Re: Novela LevyRron "Un libertino enamorado" de Gail Ranstrom

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 2:06 pm

salón de juego llamado Thackery's. Paró un carruaje al llegar a la calle Ranelagh y simplemente dio el nombre del lugar, con la esperanza de que no estuviese lejos.
Sorprendentemente cerca de Belmonde's, Thackery's resultó tener menos requisitos para entrar. El lugar era excesivo. La decoración había pasado la barrera del buen gusto y bordeaba lo opulento.
El salón principal era grande y albergaba una escalera que conducía a un entresuelo con una barandilla de latón que bordeaba todo el salón. Del techo colgaba una enorme lámpara de araña al mismo nivel que el entresuelo. El efecto era deslumbrante.
Vio que había varias mujeres de pie junto a la barandilla observando la actividad desde arriba, e imaginó que la presencia femenina sería más común allí que en Belmonde's. No se sintió tan fuera de lugar hasta que se dio cuenta de que estaba llamando la atención, y no se sentía muy cómoda.
Un lacayo advirtió su incomodidad y le dijo:
—Tal vez estaría más cómoda arriba, madame.
Todas las mujeres que veía abajo iban acompañadas. Aun así, había varios hombres visibles en el entresuelo. Le dirigió una sonrisa al lacayo y comenzó a subir por las escaleras.
Desde su posición, podía ver todo el salón. Vio algunas caras conocidas. Creyó distinguir al señor James Hunter, pero desapareció entre la multitud. Tanto mejor. Aunque James y Charles tenían el pelo oscuro, sus ojos eran azules. No coincidían con la descripción de Cora.
Al final de las escaleras había un amplio salón con puertas de cristal abiertas al rellano. Oyó las risas y los gritos y se preguntó si allí podría beber algo y cambiar las monedas por fichas. Con toda la serenidad de que fue capaz, atravesó las puertas de cristal.
La luz era más tenue allí, el humo más espeso y la atmósfera… más cerrada. Había murales en las paredes, y bancos con cojines situados a intervalos, como si estuvieran puestos allí para contemplar mejor los murales. Había una mesa con bebidas al otro extremo del salón, y algunas mesas de juego distribuidas por el espacio. Pero había algo inquietante en el ambiente. ¿Sería el regocijo demasiado forzado? ¿La risa demasiado estridente? ¿Los hombres demasiado… familiares?
Observó cómo un hombre le acariciaba el brazo a una mujer, y cómo otro miraba con atención el escote de su acompañante. Otro se inclinó y le susurró algo a su chica, lo cual hizo que ésta se riera incontrolablemente. Bella jamás había visto semejante comportamiento.
¡Aquellas mujeres eran prostitutas! ¡Cortesanas, como mucho! ¡Y lo peor era que el lacayo la había confundido a ella con una! Tomó aliento al ver cómo un extraño se acercaba a ella.
—Creo que no la he visto antes por aquí. Me alegro de conocerla, señorita…
—Creo que he cometido un error. Creo que no debería estar aquí.

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 2:11 pm

—Veo que está por encima de las demás, señorita, pero…
—No, quiero decir que… —pero el hombre tenía el pelo y los ojos oscuros, y sería una lástima desperdiciar la noche—. Lace. Lady Lace.
—Madame —dijo el hombre con una reverencia—. Yo soy el señor Johnson. ¿Nos sentamos y nos conocemos mejor?
—Como quiera, señor.
El hombre la condujo a uno de los bancos, y Mai no pudo evitar sentirse algo culpable por la mentira. Ahora estaba fingiendo ser prostituta en nombre de la justicia. ¿Qué había sido de sus escrúpulos? ¿De su moral? Se sentó de cara a la pared un subterfugio algo ruinoso, pero lo único de que disponía.
El señor Johnson se sentó a su lado, de cara a la habitación, para que pudiera verle la cara.
—¿Cómo es que no la he visto entre la multitud, lady Maite?
—No había estado aquí antes, señor.
—Ah, entonces soy muy afortunado de haberla encontrado primero. ¿Tiene protector, madame, o está libre por esta noche?
—Estoy libre, señor.
—¿Quiere que pida una habitación aquí, o pretiere ir a la suya?
—Yo no… no accedo a esas cosas tan deprisa, señor. Debo saber si hay compatibilidad.
—Ah, es usted selectiva. Me parece bien, madame. ¿Pero cómo sabremos si somos compatibles? Podría llevarnos semanas.
—¿Tal vez… con un beso?
—Será un placer, madame —dijo el señor Johnson.
¿No era eso lo mismo que había dicho el señor McPherson? ¿Tenía razón el señor Hunter? ¿Tenía derecho a besar a los hombres y hacerles creer que podría haber más? Las dudas le nublaron la mente, de modo que se quedó mirando fijamente al mural. No podía mirar al señor Johnson a los ojos y decir esas cosas.
Y entonces se dio cuenta de lo que representaba el mural. Sátiros persiguiendo a vírgenes por el campo. Hombres poseyendo a mujeres por todas partes. Antes de poder expresar su sorpresa en voz alta, el señor Johnson le levantó la barbilla con la mano y la besó.
Apartó la mano de su barbilla y la deslizó hasta su cuello, pero no se humedeció los labios. Poco a poco, fue deslizando la mano hasta llegar a la curva de sus pechos. Antes de que pudiera protestar, una voz furiosa los interrumpió.
—Aquí está, madame, nada más darme la vuelta.
A Mai no le hizo falta mirar para reconocer la voz de William Hunter. ¿Cómo la había encontrado?

por EsperanzaLR Miér Mar 08, 2017 2:14 pm

—No le pertenezco, señor Hunter.
—Creo que sí, Mai.
—Perdone, Johnson, pero al parecer mi… amiga ha olvidado mencionar que nosotros ya teníamos un acuerdo previo.
—Yo… por supuesto, Hunter —el señor Johnson se puso en pie, hizo una reverencia y regresó con sus amigos.
—Le advertí que no jugara a esto en Londres, madame —dijo Hunter mientras se sentaba a su lado—. ¿Me está desafiando a llevar a cabo mi amenaza?
—He venido aquí esta noche tratando de evitarlo, señor.
—No creas que puedes escapar de mí, Mai. Tengo amigos en todas partes. Amigos que saben que quiero estar informado de tu paradero y de tus atenciones. Así que ya ves. Allí donde vayas, lo sabré. No puedes escapar, Mai, a no ser que abandones Londres.
Oh, sí. Había visto al hermano de Hunter en el salón principal al entrar. Debía de haber ido directo a Belmonde's para delatarla.
—Podría ahorrarle las molestias, señor, y darle el informe de mis actividades cada mañana. ¿Eso le resultaría satisfactorio?
—Es una desvergonzada y una descarada —murmuró él—. La he visto besando a Johnson. He visto su reacción. Será mejor que no vuelva a verla haciéndolo, madame.
¿Su reacción? ¿De alivio? ¿Qué creía que había sentido?
—¿Nada de besos, señor Hunter? ¿Entonces que debo hacer? ¿Esto? —señaló entonces al mural, donde aparecía una pareja copulando—. ¿O esto? —deslizó entonces el dedo hacia la imagen de un hombre que había tirado al suelo a una mujer y la estaba penetrando por detrás—. ¿Qué prefiere, señor?
—Me tienta a darle una lección, madame. Pero le aseguro que, si le hiciera esas cosas, tardaría tiempo en olvidarlas.
—Veo que alguien se tiene en muy alta estima —dijo ella riéndose—. ¿Cómo puede saber lo que me parece memorable y lo que no?
—¿Quiere que lo averigüemos?
¡Estaba llamándola mentirosa!
—Si lo desea.
—Muy bien —el señor Hunter se puso en pie y, tras ofrecerle su mano, la condujo hacia la puerta—. En Thackery's hay habitaciones para estas ocasiones.

por SuenoLR Jue Mar 09, 2017 6:23 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Jue Mar 09, 2017 5:01 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Jue Mar 09, 2017 5:03 pm

Capítulo 8
¡La muy tentadora! Mai tenía más audacia que sentido común si pensaba que podría burlarse de él. William no sabía si estaba más molesto con ella por hacerle ver lo mucho que le importaba o por haberse ofrecido a otro hombre.
Ignoró su resistencia mientras la conducía a través de las puertas de cristal. Sin prestar atención a las miradas de la gente, tomó el primer pasillo que encontró y comenzó a buscar una puerta abierta. Cuando encontró una, la metió dentro y cerró tras ellos.
Sólo una pequeña lámpara sobre una mesa iluminaba la habitación. William echó el pestillo, indicándole a Mai que tendría que pagar por su descaro.
Ella se giró y lo miró. En su cara se veía la sorpresa y algo más. ¿Miedo? No. Mai no tenía miedo. No le faltaba coraje. Entonces debía de ser excitación. ¿Realmente lo deseaba? ¿Tanto como la deseaba él?
—¿Qué… qué va a hacer?
William miró hacia la cama y sonrió. No podía esperar a ver qué hacía después.
Esperó. Bien entonces. Jugaría a su juego. Se acercó y la tomó entre sus brazos. Ella lo miró y separó los labios. ¿Estaba esperando un beso? Al infierno. Había jurado no besarla y no se echaría atrás. Pero eso era todo lo que había prometido.
Se inclinó hacia ella, deslizó la lengua por su oreja y susurró:
—¿Quieres desnudarte para mí, Mai? ¿O lo hago yo?
Ella mantuvo la respiración y se estremeció, pero no respondió. ¿Pensaba que estaba mintiendo? Estúpida. Y aun así sus labios eran tan tentadores que apenas podía pensar en otra cosa. ¿Un beso? ¿Sólo uno? De todas las cosas que podía hacerle, ésa era la que más tentadora le resultaba.
La condujo hacia el espejo y se colocó de pie tras ella, la única manera que se le ocurrió de no tener acceso a esos labios. Deslizó las manos por su cintura y luego fue subiéndolas hasta llegar a sus pechos.
Tiró de ella hacia atrás hasta que supo que podía sentir su erección. No había estado tan excitado en años. Se inclinó sobre ella y le mordisqueó el lóbulo de la oreja.
Sintió cómo el corazón se le aceleraba bajo la palma de su mano. La muy víbora estaba respondiendo. Lentamente, deslizó las manos hasta cubrirle los pechos; unos pechos suaves y calientes. Unos pechos con unos pezones erectos que se notaban a través de la seda. No dejó de mirarla a través del espejo mientras deslizaba los dedos por debajo del vestido y encontraba los lazos de la camisa.
Una vez liberados de los confines de la ropa, sus pechos asomaron por entre los pliegues de la camisa.
—Preciosa —murmuró él. Observó su cara en rasca de una respuesta, pero vio que Mai tenía los ojos cerrados. Palpó sus pezones y comenzó a pellizcarlos

por EsperanzaLR Jue Mar 09, 2017 5:06 pm

suavemente con los dedos. Entonces ella abrió los ojos y gimió, al tiempo que se agarraba a la mesa para no caerse—. Tranquila, Mai. Yo te sujetaré. No dejaré que te caigas.
¡Maldición! Había querido darle una lección. Ponerla en su lugar. Pero Mai había conseguido arrastrarlo a una espiral de deseo tan fuerte que nada más importaba. Aun así, no podía besarla. Era mucho más erótico encontrar otras maneras de seducirla. Mai apoyó la cabeza sobre su pecho, señal de que se había rendido al deseo y ya no opondría resistencia.
Siguió desnudándola hasta dejar al descubierto por completo sus pechos. Eran perfectos. No eran grandes, pero tampoco pequeños. Y se preguntó cómo sabrían, cómo responderían a las caricias de su lengua.
La giró para mirarla y la sentó sobre la mesa, de modo que sus pechos le quedaron al alcance de la boca. Primero le besó la base del cuello, donde pudo sentir su pulso. Al sentir que le temblaban las manos sobre sus hombros, comenzó a bajar lentamente hasta llegar a un pezón. Bella gimió de placer y enredó los dedos en su pelo.
Le separó las piernas para acercarse más, y enseguida lo lamentó. Encerrado entre esos muslos calientes, sólo podía pensar en una cosa. No, en dos. Aún deseaba besarla, pero también poseerla, introducirse en ella y marcar su territorio.
Mientras la sujetaba con un brazo, le levantó las faldas con el otro y se abrió camino entre las capas de tela hasta llegar su punto más ardiente. Gimió al sentir que estaba húmeda y preparada. Mai se retorció contra su mano y movió las caderas para proporcionarle un mejor acceso.
—William… —gimió.
Al oír su nombre en su boca, William salió de su estado de ceguera. Era lady Maite la que estaba jugando con él; la razón de la muerte de su amigo. Se apartó de ella, se detuvo junto a la puerta y habló sin darse la vuelta.
—No me tendrás, Mai. No me convertirás en uno de tus tontos.
Pero, una vez en el pasillo, se apoyó en la pared y trató de controlar el estado de su excitación. La próxima vez, si la había, pagaría por ello.
«Allí donde vayas, lo sabré. No puedes escapar de mí, Mai…». ¿Por qué no podía dejar de pensar en eso? ¿Por qué su amenaza no paraba de aparecer en su cabeza? Si no la dejaba en paz, si se enteraba de todos sus movimientos, ¿cómo iba a encontrar al asesino de Cora? ¿Cómo cumpliría su promesa?
Pero peor era lo que le había ocurrido la noche anterior en aquella habitación privada de Thackery's. ¿Había perdido el juicio? ¿Qué se le había metido en la cabeza para provocar así al señor Hunter? ¿Y por qué se había quedado inmóvil mientras él le hacía todas esas cosas?

por EsperanzaLR Jue Mar 09, 2017 5:09 pm

Había comprobado que Hunter tenía razón. Si alguna vez le hacía esas cosas, tardaría en olvidarlas. De hecho era lo único en lo que podía pensar.
Se llevó la mano al cuello, donde Andrew Hunter la había besado. Tenía un pequeño hematoma en la zona, y se lo había cubierto con polvos. Un suave gemido escapó de sus labios y cerró los ojos al recordar el tacto de sus labios sobre la piel.
—¡Calla, Mai! ¿Qué te ocurre? —susurró Gina. Regresó a la realidad dando un respingo. Lady Vandecamp no dejaba de darles instrucciones sobre cómo comportarse y sobre cómo ignorar a los hombres a los que no se habían presentado formalmente.
—Nada —mintió—. Sólo estoy un poco fatigada.
—A mí eso no me ha sonado a un bostezo, Mai. Debes dejar de salir hasta tan tarde, sobre todo ahora que lady Vandecamp está aquí. Ha dicho que va a tomarse muchas molestias para organizarnos reuniones apropiadas y que quiere que asistamos.
—Entonces deberé insistir en no quedarnos hasta tarde. Necesito más tiempo, Gina.
—Oh, querida —dijo su hermana—. No quería ser yo la que te lo dijera, pero es inútil. Pensé que ya te habrías dado cuenta. Nunca conseguirás besar a todos los hombres rubios de ojos verdes de Londres.
—Sólo los de la alta sociedad, Gina. Los bribones y canallas. Al menos ya he estrechado el cerco.
—Y aun así sigue siendo como encontrar una aguja en un pajar.
—Sólo tengo que tener suerte una vez.
—Es como pedir que un relámpago caiga en un sitio concreto.
—Entonces reza para que haya tormenta.
—¿Qué estáis cuchicheando? —preguntó lady Vandecamp—. Más os vale escucharme con atención como hace Lillian. Sólo tendréis una oportunidad de causar buena impresión.
—Sí, madame —dijo Gina.
—Sí, madame —repitió Mai.
—Muy bien —convino lady Vandecamp—. Como iba diciendo, mañana por la noche será la cena en mi casa. Llegad a las siete en punto. Os quiero allí antes de que lleguen los demás invitados. Ayer por la tarde envié las invitaciones y todos han aceptado. Es un grupo pequeño aunque selecto de personas que os pueden hacer mucho bien en la sociedad. Si os aprueban, os abrirán puertas que, de otro modo, estarían cerradas. Vuestros vestidos nuevos llegarán mañana por la tarde. Menos mal que he traído conmigo a mi costurera. Los que encarguemos hoy estarán listos el lunes si pagamos un poco más. Oh, y he hecho correr el rumor de que vuestro luto es por una hermana que murió de enfermedad. No me contradigáis. Si se supiese lo del asesinato, no os aceptarían jamás en sociedad.

por EsperanzaLR Vie Mar 10, 2017 6:04 pm

Gina miró al suelo, pero Mai se sintió furiosa. Era justo lo que esperaba. Algo que no había sido culpa de Cora les estaba siendo recriminado a ellas. Prácticamente despreció a la sociedad en ese instante. Y no lamentaba su manera de actuar. Aceptable o no, Cora tendría justicia.
Pero era evidente que tendría que cambiar de plan. Con lady Vandecamp llevándolas a todas partes con ella, Mai tendría que encontrar la manera de evitar ser reconocida. Su único consuelo era que no era probable que lady Vandecamp invitara a canallas y sabandijas a sus cenas, así que no tendría por qué preocuparse hasta que asistiese a un acto público.
—¿Mai, me estás escuchando?
—Sí, madame. Una enfermedad.
—Bien. Ahora vámonos a la modista.
—¡Dios mío! —exclamó Jamie riéndose—. ¡Es la hora del té y aún estás sobrio! Y después del funeral de McPherson esta mañana. ¿Qué pasa, Will? ¿Es una nueva etapa de tu vida?
William levantó la mirada de sus notas y señaló una silla que había frente a él.
—Calla y siéntate.
—Oh, mal humor. Mala señal. Harás que estemos deseando invitarte a un whisky esta noche para acabar con el ogro que tengo delante.
William señaló la tetera que había sobre el escritorio.
—Sírvete. O tómate un jerez si te apetece más —dejó de tomar notas y colocó la pluma sobre la mesa. En un intento por mantenerse ocupado después del funeral, había empezado a organizar la poca información que tenía para ver si formaba algún patrón. No era así, y se sentía frustrado.
Jamie se sirvió un jerez y se sentó frente a él.
—¿Encontraste a tu lady Maite anoche?
—Sí, y gracias por decirme dónde estaba.
—Thackery's, por el amor de Dios. No es que haya muy buenas mujeres allí, pero esperaba algo mejor de Maite.
—Yo también, Jamie. Parece que todos hemos sido engañados.
—¿La echaste de allí?
—No soy el dueño del lugar, así que no era una opción. Pero estoy bastante seguro de que… le arruiné la noche. Si vuelve a aparecer por allí, me sorprendería.
—¿Qué vas a hacer esta noche, Will? Me apetece algo exótico. Charlie dijo que también quería hacer algo diferente.
—Exótico —repitió William—. Define «exótico», Jamie.

por EsperanzaLR Vie Mar 10, 2017 6:06 pm

—Diferente, claro. Algo que no hayamos hecho hasta la saciedad. Algo que despierte nuestros sentidos y nos haga latir el corazón. Algo… bueno, arriesgado y un poco perverso.
—¿Sólo un poco?
—¿Qué pasa, Will?
—Empiezo a pensar que debería preguntarte yo a ti cómo pasar mis noches. ¿Qué hiciste cuando yo no estaba?
—¿Qué? ¿En Bedlam? Se volvió repugnante y nos marchamos enseguida.
—¿Qué ocurrió?
—Alguien, no recuerdo quién, les lanzó unas monedas a los tres hombres acurrucados junto al fuego y señaló a una mujer que estaba meciendo su chal como si fuera un bebé. Los hombres se rieron y comenzaron a molestarla. Fue entonces cuando Charlie y yo decidimos irnos.
—¿Molestarla dices? Explícate, Jamie.
—Le quitaron la ropa y, cuando ella se resistió…
—¿Y qué hiciste tú, Jamie?
—Para mi vergüenza, muy poco. Charlie se acercó a ellos y dijo que la dejaran en paz, pero fue empujado por alguien que quería ver el espectáculo desde más cerca. Yo llamé al guardia, pero estaba ocupado contando su dinero. Después de eso, simplemente nos apartamos. Debía de haber unas dos docenas de visitantes. Todo el mundo se había arremolinado para mirar; y también para vitorear. No pudimos hacer nada.
—¿Fue alguien de nuestro grupo el que instigó que, Jamie?
—Sí. Pero dijo que no era su intención que se convirtiera en una violación. Sólo quería divertirse y ver qué pasaba.
Eso tenía que ser mentira. Uno no lanzaba monedas a unos hombres para que fueran tras una mujer sin esperar nada parecido. Dash. Tenía que haber sido Dash.
—Dash —dijo en voz alta.
—No, fue McPherson —contestó su hermano.
Se sintió aliviado de estar equivocado, pero aun así aquello no encajaba con lo que conocía de McPherson. ¿Acaso lamentaba su participación en la violación y no había sido capaz de vivir con ello? Aun así, no podía ignorar el adiós de lady Maite.
Después del encuentro en la habitación de Thackery's, no podía olvidar el poder que tenía Mai sobre los pobres mortales. De pronto no le pareció tan descabellado que McPherson prefiriese morir antes que pasar la vida sin ella.
—¿Will?
—Lo siento. Estaba pensando.

por EsperanzaLR Vie Mar 10, 2017 6:15 pm

—Sí, a mí también me hizo pensar. No sabía que McPherson pudiera ser tan rastrero.
—Todos los hombres son capaces de cualquier cosa. Hay muy poco que nos separe de los animales.
—Permitir la guerra…
—No nos refiramos a la guerra, Jamie. Ésa es una ley en sí misma y no tiene nada que ver con la civilización.
—Corre el rumor de que has estado buscando algo excitante —comentó su hermano tras un silencio—. ¿Por qué vas en busca de algo más?
—Quiero algo diferente. Algo que no haya probado antes. Quiero sentir, Jamie. Cualquier cosa.
—¿Y no te importa el qué? ¿Sea bueno o malo? ¿Peligroso?
—En lo más mínimo —¿cómo podría decirle a Jamie que estaba buscando el mal cuando le había prometido confidencialidad a lord Wycliffe?
—Estás experimentando el peor caso de apatía que jamás haya visto, William. Me temo que estás solo.
—Pero, si te enteras de algo…
—Serás el primero en saberlo.
Pero William sabía que estaba solo. Tenía que encontrar a los tipos más rastreros de la sociedad, y no creía que fuese a encontrarlos en las clases trabajadoras.

por SuenoLR Sáb Mar 11, 2017 4:17 am

Sique mi Kat

por asturabril Sáb Mar 11, 2017 9:46 pm

Sigue sigue

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 6:22 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 6:23 pm

asturabril escribió:Sigue sigue

Ahora sigo mi Abril

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 6:45 pm

Capítulo 9
Mai vio a William Hunter en un grupo frente a la Ópera y estuvo a punto de salir corriendo. Había pensado que regresar a los salones de juego no sería buena idea, de modo que se había adherido a un grupo de gente que entraba en el teatro. ¿Acaso no había manera de escapar a ese hombre? ¿Quién le habría informado de su paradero en esa ocasión?
William la vio cuando se disponía a darse la vuelta. Pareció sorprendido, y no muy complacido. Bueno, no era el dueño de Londres, y no podía mantenerla alejada de la vida pública. Mai tenía muy poco tiempo y no podía permitirse que William Hunter la espantara.
Sintió cómo el calor le subía hasta las mejillas al recordar los acontecimientos de la noche anterior. Había dicho que no lo convertiría en uno de sus tontos. ¿Cómo podía pensar eso? Le parecía que era ella la que estaba quedando como una tonta.
William se acercó y ella miró a su alrededor en busca de alguna distracción; algo que le evitase tener que hablar con él. Por desgracia, o por suerte, no vio a nadie conocido. Se apartó del grupo mientras entraban en el vestíbulo y rezó para que no le montase una escena.
—¿Buscando una manera de escapar, Mai? —preguntó él, agarrándola del brazo.
—De escapar de usted, señor —permitió que la condujera de nuevo hacia los escalones de la entrada—. Empiezo a creer que me está siguiendo.
—Esta noche no. Ya había quedado en venir aquí con unos amigos. Y preferiría que no te vieran.
—¿Tiene amigos sensibles? Vaya, no me había dado cuenta. Pensé que todos eran como usted.
—Al menos uno de ellos demostró ser lo suficientemente sensible. Ha sido enterrado hoy, Mai, gracias a ti. ¿O ya te has olvidado?
—No, no lo he olvidado. Pero no puedo creer que…
—Lo creas o no, es cierto.
—¿Ésta es su manera de pedirme que me vaya, señor Hunter?
—Muy astuto por tu parte, Mai.
—Desearía que no me llamara así.
—¿Crees que me importa en lo más mínimo, querida?
—Por favor…
—Pararé cuando me digas cómo puedo llamarte. Dime tu apellido.
—¿Para que puedas arruinar a toda mi familia?

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 6:57 pm

—Nunca hemos hablado de tu familia, Mai. Imagino que las jóvenes con las que te vimos en el parque eran tus hermanas.
—Por favor, ellas no saben nada de lo que he estado haciendo. No tienen culpa. ¿Sería tan rastrero de arruinarles la vida por algo que he hecho yo?
William sonrió, y no hubo nada de gentil en el gesto. Su respuesta estaba clara. No dudaría en utilizar a su familia para vengarse por la muerte de McPherson. Bueno, en eso al menos eran iguales. Ella tampoco permitiría que William Hunter le impidiera vengar a Cora.
—Muy bien —dijo ella—. Al menos ahora nos entendemos, ¿verdad?
—No. Aún tienes que decirme cómo te llamas. ¿Qué pretendes conseguir exactamente besando a todo el mundo? No me creo esa patraña sobre encontrar al hombre adecuado.
—Entonces, digamos que estoy buscando al hombre inadecuado.
—¡Maldita seas, Mai! —exclamó él zarandeándola.
—¿Cambiaría algo si lo supiera?
—Probablemente no.
—Entonces suélteme. Y sepa que los lugares públicos no son de su propiedad, señor Hunter. Iré donde me plazca y usted no hará nada para impedirlo.
—¿Acaso el episodio de Thackery's no te enseñó a ser prudente al desafiarme?
Inmediatamente, Mai sintió el calor en sus mejillas, y pensó que volvería a desafiarlo una y otra vez si tan sólo le hiciera lo mismo que la otra noche.
—Qué dulce por tu parte que aún puedas ruborizarte después de lo que has hecho —añadió él—. Ahora vete, Mai, o pagarás por ello.
Mai miró a su alrededor y se dio cuenta de que estaban llamando la atención. Por muy desesperada que estuviera por continuar con su búsqueda, no podía permitirse llamar la atención y dejar que la gente la reconociera. Tendría que dejar ganar al señor Hunter en esa ocasión.
Le dirigió una mirada de desprecio y se dio la vuelta, con la esperanza de que un paseo hasta casa disminuyese su rabia.
Malhumorado, William regresó junto a su hermana y su cuñado.
—Siento el retraso. Voy a tener que ausentarme. Ha surgido algo.
Ethan Travis, su cuñado, sonrió.
—Ya lo he visto —dijo—. Algo bastante urgente, imagino.
—No te burles de él, Ethan —dijo Sarah, su hermana—, o puede que se olvide de sus planes. Ya sabes lo desesperada que estoy por buscarle una novia. Esta tarde he tomado el té con lady Vandecamp. Esta temporada acompaña a tres jóvenes

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 7:03 pm

damas de Belfast y le pedí que les presentara a William, a Charles y a James. ¡Y se negó! Dijo que, a no ser que le demuestre que han dejado a un lado sus costumbres perversas, no lo considerará. Así que, si no podemos atraer a las damas de fuera de la ciudad, ¿cómo vamos a encontrar a londinenses dispuestas a presentar a sus hijas a mis hermanos? Hasta Lockwood tuvo que irse al Caribe a buscar novia.
Ethan se rió y William frunció el ceño. En realidad, nunca había pensado en casarse. Desde que regresara de España, había pasado su vida tratando de olvidar la guerra, y no había conocido a una sola mujer que le hiciera pensar en el matrimonio. Y era triste darse cuenta ahora de que había echado a perder la oportunidad de conocer a una dama apropiada.
Aunque no deseaba una dama apropiada. Miró hacia la calle y observó a Mai alejándose. No, no era apropiada en absoluto, pero la deseaba con una pasión que no había sentido desde su primer amor.
Le dio un beso en la mejilla a su hermana y se apartó.
—Lo siento. En otra ocasión, tal vez —la risa de Ethan lo acompañó mientras bajaba las escaleras. ¿Se reiría si supiera lo que iba a hacer?
Manteniendo una distancia de seguridad, siguió a Mai. En esa ocasión, averiguaría dónde vivía.
Tenía que admitir que sentía curiosidad. Protegía su privacidad con tanto ahínco que resultaba más atractiva aún. Si lograba descubrir aquello, tal vez dejara de obsesionarse con ella. Sí, obsesionarse. Al menos eso era cierto. Mai había adquirido para él un estatus no merecido, y quería volver a colocarla al mismo nivel que el resto de los mortales.
Aceleró el paso cuando Bella giró por la calle Cockspur. Estuvo a punto de perderla cuando tomó un estrecho sendero que conducía a Parade Grounds. ¿Pretendía atajar por uno de los caminos que bordeaban el canal?
Aún era pronto; algunas parejas paseaban con sus hijos por la calle, y grupos de gente se dirigían a los teatros y demás entretenimientos. William se mezcló fácilmente con la gente cuando Mai miró por encima del hombro antes de desviarse por otro camino.
Era fácil seguirla; era demasiado inexperta como para advertirlo o estaba demasiado preocupada como para sospechar que podrían estar siguiéndola. En cualquier caso, fue siguiéndola entre las sombras hasta que llegó a la calle William. Allí giró a la derecha en la calle James y comenzó a andar más despacio. O estaba cansada o a punto de llegar a casa.
Por fin se detuvo. Agachó los hombros y cruzó la calle hacia una respetable vivienda con vistas al parque St. James. ¿Qué diablos haría allí? William imaginó que llamaría a la puerta y sería rechazada, pero, una vez allí, sacó una llave del bolso y entró. ¿Mai vivía allí?
Estaba a punto de volver sobre sus pasos cuando vio una luz encenderse en el piso de arriba. Segundos después, la silueta de Mai apareció tras la cortina. Aquella visión hizo que cruzara la calle y se situara bajo la ventana, desde donde pudo

por EsperanzaLR Dom Mar 12, 2017 7:05 pm

escuchar voces femeninas manteniendo una conversación. ¿Su jefa quizá, preguntándole por qué había regresado a casa sin monedas?
Entendió algunas palabras Alguien diciendo «¡No!» en voz baja, y un «¿Y ahora qué?». Distinguió la voz de Mai, pero no logró entender sus palabras. Sonaba cansada… triste. A punto de llorar. Se acercó más a la ventana y sus palabras se volvieron claras.
—Vete a la cama, Gina. Nos vendrá bien acostarnos pronto. Ya encontraré la manera de recuperar el tiempo perdido. Tal vez mañana, después de la cena, pueda… —su voz se distorsionó cuando se apartó de la ventana.
Gina. Una de las chicas que habían acompañado a Mai en su paseo por el parque. Oyó una puerta cerrarse y luego completo silencio. Esperó un minuto o dos, observando la silueta mientras se quitaba las horquillas del pelo.
Entonces oyó que comenzaba a llorar. William entornó los ojos, como si pudiera ver a través de las paredes. ¿Por qué le inquietaba tanto oírla llorar cuando él había hecho todo lo posible por que sucediera? ¿Y por qué nunca había mostrado esa debilidad ante él?
¿Qué le pasaba? No era ningún enamorado. Era un hombre lleno de odio por perder su tiempo detrás de una casquivana en vez de ocuparse de cosas más serias.
Y, sin más, cruzó la calle y paró un carruaje. Lo esperaban en Whitechapel.
Cuando lord Wycliffe le había pedido que mantuviese los ojos abiertos, William había asumido que pretendía sacar provecho de su familiaridad con los canallas y sabandijas de Londres. Pero, tras media semana, sabía que eso era inútil. Si alguien sabía algo, no iba a decirlo. Pero la violación y los sacrificios no eran cosa sólo de los ricos aburridos. No sería difícil relacionar tales actividades con el ámbito criminal de la ciudad. Un hombre capaz de matar para robar un bolso también podría matar por razones tan abstractas como la religión o el placer perverso.
Sí, su reputación era valiosa para Wycliffe. Y ahora que éste le había dado permiso para hacer algo más, exploraría el otro campo en el que era experto. Era conocido en los peores tugurios de la ciudad. Su reputación de persona discreta y con apetito para lo más ruin le garantizaba la confianza de ese mundo oscuro. Sabían quién era y no tenían nada que temer de él.
Era uno de ellos, si no por sus actividades criminales, sí por su búsqueda del placer y de la novedad. Y era conocido por pagar bien. Sí, esos hombres sabían que no los traicionaría. Y podrían proporcionarle mucha información a cambio de dinero.
Le dijo al chófer que siguiera su camino después de apearse frente a un bar sin nombre en Petticoat Lane. Aquél no era barrio para llamar la atención con un carruaje esperando en la puerta.
Al entrar en el bar, se dirigió a la barra y le dirigió un movimiento de cabeza al encargado. Como por arte de magia, un vaso de whisky apareció sobre la barra.

por SuenoLR Lun Mar 13, 2017 6:44 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Miér Mayo 03, 2017 4:16 pm

Manana seguira mis lindas lectores

por asturabril Miér Mayo 03, 2017 7:20 pm

Sigue sigue I love you

por SuenoLR Jue Mayo 04, 2017 3:29 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Jue Mayo 04, 2017 5:05 pm

por asturabril Vie Jun 02, 2017 7:11 pm

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