Foro Maite Perroni & William Levy (LevyRroni)
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Webnovela LevyRroni Adaptada Rapture

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Mensaje por tamalevyrroni Sáb Oct 28, 2017 3:27 pm

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El cielo está oscuro y tiene alas...

Al igual que la arenilla en un reloj de arena, el tiempo se les está agotando a Mai y a William. Para detener a Lucifer de borrar el pasado, deben encontrar el lugar donde los ángeles cayeron a la tierra. Las fuerzas oscuras van tras ellos, y William no sabe si puede hacerlo… vivir solamente para perder a Mai una y otra vez.

Aun así, se enfrentarán juntos una batalla épica que terminará con cuerpos sin vida... y polvo de ángeles. Se hacen grandes sacrificios. Se destruyen corazones. Y de repente, Mai sabe lo que debe suceder.

Se suponía que ella debía estar con alguien distinto a William. La maldición con la que han nacido, siempre y únicamente ha sido sobre ella… y el amor que proyecta queda dejado a un lado. La elección que debe hacer será lo único que verdaderamente importe.
En la lucha por Mai, ¿quién ganará?

La sorprendente conclusión a la serie Fallen. El cielo no puede esperar más.
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Mensaje por tamalevyrroni Dom Oct 29, 2017 1:00 pm

Prólogo

Ocaso

Primero fue el silencio…

En el espacio entre el Cielo y el Ocaso, en lo profundo de la distancia desconocida, hubo un momento cuando el glorioso zumbido del Cielo desapareció y fue reemplazado por un silencio tan profundo que hizo que el alma de William se esforzara por hacer cualquier ruido.

Luego vino la sensación de caer —una Caída que ni sus alas pudieron evitar, como si el Trono hubiera atado lunas en ellas. Apenas se batían, y cuando lo hicieron, no pudieron hacer nada para evitar la Caída.

¿A dónde se dirigía? No había nada ni delante ni detrás de él. Nada arriba y nada abajo.

Sólo una espesa oscuridad y el contorno borroso de lo que quedaba del alma de William.

En la ausencia del silencio, su imaginación tomó las riendas. Llenó su cabeza de algo más que sonido, algo inevitable: las inquietantes palabras de la maldición de Maite.

«Ella morirá… nunca pasará de la adolescencia, morirá una y otra y otra vez en el preciso momento en que recuerde tu elección.

Nunca estarán juntos de verdad.»

Esa había sido la maldición de Lucifer, la cláusula que había añadido a la sentencia de Trono aprobada en el Prado Celestial. Ahora la muerte iba tras su amor. ¿Podría impedirlo William? ¿Sabría siquiera reconocerlo?

¿Qué sabía un ángel sobre la muerte? William había sido testigo de cómo calmadamente se creaba una de las nuevas razas mortales llamada humana, pero la muerte no les concernía a los ángeles.

Muerte y adolescencia: los dos absolutos de la maldición de Lucifer. Ninguno de los dos significaba nada para William. Todo lo que sabía era ser separado de Lucida no era un castigo que pudiera soportar. Tenían que estar juntos.

—¡Maite! —gritó.

Su alma se debía haber calentado al pensar en ella, pero sólo sentía una abundante y dolorosa ausencia de lo que no fue.

Debería haber podido sentir a sus hermanos a su alrededor —todos los que habían elegido mal o demasiado tarde; los que no habían tomado ninguna elección y habían sido expulsados por su indecisión. Sabía que no estaba verdaderamente solo; muchos de ellos habían caído en picado cuando el suelo de nubes que pisaban se había abierto al vacío.

Pero tampoco podía ver ni sentir a nadie más.

Antes de aquel momento, nunca había estado solo. Ahora se sentía como si fuera el último ángel de todos los mundos.

No pienses así. Te perderás.

Intentó resistir… Maite, pasar lista, Maite, tomar una decisión… pero a medida que iba cayendo, le resultaba más difícil recordar. ¿Cuáles habían sido, por ejemplo, las últimas palabras que había oído decir al Trono…?

Las Puertas del Cielo…»

«Las Puertas del Cielo son…»

William no era capaz de recordar lo que venía después, sólo recordaba vagamente cómo la gran luz parpadeó y un frío horrible se había extendido por el Prado, y los árboles del huerto se derrumbaron uno tras otro, provocando ondas de perturbaciones que se sintieron en todo el cosmos, maremotos de nubes que cegaron a los ángeles y terminaron con su gloria. Había algo más, algo justo antes de la destrucción del Prado, algo como un…

Hermanamiento.

Un ángel resplandeciente había subido arriba mientras pasaban lista, diciendo que era William y que venía del futuro.

Había una tristeza en sus ojos que parecía tan… antigua. ¿Había aquel ángel — aquella versión del alma de William— sufrido profundamente?

¿Y Maite?

Una rabia inmensa inundó a William. Encontraría a Lucifer, el ángel que vivía en desacuerdo con todo. William no temía al traidor que había sido el Lucero del Alba.

Dónde y cuándo fuera que ellos llegaran al final de ese olvido, William se vengaría. Pero primero encontraría a Maite, sin ella, nada importaba. Sin su amor, nada era posible.

Su amor hacía inconcebible elegir a Lucifer o al Trono. El único lado que podía elegir era el de ella. Así que ahora William pagaría por esa elección, pero todavía no sabía qué forma adoptaría su castigo. Sólo que ella había desaparecido del lugar al que pertenecía: a su lado.

El dolor de la separación de su alma gemela lo inundó de pronto, agudo y brutal. William gimió sin decir palabra, su mente se nubló y de repente, de forma aterradora, no pudo recordar por qué.

Se precipitó al vacío, a una oscuridad más densa.

Ya no podía ver, sentir o recordar cómo había terminado allí, en ninguna parte, cayendo en la nada. ¿En dirección adónde? ¿Por cuánto tiempo?

Su memoria chisporroteó y se desvaneció. Cada vez le resultaba más duro recordar aquellas palabras que había dicho el ángel en el blanco prado que se parecía tanto a…

¿A quién se le parecía el ángel? ¿Y qué había dicho que era tan importante?

William no lo sabía, ya no sabía nada más.

Sólo que se precipitaba al vacío sin fin.

Sintió la indispensable necesidad de encontrar algo… alguien.

La urgencia de sentirse entero de nuevo…

Pero sólo había oscuridad dentro de oscuridad.

Un silencio que ahogaba sus pensamientos.

Una nada que lo era todo.

William cayó.

Capítulo 1

El libro de los vigilantes
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Mensaje por tamalevyrroni Dom Oct 29, 2017 2:01 pm

—Buenos Días.

Una cálida mano acarició la mejilla de Mai y le colocó un mechón de pelo detrás de la oreja.
Poniéndose de lado, bostezó y abrió los ojos. Había dormido profundamente, soñando con William.

—Ah —exclamó, tocándose la mejilla. Allí estaba.

William estaba sentado a su lado. Vestía un suéter negro y la misma bufanda roja que llevaba anudada al cuello la primera vez que lo había visto en Espada & Cruz. Se veía mucho mejor que en cualquiera de sus sueños.

El peso de William hacía que se hundiera un poco el borde de la cama y Mai elevó las piernas para acurrucarse más a su lado.

—No eres un sueño —le dijo.

Los ojos de William se veían más cansados de lo que ella estaba acostumbrada a verle, pero seguían brillando con aquel violeta tan intenso mientras observaban su rostro, estudiando sus rasgos como si la vieran por primera vez. Él se inclinó y apretó sus labios en los de ella.

Mai se acurrucó en su regazo, envolviendo sus brazos alrededor de su cuello, feliz de volver a besarlo. No le preocupaba no haberse lavado los dientes, ni tener el pelo alborotado de dormir. No le importaba nada más que sus besos. Estaban juntos y ninguno de los dos podía borrar la sonrisa de sus caras.

Entonces lo recordó todo:

Garras afiladas y ojos rojos sin brillo. Un asfixiante hedor a muerte y podredumbre. Oscuridad por todas partes, tan absoluto en su destino que la luz, el amor y todo lo bueno del mundo parecían gastados, rotos y muertos.

Que Lucifer hubiera sido algo más para ella…

Bill, la irascible gárgola de piedra a la que había tomado por un amigo, era en realidad Lucifer… parecía imposible.

Lo había dejado acercarse demasiado y entonces, como no había hecho lo que él quería —decidiendo no matar su alma en el antiguo Egipto— había optado por empezar de cero.

Retroceder en el tiempo para borrar todo lo ocurrido desde la Caída.

Cada vida, cada amor, cada momento en que todas las almas mortales y angelicales habían vivido se desharían y desecharían al peligroso antojo de Lucifer. Como si el universo fuera un tablero de juego y él fuera un niño caprichoso que no quería seguir jugando cuando empezaba a perder. Pero qué era lo que quería ganar. Mai no tenía idea.

Le ardía la piel al recordar su ira. Él había querido que lo notara, que temblara en su mano cuando la arrojara de nuevo a la época de la Caída. Había querido mostrarle que era un asunto personal.

Luego él la había arrojado a un lado y lanzado hacia un Anunciador a modo de red para capturar a todos los ángeles caídos del Cielo.

Justo cuando William la había capturado en aquella nada estrellada, Lucifer había desaparecido, y todo el ciclo de la Caída se había iniciado de nuevo. Él estaba allí ahora con los ángeles caídos, incluyendo la versión pasada de sí mismo. Al igual que el resto de ellos, Lucifer caería en un impotente aislamiento, con sus hermanos pero aparte, juntos pero solos. Hace miles de años, les había tomado a los ángeles nueve días mortales para caer desde el Cielo a la Tierra. Dado que la segunda Caída de Lucifer seguiría la misma trayectoria, Mai, William y los demás, tenían solo nueve días para detenerlo.

Si no lo hacían, una vez que Lucifer y su Anunciadora llena de ángeles cayeran a la Tierra, habría un salto en el tiempo que repercutiría retrocediendo todo en el camino hasta llegar a la Caída original, y todo comenzaría de nuevo. Como si los siete mil años entre entonces y el ahora nunca hubieran sucedido.

Como si Mai no acabara de comenzar a entender la maldición, a entender como encajaba en todo esto, a aprender quién era y lo que podría ser.

La historia y el futuro del mundo estaban en peligro, salvo que Mai, siete ángeles y dos Nephilim pudieran detener a Lucifer. Sólo tenían nueve días y ninguna ni idea de por dónde empezar.

Mai estaba tan extenuada la noche anterior que no recordaba haberse acostado en esa cama, ni haberse echado a los hombros aquella mantita azul. Había telarañas en las vigas de la pequeña cabaña, una mesa plegable repleta de tazas a medio beber del chocolate que Gabbe había hecho para todos la noche anterior. Aun así, a Mai todo le parecía un sueño. Su vuelo de descenso del Anunciador a aquella isla diminuta en las costas de Tybee, esa zona segura para los ángeles, había sido oscurecido por la cegadora fatiga.

Se había quedado dormida cuando los otros aún hablaban, dejando que la voz de William la transportara a un sueño. Ahora la cabaña estaba en silencio, y en la ventana situada tras la silueta de William, el cielo se veía gris a punto de amanecer.

Alargó la mano para acariciarle la mejilla a William. Él volvió la cabeza y le besó la palma. Mai apretó los ojos para contener las lágrimas. ¿Por qué, después de todo por lo que habían pasado, William y Mai tenían antes que derrotar al Diablo para poder ser libres de amarse?

—William —Roland llamó desde la puerta de la cabaña. Sus manos estaban metidas dentro de los bolsillos de su chaqueta y un gorro gris de esquí coronaba sus rastas. Dedicó a Mai una sonrisa cansada—. Es la hora.

—¿Hora de qué? —inquirió Mai, alzándose sobre los codos—. ¿Nos vamos? ¿Ya? Quería decirles adiós a mis padres. Probablemente estarán aterrados.

—Había pensado llevarte a casa ahora —dijo William—, para que te despidas.

—¿Y cómo explico mi desaparición después de la cena de Acción de Gracias?

Recordó lo que William le había dicho la noche anterior: aunque pareciera que habían estado dentro de las Anunciadoras una eternidad, en tiempo real sólo habían pasado unas horas.

No obstante, para Harry y Doreen Price, el que su hija estuviera desaparecida unas horas era una eternidad.

William y Roland se miraron.

—Ya nos encargamos nosotros de eso —informó Roland, entregándole a William las llaves de un coche.

—¿Cómo que se encargaron de ello? —preguntó Mai—. Una vez, mi padre llamó a la policía porque llegué media hora tarde del colegio…

—No te preocupes, niña —le dijo Roland—. Lo tenemos todo cubierto. Sólo tienes que cambiarte de ropa. —Señaló una mochila que había en la mecedora junto a la puerta—. Gabbe te ha traído tus cosas.

—Eh, gracias —contestó ella, perpleja. ¿Dónde estaba Gabbe?

¿Dónde estaban los demás? La cabaña estaba a reventar la noche anterior, sin duda con un aire acogedor por el resplandor de las alas de los ángeles, el olor a chocolate caliente y canela. El recuerdo del ambiente y la perspectiva de despedirse de sus padres sin saber adónde iba, hacía que la mañana le pareciera vacía.

El suelo de madera resultaba áspero al contacto con los pies.

Al mirar abajo, se dio cuenta de que aún llevaba el vestido blanco sin mangas de Egipto, la última vida que había visitado a través de las Anunciadoras. Bill le había hecho ponérselo.

No, Bill no. Lucifer. La había observado con aprobación mientras ella se guardaba el meteorito en la cinturilla, considerando el consejo que le había dado para matar su alma.

«Jamás, jamás, jamás». Mai tenía demasiado por lo que vivir.

Dentro de la vieja mochila verde que solía llevarse a los campamentos de verano, Mai encontró su pijama preferido —el de franela a rayas rojas y  blancas—, bien dobladito, y debajo, las zapatillas blancas a juego.

—Si es de día —dijo Mai—. ¿Para qué quiero un pijama?

William y Roland volvieron a mirarse, y esta vez, trataban de no reírse.

—Tú confía en nosotros —le dijo Roland.

Después de vestirse, Mai salió de la cabaña detrás de William, dejando que sus anchas espaldas la protegieran del viento mientras caminaban por la orilla pedregosa hasta el agua.

La diminuta isla satélite de Tybee se encontraba a kilómetro y medio de la costa de Savannah. Al otro lado de ese tramo de mar, Roland había prometido que esperaba un coche.

William tenía las alas escondidas, pero debió de notar que ella le miraba el punto del que se desplegaban de sus hombros.

—En cuanto todo esté en orden, volaremos a donde sea para detener a Lucifer. Hasta entonces, más vale que sigamos pegados a la tierra.

—Bien —aceptó Mai.

—¿Te echo una carrera hasta el otro lado

Su aliento congeló el aire.

—Sabes que te voy a ganar.

—Cierto —William le pasó un brazo por la cintura, para que entrara en calor—. Igual deberíamos coger el bote, entonces. Por el bien de mi célebre orgullo.

Lo observó mientras desamarraba una pequeña barca de remos metálica de una rampa solitaria. La suave luz reflejada en el agua le recordó el día que hicieron una carrera para cruzar el lago secreto de Espada & Cruz. Su piel brillaba cuando salieron del agua y se levantaron de la piedra plana del centro para recobrar el aliento, luego se habían tendido al sol y dejado que el calor de ese día les secara el cuerpo. Entonces apenas lo conocía —no sabía que era un ángel— y ya estaba peligrosamente enamorada de él.

—Solíamos bañarnos juntos en mi vida de Tahití, ¿no? —preguntó Mai, sorprendida al recordar otra época en que había visto brillar el pelo mojado de William.

William la miró fijamente y ella supo lo mucho que significaba para él poder al fin compartir recuerdos de su pasado. Lo vio tan emocionado que Mai creyó que iba a llorar.

En cambio, le dio un tierno beso en la frente y le dijo:

—También me ganaste todas esas veces, Maite.

No hablaron mucho mientras William remaba. A Mai le bastaba con observar cómo se le marcaban los músculos cada vez que tiraba de los remos, con oírlos entrar y salir del agua fría, con respirar el aire del mar. El sol se levantaba por encima de sus hombros calentándole la nuca, pero según iban acercándose a tierra firme, ella vio algo que le produjo un escalofrío que le recorrió la espalda.

Un coche. Reconoció inmediatamente el Taurus blanco de 1993.

—¿Qué pasa? —William notó que Mai se tensaba a medida que la barca se acercaba a la orilla—. Ah. Eso.

Sonó despreocupado mientras salía de un salto de la barca y le tendía una mano a Mai. La tierra era rica y muy olorosa. A Mai le recordaba su infancia, corriendo por los bosques de Georgia en otoño, disfrutando de la expectación de travesuras y aventuras.

—No es lo que piensas —dijo William—. Cuando Sophia huyó de Espada & Cruz después de… —Mai hizo una mueca, confiando en que William no dijera «después de asesinar a Penn»—. Después de que averiguáramos quién era de verdad, los ángeles le confiscaron el coche. —Su expresión se endureció—. Nos lo debe; eso y mucho más.

Mai recordó el rostro blanco de Penn, drenado de vida.

—¿Dónde está Sophia ahora?

William negó con la cabeza.

—No lo sé. Por desgracia, no tardaremos en averiguarlo. Presiento que hallará un modo de entrometerse en nuestros planes. —Sacó las llaves del bolsillo e introdujo una en la cerradura de la puerta del copiloto—. Pero no es eso lo que debería preocuparte ahora.

Mai lo miró con los ojos entornados mientras se desplomaba en el asiento de tela gris.

—Entonces, ¿hay algo más que debería preocuparme ahora?

William giró la llave de contacto y el motor se puso en marcha. La última vez que se había sentado allí, ella había estado agobiada por estar a solas con él. Fue la noche de su primer beso, que supiera entonces, al menos.

Mai estaba intentado calzar la hebilla del cinturón de seguridad cuando notó los dedos de William sobre los suyos.

—Acuérdate —le dijo él en voz baja, alargando la mano para abrocharlo y dejando su mano apoyada en la de ella—. Tiene truco.

Le dio un beso en la mejilla, arrancó el coche y salió del húmedo bosque a la estrecha vía de dos carriles. Ellos eran los únicos en la carretera.

—¿William? —insistió Mai—. ¿Qué otra cosa debería preocuparme?

Él le miró el pijama.

—¿Cómo se te da hacerte la enferma?

El Taurus blanco se quedó parado en el callejón de detrás de la casa de sus padres, mientras Mai se deslizaba pasando los tres arboles de azaleas que había junto a la ventana de su cuarto. En verano, solían crecer tomates en aquel suelo negro, pero en invierno, el patio lateral se veía estéril, triste y poco hogareño. No recordaba la última vez que había estado allí. Se había escapado de tres internados distintos, pero nunca fuera de la casa de sus padres. Ahora ella se escapaba y ni siquiera sabía cómo funcionaba su ventana. Miró alrededor y estudió lo poco que podía ver del vecindario dormido: el periódico matinal en su bolsa de plástico mojada por el rocío al borde del césped del jardín; la vieja canasta sin red del patio de los Johnson al otro lado de la calle. Nada había cambiado desde que se fue. Nada salvo Mai. Si Bill se salía con la suya, ¿desaparecería también aquel barrio?

Le hizo una última seña a William, que observaba desde el coche, respiró hondo y, con los pulgares, separó el panel inferior de la pintura azul desconchada del alféizar.

La ventana se deslizó sin problemas hacia arriba. Alguien había retirado ya la mosquitera desde dentro. Mai hizo una pausa, perpleja al ver que las cortinas de muselina blanca se separaban y la cabeza mitad rubia mitad morena de su antigua enemiga Molly Zane llenaba el espacio de pronto descubierto.

—Qué hay, Pastel de Carne.

A Mai se le pusieron los pelos de punta al oír el apodo que le habían puesto en su primer día en Espada & Cruz. ¿Así era como decían William y Roland que se habían encargado de todo en casa?

—¿Qué haces tú aquí, Molly?

—Vamos. Que no muerdo. —Le tendió la mano.

Llevaba las uñas pintadas de verde esmeralda, con el esmalte desconchado.

Mai aceptó la mano que le ofrecía Molly, se agachó y pasó por la ventana, primero una pierna y luego la otra.

Su cuarto le pareció pequeño y anticuado, como si fuera una cápsula del tiempo de una Mai de hacía mucho. Estaba el póster enmarcado de la Torre Eiffel en la parte de detrás de la puerta. Estaba su corcho repleto de medallas del equipo de natación de la Primaria Thunderbolt. Y, bajo el edredón de estampado hawaiano verde y amarillo, estaba su mejor amiga, Callie.

Callie salió de debajo del edredón, rodeó la cama corriendo y se arrojó a los brazos de Mai.

—No paraban de decirme que no iba a ocurrirte nada, pero me sonaba a mentira, al típico estamos todos tan acojonados que no te vamos a contar nada. ¿Tienes idea de lo espeluznante que ha sido? Era como si físicamente desaparecieras de la faz de la Tierra…

Mai la abrazó con fuerza. Por lo que Callie sabía, Mai sólo había estado desaparecida desde la noche anterior.

—A ver, ustedes dos —gruñó Molly, apartando a Mai de Callie—, pueden dejar para más tarde las caras de «¡oh Dios mío!» Yo no he estado metida en tu cama con esta peluca de poliéster barato toda la noche haciéndome pasar por Mai con gastroenteritis para que ahora lo echen todo a perder. —Puso los ojos en blanco—. Aficionadas.

—Un momento ¿qué has hecho qué? —preguntó Mai.

—Después de… desaparecer —dijo Callie con la respiración entrecortada—, sabíamos que no podríamos explicárselo a tus padres. Quiero decir, ni siquiera yo podía creérmelo después de verlo con mis propios ojos. Cuando Gabbe arregló el patio trasero, les dije a tus padres que te encontrabas mal y te habías acostado, Molly se hizo pasar por ti y…

—Menos mal que encontré esto en tu armario —la interrumpió Molly, haciendo girar en un dedo una peluca negra de pelo corto y ondulado—. ¿Resto de Halloween?

—La mujer maravilla —dijo Mai con una mueca, avergonzándose de su disfraz de Halloween de primaria, y no por primera vez.
 
—Bueno, pues ha funcionado.

Se le hacía raro ver a Molly —quien una vez había estado al lado de Lucifer— ayudándola. Pero ni siquiera Molly, como tampoco Cam y Roland, querían volver a caer. Así que allí estaban, un equipo, extraños compañeros de cama.

—¿Me estabas encubriendo? No sé qué decir. Gracias.

—Lo que sea —Molly señaló con la cabeza a Callie; cualquier cosa por esquivar la gratitud de Mai—. Ella fue el verdadero pico de oro del diablo. Dale las gracias a ella. —Sacó una pierna por la ventana abierta y se volvió— ¿Creen que pueden manejarlo desde aquí? Tengo una reunión en Waffle House.

Mai le hizo un gesto a Molly con el pulgar levantado y se dejó caer en la cama.

—Ay, Mai —le susurró Callie—. Cuando te marchaste, el patio entero se llenó de ese polvo gris. Y esa chica rubia, Gabbe, lo hizo desaparecer de un solo manotazo. Luego dijimos que estabas enferma, que todos los demás se habían ido a casa y empezamos a fregar los platos con tus padres. Y al principio pensé que Molly era una chica un poco terrible, pero la verdad es que es bastante genial. —

Frunció el ceño—. Pero ¿adónde fuiste? ¿Qué te ha pasado? Me tenías asustada, Mai.

—No sé ni por dónde empezar —contestó Mai.

Llamaron a la puerta, seguido por el familiar chirrido de la puerta de su cuarto al abrirse.

Mai vio a su madre en el pasillo, con el pelo revuelto sujeto por una pinza alargada de color amarillo banana, su cara limpia de maquillaje y guapa. Llevaba una bandeja de mimbre con dos vasos de zumo de naranja, dos platos de tostadas con mantequilla y una caja de Alka-Seltzer.

—Parece que nos encontramos mejor.

Mai esperó a que su madre dejara la bandeja en la mesilla de noche; luego se abrazó a la cintura de su madre y enterró el rostro en su bata rosa de felpa. Las lágrimas le picaban los ojos. Se sorbió.

—Mi niñita —dijo su madre, tocándole la frente y las mejillas para ver si tenía fiebre. Incluso aunque hacía años que no le hablaba con esa ternura, le resultó muy agradable oírla.

—Te quiero, mamá.

—No me digas que está demasiado enferma para el Viernes Negro.

El padre de Mai se asomó por el umbral de la puerta con una regadera de plástico verde en la mano. Sonreía, pero bajo las gafas de montura al aire, los ojos del Sr. Price parecían preocupados.

—Me encuentro mejor —dijo Mai—, pero…

—Ay, Harry —la interrumpió su madre—. Ya sabes que sólo iba a pasar el día con nosotros. Tiene que volver al colegio. —Se volvió hacia Mai—. William ha llamado hace un ratito, cielo. Ha dicho que pasaría a recogerte para llevarte a Espada & Cruz. Le he dicho que naturalmente a tu padre y a mí nos encantaría hacerlo, pero…

—No —señaló Mai rápidamente, recordando el plan que William le había detallado en el coche—. Incluso si no puedo ir, todavía deben hacer las compras del Viernes Negro. Es una tradición de la familia Price.

Accedieron a que la llevara William y ellos acercarían a Callie al aeropuerto. Mientras las chicas desayunaban, los padres de Mai se sentaron al borde de la cama y hablaron de Acción de Gracias («Gabbe pulió la vajilla china… qué ángel»). Cuando pasaron a enumerar las gangas del Viernes Negro que pensaban buscar («Tu padre no quiere otra cosa que herramientas»), Mai se dio cuenta de que solo había intervenido en la conversación con muletillas y frases tontas, como: «Ajá» o «Ah, ¿sí?».

Cuando sus padres al fin se levantaron para llevar los platos a la cocina y Callie empezó a hacer la maleta, Mai entró al baño y cerró la puerta.

Estaba por primera vez en lo que le parecía una eternidad. Se sentó en el taburete del lavabo y se miró en el espejo.

Era ella, pero distinta. Claro, Maite Prince la miraba. Pero también…

Veía a Maite en aquellos labios gruesos, a Maite en las gruesas ondas de su pelo, a Maite en la intensa mirada de sus ojos avellana, a Lucia en el brillo de sus ojos. No estaba sola. Y puede que nunca volviera a estarlo. Allí, en el espejo, estaba cada encarnación de Maite contemplándola y preguntándose:

«¿Qué va a ser de nosotras?»

«¿Qué pasará con nuestra historia y nuestro amor?»

Se dio una ducha y se puso unos vaqueros limpios, sus botas negras de montar y un suéter blanco largo. Luego se sentó en la maleta de Callie mientras ella se esforzaba por cerrarla.

 El silencio que había entre ellas era brutal.

—Tú eres mi mejor amiga, Callie —dijo Mai al fin—. Estoy pasando por algo que no entiendo. Pero no eres tú. Siento no poder ser más específica, pero te he echado de menos. Mucho.

Los hombros de Callie se tensaron.

—Antes me lo contabas todo. —Pero la mirada que intercambiaron revelaba que ambas sabían que eso ya no era posible.

Se oyó cerrarse de golpe la puerta de un coche a la entrada.

Por entre las cortinas cerradas Mai vio a William dirigirse a la puerta de la casa. Y aunque no hacía ni una hora que la había dejado allí, notó cómo se le aceleraba el corazón y se ruborizaba al verlo. Él caminaba despacio, como si flotara, con la bufanda roja ondeando al viento por la espalda. Incluso Callie se quedó mirándole.

Los padres de Mai se reunieron en el vestíbulo con ellos. Ella los abrazó a todos un buen rato: primero a su padres, después a su madre, por último a Callie, que la estrujó muy fuerte y le susurró deprisa:

—Lo que vi ayer por la anoche… tú adentrándote en… esa sombra… fue hermoso. Sólo quería que lo supieras.

Mai notó que los ojos le ardían de nuevo. Abrazó con fuerza a Callie y le susurró:

—Gracias.

Luego se dirigió por el sendero arrojándose a los brazos de William y a todo lo que viniera con ellos.

—Ahí están, tortolitos, haciendo lo que hacen los tortolitos —canturreó Arriane, asomando la cabeza desde detrás de una larga estantería. Estaba sentada en una silla de madera de la biblioteca con las piernas cruzadas, mientras iba haciendo malabares con unas Hacky Sacks. Llevaba un pantalón de peto, unas botas militares y el pelo negro recogido en trencitas.

A Mai no le entusiasmaba estar de vuelta en la biblioteca de Espada & Cruz. La habían renovado después del incendio que la había destrozado, pero aún olía como si algo grande y horrible se hubiera quemado allí. La facultad había considerado el incendio como un extraño accidente, pero había muerto alguien —Todd, un alumno tranquilo al que Mai apenas conocía hasta la noche de su muerte—, y ella sabía que había algo más oscuro acechando bajo la superficie de la historia. Ella se culpaba. Le recordaba demasiado a Trevor, un chico por el que una vez había tenido un flechazo, quien había muerto en otro incendio inexplicable.

Ahora, cuando William y ella bordearon la esquina de la estantería de la zona de estudio, Mai vio que Arriane no estaba sola. Todos estaban allí: Gabbe, Roland, Cam, Molly, Anabelle —el ángel de piernas largas y el cabello rosa— e incluso Miles y Shelby, que la saludaban entusiasmados y mostraban un aspecto definitivamente distinto al de los otros ángeles, pero también diferente al de los adolescentes mortales.

Miles y Shellby estaban… ¿estaban tomados de la mano?

Pero cuando volvió a mirar, sus manos ya habían desaparecido debajo de la mesa en la que todos estaban sentados. Miles tiró un poco más la gorra de beisbol. Shelby se aclaró la garganta y se encorvó un poco más sobre un libro.

—Tu libro —le dijo Mai a William tan pronto como se fijó en el grueso lomo con el estropeado adhesivo marrón cerca de la base. En la portada descolorida se leía: «Los Vigilantes: El mito en la Europa Medieval por William Grigori».

Alargó la mano enseguida hacia la tapa gris pálido. Cerró los ojos, porque le recordaba a Penn, que había encontrado el libro en la última noche de Mai como estudiante en Espada & Cruz, y porque la fotografía pegada en el interior de la portada del libro fue lo primero que la había convencido de lo que William decía de la historia de ambos, podía ser verdad.

Era una foto tomada de otra vida, una en Helston, Inglaterra. Y, por imposible que pudiera parecer, no cabía duda de que era cierto: La joven de la foto era ella.

—¿Dónde lo has encontrado? —preguntó Mai.

Su voz debió delatarla, porque Shelby dijo:

—¿Qué tiene en particular esta cosa vieja y polvorienta, de todas formas?

—Es valioso. La única clave de la que disponemos ahora —intervino Gabbe—. Sophia quiso quemarla una vez.

—¿Sophia? —Mai se llevó la mano al corazón—. ¿La señorita Sophia trató de…? ¿El incendio de la biblioteca? ¿Fue cosa suya? —Los otros asintieron—. Mató a Todd. —Observó Mai aturdida.

Entonces no había sido culpa suya. Otra muerte para atribuir a Sophia. No la hizo sentirse mejor.

—Y casi le da un síncope la noche que se lo enseñaste —dijo Roland—. A todos nos sorprendió, sobre todo cuando sobreviviste para contarlo.

—Hablamos de que William me había besado —recordó Mai, ruborizándose—. Y de que yo hubiera sobrevivido a eso. ¿Fue eso lo que sorprendió a la señorita Sophia?

—En parte —contestó Ronald—. Pero en ese libro hay bastantes más cosas que Sophia habría querido que no supieses.

—No fue una gran profesora, ¿no? —señaló Cam, dando Mai una sonrisa que decía: «Mucho tiempo sin verte».

—¿Qué es lo que no habría querido que supiera?

Todos los ángeles miraron a William.

—Anoche te dijimos que ninguno de los ángeles recuerda dónde aterrizó al caer —dijo William.

—Sí, por cierto… ¿cómo es eso posible? —preguntó Shelby—. Lo lógico sería que eso dejase huella en el viejo memorizador.

El rostro de Cam se enrojeció.

—Tú prueba a caer durante nueve días enteros por múltiples dimensiones y trillones de kilómetros, aterrizando sobre tu cara, romperte las alas, revolcarte conmocionado durante no sé cuanto tiempo, vagar por el desierto durante decenios en busca de alguna pista de quién o qué eres o dónde estás… y luego me hablas del viejo memorizador.

—Bien, tienes problemas reconociéndolo —dijo Shelby con voz de loquero—. Si tuviera que diagnosticarte…

—Bueno, al menos tú recuerdas que había un desierto de por medio —señaló Miles con diplomacia, haciendo reír a Shelby.

William se volvió hacia Mai.

—Escribí este libro después de perderte en el Tíbet… pero antes de encontrarte en Prusia. Sé que visitaste esa vida en el Tíbet porque te seguí allí, por eso quizás entiendas que el perderte como te perdí me hizo invertir años en investigar y estudiar el modo de librarnos de ésta maldición.

Mai bajó la mirada. Su muerte en el Tíbet hizo que William se tirase por un acantilado. Temía que volviera a suceder.

—Cam tiene razón —confirmó William—. Ninguno recuerda dónde aterrizó. Vagamos en el desierto hasta que dejó de serlo; recorrimos llanuras, valles y océanos hasta que se volvieron desiertos de nuevo. No fue hasta que fuimos encontrándonos y atando cabos de la historia; no recordábamos que alguna vez habíamos sido ángeles.

—Pero quedaron reliquias creadas después de nuestra Caída, pruebas físicas de nuestra historia que la humanidad encontró y guardó como tesoros, regalos — creen ellos— de un Dios al que no entienden. Tres de las reliquias estuvieron enterradas mucho tiempo en un templo de Jerusalén, pero durante las Cruzadas, fueron robadas, y repartidas por diversos lugares. Ninguno de nosotros sabe dónde.

—Cuando hice mi investigación hace cientos de años, me centré en la época medieval, sirviéndome de tantos recursos como pude como si fuera una especie de depredador teológico en busca de las reliquias —continuó William—. El quid de la cuestión es si esos tres artefactos pueden ser recogidos y reunidos en el Monte Sinaí…

—¿Por qué el Monte Sinaí? —quiso saber Shelby.

—Los canales entre el Trono y la Tierra son más estrechos allí —explicó Gabbe agitando la melena.

—Allí fue donde Moises recibió los Diez Mandamientos; por ahí es por donde entran los ángeles cuando llevan mensajes del Trono.

—Piensa en ello como el antro local de Dios —añadió Arriane, lanzando un Hacky Sack al aire demasiado alto y lo estampó en una de las lámparas del techo.

—Pero antes de que lo preguntes —dijo Cam, esforzándose por señalar a Shelby con la mirada—. El Monte Sinaí no es el lugar original de la Caída.

—Eso sería demasiado fácil —intervino Annabelle.

—Si conseguimos reunir todas las reliquias en el Monte Sinaí —siguió William—, entonces, en teoría, se revelará el lugar donde tuvo lugar la Caída.

—En teoría —se burló Cam—. Debo ser yo quien diga que la investigación de William es de dudosa validez…

William apretó la mandíbula.

—¿Tienes una idea mejor?

—¿No crees —Cam elevó la voz— que tu teoría pone demasiado énfasis en el supuesto de que esas reliquias son algo más que un rumor? ¿Quién sabe si pueden hacer lo que dicen que pueden hacer?

Mai estudió al grupo de ángeles y demonios —sus únicos aliados en esta cruzada para salvarse, salvarla a ella, a William… y al mundo.

—Entonces es en ese lugar desconocido donde debemos estar dentro de nueve días.
—Menos de nueve días desde ahora —dijo William—. Nueve días desde hoy serían demasiado tarde. Lucifer —y el ejército de ángeles expulsados del Cielo— habrían llegado.

—Pero si conseguimos expulsar a la Lucifer del lugar de la Caída —dijo Mai—, entonces, ¿qué?

William negó con la cabeza.

—Lo cierto es que no lo sabemos. Nunca le he hablado a nadie de este libro porque, Cam tiene razón, yo no sabía qué podía aportar. Ni siquiera sabía que Gabbe lo había publicado hasta años más tarde, y para entonces, había perdido interés en la investigación. Tú habías muerto otra vez, y sin ti estando allí para desempeñar tu papel…

—¿Mi papel? —preguntó Mai.

—El que todavía no acabamos de comprender… —Gabbe le dio un codazo a William, interrumpiéndole.

—Lo que quiere decir es que todo se revelará a su debido tiempo.

Molly se dio una palmada en la frente.

—¿En serio? «¿Todo se revelará?» ¿Eso es todo lo que saben, chicos? ¿Es ese su punto de partida?

—Eso y tú importancia —le dijo Cam a Mai—. Tú eres la pieza de ajedrez en que las fuerzas de todo lo bueno, lo malo y todas en el medio estarán luchando aquí.

—¿Qué? —susurró Mai.

—Cállate —William fijó su atención en Mai—. No le escuches.

Cam resopló, pero nadie le hizo caso. Su desdén se sentó allí como un huésped non-grato. Los ángeles y los demonios guardaron silencio. Nadie iba a filtrar nada más sobre el papel de Mai en la detención de la Caída.

—Entonces toda esa información, esa búsqueda depredadora —dijo ella—, ¿está en ese libro?

—Más o menos —contestó William—. Sólo tengo que pasar algún tiempo con el texto y refrescar mi memoria. Para entonces espero saber por dónde tenemos que comenzar.

Los otros se apartaron para dejarle espacio a William en la mesa. Mai sintió que la mano de Miles le rozaba la parte de atrás del brazo.

Apenas habían hablado desde que ella había vuelto de la Anunciadora.

—¿Puedo hablar contigo? —le preguntó Miles en voz muy baja—. ¿Mai?

La expresión de su cara —tensa por algún motivo— le recordó a Mai aquellos últimos instantes en el patio de la casa de sus padres cuando Miles había provocado su reflexión.

No habían llegado a hablar del beso que se habían dado en la azotea, fuera de su habitación de Shoreline.

Seguramente Miles sabía que había sido un error —pero ¿por qué tenía Mai la sensación de que le estaba dando esperanzas cada vez que era amable con él?

—Mai. —Era Gabbe, apareciendo de pronto al lado de Miles—. Creo que deberías saber —ella miró a Miles— que si quieres visitar a Penn un segundo, este sería el momento.

—Buena idea —asintió Mai—. Gracias.
 
Miró a Miles como disculpándose, pero él tiró de su gorra de beisbol tapándose los ojos y se giró para susurrarle algo a Shelby.

—Ejem… —Shelby carraspeó indignada. Estaba detrás de William, tratando de leer el libro por encima de su hombro—. ¿Qué pasa con Miles y conmigo?

—Vuelven a Shoreline —intervino Gabbe, sonando mucho más parecido a los profesores de Mai en Shoreline de lo que le había oído nunca—. Necesitamos que  alerten a Steven y Francesca. Quizá precisemos su ayuda… y la suya también. Díganles… —inspiró hondo—, díganles qué está ocurriendo. Que el juego final ha empezado, pero no como esperábamos. Cuénteles todo. Ellos sabrán que hacer.

—Bien —repuso Shelby, ceñuda—. Tú mandas.

—¡Yodeleyhii-huuuuu! —Arriane ahuecó las manos alrededor de su boca—. Sí, eh, Mai quiere salir, alguien va a tener que ayudarla a escapar por la ventana. — Tamborileó en la mesa con los dedos, fingiéndose inocente—. He montado una barricada cerca de la entrada con los libros de la biblioteca por si alguien de Espada & Cruz sentía el impulso de molestarnos.

—Me lo pido. —Cam ya había deslizado su brazo en la parte interna del codo de Mai.

Ella empezó a protestar, pero ninguno de los otros ángeles parecía pensar que fuera mala idea. William ni siquiera se dio cuenta.

Ya cerca de la salida posterior, Shelby y Miles le dijeron a Mai: «Ten cuidado»,  sin abrir la boca y con distintos grados de intensidad.

Cam la acompañó a la ventana, irradiando calidez con su sonrisa. Deslizó el cristal hacia arriba y ambos contemplaron el campus en el que se habían conocido, donde habían intimado, donde la había engañado para que lo besara. No todo eran malos recuerdos…

Él saltó por la ventana primero, aterrizó con suavidad en la cornisa y le ofreció la mano.

—Mi señora.

La agarró con fuerza y la hizo sentirse pequeña y ligera cuando Cam bajó de la cornisa, dos plantas en dos segundos. Tenía las alas escondidas, pero seguía moviéndose con tanta agilidad como si estuviera volando. Aterrizaron suavemente sobre el césped húmedo de rocío.

—Supongo que no querrás mi compañía —dijo—. En el cementerio… quiero decir, no en general.

—Cierto. No, gracias.

Él miró a lo lejos, se llevó la mano al bolsillo y sacó una campanita de plata. Parecía antigua y llevaba una inscripción en hebreo. Se la entregó a Mai.

—Tócala cuando quieras volver a subir.

—Cam —dijo Mai—, ¿qué papel tengo yo en todo esto?

Cam alargó la mano para acariciarle la mejilla, pero se lo pensó mejor. Su mano se quedó flotando en el aire.

—William tiene razón. No somos quién para decírtelo.

No esperó por su respuesta, sólo dobló las rodillas y salió disparado hacia arriba. Ni siquiera miró atrás.

Mai contempló el campus un instante, dejando que la humedad característica de Espada & Cruz se le adhiriese a la piel. No podía decir si la deprimente escuela con sus enormes y crudos edificios neogóticos, y triste y derrotado paisaje estaba igual o distinta.

Cruzó despacio el campus, la hierba plana e inmóvil de las zonas comunes, pasó de largo las los deprimentes dormitorios, hasta la verja de hierro del cementerio. Allí se detuvo, sintiendo la piel de gallina elevarse sobre sus brazos.

El cementerio seguía pareciendo y oliendo como un desagüe en pleno campus. El polvo de la batalla de los ángeles se había despejado. Era aún lo bastante temprano para que casi todos los alumnos durmieran; además, seguro que ninguno rondaría el cementerio salvo que cumpliese algún castigo. Cruzó la verja y caminó entre las lápidas recostadas y las tumbas embarradas.

En el rincón más oriental se encontraba el lugar de descanso definitivo de Penn.

Mai se sentó a los pies de la tumba de su amiga. No traía flores, ni sabía ninguna oración, de manera que apoyó las manos en la hierba húmeda y fría, cerró los ojos y se concentró para transmitir a Penn su propio mensaje, preocupada de que no le llegase jamás.

Mai volvió a la ventana de la biblioteca sintiéndose algo irritada.
 
No necesitaba a Cam o su exótica campana. Podía subirse a la cornisa ella sola.

No le entrañaba ninguna dificultad trepar por la parte más baja del tejado a dos aguas y, desde ahí subir unos niveles más hasta estar cerca de la cornisa, larga y estrecha que corría bajo la ventana de la biblioteca. Medía unos sesenta centímetros de ancho.

Mientras avanzaba, oyó discutir a Cam y William.

—¿Qué pasa si uno de nosotros fuera a ser interceptado? —dijo Cam con voz aguda y suplicante—. Ya sabes que somos más fuertes juntos, William.

—Si no llegamos allí a tiempo, nuestra fuerza no servirá de nada. Seremos borrados.

Podía imaginarlos al otro lado del muro.

Cam con los puños apretados y sus ojos verdes expidiendo centellas; William impasible, cruzado de brazos.

—No confío en que no actúes por tu propio interés —le soltó Cam con dureza—. Tu debilidad por ella es más fuerte que tu palabra.

—No hay nada más que discutir —espetó William sin cambiar de tono—. Dividirnos es nuestra única opción.

Los otros estaban en silencio, probablemente pensando lo mismo que Mai. Se acercó a la ventana y vio que los dos ángeles estaban uno frente a otro. Cam y William se comportaban más bien como hermanos, por lo que nadie se atrevía a interponerse entre ellos.

Llegó a la ventana y vio que los dos ángeles se enfrentaban entre sí. Mai se agarró al alfeizar de la ventana. De pronto ella sintió una pequeña oleada de orgullo —cosa que nunca confesaría— de haber podido volver a la biblioteca sin ayuda. Probablemente ninguno de los ángeles siquiera lo notaría. Suspiró y deslizó una pierna adentro. Fue entonces cuando la ventana empezó a temblar.

El cristal castañeó en el marco y notó cómo el alfeizar vibraba con tal fuerza que casi lo tiró de la cornisa. Se agarró más fuerte y notó la vibración en su interior, como si su corazón y su alma temblasen también.

—Un terremoto —susurró. Su pie rozó la parte posterior de la repisa, justo cuando se agarraba de la ventana se soltó.

—¡Maite!

William corrió a la ventana. Logró agarrarla por las manos. También Cam acudió a rescatarla, la sujetó por los hombros y la nuca. Las librerías se mecieron y las luces de la biblioteca parpadearon mientras los ángeles la ayudaban a cruzar la balanceada ventana  justo antes de que el cristal se escapara del marco y se hiciera añicos.

Mai miró a William en busca de una pista. Él aún la tenía agarrada por las muñecas, pero sus ojos miraban más allá de ella, afuera. Observaba el cielo, que se había vuelto furioso y gris.

Peor aún era la vibración que sufría Mai en su interior y que hacía parecer que se había electrocutado.

Le dio la sensación de que el temblor duraba una eternidad, pero duró cinco, quizá diez segundos —lo bastante para que Mai, Cam y William cayeran al suelo de madera polvoriento de la biblioteca con gran estruendo.

Luego cesó el temblor y el mundo se sumió en un absoluto silencio.

—¿Qué demonios? —Arriane se levantó del suelo—. ¿Nos hemos mudado a California y no me he enterado? ¡Nadie me había dicho que hubiese fallas en Georgia!

Cam se quitó un largo trozo de cristal del antebrazo.
 
Mai ahogó un grito al ver que le chorreaba sangre de un color rojo intenso por el codo, pero su rostro no indicaba en modo alguno que le doliese.

—Eso no ha sido un terremoto. Sino un desplazamiento sísmico en el tiempo.

—¿Un qué? —preguntó Mai.

—El primero de muchos —William se asomó a la ventana rota y vio un montón de nubes blancas cruzar el cielo, ahora azul—. Y cuánto más cerca esté Lucifer, más intensos serán. —Miró a Cam, quien asintió.

—Tic tac, gente —confirmó Cam—. Nos quedamos sin tiempo. Hay que volar.

Capítulo 2

Caminos separados
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Mensaje por tamalevyrroni Dom Oct 29, 2017 2:09 pm

Gabbe dio un paso adelante. "Cam tiene razón. He oído hablar de la escala de estos cambios. "Estaba tirando de las mangas de su chaqueta de cachemira de color amarillo pálido, como si nunca entrar en calor. "Se llaman timequakes. Son ondas en nuestra realidad. "

"Y cuanto más cerca se pone", añadió Roland, alguna vez bajo - regularmente sabio, "cuanto más cerca estamos de la terminal de su caída, y más frecuente y más severa de la timequakes llegará a ser. El tiempo se está fallando en la preparación para la reescritura de sí mismo. "

"¿Al igual que la forma en que su computadora se congela cada vez más frecuentemente antes de que los fallos del disco duro y borra el de veinte páginas de papel a largo plazo?", Dijo Miles. Todo el mundo lo miró con desconcierto. "¿Qué?", Dijo. "¿Ángeles y demonios no hacen la tarea?"

Mai se hundió en una de las sillas de madera en una mesa vacía. Se sentía vacío, como si el Timequake había sacudido algo significativo suelto dentro de ella y ella había perdido.

Para siempre. Voces de los ángeles altercados cruzado en su mente, pero no explican nada útil. Tuvieron que detener a Lucifer, y ella pudo ver que ninguno de ellos sabía exactamente cómo hacerlo.

"Venecia. Viena. Y Avalon. "Rompió la voz clara de William a través del ruido. Se sentó junto a Mai y le pasó un brazo alrededor de la parte de atrás de su silla. Sus yemas de los dedos rozó el hombro. Cuando le ofrecí el libro de los Vigilantes lo que todos ellos podían ver, los demás callaron.

Todo el mundo centrado.

William señaló un párrafo denso de texto. Mai no se había dado cuenta hasta entonces que el libro fue escrito en latín. Reconoció algunas palabras a partir de los años de América la clase que había tomado en Dover. William había subrayado y en círculos varias palabras e hizo algunas anotaciones en los márgenes, pero el tiempo y el desgaste había hecho las páginas de forma casi ilegibles.

Arriane se cernía sobre él. "Eso es un principio de pollo en serio".

William no parece disuadir. Como apuntó nuevas notas, su letra era oscuro y elegante, y le dio Mai una sensación cálida y familiar, cuando se dio cuenta de que había visto antes. Ella disfrutaba de cada recordatorio de cuán larga y profunda de su relación y el amor de William había sido, incluso si el aviso era algo pequeño, como la cursiva script que fluyó a lo largo de siglos, ortografía a William como el de ella.

Ninguno de nosotros nos gusta hablar de ella. Nunca se debe mostrar que uno lo sabe ", dijo William. "Me molestó su elección, pero no puedo decir que yo no lo entendía. Si alguna vez verdaderamente te perdía, yo no sé lo que haría. Mi mundo entero se derrumbaría."

"Eso no va a suceder", dijo Mai demasiado rápido.

Sabía que esta vida era su última oportunidad. Si muere ahora, ella no iba a volver.

Tenía mil preguntas, acerca de la mujer que Cam había perdido, sobre el temblor extraño en la voz de William cuando hablaba de la apelación de Lucifer, de donde ella había sido cuando estaba cayendo. Sin embargo, sus párpados le pesaban, su cuerpo con holgura la fatiga.

"Descansa", susurró William en su oído. "Te voy a despertar cuando estamos aterrizando en Venecia.”

Era todo el permiso que necesitaba para dejarse a la deriva. Ella cerró los ojos contra las olas fosforescentes que se estrellan miles de metros más abajo y voló en un mundo de los sueños, donde nueve días no tenían importancia, donde podrían descender y elevarse y permanecer en la gloria de las nubes, en el que pudiera volar libremente, hasta el infinito, sin la menor posibilidad de caer.

Capítulo 3

El santuario hundido
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Mensaje por tamalevyrroni Dom Oct 29, 2017 2:33 pm

William había estado llamando a la puerta de madera desgastada en el medio de la noche para o que sintió a Mai como media hora. Los tres pisos de Venecia casa pertenecía a un colega, un profesor, y William estaba seguro de que este hombre les permitiría estrellarse, porque habían sido grandes amigos de años atrás ", que, con William, podría abarcar un gran espacio de tiempo.

"Debe ser un sueño pesado." Mai bostezó, medio adormecido dormir de nuevo en sí misma por el constante golpeteo de los puños de William. O eso, pensó somnoliento, o el profesor estaba sentado en un bohemio bar de toda la noche, bebiendo vino en un libro repleto de términos incomprensibles.

Eran las tres de la mañana de su toma de contacto en medio de la web de plateado de los canales de Venecia había sido acompañado por el repique de una torre de reloj en algún lugar del distancia de la ciudad a oscuras-y Mai fue vencido con la fatiga. Ella se inclinó miserablemente contra el buzón de lata frío, haciéndolo bambolear flojo de una de las uñas que lo sostienen todo derecho. Esto envió el inclinar de caja entero, la fabricación del tropezón de Mai hacia atrás y casi lanzarse en el canal oscuro negro verde, cuya agua bebida a lengüetadas sobre el labio de los  musgosos se inclina como una lengua manchada de tinta.

Todo el exterior de la casa parecía estar pudriéndose en capas: a partir de la madera pintada de azul despegando de las ventanas en las hojas viscosas, de ladrillos rojos que se arrastran con el moho de color verde oscuro, con el cemento húmedo de la escalinata, que se derrumbó bajo sus pies. Por un momento, pensó que Mai realmente podía sentir el hundimiento de la ciudad.

“Tiene que estar aquí", murmuró William, aún latía con fuerza.

Cuando habían aterrizado en la repisa junto al canal, por lo general sólo tienen acceso los góndola, William había prometido Mai una cama en el interior, una bebida caliente, una repetición del viento húmedo y el aparato ortopédico que habían estado volando por varias horas.

Por último, el lento arrastrar de pies retumbantes bajar escaleras en el interior se animó un Mai temblando a la atención. William suspiró y cerró los ojos, aliviado, como el pomo de latón volvió. Las Bisagras gimieron cuando la puerta se abrió.

"¿Quién diablos-" mechones hirsutos del anciano italiano de pelo blanco se destacó en todos los ángulos de la cabeza. Tenía espesas cejas blancas sensacionales, y un bigote a juego, y el pelo grueso en el pecho blanco que sobresale de la V-cuello de su traje gris oscuro.

Mai vio a William en un abrir y cerrar la sorpresa, como si fuera de segunda adivinar su dirección. Entonces los ojos negros pálidos del anciano encendieron. Él dio sacudidas adelante, tirando a William en un abrazo apretado.

“Yo comenzaba a preguntarme si usted fuera a visitar antes de que yo diera patadas el cubo inevitable, " susurró el hombre con voz ronca. Sus ojos viajaron a Mai, y él rió como si ellos no lo habían despertado, como si él había estado esperándolos durante meses. “Después de todos estos años, usted finalmente trajo a Maite. ¡Qué delicia!"

Su nombre era profesor Mazotta. Él y William habían estudiado juntos en la historia de la Universidad de Bolonia en los años treinta. No se horrorizó, o desconcertado por la falta de envejecimiento de  William: Mazotta entendió lo que era William.

Parecía sentir única alegría de reencontrarse con un viejo amigo, una alegría que se ha ampliado con la introducción del amor a la vida de ese amigo.

Él los escoltó en su oficina, que era también un estudio de los grados que varían de decaimiento. Sus estanterías bajaron en los centros; su escritorio fue amontonado con el papel de amarilleo; la manta fue llevada a hilos y salpicada con manchas de café. Mazotta el juego inmediatamente a la fabricación de cada uno de ellos una taza de chocolate denso caliente - el viejo hábito malo de un anciano, él raspó a Mai con un codazo. Pero William apenas tomó un sorbo antes del empuje de su libro en las manos de Mazotta y la apertura de ello a la descripción de la primera reliquia.

Mazotta resbaló en finas gafas de montura de alambre y entrecerró los ojos en la página, murmurando para sí mismo en italiano. Se levantó, se acercó a la estantería, se rascó la cabeza, se volvió hacia la mesa, se paseaba por el despacho, tomó un sorbo de chocolate, luego regresó a la biblioteca para sacar una grasa tomo encuadernado en cuero. Mai sofocó un bostezo. Sus párpados trabajaban mucho para sostener algo pesado. Ella trataba de no ir a la deriva, pellizcando el interior de su palma para guardarse despierta. Pero las voces de William y Profesor Mazotta encontraron el uno al otro como las nubes distantes de niebla como ellos argumentaron sobre la imposibilidad del todo lo que  el otro decía.

"No es absolutamente un cristal de la iglesia de San Ignacio". Mazotta se retorcía las manos. "Las personas son un poco hexagonal, y este ejemplo es rotundamente oblonga”.

"¿Qué estamos haciendo aquí?" William gritó de repente, haciendo sonar una pintura amateur de un barco de vela azul en la pared. "Es evidente que necesitamos para estar en la biblioteca de Bolonia. ¿Todavía tiene las llaves para entrar? En su oficina usted debe haber tenido-"

"Me convertí en eméritos hace trece años, William. Y no vamos a viajar doscientos kilómetros en el medio de la noche a la vista. . . "Hizo una pausa-. "Mira.

Maite, ella está durmiendo de pie, como un caballo! "Hizo una mueca Mai aturdida. Tenía miedo de comenzar a recorrer el camino de un sueño por miedo a conocer a Bill. Él tenía una tendencia a subir cuando ella cerró los ojos en estos días. Ella quería estar despierto, mantenerse alejada de él, de ser parte de la conversación acerca de la reliquia y se William tendría que encontrar al día siguiente. Pero el sueño era insistente y no ser negado.

Segundos u horas más tarde, los brazos de William la levantaron del suelo y la llevó a subir un oscuro y angosto tramo de escaleras.

"Lo siento, Mai," pensó que él dijo. Ella estaba profundamente dormida para responder. "Yo te hubiera dejado descansar antes. Estoy muy asustado ", susurró. " Asustado vamos a quedarnos sin el tiempo."

Mai parpadeó y se desplaza hacia atrás, sorprendida de encontrarse a sí misma en una cama, más lejos sorprendida por la peonía sola blanca en un florero corto de cristal que se inclina en la almohada al lado de su cabeza.

Arrancó la flor de su vaso y le dio vueltas en la palma de su mano, haciendo que las gotas de agua a talón en el edredón de brocado color de rosa. La cama crujió cuando  ella apoyó las almohadas contra la cabecera de latón para mirar alrededor del cuarto.

Por un momento, se sentía desorientado por la búsqueda de sí misma en un lugar desconocido, soñaba con viajar a través de los recuerdos de los anunciantes poco a poco desvaneciéndose a medida que completa se despertó.

Ya no tenía a Bill para darle pistas sobre dónde había terminado. Él estaba allí sólo en sus sueños, y la noche anterior había estado Lucifer, un monstruo, riéndose de la idea de que ella y William podrían cambiar o detener una cosa.

Un sobre blanco estaba apoyada en el vaso en la mesita de noche.

William.

Se acordó de un solo beso suave y dulce y los brazos tirando de lejos como él le había metido en la cama la noche anterior y cerró la puerta.

¿Adónde había ido después de eso?

Ella rasgó el sobre y  deslizó hacia fuera la tarjeta tiesa blanca que esto sostuvo. Sobre la tarjeta eran tres palabras: Sobre el balcón.

a sonrisa, Mai devolvió las cubiertas y levantó sus piernas sobre el lado de la cama. Ella rellenó a través del gigante la manta tejida, la peonía blanca entre sus dedos. Las ventanas en el dormitorio eran altas y estrechas y la rosa casi veinte pies al techo de catedral. Detrás de una de las cortinas ricas marrones era una puerta de cristales que conduce hacia fuera a una terraza. Ella giró el pestillo metálico y dio un paso fuera, esperando encontrar a William y hundirse en sus brazos.

Pero la terraza de media luna en forma de luna estaba vacía.

Sólo una corta baranda de piedra y una caída de un piso a las verdes aguas del canal, y una pequeña mesa con tapa de cristal con una silla de lona plegable roja al lado de él. A la mañana era hermoso. El aire olía a turbia, pero crujiente. En el río brillantes negras góndolas estrechas deslizó una junto a otra con tanta elegancia como cisnes. Un par de zorzales moteados sonó desde un tendedero un piso más arriba, y en el otro lado del canal había una hilera de apartamentos estrechos en colores pastel. Era encantador, seguro, la Venecia de los sueños de la mayoría de la gente, pero Mai no estaba aquí para ser un turista. Ella y William estaban aquí para salvar a su historia, y del mundo.

Y el reloj seguía corriendo. Y William se había ido.

Entonces se dio cuenta de un segundo sobre blanco en la mesa de balcón, recostado contra un blanco pequeño para llevar taza y una bolsa de papel pequeña. Una vez más, le rasgó la tarjeta, y volvió a encontrar sólo tres palabras:

Por favor, espera aquí.

"Molesto y romántico", dijo en voz alta. Se sentó en la silla plegable y miró el interior de la bolsa de papel. Un pequeño puñado de mermelada lleno de donas espolvoreadas con canela y azúcar envió un aroma embriagador.

La bolsa estaba caliente en sus manos, salpicado de pequeños trozos de petróleo se filtran a través. Mai metió uno en la boca y bebió un sorbo de la taza de pequeño blanco, lo que contenía era el más rico, café, y el más delicioso había probado nunca.

"Disfrutas de la Bombolini?" Llamó William desde abajo.

Mai pegó un tiro a sus pies e inclinado al pasamano para encontrarlo estando de pie detrás de una góndola pintada con las imágenes de ángeles. Él llevó un sombrero plano de paja atado con una cinta gruesa roja, y usó una amplia pala de madera para dirigir el barco despacio hacia ella.

Mai pegó un tiro a sus pies e inclinado al pasamano para encontrarlo estando de pie detrás de una góndola pintada con las imágenes de ángeles. Él llevó un sombrero plano de paja atado con una cinta gruesa roja, y usó una amplia pala de madera para dirigir el barco despacio hacia ella.

Esto pasaba ahora.

“Báñalos en el café, luego dime lo que te  gustan estar en el Cielo," dijo William, riendo encima de en ella.

"¿Cómo puedo llegar a ti?" Gritó.

Se refirió a la estrecha escalera de caracol Mai la había visto, justo a la derecha de la barandilla. Tomó el café y una bolsa de rosquillas, deslizó la madre de peonía detrás de la oreja, y se dirigió hacia las escaleras.

Podía sentir los ojos de William en ella como ella se subió a la barandilla y se escabulló por las escaleras. Cada vez que hace una rotación completa en la escalera, cogió un tomando el pelo brillo de sus ojos de color violeta. En el momento en que llegó a la parte inferior, que había extendido su mano para ayudarla a subir al barco.

No era la electricidad que había estado anhelando desde que se despertó. La chispa que pasó entre ellos cada vez que tocó. William rodeó con sus brazos la cintura y la atrajo en la que no había ningún espacio entre sus cuerpos. Le dio un beso, largo y profundo, hasta que ella se sentía mareada.

“Ahora esto es el modo de comenzar una mañana. " Los dedos de William remontaron los pétalos de la peonía detrás de su oído.

Un peso ligero de repente tiró de su cuello y cuando llegó arriba, con sus manos encontraron una fina cadena, que sus dedos rastreada hasta un relicario de plata. Lo sostuvo y miró a la rosa roja grabada en su cara.

Su medallón! Era una de William le había dado en su última noche en la Espada y la Cruz. Ella había mantenido escondido en la portada de El Libro de los Vigilantes durante el poco tiempo que había pasado sola en la cabina, pero todo acerca de aquellos días era borroso. Lo siguiente que recordaba era el Sr. Cole iba corriendo al aeropuerto para coger su vuelo a California. Ella no recordaba el medallón o el libro hasta que ella llegó al litoral, y para entonces estaba segura de que los había perdido.

William debe haber deslizado alrededor de su cuello cuando ella estaba durmiendo. Sus ojos se llenaron de lágrimas de nuevo, esta vez con la felicidad. "¿De dónde-"

"Ábrelo". William sonrió.

La última vez que había celebrado el medallón, la imagen de un ex-Mai y William la había desconcertado. William dijo que él le decía cuando la fotografía se había tomado la siguiente vez que la veía. Eso no había sucedido. Su tiempo robado juntos en California había sido en su mayoría estresante y demasiado breve, lleno de argumentos tontos que no podía imagina tener con William más.

Mai estaba contenta de haber esperado, porque cuando abrió el medallón en ese momento vio la foto detrás de su pequeña placa de vidrio-a William en un moño y Mai con el pelo corto peinado que ella reconoció al instante lo que era.

"Maite", susurró. Fue el Mai joven enfermera había encontrado cuando ella dio un paso a través en la Primera Guerra Mundial de Milán. La niña había sido mucho más joven, cuando Mai conoció a su dulce y un poco atrevida, pero Mai tan genuina había admirado en el acto.

Ella sonrió ahora, al recordar la forma en que Maite se quedó mirando más corto el corte de pelo moderno de Mai, y la forma que Maite dijo en broma que todos los soldados estaban enamorados de Mai. Ella recuerda sobre todo que si Mai habría alojado en el hospital italiano un poco más y si las circunstancias hubieran sido. . . así, por completo diferentes, los dos de ellos podrían han sido grandes amigos.

Miró a William, sonriendo, pero su expresión se oscureció rápidamente. Él la miraba como si le hubieran dado un puñetazo.

"¿Qué pasa?" Ella dejó el medallón y dio un paso en él, abrigándose sus brazos alrededor de su cuello.

Él negó con la cabeza, aturdido. "No estoy acostumbrado a ser capaz de compartir esto con ustedes.¿La expresión de su cara cuando usted reconoce que la imagen? Es la más bella que he visto nunca."

Mai se sonrojó y sonrió y me sentía sin palabras y ganas de llorar de una vez. Ella entendió a William por completo.

"Lo siento, te dejó sola así", dijo. "Tuve que ir a ver algo en uno de los libros de Mazotta en Bolonia. Me imaginé que había necesidad de cada pedacito de descanso que podría conseguir, y que se veía tan hermosa dormida, no podía soportar despertarte."

"¿Ha encontrado lo que buscabas?", Preguntó Mai.

"Posiblemente. Mazotta me dio una pista sobre una de las plazas aquí en la ciudad. Es sobre todo un historiador del arte, pero él sabe que su divinidad mejor que cualquier mortal que se reunió. "Mai se deslizó a un nivel bajo de la góndola banco de terciopelo rojo, que era como un asiento de amor, con un cojín de cuero acolchado negro y una escultura de alto, la espalda.

William se hundió el remo en el agua y el barco se deslizó hacia adelante. El agua era un brillante color verde pastel, y mientras se deslizaban, Mai podía ver toda la ciudad se refleja en el bamboleo vítrea de su superficie.

"La buena noticia", dijo William, mirándola por debajo del ala de su sombrero, "es que Mazotta cree saber dónde se encuentra el artefacto. Yo lo mantenía discutiendo hasta el amanecer, pero finalmente emparejado mi esbozo de una vieja fotografía interesante."

"¿Y?"

"Como resultado"-William movió su muñeca y la góndola curva con gracia alrededor de una curva cerrada, luego se sumerge bajo el sesgo de baja de una pasarela peatonal-"la porción bandeja es un halo."

"Un halo? Yo creía que sólo los ángeles en tarjetas de felicitación tuvieron halos. "Ella ladeó la cabeza a William. "¿Tienes un halo?"

William sonrió como si se encontró con la pregunta con encanto.

"No está en la moda de oro del anillo, no creo. Por lo que puedo decir, los halos son representaciones de nuestra luz, de manera que los mortales pueden comprender. La luz violeta que veía a mi alrededor en la Espada y la Cruz, por ejemplo. Supongo que nunca te dije Gabbe historias acerca de posar para da Vinci?"

"Ella lo hizo, ¿qué?" Mai casi se ahogó con sus Bombolini.

"No sabía que era un ángel, por supuesto, pero de acuerdo con ella, Leonardo habló sobre la luz que parecía irradiar de su interior. Es por eso que pintó ella con un halo rodeando la cabeza."

"Whoa". Mai sacudió la cabeza, asombrada, ya que se deslizó más allá de un par de amantes en la adecuación de sentir sombreros besos en un rincón balcón.

"No es sólo él. Los artistas han sido los ángeles que describe de esa manera desde la primera vez cayó a la Tierra."

"Y es el halo la que tenemos que encontrar hoy en día?"

"Otra pintura del artista." El rostro de William se ensombreció. El bronce de un disco de jazz estridente deriva por una ventana abierta y parecía llenar el espacio alrededor de la góndola, anotando la narración de William. "Esta es una escultura de un ángel, y mucho más, desde la época pre-clásica. Tan viejo, la identidad del artista es desconocido. Es de Anatolia y, al igual que el resto de estos artefactos, fue robado durante la Segunda Cruzada."

"Así que ir a buscar a la escultura en una iglesia o un museo o lo que sea, levantar el halo de la cabeza del ángel, y sprint al Monte Sinaí", preguntó Mai.

Los ojos de William se ensombrecieron por un instante. "Por ahora, sí, ese es el plan".

"Eso suena demasiado simple", dijo Mai, tomando nota de las intri de cacies de los edificios a su alrededor-las altas cúpulas de cebolla ventanas en uno, el jardín verde hierba rastrera por la ventana de otro. Todo parecía estar hundiéndose en el agua de color verde brillante con una especie de rendición serena.

William se quedó junto a ella, el agua iluminada por el sol que refleja en sus ojos. "Vamos a ver lo sencillo que es." Miró a un cartel de madera más abajo en el bloque, entonces dirigido a fuera del centro del canal. La góndola sacudió como William lo guió a un tope contra una pared de ladrillo repleto de viñas. Él se apoderó de uno de los amarres postes y nudos cuerda de la góndola que lo rodea. El barco gemía y se esforzó en contra de sus enlaces.

"Esta es la dirección que Mazotta me dio." William hizo un gesto a un puente de piedra antigua curva que se extendió entre el romántico y decrépito. "Vamos a encabezar estas escaleras y la cabeza al palacio. No debe estar lejos. "Saltó fuera de la góndola y en la acera, tendiéndole la mano de Mai. Ella siguió su ejemplo, y juntos cruzaron el puente, de la mano.

Como ellos anduvieron por delante del soporte de panadería después del soporte de panadería y la venta de vendedores las camisetas de VENECIA, Mai no podían menos de mirar alrededor en todas las otras parejas felices: Cada uno aquí pareció besarse, risas. Ella tiró la peonía de detrás de su oído y resbalado ello dentro de su monedero. Ella y William estaban sobre una misión, no una luna de miel, y nunca habría otro encuentro romántico si ellos fallaran.

Su ritmo se aceleró a medida que se volvió a la izquierda en una calle estrecha, y luego a la derecha en una plaza abierta amplia.

William se detuvo bruscamente.

"Se supone que es aquí. En la plaza. "Miró hacia abajo en la dirección, moviendo la cabeza con incredulidad y cansado.

"¿Qué pasa?"

"La dirección Mazotta me dio es de la iglesia. Él no me dijo eso. "Señaló el alto, inspirado franciscana edificio, con su triángulo de cristal de colores rosada ventanas. Era una capilla enorme, imponente con un exterior de color naranja pálido y el ajuste de color blanco brillante alrededor de sus ventanas y su gran cúpula. "La escultura-el halo-debe estar dentro".

"Está bien." Tomó Mai un paso hacia la iglesia, lo que William se encogió de hombros desconcertados. "Vamos a ir y echar un vistazo." William cambió su peso. Su rostro parecía de repente pálido. "No puedo, Mai".

"¿Por qué no?"

El cuerpo de William se había reforzado con un nerviosismo palpable. Sus brazos parecían clavados en sus costados y su mandíbula se apretó con tanta fuerza que podría haber sido por cable. Ella no estaba acostumbrado a nada de ser de William que no sea de confianza.

Este era un comportamiento extraño.

"¿Entonces no sabes?", Preguntó.

Mai negó con la cabeza y William suspiró.

"Pensé que tal vez en Shoreline, puede ser que te han enseñado. . . la cosa es, en realidad, si un ángel caído entra en un santuario de Dios, la estructura y todo lo que está dentro estalla en llamas."

Él acabó su frase, rápidamente, al igual que un grupo de cuadrosbordeados escolares alemanes en una gira que pasó en la plaza, la presentación a la entrada de la iglesia.

Mai vio cómo algunos de ellos se volvió hacia William, susurrando y riendo entre sí, suavizando sus trenzas, en caso de que él pasó para echar un vistazo a su manera.

Se fija en Mai. Todavía parecía nervioso. "Es uno de los muchos menos conocidos los detalles de nuestro castigo. Si un ángel caído desea volver a entrar en la jurisdicción de la gracia de Dios, debemos acercarnos all cielo directamente.

No hay atajos”.

¿Usted dice que usted nunca ha puesto el pie en una iglesia? ¿No una vez en unos miles de años usted ha estado aquí? “ William sacudió su cabeza. " O un templo, o una sinagoga, o una mezquita”. “Nunca. El más cercano he venido es la piscina en la Espada y la Cruz. Cuando esto era y reutilizados como un gimnasio, el tabú se levantó." Él cerró sus ojos. "Arriane lo hizo una vez, muy a principios de antes de que ella se hubiera aliado de nuevo con el Cielo. Ella no sabía lo que hacía.
 
La forma en que lo describe-"

"Es ahí donde ella consiguió las cicatrices en el cuello?" Mai le tocó el cuello por instinto, pensando en su primera hora en la Espada y la Cruz: Arriane le entrega de una navaja del ejército suizo robados, exigiendo que Mai le de un corte de pelo. Ella no había sido capaz de apartar los ojos de las cicatrices del ángel de mármol extraños.

"No" William miró hacia otro lado, incómodo. "Eso fue otra cosa."

Un grupo de turistas posando con su guía en el frente de la entrada. En el momento en que había estado hablando, diez personas se había desplazado dentro y fuera de la iglesia sin parecía apreciar la belleza del edificio o de su importación, y sin embargo William, Arriane, y toda una legión de ángeles nunca podrían entrar.

Pero Mai pudo.

"Voy a ir. Yo sé lo que el halo se ve como de su dibujo. Si está ahí, lo voy a encontrar y-"

"Tú puedes entrar, es verdad." William asintió con la cabeza bruscamente.

“No hay otra manera".

"No hay problema." Mai intentó indiferencia.

"Voy a esperar aquí." William, miro reacio y aliviado al mismo tiempo. Le apretó la mano y se sentó en el borde levantado de una fuente en el centro de la plaza y explicó lo que el halo debe ser similar, y cómo eliminarlo. "¡Pero cuidado! Es más de mil años de edad y delicado! "Detrás de él, un querubín escupió una corriente interminable de agua. "Si usted tiene algún problema, Mai, si algo le parece ni remotamente sospechosa, corre de nuevo por aquí y me encontrará".

La iglesia estaba oscura y fresca, una estructura en forma de cruz con vigas bajas y el aroma pesado de encubrimiento incienso en el aire. Mai recogió un folleto de Inglés de la entrada, se dio cuenta de que ella no sabía lo que el nombre de la escultura era. Molesto consigo mismo por no haber preguntado-William hubiera sabido, ella se acercó a la estrecha nave, fila tras fila de pasada bancos vacíos, los ojos de localización de las estaciones de vidrios de colores de las paredes de la Cruz de las altas ventanas.
 
Aunque el exterior había sido la plaza llena de gente, la iglesia era relativamente tranquila. Mai era consciente de que el sonido de sus botas ridiriding en el piso de mármol al pasar junto a una estatua de la Virgen en una de las pequeñas capillas cerradas alineadas a cada lado de la iglesia. Ojos planos de la estatua de mármol parecía imposible grande, sus dedos increíblemente largos y delgados, apretadas en la oración.

Mai no vio el halo en cualquier lugar.

Al final de la nave se puso de pie en el centro de la iglesia, bajo la gran cúpula, que permita que el resplandor del genio cepillo de la mañana la luz del sol a través de su imponente ventanas. Un hombre con una túnica larga y gris se arrodilló ante un altar. Su rostro pálido y blanco de manos ahuecadas en su corazón-fueron las únicas partes de su cuerpo al descubierto. Él fue cantando en latín en voz baja. Dies irae, dies illa.

Mai reconoció las palabras de su clase de latín en Dover, pero no podía recordar lo que quería decir.

Cuando se acercó, el canto del hombre interrumpió y levantó la cabeza, como si su presencia había interrumpido su plegaria. Su piel era tan pálida como cualquier otro que jamás había visto, sus labios delgados casi incoloros, ya que frunció el ceño. Ella apartó la mirada y giró a la izquierda en el crucero, que constituyó la forma de cruz de la iglesia, en un esfuerzo por dar al hombre su espacio-

Y se encontró ante un ángel formidable.

Era una estatua, esculpida en mármol liso de color rosa pálido, totalmente diferente de la Mai ángeles había llegado a conocer tan bien. No había nada de la vitalidad feroz que.

Cam se encuentra en ninguna de las infinitas complejidades que adoraba en William. Esta era una estatua creada por los fieles para el impasible imperturbable fieles. Para Mai, el ángel parecía vacía. Estaba mirando hacia arriba, hacia el cielo, y su cuerpo escultural brillaba a través de las ondas suaves de tela cubiertos a través de su pecho y la cintura. Su rostro, inclinado hacia el cielo, diez metros sobre el propio Mai, había sido esculpida con delicadeza, por alguien con un toque practicado, desde el puente de la nariz a los pequeños mechones de cabello rizado por encima de su oreja.

Sus manos hizo un gesto hacia el cielo, como pidiendo perdón a alguien por encima de un pecado de hace mucho tiempo comprometido.

"Buon giorno". Una voz repentina hizo saltar a Mai. Ella no había visto el sacerdote aparece en la gran palabra de longitud traje negro, no había visto a la rectoría en el borde de la crucero, de cuya puerta de caoba tallada que el sacerdote acababa de salir.

Tenía una nariz de cera y lóbulos de las orejas grandes y era lo suficientemente alto como para elevarse sobre ella, lo que la inquietaba. Ella forzó una sonrisa y dio un paso de distancia. ¿Cómo va a robar una reliquia de un lugar público como éste? ¿Por qué no lo había pensado antes en la plaza? Ni siquiera podía hablar-

Entonces recordó: Ella hablaba italiano. Había aprendido que, más o menos inmediatamente-cuando ella atravesó el Anunciador en las líneas del frente de guerra cerca del río Piave.

"Esta es una hermosa escultura", ella dijo al sacerdote.

Su italiano no era perfecto, ella habló más como solía ser años atrás con fluidez, pero había perdido su confianza.

Sin embargo, su acento era lo suficientemente bueno, y el sacerdote parecía entender. "De hecho, es."

"La obra del artista con la extensión. . . cincel ", dijo, extendiendo sus brazos como si estuviera críticamente en relación con el trabajo ", es como si él liberó el ángel de la piedra." Dibujo de sus grandes ojos de nuevo a la escultura, tratando de buscar lo más inocente posible, Mai dio una vuelta alrededor del ángel. Efectivamente, una de oro y fibra de vidrio de halo coronó su cabeza. Sólo que no fue picada en los lugares boceto de William había sugerido. Tal vez había sido restaurado.

El sacerdote asintió sabiamente y dijo: "Ningún ángel es siempre libre después del pecado de la caída. El ojo capaz de ver que, como bien".

William le había contado el truco para liberar el halo de la cabeza del ángel: captar el halo como un volante y le dan dos firme pero suave hacia la izquierda gira. "Debido a que está hecha de cristal y oro, tuvo que ser añadido a la escultura más tarde. Así que una base es tallada en la piedra, y un agujero coincidente formó en el halo. Sólo dos fuertes, pero cuidado! Los giros. "Eso lo afloja en su base.

Ella levantó la vista hacia la estatua se eleva por encima de su vista y los jefes de los sacerdotes.

Derecho.

El sacerdote se acercó a Mai. "Se trata de Rafael, el Sanador."

Mai no sabía nada de los ángeles llamados Rafael. Se preguntó si era real o una invención de la iglesia. "Yo, um, leído en una guía que se remonta a antes de la época clásica. "Ella miró el fino haz de mármol que conecta el halo de la cabeza del ángel. "¿No fue esta escultura traída a la iglesia durante las Cruzadas?" El  sacerdote barrió los brazos sobre el pecho y las mangas largas sueltas de su túnica arrugada en el codo. "Usted está pensando en el original. Se sentó justo al sur de Dorso-duro en la Chiesa dei Piccolos Miracolis en la Isla de las Focas, y desapareció con la iglesia y de la isla, cuando ambos, como sabemos, se hundió en los siglos del mar atrás".

"No" Mai tragó saliva. "Yo no lo sabía." Sus ojos marrones redondos fijos en ella. "Usted debe ser nuevo en Venecia", dijo. "Con el tiempo, todo lo que aquí se desmorona en el mar. No es tan malo, de verdad. ¿De qué otra manera nos convertimos en expertos en las reproducciones? "Miró el ángel, se pasó los dedos marrones largos a través del pedestal de mármol. "Este fue creado por encargo de sólo cincuenta mil liras.? ¿No es extraordinario "No ha sido notable, fue horrible. El halo real, se había hundido en el mar? Ellos nunca lo encontraría ahora, ellos nunca aprenden la verdadera ubicación de la caída, que nunca sería capaz de detener a Lucifer de su destrucción. Sólo habían hecho más que empezar este viaje y ya parecía que todo estaba perdido.

Mai se tambaleó hacia atrás, apenas la búsqueda de la respiración para dar las gracias al sacerdote. Sentirse fuerte y desequilibrado, estuvo a punto de tropezar con el suplicante pálida, que frunció el ceño mientras ella se dirigió rápidamente hacia la puerta.

En cuanto cruzó el umbral, ella echó a correr. William la cogió por el codo en la fuente.

"¿Qué pasó?"

Su cara debe de haber dado todo. Ella contó la historia a él, cada vez más desanimados a cada palabra. En el momento en que llegó a la forma en que el sacerdote tenía se jactó de la reproducción de negociación, una lágrima se deslizaba por su mejilla.

"¿Estás seguro de que él llamó la catedral de la Chiesa dei Miracolis Piccolos?", Dijo William, dando vueltas a mirar al otro lado de la plaza. "En la isla de las focas?"

Estoy seguro, William, que se ha ido. Está enterrado en el mar"

"Y lo vamos a encontrar."

"¿Qué? ¿Cómo?"

Él ya la había agarrado de la mano y, con una mirada de soslayo a través de las puertas de la iglesia, empezó a correr por la plaza.

“William—”

"Tú sabes nadar."

"Eso no es gracioso.
"
"No, no lo es." Él dejó de correr y se volvió a mirarla, que se celebró el mentón en la palma de su mano. El corazón le latía, pero sus ojos sobre ella hicieron todo más lento.

"No es lo ideal, pero si esta es la única manera de conseguir el artefacto, es la forma en que vamos a obtener el artefacto. Nada nos puede detener. Ya lo sabes. Nada se puede permitir que nos detenga”.

Momentos más tarde, estaban de regreso en la góndola, el remo William ellas hacia el mar-alimentación de ellos como un cuarto de motor con cada golpe de su remo. Se aceleró el pasado todos los otra góndola en el canal, por lo que la horquilla se da la vuelta puentes bajos y las esquinas que sobresalen de los edificios, las salpicaduras de agua en la cara de alarma en las góndolas vecinos.

"Sé que es esta isla", dijo William, ni siquiera sin aliento.

"Antes se encuentran a medio camino entre San Marcos y de la Giudecca. Pero no hay ningún lugar para atracar el barco cercano.

Vamos a tener que salir de la góndola. Vamos a tener que abandonar el barco y nadar."

Mai dio una mirada sobre el lado de la góndola en el agua turbia verde en moviendo rápidamente por debajo de ella. La falta de traje de baño. La hipotermia. Italiana del Lago Ness monstruos profundidades no vistas de los lodos. El banco de góndola estaba helado debajo de ella y el agua olía a barro mezclado con las aguas residuales.

Todo esto pasó por la mente de Mai, pero cuando se bloquea en los ojos de William, se calmó su miedo.

Él la necesitaba. Ella estaba a su lado, sin hacer preguntas.

"Está bien".

Cuando llegaron al canal abierto en donde los canales de vaciado en el espacio entre los bordes de las islas, era un caos turístico: El agua estaba llena de lanchas taje de cierre turistas transportando bolsas rusas hacia los hoteles, barcos a motor fletados por los viajeros ricos y elegantes, brillantes, y kayaks aerodinámicas que llevan mochileros norteamericanos usar gafas de sol. Las góndolas y barcazas y barcos de la policía recorrieron toda el agua a altas velocidades, evitando apenas uno al otro.

William maniobro sin esfuerzo, señalando en la distancia. "Ves las torres?"

Mai miró a lo largo de los botes multicolores. El horizonte era una línea débil donde el azul-gris del cielo tocó el azul más oscuro-gris del agua. "No."

"Enfocate, Mai".

Después de unos momentos, las dos torres más pequeñas verdosas lejos de lo que imaginé que alguna vez podía ver sin telescopio, quedó a la vista. "Oh. No ".

"Eso es todo lo que queda de la iglesia." Remar velocidad de William aumentado el número de barcos a su alrededor disminuido. El agua creció agitado, se profundizó a un árbol de hoja perenne de color oscuro, empezó a oler más a la mar que la suciedad extraño atractivo de Venecia. Mai el pelo azotado por el viento, que se sentía más frío cuanto más lejos la tierra que tenemos. "Vamos a tener que esperar que nuestro halo no ha sido robado por los equipos de excavación de los buzos".

Después de Mai había subido de nuevo en la góndola, William le pidió que lo esperara por un momento. Había desaparecido por un callejón estrecho y volvió a aparecer lo que parecía que segundos más tarde con una pequeña bolsa de plástico de color rosa.

Cuando se lo lanzó a ella ahora, Mai sacó un par de gafas. Se miraron estúpidamente caros y no muy funcional: malva y negro con el ángel de moda alas en los bordes de las lentes. Ella no podía recordar la última vez que había nadado con gafas, pero cuando miró hacia el agua de negro sombra, Mai se alegró de tener que tirar hacia abajo sobre sus ojos.

"Gafas, pero no traje de baño?", Preguntó.

William se sonrojó. "Supongo que eso era una estupidez. Pero yo tenía prisa, sólo pensar en lo que se necesita para obtener el halo. "Él condujo la pala hacia atrás en el agua, a favor dejándoles más rápidamente que una lancha rápida. "Se puede nadar en ropa interior, ¿no?"

Ahora Mai se ruborizó. En circunstancias normales, la pregunta podría haber parecido emocionante, algo que ambos habrían rió de los casos. No estos nueve días. Ella  asintió con la cabeza. Ocho días ahora. William estaba muy en serio. Mai sólo tragó saliva y dijo: "Por supuesto". La pareja de verdegrises torres se hizo más grande, más detallado, y entonces ellos estaban sobre ellos. Eran altos y cónicos, de varillas oxidadas de cobre. Parecía que había sido coronada por pequeñas en forma de lágrima banderas de cobre, esculpida para que parezca que se ondeando al viento, pero una bandera fue salpicada de agujeros resistido, y el otro se había roto por completo de su polo.

En el mar abierto, la protrusión de las torres era extraño, lo que sugiere una catedral cavernosa de las profundidades. Mai se preguntó cuánto tiempo hace que la iglesia se había hundido, cuán profundo era.

La idea de bucear allí abajo, en ridículas gafas y la ropa interior de mamá compró la hizo estremecerse.

"Esta iglesia tiene que ser enorme", dijo. Quería decir que no creo que pueda hacer esto. No puedo respirar bajo el agua. ¿Cómo vamos a encontrar un pequeño halo hundido en el medio del mar?

"Puedo llevarte tan lejos como la propia capilla, pero sólo por ahora que. Siempre y cuando te aferres a mi mano. "William extendió una mano tibia para ayudar a Mai de pie en el góndola. "La Respiración no será un problema. Sin embargo, la iglesia seguirá siendo santificada, lo que significa que te necesito para encontrar el halo y traerlo a mí."

William tiró de su camiseta por la cabeza, dejándolo caer a la banca de la góndola. Salió de sus pantalones rápidamente, perfectamente equilibrado en el barco, y luego una patada fuera de sus zapatos tenis. Mai miraba, sintiendo algo revuelve el interior de ella hasta que se dio cuenta de que iba a ser la tira de ping-abajo, también. Se quitó las botas, tiró quitó los calcetines, salió de sus pantalones vaqueros tan modestamente como pudo.

William levantó la mano para ayudar a su equilibrio, que la estaba mirando, pero no la forma en que ella hubiera esperado. Estaba preocupado por ella, la piel de gallina el aumento en su piel. Se frotó los brazos cuando ella se quitó el jersey y se quedó congelado en su ropa interior sensible en la góndola en el centro de la laguna de Venecia.

Una vez más se estremeció, el frío y el miedo y la masa indescifrable en su interior. Pero su voz sonaba valiente cuando ella tiró las gafas, que le comprima, hacia abajo por encima de su los ojos y dijo: "Bueno, vamos a nadar."

Se tomaron de las manos, al igual que ellos tenían la última vez que había nadado junto a Espada y la Cruz. A medida que sus pies levantados del piso barnizado de la mano de la góndola, de William tiraron de ella hacia arriba, más alto que ella jamás hubiera podido ella misma, y saltó a continuación, ellos se zambulleron.

Su cuerpo salió a la superficie del mar, que no estaba tan frío como ella había esperado. De hecho, cuanto más cerca nadaba al lado de William, el más cálido tras su alrededor crecía.

Él estaba brillando.

Por supuesto que era. Ella no había querido expresar sus temores sobre el grado de oscuridad e impasible de la iglesia estarían bajo el agua, y ahora se dio cuenta, como siempre, que William siempre estaba mirando hacia fuera para ella. William  iluminaba su camino hacia el halo con el que Mai con un brillo de incandescencia misma había visto en muchas de las vidas pasadas que había visitado. Su resplandor jugando con el agua turbia de Mai, plegado en su interior, tan hermosa y sorprendente como un arco iris con valentía en un cielo nocturno negro.

Ellos nadaron hacia abajo, tomados de la mano, bañada en luz violeta. El agua era sedosa, silenciosa como una tumba vacía.

Dentro de unos cuatro metros, el mar se volvió más oscuro, pero la luz de William todavía ilumina el océano por varios metros a su alrededor. Una docena de metros más y la fachada de la iglesia quedaron a la vista.

Fue hermoso. El mar lo había conservado, y el resplandor de la gloria de William emitir un brillo violeta inquietante en sus viejas piedras silenciosas. El par de agujas por encima de la superficie puntuado una cubierta plana revestida con esculturas de piedra de los santos. Hubo paneles de medios cariados mosaicos que representan a Jesús con algunos de los apóstoles. Todo estaba lleno de musgo y repleto de vida marina: peces de plata pequeño revoloteando dentro y fuera de alcobas, anémonas de mar que sobresale de las representaciones de los milagros, las anguilas se deslizan fuera de recovecos donde los antiguos cuerpos venecianas solían ser. William se quedó junto a ella, siguiendo su capricho, iluminando su camino.

Nadó por el lado derecho de la iglesia, mirando a través de las vidrieras rotas, siempre mirando a la distancia de nuevo hasta la superficie, al aire.

Casi al punto de que ella había esperado, los pulmones Mai comenzó a tensar. Pero ella no estaba dispuesta a ir todavía. Habían hecho más que lo hizo hasta donde se podía ver lo que parecía el altar. Apretó los dientes y dio a luz al grabar un poco más.

La celebración de su mano, ella se asomó dentro de una de las ventanas cerca de crucero de la iglesia. Su cabeza y sus hombros se aventuraron en el aplanado y William, como todo lo que pudo contra la pared de la iglesia a la luz el interior de ella.

No vio nada, pero bancos de la iglesia en descomposición, un altar de piedra se partió en dos. El resto fue la sombra, y William no podía estar más cerca de darle más luz. Sintió un tensor en elsus pulmones y le entró el pánico, pero luego, de alguna manera, lo ha entregado, y se sentía como si tuviera una extensión de lujo de tiempo antes de que la tensión y el pánico iba a volver. Era como si no hubiera límites para respirar, y Mai podría pasar a través de algunos de ellos antes de que las cosas se pusieran realmente grave. William miraba, asintiendo con la cabeza, como si entendió que podía ir un poco más.

Nadó más de la una ventana más antigua, y algo de oro brillaba en una esquina de la iglesia hundida.

William también lo vio. Nadó a su lado, con cuidado de no presionar dentro de la iglesia. Le tomó la mano y señaló con el dedo. Sólo la punta del halo era visible. La estatua se veía como si hubiera caído a través de una porción de colapso de la planta. Mai nadó más de cerca, el aire antes de la coagulación de ella con las burbujas, sin saber cómo arrebatar de forma gratuita. Ella No podía esperar más. Sus pulmones ardían. Ella le dio a William la señal para subir.

Él negó con la cabeza.

Cuando ella dio un respingo de sorpresa, le sacó totalmente fuera de la iglesia y la tomó en sus brazos. Él la besó profundamente, y me sentí tan bien, pero-

Pero no, él no estaba besando. Estaba respirando el aire en sus pulmones. Ella abrió la boca en sus besos, sentir el flujo de aire puro en ella, el mantenimiento de sus pulmones justo cuando se sentía como que iba a estallar. Era como si tuviera un suministro interminable y Mai era ávido de todo lo que podía conseguir.

Sus manos buscaron el cuerpo del otro casi desnudos, como llena de pasión, como si estuvieran besando por puro placer. Mai no quería parar. Pero sólo tenía ocho días. Cuando por fin asintió con la cabeza que estaba saciado, William sonrió y se apartó.

Volvieron a la pequeña abertura en la ventana que solía ser. William nado hacia él y se detuvo, la dirección de su cuerpo para hacer frente a la apertura por lo que su resplandor brillaba en la  luz de su camino. Ella se retorció lentamente a través de la ventana, sintiendo el frío y claustrofóbico al instante sin sentido dentro de la iglesia. Era extraño, porque ella catedral era enorme: sus techos eran de un centenar de metros de altura, y Mai tenía el lugar para ella sola.

Tal vez ése era el problema. En el otro lado de la ventana  William parecía demasiado lejos. Por lo menos podía ver el ángel más adelante-y el brillo de William acaba de afuera. Nadó hacia el halo de oro, se apoderó de él en sus manos. Recordó las instrucciones de William, y se volvió el halo como si estuviera dirigiendo un galgo autobús.

No se movió.

Mai se apoderó de la aureola negra más difícil. Ella se echó hacia atrás y hacia adelante, poniendo toda la fuerza que tenía en ella.

Muy lentamente, el halo crujió y se movió un centímetro a la izquierda. Se esforzó de nuevo para hacerlo moverse, el envío de las burbujas de exasperación. Al igual que ella empezó a sentirse  agotada, el halo afloja, se volvió. El rostro de William se llenó de orgullo mientras la miraba y ella lo miró, sus miradas se entrelazan. Ella apenas si había pensando en la respiración mientras se esforzaba por desenroscar el halo.

Se salió de las manos. Ella lanzó un grito de alegría y admiración a su peso impresionante. Pero cuando miró a William, él no la miraba más. Fue mirando hacia arriba, a lo lejos.
Un segundo después, se había ido.

Capítulo 4

Palos de ciego


Última edición por tamalevyrroni el Dom Oct 29, 2017 3:07 pm, editado 1 vez
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Mensaje por tamalevyrroni Dom Oct 29, 2017 3:06 pm

Sola en la oscuridad, Mai recauchutaba agua.

¿Dónde estaba?

Nadó más cerca del cráter en el piso donde el ángel se había hundido a través, donde, sólo unos segundos antes, el brillo de William había estado con ella, iluminando a su manera.

Arriba. Era la única opción.

La presión en sus pulmones construido rápidamente y se extendió por el resto de su cuerpo, zumbido en su cabeza.

La superficie estaba muy lejos, y por ahora el aire de William había infundido en ella se ha ido. No podía ver la mano antes de su rostro. Ella no podía pensar. Ella no pudo cundir el pánico.

Mai palizada lejos de las tablas podridas, dar volteretas en el agua para hacer frente a donde se pensaba que la ventana del sótano que había utilizado para entrar en la catedral. Sus manos temblorosas probaron las paredes del sótano percebes, buscando a tientas la estrecha abertura que tenía que adaptarse de nuevo a través.

No hay.

Sus dedos se alcanzaron fuera de la ruina y se sintió más allá de las aguas más cálidas. En la oscuridad, el pasaje parecía aún más pequeño y más imposible pasar a través de que tenía cuando William había estado allí, brillando, iluminando su camino. Pero era la única manera de salir.

Con el halo metió torpemente debajo de la barbilla, Mai a sí misma hacia delante, atascando los codos contra el exterior del edificio para tirar de su cuerpo a través de.

Primero los hombros, luego la cintura, entonces.


El dolor desgarró a través de su cadera.

Su pie izquierdo estaba atrapado, enganchado en contra de algo que no podía alcanzar o ver. Las lágrimas picaron en sus ojos y lloró de frustración. Vio cómo las burbujas de su boca flotar en marcha en la que debía ser-llevando consigo más energía y oxígeno que había dejado en ella.

Con la mitad de su cuerpo a través de la ventana y la mitad del cuerpo metido dentro, Mai luchaba, rígida de terror. Si sólo William estuviera aquí. . .

Pero William no estaba aquí.

Manteniendo el halo con una mano, se deslizó el otro hacia atrás por la ventana estrecha, deslizándolo hacia abajo contra su cuerpo, tratando de llegar a su pie. Sus dedos se encontraron algo frío y de goma e irreconocible. Un pedazo de ella quedó en sus manos, luego se desmoronó en la nada. Ella se retorció de disgusto mientras trataba de una llave de su pie libre de las garras de lo que fuera. Su visión comenzaba a nublarse y se enganchó las uñas y se rompió el tobillo y creció en bruto de todo su esfuerzo para liberarse-y de repente estaba suelto.

Su pierna se sacudió hacia adelante y la rodilla golpeó el muro derrumbado drásticamente suficiente como para que ella sabía que lo había cortado, pero no importa: ella con furia escapó con el resto de su cuerpo a través de la ventana.

Ella tenía el halo. Ella era libre.

Pero no había manera de que tenía suficiente aire en sus pulmones para llegar a la superficie. Su cuerpo estaba temblando mal, las piernas casi no responde a los comandos para nadar, y una neblina de color negro manchas rojas pululaban delante de sus ojos.

Se sentía torpe, como si estuviera nadando a través del cemento húmedo.

Entonces ocurrió algo sorprendente: Las aguas negras a su alrededor se iluminó con un resplandor trémulo, y estaba envuelto en el calor y la luz como el amanecer de verano.

Apareció una mano extendida hacia ella.

William. Se deslizó los dedos de una mano dentro de su ancha palma fuerte, pegado a la cerca del halo a su pecho con la otra mano.

Mai cerró los ojos mientras volaba con William hacia arriba, en el cielo bajo el agua.

Un segundo parecía pasar y ellos salieron a la superficie de la luz del sol enceguecedor. Instintivamente, Mai tragó saliva para la mayor bocanada de aire que pudiera tener , sorprendiéndose a sí misma con el gemido de la garganta hecha, con una mano alrededor de su cuello para guiar el aire hacia abajo, y la otra mano arrancando sus gafas.

Pero, era raro. Su cuerpo no parecía necesitar tanto el aire como su mente le dijo que lo hizo. Se sintió mareada, enmudecido por la luz del sol impactante repentina, pero extrañamente, ella no estaba a punto de desmayarse. ¿No había estado allí el tiempo que ella pensó que tenía? ¿Era ella de repente que mucho mejor en la celebración de su aliento? Mai que una oleada de orgullo deportivo complementar su alivio por haber sobrevivido.

Las manos de William se encuentran bajo el agua para ella. "¿Estás bien?"

"¿Qué te pasó?" Exclamó. "Yo casi"

"Mai", advirtió. "Shhh".

Sus dedos trazaron sobre la de ella y sin decir palabra la alivió del halo. Ella no se dio cuenta de lo pesado que lo fue hasta que estaba libre de ella. Pero ¿por qué William acciono de un modo tan extraño, deslizando el halo de distancia de su tan sigilosamente, como si tuviera algo que ocultar?

Todo lo que tenía que hacer era seguir con la mirada violeta oscuro.

Cuando William había nadado a su rapidez a la superficie, que se había abierto pasó en un lugar diferente de la que había entrado. Mientras que antes, se dio cuenta Mai, que había visto la catedral sumergida desde el frente sólo el doble gris, verde, pasando de agujas de sus torres hundidas ahora eran casi exactamente sobre el centro de la iglesia, en la nave una vez que hubiera sido.

Ahora ellos estaban flanqueados por dos hileras de añora los arbotantes, que una vez se han llevado a cabo por las paredes de piedra, ahora en ruinas de la larga nave de la iglesia.

El arco de los contrafuertes era negro con musgo y no eran tan altos como las torres de la fachada. Sus tapas de piedra inclinadas rompió a través de la superficie del agua que los hizo perfectos para los bancos del grupo de una veintena de parias en la actualidad alrededor de Mai y William.

Cuando Mai los reconoció-un campo de gabardinas color canela, piel pálida, los ojos muertos de los que ella ahogó un grito de asombro.

"Hola", dijo uno.

No fue Phil, el Desterrado zalamero que se había planteado como el novio de Shelby, y luego condujo una batalla contra los ángeles en el patio trasero de los padres de Mai”. No le vi la cara entre los parias, a un tropel de criaturas en blanco y apático que no conocía y no le importaba llegar a conocer.

Los ángeles caídos que no podían decidirse, los parias eran en cierto modo lo contrario de William, quien se negó a tomar cualquier lado. Rechazado por Cielo por su indecisión, quedó ciego por el infierno de todo, pero el más tenue resplandor de las almas, los parias habían hecho un montaje repugnante. Ellos estaban mirando a Mai de la forma en que tenía la última vez, a través de los ojos horribles, vacíos que no podía ver su cuerpo sin embargo, sentía que algo en su alma, que dijo que era "el precio".

Mai se sintió expuesta, atrapada. Leers de los Rechazados hizo el agua más fría. William nadaba cerca, y ella sintió el roce de algo suave en la espalda. Desplegó sus alas en el agua.

" Usted sería poco aconsejable para intentar la fuga, " un Paria detrás de Mai zumbó, como si sintiendo el conmovedor de las alas de William bajo el agua. " Un vistazo detrás de usted debería convencerle de nuestros números superiores, y esto sólo toma uno de estos.“ Él separó su trinchera para revelar una vaina de plata starshots.

Los Parias los tenían rodeado, colocado arriba sobre los restos de piedra de una isla hundida veneciana. Se miraron altivos, sórdido, con sus gabardinas anudados a su cintura, ocultando sus sucias, aseo finas como el papel alas.

Mai recordaba de la batalla en el patio trasero de sus padres que los parias mujeres eran tan crueles y despiadadas como los machos. Ese había sido tan sólo unos días antes, pero se sentía como años habían pasado.

"Pero si usted prefiere ponernos a prueba. . . "Perezosa, los Parias firmemente sujetos una flecha, y William no pudo ocultar por completo su estremecimiento.

"Silencio". Uno de los parias se elevó a pie en el estribo. No llevaba una gabardina, pero con una larga túnica gris, y Mai quedó sin aliento cuando llegó a sacar hacia atrás la capucha y expuso su rostro pálido. Él era el hombre pálido que canto en la catedral. Él había estado observando todo el tiempo, oyendo todo lo que ella le decía el sacerdote. Tiene que haberla seguido hasta aquí. Sus labios descoloridos se curvaron en una sonrisa.

"Por lo tanto," gruñó. "Ella ha encontrado su halo."

"Esto no es asunto tuyo", le gritó William, pero Mai podía oír la desesperación en su voz. Ella aún no sabía por qué, pero los Proscritos tenían la intención de hacer.

Mai su negocio. Ellos creían que ocupó cierta influencia sobre su redención, su regreso al cielo, pero su lógica le escapaba ahora tanto como lo había hecho en su patio trasero de sus padres.

"No nos insultan con sus mentiras", tronó el paria vestido. "Sabemos lo que buscan, y ustedes saben que es nuestra misión es detenerlos".

"Ustedes no están pensando con claridad", dijo William. "No estamos viendo esto por lo que es. Aún no se puede si se busca " ¿" Lucifer para volver a escribir historia? “El calibre de ojos blanco del Paria en el espacio entre él y Mai. " Por supuesto, de hecho, nos gustaría muchísimo."

"¿Cómo puedes decir eso? Todo el mundo, a nosotros mismos tal como los conocemos ahora serán aniquilados.

El universo entero, toda la conciencia, se ha ido."

"¿Realmente crees que nuestras vidas en estos últimos seis mil años son algo que vale la pena conservar?" Los ojos del líder se estrecharon. "Es mejor acabar con nosotros. Es mejor borrar esta existencia ciega antes de empezar a desvanecerse. La próxima vez. . . "Una vez que entrenó a sus ojos sin vida en la dirección de Mai. Los vio girar en sus órbitas, enfocándose en su alma. Y se quemó. "La próxima vez no vamos a incurrir en la ira del cielo de tal manera insensata.

Vamos a ser recibidos de nuevo por el cielo. Jugaremos nuestras cartas más inteligentes. "Su mirada ciega se quedó en el alma de Mai. Él sonrió. "La próxima vez vamos a tener. . . ayuda."

"Usted no tiene nada, tal como lo hace ahora. A un lado, Parias Esta guerra es más grande que tú. "El parias con túnica tocó un Starshot y sonrió. "Sería muy fácil de matar ahora."

"Un ejército de ángeles ya está luchando por Maite. Vamos a detener a Lucifer, y cuando lo hagamos ya no habra tiempo para ocuparse de pequeñeces como vosotros, los parias se arrepentirán de este momento, junto con todo lo que has hecho desde la Caída.

"En la ronda de ir ahora, los parias de la niña harán nuestro objetivo desde el principio. Le encantará a ella, como lo han hecho. Vamos a hacerle creer cada palabra que decimos, como lo han hecho. Hemos estudiado sus formas. Sabemos lo que debemos hacer."

Tontos", gritó William. "Ustedes creen que van a ser más listos o los más valientes la próxima vez? ¿Crees que te acordarás de este momento, esta conversación, este plan brillante en absoluto? Que va a hacer nada más que cometer los mismos errores que ha hecho esta vez. Todos lo haremos. Sólo Lucifer recordara sus errores anteriores. Y sus actividades sólo sirven para su base. Seguramente usted recuerda lo que su alma se parece ", dijo William deliberadamente", aunque no se ve nada más."

Los Parias se elevaron en sus perchas de pudrir.

“Recuerdo, " Mai oyó a un Paria detrás de ella decir apenas.

"Lucifer era el más brillante de todos los ángeles", otro llamado, lleno de nostalgia. "Tan hermoso, que nos cegó. " Ellos eran sensibles, Mai se dio cuenta, sobre su deformidad.

"Deja tu equivocación!" Una voz fuerte llamada sobre ellos. El Paria, el líder de esta escena. "Los Parias lo verán otra vez en el siguiente 'round. La visión conducirá a la sabiduría, y la sabiduría atrás por las Puertas de Cielo. Seremos atractivos al Precio. Ella nos dirigirá."

Mai se estremeció en contra de William.

"Tal vez todos podemos tener una segunda oportunidad para redimirse." William hizo un llamamiento a los mismos. "Si somos capaces de detener a Lucifer. . . no hay razón de que su clase no pueda también-"

"¡No!" Se lanzó el paria con túnica de su contrafuerte en William, sus alas tristes, estropeadas que extienden amplio con un crujido como una ramita que se rompe.

Empujaron las alas de William aflojadas alrededor de su cintura y el halo atrás en sus manos cuando él se elevó del agua en defensa propia. El líder no era ningún rival para William, que disparo un y lanzo un derechazo cruzado.

Los Parias volaron hacia atrás unos seis metros, rozando el agua como una piedra. Se enderezó y volvió a su posición privilegiada en el contrafuerte. Con un gesto de su mano pálida, que dirige el resto de su grupo a aumentar en un círculo en el aire.

"¿Sabes quién es ella", gritó William. "¿Sabes lo que esto significa para todos nosotros. Por una vez en su existencia, hace algo valiente en vez de cobarde."

"¿Cómo?" El Parias lo desafió. El agua transmite desde el borde de sus vestiduras.

William estaba respirando con dificultad, mirando a Mai y el halo dorado brillante a través del agua. Sus ojos de color violeta parecían presos del pánico por un momento y luego hizo lo último que se hubiera esperado.

Miró a El Parias con vestido de fondo de sus ojos blancos muertos, extendió su mano con la palma hacia arriba, y le dijo: "Únanse a nosotros." El Parías rió oscuro durante mucho tiempo.

William no se inmutó.

"Los Parias trabajan para nadie más que a sí mismos".

"Usted ha dejado claro. Nadie le está pidiendo a ustedes mismos Contrato de Fideicomiso. Sin embargo, no funcionan en contra de la única causa que es correcto. Aproveche esta oportunidad de salvar a todos, incluyendo a ustedes mismos. Únanse a nosotros en la lucha contra Lucifer."

“!Es un truco!", Gritó una de las chicas Parias.

"Se trata de engañarlo con el fin de lograr su libertad."

"Toma a la chica!"

Mai miró con horror cuando el paria vestido se cierne sobre ella. Él se acercaba, los ojos muy abiertos con avidez, sus blancas manos temblaban cuando llegaron por ella. Más cerca.

Más cerca. Ella gritó-

Pero nadie la oyó, porque en ese momento, el mundo ondulado. El aire y la luz y de partículas en la atmósfera cada parecía duplicar y dividir, a continuación, doblada sobre sí mismos con un trueno.

Se estaba pasando de nuevo.

A través de la espesura de gabardinas de bronceado y las alas sucias, el cielo se había vuelto de un gris tenue y brumoso, como si hubiese sido la última vez en la espada y la biblioteca de la Cruz, cuando todo había empezado a temblar. Otro Timequake. Dibujo de Lucifer próximo.

Una ola enorme se estrelló sobre su cabeza. Mai se agitaban, agarrando fuertemente a la aureola, remando desesperadamente de mantener su cabeza fuera del agua.

Vio el rostro de William como un crujido muy sonado en su izquierda. Sus alas blancas volaban hacia ella, pero no lo suficientemente rápido.

Lo último que vio antes Mai con la cabeza sumergida bajo el agua parecía suceder en cámara lenta: La torre de la iglesia verde gris, inclinada sobre el agua, inclinando hacia abajo muy suavemente hacia su cabeza. Su sombra creció grande hasta que con un golpe que le tiró abajo en la oscuridad.

Mai despertó ondulado en una ola: Ella estaba en una cama de agua.

Cortinas de encaje rojo se elaboraron sobre las ventanas. De color gris claro deslizarse a través de brechas en el encaje complicado sugirió que era el atardecer. A Mai la cabeza le dolía y le palpitaba el tobillo. Se dio la vuelta en las sábanas de seda negra-

y se encontró cara a cara con una chica de ojos soñolientos con un trapo enorme de pelo rubio.

La joven gimió y golpeó fuertemente los párpados sombreados de plata, que se extiende un puño holgura por encima de su cabeza. "Oh", dijo ella, sonando mucho menos sorprendido de despertar junto a Mai y la sintió despertar a su lado. "¿Hasta qué hora nos quedamos anoche?" Arrastrando las palabras en italiano. "Ese partido fue una locura."

Mai se lanzó hacia atrás y cayó de la cama, dejándose caer en una alfombra de felpa blanca. La habitación era una caverna, el frío y rancio olor, con el papel pintado de color gris oscuro y una cama de trineo sobre una alfombra de área enorme en el centro.

No tenía la menor idea de dónde estaba, cómo había llegado allí, cuya bata que llevaba puesta, quien esta chica era, o qué partido que la niña pensó Mai había estado en la noche anterior. ¿Habría de alguna manera caído en un locutor? Había un taburete de cebra de impresión junto a la cama la ropa que había dejado en la góndola estaban perfectamente dobladas en ella el suéter blanco que se había puesto dos días antes en la casa de sus padres, sus gastados pantalones vaqueros, sus botas de montar apoyándose uno contra el otro para el lado. El medallón de plata con la cara tallada de rosa que lo había metido dentro de su bota justo antes de que William y la paloma en el agua se encontraban descansando en una bandeja de vidrio hilado en la mesa de noche.

Ella se deslizó hacia atrás sobre su cabeza y perdió el balón en sus pantalones vaqueros. La chica en la cama había caído dormida, una almohada de seda negro de peluche sobre su cara, su pelo rubio enmarañado derrame de debajo de ella. Mai se asomó por la cabecera alta, la búsqueda de dos sillones de cuero vacías frente a una chimenea en llamas en la pared del fondo, y un televisor de pantalla plana montada sobre él.

¿Dónde estaba William?

Estaba cerrando la cremallera de su arranque de la segunda, cuando oyó una voz a través de las puertas rotas franceses frente a la cama.

"No se arrepentirá de esto, William."

Antes de que pudiera responder, la mano de Mai estaba en el pomo de la puerta y en el otro lado lo encontró, sentado en un sofá de dos plazas de cebra de impresión en la sala de estar, frente a Phil El Parias.

A la vista de ella en la puerta, William se puso de pie. Phil se levantó, también, de pie, tieso junto a su silla. Las manos de William barrió la cara de Mai, el cepillado en la frente, que se dio cuenta de Mai era tierno y molido.

"¿Cómo te sientes?"

"El halo"

“Tenemos el halo." William hizo un gesto en el disco de cristal enorme de oro filo apoyado en la mesa de comedor de madera grande en la habitación contigua. Era un paria sentado en la mesa con una cuchara de yogurt en la boca, otro apoyado en la puerta con los brazos cruzados sobre el pecho. Ambos se enfrentaron a Mai, pero era imposible saber si sabían que estaban haciendo. Se sentía en el borde a su alrededor, sintió un escalofrío en el aire, pero confía en actitud calmada de William.

"¿Qué pasó con El Paría que estaban luchando?", Preguntó Mai, en busca de la criatura pálida en la túnica.

"No te preocupes por él. Eres tú que me preocupa. "Le habló con tanta ternura como si hubieran estado solos.

Se acordó de la inclinación hacia su torre de la iglesia como la catedral se derrumbó bajo el agua. Se acordó de las alas de William proyectando una sombra sobre todo lo que se inclinó hacia ella.

"Tuviste un mal golpe en la cabeza. Los Parias me ayudaron a salir del agua y nos trajeron aquí para que pudiera descansar."

"¿Cuánto tiempo estuve dormida?", Preguntó Mai. Era de noche. "¿Cuánto tiempo tenemos a la izquierda"

"Siete días, Mai", dijo William en voz baja. Podía oír cómo profundamente él, también, sintieron que el tiempo escapando de ellos.

"Bueno, no debemos perder más tiempo aquí." Ella miró a Phil, que fue rellenado de él y William vidrios de una botella de vino tinto algo que se llama Campari.

"¿No te gusta mi apartamento, Maite Price?", Dijo Phil, fingiendo mirar alrededor de la sala de estar posmoderno, por primera vez. Las paredes estaban salpicadas de Jackson Pollock en pinturas, pero fue a Phil que Mai no podía dejar de mirar. Su piel era pastier de lo que recordaba, con grandes círculos morados alrededor de sus ojos vacíos. Ella creció en frío cada vez que se acordaba de sus alas rotas la celebración de su imagen en el aire por encima de patio trasero de sus padres, listo para volar a algún lugar oscuro y lejano.

"No puedo ver nada de eso muy bien, por supuesto, pero me dijeron que iba a ser decorado de una manera que las jóvenes se encuentran atractiva. ¿Quién sabía que iba a desarrollar un gusto por la carne mortal, después de mi tiempo con su Shelby Nefilim amigo? ¿Conociste a mi amiga, en el dormitorio?

Ella es una chica dulce, que son todos tan dulce".

"Tenemos que irnos." Mai tiró de la camisa de William.

Los otros Parias en la habitación se elevaron a la atención.

"¿Seguro que no puedes quedarte a tomar una copa?", Preguntó Phil, pasando a ocupar un tercer vaso con el líquido de color rojo cereza, que no pudo evitar derramar. William le puso la mano sobre el borde, verter en lugar de una botella de refresco de toronja con gas.

"Siéntate, Mai," dijo William, y le entregó la copa.

"No estamos listos para salir."

Cuando los dos estaban sentados, los otros dos parias siguieron su ejemplo. "Tu novio es muy capaz de ello-", dijo Phil, pateando sus botas de combate barro en la mesa de café de mármol. "Hemos acordado que los parias se unirán a ti en sus esfuerzos para detener la Estrella de la Mañana".

Mai se inclinó hacia William. "¿Podemos hablar a solas?"

"Sí, por supuesto", respondió Phil para él, el aumento de rigidez de nuevo y asintiendo con la cabeza a los otros parias. "Pongámonos todos a tomar un momento." La formación de una línea detrás de Phil, los demás desaparecieron detrás de una puerta giratoria de madera en la cocina del apartamento.

Tan pronto como estuvieron solos, William puso las manos sobre las rodillas. "Mira, sé que no es su favorito-"

"William, trataron de secuestrarme".

"Sí, lo sé, pero eso fue cuando pensé:" –

William hizo una pausa y le acarició el pelo, la elaboración de un enredo con los dedos-"ellos pensaban que la presentación que el cielo era expiar su traición antes. Pero ahora el juego ha cambiado totalmente, en parte debido a lo que Lucifer hizo-y en parte porque ha llegado más lejos como para romper la maldición de los Parias prevista”.

"¿Qué?" Comenzó a Mai. "¿Crees que estoy a punto de romper la maldición?"

"Digamos que usted nunca ha estado tan cerca antes", dijo William, y algo se disparó en el interior Mai que ella no entendía. "Con la ayuda de los Parias luchando contra nuestros enemigos, puedes centrarte en lo que tiene que hacer."

"¿Ayuda de los Parias? Pero sólo nos tendieron una emboscada”.

"Phil y yo hemos hablado sobre las cosas. Tenemos un entendimiento. Oye, Mai "-William tomó del brazo y le susurró, a pesar de que fueron los únicos en la habitación-" los parias son menos de una amenaza con nosotros que contra nosotros. Son desagradables, pero también son incapaces de mentir. Siempre vamos a saber dónde estamos con ellos".

"¿Por qué tenemos que estar con ellos en absoluto?" Mai se inclinó hacia atrás con fuerza contra la almohada de cebra de impresión detrás de ella.

"Ellos están armados, Mai. Mejor equipados y con más guerreros que cualquier otra facción que habrá de enfrentar. El tiempo puede venir cuando necesitamos sus starshots y su mano de obra. Usted no tiene que ser los mejores amigos, pero son excelentes y los guardaespaldas sin escrúpulos cuando se trata de sus enemigos. "Él se echó hacia atrás, con la mirada la sedimentación la ventana, como si algo desagradable había volado cerca de aquí.

"Y ya que vamos a tener un caballo en esta carrera sin tener en cuenta, que bien podría ser nosotros."

"¿Y si todavía crees que soy o lo que sea el precio?" William le dio una suave sonrisa, inesperado. "Estoy seguro de que todavía piensan que. Muchos lo hacen. Sin embargo, sólo tiene que decidir cómo va a cumplir con su papel en esta vieja historia. Lo que comenzó cuando nos dio un beso en la Espada y la Cruz? Ese despertar en ti fue sólo el primer paso.

Todas las lecciones que aprendió durante su estancia en los locutores que han armado. Los parias no se pueden quitar eso de ti. Nadie puede. Y además "-sonrió-" nadie te puede tocar cuando estoy a tu lado."

"William?" Ella tomó un sorbo de refresco de toronja, sentía que fizz en su garganta. "¿Cómo voy a cumplir con mi papel en la esta vieja historia?"

“No tengo ni idea", dijo, "pero no puedo esperar para averiguarlo."

"Yo tampoco"

La puerta de la cocina se abrió y la cara de una chica pálida, casi bonita apareció en la puerta, su pelo rubio recogido en una coleta grave. "Los Parias están cansados de esperar", cantó un robot.

William miró a Mai, que obligó a un movimiento de cabeza.

"Puedes enviarlas" un gesto de William a la chica.

Se presentó en la rapidez, mecánicamente, suponiendo que sus posiciones anteriores a excepción de Phil, que se acercaba a Mai. El Devorador de cuchara de yogurt golpeó torpemente contra el costado de su recipiente de plástico vacío.

"¿Así que él le ha convencido, también?", Preguntó Phil, posado en el brazo del asiento del amor.

"Si William confía en ti, yo-"

"Como había pensado," dijo. "Cuando los parias juegan su fidelidad en estos días, que son ferozmente leales. Entendemos lo que está en juego cuando hacemos este tipo de. . . opciones. ", enfatizó la última palabra, asintiendo con la cabeza desconcertantemente en Mai. "La decisión de aliarse con un lado es muy importante, ¿no te parece, Maite Price?

¿De qué está hablando, William? ", Preguntó Mai, aunque sospechaba que ella conocía.

" La fascinación de todo el mundo estos días, " dijo William cansadamente. " El estar cerca equilibra entre el Cielo y el Infierno."

"Después de todos estos milenios, es casi completo!" Phil se hundió de nuevo en el asiento del amor frente Mai y William. Él estaba más animado que Mai le había visto nunca antes. "Con casi todos los ángeles aliado con uno de los lados, oscuro o claro, sólo hay uno que no ha elegido" –

Un ángel que no había elegido.

Un destello de la memoria: paso a paso por un locutor a Las Vegas con Shelby y Miles. Habían ido al encuentro de su vida pasada a ver a su hermana, Vera, y terminó en un IHOP con Arriane, quien dijo que no iba a ser un ajuste de cuentas.

Pronto. Y al final, cuando las almas de todos los ángeles de otros habían tenido en cuenta, todo se reduciría a un ángel, es esencial elegir un lado.

Mai estaba seguro de que el ángel indeciso era William.

Parecía molesto, esperando a que termine de hablar Phil.

"Y, por supuesto, todavía hay un forajido"

"Y, por supuesto, todavía están los Parias".

"¿Qué quieres decir?", Dijo Mai. "Los Parias no ha elegido un lado? Siempre asumí que estabas en Lucifer. "

"Esto es sólo porque no nos gusta", dijo Phil, completamente inexpresivo. "No, los parias no pueden elegir." Volvió la cabeza como si fuera a mirar por la ventana y suspiró. "¿Te imaginas cómo se siente-"

"Usted está predicando a la gente equivocada, Phil", interrumpió William.

"Tenemos que contar", dijo Phil, de repente pidiendo a William. "Todo lo que pedimos es que nos importa en el equilibrio cósmico."

"No te dan a elegir", repitió Mai, la comprensión. "¿Ese es tu castigo por la indecisión?" Los Parias asintió con frialdad. "Y el resultado es que nuestra existencia no significan nada en el equilibrio cósmico. Nuestros muertos, también, no significan nada." Phil bajó la cabeza.

"Usted sabe que esto no depende de mí", dijo William. "Y ciertamente no corresponde a Mai. Estamos perdiendo el tiempo”

"No seas tan desdeñoso, William Grigori", dijo Phil.

"Todos tenemos nuestras metas. Sea o no admitirlo, usted nos necesita a los suyos a cabo. Podríamos haber unido a los Sabios de Zhsmaelim. El que se llamaba la señorita Sofía todavía tiene la dicha de sus lugares de interés formados en ti. Ella es un error, por supuesto, pero quién sabe, ¿ella podría tener éxito en el que se producirá un error?"

"Entonces, ¿por qué no te unes a ellos?", Preguntó Mai fuerte, llegando a la defensa de William. "Usted no tenía ningún problema de trabajar con Sofía por última vez cuando secuestraron a mi amigo Dawn".

Eso fue un error. En ese momento no sabíamos que los ancianos habían asesinado a la otra chica."

"Penn.", Bromeó la voz de Mai.

Pálido rostro de Phil pellizcado. "Imperdonable. Los Parias nunca harían daño a un inocente. Y mucho menos con tan buena personaje, por lo refinado de una mente."

Mai miró a William, queriendo dar a entender que tal vez había sido demasiado rápido para juzgar a los parias, pero William estaba con el ceño fruncido a Phil.

"Y, sin embargo, se reunió con la Srta. Sofía ayer", dijo.

El Parias negó con la cabeza.

"Cam me mostró la invitación de oro", presiona William. "Usted se reunió con ella en la pista de carreras mortal llamada Churchill Downs para discutir después de Mai".

“Mal “Phil se elevó a sus pies. Él era tan alto como William, pero enfermo y frágil. "Nos reunimos ayer con Lucifer.

Uno no puede rechazar una invitación de la Estrella de la Mañana. La señorita Sofía y sus compinches estaban allí, supongo.

Los Parias sentimos su alma de barro, pero no estamos trabajando con ellos".

"Espera", dijo Mai ", que se reunió ayer con Lucifer?" Eso significaba viernes, el día en que Mai y los demás estaban en Spada & Cruz discutiendo la forma de encontrar las reliquias para que pudieran detener a Lucifer de borrar el pasado. "Pero ya estábamos de vuelta de los locutores. Lucifer, que ya habría ido en el otoño."

"No necesariamente". William explicó: "A pesar de que esta reunión tuvo lugar después de que regresó de los Locutores, todavía se llevó a cabo en el pasado de Lucifer. Cuando se fue después de que bajo la apariencia de que la gárgola, el establecimiento de punto de partida era la mitad de un día más tarde, y cientos de kilómetros de distancia de su creación fuera de punto.

La lógica del cerebro hizo Mai doler un poco, pero estaba claro en una cosa: ella desconfiaba de Phil. Ella se volvió hacia él. "Así que sabía todo el tiempo que Lucifer tenía la intención de borrar el pasado. ¿Se le va a ayudar, como ha prometido ahora que nos ayudara?"

"Nos reunimos con él, porque estamos obligados a venir cuando él nos llama. Todo el mundo es, a excepción del trono, y "-

Hizo una pausa, una leve sonrisa en sus labios la difusión, "bueno, yo no conozco a ninguna fuerza de la vida que podía resistir la llamada de Lucifer." Él inclinó la cabeza en Mai. "¿Podrías?"

"Basta ya", dijo William.

"Además", dijo Phil, "que no quería nuestra ayuda. La estrella de la mañana nos cierran las operaciones. Él dijo: "-cerró los ojos y, por un momento, parecía un adolescente normal, casi linda-"me dijo que no podía salir nada a la casualidad, que era el momento de tomar el asunto en sus propias manos. Se suspende la sesión abruptamente.“

"Eso debe haber sido el momento en que Lucifer, fue después de que en los Locutores", dijo William a Mai. Se sentía mareada, recordando cómo Bill la había encontrado en el túnel, tan vulnerable, tan solo. Todos esos momentos se había sentido feliz de tenerlo a su lado, ayudándola en su búsqueda. Había estado a punto parecía que le gustaba estar con ella, también, durante un tiempo.

Los ojos en blanco de Phil fijos en ella, como si el examen de un cambio en su alma.¿ Podía sentir cómo nerviosa se convirtió cada vez que pensaba todo el tiempo que había pasado a solas con Bill? ¿Podría William sentirlo?

Phil no era exactamente que le sonreía, pero no se veía tan inerte, como de costumbre. "Los Parias le protegerá.

Sabemos que sus enemigos son numerosos. "Miró a William. "La escala esta también en movimiento." Miró Mai a William. "¿La Escala?"

"Ellos trabajan para el Cielo. Son un estorbo y no una amenaza”

Phil bajó la cabeza otra vez. "Los Parias creen que la escala pueda tener. . . vienen desquiciados desde el cielo."

"¿Qué?" William de repente sonaba sin aliento.

Hay una podredumbre entre ellos, el tipo que se propaga rápidamente. ¿Has dicho que tenía amigos en Viena?"

"Arriane", jadeó Mai. "Y Gabbe y Roland. ¿Están en peligro?"

"Tenemos amigos en Viena", dijo William. "En Avalon también".

"La escala se está extendiendo a través de Viena." Cuando Mai se dio la vuelta para hacer frente a William, que estaba desplegando sus alas. Ellas estallaron, iluminando la habitación con su gloria. Phil no parecía darse cuenta ni le importa mientras tomaba un sorbo del licor rojo. El calibre de miradas fijas vacío de otros Parias en las alas de William con envidia memorizada.

Las puertas francesas a la habitación se abrió y la resaca Mai chica italiana había compartido la cama con derramado en ellos, tropezar descalzo en la habitación. Ella echó un vistazo a William, frotó sus ojos. ¡" Sueño estupendo, estupendo”! ella masculló en italiano antes de la desaparición en el cuarto de baño.

"Basta ya de hablar", dijo William. "Si el ejército es tan fuerte como usted dice que es, sobra un tercio de su fuerza para conducir hacia Viena y proteger a los tres ángeles caídos que encuentres allí. Enviar otro tercio a Avalon, donde se encuentra Cam y dos más caído".

Cuando Phil asintió con la cabeza, dos parias en la sala de estar desplegó sus alas grises propios y se precipitó por la ventana abierta como moscas enormes.

"El tercio restante de nuestra fuerza cae bajo mi jurisdicción. Le acompañan en el montaje. Vamos a tomar el aire ahora y yo reuniré a los demás en nuestro camino."

"Sí", dijo William rápidamente. "Listo, Mai?"

"Vamos". Señaló a la espalda apoyada en los hombros de William para que él pudiera envolverla en sus brazos, saltar a través de la ventana, y se elevan hacia el cielo oscuro sobre Venecia.

Capítulo 5

Mil besos de profundidad
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Mensaje por EsperanzaLR Jue Nov 02, 2017 5:55 pm

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Mensaje por tamalevyrroni Vie Nov 03, 2017 1:25 pm

Aterrizaron en el desierto de alta montaña justo antes del amanecer. La luz en bandas el cielo cerca del horizonte oriental, rosas y dorados inquietantes espolvoreadas con nubes de color ocre, la curación del hematoma púrpura de la noche.

William deja a Mai sobre una meseta de roca plana, demasiado seca e implacable para apoyar aún el fregado de desierto más resistente. El paisaje de montaña árida extendido infinitamente alrededor de ellos, un acusado descenso en los valles oscuros aquí, el aumento en los picos de colosales rocas rojizas que descansan en ángulos imposibles allí. Hacía frío y viento, y el aire estaba tan seco que le duele al tragar. Apenas había espacio para Mai y William y los cinco parias que habían viajado con ellos de pie en la meseta de roca.

Arena fina batida a través del pelo Mai como William sacó sus alas de nuevo a los costados. "Aquí estamos". Él sonaba casi reverente.

"¿Dónde?" Mai tiró al cuello de su suéter blanco mayor para cubrir las orejas del viento.

"Monte Sinaí".

Ella contuvo el aliento seco, arenoso, girando para obtener una vista panorámica como la luz fina y dorada alargada sobre las montañas de piedra arenisca en el este. "Aquí es donde Dios dio a Moisés los Diez Mandamientos?"

No ", señaló William por encima del hombro, donde una línea de muñecas de tamaño mochileros subían un terreno más tolerantes unos pocos cientos de metros hacia el sur. Sus voces llevadas a través del frío, reduzca el aire de desierto. Sus repiques suaves de risa repetida misteriosamente de las cumbres de montaña silenciosas. Una cantimplora azul plástica inclinada en el cielo sobre cabeza de alguien. "Es donde Moisés recibió los Diez mandamientos. " Él extendió sus armas y miró el pequeño círculo de roca donde ellos estaban de pie. "Esto es donde algunos ángeles estuvieron de pie y lo miraron pasar.

Gabbe, Arianne, Roland, Cam "-señaló a un área en la roca, y luego otra, donde cada uno de los ángeles-se había mantenido" un poco más."

"¿Y usted?"

La miró otra vez, tomando tres pequeños pasos hacia adelante para que sus torsos se toquen las puntas de sus pies se superponen. "Derecha" -la besó- "aquí".

"¿Cómo fue?"

William miró hacia otro lado. "Fue la primera alianza oficial con el hombre. Antes de eso, los pactos sólo han tenido lugar entre Dios y los ángeles. Algunos de los ángeles se sintieron traicionados, que interrumpió el orden natural de las cosas.

Otros pensaban que había traído sobre nosotros mismos, que era una progresión natural."

La violeta de sus ojos brillaba un poco más brillante por un momento. "Los demás deben estar en su camino." Se volvió hacia los parias, cuyas siluetas oscuras han sido expuestos por la luz cada vez mayor en el este. "¿Va a hacer guardia hasta que lleguen?"

Phil hizo una reverencia. Los otros cuatro parias estaban detrás de él, los bordes deshilachados de sus alas sucias ondulados por el viento.

William sacó su brazo izquierdo a través de sí mismo y, protegiendo a su cuerpo a la vista, metió la mano con su mano derecha como un mago de llegar a su capa.

"¿William?", preguntó, dando un paso más cerca de él. "¿Qué pasa?"

Mostrando los dientes, William negó con la cabeza hacia ella. Luego se estremeció y lanzó un grito de dolor, que Mai nunca había visto antes. Su cuerpo se tensó.

"¿William?"

Cuando se relajó y extendió su brazo otra vez, él llevó a cabo algo blanco y brillante en la mano.

"Yo debería haber hecho esto antes", dijo.

Se veía como una tira de tela, suave como la seda, pero más rígido. Era un pie de largo y ancho de varios centímetros, y se estremeció con la brisa fría. Mai lo miró. ¿Fue una tira del ala que William había arrancado de sí mismo? Lanzó un grito de horror y llegó a ella sin pensar.
¡Era una pluma!

Para ver las alas de William, que se envuelto en ellos, fue para olvidar que fueron compuestos de plumas individuales.

Mai siempre había asumido que su composición era misterioso y sobrenatural, la materia de los sueños de Dios.

Pero entonces, esto era diferente a cualquier pluma que se había visto antes: una amplia y densamente emplumada, vivo con el mismo poder que corría a través de William.
Entre sus dedos, que era la cosa más suave Mai más fuerte aún había tocado nunca, y el más hermoso, hasta que sus ojos se abrieron a la circulación de la sangre desde el punto de donde William había cogido la pluma.

"¿Por qué hiciste eso?", Preguntó.

William entregó la pluma de Phil, que lo metió en la solapa de su abrigo sin dudarlo.
"Es un pendón", dijo William, mirando a la parte sangrienta de su ala, sin preocupación. "Si por casualidad los otros llegan solos, que sepan que los parias son amigos”. Sus ojos siguieron a la suya, que eran de ancho, con preocupación, a la región con sangre de su ala. "No te preocupes por mí. Voy a curar. -Vamos”

"¿A dónde vamos?", Preguntó Mai.

"El sol está a punto de subir", dijo William, teniendo una cartera de cuero de Phil. "Y me imagino que debes estar muriendo de hambre."

Mai no se había dado cuenta, pero era verdad.

"Pensé que podía robar un momento antes de que nadie aparece."

Había un sendero escarpado y estrecho de la meseta que condujo a una pequeña repisa debajo de donde habían aterrizado.

Eligieron su camino por la montaña irregular, de la mano, y cuando ya era demasiado empinada para caminar, William costeó, siempre volando muy bajo a la tierra, sus alas escondidas cerca de los costados.

"No queremos alarmar a los excursionistas", explicó.

"La mayoría de los lugares de la Tierra, la gente no está dispuesta a dejarse ver milagros, ángeles. Si echar un vistazo a uno de nosotros volando, se convencen de sus ojos jugando una mala pasada en ellos. Sin embargo, en un lugar como éste-"

"La gente puede ver milagros," Mai había terminado por él.

"Ellos quieren".

"De acuerdo. Y viendo conduce a preguntarse."

"Y lleva a vagar-"

"El problema". William se echó a reír un poco.

Mai no pudo evitar una sonrisa, disfrutando de que al menos por un rato, William era su milagro solo.

Se sentaron uno junto al otro en el pequeño tramo plano en el centro del corazón de la nada, protegido del viento por una roca de granito y fuera de la vista de todos, pero una pálida perdiz parda escoger su camino por las rocas costrosas. El punto de vista, cuando Mai miró más allá de la roca se altera la vida: un anillo de montañas, este pico en la sombra, esta vez envuelto en la luz, todos ellos cada vez más brillante con cada segundo que pasa como el sol en el horizonte con cresta de color rosa.

William abrió la cremallera del bolso y miró dentro. Él negó con la cabeza, riendo.

"Que es gracioso? ¿Qué hay ahí? ", Preguntó Mai.

"Antes de salir de Venecia, le pedí a Phil que empacara algunas cosas de su armario. Dejar a un paria ciego preparar una comida nutritiva. "Él sacó un bote con sabor a pimentón Pringles, una bolsa de color rojo de la Maltesers, un puñado de bombones azules envueltas en papel aluminio Baci, un paquete de Día de las encías, varias pequeñas botellas de refresco de dieta, y unos pocos mangas de los paquetes de polvo-exprés.

Mai se echó a reír.

¿"Te sostendrá esto? “él preguntó.

Mai se acurrucó a él y mascó unas pelotas de malta, mirando el cielo oriental crezca de color rosa, entonces el oro, entonces el bebé azul como la cresta de sol, los picos y valles en la distancia. La luz de sombras extrañas en las grietas de la montaña. Al principio se supone por lo menos algunos de ellos eran anunciadores, pero luego se dio cuenta de que no- eran simplemente las sombras tejidas de la luz cambiante.

Mai se dio cuenta de que hacía días que ella no había visto a Un anunciador.

Extraño. Por semanas, meses, se habían ido apareciendo ante ella cada vez con más frecuencia, hasta que casi no podía cambiar su mirada sin ver una oscilación oscuro en un rincón, con señas. Ahora que parecían haber desaparecido.

"William, ¿qué pasó con los anunciadores?"

Él se apoyó contra la repisa y exhaló profundamente antes de decir: "Están con Lucifer y el ejército del cielo. Ellos también son parte de la caída."

"¿Qué?"

"Esto nunca ha sucedido antes. Los locutores pertenecen a la historia. Son las sombras de los acontecimientos significativos. Ellos se han generado por la caída de Lucifer y así, cuando establece este juego en movimiento, se sintieron atraídos de nuevo allí."

Mai trató de imaginarse esto: un millón de sombras temblorosas alrededor de una esfera grande y oscura, sus zarcillos lamiendo la superficie del olvido como las manchas solares.

"Por eso tuvimos que volar aquí en lugar de recorrer paso a paso", dijo.

Él asintió con la cabeza y un poco en una Pringle, más por costumbre de estar cerca de los mortales que una necesidad de consumir alimentos.

"Las sombras desaparecieron en los momentos de nuestro regreso del pasado. En este momento nos encontramos en ahora- estos nueve días desde el gambito del Lucifer - esto es un tiempo de limbo. Esto ha venido encamarado del resto de historia, y si fallamos, esto dejará de ser completamente."

"¿Dónde es eso exactamente? Quiero decir, de la caída."

"Otra dimensión, no hay lugar que yo podría describir.

Estábamos más cerca de lo que os he tomado, después de separarse de Lucifer, pero aún así muy lejos."

"Nunca pensé que diría esto, pero"-miraba la quietud de las sombras todos los días en la montaña: "Yo los extraño. Los anunciadores fueron mi vínculo con mi pasado. “William le tomó la mano y miró fijamente a los ojos.

"El pasado es importante para toda la información y la sabiduría que contiene. Sin embargo, puede perderse en ella. Tienes que aprender a mantener el conocimiento del pasado con usted como usted perseguir el presente”.

"Pero ahora que se han ido-"

"Ahora que se han ido, usted puede hacerlo por su cuenta." Ella sacudió la cabeza. "¿Cómo?"

"Vamos a ver", dijo. "¿Ves ese río cerca del horizonte?" Señaló a la más mínima susurro de azul snak-ción a través de la llanura en el suelo del desierto. Era tan lejos como los ojos de Mai podía ver.

"Sí, creo que yo lo veo.

"He vivido cerca aquí en varios períodos diferentes a través del tiempo, pero una vez, cuando viví aquí unos cien hace años, yo tenía un camello llamé Oded. Él estaba más o menos la criatura más perezosa alguna vez para andar la Tierra. Él pasaría hacia fuera cuando yo estaba en medio de la alimentación de él, y la fabricación de ello al campo beduino más cercano para el té era un milagro menor. Pero cuando primero le encontré en aquella vida -”

"Oded echó a correr", dijo Mai sin pensar.

"Grité porque pensé que me iba a arrollar. Usted dijo que nunca lo había visto moverse así."

"Sí, bueno," dijo William. "Él te ha gustado." Se detuvieron y se miraron entre sí, y William se echó a reír cuando la mandíbula se redujo de Mai. "¡Lo hice!", Gritó.

"Fue allí, en mi memoria, una parte de mí. Al igual que sucedió ayer. Se me ocurrió sin pensar! "

Fue un milagro. Todos esos recuerdos de todas esas vidas que se habían perdido cada vez que Maite murió en los brazos de William eran de alguna manera encontrar su camino de regreso a ella, Mai el camino siempre encuentra su camino de regreso a William.

No. Ella estaba encontrando su camino a ellos.

Era como una puerta había quedado abierta tras la búsqueda de Mai a través de los locutores. Esos recuerdos se quedaron con ella, desde Moscú a Helston a Egipto. Ahora más se empieza a disponer.

Tenía una sensación súbita, aguda de quién era ella y ella no era sólo Mai Price de Thunderbolt, Georgia.

Ella era todas las chicas que jamás había sido, una amalgama de experiencias, errores, logros, y, sobre todo, amor.

Ella era Maite.

"Rápido", le dijo a William. "¿Podemos hacer otra?"

"Bien, ¿qué otra vida en el desierto? Usted vivía en el Serengeti cuando te encontré. Alto y desgarbado, y el corredor más rápido en su pueblo. Pasaba a través de un día, de camino a visitar a Roland, y me detuve para pasar la noche en el cercano manantial. Todos los otros hombres eran muy desconfiados de mí, pero-"

Pero mi padre le pagó tres pieles de cebra para el cuchillo que tenía en su cartera! "
William sonrió. "Él ha hecho una dura negociación."

"Esto es increíble", dijo, casi sin aliento. ¿Cuánto más tenía ella en la que ella no sabía nada? ¿Cuánto tiempo atrás podría ir? Se volvió a cara él, la elaboración de las rodillas contra el pecho, y apoyándose en sus frentes, para que casi se tocaban. "¿Te acuerdas de todo lo relacionado con nuestro pasado?"

Los ojos de William se suavizó en las esquinas. "A veces el orden de las cosas se mezcla en mi cabeza. Lo admito, no me acuerdo largos períodos de tiempo que he pasado solo,pero puedo recordar cada primer vistazo de su cara, cada beso de tus labios, cada recuerdo que he hecho con vosotros ".

Mai no esperó a William a inclinarse hacia adelante y darle un beso. En cambio, apretó los labios con los suyos, disfrutando de su gemido de placer sorprendido, con ganas de limpiar cualquier dolor que había.

Alguna vez ha sentido por la pérdida de ella.

Los besos de William estaban en algún sitio entre estimulantemente nuevos e inequívocamente familiares, como un recuerdo de infancia que se sintió de ensueño hasta que pruebas fotográficas fueran encontradas en una vieja caja en el ático. Mai sintió como si un hangar lleno de fotografías monumentales había sido descubierto, y todos aquellos momentos enterrados habían sido liberados de su cautiverio en los recreos de su alma.

Ella lo besaba ahora, pero extrañamente le estaba besando a continuación. Casi podía tocar la historia de su amor, degustar su esencia en su lengua. Sus labios se remonta no sólo de William, pero otro beso que habían compartido, un beso más, un beso como éste, con la boca allí y sus brazos alrededor de su cintura por el estilo. Se deslizó su lengua contra los dientes, y que recuerda a un puñado de besos, también, cada uno de ellos embriagador. Cuando se pasó la mano por la espalda, sintió un centenar de temblores como éste. Y cuando sus ojos se abrieron y cerraron, al verlo a través de sus enmarañadas pestañas parecían más que mil besos de profundidad.

"William". La voz plana de un paria terminó ensoñación de Mai. El niño se puso pálido por encima de ellos, mirando hacia abajo desde la roca alta que habían sido apoyadas. A través de sus alas grises casi translúcidos, Mai vio una nube que pasa en el cielo.

"¿Qué pasa, Vicente?", Dijo William, llegando a sus pies. Tiene que haber sabido los nombres de los Parias de su tiempo juntos en el cielo antes de la Caída.

"Perdóname por la interrupción", dijo el parias, carente de la gracia social a apartar la mirada de las mejillas ardientes de Mai. Por lo menos él no podía verlos.

Se puso de pie rápidamente, enderezando su suéter, al presionar una mano fría a su piel caliente.

¿" Han llegado los demás? “William llamó.

El Paria estuvo de pie inmóvil encima de él. “No exactamente."

La mano derecha de William se deslizó alrededor de la cintura de Mai. Con un throosh suave de sus alas, escaló los cincuenta metros de roca vertical de la forma en que un mortal puede dar un solo paso por un tramo de escaleras. Su revolvió el estómago hacia abajo con la emoción de su volar hacia arriba.

Dejando a Mai primero sobre la meseta rocosa, William dio vuelta y vio a los cinco Parias que los habían acompañado se agrupó alrededor de una sexta figura. William se estremeció, sus alas que tiran hacia atrás en el choque, cuando él vio al sexto Paria.

El niño era pequeño, con una estructura delgada y de pies grandes.

Tenía la cabeza recién afeitada. Parecía que podía haber sido de unos catorce años, si los parias de edad en años mortales. Alguien le había golpeado. Mal.

Tenía la cara raspada, como si hubiera sido lanzado de forma repetida contra un muro de ladrillos. Su labio estaba sangrando profusamente de que la sangre brillante revestido los dientes. En Mai primero no lo reconoció como la sangre, porque la sangre de los Parias no era roja. Era de color gris pálido. Su sangre era el color de la ceniza.

Él gemía, susurraba algo Mai no podía entender que yacía boca abajo en la roca y dejar que los otros tienden a él.

Trataron de levantarlo para quitar la gabardina sucia, que se redujo en varios lugares y falta una de sus mangas. Sin embargo, el parias gritó con tanta fuerza que incluso Phil cedió, por la que se el niño hacia abajo.

"Sus alas están rotas", dijo Phil, y Mai di cuenta de que, sí, las alas sucias fueron extendidos a cabo artificialmente a sus espaldas. "No sé cómo lo hizo de nuevo."

William se arrodilló ante el paria, el blindaje del sol de la cara del muchacho. "Qué pasó, Dédalo?" Él puso una mano sobre el hombro del paria, que parecía tranquilizar al niño.

"Es una trampa", balbuceó con voz ronca Dédalo, escupiendo sangre cenicienta en la solapa de su abrigo trinchera.

"¿Qué es?", Preguntó Vicente.

"Establecida por quién?" Le preguntó William.

“Escala. Quiera la reliquia. Espera en Viena - Para sus amigos. Ejército grande.

¿"Ejército”? ¿Ellos abiertamente luchan con los ángeles ahora? “William sacudió su cabeza en la incredulidad. " Pero ellos no pueden tener starshots."

Ojos blancos sobresalían de Dédalo en el dolor. "No se puede matarnos.

Sólo la tortura”

"Usted luchó contra la Escala?" William parecía alarmado e impresionado. Mai aún no entendía lo que era la escala. Se los imaginó vagamente como extensiones oscuras empujando a la baja de los cielos en el mundo. "¿Qué pasó?"

"Traté de luchar. Superados en número."

"¿Y los demás, Dédalo?" La voz de Phil todavía sonaba sin emociones, pero para la primera vez que Mai podía oír algo parecido a la compasión de agitación por debajo.

"Franz y Arda", el muchacho habló como si las mismas palabras le causaron dolor "en su camino hacia aquí."

"Y Calpurnia?", Preguntó Phil.

Dédalo cerró los ojos y negó con la cabeza tan suavemente como pudo.

"¿Llegaron a los ángeles?", Preguntó William. "Arriane, Roland, Annabelle? ¿Están a salvo?"

Los párpados del Paria parpadeados, luego cerrado. Mai nunca había sentido tan lejos de a sus amigos. Si algo pasara a Arriane, a Roland, a cualquiera de los ángeles...

Phil acuñó en al lado de William, cerca de la cabeza del muchacho herido. William movió poco a poco atrás para dar el espacio de Phil. Despacio, Phil dibujó una plata larga embotada starshot del interior de su trinchera.

"¡No!", Gritó Mai, de forma rápida cubriéndose la boca.

"Usted no puede-"

"No te preocupes, Maite Price", dijo Phil, sin mirar hacia atrás en ella. Metió la mano dentro del bolso de cuero negro, que William había traído de regreso desde la repisa, y sacó una pequeña botella de vidrio de soda de dieta.

Usando sus dientes, él hizo reventar la cima de botella. Esto hizo entrar a raudales a un arco largo antes de la información de la superficie de la roca. Entonces, muy despacio, Phil insertó el starshot en el cuello estrecho de la botella.

Esto chisporroteó y silbó como esto se deslizó en la soda. Phil hizo una mueca cuando la botella fumó y echó vapor en sus manos. Un olor dulzarrón llevado de ello y los ojos de Mai se ensanchó como el líquido gaseoso marrón, su soda de dieta básica, comenzó a arremolinarse y cambiarse a un color brillante iridiscente de plata.

Phil retiró el starshot de la botella. Él arrastró el starshot con cuidado a través de sus labios, como si limpiarlo, luego lo metió atrás dentro de su abrigo. Sus labios brillaron la plata durante un instante, hasta que él los lamiera limpio.

Él cabeceó en uno de otros Parias, una muchacha cuya cola de caballo lisa rubia alcanzado a mitad de camino abajo su espalda. Automáticamente, ella alcanzó detrás de la cabeza del Dédalo para levantarlo unas pulgadas de la roca. Con cuidado, usando una mano para separar los labios de sangría del muchacho, Phil vertió el líquido de plata abajo su garganta.

Su cara retorcida como él chisporroteó y tosió, pero entonces todo sobre el Dédalo allanó. Él comenzó a beber, luego tomarse de un trago el líquido, bebiendo ruidosamente cuando él alcanzó el inferior de la botella.

¿" Qué es esto?" Mai preguntó.

"Hay un compuesto químico en la bebida, " explicó William, " los mortales de veneno embotados llaman aspartame y creen que sus científicos inventaron. Pero esto es un veneno de sustancia-a viejo, Divino, que, cuando mezclado con un antídoto contenido en las aleaciones del starshots, reacciona para producir una poción que se cura para ángeles. Para dolencias ligeras como estos."

"Él tendrá que descansar ahora", dijo la chica rubia. "Pero él se despiertara descansado."

"Ustedes nos perdonarían si nos tenemos que ir", dijo William, poniéndose de pie. Sus alas blancas arrastradas por la superficie rocosa hasta que enderezó los hombros y los mantuvo en alto. Él tomó la mano de Mai.

"Ve a tus amigos", dijo Phil. "Vicente, Olianna, Sanders, y Emmet le acompañará. Me reuniré con ustedes con los demás cuando Dédalo está de vuelta en sus alas. "Los cuatro parias dieron un paso adelante, inclinando la cabeza ante Mai y William, como si esperaran un comando.

"Vamos a volar la ruta oriental", instruyó William.

"Norte sobre el Mar Negro, luego hacia el oeste cuando pasamos Mol-Córdova. La corriente de viento es más tranquilo allí."

"¿Qué pasa con Gabbe, Molly y Cam?", preguntó Mai.

William miró a Phil, que levantó la vista del niño paria duerme. "Uno de nosotros va a estar de guardia aquí. Si sus amigos llegan, los parias enviarán palabra."

"Usted tiene el pendón?", Preguntó William.

Phil giró para mostrar la pluma abundante blanca metida en el ojal de su solapa. Esto brilló y pulsado en el viento, su resplandor bruscamente que contrasta la piel lívida del Paria. "Espero que usted tenga la causa de usarlo. " Las palabras de William asustaron a Mai, porque ellos quisieron decir que él pensó que los ángeles en Avalon estaban en tanto peligro como estos en Viena.

"Ellos nos necesitan, William", dijo. "Vamos a ir." William le dirigió una mirada cálida y agradecida. Entonces, sin vacilar, la tomó en sus brazos. Con el halo escondido bajo sus dedos entrelazados, William dobló las rodillas y saltó hacia el cielo.

Capitulo 6

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Webnovela LevyRroni Adaptada Rapture Empty Re: Webnovela LevyRroni Adaptada Rapture

Mensaje por tamalevyrroni Vie Nov 03, 2017 2:07 pm

Estaba lloviznando en Viena.

Las cortinas de niebla encubrieron la ciudad, haciéndolo posible para William y los Parias para bajar no visto sobre el alero de un edificio enorme antes de que la noche completamente se hubiera caído.

Mai vio el domo espléndido de cobre primero, el mar encendido verde contra la niebla. William no la deja antes de que ello sobre una sección inclinada de la azotea de cobre, Charcos de el agua de lluvia, incluida por una balaustrada corta de mármol.

"¿Dónde estamos?", Preguntó, mirando a la cúpula adornada con borlas de oro brocado, sus ventanas ovaladas grabados con diseños florales demasiado altas para los ojos mortales para ver, a menos que estubieran en los brazos de un ángel.

"Hofburg". William pasó por encima de un canal de la lluvia de piedra y se situó en el borde del techo. Sus alas rozó la baranda de mármol blanco, dándole un aspecto monótono.

"Casa de los emperadores de Viena, a continuación, los reyes, y ahora, presidentes."

"¿Es aquí donde Arriane y los otros están?"

"Lo dudo", dijo William. "Pero es un lugar agradable para orientarnos antes de mirar por ellos." Una red laberíntica de los anexos se extendieron más allá de la cúpula para formar el resto del palacio. Algunos de ellos se enfrentaron en torno a patios con sombra diez pisos más abajo, mientras que otros se extendían largos y formidablemente rectas, más allá de la niebla se podía permitir a los ojos de Mai para ver. Las distintas partes de los techos de cobre brillaba diferentes tonos de verde este ácido una parte, que uno casi azulado, como si los sectores de la construcción se había añadido durante un largo período de tiempo, como si hubieran oxidado durante diferentes épocas de lluvia.

Los Parias se extienden alrededor del domo, inclinando encima de contra las chimeneas achaparradas oscurecidas con el hollín que puntuó la azotea de palacio, estando de pie antes del mástil que se elevó del centro que lleva el " rojo y blanco atado " la bandera austriaca. Mai estuvo al lado de William, encontrándose entre él y una estatua de mármol. Esto representó a un guerrero que lleva el casco de un caballero y el agarro de una alta lanza de oro. Ellos ejecutaron la mirada fija de la estatua en la ciudad. Todo lo olido como humo de madera y lluvia.

Bajo la niebla y la niebla, Viena brilló con el centelleo de un millón de iluminación navideña. Esto hormigueó con coches extraños y peatones rápido que andan tan acostumbrados a la vida urbana como Mai no era. Las montañas soportadas en la distancia y Danubio lanzaron su de mano dura alrededor de las afueras de la ciudad. Mirando fijamente abajo con William, Mai sintió como si ella había estado aquí antes. Ella no podía estar segura cuando, pero la sensación " alguna vez más frecuente " de déjà vu aumentada dentro de ella.

Ella se centró en el bullicio tenue que viene de una fila de tiendas de campaña de los puestos de Navidad en el círculo debajo del palacio, la forma de las velas parpadeaban en sus faroles de vidrio rojo y verde esférico, la forma en que los niños perseguían unos a otros, tirando de los perros de madera con ruedas. Entonces sucedió: Se acordó con un gesto de satisfacción que William había comprado una vez que sus cintas de terciopelo carmesí pelo ahí abajo. La memoria era sencilla, alegre, y la de ella.

Lucifer no podía tenerlo. No podía-o adoptar cualquier otra memoria de distancia. No de Mai, no del diamante brillante, sorprender, mundo imperfecto que se tumba hacia fuera debajo de ella.

Su cuerpo se erizó con la determinación de derrotarlo, y con la rabia de saber que a causa de lo que estaba haciendo, porque ella había rechazado sus deseos, todo esto podría desaparecer.

"¿Qué es?" Puso a William una mano en el hombro.

Mai no quería decirle. Ella no quería que William supiera que cada vez que pensaba de Lucifer se sentía asqueada de sí misma.

El viento aumentó alrededor de ellos, partiendo de la bruma que se cernía sobre la ciudad, para revelar una rueda de la fortuna.

ambladura en el otro lado del río. La gente daba vueltas en su círculo, como si el mundo no terminaría nunca, como si la rueda giraría para siempre.

"¿Tienes frío?" William pasó el ala blanca a su alrededor. El peso sobrenatural de alguna manera se sentía más fértil, recordándole que sus defectos como preocupación mortal-y William para ellosfueron a ralentizar.

La verdad era Mai estaba helada, hambrienta, y cansada, pero ella no quiso Que William la mimara. Ellos tenían cosas importantes de hacer. "Estoy bien."

"Mai, si estás cansada o asustada-"

"Te dije que estoy bien, William," le espetó ella. Ella no quería y sentía lástima de inmediato.

A través de la niebla borrosa, pudo distinguir carruajes tirados por caballos acarreando turistas y los contornos borrosos de las personas que trazan sus vidas. Al igual que Mai estaba tratando de hacer.

"¿Me he quejado mucho desde que salimos de la Espada y la Cruz?", Preguntó.

"No, Has estado increíble,"

"Yo no voy a morir o desmayarme sólo porque hace frío y llueve."

"Ya lo sé." La franqueza de William la sorprendió. " Yo debería haber sabido que usted lo sabía, también. Generalmente, los mortales son limitados por sus necesidades corporales y alimento de funciones, sueño, calor, refugio, oxígeno, fastidiando el miedo de mortalidad, etcétera. A causa de esto, la mayoría de la gente no estaría preparada para hacer este viaje."

"He recorrido un largo camino, William. Yo quiero estar aquí. Yo no te hubiera dejado ir sin mí. Fue un acuerdo mutuo".

"Bien, entonces escúchame: es dentro de su poder para liberarse de los lazos mortales. Para ser libre de ellos."

¿" Qué? ¿No tengo que preocuparme del frío?"

"No".

"Correcto." Ella metió las manos heladas en los bolsillos de sus pantalones vaqueros. ¿" Y la manzana strudel?"

"La mente sobre la materia."

Una sonrisa reticente encontrado su cara. "Bueno, ya hemos establecido que tu puedes respirar por mí."

"No te subestimes." William sonrió brevemente. "Esto tiene que ver más con lo que yo. Inténtelo: Dite a ti mismo que no eres frío, no tienes hambre, no estás cansado".

"Está bien." Suspiró Mai. "No lo soy. . . "Ella había empezado a hablar entre dientes, incrédulo, pero luego le llamó la atención William. William, quien creía que podía hacer cosas que ella nunca pensó que ella era capaz de hacer, que creía que su voluntad quería decir la diferencia entre tener el halo y dejar que se escape. Ella lo tenía en sus manos.

Prueba.

Ahora que le estaba diciendo que tenía necesidades mortales sólo porque pensaba que ella lo hizo. Ella decidió dar a esta loca idea de una oportunidad. Se enderezó los hombros. Ella proyecta las palabras en la oscuridad brumosa. "Yo, Maite Price, no tengo frío, no tengo hambre, no estoy cansada." El viento soplaba, y la torre del reloj en la distancia de cinco y golpeó algo que despegó ella para que no se sentía agotado ya. Se sentía descansado y preparado para cualquiera que sea la noche, pidió, decidido a triunfar.

"Un bonito detalle, Precio Maite", dijo William. "Cinco sentidos trascendido a las cinco."

Ella tomó su brazo, se envolvió en ella, dejar que su calor se extendió a través de ella. Esta vez, el peso de sus alas le dio la bienvenida a una nueva dimensión de gran alcance. "Yo puedo hacer esto."

Los labios de William rozó la parte superior de la cabeza. "Lo sé." Cuando Mai pasado de William, ella se sorprendió al encontrar a los parias ya no se cierne más, la miraban con los ojos muertos.

Se habían ido.

"Han dejado de buscar la escala", explicó William.

"Dédalo nos dio pistas de su paradero, pero voy a tener una mejor idea de dónde y cómo los demás están llevando a cabo para que pueda distraer a la escala de tiempo suficiente para que las parias puedan rescatarlos. "se sentó en el borde, con las piernas a horcajadas en una estatua de oro pintado de un águila con vista a la ciudad. Mai se hundió a su lado.

" Esto no debería tomar mucho tiempo, dependiendo como a lo lejos ellos son. Entonces tal vez media hora para examinar el protocolo de Escala " - él inclinó su cabeza, contando - " a no ser que ellos decidan convocar un tribunal, que pasó la vez pasada que ellos me acosaron. Encontraré un modo de salir de ello esta noche, lo aplazaré a alguna otra fecha que no guardaré. " Él tomó su mano, reenfocada. " Yo debería volver aquí por siete a más tardar. Esto está dos horas de ahora. " El pelo de Mai era mojado de la niebla, pero ella siguió el consejo de William y se dijo esto no la afectó, y justo como esto, ella más lo notó. ¿" Estás preocupado por los demás?"

"La escala no les hará daño."

¿" Entonces por qué hicieron daño ellos al Dédalo?" Ella imaginó Arriane con ojos hinchados púrpuras, Roland con dientes rotos, sangrientos. Ella no quiso verlos mirar algo como el Dédalo.

"Oh", dijo William. "La escala puede ser temible. Disfrutan con el dolor que causa, y que puede causar a nuestros amigos algo de incomodidad temporal. Sin embargo, no les hará daño en el de cualquier manera permanente. Ellos no matan. Ese no es su estilo.”

"¿Cuál es su estilo, entonces?" Mai cruzó las piernas debajo de la superficie dura de la humedad del techo. "Todavía no me han dicho que son o lo que estamos haciendo en contra."

"La escala llegó a existir después de la caída. Son un pequeño grupo de. . . menos ángeles. Ellos fueron los primeros que se les pregunto en el acto de qué lado se pondrían de pie por él, y optaron por el cielo."

"Hubo un pase de lista", preguntó Mai, sin saber que ella había oído bien. Sonaba más como salón de clases que el cielo.

"Después de la escisión en el cielo, todos se hicieron a tomar partido. Así, a partir de los ángeles con los más pequeños dominios, cada uno de nosotros iba a ser llamados a hacer un juramento de lealtad al cielo. "Se quedó mirando la niebla, y era como si pudiera ver todo de nuevo. "Tomaron años para llamar a los nombres de los ángeles, a partir de la ocupa el último lugar y subiendo. Probablemente tomó el tiempo para decir nuestro nombre como lo hizo a Roma para subir y bajar. Pero ellos no hicieron todo el camino a través del pase de lista antes "William tomó una respiración entrecortada.

"Antes de qué?"

"Antes de que algo pasó que hizo que el cielo perder la fe en su ejército de ángeles. . . "Por ahora Mai di cuenta de que cuando la voz de William se fue apagando así, no era porque no confiaba en ella o porque ella no lo entendería, pero porque a pesar de todas las cosas que había visto y aprendido, todavía podría ser demasiado pronto para que ella sepa la verdad. Así que ella no pidió, aunque estaba desesperada a lo que había hecho el cielo abandonar el acto, cuando sus ángeles más altos no habían elegido todavía los lados. Ella dejó que William habla de nuevo cuando ya estaba listo.

"El cielo echo fuera todos los que no se habían aliado con él. ¿Recuerdas que te dije unos cuantos ángeles nunca llegaron a elegir? Ellos fueron los últimos en el acto, el más alto. Después de la Caída, el cielo fue despojado de la mayoría de sus arcángeles. "Cerró los ojos. "La Escala, que había mucha suerte en la que parece leal, llenó el vacío."

Así que debido a la escala juró lealtad al cielo por primera ", dijo Mai.

"Ellos sintieron que tenían una cantidad superior de honor", dijo William, terminando su pensamiento. "Desde entonces, se han auto justamente pretendían servir al Cielo, actuando como celestes oficiales de libertad condicional. Sin embargo, la posición se auto invento, no ordenado. Con los Arcángeles pasado después de la Caída, la escala se aprovechó de un vacío de poder. Ellos horadaron en un papel para sí mismos, y convencido de que el cielo de su importancia."

"Ellos presionaron a Dios?"

"Más o menos. Se comprometieron a restaurar al caído al cielo, para reunir de nuevo los ángeles que se habían perdido, para volver al redil. Pasaron unos cuantos miles de años que nos impulsa a comprometernos con el lado "correcto", pero en algún lugar a lo largo del camino, se dieron por vencidos tratando de cambiar nuestros puntos de vista. Ahora, más que nada tratar de impedir que el cumplimiento de cualquier cosa. "se veía su mirada de acero enfurecido y le hizo pensar a Mai lo que podría ser tan malo en el cielo que se mantuvo a William en el auto-exilio. ¿No era la paz del Cielo preferible a donde estaba ahora, con todo el mundo esperando a que él elija?

William se rió amargamente. "Pero los ángeles que merecen sus alas que han vuelto al Cielo no necesitan la Escala para ponerse allí. Pregunte a Gabbe, pregunte a Arriane. La Escala es una broma. De todos modos ellos han tenido un o dos éxitos."

"¿Pero no es así?", Preguntó. "No ha elegido un lado o del otro. Y por lo que son después de ti, ¿no? "Una herida llena de tranvía rojo alrededor del círculo pavimentada a continuación y se bifurcaba en una calle estrecha.

"Ellos han estado detrás de mí durante años", dijo William, "se encuentran en la plantación, la fabricación de escándalos."

"Y sin embargo, no se ha declarado por el cielo. ¿Por qué no tiene usted?"

"Ya te he dicho. No es tan simple como eso ", dijo.

"Pero está claro que no iba a ir al lado de Lucifer."

"Sí, pero. . . No lo puedo explicar por miles de años"

“El valor de argumento en el espacio de unos minutos. Es complicado por factores que escapan a mi control.” Miró a lo lejos otra vez, a lo largo de la ciudad, luego hacia abajo en sus manos.

"Y es un insulto que se le pide que elija, un insulto a su creador para exigir que se reduce la inmensidad de su amor a los confines pequeñas e insignificantes de un gesto durante el una votación nominal. ", suspiró. "Yo no lo sé. Tal vez soy demasiado sincero."

"No," Mai comenzó.

"De todos modos, la escala. Son burócratas celestiales. Pienso en ellos como directores de escuelas secundarias. Empujando los documentos y castigar las transgresiones leves de las normas que a nadie le importa, o cree, todo en nombre de la "moralidad". Una vez más Mai miró hacia la ciudad, que estaba dibujando un abrigo oscuro en torno a sus hombros. Pensó en el agrio aliento de subdirector en Dover, cuyo nombre no podía recordar, que nunca tuvo ningún interés en su lado de cualquier historia, que había firmado sus papeles de expulsión después de que el incendio que mató a Trevor. "He sido quemados por gente como esa."

"Todos tenemos. Son muy rigurosos con las normas frívolas de su propia invención, que se consideren justos. Ninguno de nosotros como ellos, pero por desgracia el cielo les ha dado el poder de controlar, que nos detengamos sin causa, para convencernos de delitos por parte de un jurado de su elección."

Mai se estremeció de nuevo, esta vez no a causa del frío. "Y usted cree que tienen Arriane y Roland y Annabelle? ¿Por qué? ¿Por qué ellos tienen?"

William suspiró. "Sé que tienen a Arriane y Roland y Annabelle. Sus odio ciega a ellos el hecho de que la demora en que nos ayuda a Lucifer. "Tragó duro. "Lo que más temo es que ellos también tienen la reliquia." En la distancia, cuatro pares de alas rotas material especializados en la niebla. Parias. Cuando se acercaban a la azotea del palacio, Mai y William se levantaron para saludarlos.

Los Parias cayeron junto a Mai, su chisporroteo alas como sombrillas de papel, ya que los atrajo a su lado. Sus rostros no mostraron ninguna emoción, nada en su comportamiento sugiere que su viaje había sido exitoso.

"¿Y bien?", Preguntó William.

"La escala ha tomado el control de un lugar por el río", anunció Vicente, apuntando en la dirección de la rueda de la fortuna. "El ala olvidada de un museo. Es en proceso de renovación, cubierto de andamios, por lo que apostar que sin ser notada. No están equipados con alarmas”.

"¿Estás seguro de que son de escala?", preguntó William con rapidez.

Uno de los parias asintió con la cabeza. "Nos dimos cuenta de sus marcas, sus insignias de oro de la estrella con siete puntos de las siete virtudes sagradas pintadas en sus cuellos."

"¿Qué pasa con Roland y Arriane y Annabelle?", Preguntó Mai.

"Ellos están con la Escala. Sus alas están obligadas ", dijo Vincent.

Mai dio la vuelta, se muerde el labio inferior.

¡Qué terrible debe ser para un ángel para que las alas moderada. Ella no podía soportar la idea de Arriane sin la libertad de aleteo de las alas iridiscentes. No podía imaginar cualquier sustancia lo suficientemente fuerte como para contener el poder de las alas de mármol de Roland.

"Bueno, si sabemos dónde están, vamos a rescatar a ellos ya", dijo.

"¿Y la reliquia?", Dijo William humilde hasta el mismísimo Vicente.

Mai lo miró boquiabierta. "William, nuestros amigos están en peligro."

"¿Lo tiene?" William presionado. Echó un vistazo a Mai, puso su mano alrededor de su cintura. "Todo está en peligro. Vamos a salvar Arriane y los demás, pero tenemos encontrar esa reliquia, también."

"No sabemos nada acerca de la reliquia." Vicente sacudió la cabeza. "El almacén está fuertemente custodiado, William Grigori. Ellos esperan su llegada."

William se enfrentó a la ciudad, sus ojos de color violeta de fundición a lo largo del río, como si la búsqueda de la bodega. Sus alas pulsando.

"No van a estar esperando mucho tiempo."

"¡No!", Se declaró Mai. "Vas a estar caminando en una trampa.

¿Qué pasa si te toman como rehén, el camino que han tomado los demás?"

"Los otros deben haber cruzado ellos de alguna manera. Mientras yo siga su protocolo, apelar a su vanidad, la escala no me va a encarcelar ", dijo. "Voy a ir solo." Echó un vistazo a los parias y añadió, "sin armas".

"Sin embargo, los parias se encargan de guardar de usted," dijo Vincent en su voz, incluso, monótona. "Vamos a seguirlo a la distancia y"

"No" William levantó la mano para detener a Vicente. "Tendrá que tomar el techo de un almacén. ¿Sentiste a la escala allí? "Asintió Vicente. "Unos pocos. La mayoría están cerca de la entrada principal."

"Bien". William asintió con la cabeza. "Voy a usar su propio procedimiento en contra de ellos. Una vez que llego a las puertas delanteras, la escala será un desperdicio de tiempo en la identificación de mí, el registro me busca de contrabando, todo lo que pueden hacer aparecer ilegal.

Mientras que los distraiga cerca de la entrada, los parias obligarán a su manera a través del techo de un almacén y libraran a Roland, Arriane, y Annabelle. Y si te enfrentas a un miembro de la Escala de allí-"

Al unísono, los parias mantienen abiertas sus gabardinas para revelar las vainas de starshots plata mate y compactos lazos a juego.

"No se pueden matar", advirtió William.

"Por favor, William Grigori", declaró Vincent. "Todos estamos mejor sin ellos."

"Se les llama escala, no sólo debido a su pequeña obsesión con las reglas. También proporcionan un contrapeso esencial para las fuerzas de Lucifer. Es lo suficientemente rápido como para eludir sus capas. Lo único que necesitamos para retrasar, y por eso una amenaza será suficiente."

"Pero ellos sólo buscan retrasar", respondió Vicente. "Todo esto dará lugar a retrasar el olvido." Mai estaba a punto de preguntar dónde este plan la dejó cuando William la llevó en sus brazos. "Necesito que te quedes aquí y custodiar la reliquia." Se veían en el halo, apoyadas en la base de la estatua del guerrero. Fue moldeada por la lluvia.

"Por favor, no discutas. No podemos dejar la escala, cerca de la reliquia. Es y será más seguro estar aquí. Olianna se quedará para protegerte."

Mai una mirada a la joven paria, que le devolvió la mirada vacíamente, con los ojos de un gris sin fondo. "Bueno, voy a quedarme aquí."

"Esperemos que la segunda reliquia aún se encuentre prófugo", dijo, arqueando la espalda a sus alas. "Una vez que los otros han sido liberados, podemos hacer un plan para encontrarnos juntos." Mai apretó los puños, cerró los ojos, y besó a William, abrazándolo apretado hasta el último momento.

Olianna no se había movido. Ella estuvo de pie como una versión cubierta por zanja de cualquiera de otras estatuas sobre la azotea. Ella afrontó a Mai con sus manos abrochadas juntos sobre su pecho, el pelo rubio a lo largo de su frente se retiró tan apretado en su cola de caballo esto se pareció a ello se rompería. Cuando llegó el interior de su gabardina, un olor áspero de aserrín flotaba a cabo. Cuando ella se retiró y colocó un Starshot plata, Mai revueltos unos pasos hacia atrás.

"No tengas miedo, Maite Price", dijo Olianna. "Yo sólo quiero estar preparado para que lo defienda en caso de que se acerca un enemigo."

Una sirena lloraba desde abajo, un coche de policía a toda velocidad por una rotonda. Cuando se aprobó y el aire se hizo más tranquilo de nuevo, Mai no sabía cómo llenar el silencio.

Ella miró el reloj, entrecerrando los ojos como si le ayudaría a ver a través de la niebla. ¿William había llegado a la bodega por ahora? ¿Qué reacción podrían tener Arriane, Roland, y Annabelle cuando vieron a los parias? Mai se dio cuenta de que William no había dado a nadie más que Phil un pendón de su ala. ¿Cómo los ángeles saben que pueden confiar en las parias?

Tenía los hombros encorvados alrededor de las orejas, y todo su cuerpo se puso rígido con la sensación de frustración inútil. ¿Por qué estaba aquí sentado, esperando, haciendo bromas estúpidas? Ella debería haber tenido un papel activo en esto. Después de todo, no fue la Escala de lo que Mai quería. Se le debe ayudar a rescatar a sus amigos o encontrar la reliquia en lugar de sentado aquí como una doncella menesterosa, esperando a su caballero para volver.

"¿Te acuerdas de mí, Maite Price", preguntó el parias en voz tan baja Mai casi no se oía.

"¿Por qué los parias nos llaman por nuestro nombre y apellidos, de repente?" Se dio la vuelta alrededor para encontrar la cabeza de la niña inclinado hacia abajo en ella, su arco y la flecha lista en su contra hombro.

"Es una señal de respeto, Maite Price. Somos sus aliados ahora. Usted y William Grigori. ¿Te acuerdas de mí?"

Mai pensó por un segundo. "Usted fue uno de los parias que lucho contra los ángeles en el patio trasero de mis padres?"

"No."

"Lo siento". Se encogió de hombros Mai. "No me acuerdo de todo lo relacionado con mi pasado. ¿Nos Hemos encontrado ya? "La Parias levantó la cabeza un poco. "Sabíamos que uno al otro antes de”.

"¿Cuándo?"

La chica se encogió de hombros, con los hombros en aumento con delicadeza, y Mai di cuenta de que era bonita. "Justo antes. Es difícil d"Lo que no es?" Girar Mai vuelta, no en el estado de ánimo para decodificar otra conversación críptica. Metió las manos heladas en el interior de las mangas de su jersey blanco y observó el tráfico que se mueve arriba y abajo de las carreteras resbaladizas, los coches pequeños colocados en espacios inclinados en callejones torcidos, la gente en largas capas oscuras caminando sobre los puentes iluminados, lleva a su casa a su tienda de comestibles las familias.

Mai sintió con mucho dolor sola. ¿Pensaba su familia en ella? ¿La imaginaron ellos en el espacio de dormitorio apretado en el que ella había dormido en la Espada y la Cruz? ¿Era Callie atrás en Dover por ahora? ¿Sería agrupado ella en el asiento de ventana frío de su espacio, dejando a sus uñas rojas oscuras secas, charlando en el teléfono sobre su viaje de Acción de Gracias extraño para ver a algún amigo que no era Mai?

Una nube oscura quedada ligeramente por detrás del reloj, lo que hace que sea visible, ya que dio las seis. William se había ido una hora que se sentía como un año. Mai vio el sonido campanas de la iglesia, vio las manos del viejo reloj grande, y dejó que su memoria de la deriva de nuevo a sus vidas pasadas antes de la invención del tiempo lineal, cuando el tiempo destinado estaciones, la siembra y las cosechas.

Después de la sexta parte de la campana del reloj vino otro- más cerca, y Mai se dio la vuelta justo a tiempo para ver hacia adelante Olianna caída de rodillas. Se cayó y cayó pesadamente en los brazos de Mai. Mai volvió el ángel más desigual y tocó la cara del Parias.

Olianna estaba inconsciente. El sonido Mai había oído era el paria de ser golpeado en la cabeza.

Detrás de Mai se puso un enorme negro, con capa figura. Su rostro era escarpado, con arrugas y parecía imposible de edad, las capas de la piel caída en sus ojos azules apagados y por debajo de la barbilla que sobresale, por debajo de la boca llena de corruptos y negro-amarillos dientes. En su mano derecha fue la enorme asta de la bandera debe de haber utilizado como arma.

La bandera austriaca colgaba desde el extremo del poste, agitaba suavemente contra la superficie del techo.

Mai saltó a sus pies, sintiendo sus puños aumentar aún mientras se preguntaba qué bien que estaría en contra de este monstruo enorme.

Sus alas eran de un azul muy pálido, sólo una sombra lejos del blanco. A pesar de que su cuerpo se alzaba sobre ella, sus alas eran pequeñas y densas, que abarca sólo un poco más lejos que podría llegar a los brazos.

Algo pequeño y dorado fue clavado en la parte frontal de la capa del hombre: una pluma, un mármol negro de plumas de oro. Mai sabía cuyas alas había venido. Pero ¿por qué Roland le han dado a esta criatura un pendón de sus alas?

Él no tendría. Esta pluma fue doblada y cortada y omitiendo un poco de su materia cerca de la canilla. Su punto era castaño con la sangre, y en vez de estar de pie todo derecho como el penacho brillante William había dado a Phil, esta pluma pareció haberse marchitado y se ha descolorado cuando fue conectado a la capa negra del ángel espantoso.

Un truco.

"¿Quién eres tú?", Preguntó Mai, cayendo de rodillas.

"¿Qué quieres?"

"Muestra algo de respeto." Convulsionó la garganta del ángel, como si la intención de la corteza, pero su voz salió ululante y débil y viejo.

"Ganar mi respeto", dijo Mai. "Y yo se lo daré a ti."

Él le dio una media sonrisa malvada y dejó caer la cabeza baja. A continuación, se bajó el manto para exponer la parte de atrás de su cuello. Mai parpadeó en la penumbra. Su cuello llevaba una marca pintada, que brillaba de oro en el resplandor de las farolas se mezclaban con la luna. Contó siete puntos de la estrella.

Él era uno de la Escala.

"Me reconoces ahora?"

"¿Es así es como se encarga de hacer cumplir su trabajo el cielo? ¿Contundente ángeles inocentes?"

"No, el paria es inocente. Tampoco es cualquier otra persona, para el caso, hasta que se ha comprobado que es así."

"Usted ha demostrado a ti mismo inocente de cualquier honor, golpeando a una chica por la espalda."

"Insolence". Arrugó la nariz en ella. "No vas a llegar muy lejos conmigo."

"Eso es exactamente donde quiero estar". Se lanzó a los ojos de Mai Olianna, a su pálida mano y la apretó Starshot en sus garras.

"Pero no es donde quedarse", dijo la Escala vacilante, como si tener que obligarse a sí mismo a comprometerse con sus bromas ilógico.

Mai le arrebató en el Starshot como la Escala de tambaleó por ella. Pero el ángel era mucho más rápido y más fuerte de lo que parecía. Él le arrebató la Starshot de sus manos,la golpeó en la espalda apoyada en el techo de piedra con una fuerte cachetada en la cara. Él llevó a cabo la punta de la flecha de la Starshot de cerca al corazón de Mai.

No pueden matar a los mortales. No pueden matar a los mortales, ella repetía en su cabeza. Pero Mai recordado negociación de Bill con ella: Tenía una parte inmortal de ella que podría ser asesinado. Su alma. Y no se separaría de eso, no después de todo lo que había pasado, no cuando el final estaba tan cerca.

Levantó la pierna, la preparación para darle una patada al igual que había visto en las películas de kung fu, cuando de repente se lanzó la flecha y su arco recto en el borde del techo.

Mai volvió la cabeza hacia un lado, presionando su mejilla contra la piedra fría, y vio el gesto de arma en el aire en su camino hacia un abrir y cerrar las luces de Navidad de las calles de Viena.

El ángel de la escala se frotó las manos en su manto. "Cosas sucias". Entonces agarró Mai más o menos por los hombros y tiró de ella a sus pies.

Le dio una patada a un lado el parias-Olianna gimió, pero no se movió-y allí, bajo su fina, zanja revestida cuerpo, era el halo dorado.

"Pensé que podría encontrar esta aquí", dijo el ángel de escala, arrancando hacia arriba y empuje bajo los pliegues de su manto.

"¡No!" Ella metió las manos en el lugar oscuro donde había visto desaparecer el halo, pero el ángel le dio una bofetada por segunda vez en la cara, el envío de su hacia atrás, el pelo pivotar sobre el borde del tejado.

Se aferró a la cara. Su nariz estaba sangrando.

"Tu eres más peligroso de lo que ellos piensan, " croó él. " Nos dijeron que usted era una llorona, no valerosa. Yo tenía mejor le atan encima de antes de que nosotros volemos. “El ángel rápidamente se escabulló su capa y lo dejó caer sobre su cabeza como una cortina, cegando a Mai durante un momento largo, horrible. Entonces la noche de Viena - y el ángel - era visible otra vez. Mai notó que bajo la capa él había estado llevándose, la Escala llevó el otro, con precisión como el que que él había quitado y había sujetado alrededor de Mai. Él se inclinó, y con el tirón de una cuerda, la capa de Mai apretada alrededor de ella como una camisa de fuerza. Cuando ella dio patadas, convulsionado, ella sintió la capa hacerse más apretada.

Ella dejó escapar un grito. “! William!"

"Él no te escuchará", bromeó el ángel sin alegría, como él la metió bajo el brazo y se dirigió hacia el borde del techo. "Él no escuchara si Gritó para siempre."

Capitulo 7

Los ángeles de los nudos
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Webnovela LevyRroni Adaptada Rapture Empty Re: Webnovela LevyRroni Adaptada Rapture

Mensaje por tamalevyrroni Vie Nov 03, 2017 2:20 pm

El manto fue paralizante.

Más Mai se movió, más esto apretó alrededor de ella. Su tela áspera fue asegurada con una cuerda extraña que pellizcó su piel y sostuvo su cuerpo rígidamente. Cuando Mai se retorció contra ello, la cuerda respondió, cinchando más apretado alrededor de sus hombros, exprimiendo sus costillas hasta que ella apenas pudiera respirar.

El ángel de Escala sostuvo a Mai bajo su brazo huesudo como él chirrió por el cielo de la noche. Con su cara enterrada en la cintura fétida de la capa regenerada el ángel se llevó, ella no podría ver nada, sólo podría sentir el viento azotar a través de la superficie de su capullo miserable mohoso. Todo que ella podría oír era el aullido de viento, puntuado por la paliza de alas tiesas.

¿Dónde la tomaba él? ¿Cómo conseguiría ella la palabra a William? ¡Ellos no tenían el tiempo para esto!

Al cabo de un rato el viento se paró, pero el ángel de Escala no aterrizó.

Entonces el ángel suelta un rugido. ¡" Intruso!" él bramó.

Mai sintió los dos cayendo, pero ella sólo podía ver la oscuridad de los pliegues del manto de su captor, que ahogado sus gritos de terror, hasta que el sonido de la rotura de cristales se detuvo incluso a aquellos.

Delgadas, maquinilla de afeitar-como fragmentos de rodajas a través de la capa de constricción, a través de la tela de sus pantalones vaqueros. Sus piernas picadas como si hubieran sido cortadas en mil lugares.

Cuando los pies del ángel de la escala se estrelló contra un aterrizaje, Mai se estremeció con el impacto. La dejó caer más o menos, y ella cayó sobre su hueso de la cadera y el hombro.

Ella puso un par de pies, luego se detuvo. Ella vio que ella estaba cerca de una mesa larga de madera del artesano repleta de fragmentos de tela descolorida y porcelana.

Ella se retorció bajo su refugio temporal, casi exitoso en la prevención de la capa de constricción con más fuerza a su alrededor. Había empezado a cerrarse alrededor de su tráquea.

Pero al menos ahora podía ver.

Ella estaba en una habitación fría y cavernosa. El suelo debajo de ella era un mosaico lacada hecha de tejas triangulares grises y rojos. Las paredes eran de un brillante color mostaza de mármol, al igual que los gruesos pilares cuadrados en el centro de la habitación. Ella estudió brevemente una larga fila de tragaluces helado que se extendió por el techo de gran cuarenta metros por encima. El techo estaba agujereado por cráteres abiertos de vidrios rotos, revelando oscuros paisajes grises de la noche nublada en el otro lado. Eso debe haber sido donde ella y el ángel se estrellaron.

Y este debe ser el ala del museo la escala se había apoderado, el Vicente le había dicho a William sobre el techo de cobre. Eso significaba que William tiene que ser justo en las afueras- y Arriane y Annabelle y Roland deben estar en algún lugar en el interior! Su corazón se disparó, luego se hundió.

Sus alas fueron atadas, los Parias habían dicho. ¿Eran ellos en la misma forma en la que ella estaba? Ella odió esto ella lo había hecho aquí y aún no podía ayudarles, odiado que ella tuvo que mover para salvarlos, pero que el movimiento de puesto su vida en el peligro. No había quizás nada peor que el incapaz de moverse.

El ángel de la escala de botas negras barro apareció ante ella. Mai miró hacia arriba a su figura imponente. Se inclinó, con olor a naftalina en descomposición, sus ojos apagados mirando de reojo. Su mano enguantada de negro llegó a su-

Entonces la mano del ángel de Escala se cayó lánguidamente - como si él había sido dejado pasmado. Él lunged adelante, estrellando pesadamente en la mesa del trabajador, empujándolo atrás, exponiendo a Mai. La cabeza de escultura cortada que al parecer había golpeado la Escala hecha rodar misteriosamente para descansar en el suelo cerca de la cara de Mai, pareciendo mirar fijamente en los ojos de Mai.

Como Mai hizo retroceder bajo la mesa, alas más azules veladas en su visión periférica. Más Escala. Cuatro de ellos volaron en la formación hortera hacia un nicho apartado sobre a mitad de camino encima de la pared... donde Mai ahora vio que Emmet estar de pie, blandiendo un largo, de plata vio.

¡Emmet debe de haber arrojado la cabeza que la había salvado de la escala! Él era el intruso, cuya entrada a través del techo había enfurecido a su secuestrador. Mai nunca había pensado que estaría tan feliz de ver un paria.

Emmet estaba rodeado de esculturas en las plataformas y pedestales, algunos envueltos, algunos andamiaje, un recién decapitado y por cuatro ángeles de escala imposible de edad, situándose más cerca de él en el aire, mantos extendidos, como los vampiros en mal estado. Estos mantos negros rígidos que parecía ser su única arma, su única herramienta, y sabía Mai así que fue brutal. Su respiración era dolorosa evidencia de ello.

Ella reprimió un grito de asombro, como Emmet sacó un Starshot de un temblor no se ve en su abrigo y se lo tendió delante de él. William había hecho prometer que los pareas no mataran a los escala!

¡La Escala apoyada despacio lejos de Emmet en el aire, silbido, " Vil! ¡Vil! “tan fuerte que esto hizo que el captor de Mai se moviera sobre la mesa encima de ella. Entonces el Paria hizo algo que asombró cada uno en el espacio. Él apuntó el starshot a él. Mai había visto a William suicida en Tíbet, entonces ella sabía algo sobre la atmósfera desesperada de aquella emoción, el lenguaje corporal derrotado que acompañó un gesto tan extremo. Pero Emmet parecido tan confidente y desafiante tan alguna vez él miró de una cara de Escala curtida al otro.

La Escala se hizo envalentonada por el comportamiento extraño de Emmet. Ellos se cernieron alguna vez más cerca, bloqueando al Paria delgado de la vista de Mai con la intensidad lenta de buitres que se acercan a un cadáver sobre una carretera de desierto. ¿Dónde estaban los otros Parias? ¿Dónde estaba Phil? ¿Ya los había abolido la Escala?

Lo que sonaba como una tela gruesa y pesada destrozada tuvo fuerte eco en la sala. La escala se cernía inmóvil, sus capas anchas y superpuestas, como la boca abierta de Un anunciador que llevó a algún lugar terrible y triste. Entonces un sonido rebanar corte un través del aire, seguido por otro desgarro de sonido y luego cuatro el-

William le había dicho a los parias no podían utilizar sus starshots para matar a la escala, pero no había dicho que los parias no podían hacerles daño.

Los cuatro ángeles de Escala se cayeron a un grupo al piso como marionetas cuyas cuerdas habían sido tijereteadas. Mai alzó la vista de donde ellos se ponen, luchando para respirar, al nicho, donde Emmet limpiaba la sangre de Escala negra del fletchings de su starshot. Mai nunca se había enterado de nadie usando el final de extremo de un starshot como un arma - y al parecer ninguno tenía la Escala.

¿" Está Maite aquí? “Mai escuchó hasta el final la llamada de Phil. Ella miró encima de para ver que su cara brillar por un cráter en la azotea.

¡" Aquí! “Mai gritó hasta él, incapaz de guardarse de lunging como ella hizo así, haciendo su capa cinchar aún más fuerte alrededor de su garganta. Cuando ella hizo una mueca bruscamente, la capa se apretó un poco más.

Una enorme pierna se inclinó sobre el borde de la mesa, su bota negra que se balancea en la cara de Mai, golpeando su rubor sobre la nariz, trayendo a los rasgones de dolor a sus ojos. ¡Su captor estaba despierto! Esta realización, acoplada con el dolor repentino que a mitad cegó ella, Mai causado para hacer retroceder más profundamente bajo el refugio de la mesa. Cuando ella hizo así, su capa cerrada toda la manera alrededor de su garganta, pellizcando su tráquea completamente se cierra. Ella entró en pánico, jadeó inútilmente para el aire, retorciendo ahora que esto no importó si la capa apretaba más-

Entonces se acordó de cómo había descubierto en Venecia que podía contener la respiración por más tiempo de lo que había creído posible. Y William le había dicho que podía se a sí misma para superar esa limitación en cualquier momento que ella quería.

Así lo hizo, ella sólo lo hizo, ella misma ha querido permanecer con vida.

Pero esto no paró a su captor de golpear la mesa del trabajador que se abriga aparte, enviando a la cerámica y los miembros cortados de vuelo de esculturas antiguo.

"Te ves. . . incómoda”. Él sonrió, dejando al descubierto la sangre mancha los dientes, y le tendió la mano enguantada de negro hacia el borde del manto de Mai.

Pero el ángel de Escala se congeló cuando un starshot fletching reventarse por el lugar donde, sólo un momento antes, su ojo derecho había sido. Sangre azul del enchufe vaciado, abajo en la capa de Mai. Él gritó, asombrado desordenadamente alrededor del espacio, él arma starshot atrasado que sobresale de su cara marchita.

Pálidas manos apareció ante ella, y luego las mangas de un abrigo marrón raído, seguido por una cabeza rubia rapada.

La cara de Phil no traicionó ningún sentimiento como él se cayó a sus rodillas para afrontarla.

Allí usted es, Maite Price. " Él agarró el cuello de la capa obligatoria negra y levantó a Mai encima de. " Yo había vuelto al palacio para comprobar sobre usted. “Él la puso encima de una mesa cercana. Ella inmediatamente se cayó, no capaz de sostenerse todo derecho. Emmet la corrigió con tan poco emoción como su colega tenía.

Por fin ella podría permitirse a tomar una vista más larga. Delante de ella, tres escaleras bajan conducida abajo a una cámara expansiva principal. En su centro, una cuerda roja aterciopelada con una impotente estatua altísima de un león. Fue encabritado sobre dos pies, dientes excluidos hacia el cielo el mediados del rugido. Su melena e convertirá en astillas y amarillenta.

Alas azules canas cubrieron el piso del ala de restauración, recordando a Mai de un aparcamiento cubierto por langosta que ella había visto un verano después de una lluvia torrencial de Georgia. La Escala no estaba muerta - ellos no habían desaparecido en el polvo de starshot - pero tantos de ellos eran inconscientes los Parias apenas podrían pisar sin mascar sus alas.

Phil y Emmet habían estado ocupados, incapacitando al menos cincuenta de la Escala. Sus alas cortas azules tiradas de vez en cuando, pero sus cuerpos no se movieron.

Los seis parias de Phil, Vicente, Emmet, Sanders, la chica paria otro, cuyo nombre Mai no sabía, aún al Dédalo con su cara vendada - era todavía a sus pies, cepillando los pedazos de tejido y hueso de sus trincheras azules-salpicadas.

La muchacha rubia, el que que había ayudado a la enfermera Dédalo atrás a la salud, había agarrado a un ángel de Escala femenino que respira apenas por el pelo. Las alas mohosas azules de la vieja bruja temblaron como el Paria rubio aporreó la cabeza de la Escala contra un pilar de mármol. Ella chilló las cuatro o cinco primeras veces su cabeza golpeó la piedra. Entonces los chillidos se acabaron y sus ojos hinchados hechos retroceder en su cabeza.

Phil luchó con la camisa de fuerza negra sujetada alrededor de Mai. Sus dedos rápidos compensaron su falta de vista. Un ángel de Escala inconsciente se cayó de en algún sitio encima de ella, su mejilla aporreada que viene para descansar entre su cuello y hombro. Ella sintió el chorrito de sangre caliente en su cuello. Ella exprimió sus ojos cerrados y se estremeció.

¿Phil dio patadas al ángel de la mesa, enviándolo en el captor tuerto de Mai, que todavía asombraba torpemente alrededor del espacio, el gemido, " Por qué yo? Hago todo el derecho. "

"Él tiene el halo - " Mai comenzó.

Pero la atención de Phil tirada atrás a la masa enferma de alas de ángel de Escala, donde una Escala corpulenta con el pelo como un monje se había elevado y ahora había avanzado al Dédalo de. Una capa gruesa negra colgada sobre la cabeza del Paria, lista de caerse.

“Estaré de vuelta, Maite Price". Phil dejó Mai en su liga en la mesa y colocó un Starshot en su arco.

En un instante, que él mismo había empujado entre Dédalo y el ángel de escala.

"Deje caer la capa, Zaban. " Phil miró tan feroz como él tenía cuando él primero apareció en el patio trasero de los padres de Mai. Mai estuvo sorprendido de realizar que ellos sabían el uno al otro de nombre, pero desde luego, ellos deben haber una vez vivido todos en el Cielo juntos. Era difícil de imaginarse ahora.

Zaban tenía ojos acuosos azules y labios azulados. Él miró casi regocijado en el encuentro del starshot puntiagudo en él. Él lanzó la capa sobre su hombro y dio vuelta para afrontar a Phil, liberando al Dédalo para recoger a un ángel de Escala largo y delgado a los pies. Él balanceó al viejo ángel alrededor en un círculo tres veces, luego le envió estrellándose por la ventana de Este, hacia fuera en una torre de andamio debajo.

"La amenaza de pegarme un tiro, ¿verdad, Felipe?" Zaban ojos estaban en el Starshot. "Usted quiere inclinar la balanza hacia ¿Lucifer? ¿Por qué no me sorprende esto? “Phil se erizó. " Usted no importa bastante para su muerte a la punta el equilibrio."

“Al menos contamos algo. Todo juntos, nuestras vidas hacen una diferencia en el equilibrio. La justicia siempre hace una diferencia. Usted Parias " - él rió en la compasión fingida - " no significan nada. Es que le hace sin valor."

Era bastante para Phil. Había algo sobre esta Escala que él no podía aguantar. Con un gruñido él soltó la flecha hacia el corazón de Zaban.

"Estoy de pie frente a ustedes", él refunfuñó, y esperó a que el ángel azul alado para desaparecer.

Mai esperó la desaparición, también. Ella lo había visto pasar antes. Pero la flecha rebotó de la capa de Zaban e hizo ruido al piso.

¿" Cómo le hizo-? "Phil preguntó.

Zaban se echó a reír y sacó algo de un bolsillo oculto en su capa. Mai se inclinó hacia delante, ansiosos por ver cómo Zaban se había protegido. Pero ella se inclinó demasiado lejos y se deslizó fuera de la mesa. Ella aterrizó en el suelo sobre su cara.

Nadie notó. Ellos miraban fijamente en el pequeño libro Zaban producido de su capa. Apoyándose ligeramente, Mai vio era encuadernado en cuero, la misma sombra de azul que alas de ángel de Escala. Fue atado con una cuerda anudada de oro. Esto se pareció a una Biblia, los soldados de Guerra civil amables solían llenar en sus bolsillos de pecho en esperanzas los libros protegerían sus corazones.

Este libro había hecho solamente esto.

Mai entrecerró los ojos para leer su título, se retuerce a unos cuantos centímetros más cerca en el suelo. Ella todavía estaba demasiado lejos.

En un solo movimiento, Phil sacó su Starshot y golpeó con fuerza el libro de la mano de Zaban. Por un golpe de suerte, que aterrizó a pocos metros de Mai. Ella se retorció otra vez, sabiendo que no podía cogerla, no la forma en que el manto fue su unión. Sin embargo, ella tenía que saber lo que contenían sus páginas. Se le resultaba familiar, como si ella lo había visto mucho, mucho tiempo antes. Leyó las letras de oro en su columna vertebral.

Un registro de los Caídos.

Ahora Zaban echó a correr, sin llegar a Mai, que estaba expuesta en el centro de la planta. Él la miró y se embolsó el libro.

“No, no, " dijo él. " Usted no consigue mirar esto. Usted no consigue ver todo que esto ha sido logrado por alas de Escala. Ni que es dejado para hacer para alcanzar el equilibrio último armonioso.

No cuando usted ha gastado todo ese tiempo demasiado ocupado para tomar nota de nosotros, tomar nota de la justicia, egoístamente que se cae a y del amor."

Aunque Mai odiaba la escala, si no había un registro de los caídos, se quemó a conocer sus nombres estaban en esas páginas, para ver dónde el nombre de William se sumó ahora.

Esto era de qué el caído siguió hablando. Un ángel solo que la punta la escala. Pero antes Zaban podría lanzar más la crítica en Mai, un par de alas brillantes blancas llenó su visión-

Un ángel que desciende por el agujero más grande en la claraboya.

William aterrizó delante de ella y miró la capa que la encarcela. Él estudió su cuello apretado.

Sus músculos estirados por su camiseta como él trató de arrancar la capa.

De la esquina de su ojo, ella vio a Phil levantar un pequeño pico de una mesa cercana y cortarlo a través del pecho de Zaban. El ángel de Escala, tratando de hacer girar fuera de alcance. La lámina unida de su brazo. El golpe era tan poderoso esto cortó la mano de Zaban en la muñeca. Puesto enfermo, Mai miró el golpe de puño pálido flojo al piso.

Aparte del derramando de sangre azul, esto podría haber pertenecido a una de las estatuas devastadas.

“Ate esto sobre con uno de sus nudos, " Phil se burló como Zaban hurgó después de su accesorio de omisión entre los cuerpos aporreados, inconscientes de su secta.

¿" Le hace daño esto? "William se rasgó en los nudos que atan a Mai. "No". Ella lo ha dicho era verdad. Casi era.

Cuando la fuerza bruto no trabajó, William trató de acercarse a la capa más estratégicamente. " Yo tenía el final flojo solamente hace un momento, " refunfuñó él. " Ahora es acribillado encima de dentro de la capa. "Sus dedos movieron poco a poco a través de su cuerpo, sintiendo cerca y a lo lejos.”

Mai lamentaba que sus manos, sobre cualquier otra parte de su cuerpo, no fueran libres entonces ella podría tocar a William ahora mismo, calme su ansiedad. Ella confió en él para liberarla. Ella confió en él para hacer algo.

¿Qué podría ella hacer para ayudarle? Ella cerró sus ojos e ido a la deriva atrás a la vida en Tahití. William había sido un marinero. Él había enseñado sus docenas de nudos sus tardes tranquilas sobre la playa. Ella recordó ahora: la mariposa alpina, que hizo un lazo directo en medio de una cuerda con dos alas lobed de todos lados, bien para llevar el peso suplementario sobre una línea. O el nudo del amante, que miró simple, en forma de corazón, pero sólo podría ser desatado usando cuatro manos inmediatamente; cada uno tenía al lazo un hilo por una parte diferente del corazón del corazón.

La capa era Mai así apretado no podía mover un músculo. Sus dedos arrastraron el cuello, apretándolo más lejos.

William maldijo en como esto pellizcó su cuello. "No puedo, " él finalmente gritó.

“La camisa de fuerza de Escala es comprendida de nudos infinitos. Sólo uno de ellos puede desatarlo. ¿Quién le hizo esto?"

Mai tiró su cabeza hacia el ángel azul alado que aulla a él, tambaleando en una esquina por un mármol faun. El starshot todavía sobresalía de su ojo. Ella quiso decir a William como su captor había sacado a Olianna con un mástil, luego la habían atado encima y le habían traído aquí.

Pero ella aún no podía hablar. La capa era demasiado apretada. Para entonces, Phil tenía el ángel que lloriquea en su asimiento, agarrado por el cuello de su capa mojada de sangre. Él pegó con la mano la Escala tres veces antes de que la Escala cesara sus gemidos autocompasivos y retirara sus alas azules en la alarma.

Mai vio que un toque grueso de sangre secada azul se había formado alrededor del lugar donde el starshot sobresalió de su enchufe.

“Desátela, Barach," ordenó William, reconociendo al captor de Mai inmediatamente, haciendo la maravilla de Mai como bien ellos sabían el uno al otro.

“No probablemente. " Barach apoyado lejos y polaina una corriente de sangre azul y un par de dientes agudos y diminutos hacia fuera en el piso.

En un destello, Phil tenía un starshot entrenado entre los ojos del ángel. "William Grigori le instruyó de desatarla. Usted obligará."

Barach se estremeció, mirando el Starshot con desdén.

"Vile. Vil!"

Una sombra oscura cayó sobre el cuerpo de Phil.

Vagamente, Mai procesó la vista de otro ángel de Escala, la vieja bruja escarpada con alas mohosas azules. Ella debe haber despertado después de que ella había sido dejada pasmada. Ahora ella vino en Phil con el mismo pico que él había usado sobre Zaban-

Pero entonces el ángel de Escala desapareció en el polvo.

Diez pies detrás de ella, Vincent estuvo de pie con un arco vacío en la mano. Él cabeceó en Phil, luego volvió para fregar la alfombra de alas azules para el movimiento.

William dio vuelta a Phil y refunfuñó, " tenemos que ser cuidadosos sobre cuántos sacamos. La Escala realmente importa en el equilibrio. Un poco."

“Desafortunadamente, " Phil dijo, la envidia extraña de su voz.

“Guardaremos la matanza a un mínimo, William Grigori.

Pero nosotros preferiríamos matar todos ellos. "Él levantó su voz para los oídos de Barach. " Bienvenidos al reino de ceguera. Los Parias son más poderosos de que ustedes piensan. Yo le mataría sin un pensamiento de segundo, sin primer uno, aún. Sin embargo, preguntaré otra vez: Desátela."

Barach soportó un momento largo, como si pesando sus opciones, parpadeando su que deja el viejo párpado arrugado.

¡" Desátela! ¡Ella no puede respirar! "William rugió.

"Barach gruñó y se acercó a Mai. Sus manos manchadas con la edad elaborados una serie de nudos que ni Phil ni William había sido capaz de encontrar. Mai no sintió alivio en su cuello, sin embargo. No hasta que empezó a susurrar algo en voz muy baja, en voz baja rancio.

La falta de oxígeno le había hecho sentir débil, pero las palabras túnel en su mente nublada. Eran una forma antigua del hebreo. Mai no sabía cómo lo sabía el idioma, pero lo hizo.

"Y el Cielo lloró para ver los pecados de Sus niños. " Las palabras eran casi ininteligibles. William y Phil aún no los habían oído. Mai no podía estar seguro de que ella los había oído el derecho - pero entonces, eran familiares. ¿Dónde los había oído ella antes?

La memoria vino a ella más rápido que le habría gustado: un miembro diferente de la Escala, barriendo a Mai en un cuerpo diferente en una más vieja capa que éste. Había pasado hace mucho. Ella había sido por todo esto antes, habían atado encima de y luego habían liberado.

En esa vida, Mai había llegado en sus manos algo que no debía ver. Un libro, atado con un nudo complicado.

Un Registro de los Caídos.

¿Qué estaba haciendo con él? ¿Qué es lo que quieres ver?

La misma cosa ella quiso ver ahora. Los nombres de los ángeles que aún tuvieron que escoger. Pero no le habían permitido leer el libro entonces, tampoco.

Mucho antes, Mai había sostenido el libro en sus manos, y sin saber como, ella casi había desatado su nudo. Entonces vino el momento cuando la Escala la cogió y la ató en la capa. Ella había mirado su estremecimiento de alas azul con la intensidad como el ángel atado y había atado de nuevo el libro. El había asegurado de que sus dedos impuros no lo habían dañado, él había dicho. Ella lo oyó susurrar aquellas palabras - las mismas palabras extrañas - justo antes de que él se deshaga un rasgón sobre el libro.

El hilo de oro había desenredado como la magia.

Ella alzó la vista en el viejo ángel escarpado ahora y miró una diapositiva de rasgón plateada de su ojo abajo el laberinto de su mejilla. Él miró realmente movido, pero en una frecuentación el tipo del camino, como él se compadeció sobre el destino de su alma. El rasgón hacendado sobre la capa, y los nudos que misteriosamente desanudó.

Se quedó sin aire. William tiró el manto el resto de la forma de ella. Ella lo golpeó con sus brazos alrededor de él.

Libertad.

Ella todavía estaba abrazando a William, cuando Barach se inclinó hacia su oído. "Nunca vas a tener éxito".

"Silencio, demonio, " mandó William.

Pero Mai quiso saber lo que Barach quiso decir. ¿" Por qué no?"

"Usted no es el primero!", Dijo Barach.

"¡Silencio!", Gritó William.

"Nunca, nunca, nunca. Ni en un millón de años ", cantó el ángel, frotándose la mejilla de papel de lija sobre Mai justo antes de que Phil soltó la flecha en el corazón.

Capitulo 8

Y el Cielo lloró
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Mensaje por tamalevyrroni Vie Nov 03, 2017 2:38 pm

Algo dio un vuelco a sus pies.

"! El halo!" Jadeó Mai.

William cayó abruptamente y arrebató la reliquia de oro de la tierra. Él se maravilló de ello, sacudiendo su cabeza.

De algún modo había permanecido cuando el ángel de Escala y su extraño, regenerando la ropa habían desaparecido.

" Siento por tomar su vida, William Grigori, " dijo Phil. " Pero yo no podía tolerar la mentira de Barach más."

“Comenzaba a chirriar sobre mí, también, " dijo William.

"Ten cuidado con los demás."

"Tome este", dijo Phil, deslizando la bolsa negro de su hombro y se la entregó a William. "Ocultarlo de la escala. Tienen hambre de él." Cuando William abrió la cartera de colegial, Mai vio su libro, el Libro de los Observadores, metido dentro.

Phil pasó rápidamente ello encima de y dejó la bolsa con William. "Ahora volveré para montar la guardia. La Escala de herido podría despertar en cualquier momento."

" Usted ha tenido el éxito contra la Escala, " dijo William, tocando impresionado. " Pero -”

" Sabemos, " dijo Phil. " Habrá más. ¿Encontró usted mucho exterior el museo?"

"Sus números son de una legión, " dijo William.

"Si vamos a utilizar los starshots libremente, se podría asegurar su escape"

"No. No quiero molestar el equilibrio en ese sentido.

No más matanza a no ser que en defensa propia absoluta. Solamente tendremos que apresurarnos y salir aquí antes de que los refuerzos de Escala lleguen. Vaya ahora, guarde las ventanas y las puertas. Estaré con usted en un momento. "Phil cabeceó, girado, y fue ido, vadeando entre la alfombra de alas azules.

Tan pronto como estuvieron solos,las manos de William buscó el cuerpo de Mai. "¿Estás herida?"

Ella se miró, se frotó el cuello. Ella estaba sangrando. El tragaluz de cristal había cortado a través de sus pantalones vaqueros en unos pocos lugares, pero parecía que ninguna de las heridas eran fatales. Siguiendo el consejo anterior de William, se dijo, no le hace daño. El ardor aliviado.

"Estoy bien", dijo rápidamente. "¿Qué te pasó?"

"Precisamente lo que quería que sucediera. Que mantuvo a raya a la mayoría de la escala, mientras los Parias encontraron este camino. "Él cerró sus ojos." Sólo yo nunca quise que usted se lastimara. Lo siento, Mai, no debería haber dejado que-"

"Estoy bien, William, y el halo esta seguro. ¿Qué pasa con los otros ángeles? ¿Cuántos escala más hay?"

"William Grigori" grito sonó de Phil a través de la sala noble.

Mai y William cruzaron el ala rápidamente, atravesando alas de Escala azules al umbral arqueado del espacio. Entonces Mai se paró en seco. Un hombre en un uniforme azul marino, estaba boca abajo en el suelo de baldosas. La sangre roja agrupó alrededor de su cabeza de color rojo sangre mortal.

"Yo-Yo lo maté", balbuceó Dédalo, con un casco de hierro pesado en la mano y mirando asustado. La visera del casco se mancha de sangre. Él entró precipitadamente por la entrada y pensé que él era la Escala. Pensé que yo solamente lo dejaría pasmado. Pero él era un hombre mortal."

Una fregona y el cubo sobre ruedas se ponen se cayó detrás del cuerpo. Ellos habían matado a un portero. Hasta entonces, de algunos modos, la lucha contra la Escala no había parecido verdadera. Era brutal e insensato, y sí, dos miembros de Escala habían sido matados, pero que habían sido separados del mundo de los mortales. Mai sintió mal viendo la filtración de la sangre en las ranuras de las baldosas del suelo, pero no podía apartar los ojos.

William frotó su mandíbula. "Usted se equivocó, el Dédalo. Usted hizo bien para guardar la puerta de intrusos. El siguiente que entra será la Escala. Él exploró el espacio. ¿" Dónde están los ángeles caídos?

¿" En cuanto a él? "Mai miró fijamente en el muerto en el suelo. Sus zapatos recién fueron lustrados. Él llevó una cinta delgada de oro de boda. "Él era solamente un portero entro para ver sobre el ruido. Ahora él está muerto. "William tomó a Mai por los hombros y presionó su frente al suyo. Su aliento vino corto y caliente. "Su alma se ha apresurado a la paz y la alegría. Y más muchos serán perdidos si no encontramos a nuestros amigos, y conseguimos la reliquia, y salimos aquí. "Él exprimió sus hombros, luego la liberó demasiado rápidamente. Ella ahogó atrás un grito para el muerto, tragado con fuerza, y dio vuelta para mirar a Phil.

"¿Dónde están?"

Phil señaló con el dedo hacia el cielo pálido.

Colgando de una viga de espesor cerca del tragaluz destrozado tres vainas de arpillera negra. Uno de ellos sobresalía y se tambaleó, como algo que intenta nacer.

"Arriane!" Mai gritó.

El mismo saco se hinchó otra vez, más violentamente esta vez. " Usted nunca los liberará a tiempo, " una voz gorjeó de la tierra. Un miembro de Escala con una cara de pescado se elevó encima de en sus codos." "Más escalas están en camino. Vamos a unirnos todos en las capas de la nada y manejar nosotros mismos a Lucifer”

Un escudo de bronce como un disco volador tirado por Phil muescas de un pedazo de cuero cabelludo de la escala, lo envió de vuelta a la pila de las alas azules.

Phil dio vuelta a William. " Si usted realmente necesita la ayuda de Escala para desatar a sus amigos, tendremos más suerte mientras su fuerza es pequeña. " Los ojos de William se quemaron violeta como él voló alrededor del ala, que se mueve de una estación de restauración al otro, entonces a una amplia mesa de mármol que se pareció a uno de los terminales de trabajo de los restauradores de museo. Fue apilado con el trabajo administrativo e instrumentos sobre todo inútil después de aquella noche - por el cual William cavó con el escrutinio intenso, arrojando aparte una cantimplora vacía, un montón de carpetas plásticas, un cuadro descolorido en un marco. Finalmente, sus manos agarraron un escalpelo largo, resistente.

"Tome esto", dijo a Mai, deslizándose la pesada mochila de Phil por encima del hombro. Ella se lo acercó a su lado y contuvo el aliento mientras William arqueó hacia atrás las alas y levantado del suelo.

Lo vio elevarse sin esfuerzo, por arte de magia, y se preguntó cómo era posible que sus alas puede hacer todo en el resplandor tenue del museo. Cuando William llegó finalmente el techo, sacó el bisturí limpia a lo largo de la viga, cortando la cuerda de la que cada una de las tres vainas negras colgadas. Se deslizaron en sus brazos sin hacer ruido, y las alas de William vencieron una vez mientras se llevaba a toda la masa fácil de nuevo al piso.

William puso el lado de las vainas de negro al lado del otro en un tramo desnudo de suelo. Corrió hacia él, Mai podía ver cada una de las caras de los tres ángeles que sobresalen de la parte superior.

Sus cuerpos fueron atados en el mismo tipo de capa rígida negro que había mantenido Mai aliento constreñido.

Sin embargo, los ángeles también había sido amordazado con un trozo de tela de arpillera negro. Incluso mientras miraba, los gags parecían deslizarse a través de las bocas de sus amigos. Arriane se retorció y se esforzó y creció más rojo en la cara y se veía tan furiosa que Mai pensaba que iba a explotar.

Phil echó un vistazo a las formas de lucha negros. Él levantó uno debajo de los brazos. El ángel Escala parpadeó, en un deslumbramiento. "¿Quieres un forajido para seleccionar a un voluntario Escala para ayudarle a desatar tus amigos, William Grigori?”

"Nunca vamos a revelar los secretos de nuestros nudos!" Vino el ángel de la escala suficiente como para silbar. "Preferimos morir."

"Preferimos morir, también", dijo Vicente, acercándose a su círculo con un Starshot en cada mano, dibujando una a la garganta del ángel de escala que había hablado.

"Vicente, alto el fuego", indica Phil. William ya estaba de rodillas sobre el manto negro. Roland está trabajando con los dedos en los nudos invisibles. "No puedo encontrar los extremos".

"Tal vez una Starshot que se mire", sugirió Phil, sosteniendo una flecha de plata. "Al igual que un nudo gordiano."

"Eso no va a funcionar. Los nudos son bendecidos con un encanto oculto. Es posible que necesitemos la escala”.

"¡Espera!" Mai cayó de rodillas junto a Roland.

Se quedó quieto, pero sus ojos le dijo todo lo que Mai sabía acerca de cómo se sentía de impotente. Nada debe restringir a un alma como la de Roland. A través de esta capa se podía ver ninguno de la clase y la elegancia que le hizo el ángel caído que fue- si estaba fuera de la esgrima todo Nefilim en Shoreline, pinchar discos en una fiesta de la espada y la cruz, o pasar a través de Anunciantes con más destreza que nadie se sabía. Que la escala se había hecho esto a su amiga la enfurecía hasta el punto de las lágrimas.

Lágrimas.

Eso fue todo.

Las palabras hebreas que volvió a ella. Su viaje le había dado un don para las lenguas. Ella cerró los ojos y, en su memoria, visto el hilo de oro caen el libro. Recordaba los labios agrietados Barach a sí mismo pronunciando las palabras con justicia-

Y Mai los dijo ahora a Roland, no sabiendo lo que ellos quisieron decir, sólo esperando ellos podrían ayudar.

“Y el Cielo lloró para ver los pecados de Sus niños. " Los ojos de Roland se ensancharon. Los nudos se deslizaron flojos.

La capa dejada caer a sus lados y la mordaza en su boca deslizada de, también.

Él se murió por el aire, hecho rodar a sus rodillas, se levantó y extendió sus alas de oro con el atontar la fuerza. La primera cosa que él hizo era dar una palmada sobre el hombro de Mai.

"Gracias, Maite. Te debo un sólido para unos sólidos mil años."

Roland estaba de vuelta, pero un charco de sangre en el lugar había arrancado Barach que pendón falsa de sus alas.

William tomó la mano de Mai, tirando de ella hacia los otros dos ángeles atados. Había visto y aprendido de Mai. Él fue a trabajar en Annabelle, mientras que Mai se arrodilló ante Arriane. Arriane no podía quedarse quieto. El manto fue ceñido con tanta fuerza a su alrededor que Mai casi se encogió a mirarla.

Sus ojos se cerraron. Arriane hizo ruido que Mai tomó a tacaño ella se alegró para ver la cara de Mai. Los ojos de Mai inflados como ella recordó su primer día en la Espada y la Cruz, cuando ella había visto Arriane aguantan la terapia de electrochoque. El ángel genial había parecido tan frágil entonces, y aunque Mai apenas conociera a la muchacha, ella había sentido un impulso de proteger Arriane, ellos el modo que usted hizo con viejos amigos. Aquel impulso sólo se había reforzado con el tiempo.

Una lágrima ardiente se deslizó por su mejilla y aterrizó en el centro del pecho de Arriane. Mai susurró las palabras en arameo, la audición William les susurro a Annabelle en el mismo tiempo. Ella lo miró. Tenía las mejillas húmedas.

De pronto, suelta los nudos, a continuación, deshizo completamente. Los ángeles eran libres por Mai y William de manos y corazones.

Una ráfaga fue generada por la liberación de las alas imponentes iridiscentes de Arriane, seguida por una brisa más apacible de los brillantes de plata de Annabelle. El espacio era casi silencioso en los momentos antes de que las mordazas de las ambas muchachas cayeran.

Arriane también tenía un pedazo de cinta de conducto sobre su boca; ella probablemente había sido la razón los demás habían sido amordazados en primer lugar. William agarró una esquina de la cinta y lo arrancó rápidamente con un cricccck.

¡" Caliente maldito! ¡Está bien ser libre! “Arriane gritó, aplicando el cuadrado aumentado rojo de piel alrededor de su boca con sus dedos. ¡" Tres aplausos para el amo de nudo, Maite! "Su voz tenía su brillar, pero sus ojos eran punteados con rasgones. Ella notó el aviso de Mai, y los limpió rápidamente lejos.

Ella paced alrededor del piso esparcido por ala, haciendo caras diferentes insultantes en cada una de la Escala inconsciente, cuando ella estuvo a punto de golpearlos. Sus pantalones de trabajo de dril fueron rasgados casi a fragmentos, su pelo era salvaje y grasiento, y ella tenía una magulladura la forma de Australia sobre su pómulo izquierdo. Las puntas inferiores de sus alas iridiscentes fueron dobladas y el prolongando el piso cubierto.

"Arriane", susurró Mai. "Estás herido."

"Ah caray, chico, no te preocupes por mí". Arriane ofreció una sonrisa torcida. "Me siento alegre suficiente para patear algún culo escala escamosa de edad!" Ella miró alrededor el espacio. " ' Cept esto se parece a los Parias le me golpean. " Annabelle se elevó más despacio que Arriane, extensión, entonces el doblamiento sus alas musculares de plata, estiramiento sus miembros largos como una bailarina. Pero cuando ella alzó la vista en Mai y Arriane, ella rió y amartilló su cabeza. "Debe haber algo que podemos hacer para devolverlos."

Las alas de Arriane revolotearon y ella levantó unos pies de la tierra, volando alrededor del ala de museo en grandes círculos, explorando los restos. “Pensaré en algo - "

"Arriane," Roland advirtió, alzando la vista de una conversación susurrada que él había estado teniendo con William.

"Whaa?" Arriane puso mala cara. "Nunca me dejas que me divierta más, Ro".

"No tenemos tiempo para la diversión", William le dijo.

"Estos fósiles nos torturaron durante horas", llamada Annabelle desde la parte superior de la cabeza del león. "También podríamos devolver el favor".

"No", dijo Roland. "Bastante daño incalculable que se ha hecho. Debemos gastar nuestra energía para encontrar la segunda reliquia."

"Por lo menos vamos a hacer que se mantengan hacia abajo mientras lo hacemos", dijo Annabelle.

Roland miró a William, quien asintió con la cabeza.

Con una sonrisa, Annabelle revoloteaban a una mesa contra la pared posterior de la bodega. Se volvió un grifo, canturreando para sus adentros. Se sirvió lo que supone debe ser yeso o algún otro agente de casting en un cubo y empezó a añadir agua.

"Arriane", dijo con valentía. "Una mano, por favor."

"Sí, señora." Tomó Arriane el primer cubo de Annabelle y voló sobre la escala semi-inconsciente, sonriendo dulcemente. Poco a poco, empezó a verter la mezcla húmeda sobre sus cabezas. Se derramó por sus laderas y se reunieron en una piscina entre sus cuerpos. Algunos de ellos lucharon en contra de la mezcla espesante, que se endurecía rápidamente en una especie de arena movediza artificial. Mai reconoció el genio del plan. En algunos momentos, cuando se seca, se verían atrapados en sus posiciones se extendían en el yeso roca.

"Esto no es sabio!" Borboteaba uno de la escala a través del yeso húmedo.

"Estamos haciendo ustedes, los monumentos a la Justicia", gritó Annabelle.

"Sabes, creo que prefiero la escala cuando están pegados". Arriane se echó a reír, traicionando a más de un matiz de alegría vengativa.

Las muchachas siguieron fluyendo, el cubo después del cubo, un cubo lleno sobre las cabezas de los ángeles amenazantes, hasta que sus voces no llevaran más, hasta que los Parias no tuvieran ninguna necesidad de estar de pie sobre la Escala con su starshots.

William y Roland se distinguieron del grupo, que discute de voces calladas. Mai miró fijamente en la magulladura púrpura de Arriane, en la sangre sobre las alas de Roland, en la incisión en el hombro de Annabelle.

Entonces ella tenía una idea. Ella alcanzó dentro de la cartera de colegial y sacó tres pequeñas botellas de soda de dieta y un puñado de starshots en su vaina de plata. Ella torció de la corona.

Rápidamente, ella bañó un starshot en cada uno, sosteniendo las botellas como ellos se hirvieron y echaron vapor, dejando al líquido marrón dentro de la vuelta a la plata. Finalmente, ella se elevó de la esquina donde ella había sida agachado, y estuvo contenta de encontrar una bandeja de porcelana china que de algún modo había sobrevivido la batalla. "Aquí, cada uno, " dijo ella.

William y Roland dejaron de hablar. Arriane dejó de empapar la Escala con el yeso mojado. Annabelle bajó sobre la melena de la estatua de león otra vez.

Ninguno de ellos dijo nada, pero todos ellos miraban impresionados como ellos reclamaron sus botellas, tintineadas de cada uno en la celebración, y bebieron. A diferencia del Paria Dédalo, los ángeles no tuvieron que cerrar sus ojos e ir a dormir después de que ellos habían derribado la soda transformada. Tal vez porque ellos mal no fueron como golpeados, o tal vez porque esta forma más alta de ángel tenía una tolerancia más alta. Sin embargo, la bebida los calmó.

Como un gesto final, Roland aplaudió sus manos, encendiendo una llama poderosa entre ellos. Él lanzó las ondas de calor hacia la Escala enyesada, vidriando su capa de yeso, fabricación de ello más difícil para escaparse que sus capas.

Cuando terminó, Roland, Arriane, Annabelle, y Mai se sentó en una de las mesas altas frente a William.

William tomó la cartera y abrió la cremallera para mostrar a los demás el halo.

Arriane exclamó con asombro y se acercó a tocarlo.

"Usted lo encontró." Annabelle hizo un guiño a Mai. "Correcto!"

"¿Qué pasa con la reliquia de segunda?", preguntó William. "¿Lo has conseguido? ¿La Escala lo tomo de ti? "Annabelle sacudió la cabeza. "Nunca lo encontramos."

"Estamos seguros de que te dejes engañar", dijo Arriane, entornando los ojos en la dirección de la escala. "Ellos pensaron que podían vencer a uno de nosotros."

"Su libro es demasiado vago, William", dijo Roland. "Hemos venido a Viena en busca de una lista."

"El desiderátum", dijo William. "Lo sé."

"Pero eso fue todo lo que sabíamos. En las horas entre nuestra llegada y nuestra captura por parte de la escala, nos fuimos a siete diferentes archivos de la ciudad y no encontraron nada. Era una tontería. Nos atrajo mucho la atención."

"La culpa es mía", murmuró William. "Debería haber descubierto más cuando me escribió que siglos atrás libro. Yo era demasiado impulsivo e impaciente en aquella época. Ahora no puedo recordar lo que me llevó al desiderátum, o precisamente lo que dice.

"Roland se encogió de hombros. "No podría haber importado de todos modos. La ciudad era un campo de minas en el momento en que llegamos. Si hubiéramos tenido el desiderátum, que sólo habría tomado lejos. Ellos lo han destruido, la forma en que han causado la destrucción de este arte”.

"La mayoría de estas piezas eran falsificaciones de todas formas", dijo William, lo que Mai se sienten un poco menos culpable de lo que habían hecho para el museo. "Y por ahora los parias puede manejar la escala. El resto de nosotros debe darse prisa para encontrar el desiderátum. ¿Ustedes dicen que entraron en la Biblioteca de Palacio Imperial?"

Roland asintió con la cabeza.

"¿Qué pasa con la biblioteca de la universidad?"

"Um, sí", dijo Annabelle, "y probablemente no debería mostrar nuestras caras que en cualquier momento pronto. Arriane destruyó varios rollos de pergamino de gran valor en sus Colecciones especiales-"

" ¡Eh!, " espetó Arriane, indignada. ¡" Los pegué atrás juntos! “Los truenos de pasos tocados en el vestíbulo y todo el tiro de cabezas hacia la arcada abierta. Al menos más veinte Escala intentaba volar en el espacio, pero los Parias los sostuvieron en la entrada con su starshots.

Uno de ellos vio el halo de la mano de William y se quedó boquiabierto. "Me han robado la reliquia en primer lugar.
"
"Y ellos están trabajando juntos! Ángeles y demonios, y "los ojos entrecerrados-cayó en Mai-" aquellos que no conocen su lugar, todos trabajando juntos por una causa impura. El cielo no aprueba esto. Usted nunca encontrará los desiderata!"

"Desiderata", dijo Mai, recordando vagamente una larga lección aburrida en su clase de latín en Dover. "Eso es. . . singular. "Ella giró para enfrentar a William. "Usted ha dicho desiderátum hace un momento. Eso es plural”.

"Lo deseado", susurró William. Sus ojos de color violeta empezó a latir, y pronto todo su ser parecía ser brillante, una sonrisa de reconocimiento de propagación a través de su cara.

"Es sólo una cosa. Eso es correcto."

Luego el gong profundo de un reloj de torre de la iglesia sonaba en algún lugar de la distancia.

Era más de medianoche.

Lucifer estaba otro día más cerca. Seis días para el final.

"William Grigori", gritó Phil sobre las campanas, "no podemos mantenerlos siempre. Usted y sus ángeles se tienen que ir."

"Nos vamos", llamó a William de nuevo. "Gracias." Él enfrentó a los ángeles. "Vamos a visitar todas las bibliotecas, cada archivo en esta ciudad hasta-"

Roland parecía dudoso. "Debe haber cientos de bibliotecas en Viena."

"Y tal vez vamos a tratar de no ser tan destructivo en ellos?" Annabelle sugerido, inclinando la cabeza en el Arriane.

"Los mortales se preocupan por su pasado, también." Sí, pensé Mai, los mortales le importaba mucho que ver con su pasado. Los recuerdos de sus vidas pasadas se acercaban a ella con más frecuencia. No podía detener o retardar ellos. Como los ángeles prepararon sus alas para volar, Mai se detuvo, debilitados por el retroceso más intenso.

Cintas carmesí pelo. William y el mercado de Navidad. Una tormenta de aguanieve y ella no había tenido un abrigo. La última vez que había estado en Viena. . . hubiera habido más
a esa historia. . . otra cosa. . . un timbre de puerta-

"William". Mai se apoderó de su hombro. "¿Qué pasa con la biblioteca que me llevó a? ¿Te acuerdas? "Ella cerró los ojos. Ella no estaba pensando tanto como la sensación a través de un la memoria enterrada superficialmente en su cerebro. "Hemos venido a Viena para el fin de semana. . . No recuerdo cuándo, pero fuimos a ver a Mozart La flauta mágica realizar. . .en el Theater an der Wien? Usted quería ver a ese amigo suyo que trabajaba en alguna biblioteca antigua, que se llamaba-"

Se interrumpió, porque cuando ella abrió los ojos, los demás la miraban fijamente, incrédulos. Nadie, y menos aún Mai, había esperado que ella sea la de recordar donde se encontraría la desiderata.

William se recuperó primero. Él le dirigió una sonrisa divertida a Mai que sabía que estaba lleno de orgullo. Pero Arriane, Roland, y Annabelle seguían boquiabierto a ella como si se hubieran pronto se enteró de que hablaba chino. Lo cual, ahora que lo pienso de ella, lo hizo.

Arriane movió un dedo por el interior de su oído. "¿Tengo que ir más despacio en las drogas psicodélicas, , o que simplemente acaba de recordar una de sus vidas pasadas espontáneamente en el más importante momento?”

"Eres un genio", dijo William, inclinándose hacia delante y la besó profundamente.

Mai se sonrojó y se inclinó para extender el beso un poco más, pero entonces escuchó una tos.

"En serio, ustedes dos", dijo Annabelle. "Habrá tiempo suficiente para que snogs si sacar esto adelante".

"Yo diría que conseguir una habitación pero me temo que nunca te volvería a ver", agregó Arriane, lo que causó a todos a reír.

Cuando Mai abrió los ojos, William se había extendido sus alas de ancho. Los consejos apartó trozos rotos de yeso y bloqueado a los ángeles a escala de la vista. Colgado del su hombro era el maletín de cuero negro con el halo.

Los Parias juntaron starshots dispersado atrás en sus vainas de plata. "Wingspeed, William Grigori."

"A ti también." William asintió con la cabeza a Phil. Se dio la vuelta para Mai su espalda se apretó contra su pecho y sus brazos encajar cómodamente alrededor de su cintura. Se estrecharon las manos sobre su corazón.

"La Fundación de la Biblioteca", dijo William a los otros ángeles. "Sígueme, yo sé exactamente dónde está."

Capitulo 9

El desiderátum
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Mensaje por tamalevyrroni Vie Nov 03, 2017 3:10 pm

La niebla envolvió a los ángeles. Se voló de nuevo sobre el río, cuatro pares de alas haciendo una tremenda throosh cada vez que se venció. Ellos se quedaron lo suficientemente baja para la debido a que el brillo de color naranja apagado de farolas de sodio parecía luces de la pista del aeropuerto. Sin embargo, este vuelo no aterrizo.

William era tensa. Mai podía sentir correr por todo el cuerpo: en ambos brazos alrededor de su cintura, en los hombros alineados con los de ella, incluso en la forma de sus amplias alas baten encima de ellos. Sabía cómo se sentía, ella estaba tan ansiosa de llegar a la Fundación de la Biblioteca como agarre de William le sugirió que era.

Sólo unos pocos puntos de referencia de cortar a través de la niebla. Allí estaba el imponente campanario de la iglesia gótica, y allí la rueda de la fortuna oscura, cuenta con cabinas rojas vacías meciéndose en la noche. Allí estaba la cúpula de cobre verde del palacio donde había aterrizado cuando llegó por primera vez en Viena.

Pero espere - ellos habían pasado el palacio ya. Tal vez media hora antes. Mai había tratado de buscar a Olianna, a quién el ángel de Escala había golpeado y dejado inconsciente. Ella no la había visto sobre la azotea entonces, y ella no la vio ahora. ¿Por qué daban vueltas ellos? ¿Fueron perdidos ellos?

"¿William?"

Él no respondió.

Campanas de la iglesia sonó en la distancia. Fue su llamada cuarta desde Mai, William y los demás se habían retirado a través del tragaluz destrozado en el museo. Había estado volando durante mucho tiempo. ¿Podría realmente ser las tres de la mañana?

"¿Dónde está?" Murmuró William en voz baja, la banca a la izquierda, siguiendo el surco del río, y luego romper con ella para trazar una amplia avenida bordeada se oscureció a los grandes almacenes. Mai había visto esta calle ya, también. Volaban en círculos.

"Creí que habías dicho que sabías exactamente donde estaba!"

Arriane cayó fuera de la formación que habían estado volando en William y Mai en la parte delantera, con Roland, Arriane, y Annabelle formando un apretado triángulo detrás de ellos -

Y se abalanzaron unos diez metros por debajo de William y Mai, lo suficientemente cerca como para hablar. Su cabello era rizado y salvaje y sus alas iridiscentes parpadeó dentro y fuera de la niebla.

"Yo no sé dónde está", dijo William. "Por lo menos, yo sabía dónde estaba."

"Tienes un sentido de circuito de la dirección, William."

"Arriane". Roland utiliza el tono de advertencia que se reservaba para las ocasiones muy frecuentes cuando se Arriane iban demasiado lejos. "Vamos a concentrarnos".

"Sí, sí, sí". Arriane rodó sus ojos. "Es mejor volver a la" formación”. Venció Arriane las alas de la forma en que algunas chicas golpeó sus pestañas, y lanzó una señal de la paz con los dedos, y cayó hacia atrás.

"Está bien, ¿dónde estaba la biblioteca?", Preguntó Mai.

William suspiró, dibujó en sus alas un poco, y cayeron unos quince metros hacia abajo. Viento frío criticó Mai en la cara. El estómago se le subió a medida que se desplomó, a continuación,se establecieron cuando William se detuvo bruscamente, como si hubiera aterrizado en una cuerda floja invisible, sobre una calle residencial.

Era tranquilo y vacío y oscuro, solamente dos períodos largos de viviendas urbanas de piedra que atraviesan el uno o el otro lado. Los obturadores fueron dibujados para la noche. Coches diminutos descansados en espacios estrechos enfocados sobre la calle. Robles jóvenes urbanos puntuaron la acera adoquinada que corrió a lo largo de las pequeñas yardas bien mantenidas delanteras.

Otros ángeles se cernieron de todos lados de William y Mai, aproximadamente veinte pies encima del nivel de la calle.

" Esto es donde era, " dijo William. " Estaba aquí. Seis bloques del río, solamente al oeste de Türkenschanzpark. Juro que no era. Ninguno de este " - él agitó su mano en la extensión de viviendas urbanas indistinguibles de piedra debajo-

“había aquí. " Annabelle frunció el ceño y abrazó sus rodillas a su pecho, sus alas de plata que golpean suavemente para guardarla en lo alto.

Sus tobillos cruzados revelaron calcetines calientes rosados rayados que echan una ojeada de sus vaqueros. ¿" Piensas que fue destruido?"

"Si lo fuera," William dijo: "No tengo idea de cómo recuperarlo."

"Estamos jodidos", dijo Arriane, patear una nube en la frustración. Ella lo miró con sus zarcillos tenues, que deambuló hacia el este, no afectado. "Esto nunca es tan satisfactorio como yo creo que va a ser."

Tal vez vamos a Avalon", sugirió Roland. "A ver si el grupo de Cam ha tenido suerte, nada más."

"Necesitamos las tres reliquias", dijo William.

Mai giro ligeramente en los brazos de William hacia él.

" Esto es solamente un tirón. Piense en lo que tuvimos que examinar en Venecia. Pero conseguimos el halo. Conseguiremos los desiderátums, también. Esto es todo lo que asuntos. ¿Cuándo era la vez pasada que cualquiera de nosotros estaban en esta biblioteca, hace doscientos años? Desde luego las cosas van a cambiarse. Esto no significa que nosotros nos rindamos. Solamente tendremos a... solamente tienen a - " Cada uno la miraba. Pero Mai no sabía qué hacer. Ella sólo sabía que ellos no podían rendirse.

“El derecho del niño, " dijo Arriane.

“No nos rendimos. - "

Arriane nos desprendimos cuando sus alas comenzaron a repiquetear.

Entonces Annabelle aulló. Su cuerpo sacudido en el aire como sus alas se estremeció, también. Las manos de William sacudidas contra Mai como el cielo brumoso de la noche morphed en aquel color gris peculiar - el color de una lluvia torrencial sobre el horizonte - que Mai ahora reconoció como el color de un timequake.

Lucifer.

Ella casi podría oír el silbido de su voz, sentir su aliento contra su cuello. Los dientes de Mai charlaron, pero ella se lo sintió más profundo, también, en su corazón, materia prima y turbulenta, como si todo dentro de ella estaba siendo terminado como una cadena.

Los edificios debajo brillaron. Los faroles se doblaron. Los átomos mismos del aire parecieron fracturarse. Mai se preguntó lo que el temblor hacía a los ciudadanos debajo, soñando en sus camas. ¿Podrían ellos sentir esto? Si no, ella los envidiara.

Ella trató de llamar el nombre de William pero el sonido de su voz fue combado, como si ella era submarina. Ella cerró sus ojos pero esto hizo su sentido dado náuseas. Ella los abrió y trató de enfocar los edificios sólidos blancos, temblorosos en sus fundaciones hasta que ellos se hicieran los aspectos borrosos abstractos de blanco.

Entonces Mai vio que una estructura se quedó todavía, como si era invulnerable a las fluctuaciones del cosmos. Esto era un pequeño edificio de marrón, una casa, en el centro de la calle blanca que se estremece.

No había estado allí un segundo antes. Apareció como si por una cascada y fuera visible sólo durante un momento, antes de que esto se doblara y brillara y desaparecido atrás en la fila expansiva de viviendas urbanas modernas, monocromas.

Pero por un momento, la casa había estado allí, una cosa fija en el caos que todo lo consume, además de dos y una parte de la calle vienesa.

El Timequake se estremeció a una parada y el mundo alrededor de Mai y calmó a los ángeles. Nunca fue más tranquila que en esos momentos justo después de un terremoto en el tiempo.

"¿Viste eso?", Gritó Roland, alegre.

Annabelle sacudió sus alas, alisando las puntas con los dedos. "Todavía me estoy recuperando de esa última violación. Odio esas cosas”.

"Yo también". Se estremeció Mai. "Yo vi algo, Roland. Una casa de color marrón. ¿Era eso? La Fundación de la Biblioteca?"

"Sí". Voló a William en un círculo cerrado en el lugar donde Mai había visto la casa, la reducción a cero pulgadas.

"Tal vez aquellos temblores de despojo están bien para algo, " dijo Arriane.

¿" Dónde fue la casa? "Mai preguntó.

"Está todavía allí. No está solamente aquí, " dijo William.

"He oído leyendas sobre estas cosas." Roland traspasó dedos su grueso de oro negro teme. “Pero nunca realmente pensé que ellos eran posibles."

"¿Qué cosas?" Mai entrecerró los ojos para tratar de ver el edificio marrón de nuevo. Sin embargo, la hilera de casas modernas se quedó donde estaba. El único movimiento en la calle fue ramas desnudas de los árboles inclinados por el viento.

"Se llama pátina", dijo William. "Es una forma de la realidad de flexión en torno a una unidad de tiempo y espacio"

"Es un reordenamiento de la realidad con el fin de algo secreto de distancia", añadió Roland, volando al lado de William y mirando hacia abajo como si aún pudiera ver la casa.

"Así que, mientras esta calle exista en una línea continua a través de una realidad"-Annabelle saludó a las casas-"debajo de ella pone otro reino, independiente, donde este carretera que conduce a nuestra Fundación de la Biblioteca”.

"Pátinas son los límites entre la realidad", dijo Arriane, con los pulgares metidos en sus ligas en general. "A la luz del láser sólo que solo personas especiales pueden ver."

"Ustedes parecen saber mucho sobre estas cosas", dijo Mai.

"Sí", se burlaba de Arriane, mirando como si le gustaría poner en otra nube. "'Se cómo llegar a través de uno."

William cabeceó. "Muy pocas entidades son bastante poderosas para crear Pátinas, y aquellos que pueden guardarlos estrechamente. La biblioteca está aquí. Pero el derecho de Arriane. Tendremos que entender el camino."

"He oído que se necesita Un anunciador para conseguir a través de uno", dijo Arriane.

"Leyenda cósmica". Annabelle negó con la cabeza. "Cada Patina es diferente. El acceso es totalmente en manos del creador.

Ellos programan el código."

"Una vez escuché a Cam contar una historia en un partido sobre cómo acceder a una pátina", dijo Roland. "¿O es que la historia de un partido que tiró en una pátina?"

"Mai", dijo William de repente, haciendo que todos ellos asustar en el aire. "Es usted. Siempre ha sido usted. "Mai se encogió de hombros. "¿Siempre yo qué?"

"Tú eres el que siempre escucha la campana. Tú eres la que tenía la entrada a la biblioteca. Sólo tienes que tocar el timbre."

Mai miró la calle vacía, la niebla teñir todo a su alrededor marrón. "¿De qué estás hablando? ¿Qué suena?"

"Cierra los ojos", dijo William. "Lo recuerdo. Pase en el pasado y encontrar el cordón de la campanilla-"

Mai ya estaba allí, de vuelta en la biblioteca de la última vez que había estado en Viena con William. Tenía los pies firmes sobre la tierra. Estaba lloviendo y abiertas el pelo en toda su cara. Sus cintas para el cabello de color carmesí se empaparon, pero no le importaba. Ella estaba buscando algo.

Hubo un corto recorrido hasta el patio, a continuación, una alcoba oscura fuera de la biblioteca. Hacía frío afuera, y un fuego ardía en su interior. Allí, en la esquina cerca de la humedad puerta, era un cordón tejido bordado con peonías blancas que cuelgan de una campanilla de plata importante.

Metió la mano en el aire y tiró.

Los ángeles se quedaron boquiabiertos. Mai abrió los ojos.

Allí, en el centro del lado norte de la calle, la hilera de casas contemporáneas se vio interrumpida en su punto medio por una sola casa marrón pequeño. Un rizo de humo se levantó de su chimenea. La luz de las tierras sólo provenía de las alas de los ángeles, fue el débil resplandor amarillo de una lámpara en el alféizar de la ventana frontal de la casa.

Los ángeles se posaron suavemente sobre la calle vacía y el suavizado agarre de William en torno a Mai. Él le besó la mano.

"Te acordaste. Bien hecho”. La casa de Brown fue de un solo piso, y las casas de los alrededores tenía tres niveles, por lo que se podía ver detrás de la casa a las calles paralelas, más moderna casas de piedra blanca. La casa era una anomalía: Mai estudió su techo de paja, la puerta de dos aguas en el borde de un jardín de malas hierbas montado, el arqueado de madera asimétrica puerta de entrada, todo lo cual hizo que la casa parece como si perteneciera en la Edad Media.

Mai dio un paso hacia la casa y se encontró en una acera. Sus ojos se posaron en la placa de bronce de gran presión en las paredes llena de barro. Era un histórico marcador, que decía en grandes letras talladas.

LA FUNDACIÓN BIBLIOTECA, EXT. 1233.

Mai miró a su alrededor en la calle de otro modo mundano.

Había contenedores de reciclaje llenos de botellas plásticas de agua, pequeños autos europeos estacionados en paralelo tan de cerca que sus defensas estaban tocando, los baches de poca profundidad en la carretera. "Así que estamos en una calle real en Viena"

"Exactamente", dijo William. "Si fuese de día, que se vería a los vecinos, pero que no te vea."

"Son Pátinas común?", Preguntó Mai. "Hubo una sobre la cabina que dormía en la parte posterior de la isla en Georgia?"

"Son muy poco frecuentes. Preciosa, de verdad. "William sacudió la cabeza. "Eso fue sólo la cabina más en sí incluyó un refugio seguro que podríamos encontrar en tan poco tiempo."

"Patina Un hombre pobre", dijo Arriane.

"Es decir, casa de verano del Sr. Cole", añadió Roland. El señor Cole era un maestro en la espada y la cruz. Él era mortal, pero que había sido un amigo de los ángeles, ya que había llegado en la escuela, y se cubre de Mai ahora que ella se había ido. Fue gracias al Sr. Cole que sus padres no estaban más preocupados de lo habitual en ella.

"¿Cómo se hacen?", Preguntó Mai.

William negó con la cabeza. "Nadie sabe que, salvo el artista de Patina. Y hay muy pocos de ellos. ¿Recuerdas a mi amigo el Dr. Otto?"

Ella asintió con la cabeza. El nombre del médico había estado en la punta de la lengua.

"Él vive aquí desde hace varios cientos de años, e incluso que no sabía cómo Patina llegado hasta aquí." William estudió el edificio. "Yo no sé quién es el bibliotecario ahora".

"Vamos", dijo Roland. "Si el desiderátum está aquí, tenemos que encontrarlo y salir de Viena, antes de que la Escala se reagrupe y nos sigan a nosotros hacia abajo.”

Él abrió el pestillo de la puerta y se mantuvo a un lado a los demás a pasar. El camino de gravilla que conduce a la casa de Brown fue cubierto de Fresia violeta silvestre y maraña de orquídeas blancas que llenan el aire con su dulce aroma.

El grupo llegó a la pesada puerta de madera con aldaba de su forma de arco de hierro la parte superior y plana, y Mai agarró de la mano de William. Annabelle llamó a la puerta.

Entonces Mai buscó y vio una campanilla, tejido con las mismas puntadas que el que que ella había tocado en el aire. Ella echó un vistazo a William. Él cabeceó.

Ella tiró y la puerta crujió de una manera lenta abierta, como si la casa sí mismo había estado esperándolos. Ellos miraron detenidamente en un vestíbulo a la luz de las velas entonces Mai largo no podía ver donde esto se terminó. El interior era mucho más grande que su exterior sugerido; sus techos eran bajos y torcieron, como un túnel de ferrocarril por una montaña. Todo fue hecho de un ladrillo encantador suave rosado.

Otros ángeles defirieron a William y Mai, los únicos dos que habían estado allí antes. William cruzó el umbral en el vestíbulo primero, sosteniendo la mano de Mai.

¿" ¡Hola!? “él llamó.

La luz de la vela parpadeada sobre los ladrillos como otros ángeles entró y Roland cierra la puerta detrás de ellos. Como ellos anduvieron, Mai estaba consciente de como tranquilo el vestíbulo era, de los golpes que resuenan sus zapatos hechos sobre el embaldosado liso.
Ella hizo una pausa en la primera entrada abierta sobre el lado izquierdo del pasillo como una memoria inundó su mente. "Aquí", ella dijo, señalando dentro del espacio. Era oscuro, pero para el brillo amarillo de una lámpara sobre el alféizar, la misma luz que ellos habían visto del exterior de la casa. ¿" Este Doctor Otto noera de oficina?"

Era demasiado oscuro ver claramente, pero Mai recordó un fuego que arde con alegría en un hogar sobre el lado lejano del espacio. En su memoria la chimenea había sido lindada por una docena de estanterías atiborró de las espinas de cuero de Doctor la biblioteca de Otto. ¿No había apoyado su pasado mí pies con medias de lanas en el reposapiés cerca del fuego y lee el Libro IV de los Viajes de Gulliver? ¿Y no tenía la sidra libremente suelta del doctor hizo el olor de espacio entero como manzanas, hiende, y la canela?

"Tienes razón". William tomó un candelabro brillante de su alcoba de ladrillo en el pasillo y lo sostuvo en el interior de la sala para dar más luz. Sin embargo, la parrilla de la chimenea
estaba cerrada, al igual que el secretario de madera antigua en la esquina, e incluso en la luz de las velas cálido, el aire parecía frío y rancio. Las estanterías estaban caídos y angustiado por el peso de los libros, que fueron cubiertos con una niebla de polvo. La ventana, que había mirado una vez fuera en una calle residencial ocupada, tuvo su noche tonos verdes elaborados, dando a la sala una sensación de abandono desolador.

"No es de extrañar que no ha respondido a ninguna de mis cartas", dijo William. "Parece como si el médico ha pasado." Movido Mai hacia las estanterías y se la llevó al dedo a través de una columna de polvo. "? ¿Crees que uno de estos libros pueden contener lo que se desea que estamos buscando", preguntó Mai, tirando de una de las estanterías: Cancionero de Petrarca, compuesto en letra gótica. "Estoy seguro de que el Dr. Otto no le importaría que nos echar un vistazo en torno a si podría ayudarnos a encontrar la desi-"

Ella dejó de hablar. Había oído algo, el dulce canto de voz suave de una mujer.

Los ángeles miraron el uno al otro como otro sonido los alcanzó en la biblioteca oscura. Ahora, además de la canción que atormenta, vino el sonido de clopping de zapatos y el tintinear de un carro que ser rodado. William se movió a la entrada abierta y Mai seguido, cautelosamente mirando detenidamente en el vestíbulo.

Una sombra oscura estirada hacia ellos. Las velas parpadeadas en los nichos rosados de piedra del vestíbulo curvo, parecido a un túnel, deformando la sombra, haciendo sus armas parecen parecidas a una aparición y extremadamente mucho tiempo.

El dueño de la sombra, una mujer delgada con una falda lápiz de color gris, una chaqueta color mostaza, y zapatos negros de tacón muy altos, se dirigió hacia ellos, empujando un té de plata de lujo bandeja sobre ruedas. Su pelo rojo se detuvo en un moño. Elegantes aros de oro brillaba en sus oídos.

Algo en la manera en que caminaba, la forma en que se conducía, le resultaba familiar.

Cuando la mujer cantó su melodía sin palabras, levantó un poco la cabeza, lanzando su perfil en la sombra contra la pared. La curva de la nariz, el golpe hacia arriba de la barbilla, la parte sobresaliente por debajo de la ceja de hueso todos dieron Mai la sensación de déjà vu. Buscó en su pasado para otras vidas que podría haber conocido a esta mujer.

De repente, la sangre desapareció del rostro de Mai. Todo el tinte para el cabello en el mundo no podía engañarla.

La mujer empujando el carrito de té fue la señorita Sofía Bliss.

Antes de que ella supiera esto, Mai tenía sus manos alrededor de un póker de fuego frío de cobre que descansa en un soporte por la puerta de biblioteca. Ella lo levantó como un arma, la mandíbula apretada y la forja de corazón, y de cañon en el vestíbulo.

¡" Mai! “William la llamó.

¿" Wil? " Arriane gritó.

¿" Sí, querido? "La mujer dijo, un segundo antes de que ella notara a Mai que culpa en ella. Ella saltó tal como el brazo de William a Mai hundido, conteniéndose su estocada.

"¿Qué estás haciendo?" Susurró William.

"Ella.. Ella-" Mai luchado en contra de William, sintiendo sus manos grabar su cintura. Esta mujer había asesinado a Penn. Ella había tratado de matar a Mai. ¿Por qué nadie más quiere matarla?

Arriane y Annabelle corrieron a la señorita Sofía y abordaron a ella en un abrazo doble.

Mai parpadeó.

Annabelle besó las mejillas pálidas de la mujer. "Yo no te he visto desde la rebelión de campesinos en Nottingham. . .

¿Cuándo fue eso, la década de 1380?"

"Ciertamente no ha sido tanto tiempo", dijo la mujer con educación, con la voz cadenciosa de la misma manera amable bibliotecaria que tenía desde el principio en la Espada y la Cruz, cuando engañó a Mai al gusto de ella. "Lo pasamos de maravilla."

"Yo no te he visto en mucho tiempo, ya sea", dijo Mai con vehemencia. Ella se apartó de William y levantó el atizador de fuego otra vez, deseando que fuera algo más mortal.
"Desde que asesinaron a mi amiga"

"¡Dios mío." La mujer no se inmutó. Vio Mai que se le acercaba y golpeó un dedo a los labios delgados. "Tiene que haber una cierta confusión.
Roland se adelantó, la separación de la señorita Sofía de Mai. "Es que te pareces a alguien más." Su mano serena en su hombro hizo una pausa Mai.

"¿Qué quieres decir?", Dijo la mujer.

¡" Ah, desde luego! “William dio una risa triste a Mai. " Usted pensó que ella era - nosotros deberíamos haberle dicho que t a menudo parece parecido.

¿" Usted significa, ella no es la señorita Sophia?

¿" Sophia Bliss? "La mujer miró como si ella acababa de morder en algo ácido. "¿Esa perra todavía está alrededor? Yo estaba seguro de que alguien la hubiera puesto fuera de su miseria por ahora. "Ella arrugó la nariz pequeña y se encogió de hombros en Mai. "Ella es mi hermana, así que sólo puedo mostrar un pequeño porcentaje de la rabia que he acumulado a lo largo de la años hacia la bolsa repugnante”.

Mai se echó a reír nerviosamente. El atizador de fuego cayó de su mano y cayó al suelo. Estudió la mujer mayor, encontrando similitudes con la señorita Sofía-una cara que parecía vieja y joven a la vez-y lo mismo las diferencias. En comparación con los ojos negros de Sofía, los pequeños ojos de esta mujer parecían casi de oro, hizo hincapié en la determinación del color amarillo de su chaqueta.

La escena con el atizador había avergonzado a Mai.

Ella se apoyó contra la pared de ladrillo curvo y cayó al suelo, una sensación de vacío, sin saber si ella estaba aliviada de no tener que enfrentarse a la señorita Sofía de nuevo. "Lo siento."

"No te preocupes, querida," dijo la mujer brillante. "El día que me encuentro con Sofía de nuevo, voy a agarrar el objeto más cercano pesado y su porra a mí mismo."

Arriane echó una mano para ayudar a Mai arriba, tirando con tanta fuerza que sus pies salió disparado al suelo. "Wil es un viejo amigo.

Y un animal de partido de clase en primer lugar, podría añadir. ¿Tienes el metabolismo de un burro?. Estuvo a punto de las Cruzadas trajeron a un punto muerto la noche en que sedujo a Saladino."

"Oh, tonterías!", Dijo Wil, agitando una mano despectivamente.

"Ella es el mejor contador de historias, también", añadió Annabelle.

"O lo era antes de caer de la faz de la tierra.

¿Dónde te has estado escondiendo, mujer?"

La mujer respiró profundamente y humedecido sus ojos dorados. "En realidad, me enamoré."

"Oh, Wil!" Cantó Annabelle, estrechando la mano de la mujer. "Qué maravilloso."

"Otto Z. Otto." La mujer olió. "Que descanse. . ".

"Dr. Otto ", dijo William, saliendo de la puerta.

"Usted sabía del Dr. Otto?"

"Hacia atrás y hacia adelante." Olió la misteriosa dama.

"Uy, mis modales!", Dijo Arriane. "Tenemos que hacer las presentaciones. William, Roland, no creo que alguna vez has reunió oficialmente a nuestro amigo-Wil"

"Lo que un placer. Yo soy Paulina Bisenger Serenity ". La mujer sonrió, se secó los ojos humedecidos con un pañuelo de encaje, y tendió la mano a William y Roland.

"La Sra. Bisenger ", Roland dijo:" ¿Puedo preguntar por qué las chicas le llama Wil?"

"Sólo un viejo apodo, el amor," dijo la mujer, el tipo de sonrisa enigmática que era la especialidad de Roland.

Cuando se volvió a Mai, sus ojos dorados se iluminaron.

"Ah, Maite." En lugar de la celebración de la mano, Wil abrió sus brazos para un abrazo, pero Mai sentía raro sobre la aceptación de la misma. "Me disculpo por la lamentable semejanza que le dio un susto. Debo decir que mi hermana se parece a mí, no me parezco a ella. Pero tú y yo nos conocemos tan bien durante muchos vida, así que muchos años, me olvido de que es posible que no recuerde. Fue para mí que usted más oscuros secretos de los encargados de su amor de William, sus miedos para su futuro, de sus sentimientos confusos acerca de Cam". Mai se sonrojó, pero la mujer no se dio cuenta. "Y fue a usted que he confiado las mismas razones de mi existencia, como así como la clave para todo lo que buscan. Usted fue el inocente, que yo sabía que siempre podía confiar para hacer lo que tenía que hacer."

I-Lo siento no me acuerdo ", balbuceó Mai, y era ella. "¿Es usted un ángel?"

"Transeternal, querida."

"Son técnicamente de los mortales", explicó William,

"Pero ellos pueden vivir por cientos, incluso miles de años. Por mucho tiempo han trabajado en estrecha colaboración con los ángeles."

"Todo comenzó con el bisabuelo de Matusalén", dijo Wil con orgullo. "Él inventó la oración. Él lo hizo!"

"¿Cómo hizo eso?", Preguntó Mai.

"Bueno, en los viejos tiempos, cuando los mortales quería algo, sólo deseaba que de una manera dispersa.

Abuelo fue el primero en apelar a Dios directamente, y aquí está el genio parcial pidió un mensaje para confirmar que había sido escuchada. Dios respondió con un ángel y el ángel mensajero nació. Fue Gabbe, creo, que tallada en el espacio aéreo entre el Cielo y la Tierra para las oraciones mortales podría fluir más libremente. Abuelito querido Gabbe, que amaba a los ángeles, y enseñó a toda su familia les encanta, también. Ah, pero eso fue hace muchos años."

"¿Por qué transeternals vivir tanto tiempo?", Preguntó Mai.

"Debido a que están iluminados. Por nuestra historia familiar con los ángeles mensajeros, y el hecho de que somos capaces de recibir la gloria de un ángel sin superar como muchos mortales son, nos premiaron con una larga vida útil. Nos servirá de enlace entre los ángeles y los demás mortales, por lo que el mundo siempre se puede sentir una sensación de angélica tutela legal. Nos pueden matar en cualquier momento, por supuesto, pero por debajo de los asesinatos y accidentes extraños, un transeternal vivirá hasta el final del día. El veinticuatro de los que quedan son los últimos descendientes sobrevivientes de Matusalén.

Solíamos ser personas ejemplares, pero me da vergüenza decir que están en declive. Usted ha oído hablar de Ancianos de Zhsmaelim?"

La mención del malvado clan de señorita Sofía envió un escalofrío por el cuerpo de Mai.

"Todos los transeternals", dijo Wil. "Los ancianos comenzaron noblemente. Hubo un tiempo en que estuvo involucrado con ellos a si mismo. Por supuesto, los buenos todos los ha desertado "-que echó un vistazo a Mai y frunció el ceño-"no mucho después de que tu amiga Penn fuera asesinada. Sofía siempre ha tenido una vena cruel. Ahora se ha convertido en ambiciosos. "Hizo una pausa, sacando un pañuelo blanco para pulir una esquina de la cesta de té de plata. "Estas cosas oscuras que hablan de en nuestra reunión.

No hay un punto brillante, sin embargo: Te acordaste de cómo viajar a través de mi Patina "Wil sonrió Mai.. "Trabajo ejemplar".

"Usted ha hecho que la pátina", preguntó Arriane. "No tenía idea de que podías hacer eso!"

Wil levantó una ceja, la más leve sonrisa en sus labios.

"Una mujer no puede revelar todos sus secretos, para que no sea aprovechado. ¿Puede ella, niñas? "Ella hizo una pausa. "Bueno, ahora que todos somos amigos de nuevo, lo que lleva a la Fundación? Yo estaba a punto de sentarse a tomar el té de jazmín antes del amanecer. Usted realmente tiene que unirse a mí, siempre me hacen demasiado”.

Ella hizo a un lado para revelar la bandeja de plata llena de una tetera de plata de alto, vajilla de porcelana, de pequeños sándwiches de pepino sin corteza, bollos esponjosos con las pasas de oro, y un cuenco de cristal lleno de crema batida y cerezas. Mai el estómago se dejó a la vista de la comida.

"Así que nos han estado esperando", dijo Annabelle, contando con las tazas de té con el dedo.

Wil sonrió, dio media vuelta, y tomó el carro rodando por el pasillo otra vez. Mai y los ángeles corrió para mantenerse al día como los talones de Wil hace clic en el tiempo, se bifurcan a la derecha en una habitación grande hecho del ladrillo rosa misma.

Había un fuego brillante en la esquina, una mesa de roble pulido que podría haber sentado sesenta, y una gran araña hecha de un tronco de árbol petrificado y decoración con cientos de candelabros de cristal brillante.

La mesa estaba puesta ya con la porcelana fina para los clientes mucho más de lo que tenían en su partido. Wil se dedicó a llenar las tazas de té con el vapor del té de color ámbar. "Muy casual, acaba de tomar un asiento donde más te guste. "Después de algunas miradas con propósito de William, Arriane finalmente se adelantó y tocó Wil-quien fue sacando un montón de crema en una copa y rematando con la fruta suavemente en la espalda.

"En realidad, Wil, no podemos quedarnos a tomar el té. Estamos en un poco de prisa. Ver-"

William dio un paso adelante. "Ha llegado la noticia de que acerca de Lucifer? Él está tratando de borrar el pasado mediante la realización de la multitud de ángeles hacia adelante desde el momento de la Caída hasta el presente."

"Eso explicaría el temblor", murmuró Wil, llenando otra taza de té.

Usted puede sentir los timequakes, también? ", Preguntó Mai.

Wil asintió con la cabeza. "Pero la mayoría de los mortales no pueden, en caso de que se lo pregunte."

"Hemos venido porque tenemos que rastrear la ubicación original de la caída", dijo William, "el lugar donde Lucifer y el ejército del cielo aparecerá. Tenemos que detenerlo."

Wil miró extrañamente sin inmutarse de su servicio de té, sin dejar de repartir los sándwiches de pepino.

Los ángeles la esperaron para responder. Un tronco en el fuego astillado, rajado, y cayó de la rejilla. " Y todo porque un muchacho amó a una muchacha, " dijo ella por fin. " Bastante inquietante. ¿Realmente publica lo peor en todos los viejos enemigos, verdad? Escala que viene desquiciado, Mayores que matan inocentes. Tanto carácter desagradable. Como si todos ustedes los ángeles caídos no tienen bastante molestia. Digo, usted terriblemente debe estar cansado. "Ella dio una risa de aseguramiento a Mai y señalo otra vez para que ellos se sentaran.

Roland sacó la silla a la cabeza de la tabla de Wil y se sentó en el asiento a su izquierda. "Tal vez usted pueda ayudarnos." Hizo una seña a los demás a unirse a él.

Annabelle y Arriane sentó a su lado, y Mai y William se sentó en la mesa. Mai deslizó su mano sobre la de William, entrelazando sus dedos alrededor de él.

Wil pasado las copas finales de té en la mesa.

Después de un repiqueteo de las cucharas de porcelana y revolviendo el azúcar en el té, Mai se aclaró la garganta. "Vamos a detener a Lucifer, Wil."

"Eso espero".

William cogió los dedos de Mai. "En estos momentos estamos en busca de tres objetos que cuentan la historia temprana de los caídos. Cuando se unen, deben revelar el ubicación original de la caída."

Wil tomó un sorbo de té. "Chico listo. Tenía un poco de suerte? ", Producido William el maletín de cuero y abrió la cremallera para revelar la aureola de oro y cristal. Una eternidad había transcurrido desde que.

Mai se lanzó a la iglesia en ruinas que lo saque de la cabeza de la estatua.

Wil frente se arrugó. "Sí, lo recuerdo. El Semihazah ángel creado, ¿no? Incluso en la prehistoria, historia, tenía una estética mordaz. No hay textos escritos por él para satirizar, por lo que él hizo esto como una especie de comentario sobre las maneras tontas artistas mortales intentan capturar resplandor angelical. Divertido, ¿no?

Imagínese teniendo una horrible. . . aro de baloncesto en su cabeza. Dos puntos y todo eso”.

"Wil". Arriane alcanzado en la bolsa y sacó el libro de William, a continuación, lo hojeó hasta que encontró la anotación en el margen sobre el desiderátum.

"Hemos venido a Viena para encontrar este"-señaló-"la cosa deseada. Pero nos estamos quedando sin tiempo y no sabemos qué es o dónde encontrarla."

"¡Qué espléndido. Usted ha venido al lugar correcto."

"¡Lo sabía!" Cantó Arriane. Se recostó en su silla y dio una palmada Annabelle, quien fue educada pluma-bling en un bollo, en la parte posterior. "Tan pronto como que te vi,

Yo sabía que iba a estar bien. Usted tiene el desiderátum, ¿no?"

"No, querida" Wil sacudió la cabeza.

"Entonces. . . ¿qué? ", preguntó William.

"Yo soy el desiderátum". Ella sonrió. "He estado esperando tanto tiempo para ser puesta en servicio."

Capitulo 10

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