escuchando. Me gustaba eso.



Mientras caminaba hacia la cuna, sus pequeños ojos se mantuvieron fijos en mí, e incluso aunque todavía no sonreía exactamente, podía ver en sus ojos que estaba emocionado por algo. Normalmente los pechos de Maite lo excitaban, pero a mí también, así que no podía culparlo por eso.



—Oye, amiguito, ¿cuándo vas a entender que cuando está oscuro afuera se supone que tienes que dormir? —le pregunté, inclinándome sobre la cuna para cogerlo.


Se removió en mis brazos y luego movió la cabeza para ver mi cara. —Estás atrapado conmigo esta noche. Mami necesita dormir, incluso si tú no lo haces. La estás agotando.



Dejé las luces del móvil encendidas y me fui a sentar con él en la mecedora.



—Vamos a observar la luz de la luna sobre el agua y las rocas hasta que decidas que es hora de dormir de nuevo.



Nate apoyó su cabeza en mi pecho cuando lo coloqué en mi regazo, y nos mecí. Me pregunté qué pensaba su pequeña mente sobre la vista. ¿Quería salir allá fuera y tocar la arena o sentir el agua? No podía esperar a que pudiera hablarme y decirme qué estaba pensando.


Nos mecimos por casi una hora, y seguí esperando a que empezara a quejarse esperando a Maite, pero nunca lo hizo. Bajé la mirada para ver sus pequeños párpados cerrados y su respiración lenta y tranquila. Habíamos pasado por este desvelo sin mami. Me sentí como si hubiera logrado algo. Caminé suave y lentamente a la cuna y lo acosté. Cuando estuve seguro de que iba a seguir durmiendo, me dirigí a la cama. Papi había tenido éxito.



***



La siguiente vez que Nate decidió que quería atención fue después de las siete de la mañana. Maite se sentó derecha en la cama cuando escuchó su llanto y miró el reloj.



—¡Oh, Dios mío! ¿Empieza a llorar ahora? —preguntó, luchando por salir de la cama, desnuda. Crucé los brazos por debajo de mi cabeza y observé la vista mientras ella corría a través del cuarto buscando algo que ponerse. Realmente estaba disfrutando de sus nuevas caderas. Se curvaban de una forma tan jodidamente sexy que era difícil pensar bien cuando caminaba a mi lado y se balanceaban.



—De hecho, no. Él y yo tuvimos un tiempo de acercamiento anoche. Le expliqué que necesitabas algo de descanso y estuvo bien con eso. Creo que lo entendió.



Maite dejó de buscar ropa y me miró con la boca ligeramente abierta.



—¿Te levantaste con él y lo volviste a dormir sin que yo lo alimentara? ¿Y estuvo bien con eso? —Me encogí de hombros.



—Estuvo de acuerdo con que estabas un poco gruñona y necesitabas dormir un poco más.



Una pequeña sonrisa se colgó de sus labios y puso las manos en esas caderas que tanto me gustaban.



—¿Así que piensas que estoy gruñona, eh? Anoche no parecía muy gruñona, ¿no? ¿Cuando tenía tu polla en la mitad de mi garganta?



Santa mier*da.



—Demonios mujer. Tienes que alimentar a nuestro hijo. No hables así. Voy a perder la cabeza antes de que ese médico me haya dado luz verde.


Maite rió y se inclinó para recoger el camisón que iba a ponerse anoche y que nunca llegó a tocar. Su cu*lo se elevó en el aire y tuve que contenerme a mí mismo para no abalanzarme sobre ella. El sedoso material se deslizó por su cuerpo y paró a mitad de muslo. Me lanzó una sonrisa sabedora y se giró hacia las escaleras.



—Ahora llevaré a mi yo gruñón escaleras abajo —respondió.



Observé sus caderas balancearse y el camisón abrazarse a ellas con cada paso que daba. Cuando finalmente salió de mi vista, salté de la cama y me dirigí a la ducha. Necesitaba la pu*ta ducha más fría que pudiera soportar.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:48 pm

40

Maite

Puse a Nate a dormir la siesta y decidí tomar un descanso para utilizar el vídeo de yoga que compré en iTunes. Necesitaba tonificar algunas partes en mi cuerpo post-parto. Bethy dijo que probara con yoga.



Encontrar tiempo para hacerlo era otra cosa. La última vez que Nate tomó una siesta y traté de hacer yoga, William entró en la habitación, y terminamos desnudos y en el sofá nuevamente. Nos habíamos convertido en profesionales del sexo oral. No es que William necesitara ser mejor, pero era seguro decir que yo había aprendido a dar una mama*da asesina.


El timbre sonó antes de que el vídeo comenzara, por lo que presioné pausa y fui a ver quién era. William no se encontraba en casa, por lo tanto, no podía ser Grant. Salieron juntos. Al abrir la puerta pensé, mientras mis ojos registraban a Nan, que tal vez debía comenzar a mirar por la mirilla primero. Mi ritmo cardíaco se recogió y me maldije a mí misma por dejar mi teléfono tirado en el suelo de la sala de juegos. No tenía bolsillos en los pantalones de yoga.



—¿Está William? —espetó. Mentalmente me encogí. Él no se encontraba acá y no me sentía segura dejándola entrar. Pero ¿cómo podría no dejarla entrar? Era la hermana de William.



—Se fue con Grant hace un par de horas. Algo que ver con Woods. —Estaba hablando demasiado. Eso no era asunto suyo.



—¿Vas a dejarme entrar? ¿O debería volver más tarde? —El tono de disgusto en su voz ante la idea de que tenía el poder para no dejarla entrar, ahora que era mi casa, fue obvio. No quería hacerlo, pero William desearía verla. Lo había mencionado hacía unas noches. Se preguntaba cómo estaba y me dijo que su mamá le había dicho que se encontraba fuera de la clínica y mejor.



Fui en contra de mi mejor juicio y di un paso atrás para dejarla entrar. — Pasa —dije, odiando la idea de estar a solas con ella. Mi arma se encontraba en el coche, aunque realmente no creía necesitarla. Ella no era peligrosa... al menos, eso creía.



—Entonces, ¿qué se siente ser la señora Finlay? —preguntó. Su tono indicaba que no se encontraba feliz por ello y que no era una pregunta amistosa.



—Estupendo. Amo a tu hermano —contesté.



—No puedes mentirme. No me engañas con ese aspecto inocente. Quedaste embarazada para poder engancharlo. Él no haría caso omiso de su hijo. Te diste cuenta y lo usaste. Sólo espero que el niño sea suyo. —El odio atado en sus palabras me hizo estremecer.



Tenía muchas ganas de llamar a William y traerlo a casa. No quería hablar con ella. No si esto iba a ser una conversación del tipo “ataca a Maite”.



—Lamento que te sientas así. Cuando veas a Nate sabrás que no hay duda de que también le pertenece. Es un mini-William. —Me enojé conmigo misma por haber tomado su cebo y defenderme.



En la mención de Nate pude ver a Nan hacer una mueca de dolor. Al parecer odiaba la idea de que tuviéramos un niño u odiaba que también fuera mi hijo y no quería sentirse conectada a eso. No lo sabía.



—Iré a buscar el teléfono y llamaré a William para decirle que estás aquí. Por favor, sírvete algo de beber o comer, si lo deseas. Sabes dónde está todo.



Me dirigí a la escalera.



—Espera. No quiero ver a Grant. Dile que no traiga a Grant —dijo con voz tensa.



—Está bien. Lo haré —respondí. Sabía con seguridad que Grant no quería verla tampoco, pero no le haría saber que conocía toda su historia. No tocaría ese tema.



Corrí por las escaleras y fui a buscar mi teléfono. Llamaría a William y luego iría a ver a Nate... tal vez podría matar todo el tiempo a solas con ella, aquí escondida. Tomé el teléfono y marqué el número de William.



—Hola, nena, ¿todo bien? —preguntó cuándo contestó.



—Em... depende de lo que consideres bien —dije—. Tu hermana está aquí.



—Da la vuelta, hombre. Tengo que ir a casa ahora —dijo William a Grant—. Estoy en camino. ¿Estás bien? ¿Está siendo amable? ¿La dejaste entrar?



—Sí, no realmente, y sí —contesté.



—No está siendo amable. Mier*da, Maite. Lo siento. ¿Por qué la dejaste entrar?



—Bueno, porque es tu hermana. No iba a negarme a dejar entrar a tu familia en tu casa.



William respiró hondo. Sabía lo que eso significaba. Se sentía frustrado.



— Maite. Si alguna vez escucho que la llames mi casa de nuevo me pondré furioso. Esa es nuestra casa. Nuestra maldita casa. Si no quieres dejar a alguien entrar, entonces no lo hagas. Llámame y pueden esperar en las malditas escaleras hasta que llegue. Sólo quiero que te sientas cómoda en tu hogar.



—Está bien. Bueno, la dejé entrar porque la amas y te amo. ¿No es eso una buena razón?



William soltó una risa baja. —Nan es, y probablemente será siempre, la única persona que amo y que no espero que seas agradable con ella. Tiene que ganarse esa mier*da y no lo ha hecho. Puedes echarla, patearle el cu*lo, lo que quieras. No te pongas a soportar su boca diciendo mier*das.



Decidí no decirle sobre su acusación, de que Nate podría no ser suyo. Se volvería loco.


—Sólo date prisa —supliqué.



—Cinco minutos —prometió.


Colgué el teléfono y lo metí en mi sostén deportivo antes de ir a ver a Nate. Abrí la puerta y me asomé para encontrarlo dando patadas y balbuceando con las criaturas marinas que colgaban del móvil. Sonriendo, me acerqué y sus pequeños ojos se movieron hasta fijarse en mí. Dio una patada más dura en cuanto me vio y mi corazón se apretó.



—Esta no fue una muy buena siesta —dije, inclinándome para recogerlo—. Ni siquiera llegué a hacer algo de yoga y la parte inferior de mamá necesita un poco de ejercicio.



Su pequeña cabeza trató de esconderse en mi pecho. No era el momento para darle de comer, pero cuando despertaba, él siempre quería meterse en mi camisa. Al igual que su padre. Sonriendo, lo acerqué al mudador para cambiarle pañal y ponerle uno limpio mientras lloraba. Odiaba que lo cambiara. Lo levanté y besé sus labios fruncidos. Las lágrimas se detuvieron y abrió la boca tratando de conseguir algo de comer nuevamente.


—Ahora no, señor. Acabas de comer hace una hora —dije antes de salir por la puerta.


No quería llevarlo abajo. Tenía miedo de lo que Nan dijera sobre él. No creía poder lidiar con eso, si ella era mala con mi bebé. La puerta sonó y deje escapar un suspiro de alivio. William había llegado a casa.



—Papá está en casa —susurré.



Llevé a Nate abajo y escuché las voces de William y Nan. No fue difícil. Ella ya elevaba su voz. William debió haber empezado a regañarla por hacerme sentir incómoda. Decidí no llevar a Nate a la cocina para oír a su padre gritar. Salimos por la puerta principal. Él amaba ir afuera y mirar las olas. El viento marino ahogaría todas las palabras molestas de Nan. Caminamos bajo la casa y salimos hacia la playa.



—Maite, ¿podrías traer a Nate? —preguntó William mirándome desde el porche. Al parecer, quería que su hermana conociera a Nate y estuviera a su alrededor. Lo entendía, pero ella me odiaba, por lo que podría no ser conveniente. Me detuve y miré a Nate.



La mamá en mí quería tomarlo y correr al segundo piso y encerrarnos con seguridad dentro de su habitación. Pero él era hijo de William también. Le di un beso en la sien.


—La hermana de papi, Nan, no es muy agradable. Vas a tener que aprender a pasar por alto eso —susurré en su oído, más para mí, puesto que no tenía idea de lo que decía.



***



Cuando llegué al escalón más alto, William me esperaba. —Si quieres que lo lleve y no entrar ahí, lo comprendo. Pero si quieres entrar, te juro que ella se comportará o la echaré de esta casa.



No enviaría a mi bebé solo para afrontar al lobo feroz. Si tenía que enfrentarse a Nan, yo también lo haría. Lo mantuve apretado a mí y sacudí la cabeza.



—Quiero estar con él.



William asintió. Pude ver en su mirada que entendía. Abrió la puerta para nosotros y dio un paso atrás para que pudiera entrar con Nate. Nan se encontraba sentada en un taburete con una expresión enojada en su rostro. Giró y sus ojos fueron directo a Nate. Pude ver el momento en que se dio cuenta de cada rasgo, que era un pequeño William. Ni siquiera tenía mis ojos. Él era todo William.


—Supongo que es tuyo, después de todo —dijo. Me detuve y di un paso atrás chocando contra el pecho de William. Su brazo se deslizó a mi alrededor, manteniéndome allí.



—Querías verlo. Ten cuidado con lo que le dices a su madre. Discúlpate por el último comentario tonto o te acompaño a la puerta.



Los ojos de Nan estallaron de furia y tuve la sensación de que acababa de comenzar algo que realmente no necesitábamos en nuestra casa. Pero respiró hondo y alzó los ojos llenos de odio hacia mí.



—Lo siento —espetó. No quiso decirlo realmente, pero que William la obligara a hacerlo, valió la pena.



—¿Puedo cogerlo? —preguntó Nan, levantando la mirada hacia a William.



Me puse tiesa como una tabla. Si le decía que sí, iba a huir con Nate. Había muchas otras cosas que podía pedirme, no esa.



—Probablemente no sea una buena idea. Contigo mirando a su mamá de esa forma, no creo que vaya a sentirse segura.



Nan frunció el ceño. —Él es tu hijo, también.


—Lo es. Pero Maite es su madre. No la haré hacer algo con lo que no se sienta cómoda.



—Dios, William, ¿dónde están tus bolas?



—Es la segunda, hermana.



Nan rodó los ojos y se levantó del taburete. Volvió a mirar a Nate y sus ojos se suavizaron un poco. Era difícil no amarlo. Él era tan hermoso como su padre.



— A mamá le encantaría conocerlo —dijo Nan, tirando la correa de su bolso hacia arriba por el brazo—. Al menos deberías enviarle una foto.



—Mamá no le importaban una mier*da sus propios bebés, Nan. Ya lo sabes. ¿Por qué iba a preocuparse por el mío?



Nan no se inmutó. Se encogió de hombros. —Buen punto.



Nate comenzó a quejarse en mis brazos. Trataba de llegar a su alimento otra vez. Lo cambié de brazo y William estiró las manos hacia él.


—Dámelo. No estará pensando en la leche cuando lo sostenga.



Se lo entregué e inmediatamente se calmó y observó a William. Estaba fascinado con su padre.



—Eres bueno con él. No me sorprende. Has estado jugando al papá desde que tengo memoria —dijo Nan. Fue lo único agradable que dijo desde que llegó.



—Sólo soy bueno en esto porque he visto a Maite. Me enseñó todo.



A Nan no le gustó esa respuesta, y no era verdad. Él había sido innato desde el primer día. Empecé a discutir cuando Nan apartó el taburete raspando por el suelo.



—Sólo quería ver al niño y hacerte saber que estoy mejor. Si quieres verme, estaré en la ciudad por unos días. No estoy de humor para más unión con tu pequeña familia, así que tenlo en cuenta.



Observé cómo salía de la cocina, por el pasillo hacia la puerta, sin decir nada más. William no respondió.



—Y ella sigue siendo una perra —murmuró William.


Giré para mirarlo y fruncía el ceño. —Siento que te hablara esa manera — dijo.



—Ignoré todo lo que dijo. Quiere que sea la villana y temo que siempre lo hará. Está bien. No me casé con ella —contesté.



Nate oyó mi voz, y movió la cabeza para mirarme antes de comenzar a llorar. Me quería por mis pechos. Sonreí y extendí las manos para tomarlo.



— Tendré que alimentarlo, está decidido a comer otra vez. No debe haberse llenado la última vez.


William me lo entregó. —Mierdecilla con suerte.



Le di una patada y comenzó a reír, con esa sonrisa llena que me encanta.


—¿Tienes hambre? —preguntó.



—Sí. Muero de hambre. ¿Puedes hacerme un sándwich? —pregunté antes de caminar hacia la sala de estar para sentarme más cómoda en el sillón.



—Cualquier cosa por ti —respondió.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:49 pm

41

William

Woods estaba parado afuera de la casa club discutiendo con la tal Angie o Angel o Angelina… Demonios, no podía recordar su nombre. Ha estado yendo y viniendo a través de los años. Estaba muy seguro que era la follada de verano de Woods cuando estábamos en preparatoria. Su papá estaba en el mismo negocio que los Kerrington y Grant había creído que Woods se casaría con ella.



Después esta chica Della había aparecido y mi suposición era que las cosas habían cambiado. O no. No podía saberlo. Lo último que escuché fue que Della no había ido a prisión y había sido un malentendido. Woods había levantado un infierno en la estación de policía. La chica tenía sus manos en los brazos de Woods y parecía que le estaba rogando. No estaba seguro si quería participar en la conversación pero mi amigo parecía necesitar ayuda.


Él tenía suficiente mier*da con que lidiar ahora que su papa estaba muerto. Nadie había estado preparado para eso y Woods tuvo toda la presión sobre él repentinamente.


—Aléjate de mí, Angelina. Juro por Dios que si no me dejas, pondré malditamente una orden de restricción sobre tu trasero —dijo Woods mientras quitaba sus brazos de él. Se giró para verme llegando y el alivio en sus ojos fue obvio—. William. Hola, ¿estás aquí para esa reunión? —preguntó.


No tenía idea sobre qué estaba hablando y estaba dispuesto a apostar que acababa de inventarlo.


—Sí —contesté.


—Esto no ha terminado, Woods. Te juro que no ha terminado. Estás cometiendo un gran error —gritó Angelina mientras Woods se liberaba de ella y se dirigía hacia mí.



—Maldición, aléjame de ella. Rápido —murmuró mientras caminaba pasándome. Me volví y lo seguí.



Estaba aquí para hablar con Bethy sobre cuidar al bebé mañana por la noche así podía llevar a Maite a una cita. Pero parecía que primero iba a tener una conversación con Woods. Abrió la puerta al club y entró sin darse la vuelta a ver si lo seguía.



—La más loca y jodida perra que he conocido —juró una vez que estábamos a salvo adentro. Pasó la mano por su cabello y dejo salir un gruñido frustrado—. Estaba huyendo. Lo estaba. Iba a salir en un maldito viaje. Iba a tomar a Della e íbamos a dejar toda esta mier*da atrás. Mi papá me había llevado demasiado lejos y estaba listo. Entonces tuvo que morir. Vengo a descubrir que mi papá había manifestado que en mi cumpleaños veinticinco, en dos meses, este lugar sería mío. Mi abuelo lo había dejado jodidamente claro en su testamento y estaba bajo llave para que mi papá no pudiera cambiarlo. No puedo huir ahora, ¿verdad? Es todo mío. El abuelo que amé y admiré no me jodió, después de todo. Pero, Dios, está todo tan jodido ahora. Solo necesito enfocarme en que Della se recupere. No tengo tiempo para manejar todo esto. No sé nada, William. Malditamente NADA. Mi papá no me dejó entrar en la parte empresarial de esto. Decía que tenía que ganar mi lugar. —Woods dejo salir otro suspiro frustrado y empezó a caminar de un lado a otro por la habitación.



No estaba seguro de qué estaba hablando pero el hombre tenía problemas. Grant era el tipo que necesitaba, no a mí. Yo no era el indicado para compartir su mier*da. No hacia pláticas de corazón a corazón.



—¿Woods? —Una morena pequeña con grandes ojos azules caminó por la puerta mirando directo a Woods con un ceño de preocupación—. ¿Qué está mal?


El hombre se transformó frente a mí. Dio dos pasos largos y la jaló hacia sus brazos como si alguien estuviera a punto de tocarla y necesitaba asegurarse que estuviera a salvo.



—Estoy bien. ¿Lograste dormir hasta tarde? —preguntó en una tierna voz que juro por Dios nunca le había escuchado usar.



Ella asintió y deslizó sus brazos alrededor de él. —Sí. Todo estaba bien esta mañana. Deja de preocuparte —le dijo. Giró su cabeza y me miró.



—Della, este es William Finlay. Ya conoces a su esposa, Maite. William, esta es mi Della.



Su Della. Oh, hombre, eso era lo que estaba mal. Él estaba hundido. No pude evitar la sonrisa en mi cara. Entendía completamente ese sentimiento. Y maldición si no me hacía feliz que Woods estuviera involucrado con otra mujer y no más detrás de la mía. Gracias, Della.



—Es un placer conocerte —dijo.



—Es un gusto conocerte, también —contesté. Ella no tenía idea de cuánto.



Oh, Dios, Woods Kerrington estaba enamorado. La cosa más graciosa que escuché en toda la semana.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:51 pm

42

Grant

Los golpes en mi puerta sonaban como un maldito tren de carga. Aparté las mantas de encima y miré a Paige. Me la llevé a casa conmigo anoche después de una fiesta. Los dos habíamos bebido demasiado y nos divertimos muchísimo antes de quedarnos dormidos. Eso era lo que podía recordar. Paige era siempre agradable y fácil. No hacía las cosas pegajosas.



Los golpes siguieron. Agarré mis pantalones cortos desechados de la noche anterior y me los puse antes de caminar por el pasillo hacia la puerta.



—¡Cállate, maldita sea! Maldición, eso es jodidamente fuerte —grité antes de abrir la puerta.



El sol estaba alto y justo en mis ojos. Tiré mi brazo sobre mis ojos y miré a quien sea que estuviera en mi puerta mientras lo llamaba loco hijo de pu*ta. No me llevaba bien con las resacas.


—¿No estás encantador esta mañana? —dijo Nan arrastrando las palabras mientras pasaba más allá de mí y entraba. Mier*da. No era a quien quería hacerle frente esta mañana.



Cerré la puerta. —¿Qué quieres, Nan? Son las malditas diez de la mañana —gruñí.



Ella entró en la cocina y se apoyó en la barra.



—Necesito un lugar para quedarme —dijo con una voz suave que sólo utilizaba cuando quería algo.



Hace un año esa mier*da funcionó conmigo. Estaba tan absorto en su cu*lo egoísta que no podía ver bien. Era todo el sexo, sin embargo. Era buena en eso. Una maldita gimnasta en la cama. Había aprendido, de la manera difícil, que el sexo no te compensa por la angustia y la mala leche. Había terminado con ella. Con todo esto.



—Llama a William. Voy a volver a la cama. Ya conoces la salida —le contesté, regresando a mi habitación.



—¡No puedo! Él no me va a ayudar. No puedo soportar a Maite y él lo sabe. Él la ama más que a mí. Ella lo alejó de mí. Alejó todo de mí. La odio y no puedo pretender que me agrada. Pero no tengo a donde ir. No quiero vivir con mi madre. Quiero volver a Rosemary.



—Qué pena por ti. Adiós, Nan. —Abrí la puerta del dormitorio y me acerqué a la cama y me puse boca bajo.



—¿Paige? ¿En serio, Grant? No sabes dónde ha estado eso. Has caído bastante bajo. Incluso para ti.



Paige se sentó frotándose la cara y me gustó el hecho de que estaba desnuda y Nan estaba teniendo un muy buen vistazo de sus pechos. Eran magníficamente mejores que las de ella.



—En realidad, subí. La última chica que me folle fuiste tú —le contesté. Ella había entrado en esa.



Paige me miró con los ojos inyectados en sangre y luego a Nan. Estaba bastante seguro de que había estado fumando anoche.


—¿Qué mier*da!? —gruñó tirando de la sábana para cubrirse.



—Nan está aquí para hacer mi vida un infierno. No le hagas caso —dije rodando por mi espalda y apoyando las manos detrás de la cabeza.



—¿En serio? ¿Esto es en lo que nos hemos convertido? —preguntó Nan.



—Esto es lo que nos hiciste, Nan. Querías joder, bien, estoy de acuerdo. Es muy divertido. Gracias por la idea.



—Paige, por favor, ponte algo de ropa y vete. Estamos tratando de tener una conversación —espetó Nan a Paige, que estaba sentada en silencio escuchándonos.



Estiré la mano y le acaricié la pierna. —No te vayas. Su cu*lo ha visto la puerta. Tiene que usarla —le dije a Paige. Realmente quería que ambas se fuesen, pero no era un idio*ta. No echaría a Paige. La dejaría salir por su cuenta.



—¿En serio? ¿Vas a ir enrollándote por ahí y ni siquiera dejar que te explique? ¿Sabías que estaba en rehabilitación? ¿Te importa? Seguro como el infierno que no me llamaste. Nadie lo hizo. Ni siquiera William.



Sentí una pequeña punzada de dolor por ella, pero fue muy pequeña. A veces aún veía a la niña que quería que alguien la quisiera. Fueron los tiempos en que tuve compasión. Entonces recordaba a la perra en que se había convertido y decidía que merecía lo que le pasó.



—Cuando das mier*da, recibes mier*da de vuelta. Eso es lo que mi abuelo siempre me dijo. Tal vez alguien debería habértelo enseñado, también. Nos hubiese ahorrado un maldito montón de problemas.


Nan señaló a Paige. —Vete. Ahora.


Agarré el brazo de Paige. —Ignórala.


Paige miró ida y vuelta entre los nosotros y luego negó con la cabeza.



—Están jodidos de todas las formas. Creo que me iré a casa y descansaré un poco. Mi cabeza no puede resistir esto. —Empezó a levantarse y luego se inclinó y me besó en la mejilla antes de arrastrarse fuera de la cama, desnuda.



Admiré su cu*lo mientras se ponía la ropa por el bien de Nan, no porque yo realmente quisiera. Estaba demasiado cansado para pensar en mujeres desnudas. Paige hizo un gesto despidiéndose de mí y se apresuró hacia la puerta llevando sus zapatos. No tenía ni idea de dónde estaba su coche, pero eso no importaba ahora. Vivía a dos plantas en el mismo complejo de apartamentos que yo. Otra razón por la que me era muy práctica.



Nan se acercó a la cama y se sentó.



—Fuera de mi cama, Nan. Juro por Dios que voy a contarte todos los detalles de lo hicimos Paige y yo bajo estas sábanas anoche si no sacas tu maldito cu*lo de mi cama —le advertí. Realmente no podía recordar exactamente lo que habíamos hecho la noche anterior. Pero Nan no tenía por qué saberlo.



—Eres repugnante —gritó, poniéndose de pie y mirándome.



—Sí, tú también. Por lo menos conozco a Paige. Ella no es una chica a la que recién saqué de la calle para follarla.



Pestañó con furia desatada. Había sacado su mier*da a la luz. Ella había querido alejarme y lo había conseguido. Había visto lo suficiente. Ya no estaba interesado.



—Dijiste que me amabas —me recordó.



—Pensé que podría amarte, Nan. Pero entonces me desperté y me di cuenta de que una cogida caliente y un buen pol*vo no es amor. Es solamente buen sexo.



La mirada de dolor en sus ojos debería haberme hecho sentir culpable, pero no fue así. Había confundido necesidad y deseo con amor. No sabía lo que era amar a alguien. No como William amaba Maite. Nunca había sentido eso. Lo sabía ahora. No tenía ni pu*ta idea de nada y estaba muy seguro de que nunca lo haría.



—Está bien. Quieres hacerme daño, entonces hazlo. Me lo merezco —escupió Nan, levantándose y caminando hacia la puerta—. Pero esto no ha terminado, Grant. Puedo admitir que me equivoqué. Tú sólo tienes que admitir que todavía tienes sentimientos por mí.



¿Los tenía? No estaba seguro de eso. Estaba enojado con ella por tomarme el pelo, pero no estaba seguro de que aún hubiera sentimientos.



—Estoy pasando por algunas cosas. Sería lindo que a alguien le importara una mier*da y entendiera.


No dejaría me manipulara con eso. No había pedido esta mier*da. Había tratado de hacer que funcionara. Ella se había negado a ser más que una compañera de sexo. Yo quería más y ella había dejado en claro que podría ser fácilmente reemplazado.



—No creo que pueda ayudarte, Nan. El problema es que sé lo que era tu vida, y sé porqué eres una perra. Pero a diferencia de Justin, no dejo pasar esa excusa. Es hora de que dejes de usarla y cambiar. Estás alejando a todo el mundo. ¿Quieres acabar como tu madre?



Ella se puso rígida y supe que había tocado un nervio. Sin decir palabra, se dio la vuelta y salió de mi apartamento cerrando la puerta detrás de ella.



Malditamente hasta nunca.



Ahora podía dormir un poco.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por tamalevyrroni Sáb Nov 21, 2015 3:58 pm

43

Maite

Bethy me estaba esperando en el club para tomar unas copas. Alimenté a Nate y lo dejé con William para que así pudiera tener un poco de tiempo de chicas. Ella también quería que oficialmente conociera a Della. Saludé a Jimmy mientras pasaba por la cocina y me apresuraba al comedor. Della y Bethy estaban junto a la ventana con vista al golfo. Della se giró y sonrió cuando me vio aproximándome. No estaba exactamente segura de qué ocurrió con la policía, sólo sabía que hubo un muy feo malentendido. El rumor era que Woods amenazó al oficial que la había arrestado. Grant dijo que lo había arrojado contra la pared; me recordó a algo que William habría hecho.



—Ya era hora de que llegaras. Estaba a punto de pedir mi segunda copa sin ti —dijo animadamente Bethy.


—Perdón, tuve que darle de comer a Nate antes de dejarlo. Estaba más hambriento de lo normal. Pero sabes que no puedo beber. Estoy amamantando. Sin embargo, voy a tomar un gran vaso de jugo de naranja.



—Amamantar no suena divertido en lo absoluto. Excepto por esas increíbles tetas que tienes, no veo razón para hacerlo —contestó Bethy.



Opté por ignorarla. No lo entendería. En su lugar, miré a Della.



—Estoy feliz de que finalmente podamos hablar —le dije.



—Yo también. Siento lo de la última vez que nos vimos. No puedo imaginar qué pensaste de mí después de que… —Se detuvo.



—Pensé que se había producido un terrible error y durante el parto le pedí a William que se pusiera en contacto con Woods, haciéndole saber que hubo una emergencia —le aseguré.



Della dejó escapar un suspiro. —Sí, fue una locura. Pero gracias. No supe hasta más tarde que estuviste de parto ese día.


Bethy ordenó otra copa para ella y Della. Le dije a la nueva camarera que yo sólo quería jugo de naranja.



—Así que, ya no estás trabajando para Woods, al menos por lo que oí —le dijo Bethy a Della.


Ella frunció el ceño y negó con la cabeza. —No. No lo permitiría. Le gusta que pase la mayor parte de tiempo con él. Estamos lidiando con algunas cosas… —Se fue callando otra vez. Podría decir que no quería hablar de su vida personal y no podía culparla. Acababa de conocernos.



—No puedes mantenerlas en la cocina, perras. ¿Qué se supone que haga si toda mi buena ayuda sigue yéndose con los hombres ricos del club, dejándome atrás? —dijo Jimmy mientras sacaba la cuarta silla de la mesa y se sentaba.



—Yo todavía trabajo aquí —le recordó Bethy.



Nao trabajas en la cocina, así que no me ayudas. Casi me asusta que Woods no contrate más mujeres atractivas. Necesito a alguien que me ayude y no capte la mirada de esos sexys culos calientes —susurró Jimmy y luego nos guiñó el ojo.



Miré alrededor de la mesa y sonreí. Hace un año estaba perdida. No tenía a nadie. Entrar a la casa de William Finlay aquella noche lo había cambiado todo. Me senté y escuché cómo Jimmy nos contaba acerca de su mala cita de la noche anterior y cómo quiso meterse en los pantalones de Marco; quien aparentemente era el nuevo chef. Bethy concordó que los pantalones de Marco estaban muy bien.



Miré a Della sonriendo mientras ella los escuchaba hablar y reconocí su mirada. Ella también creía haber encontrado un hogar.


—Entonces, Maite, ¿cómo es el sexo después del casamiento y el bebé? Queremos saberlo, chica. ¿Acaso William Finlay sigue quemando las sábanas? —preguntó Jimmy, sus ojos parpadeando con anticipación.



Él tenía un serio enamoramiento con mi esposo.



—No es de tu incumbencia, Jimmy. Necesitas olvidar tu fascinación por mi hombre. Es demasiado tarde ahora. Lo tengo yo —contesté.


—Diablos, no eres divertida. Sólo quiero detalles. Detalles realmente descriptivos. ¿Qué de hay de ti, Della? ¿Quieres contarme cómo follas con Woods? ¿Es todo mandón e hijo de pu*ta? Eso suena caliente.



El rostro de Della se tornó rojo y ella rió. —Tampoco pienso llegar ahí contigo, Jimmy —contestó.



Jimmy se puso de pie e hizo puchero. —Y yo que siempre pensé que los chismes femeninos eran traviesos y divertidos. Todas ustedes me están aburriendo hasta las lágrimas. —Se despidió dramáticamente antes de girarse y volver a la cocina.



—Ahora que se ha ido, me gustaría saber cómo es el sexo con William y Woods —dijo Bethy con una sonrisa.



Sacudí la cabeza y miré la puerta cuando Grant pasó caminando tranquilamente. Parecía estar ensimismado en sus pensamientos. No había andado por aquí últimamente y me imaginé que era porque estaba fuera de la ciudad otra vez. Parecía que algo lo estaba molestando. Levantó la mirada y sus ojos se encontraron con los míos.



—Grant regresa a la ciudad durante el verano. Luce diferente, sin embargo —dijo Bethy, aparentemente pensando en lo mismo que yo.


—Sí, parece ido —estuve de acuerdo.



—Juegas con fuego y sales quemado. Nan es todo tipo de mier*da. Y entonces tuvo que joder su cabeza. Todavía no puedo creer que anduvieron saliendo —susurró Bethy.



—Nan vino el otro día —dije, mirando a Bethy y luego a Della—. Aún me odia.



Bethy arrugó la nariz. —¿A quién le importa? Perra.



Los ojos de Della se ampliaron y me di cuenta de que estábamos hablando de gente que ella no conocía. Que groseras.


—Así que, Della, me voy y resulta que me pierdo toda la acción. Cuéntame exactamente cómo conociste a Woods. ¿Trabajando aquí?



Della sacudió la cabeza y sonrió. —No exactamente. Nos conocimos el septiembre pasado… fue… el tipo de aventura de una noche —dijo ella y sus mejillas se volvieron de un brillante rosa.


Esto iba a ser más jugoso de lo que pensaba. —Oh, esto suena divertido — contesté y me incliné hacia adelante para escuchar el resto.



***



Ahora Nate estaba tomando de la mamadera. La tía Bethy y mi vieja jefa, Darla, aceptaron hacer de niñeras para que pudiéramos ir a la fogata de esta noche.



Era el comienzo de la temporada de verano y era un evento sólo para miembros. William no quería ir, pero Bethy lo llamó y le rogó. Me sentía culpable por ya no tener suficiente tiempo para pasar con él, así que le había hablado de esta oportunidad.



Mañana era mi cita con el doctor y la paciencia de William era muy poca. Estaba esperando que me acompañara y luego me atacara en el estacionamiento. No le reclamaría pero tampoco le iba a dar ningún tipo de idea. Grant había llamado para ver si íbamos y lo mismo hizo Woods. Éste último quería ver si yo podía hacerle compañía a Della en caso de que él tuviera que lidiar con cualquier cosa durante la fogata. Bethy también iba a permanecer pegada a ella. Se convirtieron en amigas, cuestión que simplemente confirmó mi creencia de que así sería. Bethy era exigente.



La hoguera era más grande que la de cualquier otra fogata echa en la playa ya que la ciudad no podía controlar lo que sucedía en la propiedad del club, de la forma en que podían hacerlo en las playas públicas. Bethy había dicho que esta fiesta era la “imperdible” de la temporada. Lo que sonaba bien para mí. William y yo necesitábamos salir.



—¿Estás segura de que no quieres ponerte algo más antes de que salgamos del auto? —preguntó William, mirándome.



Frunciendo el ceño, bajé la mirada a mi propia vestimenta. La había comprado la semana pasada. Era una falda de lino blanco que me llegaba a la mitad del muslo, y un top amarillo pálido sin hombros que se encontraba con la pollera en la cintura. Sólo mostraba piel si levantaba los brazos.



—Eso dijiste en casa. ¿No te gusta? —Tal vez mi cuerpo no estaba listo para que usara algo como esto aún.



William tomó mi barbilla y puso su mirada en la mía. —Estás deliciosa, __(Maite). No me gusta saber que otros hombres te estarán mirando.


Oh. Bueno, en ese caso...


Estío segura de que no quiero cambiarme. Me gusta cuando te pones todo posesivo. Me enciende —dije con un guiño y abrí la puerta.


—Me estás matando, mujer —dijo él con un golpe de su puerta.



William estiró el brazo y tomó mi mano mientras bajábamos a la playa. El sol ya se había puesto pero la hoguera iluminaba el camino una vez que llegamos a mitad de él. Bethy sacudía los brazos, saltando de arriba abajo tan pronto como nos detuvimos frente a la luz.


—Supongo que quiere que vayamos ahí —dijo William con un tono divertido.


—Buena suposición —contesté.



Bethy ya estaba completamente borracha cuando llegamos. Jace rodó los ojos cuando ella se tambaleó para abrazarme. Olía a tequila. —Hola, ¡llegas tarde!



—No, te equivocas. Sólo comenzaste bebiendo las cosas más pesadas del bar y ahora estás demasiado ebria para saber cuánto tiempo hemos estado aquí —intervino Jace desde su asiento. Él también parecía un poco molesto con ella.


Miré alrededor buscando a Della, pero no la encontré. —¿Dónde están Della y Woods? —pregunté a Bethy, quien me sonrió como si no tuviese idea de qué estaba hablando.



—Los vi hace un rato pero Woods tenía que lidiar con algunos empleados fumando marihuana. No estoy seguro de qué sucedió con Della —dijo Jace.



Mier*da. Se suponía que estaríamos vigilándola. —Tendría que ir a buscarla —le susurré a William.


—Iré contigo. No estoy seguro de querer dar vueltas solo —dijo.



—No. Sólo siéntate y hazle compañía a Jace. Consigue una bebida. Yo voy a hacer un barrido de la zona y regresaré. No tienes que venir conmigo.


William frunció el ceño y yo lo empujé hacia una silla libre junto a Jace.



—Ve. —ordené y volví a mirar Bethy—. Voy a buscar a Della —dije.



—¡Yo también! ¡Yo también quiero ir! —dijo Bethy, alzando su mano como si estuviera en la escuela.



—Nop. Tu cu*lo borracho se queda aquí —contestó Jace.



Bethy hizo un puchero y se dejó caer en el regazo de Jace. —No eres divertido —se quejó.



No esperé a que volviera a preguntar. Giré y me dirigí hacia la hoguera. Vi varios rostros familiares. Recibí un abrazo de Jimmy y conocí a su cita de esta noche, pero seguía sin ver a Della. Me di la vuelta y me dirigí hacia las zonas poco iluminadas por el fuego a ver si ella estaba escondiéndose en la oscuridad. No vi a nadie.



Comencé a girarme para volver con William cuando escuché un chillido. No era una voz asustada, sino algo más como enojada o algo. Di un paso más cerca al estacionamiento y escuché otra voz, definitivamente femenina y muy al sur intentando calmar la otra voz. Miré hacia atrás, en la dirección que había dejado a William pero él no me veía.



Regresé al estacionamiento siguiendo las voces. Entre más cerca estaba más palabras entendía. No había nadie en el aparcamiento así qué, ¿dónde estaban? Fui hasta donde habíamos estacionado nuestro auto y me detuve.



—No, por favor. Sólo habla con Woods. No hice nada. Lo juro. No lo hagas, oh, Dios. —La voz más suave estaba asustada.



—Ya he terminado de hablar con Woods. Tú te llevaste algo que era mío. Él te eligió. Bien. Puede tener tu loco cu*lo asqueroso. Pero primero vas a pagar por tomar lo que era mío. —Un fuerte golpe y un gemido de dolor siguió a sus palabras—. Duele, ¿no es así, perra? Eres una psicópata. Porqué Woods piensa que lo harías feliz, no lo sé. Aprenderá. Mier*da, aprenderá conmigo —dijo la agresiva voz femenina y otro chillido de dolor salió de quién ahora sabía que era Della. No tenía idea quién era la otra mujer pero la estaba lastimando. Pensé en llamar a William pero entonces ella ya la habría lastimado seriamente.



No necesitaba a William. No estaba segura de quién era la psicópata pero podría manejarla. Metí la mano en mi bolso, saqué mi llave y rápidamente desbloqueé la puerta. Deslizando mis manos bajo el asiento, saqué mi pistola y me aseguré de que el cargador estuviera vacío una vez que comprobé el gatillo.


No tenía intención de dispararle a nadie. No necesitaba cargarla. Simplemente tenía que asustar a la agresora y llamar a Woods. Con suerte, no había lastimado demasiado a Della. Otro gimoteo de su parte hizo que me moviera más rápido. Seguí la voz rodeando un edificio.



Vi a la otra mujer primero. Ella estaba sosteniendo a Della por el cabello y le estaba gritando loca nuevamente. Se encontraba realmente obsesionada con el hecho de que creía que Della estaba loca. Esta perra me estaba haciendo enojar.


Sostuve el arma en alto y apunté a la mujer antes de dejarle saber que tenía compañía.



—Déjala ir —dije, y observé mientras se daba vuelta sin soltar el pelo de Della… Ésta dejó escapar un sollozo.



—¿Qué mier*da? —dijo la mujer, mirándome como si yo fuera la loca.


—Suelta su cabello y apártate —dije, alto y claro para que no se me malinterpretara.



Se rió. —El arma ni siquiera es real. No soy idio*ta. Ve a meterte en tus propios asuntos y deja de jugar a los Ángeles de Charlie.



Quité el gatillo de seguridad e incliné la pistola.



—Escucha, perra. Si quisiera, podría perforar tus dos orejas desde aquí sin tocar tu jodido peinado. Adelante, ponme a prueba. —Mantuve mi voz fría. Quería que me creyera porque realmente no quería tener que dispararla para probar mi punto.



Sus ojos se abrieron mientras soltaba el cabello de Della. Por el rabillo del ojo, vi que ésta rápidamente se apartaba.



—¿Tienes alguna idea de quién soy? Podría terminar contigo. Tu cu*lo va a terminar entrando en prisión durante mucho tiempo a causa de esto —espetó, aunque podía oír el miedo en su voz.


—Estamos en la oscuridad y hay tres personas aquí. No tienes ningún rasguño. Della está sangrado y tiene magulladuras, es nuestra palabra contra la tuya. No me interesa quién eres. Esto no se ve bien para ti.



Ella retrocedió un poco más manteniendo los ojos en mi pistola. —Mi papi escuchará sobre esto. Él me creerá —dijo con voz temblorosa.


—Bien. Mi esposo lo oirá también y seguro como la mier*da que me creerá a mí.


La mujer dejó escapar una risa furiosa y sacudió la cabeza. —Mi papi puede comprar esta ciudad. Te has metido con la mujer equivocada.



—¿En serio? Provócame, adelante. Ahora mismo estás viendo a una mujer con una pistola cargada, la cual puede disparar con sólo un movimiento. Así que por favor… pro-vó-ca-me.



Della estaba acurrucada con sus brazos alrededor de sus rodillas, sentada silenciosamente y mirándonos.



—¿Quién eres? —preguntó la mujer, por primera vez tomándome en serio.



—Maite Finlay —contesté.



—Mier*da. William Finlay se ha casado con una pueblerina que lleva una pistola. Encuentro esto difícil de creer —espetó.



—Yo le creería. Ella está sosteniendo una jodida arma —la voz de William vino desde atrás mío.



Los ojos de la mujer se abrieron. —¿Me estás jodiendo? Esta ciudad es una locura. Todos ustedes.



—Tú eres la que anda golpeando a una chica inocente en la oscuridad por un hombre—le recordé—. Aquí la demente pareces tú.


La chica alzó las manos. —Bien. Estoy cansada de esto. He terminado — gritó y se fue hacia la playa de estacionamiento. Bajé la pistola y volví a ponerle el gatillo de seguridad dándosela a William antes de correr hacia Della. Sus grandes ojos azules estaban abiertos con incredulidad.



—¿De verdad la apuntaste con una pistola? —preguntó ella con asombro en su voz.



—Te estaba dando una paliza —le recordé.



Enterró su rostro entre las manos y dejó escapar una risilla temblorosa. — Oh por dios. Está loca. Juro que estaba comenzando a pensar que me iba a golpear hasta que quedara inconsciente. Seguía pensando en cómo iba a desmayarme y luego ella verdaderamente me lastimaría. —Alzó la mirada hacia mí—. Gracias.



Le tendí mi mano. —¿Puedes ponerte de pie? ¿O quieres quedarte sentada aquí mientras llamo a Woods? —Deslizó su mano en la mía.



—Quiero levantarme. Necesito hacerlo —dijo.



La ayudé a hacerlo. —¿Tienes un teléfono?



Asintió y sacó uno de su bolsillo. Esperé mientras le llamaba a Woods.



—Hola.



—A decir verdad, no. Tuve un incidente con Angelina.



—No… no… se ha ido. Eh, Maite apareció y… eh, la asustó.



—Detrás del edificio junto el estacionamiento.



—Está bien. También te amo.



Ella colgó y me miró a través de sus espesas pestañas. —Está en camino.



—Bien. Esperaremos contigo. —Abrí mi bolso y saqué un paño húmedo. Ahora era una mami así que tenía esas cosas conmigo todo el tiempo—. ¿No quieres quitar la sangre de tu labio antes de que llegue aquí y vaya tras Angelina?



Della asintió y tomó el paño. —Gracias.


Me giré para ver a William, quién me miraba con detenimiento pero sin hablar.



Dos faros venían a toda velocidad por la carretera y entonces los freneros chirriaron junto a donde estábamos parados. Woods salió de un salto de la camioneta y vino corriendo a donde estaba parada Della.



—¡Maldita sea! —rugió atrayéndola a sus brazos—. Dios, nena, lo siento tanto. Ella va a pagar por esto —le aseguró mientras sus manos la comprobaban para asegurarse de que se encontraba bien.



—Está bien. Creo que Maite la asustó —dijo Della contra su pecho. Woods se volteó para verme y frunció el ceño—. ¿Qué hizo Maite? —preguntó Woods.


—La apuntó con una pistola y la amenazó con perforarle las orejas —dijo Della.



Woods alzó una ceja. —¿Así que Alabama sacó su pistola otra vez? Gracias, Maite —dijo antes de besar a Della en la cabeza y susurrarle palabras en el cabello que no estaban destinadas para nadie más.



—Estoy feliz de haberlas encontrado. Necesitas hacer algo con esa mujer; es una perra loca —dije antes de girarme para regresar con William. Él deslizó su mano alrededor de mi cintura y me sostuvo a su lado.


—Gracias —dijo Della.



—De nada —contesté, luego William y yo nos volteamos para regresar hacia el estacionamiento.



—No voy a ser capaz de esperar hasta mañana. Lo echaste a perder en el momento en el que giré la esquina y te vi parada ahí como una matona sosteniendo un arma contra Angelina. Creo podría haberme corrido en mis malditos vaqueros cuando le dijiste que podrías perforar sus orejas desde ahí. Esta noche me voy a Oops! a esa pequeña y dulce matona.



Traté de morderme el labio para evitar reír pero no pude.


William sonrió. —Me alegro que estés de acuerdo con no esperar más. Estoy listo para volver a perderme en el cielo.


Dejé de caminar y me puse de puntillas para besarlo en la mejilla. —Te amo, William Finlay.


—Bien, porque no voy a dejar que tu trasero sexy se vuelva a ir muy lejos de mí.


—¿Qué tan lejos sería muy lejos? —pregunté.


—Todo es demasiado lejos. Te quiero justo aquí, a mi lado… para siempre.

Fin

Nos Vemos En Rush Too Far.
tamalevyrroni
tamalevyrroni

Mensajes : 2372
Puntos : 15302
Reputacion : 10
Fecha de inscripción : 22/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por EsperanzaLR Sáb Nov 21, 2015 5:50 pm

I love you I love you I love you
EsperanzaLR
EsperanzaLR

Mensajes : 17168
Puntos : 33384
Reputacion : 389
Fecha de inscripción : 16/08/2015
Edad : 38
Localización : CHANIA-CRETA-GRECIA

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por asturabril Sáb Nov 21, 2015 7:30 pm

Gracias Tami I love you I love you I love you I love you
asturabril
asturabril

Mensajes : 4514
Puntos : 17466
Reputacion : 34
Fecha de inscripción : 19/08/2015

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por EsperanzaLR Dom Nov 22, 2015 12:11 pm

I love you I love you I love you I love you
EsperanzaLR
EsperanzaLR

Mensajes : 17168
Puntos : 33384
Reputacion : 389
Fecha de inscripción : 16/08/2015
Edad : 38
Localización : CHANIA-CRETA-GRECIA

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por EsperanzaLR Lun Nov 23, 2015 1:26 pm

cat cat cat cat
EsperanzaLR
EsperanzaLR

Mensajes : 17168
Puntos : 33384
Reputacion : 389
Fecha de inscripción : 16/08/2015
Edad : 38
Localización : CHANIA-CRETA-GRECIA

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por EsperanzaLR Mar Nov 24, 2015 2:25 pm

Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes Rolling Eyes
EsperanzaLR
EsperanzaLR

Mensajes : 17168
Puntos : 33384
Reputacion : 389
Fecha de inscripción : 16/08/2015
Edad : 38
Localización : CHANIA-CRETA-GRECIA

Volver arriba Ir abajo

Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18) - Página 2 Empty Re: Webnovela LevyRroni Forever Too Far (+18)

Mensaje por Contenido patrocinado


Contenido patrocinado


Volver arriba Ir abajo

Página 2 de 5. Precedente  1, 2, 3, 4, 5  Siguiente

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.