Re: WEB NOVELA LEVYRRONI "Placer imprevisto" De Lean Banks

por EsperanzaLR Lun Ene 18, 2016 2:31 pm

Maite ni siquiera había pensado en eso. Su padre las había abandonado cuando ella tenía tres años y no tenía relación con los parientes de su madre porque vivían en la Costa Este, muy lejos de Las Vegas.
—Mira, no estoy segura. Cuando rompí con Tony, imaginé que estaría sola con el niño. No pensé que su familia quisiera saber nada… y francamente, yo tampoco quería saber nada de ellos.
—Tony y yo no somos iguales.
—Estoy empezando a darme cuenta. Pero tengo que pensarlo, Will.
—Termina de cenar —dijo él, llevándola a la mesa—. Podemos hablar de eso más tarde.
Maite tenía el estómago encogido. No sabía si porque Will la había tomado del brazo o por la terrible noticia que acababa de darle. Pero cuando lo miró a los ojos, tuvo la sensación de que aquel hombre podía poner su mundo patas arriba de una manera totalmente inesperada.
—Ahora mismo no puedo comer. Perdona, pero prefiero subir a mí habitación.
Will vio a Maite salir prácticamente corriendo.
Con cada segundo que pasaba se sentía más atraído por ella, aunque no podía explicar por que.
Cuando rechazó que se hiciera cargo de los gastos de la habitación del niño, lo había pillado por sorpresa. Estaba tan acostumbrado a pagar los gastos de una multitud de personas que no solía pensarlo dos veces.
Otras mujeres habían aceptado su generosidad sin protestar. De hecho, en un par de ocasiones habían intentado aprovecharse de él. Una chica incluso dijo haberse quedado embarazada para que le pasara una pensión…
Maite era exactamente lo contrario. A menos que todo fuese un numerito, y podría serlo. Pero no parecía una persona manipuladora.
Will sospechaba que no quería que supiera que se sentía atraída por él, pero lo había visto en sus ojos. No quena, pero así era. Como le pasaba a él.
En otras circunstancias la querría para sí mismo.
Y no sólo la querría. La tomaría.
Maite se paseó por su habitación durante horas, hasta que un terrible dolor de cabeza la obligó a tumbarse en la cama y, sin darse cuenta, se quedó dormida. Cuando se despertó, a las once y medía, su estómago rugía como un león hambriento.

por EsperanzaLR Lun Ene 18, 2016 2:42 pm

—Lo siento, cariño —murmuró, pasándose una mano por el abdomen.
Will le había dicho que podía llamar a Ada si necesitaba algo, pero le daba vergüenza molestarla tan tarde.
En camiseta y pantalón corto, bajó sin hacer ruido a la cocina y abrió la nevera. Afortunadamente, encontró la cena cuidadosamente guardada en recipientes de plástico…
—Me alegro de que hayas recuperado el apetito —la voz de Will la sobresaltó tanto que dejó caer uno de los recipientes que tenía en la mano.
—No te había oído entrar —murmuró, mirándolo de arriba abajo. Sólo llevaba un pantalón de pijama.
—Oí ruido y decidí bajar a investigar.
Maite se concentró en mirar su frente para no fijarse en el magnífico torso desnudo.
—Tenía hambre. Pensaba tomar una manzana y…
—¿Por qué no calientas la cena? —sonrió él, metiendo el recipiente en el microondas.
Maite tenía que hacer un esfuerzo sobrehumano para no mirar aquel torso masculino que era una obra de arte.
Cuando la comida se calentó, Will le hizo un gesto para que se sentara a la mesa y veinte minutos después se había comido un delicioso filete con patatas y un pastel de chocolate.
Maite se apoyó en el respaldo de la silla y estiró las piernas, satisfecha.
—Estaba riquísimo. Gracias.
—De nada —sonrió Will—. No está mal para ser el hombre de hierro, ¿eh?
Ella parpadeó, sorprendida.
—¿Me oíste hablar por teléfono?
—Iba a buscarte y te oí hablar… no fue premeditado.
—Ya.
—Y no, no tengo ninguna esposa atada a la cama. No me parece necesario atar a las mujeres.
—Yo no quería decir…
Will hizo un gesto con la mano.
—Sé que te sientes atraída por mí —dijo entonces, sin ninguna arrogancia.
Ella abrió la boca para negarlo, pero no le salían las palabras.
—Y me halaga —siguió Will—. Aunque seguramente sea mejor que me veas como un hombre frío, porque la verdad es que te encuentro muy atractiva.
—No…

por EsperanzaLR Lun Ene 18, 2016 2:44 pm

—Estoy hablando en serio.
—Pero estoy embarazada. Y el niño no es tuyo.
—El embarazo no oculta tus otros… encantos —Will deslizó sobre su cuerpo una mirada tan ardiente que Maite sintió como si un viento abrasador hubiera soplado sobre ella—. Pero no te preocupes, se me pasará. Puede que hayas seducido a un DeLuca, pero yo no me dejo impresionar tan fácilmente como mi hermano.
Para ella eso fue como una bofetada.
—No estoy intentando impresionarte. Además, fue tu hermano quien me sedujo, no al revés.
—Pues no parece que tú pusieras muchas pegas.
—Yo no… —Maite se puso colorada—. Mi madre había muerto una semana antes de que conociese a Tony y yo estaba hecha polvo. Además, ¿qué te hace pensar que querría volver a tener una relación con un DeLuca? —le espetó, levantándose.
Pero Will la sujetó por la muñeca cuando intentaba salir de la cocina.
—Sigue pensando eso, te hará falta. Pero sólo para que lo sepas: si algún día te acostases conmigo, no te parecería una simple secuela.
Ella sintió un escalofrío. Sabía que no estaba siendo presuntuoso. Sólo estaba diciendo la verdad.

por Joanita Lun Ene 18, 2016 5:47 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

por asturabril Lun Ene 18, 2016 6:43 pm

por SuenoLR Mar Ene 19, 2016 6:15 am

Sique mi Kat

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 2:58 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

Ahora sigo Joanita

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:04 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:14 pm

Capítulo 3

Maite abrió los ojos al oír las notas de música clásica que salían del elegante despertador y. tumbándose de lado, se tapó la cabeza con la almohada.
"Unos minutos más».
La cama era divina. Le gustaba tanto que no quería levantarse. Mucho mejor que la de su apartamento.
Se sentó en la cama de golpe, recordándose que no debía acostumbrarse a tantos lujos. En algún momento, y seguramente sería más pronto que tarde, tendría que volver a su casa, en la que ella era la cocinera y el ama de llaves. Allí no habría despertador con música clásica y lo más parecido a una cena preparada por un chef sería un plato congelado.
Tras saltar de la cama, cruzó el suelo enmoquetado de la habitación para entrar en el cuarto de baño. Tendría que levantarse antes porque la casa de Will estaba más lejos de la clínica, se dijo. Pero pensar en él hacía que algo dentro de ella se encogiera.
Tenía hambre, decidió. Era eso o el niño.
Después de ponerse la bata azul que usaba para trabajar, bajó a la cocina y se sorprendió al ver a Will paseando y hablando por el móvil. Llevaba un pantalón corto y una camiseta sin mangas que dejaba al descubierto unos bíceps de escándalo. Todo en él daba una impresión de fuerza.
—Dile a Alex que estamos limitando la expansión interior hasta que veamos qué pasa con el dólar. Sí, ya sé que Alex tiene otra opinión, pero cada uno sirve a un propósito: yo aporto tranquilidad, él aporta los fuegos artificiales. Yen este momento, la economía no está para fuegos artificiales. Dile que piense en una nueva expansión en el extranjero… Sí, voy a trabajar desde casa esta mañana. Iré por la tarde a la oficina. Gracias, te veo luego… Ah, buenos días, Maite. ¿Has dormido bien?
—Sí, muy bien.
—Tenemos zumo de naranja recién exprimido. Y el cocinero estará encantado de hacerte lo que quieras.
—Tengo que irme ahora mismo si quiero llegar a tiempo a trabajar.
—No puedes irte sin desayunar. ¿No has pensado en el niño?
—Comeré algo luego. Siempre tenemos fruta y magdalenas en la clínica.
—¿Magdalenas y fruta? —repitió él—. Eso no es muy nutritivo.
—No creo que mí hijo esté sufriendo. Además, tomo vitaminas todos los días —replicó Maite, molesta—. Bueno, será mejor que me vaya. Nos vemos luego…
—Tus cosas estarán aquí cuando vuelvas de trabajar.
Ella se detuvo abruptamente.
—¿Mis cosas?

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:22 pm

—Una empresa de mudanzas está ahora mismo guardando tus cosas en cajas para traerlas aquí. Los muebles, la vajilla y todo lo que no necesitas irá a un guardamuebles por el momento. Y las cosas que tenías en la habitación del niño se pondrán en la habitación que hay frente a la tuya.
—Un momento…
—Un decorador te llamará más tarde para que le digas cómo te gustaría…
—¿He dicho yo que fuera a quedarme aquí? —exclamó Maite, perpleja.
Will levantó una ceja.
—¿Tienes elección?
—Podrías haberme dado tiempo para que me acostumbrase a la idea. Enviar a esa gente a mí casa sin consultarme…
—¿Pensabas hacer la mudanza estando embarazada?
—Estoy muy sana. No tienes que tratarme como si fuera de cristal.
—No pienso dejar que hagas esfuerzos físicos, Maite. Además, ellos no tardarán nada en hacerlo. Y estamos de acuerdo, aunque tú no lo hayas dicho en voz alta, en que estarás mejor aquí hasta que encontremos un sitio seguro para ti y para el niño.
Hablaba como si fuera un dictador. Maite no daba crédito a su actitud.
—Mientras tanto, le he pedido a mí abogado que redacte un documento sobre la tutela del niño… por si te ocurriera algo.
—Ya te he dicho que no voy a firmar nada. Sí firmar esos papeles es parte del trato, me marcho ahora mismo.
—Yo no he dicho eso.
—Incluso tú mismo admites que eres despiadado. No voy a firmar ningún papel que te permita quedarte con mi hijo.
—Aún —dijo Will.
—No voy a dejar que me manipules —le advirtió ella.
—Lo de manipular es de cobardes —replicó Will, burlón.
—¿Entonces cómo lo llamas?
—Lógica y sentido común. Algo que prevalece en la mayoría de los seres racionales.
Maite sabía que no estaba siendo totalmente racional sobre el asunto, pero tampoco quería que aquel hombre le dictase lo que tenía que hacer.
—No voy a dejar que me intimides.
Él la estudió un momento, con expresión más curiosa que amenazadora.
—Muy bien. ¿Estás abierta a una suave persuasión?
—Estoy dispuesta a escuchar lo que tengas que decir. Sin tonterías.

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:26 pm

—Muy bien, de acuerdo —sonrió Will—. Por cierto, el viernes por la noche organizo una barbacoa. Si te apetece reunirte con nosotros… —empezó a decir, levantando una mano para apartarle un mechón de pelo de la cara—. Tu pelo refleja tu personalidad.
—¿Por qué?
—Porque parece cabello de ángel, pero los rizos muestran que eres de naturaleza rebelde.
Cuando lo miró a los ojos, Maite sintió que le temblaban las piernas. Era el hombre más viril que había conocido nunca. Se sentía totalmente fascinada… y totalmente asustada a la vez.
Agarrándose a ese pensamiento, dio un paso atrás. Will DeLuca era un hombre poderoso, demasiado para ella.
—Tengo que irme. No quiero llegar tarde a trabajar.
Y después salió de la cocina a toda prisa.
Will llegó a casa después de varios asaltos con Alex Megalos, director de operaciones interiores y expansión en Megalos-DeLuca. Alex había sido su rival para el puesto de director general durante mucho tiempo. Inteligente y agresivo, siempre aportaba mucha energía al negocio… pero también causaba problemas. Y después de discutir con él, lo único que le apetecía era volver a casa y pasar una noche tranquila.
Sentado en la oscuridad del salón, Will se sirvió una copa de vino y lo saboreó, en silencio…
Pero un estruendo, seguido de un grito en el piso de arriba, hizo que soltase la copa y saliera corriendo. ¿Qué habría pasado?
Encontró a Maite en la habitación del niño, en el suelo, rodeada de herramientas y lo que parecían piezas de una cuna.
—¿Se puede saber qué estás haciendo?
—¡Estoy intentando montar la cuna! Los de la mudanza la han desmontado.
—Deberían haberla dejado montada —murmuró él, sacando el móvil del bolsillo—. Le diré a mi chófer que suba ahora mismo. Se le dan muy bien estas tareas manuales.
Maite se levantó de un salto.
—No hace falta.
—¿Por qué no?
—Aparte de que su trabajo no es montar cunas, son más de las diez. Y quiero hacerlo sola.
—¿Por qué?

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:38 pm

—Porque sí. Monté la cuna sola una vez y puedo volver a hacerlo.
—¿Por qué es tan importante para ti? El niño no sabrá si la has montado tú.
—Algún día lo sabrá porque se lo contaré yo misma —lo interrumpió ella—. Un día sabrá que su mamá lo quería tanto que dedicó todo su dinero, su tiempo y su esfuerzo a preparar una habitación preciosa para él.
Esa determinación asombró a Will. Y algo más que eso.
—No se me había ocurrido verlo así. Estoy seguro de que mi madre no montó mi cuna.
—¿Por qué no?
—Tuve un montón de niñeras e institutrices… y me enviaron a un internado antes de que mis padres se divorciaran.
—Mí madre sabía coser, tejer y me hacía gorritos, patucos, jerséis… algunas de esas cosas las heredará mi hijo.
—Siempre que no sean de color rosa —dijo Will, burlón.
—No, claro. Pero tengo algunas cosas blancas y amarillas —Maite sonrió, pensativa—. Cuando mi padre se marchó, mi madre y yo nos quedamos solas, pero ojalá siguiera a mi lado. Me gustaría hacerle tantas preguntas…
—Estoy seguro de que vas a hacerlo muy bien. Y cuando el niño vaya a un internado…
—¿Qué? Yo no pienso enriar a mi hijo a un internado.
—No rechaces la idea tan rápido. En un internado se hacen muchos contactos.
—Y luego los niños acaban teniendo una sólida y cálida relación familiar, como tú —lo interrumpió Maite, irónica.
Él abrió la boca, pero volvió a cerrarla.
—El hombre de hierro me persigue otra vez, por lo que veo. En fin, no tenemos por qué hablar del internado. Aún faltan muchos años para eso.
—No faltan años porque no habrá internado —insistió ella.
Will, suspirando, se aflojó el nudo de la corbata.
—Venga, deja que te anide a montar la cuna. ¿Dónde están las instrucciones?
—Ese es el problema, que las tiré una vez montada.
—Bueno, podemos mirarlo en Internet.
—¿En Internet? No se me había ocurrido.
—Ah, entonces soy bueno en algo —sonrió Will—. Espera, tengo el ordenador en mi habitación. No, ven conmigo, aún no te he enseñado el resto de la casa. Y me temo que sigues pensando que tengo una mujer atada a la cama.
Maite se puso colorada.
—¿Cuándo vas a dejar de tomarme el pelo con eso?

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:45 pm

—Cuando dejes de pensar en mí como en el hombre de hierro que no tiene corazón —contestó él, tomando su mano.
Cuando Will abrió la puerta de su suite, Maite se quedó boquiabierta. Las paredes estaban forradas de madera oscura y, el suelo, cubierto por una maravillosa alfombra persa. Había una chimenea de piedra, estanterías con libros, un minibar… y una enorme cama cubierta por un edredón de seda azul marino. Pero lo que más llamó su atención fue el ventanal que ocupaba toda una pared.
—Es preciosa…
—Gracias, a mí también me gusta. Hay una televisión de plasma escondida en esa pared —Will tomó un mando a distancia y, al pulsar un botón, apareció una enorme pantalla disimulada tras los paneles de madera.
—Qué conveniente.
—Mira, ven, por aquí están el gimnasio y la piscina.
—¿Otra piscina? Pero si hay una en el jardín.
—Esa es para pasarlo bien, ésta es para hacer ejercicio. Puedes usarla cuando quieras. Se puede nadar estando embarazada, ¿no?
Maite levantó los ojos al cielo.
—Estando embarazada se puede hacer prácticamente lo mismo que sin estarlo.
Will la llevó a otra habitación en la que había un escritorio, un sofá y más equipamiento electrónico.
—Hay otro estudio en el piso de abajo —le dijo, mientras encendía el ordenador—, pero a mí me gusta más trabajar aquí. ¿Quieres agua mineral, un zumo?
—No, gracias —contestó Maite—. Lo único que te falta para poder vivir aquí es una cocina.
—Hay una cocina francesa al final del pasillo.
Sí, aquel hombre era asombroso, pensó Maite. Y se preguntó entonces cuántas mujeres habrían compartido su cama. Desde luego, no le haría falta encadenar a ninguna.
—Sólo por curiosidad… ¿sabes cocinar o poner la lavadora?
—Pues sí. Nos enseñaron a hacer todas esas cosas en el internado.
—¿En serio?
—Hago unas tortillas estupendas. Yen la barbacoa puedo hacer filetes o lo que haga falta. En mi clase era famoso por hacer unos sándwiches de cine.
Lilli soltó una carcajada.
—¿No hay nada de chocolate en tu repertorio?

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:51 pm

—Yo sólo compro lo mejor —sonrió él, mirando la pantalla del ordenador—. A ver… instrucciones para montar una cuna.
Maite se acercó.
—¿Ya lo tienes? ¿Cómo sabías dónde buscar?
—He mirado el modelo antes de salir de la habitación —Will pulsó el botón de la impresora y, en unos segundos, tenía las instrucciones en la mano.
Una hora después, la cuna estaba montada.
—¡Lo hemos conseguido! —exclamó Maite—. Odio tener que decirlo, pero no podría haberlo hecho sin ti. Gracias.
—De nada —contestó él—. Ojalá todo fuera tan fácil —dijo luego, tirando de su mano para levantarla del suelo.
Estaban demasiado cerca, sus pechos aplastados contra el torso masculino, sus muslos rozando los de Will…
—¿Estás bien? —preguntó él, con voz ronca.
—Sí —contestó Maite, con el corazón acelerado—. Es que he estado sentada en el suelo durante mucho rato…
Will levantó una mano para acariciar su pelo, sorprendiéndola con el gesto, sensual y tierno a la vez.
—Dejaste de salir con mi hermano hace meses.
¿Cómo es que no hay ningún hombre en tu vida todavía?
—Estoy embarazada.
—¿Y ningún hombre se ha interesado por ti?
—No —Maite cerró los ojos. El sonido de su voz la tranquilizaba y creaba un caos en su sistema nervioso al mismo tiempo—. No quiero ningún hombre en mi vida por el momento. No sé si lo querré algún día.
—Lo dirás en broma.
—No.
—Todas las mujeres tienen… necesidades.
—Yo no —insistió ella. Y lo decía en serio, porque desde que se quedó embarazada, el deseo sexual parecía haberse esfumado.
—¿Cómo puedes decir eso? Te sientes atraída por mí —murmuró Will, deslizando un dedo por su garganta.
—Eso no significa que quiera acostarme contigo.
—Yo podría hacer que desearas acostarte conmigo. Podría hacer que lo desearas más que nunca.
Maite sabía que era verdad y eso la avergonzó. Pero tenía que cortar aquello de una vez por todas, de modo que tomó su mano y la puso sobre su abdomen.

por EsperanzaLR Mar Ene 19, 2016 3:53 pm

—Este niño siempre estará entre tú y yo —le dijo—. Siempre.
Will volvió a su suite y se sirvió una copa de vino.
Había algo eléctrico entre Maite y él. Ella le tenía un poco de miedo, pero estaba decidida a plantarle cara. Yeso lo atraía aún más. Quería apartarlo, pero se sentía fascinada por él. Podía detectarlo en cómo lo miraba, en cómo respondía.
La pasión que intentaba ocultar lo excitaba más que nada. Aún seguía excitado después de alejarse de ella.
Pasándose una mano por el pelo, entró en su estudio y sacó unos documentos que le había enviado su abogado. Después de lo que le había ocurrido a su hermano por ser irresponsable, Max no podía soportar la idea de que otro DeLuca fuera por el mismo camino.
Sospechaba que Maite nunca firmaría un documento concediéndole la custodia del niño a menos que se pusiera enferma… y sospechaba que ni siquiera entonces.
Pero había otras opciones. Otras maneras de garantizar que aquel DeLuca se educase de manera apropiada. Su abogado había hecho una lista de todas ellas. Algunas más costosas que otras y no sólo en términos económicos.
Pasándose una mano por la barbilla, Will recordó lo que había sentido al recibir la noticia de la trágica muerte de su hermano… la sensación de pérdida, de dolor, de fracaso. Había sido como golpearse contra un muro de piedra.
Y no dejaría que eso volviera a pasarle a otro DeLuca. Nunca.

por asturabril Mar Ene 19, 2016 7:43 pm

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:16 pm

asturabril escribió:

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:21 pm

Capítulo 4

Al día siguiente, al entrar en casa de Will, Maite oyó música y animada conversación en el jardín. Había varios coches en la entrada, pero se le había olvidado la barbacoa…
Lo único que quería era un sándwich y eso podía hacérselo ella misma, pensó. Además, no le apetecía conocer a nadie. Pero cuando entró en la cocina, encontró a dos hombres y dos mujeres trabajando.
—Los invitados no deben entrar en la cocina, bella —le dijo uno de ellos, señalándose a sí mismo—. Louie no puede dejar que le roben sus secretos.
Era el fabuloso chef de Will. Aún no había tenido oportunidad de conocerlo porque sólo iba a la casa a preparar la cena y se marchaba inmediatamente.
—No soy una invitada y no tengo intención de robarle sus secretos. Sólo quiero hacerme un sándwich…
—¿Un sándwich? —la interrumpió el hombre, horrorizado—. ¿Un sándwich cuando puede comer algo delicioso?
—Necesito hacerlo rápido. Sólo quiero subir a mi habitación.
—¿A su habitación? Ah, entonces es usted una amiga especial del señor DeLuca.
—No, no, no creo que el señor DeLuca me considere una amiga especial.
—No veo por qué no —oyó una voz tras ella.
Era un hombre alto y moreno de brillantes ojos verdes.
—Alex Megalos —se presentó.
—Encantada de conocerlo. Yo soy Maite McCall —se presentó ella, detrás de la isleta de la cocina.
Era un hombre muy atractivo, pensó. Se le formaban arruguitas alrededor de los ojos cuando sonreía. Y eso le gustó, no sabía por qué.
—Debería irme. Supongo que ésta es una reunión de negocios…
—No hay razón para no mezclar los negocios con el placer. Venga al jardín, vamos a tomar una copa.
—No, gracias. Sólo quiero subir a mi habitación.
En ese momento, Will entró en la cocina.
—¿Cuándo se ha trasladado aquí la fiesta?
—Querías escondernos esta joya, ¿verdad? —se rió Alex Megalos—. ¿Cómo has conseguido atraer a este ángel a tu oscuro castillo?
—Pura suerte, supongo.
—Pues si necesitas ayuda…

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:25 pm

—Siempre compitiendo —dijo Will, volviéndose hacia el chef—. Louie, creo que la señorita tiene hambre.
—Y eso no puede ser —asintió el hombre.
—Will, no seas avaricioso. Tú ya tienes a Kiki —insistió Alex—. Compártela con los demás. Venga, vamos al jardín.
—Es que no me apetece —dijo Maite—. Gracias, pero estoy muy cansada.
—Oh, qué desilusión. Pero a lo mejor podría llamarte algún día… cuando estés más descansada.
En ese momento, una morena espectacular entró en la cocina.
—Will, cariño, has desaparecido sin decir nada.
—Volveré antes de que termines esa copa, Kiki. Tengo que ocuparme de un asunto personal.
La mujer miró a Maite y levantó una ceja perfectamente arqueada.
—¿Ella es el asunto personal?
Maite tenía la impresión de estar en un nido de víboras. Había demasiada gente compitiendo… ¿por ella?
—Lo único que yo quiero es un sándwich.
—Qué simpática —dijo Kiki.
—Aquí está su plato, bella —sonrió el chef.
—Ah, gracias. Tiene una pinta estupenda. Encantada de conocerlos a todos y… espero que lo pasen bien.
—Yo pienso hacerlo —sonrió la mujer, pasando una mano por el brazo de Will.
—Buenas noches —se despidió Maite.
Pero cuando salió de detrás de la isleta, Kiki y Alex se quedaron mirándola, atónitos. Evidentemente, no se habían dado cuenta de que estaba embarazada.
—¿Quién es el afortunado padre? —preguntó Kiki.
—Pues… —empezó a decir Maite.
—Esto no le incumbe a nadie más que a Maite y a mí —contestó Will.
—Eso es un poquito vago, cariño.
—Ya, pero no es ni el sitio ni el momento para hablar de eso. Louíe se enfadará sí no disfrutamos de su cena. Hablaremos después.
—Bueno, yo me voy a dormir —se despidió Maite de nuevo—. Gracias otra vez, Louie.
Y luego salió de la cocina, agradeciéndole al cielo que Kiki no llevase un arma. Porque, de ser así, estaría muerta

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:27 pm

Después de cenar intentó ver una película en la televisión, pero todas le parecían aburridas, de modo que sacó del bolso un libro sobre cuidados infantiles y empezó a leer.
Enseguida sonó un golpecito en la puerta.
—Sé que no estás dormida —oyó la voz de Will—. Te he oído pasear hace tres minutos.
Suspirando, Maite se levantó.
—Mi chef dice que te vendrían bien unas galletas —sonrió Will, ofreciéndole un plato.
—Seguro que piensa que soy una de tus «amigas especiales», aunque le dejé claro que no lo era.
—Pero tú y yo tenemos una relación especial. Un lazo, en cierto sentido.
—Sí, bueno… ¿hay alguna razón por la que no quieras que Kiki sepa quién es el padre de mi hijo?
—Sí, por razones de seguridad he decidido no decir nada sobre tu relación con Tony. Le debía dinero a demasiada gente.
—Ah, ya. Se me había olvidado.
—Tienes que estar en guardia, Maite. La gente intentará aprovecharse de ti si saben de tu asociación con la familia DeLuca.
—Mis amigos nunca intentarían aprovecharse de mí —suspiró ella, dejando el plato sobre la mesilla. La luz de la lamparita era como un halo alrededor de su cara, intensificando la intimidad del momento.
—La gente siempre intenta aprovecharse de ti cuando tienes dinero.
—Olvidas que yo no lo tengo.
Will se sentó en la cama.
—Eso podría cambiar.
—Si estás hablando de ese ridículo acuerdo…
—No vamos a discutirlo ahora, es muy tarde —la interrumpió él—. Por cierto, Alex me ha pedido tu número de teléfono. No ha parado de hablar de ti.
—Pues qué bien —Maite se encogió de hombros—. Sólo está interesado porque quiere quitarte algo que cree tuyo. Es como un juego.
—Tienes toda la razón, Alex es muy competitivo. Pero subestimas tus encantos —sonrió Will, levantando una mano para acariciarle el pelo.
El corazón de Maite empezó a galopar. Debería haberlo apartado, pero no encontraba fuerzas para hacerlo. Ni siquiera cuando Will deslizó un dedo por sus labios.
—¿Por qué me tocas?

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:32 pm

—¿No le gusta? —preguntó él, mirándola a los ojos—. Hay tantas razones por las que no debería hacerlo… pero me gusta tu piel. Y me gusta cómo me miras cuando te toco.
Maite intentó llevar aire a sus pulmones. Se le ocurrió entonces que nunca había estado tan cerca de un hombre tan poderoso. Will DeLuca sabía quién era y lo que tenía que hacer… y era la clase de hombre que siempre conseguía lo que quería.
Para ella, era como acercarse a un tigre. Pero, al mismo tiempo, era sólido y fuerte. Y sabía que nunca forzaría a una mujer para que hiciese nada. No le haría falta. Pero que la mirase como si fuera su objeto de deseo la mareaba…
—Hay algo en ti, no sé qué es —murmuró él—. Unos ojos azules llenos de secretos, una sonrisa dulce… me haces sentir curiosidad.
La reacción de su cuerpo ante esas palabras la sorprendió. Se consideraba a sí misma sexualmente muerta, pero sintió que su piel ardía y sus pezones se endurecían bajo el camisón.
Y Will lo vio también. Lo supo por el brillo de sus ojos.
—No debería desearte —siguió, deslizando una mano por su cuello—. Pero te deseo.
Luego se inclinó para tomar sus labios y, al sentir la invasión de su lengua, Maite tuvo que responder.
Lo hizo por instinto. Su corazón latía con tanta fuerza que la mareaba y sentía un calor entre las piernas que no había sentido nunca. Algo impedía que se apartase, aunque sabía que debería hacerlo.
Cuando Will empezó a acariciar sus pechos por encima del camisón, dejó escapar un suspiro de placer. Estaba perdida, pensó.
Él besaba su garganta, su cuello, sin dejar de tocarla, sujetándola en un sólido abrazo. Y esa mezcla de solidez y sensualidad la golpeó física y emocionalmente.
El deseo oscurecía los ojos castaños pero, de repente, sacudió la cabeza y se levantó.
Maite, asombrada, volvió a cubrirse a toda prisa, intentando entender lo que acababa de ocurrir. Estaba convencida de que aquella noche, después de romper con Tony, la noche que no podía recordar, la había cambiado para siempre, que nunca volvería a ser la misma. Nunca podría dejar que un hombre la tocase a menos que confiara en él.
¿Por qué iba a confiar en Will? No había ninguna razón. Pero algo en su interior le decía que podía hacerlo. O eso o estaba más loca de lo que creía.
—Me gustaría saber… si respondías de la misma forma con mí hermano.
—No, no era así —dijo ella, las palabras salieron de su boca antes de que pudiera evitarlo.
—¿Por qué no?
—No puedo explicarlo. Pero era diferente.

por EsperanzaLR Miér Ene 20, 2016 3:34 pm

—¿Dejaste a mi hermano antes o después de saber que estabas embarazada?
—Antes —Maite levantó la mirada—. Una noche ocurrió algo… y supe que no podía seguir con él.
—¿Qué ocurrió?
—No me gusta hablar de ello, pero supe que tenía que dejarlo.
—¿Y no intentaste volver con él al saber que estabas embarazada?
—No, en absoluto. No me gustaba su mundo, la gente que lo rodeaba.
—¿Te pidió que volvieras con él?
—Varias veces, pero creo que fue un alivio para él que le dijese que no. Tony no estaba preparado para ser padre.
—¿Y el niño? ¿Has pensado que necesitará una figura paterna?
—Ya me ocuparé de eso más tarde. Ahora mismo lo que necesito es estar tranquila. Mis amigas me ayudarán durante los primeros meses y luego supongo que tendré que arreglármelas sola, como tantas mujeres —suspiró Maite—. Claro que, seguramente tú no lo entiendes. ¿Cómo pude salir con tu hermano, quedarme embarazada…? Tú no estarías en esta situación porque no dejas que tus emociones te guíen.
—En eso tienes razón.
—Pero yo soy un ser humano. ¿Lo eres tú?
—Desgraciadamente, sí. Lo suficiente como para querer terminar lo que hemos empezado hace unos minutos —Will dio un paso adelante y Maite se asustó—. No te preocupes. Puede que sea humano, pero no me dejo llevar por la testosterona. Buenas noches, Maite.
—Buenas noches.
"Soy humano, pero no me dejo llevar por la testosterona".
Will había podido controlarse… y seguramente no perdería el control a menos que quisiera hacerlo. Nunca había conocido a un hombre así y eso la hacía sentirse segura y, al mismo tiempo, asustada. Cerrando los ojos, Maite se apartó el pelo de la cara.
Tenía que estar en guardia, se dijo.

por Joanita Miér Ene 20, 2016 5:49 pm

Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

por asturabril Miér Ene 20, 2016 7:54 pm

por EsperanzaLR Jue Ene 21, 2016 2:33 pm

Joanita escribió:Siguelaáaaaaa por favor! !!!!

Ahora sigo Joanita

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