Novela LevyRron "Un libertino enamorado" de Gail Ranstrom

por EsperanzaLR Sáb Feb 04, 2017 3:09 pm

Argumento:
La misteriosa seductora se hacía llamar lady Lace…
Aburrido de su vida disoluta, William Hunter ansiaba una nueva distracción. Y
se le presentó en la figura de la misteriosa lady Maite. Sus flirteos indicaban que se
trataba de una mujer experimentada; pero sus enigmáticos besos eran inocentes y
puros.
Aquel noble que se había ganado el apelativo de lord Libertino se propuso
seducirla para averiguar la verdad. Pero tan famoso canalla no estaba preparado
para las respuestas que consiguió. Y, al tiempo que descubría los secretos de la
dama, puso en peligro su vida y su corazón…

por SuenoLR Dom Feb 05, 2017 5:39 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Dom Feb 05, 2017 1:07 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Dom Feb 05, 2017 1:12 pm

Prólogo
Londres, 25 mayo, 1821
Con el pánico recorriendo todo su cuerpo, Maite se apresuró por aquel pasillo del hospital de Middlesex, guiada por el hombre enviado por el Ministerio del Interior. El hombre señaló una puerta y ella entró en una sala con unas veinte camas. El olor, algo fétido y sucio, impregnaba el aire.
—Por aquí, señorita O'Rourke —dijo su acompañante, y la dirigió hacia una cortina situada en el otro extremo de la sala.
Maite redujo el paso, vacilante después de toda esa urgencia. El hombre, lord Wycliffe, había intentado prepararla, le había dicho que tal vez no reconociese a Cora, que tendría que prepararse y ser fuerte. Volvió a mirarlo, buscando seguridad en su rostro, pero no la encontró.
Deseaba haber podido esperar a que su madre regresara de buscar a Cora en el parque, pero lord Wycliffe le había dicho que no había tiempo que perder. Había dejado a su hermana Eugenia encargada de llevar a su madre y a Lilly al hospital cuando regresaran. Luego lord Wycliffe la había llevado allí. Para identificar a Cora. Durante el trayecto, le había contado a Maite lo sucedido. Cora había sido golpeada, mancillada, desfigurada y abandonada en un camino polvoriento, donde había sido encontrada por los guardias. Ahora, estando tan cerca, Maite temía lo que fuese a encontrar.
Tragó saliva.
—¿Necesita unos segundos, señorita O'Rourke?
Maite negó con la cabeza y avanzó lentamente. Lord Wycliffe se dirigió a la cama y descorrió la cortina. Le tocó el hombro cuando ella se acercó.
—La esperaré, señorita.
La única luz era la que entraba por una ventana socia, pero no parecía haber nada de Cora allí. ¿Dónde estaba su capa? ¿Su vestido o sus zapatos?
Maite se acercó más. El ocupante de la cama tenía las muñecas y el cuello vendados. Miraba hacia otro lado, e Maite reunió el poco coraje que le quedaba antes de tocarle el hombro.
—¿Cora?
Lentamente, su hermana se volvió, e Maite no pudo evitar un gemido de dolor. Pensaba que estaba preparada para cualquier cosa, pero no para aquello… aquella parodia de Cora. Y, en efecto, era Cora; su pelo rubio estaba manchado de sangre seca, le faltaba un pedazo de piel en la frente, y sus ojos azules estaban tan hinchados que apenas podía abrirlos.
Aquellos labios cortados e hinchados se abrieron levemente y Cora emitió un suspiro.

por EsperanzaLR Dom Feb 05, 2017 1:16 pm

—Mai…
—Estoy aquí, Cora —dijo Isabella tomándole la mano—. Te pondrás bien. Estoy aquí y voy a llevarte a casa.
—No… no voy a irme a casa —dijo Cora.
—Por favor, Cora…
—No finjas.
Maite no pudo aguantar las lágrimas por más tiempo.
—Sé… valiente —susurró Cora—. Véngame, Mai —Cora se detuvo un instante cuando su labio hinchado se rasgó y comenzó a sangrar—. Me mintió en todo… No era quien decía ser.
—¿Quién? ¿Y cómo puedo conocerlo? —preguntó Mai—. Si mintió sobre su nombre…
—Un caballero. De la alta sociedad. Encantador, de pelo rubio y ojos verdes… más alto de lo que era papá.
—Eso no es suficiente, Cora. Necesito más. Tienes que aguantar. Debes ponerte bien…
—Sus besos —suspiró su hermana, y cerró los ojos como si estuviera recordando—. Siempre… siempre se humedece los labios después de besar. Como si saborease… y sabe a… a algo amargo.
—Pero…
Cora abrió los ojos y la intensidad de su mirada inmovilizó a Maite.
—Prométemelo, Mai.
—Te… te lo prometo. Lo juro por mi vida. Descansa, Cora. Mamá llegará enseguida y…
Pero la mano de Cora se relajó y su cara se heló mientras contemplaba a Maite, como si se lo suplicara, incluso después de muerta.
—No… —gimió Maite—. No… no…
Lord Wycliffe se acercó y la abrazó.
—Apártese, señorita O'Rourke. Debemos esperar a su madre en el despacho de la matrona.
Pero en ese preciso instante su madre y sus hermanas entraron corriendo en la sala.
—¡Mai! ¡Mai! ¡Di que no es nuestra Cora! Di que se trata de un terrible error.
—Mamá…
Maite trató de evitar que su madre y sus hermanas se acercaran a la cama de Cora, pero la echaron a un lado, empujándola contra lord Wycliffe. Un segundo después, un alarido rompió la quietud de la sala mientras su madre se lanzaba sobre el cuerpo inerte de Cora.

por EsperanzaLR Dom Feb 05, 2017 1:18 pm

—¡Mi pequeña! ¡Mi querida niña! ¿Cómo has podido? ¿Cómo has podido dejar que llegara a esto?
—Yo no sabía que…
—¡Era tu deber saberlo! —su madre hundió la cara contra el pecho de Cora y sollozó mientras hablaba—. Deberías haber sido tú. ¿Por qué no has sido tú?
Las palabras, cruelmente sinceras, se le clavaron en el corazón a Maite e hicieron que le costase trabajo respirar. Se dio la vuelta y sintió cómo las lágrimas le resbalaban por las mejillas. Eugenia y Lilly se abrazaron la una a la otra con fuerza, pero Maite jamás se había sentido tan sola en toda su vida.
Lord Wycliffe, un completo desconocido, le ofreció el único consuelo que pudo encontrar. Le pasó un brazo por la cintura para sujetarla y murmuró alguna trivialidad. La pena, la rabia, el dolor y la soledad se apoderaron de su cuerpo mientras Maite renovaba en silencio su promesa.
«Descansa en paz, Cora. Te vengaré».

por SuenoLR Lun Feb 06, 2017 7:23 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Lun Feb 06, 2017 3:47 pm

por EsperanzaLR Mar Feb 07, 2017 2:26 pm

Capítulo 1
Londres, 2 julio, 1821
—¿Qué hacemos aburriéndonos en un baile de máscaras cuando podríamos estar divirtiéndonos en un sabat de brujas? Estamos en verano, Hunter. Tiene que haber algo mejor que hacer. Algo divertido.
¿De verdad? William Hunter bostezó y escudriñó el abarrotado salón de baile de Argyle. Un baile de máscaras y sus amigos y él ni siquiera se habían molestado en llevar disfraces. Qué triste, sobre todo cuando no había nada que le resultara interesante; ni allí ni en ningún otro lugar. Bueno, estaba destinado a acabar así. Había poco que no hubiera hecho, intentado o probado.
Henley volvió a darle un codazo.
—Va a haber una profanación de las tumbas en la capilla del cementerio Whitcombe. Si se te ocurre algo…
William dio un trago a su copa de brandy y negó con la cabeza.
—Nada mejor que los sabats de Whitcombe. Ve sin mí, Henley. Creo que me voy a retirar pronto.
—¿Pronto? ¿Estás loco, Hunter?
¿Loco? ¿Era así como se describía el aburrimiento más absoluto?
—Es una tontería, Henley. Todo es fingido, sabats de brujas, peleas de gallos, prostitutas…
—Tenemos que encontrar algo que te interese, Hunter. Una cura para tu aburrimiento.
—¡Que Dios se apiade de mí! —exclamó William riéndose—. Vas a sugerir una mujer, ¿verdad?
—Nada como una joven dispuesta para aliviar tus preocupaciones, ¿verdad?
William consideró la propuesta durante unos segundos. Pero incluso eso le pareció aburrido. ¿Cuántas mujeres había tenido en el último año? ¿Cuántas seducciones? ¿Cuántos flirteos ilícitos? Que Dios se apiadara de él, había perdido el apetito incluso para eso.
Cuando su hermano mayor, el conde de Lockwood, se había casado cuatro meses antes, William se había instalado en una casa pequeña. No quería quedarse en la mansión familiar y ver la felicidad conyugal de Lockwood; por cómica que resultara. Sus hermanos, James y Charles, también habían alquilado pisos para darle privacidad a la pareja. Las pocas restricciones que su hermano mayor le hubiera podido imponer habían desaparecido. Curiosamente, al tener libertad para hacer cualquier cosa, ya no disfrutaba haciéndolo.

por EsperanzaLR Mar Feb 07, 2017 2:29 pm

En cualquier caso, se sentía extrañamente inquieto esa noche, como expectante. Había algo nuevo en el horizonte, pero sospechaba que no lo encontraría en los lugares habituales.
—No —respondió ante la sugerencia de Henley—. Creo que iré a ver qué sucede en el club y luego me tambalearé hasta casa.
—¿Tan abatido estás, Hunter? Antes solíamos vivir por noches como ésta. ¡Mira a tu alrededor! Los hombres y las mujeres buscan hacer travesuras.
Una vez más, William contempló a la multitud. La gente estaba animada, eso era cierto. Ocultar la identidad tras las máscaras daba pie a un comportamiento lascivo. ¿O acaso era el verano y los días calurosos los que aflojaban la moral? Fuera lo que fuera, estaba presente en la reunión de esa noche y probablemente lo estuviera también en los bailes, musicales, fiestas y ferias de los próximos días. Pero…
—Nada de eso es nuevo, Henley. Es lo mismo de siempre, pero con otra apariencia.
—Tonterías. Hay mucha variedad. Éste es el primer año en que lady Maite ha hecho su aparición.
—¿Lady qué?
Henley señaló con la cabeza hacia un grupo de gente situado en una esquina. Todos hablaban y se reían. En el centro había una pequeña mujer con vestido de seda negro y una máscara de encaje también negra. Era demasiado delgada para su gusto, y no muy exuberante, pero había cierto atractivo en ella. Agitó una mano con gesto despreciativo y dos hombres se apartaron. Otros dos ocuparon su lugar, incluyendo su amigo Conrad McPherson.
Andrew entornó los ojos para poder ver con la tenue luz de las velas. Sí, era delgada, pero no tanto como para no poder llenar un vestido. Y, aunque no tenía un busto generoso, su escote pálido hacía intuir las suaves formas que ocultaba la tela. Su pelo castaño, recogido con lazos negros, habría resultado aburrido de no ser por los brillos de fuego en los rizos que caían por su espalda.
—Intrigante —murmuró—. Háblame de ella.
Henley sonrió, sin duda satisfecho por haber despertado su interés.
—Se llama lady Maite, siempre viste de negro y, hasta el momento, no ha revelado su auténtica identidad. Se especula que es del norte. De Yorkshire, quizá, o de Escocia o Irlanda, a juzgar por su acento ligeramente gaélico. No lleva mucho por aquí; una semana, quizá. Y algunos dicen que es la viuda de un noble. Otros juran que es una cortesana en busca de su siguiente protector. Lo único que sabemos seguro es que cada noche que aparece, honra a un hombre con un beso. ¡Y qué beso! No es un beso de hermana en la mejilla, sino uno profundo y lleno de promesas. Me pregunto por qué nunca me habrá elegido a mí.
—Una herramienta diseñada para hacer hablar a la gente y anticipar su llegada a los hombres —dijo William—. No es más que una mujer de negocios muy astuta. Pronto elegirá, y la pobre pagará por ello.

por asturabril Mar Feb 07, 2017 2:41 pm

Sigue sigue❤❤

por EsperanzaLR Miér Feb 08, 2017 3:15 pm

asturabril escribió:Sigue sigue❤❤

Ahora sigo mi Abril

por EsperanzaLR Miér Feb 08, 2017 3:18 pm

—Ahora mismo no tienes amante, ¿verdad, Hunter? ¿Por qué no lo intentas?
—No es mi tipo. No tiene suficiente carne.
—Puede que quieras probar algo nuevo. Sería un golpe maestro irte con la mujer más buscada de la temporada. Hay mucha diferencia entre ella y las colegialas que invaden la ciudad.
¿Deseaba un golpe maestro? No. Pero la idea de descubrir qué había bajo esa máscara negra le resultaba atrayente. Normalmente no era competitivo, pero la idea de seducir a una mujer que no se comportaba como una colegiala y que no buscaba una proposición de matrimonio era interesante. Ojalá no fuese una cortesana en busca de un protector. Acababa de pagarle una generosa suma a la última.
—Vete a Whitcombe sin mí, Henley. Nos veremos más tarde.
Maite O'Rourke tuvo que controlar las náuseas cuando el hombre de pelo negro la besó. Tenía cierta finura, pero la verdad seguía siendo que había permitido semejante acto de intimidad a un extraño. Y además ya sabía todo lo que necesitaba saber.
Aquél no era el hombre que había matado a Cora.
Se apartó fingiendo reticencia y le colocó una mano sobre el pecho para mantenerlo alejado.
—¡Vaya! Casi me deja sin aliento, señor McPherson. Tendré que ir con cuidado.
—No haga eso, señorita —dijo el hombre mientras hacía una reverencia—. Yo cuidaré de usted.
Ella sonrió y se llevó el abanico cerrado a la mejilla derecha.
—Lo pensaré, señor. Ahora puede irse —señaló hacia el salón de baile y esperó a que el hombre desapareciera.
Una vez sola, respiró profundamente hasta dejar de sentir escalofríos por el cuerpo. Se giró hacia la mesa que había en la alcoba y vio un vaso olvidado con un líquido color ámbar. ¿Whisky? ¿Brandy? No importaba.
Casi sin dudar, lo agarró y dio un trago, deseando que el licor le borrara la poca humanidad que le quedaba para poder así terminar con lo que había empezado.
Tragó el líquido al tiempo que cerraba los ojos y apoyaba la frente en la pared.
—¿Ese escalofrío de repulsión ha sido por usted o por su acompañante?
Maite se dio la vuelta para enfrentarse al intruso que había irrumpido en la alcoba. Estaba observándola con un hombro apoyado en la pared y una sonrisa cínica. Se sintió atravesada por sus ojos, verdes e intensos, y sospechó que estaba viendo más de lo que debería.
—¿Un beso le parece repulsivo, señor?

por EsperanzaLR Miér Feb 08, 2017 3:22 pm

—Yo no, pero su reacción dice lo contrario. William Hunter a su servicio, señorita —dijo él mientras hacía una reverencia burlona.
Ella le devolvió el gesto, pero no dio su nombre ¿Qué diría si supiera que había dado su primer beso hacía sólo una semana?
—Dejando de lado mi reacción, señor Hunter, sí me gustan los besos. Por eso doy tantos.
—¿Lady Maite, es ése su juego? ¿Acumular besos?
A Maite no le sorprendió que conociera su alias. Se estaba haciendo muy conocida. Consideró la posibilidad de mentir, pero se dio cuenta de que sería fútil. Aquel hombre tenía aspecto de haber dicho suficientes mentiras en su vida como para reconocer una.
—Puede que parezca muy rural, señor, pero siempre me sorprende ver cómo los desconocidos en la ciudad sienten que tienen derecho a conocer los detalles íntimos de mi vida.
—Deduzco que no soy el primero en preguntarle sobre su pasado, señorita. Pero el nombre no es nada íntimo.
—No veo necesario darle permiso a la gente para usarlo, dado que no planeo quedarme mucho tiempo en Londres.
William estiró el brazo, le quitó la máscara y la dejó sobre la mesa.
—¿Le parezco el tipo de hombre que necesita permiso?
No, la verdad era que no. Su sola presencia la ponía nerviosa. Era fuerte y exigente. Era peligroso. Era un hombre como el que había matado a Cora. Y entonces se dio cuenta de lo que tenía que hacer. Tendría que hacerlo tarde o temprano, así que sería mejor terminar cuanto antes.
Cubrió la poca distancia que los separaba, deslizó los brazos alrededor de su cuello y se puso de puntillas para alcanzar su boca. Sintió su sorpresa, pero, cuando sus labios se juntaron, se relajó y la rodeó con sus brazos para apoyarla contra la pared. Sin escapatoria.
Sin piedad.
Su beso era potente y poderoso, e Maite se sintió débil. Los pechos comenzaron a endurecérsele contra su torso; jamás había sentido nada parecido. En alguna parte de su cerebro, advirtió que se estaba dejando llevar por aquel beso, perdiendo la fuerza de voluntad para resistirse.
¡Había perdido el control de la situación! reunió el poco sentido que le quedaba y trató de recuperar el poder, pero William Hunter no parecía dispuesto a cedérselo.
Introdujo la lengua en su boca e Maite quiso apartarse, pero no tenía adonde ir. Con la pared en la espalda y el señor Hunter delante, estaba atrapada como en una jaula. Deslizó los dedos por su cuello v le acarició el pelo de la nuca, arqueándose contra él, deseando más.

por EsperanzaLR Miér Feb 08, 2017 3:25 pm

Pero entonces él se quedó quieto y se puso rígido. Apartó los labios y se estiró para zafarse de su abrazo. ¿Había hecho algo para asquearlo?
—Me ha embrujado, lady Maite —dijo él dándole la vuelta—. Pero prefiero realizar esas actividades en privado.
Maite se dio cuenta de que se había desviado de su propósito original, pero no sabía cómo. Sólo pudo quedarse allí de pie, mirándolo, incapaz de hablar.
—Diga su precio —añadió él, volviéndose de nuevo para mirarla—. Y, por favor, no me decepcione preguntando a qué me refiero.
—Lo comprendo, señor, pero creo que me ha malinterpretado. No estoy en venta. A ningún precio.
—Entonces busca un marido.
—No.
—Mucho mejor, querida, pues ningún hombre respetable se casaría con una mujer que ha besado a la mitad de sus amigos.
Maite se rió irónicamente y apartó la mirada, preguntándose si habría otro vaso de licor cerca.
—Tal vez el hombre que busco no sea respetable.
—Entonces usted y yo encajaremos bien, señorita, dado que no soy en absoluto respetable.
Maite volvió a mirarlo y lo encontró incómodamente cerca. Levantó una mano para mantenerlo alejado.
—¿Sin palabras de afecto? ¿Sin declaraciones de amor eterno ni promesas? ¿Qué tipo de cortejo es éste, señor?
—¿No acabo de decir que me ha embrujado? Podría mentirle, Maite, pero pensé que no era usted de las que desean esas cosas. ¿Cómo podría amarla si apenas la conozco? ¿Cómo podría jurar fidelidad cuando enseguida estaremos ambos con nuestro siguiente amante? Pero, si es lo que necesita, se lo daré. Pero le advierto que nada será sincero y que no permitiré que me insulte después.
—En cualquier caso, señor Hunter, no estoy en venta.
—Si no es dinero ni matrimonio, diga cuáles son sus términos.
—Cuando los sepa, señor, se los diré.
—Por favor, hágalo. Cuando deseo algo, no soy muy paciente.
—Gracias por la advertencia.
William sonrió, hizo una reverencia y se marchó. Antes de salir por la puerta, se dio la vuelta y volvió a mirarla. Maite sintió su mirada recorriendo todo su cuerpo. Su admiración era evidente, pero la sexualidad de su mirada la ponía nerviosa.

por SuenoLR Jue Feb 09, 2017 6:04 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Jue Feb 09, 2017 1:16 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Jue Feb 09, 2017 1:38 pm

Contempló la máscara situada sobre la mesa. ¿Cómo podría mantenerlo alejado? Sería mejor que encontrase a su presa cuanto antes.
Lady Maite. Oh, sí. Aquello iba a ser interesante. ¿Hacía cuánto tiempo que una mujer no lo rechazaba? Al menos ese tipo de mujer.
William se puso el sombrero, agarró su bastón y salió a la calle oscura. El cementerio Whitcombe estaba a unos veinte minutos andando, de modo que declinó un carruaje y decidió que el ejercicio le serviría para gastar su energía.
Y para borrar el recuerdo del mejor beso de su vida.
Ser besado de esa forma tan descarada, excitarse tan deprisa, todo aquello no tenía precedentes para él.
Lady Maite tenía que ser una bruja. Aquel beso… ¿cómo había sabido justo qué hacer para que perdiera el control? ¿Y cómo había conseguido lo que ninguna mujer había conseguido antes? Jugar con sus propias reglas, sin fingir.
¿Cómo había podido considerarla poco atrayente a primera vista? Maite mejoraba en las distancias cortas. Tenía unas proporciones perfectas. Sus pechos eran suaves y lo suficientemente voluptuosos como para hacerse notar contra su torso. Y su pelo no era aburrido en absoluto, sino lleno de tonalidades; castañas, rojizas y rubias. Sus ojos eran de un intenso color avellana verdoso. Pero su boca… ¡qué boca! Era como todas sus bocas favoritas en una.
¿Pero qué podría hacer con ella? Obviamente tenía sus propios planes, y él no estaba en ellos. Pero saber eso no satisfizo su lujuria. La deseaba, y pensaba salirse con la suya.
Sintió la sangre agitándose de nuevo y aceleró el paso. No había pensado ir al sabat de las brujas aquella noche, pero ahora sentía la necesidad de divertirse. Iría a buscar a Henley y a los demás y encontrarían algún tipo de pecado que cometer.
Maite cerró la puerta de la casa alquilada de la calle James. Por muy horrible que hubiera sido la velada, llegar a casa y empezar a sentir la culpa y el dolor era peor. Dejó caer la capa al suelo, se quitó los zapatos y entró en el salón. Al oír un suave suspiro en el sofá, supo que Eugenia la había esperado levantada.
—¿Mai? —preguntó su hermana frotándose los ojos.
—Gina, te dije que no me esperases despierta. Vuelve a la cama, querida. Mamá te necesitará por la mañana —se dirigió al mueble bar y se sirvió una copa de oporto para poder dormir mejor.
—Ha tenido una mala noche, Mai. Se dormirá tarde, pero puede que quiera verte mañana.

por EsperanzaLR Jue Feb 09, 2017 2:02 pm

Maite le dirigió una sonrisa de tristeza a su hermana. Qué considerado por parte de Gina albergar esa esperanza. En realidad, su madre era el tipo de persona que necesitaba culpar a alguien que no fuera ella misma por cualquier desastre. En esa ocasión, ese alguien era Mai.
Y lo peor era que Mai también se culpaba. Si hubiera prestado más atención a las salidas de Cora. ¡Un paseo por el parque, claro! Su hermana había estado saliendo con un asesino. Si hubiera ido con ella. Si se hubiera alarmado antes al ver que Cora volvía tarde a casa.
—El señor Franklin vino a la hora de la cena —dijo Gina—. Quiere saber si vamos a seguir en la casa durante el mes de septiembre. No supe qué decirle.
—Si no estoy la prójima vez que venga, dile que sí. No podemos irnos de Londres hasta que mamá no esté preparada para viajar, pero puede que tarde. En cualquier caso, tendremos que pagar, incluso aunque dejemos vacía la casa. Mamá firmó el contrato y tenemos que cumplirlo.
—Yo digo que cuanto antes nos marchemos, mejor —dijo Gina—. Londres no sólo ha matado a Cora, sino que te está arrastrando a ti también.
—Calla, querida —dijo Mai—. Londres no me está arrastrando. Simplemente busco al asesino de Cora. No saldrá impune. Se lo prometí.
—Pero, Mai, has cambiado. Bebes cosas demasiado fuertes, sales sin carabina y vuelves tarde. Arruinarás tu reputación.
Mai se rió amargamente.
—Cora ha muerto. Muerto. El escándalo nos arruinará a todas; a ti, a Lilly y a mí. Sólo espero que podamos irnos de Londres antes de que la noticia llegue a la alta sociedad, cosa que ocurrirá cuando lord y lady Vandecamp lleguen a la ciudad. Retirarán su patrocinio inmediatamente. Cuando mamá esté bien, regresaremos a Belfast, probablemente para no volver. ¿Así que realmente crees que me importa lo que piense un grupo de estirados londinenses? Nuestra reputación ya está arruinada.
—Eso no es justo. No fue nuestra culpa. Y no importa lo que piense la sociedad; tampoco fue culpa de Cora.
—Eso no importa. Siempre culpan a la chica. ¿Qué hacía allí? ¿Por qué no iba acompañada? De alguna forma, acabará siendo culpa de Cora. Ahora vete a la cama, querida. Estoy a salvo y me levantaré presentable. Sólo quiero ver a mamá y a Lilly.
Gina se puso en pie y dijo:
—No vuelvas a quedarte dormida en el sofá. La cocinera te encontrará cuando baje a preparar el desayuno. Se lo dirá a Nancy y Nancy se lo dirá a mamá.
Maite asintió. Nada era secreto para los sirvientes. Cuando Gina se fue, ella regresó junto a la botella que había dejado en el mueble. ¿Un sorbo? Lo suficiente para permitirle dormir sin soñar. ¿O acaso Nancy también había comentado sus hábitos con la bebida? ¿Estaría midiendo la cantidad de líquido de las botellas?
¿Qué le estaba pasando? Antes de la muerte de Cora, jamás había probado algo más fuerte que el vino con agua, y ahora consumía el alcohol libremente y sin diluir.

por EsperanzaLR Jue Feb 09, 2017 2:09 pm

Para olvidar el dolor. Para dormir sin soñar. Para borrar el odio que sentía hacia sí misma y el sabor de los besos anónimos.
Regresó al sofá. Necesitaba un momento para cerrar los ojos y hacer planes para el día siguiente, y para descansar.
Se levantaría temprano, con sus hermanas, para que su madre no pudiera quejarse; Lilly y Gina necesitaban control. No podía permitir que deambularan por ahí solas como Cora.
Cora. La hermosa y trágica Cora.
En las semanas que siguieron a la muerte de su hermana, Mai había ido diariamente al ministerio del Interior en busca de información. Pero no habían encontrado pruebas y el caso había sido archivado. Lord Wycliffe había estado demasiado ocupado trabajando en otros casos. Le habían jurado que habían hecho todo lo posible, pero admitieron que tal vez el asesino de Cora nunca fuese llevado ante la justicia.
Pero Mai no podía aceptar eso. Antes de morir, Cora le había dicho que ese hombre siempre se humedecía los labios después de besar. Como si estuviera saboreándolo. Y sabía a algo amargo. Así que, durante la última semana, había salido en sociedad y había buscado a hombres que encajaran con la descripción de Cora.
El hombre de esa noche, el señor Hunter, se había dado la vuelta después de besarla. ¿Habría sido debido a la sorpresa? Pero no recordaba si sabía amargo o no.
La idea hizo que se pusiera en pie y regresara al mueble bar. No se serviría un trago, sino media copa. Bebió allí de pie, y no se movió hasta que el fuego del alcohol le llegó a los pies.
¿Qué temía más? ¿Soñar con Cora o con aquel último beso?

por asturabril Jue Feb 09, 2017 4:33 pm

Interesante. Sigue sigue❤❤

por SuenoLR Sáb Feb 11, 2017 3:49 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Sáb Feb 11, 2017 1:25 pm

asturabril escribió:Interesante. Sigue sigue❤❤

Ahora sigo mi Abril

por EsperanzaLR Sáb Feb 11, 2017 1:26 pm

SuenoLR escribió:
Sique mi Kat

Ahora sigo mi Tonia

por EsperanzaLR Sáb Feb 11, 2017 1:38 pm

Capítulo 2
Los rayos de sol se filtraron a través de las cortinas que rodeaban la cama de William. Debía de ser por la tarde. La cabeza le palpitaba al ritmo del corazón y tenía la lengua pegada al paladar. No podía librarse de aquel sabor. ¿Qué había tomado la noche anterior? ¿Sulfuro?
Oh, sí. El sabat de las brujas. Se habían pasado de mano en mano un cáliz con vino y azufre mientras lady Elwood yacía desnuda en el altar, en sumisión voluntaria. Se había reído cuando Throckmorton le había echado vino en la tripa para lamérselo después. En vez de encontrar la escena excitante, William no había dejado de pensar en dónde estaría lord Elwood.
Se incorporó y se frotó los ojos, tratando de recordar el resto de la noche. Henley, Throckmorton y Booth se habían dejado llevar por el exceso sexual de la orgía del sabat y William los había abandonado para irse a las tabernas. No quería irse a casa. Se sentía inquieto después de su encuentro con lady Maite. No estaba listo para dormirse, y ni su mayordomo ni su cocinera eran buena compañía a altas horas de la madrugada.
Apartó las cortinas de la cama y se tambaleó hasta el lavabo. El agua fría en la cara consiguió despertarlo del todo. Aquello de ser un libertino era más agotador de lo que había imaginado, pero se había lanzado a ello con entusiasmo.
Siendo el segundo hijo de un conde, no podía heredar el título, tenía pocas responsabilidades familiares y suficiente dinero para ser independiente. Después de Oxford, se había unido al ejército de caballería, había sido enviado a España para ahuyentar a Bonaparte, había sido condecorado por su valentía y abandonado de nuevo en las costas de Inglaterra.
Al regresar, ya no quedaba un solo rincón de su alma que no estuviera corrompido. Al principio había intentado ahogar sus recuerdos, pero acabó asumiendo que siempre formarían parte de él. Debería haber cambiado, debería haber advertido su libertinaje y haber parado. Pero era demasiado tarde para eso. No había redención para Willam Hunter, lord Libertino.
Se secó la cara y se pasó los dedos por el pelo. Iría a la barbería ese día y luego a hacer ejercicio. Y esa noche, una vez más, volvería a salir. Al menos la aparición de ladyMaite había roto con la monotonía. Sí, supondría una distracción interesante, aunque temporal.
Mai se coló en un grupo de gente que entraba a la casa Marlborough para el baile. Se pegó a los hombres, que enseñaban sus invitaciones en la puerta, sabiendo que se daría por hecho que iba con ellos.
Una vez dentro, se separó del grupo y comenzó a investigar. Le devolvió el saludo al señor McPherson. Esa noche no se acercaría a hablar con ella. Estaba en

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