Re: WEBNOVELA "Humillación" DE KATE WALKER

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:09 pm

Capitulo 2
William se había dicho que no se iba a acercar. Maite Alcolar seguro que le acarreaba problemas. No debería acercarse a ella bajo ningún concepto, pero, por alguna extraña razón, no podía evitarlo.
Le había bastado con verla una vez para no poder dejar de pensar en ella.
Y lo había intentado.
Había intentado beber, pero el champán, de excelente calidad, no le había producido ningún efecto.
Había intentado flirtear y en aquella fiesta había mujeres realmente bellísimas, pero tampoco había surtido ningún efecto porque, mientras hablaba con ellas, veía el delicado rostro de Maite Alcolar.
Había intentado mantenerse alejado del salón central, pero obviamente no lo había conseguido y se había encontrado entre la multitud, buscando un rostro en particular.
Cuando, por fin, lo encontró sintió un inmenso alivio.
-Ya veo que la exótica española no ha pasado desapercibida a tus ojos -le dijo alguien-. Es guapísima, ¿verdad?
William suponía que había asentido y, de repente, sin haberlo decidido, se encontró cruzando el salón en dirección a ella.
Maite lo vio llegar y lo miró a los ojos.
William esperaba que en su rostro se volviera a operar el mismo cambio que antes, que lo mirara con frialdad, pero no fue así.
Maite lo miró, más bien, tímidamente.
William se sintió aliviado y preocupado a la vez.
Aliviado porque no lo fuera rechazar y preocupado al darse cuenta de que aquello ya no había quien lo parara.
Había tomado una decisión y le daba igual su madre o la familia de ella. Tenía que conocer a aquella mujer como fuera.
-Tonia -la oyó murmurar mientras le apretaba el brazo a su amiga.
-Eres Maite Alcolar, ¿verdad? -se oyó decir William.
-Sí -asintió ella con voz trémula.

por asturabril Jue Sep 17, 2015 2:11 pm

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:13 pm

Al ver que iba hacia ella, Maite había decidido que no lo iba a volver a mirar como antes porque lo cierto era que no quería que se volviera a ir.
Había intentado incluso sonreír, pero había sido demasiado, así que se había limitado a verlo avanzar hacia ella con decisión.
La resolución que había visto en sus ojos claros y la soltura con la que andaba la habían dejado sin aliento y habían hecho que se le acelerara el corazón.
Al oír su voz, grave y maravillosa, un escalofrío le había recorrido la espalda, un escalofrío de deseo y atracción y, por absurdo que pareciera, oír su nombre en su boca le pareció lo más increíble del mundo.
Instintivamente, sonrió y obtuvo el premio de ver un brillo especial en sus ojos a modo de respuesta.
-Sí, me llamo Maite Alcolar.
-Yo soy William Taverner. Eres la hija de Juan Alcolar, ¿no?
-Sí, así es.
William dejó de sonreír un segundo y Maite se dio cuenta de que había algo en él que la ponía en alerta, pero no sabía qué era.
Era como si William estuviera controlándose, como si escondiera algo.
-¿Quieres tomar una copa? ¿Bailar, quizás?
-No creo que lo digas en serio -contestó Maite ante la confundida mirada de Antonia.
Las palabras se le habían escapado sin querer.
-¿Por qué dices eso? -quiso saber William con el ceño fruncido.
-Tengo la impresión de que... ¿Cómo explicarle? «Tengo una sensación muy extraña».
«Me da la impresión de que hay algo que no me estás diciendo».

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:13 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:16 pm

«Hay algo en ti que me asusta».
No, imposible.
William esperaba con paciencia y una sonrisa a que contestara.
-Antes... me ha dado la impresión de que...
-comenzó Maite.
-Antes me he comportado como un idiota
-la atajó él-. Estaba de mal humor.
-¿Y ya, no?
-Ya se me ha pasado -contestó William con una sonrisa radiante.
Aquella sonrisa hizo que Maite se pusiera nerviosa y, al dar un paso atrás, perdiera ligeramente el equilibrio.
William se apresuró a tomarla del brazo y Maite se dio cuenta de que jamás había sentido una caricia más maravillosa.
-Sólo me autorizo a mí mismo a estar de mal humor una hora al año -bromeó-. Has tenido la mala suerte de pillarme en ese momento, pero no se repetirá.
-Por lo menos, en un año...
-Efectivamente, me quedan trescientos sesenta y cuatro días de buen humor. ¿Quieres bailar conmigo?
Maite miró disimuladamente a Antonia, que, detrás de Jake, le decía que sí enérgicamente con la cabeza.
-Está bien -accedió.
Y, a partir de ese momento, la velada fue un sueño hecho realidad en el que bailaron y bailaron sin parar.
William dejó bien claro a todos los presentes que Mercedes le interesaba y que no estaba dispuesto a permitir que nadie los molestara.
Entre sus brazos, Maite se sentía otra persona, se sentía nueva y

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:18 pm

renacida aunque, a la vez, más ella misma que nunca.
Al final de la noche, cuando la música se volvió más lenta, Maite apoyó la mejilla en su hombro, aspiró su aroma y sintió como si estuviera bailando sin tocar el suelo.
No pudo evitar pensar que, si la besara, la noche sería perfecta. No pediría más, sólo un beso.
Sin embargo, cuando la fiesta terminó, William acompañó a Antonia y a Maite al taxi y se despidió con un cortés «buenas noches» acompañado de una leve caricia en la mejilla.
A Maite no le dio tiempo de reaccionar y ya se había ido, no sin antes decirle que la iba a llamar.
¿Cómo?
¡No tenía su teléfono!
William se obligó a seguir andando sin mirar atrás.
Tenía que controlarse.
No tendría que haberse acercado a ella jamás y, mucho menos, haberla tocado. Ahora, estaba hechizado y atrapado. Por no hablar de la excitación que se había apoderado de su cuerpo mientras bailaban y que ahora lo hacía estremecerse. Literalmente.
Se sentía como un adolescente que acabara de descubrir las delicias de un cuerpo femenino.
A cada canción que terminaba se había dicho que debía alejarse, pero no había sido capaz porque la sola idea de separarse de ella se le antojaba una tortura.
Por eso, no había sido capaz de despedirse con un beso. Si lo hubiera hecho, no habría podido dejarlo en un solo beso.
Su cuerpo habría demandado más, mucho más, allí, en aquel mismo momento.

por EsperanzaLR Jue Sep 17, 2015 2:19 pm

¡Maldición!
Sin pensárselo dos veces, William se sacó el teléfono móvil del bolsillo y marcó un número.
-¿Jessie? Perdona por molestarte a estas horas, pero necesito la dirección de Antonia Sanders, la chica que trabaja en Anchor Radio.

por asturabril Jue Sep 17, 2015 6:59 pm

por **andreaLR** Vie Sep 18, 2015 2:54 am

buenisima amiga gracias !!! Very Happy

por SuenoLR Vie Sep 18, 2015 4:44 am

siqueeeeeeeeeeeee

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:24 am

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:25 am

andreaLR escribió:buenisima amiga gracias !!!

Gracias a ti:)

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:27 am

SuenoLR escribió: siqueeeeeeeeeeeee

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:30 am

Capítulo 3
Tienes un cuarto de hora para cambiarte. A William Taverner no le había costado nada localizarla y no se había molestado en llamarla, no, se había presentado en casa de Antonia y la había invitado a cenar.
Bueno, no había sido una invitación sino, más bien, un ultimátum.
Después de haberse pasado toda la noche soñando con él y todo el día intentando no pensar en él, Maite decidió que era perfectamente capaz de cambiarse de ropa y arreglarse en un cuarto de hora.
Así que se despojó de los pantalones vaqueros y de la camiseta que llevaba y se puso un vestido rosa de lunares blancos, un poco de sombra de ojos, un toque de máscara de pestañas y un poco de brillo en los labios.
Lista.
Claro que para el caso que le hizo William cuando apareció, no tendría ni que haberse molestado porque lo único que parecía importarle era que se fueran cuanto antes para no tener que aguantar el obvio interés de Antonia.
-¿Adonde vamos? -preguntó Maite una vez del coche-. ¿A algún restaurante?
-No, a mi casa -contestó William-. Un servicio de catering nos ha preparado la cena. Maite permaneció en silencio.
-¿Algún problema con ello? -quiso saber William.

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:34 am

-No... no...
Maite intentó sonar convincente, pero lo cierto era que estaba nerviosa. Aquello de ir a cenar a casa de un desconocido...
¡Si Antonia se hubiera enterado! Su amiga se había mostrado perpleja cuando Maite le había confesado que no había tenido relaciones sexuales con ningún hombre.
¡No se lo podía creer!
-¿Pero no estás prácticamente comprometida?
-Bueno, a mi familia y a la de Miguel les encantaría que nos casáramos, pero Miguel no me lo ha pedido y yo no le he prometido nada -le explicó Maite.
-Y no te has acostado con él...
-No, lo cierto es que... Miguel no me atrae sexualmente, ¿sabes? Por suerte, de momento, se ha conformado con besos y abrazos -había contestado Maite.
-Pues ya puedes ir olvidándote de que William Taverner se conforme con eso -se había reído Antonia.
Maite sonrió con picardía al recordar aquella conversación pues lo que su amiga no sabía era que ella estaba no dispuesta a conformarse con besos y abrazos en el caso de William.
Entre sus brazos mientras bailaban había experimentado un profundo deseo, un deseo que Miguel jamás le había producido, un deseo que había hecho que sintiera una aguda punzada en el bajo vientre y un cosquilleo maravilloso entre las piernas.
Ahora entendía lo que era desear a un hombre ardientemente.
-¿Por qué sonríes? -quiso saber William.
Aquella pregunta sorprendió a Maite, que estaba convencida de que William estaba pendiente del tráfico.
-Te gustaría saberlo, ¿eh? -bromeó.

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:38 am

-Estoy dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para averiguarlo.
-¡Maravilloso!
Maite estaba asombrada de cómo, de repente, se había vuelto una mujer que sabía flirtear.
Miró a William de reojo y sintió una sensación extraña en el estómago. Era como si tuviera una botella de champán burbujeante dentro.
Y sabía lo que era.
Era la sensación de libertad.
Estaba en Londres, sola, y se sentía liberada e independiente. No estaba en España, no tenía que seguir las normas que su padre le imponía, podía hacer lo que quisiera y vivir como quisiera.
-A lo mejor te cuesta un poco sonsacarme.
-No, no creo -rió William de manera sensual-. Te aseguro que puedo ser un hombre muy persuasivo.
Mercedes sintió un escalofrío por la espalda.
-¿Ah, sí?
William había parado en un semáforo en rojo, se giró hacia ella y la miró de manera inequívoca.
-Déjalo en mis manos...
Aquello era como una promesa y una amenaza a la vez y Maite sintió que el deseo volvía a apoderarse de ella, cada vez con más fuerza.
Cuando el semáforo se puso verde, Juan pisó el embrague, metió la marcha y aceleró. Aquellos movimientos hicieron que Maite se fijara irremediablemente en los músculos de sus piernas y, sin poder evitarlo, alargó el brazo y le acarició el muslo.
-¿Sabes lo que estás haciendo?
-Me lo imagino -contestó Maite en tono provocativo.
Lo cierto era que saber que tenía ese efecto en un hombre como William

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:51 am

Taverner, un hombre de verdad, un hombre a cuyo lado el pobre Miguel no quedaba más que como un niño, le provocaba una sensación de euforia sin precedentes.
-¿No te gusta?
-Claro que me gusta -contestó William-. Pero, a lo mejor, es demasiado para lo que tenía pensado para esta noche.
-¿Y qué tenías pensado?
-Cenar -contestó William intentando ponerse serio-. ¿Tú habías pensando quizás en otra cosa?
Al ver que se sonrojaba, William se preguntó si Maite era tan inocente como parecía. ¿Cuál de las tres Maite era la de verdad? ¿La orgullosa y distante belleza que lo había mirado con frialdad en la fiesta, la mujer que flirteaba con soltura y que le había destrozado la compostura en un segundo al rozarle la pierna o la tímida jovencita que se había sonrojado ante su broma?
Averiguarlo iba a ser maravilloso.
El único problema iba a ser poder mantenerse a raya y no tocarla hasta haberlo podido averiguar.
Cuando le había tocado el muslo, había sentido una descarga eléctrica por todo el cuerpo, se había excitado tanto, que no se fiaba de sí mismo a la hora de controlar el coche.
Lo único en lo que era capaz de pensar era en cómo se le había subido la falda del vestido cuando se había sentado, dejando al descubierto unas piernas larguísimas cubiertas por una delicadas y transparentes medias de seda.
¿Serían medias enteras o de liguero?
¡Ojalá fueran de liguero, de encaje, de esas que...!
¡No, no debía pensar en ello!
Un calor abrasador se estaba apoderando de él, impidiéndole respirar con

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 11:53 am

normalidad.
Debía concentrarse en la carretera y dejar de imaginarse a aquella belleza en una cama junto a él.
Aunque se moría de ganas de acostarse con ella, las consecuencias de pasar una noche con Maite Alcolar podían acarrear un precio demasiado alto de pagar.
Debía ser prudente e ir poco a poco, con calma, midiendo bien los pasos, sopesando las complicaciones antes de actuar.
No le fue fácil, pero consiguió no tocarla durante la cena.
Maite Alcolar era la tentación personificada.
Su sonrisa, su risa, los movimientos sensuales de su cuerpo, su perfume, su forma de comer y de degustar la comida...
Todo en ella era seductor.
William se encontró completamente pendiente de ella, de servirle -vino, de darle a probar algún bocado especialmente suculento e incluso, en una ocasión, de limpiarle un poco de salsa que se le había quedado en el labio.
De alguna manera, los dos fueron encontrando pretextos durante la cena para irse acercando el uno al otro y ahora estaban sentados al lado en lugar de enfrente.
Y, entonces, sí que William fue incapaz de controlarse por más tiempo y, sin pensárselo dos veces, se inclinó sobre ella y la besó.
Maite parpadeó confusa.
-¿Y eso? -preguntó con voz ronca.
Lo cierto era que Maite no entendía muy bien lo que estaba sucediendo.
Se había convencido de que William estaba interesado en ella como mujer, pero parecía ser que no era así.
Durante toda la velada, había hecho lo indecible para seducirlo. Incluso había tirado la copa de agua sobre el mantel para moverse en su dirección.

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 12:01 pm

Sin embargo, él se había conducido con amabilidad y educación, pero nada más. Había estado completamente pendiente de ella, preocupándose para que no le faltara de nada, pero, por lo visto, no le interesaba sexualmente.
No era aquello lo que ella quería.
Las electrizantes miradas que le había dirigido la noche que se habían conocido habían desaparecido.
No la había tocado y le hablaba con calma y distancia.
Maite no quería calma, sino pasión, no quería distancia sino cercanía, quería volver a sentir lo que había sentido entre sus brazos en la pista de baile. Ahora, en su casa, se moría de ganas por ver hasta dónde era capaz de llegar.
-Me apetecía -contestó William-. ¿No te ha gustado?
Maite se quedó pensativa unos instantes y William vio en el fondo de sus ojos un brillo especial de provocación.
Acto seguido, Maite se pasó la punta de la lengua por los labios, como saboreando el beso.
-Sí, sí me ha gustado -admitió-, pero me esperaba algo... mejor.
-¿Ah, sí? ¿Algo como esto?
William la volvió a besar y esa vez entró en su boca y paseó su lengua por la cara interna del labio inferior de Maite.
-Sí... -contestó ella llevándose la mano a los labios.
Sí, aquello era lo que quería y, ahora que lo había sentido, quería más.
Mucho más.
Lo necesitaba.
William se preguntó si había ido demasiado rápido porque Maite parecía sorprendida. Entonces, para su sosiego, Maite se retiró la mano de los labios y la vio sonreír encantada.
-Eso ha estado mucho mejor -ronroneó-, pero yo había pensando, más bien, en algo como esto...

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 12:05 pm

Dicho aquello, le tomó el rostro entre las manos y lo besó con tanta dedicación, que William creyó morir.
Era el beso más increíble que le habían dado en su vida, ninguna mujer lo había besado jamás así.
William sintió que la habitación comenzaba a dar vueltas, la sangre se le había agolpado en las sienes y no oía nada salvo el latir desbocado de su corazón.
Lo único que su olfato percibía era el perfume de Maite y el olor de su piel. Saborear su boca era embriagador y le hacía sentir una pulsión rítmica en la entrepierna que amenazaba con hacerle explotar el pantalón.
Maite dejó de besarlo y lo miró a los ojos.
-¿Y?
William no fue capaz de hablar, sólo de suspirar.
Al cabo de un segundo, haciendo un esfuerzo sobrehumano, recuperó un poco la compostura y sonrió como si estuviera sopesando su contestación.
-Bueno, me ha gustado -contestó repitiendo sus palabras-, pero lo que tenía en mente era algo más parecido a esto.
A continuación, le puso las manos en los hombros y la besó con tanta pasión, que Maite se quedó sin aire en los pulmones.
Sin embargo, no tardó en recuperarse y en besarlo con igual pasión, con la misma urgencia, con un entusiasmo tan abierto y sincero, que emborrachaba.
William se sentía como si hubiera encendido un pequeño fuego que se le hubiera desbocado y no pudiera controlar.
Jamás una mujer lo había besado así y jamás se había sentido él tan atraído por una mujer.
-Maite...
Maite se puso en pie, cubrió la mínima distancia que los separaba y le tendió la mano.
-Oh, William, eso ha sido maravilloso... -comentó con los ojos nublados por la

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 12:08 pm

pasión.
Sin pensárselo dos veces, William la tomó de la mano y la sentó en su silla, entre sus piernas, y comenzó a besarla de nuevo.
Maite respondió con la misma pasión, le pasó los brazos por el cuello y se apretó contra él de manera que William sentía sus pechos en el torso.
Estaban tan juntos, que William suponía que sentía su erección. Cada vez que se apretaba contra su cuerpo, él sentía una explosión de deseo que lo estaba volviendo loco.
Y, entonces, decidió que le daban igual las consecuencias. ,
Tenía que poseer a aquella mujer.
-Vamonos arriba -murmuró.
-Mmm... sí... -contestó ella.
Maite sentía fuego dentro del cuerpo, sentía las manos de William en sus pechos y sus dedos pulgares jugueteando con sus pezones, que amenazaban con atravesar la tela del vestido.
-Sí... -volvió a murmurar.
No sabía si iba a ser capaz de andar porque temía que las piernas no la sostuvieran. William debió de percibir su debilidad porque la tomó en brazos y comenzó a subir las escaleras.
Maite no se enteró de nada porque subió con los ojos cerrados y sin dejar de besarlo.
Simplemente, no podía dejar de besarlo.
William la depositó encima de una cama y se tumbó sobre ella.
-Eres increíble... -le dijo mirándola a los ojos.
A continuación, comenzó a besarla de nuevo. .. por la cara, por el cuello, en los hombros...
-¿Tú te das cuenta de cómo me excitas? -murmuró desabrochándose la

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 12:11 pm

camisa.
Maite se rió cuando William se tumbó entre sus piernas y sintió su erección.
Sí, no había forma de negarlo.
Sabía perfectamente cómo lo excitaba.
Con movimientos rápidos y seguros, le levantó el vestido y le acarició las piernas.
-Lo sabía -comentó al ver que llevaba medias de liguero.
Los besos salvajes y urgentes se sucedían a una velocidad de vértigo. William la besaba por todas partes, la acariciaba sin tregua.
Su boca se deslizó por su cuello hasta encontrar el lazo del tirante del vestido, que sus dientes se encargaron de deshacer.
Al caer el tirante, un pecho quedó al descubierto y William no dudó en acariciarlo con la lengua, dejando una estela de saliva y deseo.
Mientras tanto, sus manos se movían por debajo de la falda, llegando al elástico de sus braguitas y haciendo que Maite se contorsionara como una gata en celo.
Al mismo tiempo que deslizaba las braguitas por sus piernas, William tomó uno de sus pezones entre los labios.
-¡Dios mío! -jadeó Maite-. Oh, William. Era obvio que lo deseaba tanto como él a ella.
-Yo también te deseo, pero tenemos que tomar precauciones. ¿Precauciones? ¡Ah, sí!
-¿Tú tienes...?
-Sí -contestó William.
A continuación, abrió el cajón de la mesilla y maldijo en voz alta.
-¿No me digas que no tienes? -protestó Maite.
-Sí, sí, sí tengo -contestó William nervioso.

por EsperanzaLR Vie Sep 18, 2015 12:16 pm

-William...
-Ya voy, ya voy. Ahora mismo vengo -contestó él poniéndose en pie.
Maite sentía frío sin él encima.
No le gustó la interrupción.
No quería separarse de él ni un segundo.
Sobre todo, porque al encontrarse sola, se preguntó qué demonios estaba haciendo.
¿Se había vuelto loca?
¿Cómo había llegado tan lejos con un hombre al que apenas conocía?
De repente, oyó en su cabeza la voz de una persona muy querida, una voz que hacía años que no oía, pero cuyo recuerdo seguía en sus pensamientos.
La voz de su madre.
-Quiero que me prometas una cosa -le había dicho una vez-. Prométeme que jamás te acostarás con un hombre al que no ames. Prométeme que no le entregarás tu virginidad a un hombre que no sea capaz de valorarla.
¿Qué hacía ella esperando a un hombre que no la amaba, que no la conocía de nada, esperando a que volviera con un preservativo para...?
Maite sintió pánico y se puso en pie.
Oía a William en el pasillo, abriendo un armario.
Sin pensárselo dos veces, se aventuró escaleras abajo en silencio. Una vez abajo, tardó un segundo en encontrar los zapatos, que habían quedado en el vestíbulo, y en entrar en el salón a por el bolso.
De repente, se dio cuenta de que no llevaba braguitas, se habían quedado en el suelo de la habitación. Pues allí se iban a quedar porque no tenía tiempo de volver a por ellas.
Ya oía las pisadas de William que volvía a su dormitorio.
Debía irse.
Maite tomó aire y abrió la puerta principal.
-¿Qué demonios...? -oyó que exclamaba William desde arriba-. ¡Maite! Maite, ¿dónde estás?
Maite cerró la puerta con fuerza y comenzó a correr. Temía que William la siguiera, así que no paró de correr hasta que estuvo muy lejos y sin aliento.

por **andreaLR** Vie Sep 18, 2015 4:14 pm

EsperanzaLR escribió:
andreaLR escribió:buenisima amiga gracias !!!

Gracias a ti:)

por **andreaLR** Vie Sep 18, 2015 4:15 pm

que pasaraaa ????? Razz

siguelaaa amigaaa

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